sábado, 30 de agosto de 2025

ES PAT

Durante la primera mitad de los noventa, uno de los personajes recurrentes del programa de humor "Saturday Night Live" fue "Pat", especie de "nerd" de abracadabrante aspecto, irritantes maneras (sobre todo por su risita) y sexo indeterminado. Bien, esa era, en esencia, la gracia de sus sketches. Descubrir si se trataba de un hombre o una mujer, cosa que solía confundir a los personajes que le rodeaban y nunca obtenía una respuesta clara. Era algo así como "humor andrógino". No hace falta decir que sentó como una patada en el ojete al colectivo LGBTIQ+. Y si entonces les disgustaba, imagínense hoy día, con lo políticamente correcto imperando en el universo, y todo el asunto no binario / trans en plena ebullición. Actualmente nadie dice nada bonito de "Pat", jamás volveremos a verle en acción (su misma creadora e intérprete, Julia Sweeney, así lo ha reconocido) y, ahí quería yo llegar, su película de lucimiento, ya despechada en el año que se produjo -1994-, está considera casi materia radioactiva. Justo por eso quería echarle un ojal.
Tal y como ha ocurrido con otros personajes / sketches de éxito del "Saturday Night Live", veánse "Wayne´s World", "Los Cabezaconos" o "Movida en el Roxbury", "Pat" saltó a los cines. Lo hizo de la mano de "Touchtone Pictures" en una comedia donde se recurría a la fórmula habitual a la hora de abordar a todos estos tipejos excéntricos, entre lo ingenuo, lo gracioso y lo despreciable: el día a día de su existir, enfrentándose a lógicas y básicas necesidades humanas (dinero, amor...), rellenado todo ello a base de reiterar los chascarrillos más populares de su versión televisiva y, cómo no, cayendo en cierta moralina hacia el final, siempre contrastando con el tono desmadrado del film. Pal caso, se reivindica la existencia del diferente -aunque sin profundizar excesivamente, eran otros tiempos- y todo concluye en boda. Tampoco faltan los pasajes en los que el personaje deviene una celebridad mediática -casi siempre accidentalmente-, en este caso rejuntándose con un grupo musical tan de los noventa que había olvidado por completo su existir, "Ween".
Al hecho de que "Es Pat" arrastre mala prensa en un sentido moral, hay que sumar su super-fracaso. Se pegó un hostiazo tremendo en las taquillas de 1994 y la crítica se cebó con ella que dio gusto (aunque eso era lo normal). Hubo cines que, tras una semana de butacas vacías, la sacaron de cartel. Ya conocemos la naturaleza caprichosa del éxito. Obviamente hay comedias muchísimo peores que "Es Pat" y, por supuesto, no entro acá en cuestiones morales o políticamente correctas, a mi eso me la trae al pairo. Hablo de la película como tal y, sí, es cierto que toda ella resulta muy gilipollas, muy muy tonta, no provoca excesiva risa y se nota que el personaje tampoco daba para mucho, estirando los chistes -y las numerosos dobles sentidos, nivel escolapio- hasta la ajustadísima duración de 77 minutos (¡y le cuesta alcanzarlos!), quedando un entretenimiento chorras pa ver en un ratillo muerto.
Obviamente, dada la naturaleza "fracasista" de "Es Pat", poco aportó a sus responsables. Siendo la estrella de la función, Julia Sweeney ha ido aguantando el tipo hasta nuestros días, sin tampoco sobresalir demasiado. Su "partenaire", Dave Foley, era un rostro televisivo muy popular allí en su tierra y hoy sigue siéndolo. El ya fallecido Charles Rocket tampoco logró demasiado, aunque brilla especialmente interpretando a un tipo normal y corriente, felizmente casado, que destruye su vida al obsesionarse en descubrir cual es la sexualidad de su andrógino vecino. Y podría seguir desgranando el reparto, pero ¿pa(t) qué?. Me quedo con el larguirucho y reconocible Larry Hankin, siempre relegado -por aspecto- a papeles de tipo rarito, villano, perdedor o segurata, cosa que hace aquí e hizo en "Armados y Peligrosos".
La simpática banda sonora viene compuesta por Mark Mothersbaugh, de los "Devo". Adam Bernstein, director, salía del vídeo-clip y la televisión y a ello regresó tras el fiasco.