sábado, 12 de agosto de 2023

LA VENGANZA DE DAPHNE

Como muchos otros jovenzuelos de mi época, durante un tiempo tuve asumido que cualquier producto con el sello Troma era garantía de los excesos truculentos y desmadrados presentes en "El vengador tóxico" o "Mutantes en la universidad" (no porque sí, sus dos mejores películas. Digamos que el chiste comienza con la primera y termina con la segunda) Luego, tras hurgar en los estantes más pringosos del vídeo-club y llevarme a casa muchos de sus otros títulos, descubrí la terrible realidad. Troma no solo producía material propio, al que imprimía esas señas de identidad que tanto nos gustaban -y que terminarían quemando en seguida-, también se agenciaba cine ajeno, normalmente semi-amateur y muy regional, le cambiaba el título por uno bien llamativo, le fabricaba un póster super-atractivo, y lo lanzaba al mercado, para mayor disgusto de inocentes como el que entonces era yo. Resumiendo, "La venganza de Daphne" fue, probablemente, el mayor hostiazo que me di con una película Tromática. La odié apasionadamente y desde entonces -les hablo de aproximadamente treinta y pico años- no había vuelto a verla. Era pues momento de enfrentarme a mis demonios.
La primera sorpresa fue descubrir que la versión descargada se veía increíblemente bien. Esperaba un ripeo costroso de vhs. Pero no, aquello era, indudablemente, una remasterización por todo lo alto. Tras indagar, lo entendí. Hacía nada, muy poquito, que los chavales de "Vinegar Syndrome" la habían recuperado de la oscuridad y editado en formato digital, con todos los honores. Dicho de otro modo, ahora muchos la han descubierto y, acorde a los tiempos que corren, dicen maravillas de ella... ni que sea porque estamos ante un producto genuinamente "trash".
Obviamente, "La venganza de Daphne" NO es de terror. Para nada. Y la tipa del engañosísimo cartel, la mentada Daphne, tiene un rol extremadamente secundario. La verdadera trama es, por así decirlo, un drama... uno de tirón legal -por todas las aburridas trifulcas con abogados, demandas y tal-. Pero, claro, parido por gente bastante incompetente, lo que le da ese "touch" que la hace especial.
Unos señores de mediana edad pillan una caravana y se marchan a pasar un finde chachi. En eso que, a medio camino, recogen a una chica rubia de buen ver. Solo tiene 17 años, pero ello no impide que uno de los integrantes, un poco paleto y muy racista, se la quiera beneficiar. La llevan a su cabaña, beben, hacen el tonto, y cuando lo intentan, la chica se rebota con apoyo moral de uno de los machos del clan, Steve. Este, decidido a evitar que los otros se propasen, la acompaña a su dormitorio y, ¿qué ocurre?, que la menor no puede resistirse a sus encantos -a pesar de la abismal diferencia de edad, las arrugas y ese pelo de cacerola horripilante-, se quita la ropa y, suponemos que como agradecimiento, se lo tira. Obviamente a Steve lo interpreta Richard Gardner, es decir, el director, productor y co-guionista del entuerto (mal cineasta, sí. Tonto, no) Salvo por una oscura peli setentera previa en la que co-firmó el libreto, la reseñada es su único crédito oficial. Vamos, que el hijoputa quería magrear a una chavalilla y se sacó una peli de la manga para ello. Una vez consumado el acto, Steve se va a su dormitorio... ¿hein? ¿no le apetece retozar? ¿y no se suponía que la protegía?. Es entonces cuando dos de los otros tres colegas que quedan, aprovechan la ocasión entrando en la habitación de la churri y la violentan. Ella huye a la civilización y los denuncia a la policía. Así, lo que parecía un "rape and revenge" da un inesperado giro casi telefilmesco a drama. Es decir, aquí la rubia no se dedica a asesinar a sus agresores. No way. Lo que vemos son las angustiosas consecuencias de dicha denuncia. El rechazo social que ello provoca. Todo a base de diálogos, y diálogos, y diálogos, y diálogos. Claro, ahora comprendo perfectamente la DESILUSIÓN que sufrí la primera vez que la vi y el absoluto ODIO que me provocó. Normal.
Dicho rechazo social motiva que uno de los integrantes de la pandi, el único que NO mojó el churro, ¡se suicide! Y el que sí lo mojó, acude a la mafia para pedir que asesinen a la chati. Y... bueno, el lío sigue y sigue hasta que aparece Daphne y se acaba la peli.
A ver, ¿por ande empiezo? "La venganza de Daphne" es el título español que recibió el muy Tromático "Deadly Daphne´s Revenge" ("La venganza mortal de Daphne"). A su vez, este sustituía al original, más sosaina, "The hunting season" ("La temporada de caza") El sopor que provoca es a ratos compensado por una serie de características propias de su condición de mojoncito. Cosas como una notable ristra de errores técnicos. Raccord destruido a lo bestia (aparece un francotirador que cambia de vestimenta de un instante a otro sin venir a cuento). Manos que asoman por delante de la cámara cuando no deberían. Generosos fundidos a negro, algunos algo arbitrarios, sin mucho sentido. E incongruencias con la lógica del tiempo transcurrido. En este apartado mi favorita es la escena en la que el mentado francotirador ronda la cabaña donde está la rubia, a la que tiene que matar. Y ronda, ronda y ronda, hasta que se hace de noche. Y ahí sigue el tío, rifle en mano, indeciso, cuando ha tenido el blanco a tiro innumerables veces. También localizamos un puñadito de planos puestos como de cualquier manera, con Daphne entrando en escena de espaldas, mirando por la ventana y ya está. Sin aportar nada y sin tener muy claro el por qué. De hecho, cuando la subtrama de esta señora cobra verdadero sentido, casi parece como que el director se olvide por completo de la violentada y se saque "otra peli" de la manga. Es cierto que a Daphne se la muestra y menta en el metraje previo, pero tan poco y de manera tan aleatoria, que esa relevancia que cobra hacia el final descoloca un poco. Todo acompañado de pequeños momentos para la risa involuntaria, destacando las sobreactuaciones mega-dramáticas (ojito a la chica violada, Laurie Tait Partridge, puro descojono) y el doblaje. No se cómo sonará en inglés, pero en castellano "¿¡Crees que eres el único que quiere echarse un polvo con una joven marchosa?!" resulta altamente hilarante. Mucho menos graciosas son ciertas dosis de una crueldad animal que, ciertamente, parece no fingida y, por ende, resulta bien desagradable.
Mala como el demonio, pero también lo suficientemente curiosa, "La venganza de Daphne" es, tal y como diría don Víctor, toda una excentricidad.