viernes, 31 de octubre de 2014

THE CHAIR

Conocida en nuestro país gracias a algún pase televisivo como “La cárcel alucinante” – y diciendo la voz en off en el título durante los créditos “La silla eléctrica”- y editada en nuestro país en vídeo y DVD,  “The Chair” es una película fallida del año 1985 del director  Polaco Waldermar Korzeniowsky, empeñado en dirigir un guión que su esposa tenía escrito y que descansaba en un sucio cajón, y cuyo resultado final se quedó almacenado en las latas hasta que en 1989, con la moda del subgénero de pelis de “silla eléctrica”  dentro del fantástico y el terror,  a la productora se le ocurrió estrenarla en el mercado del vídeo, para aprovechar el tirón de películas de temática similar como puedan ser “House III”, “Presidio”, “Horror en alcatraz” y, sobretodo, “Shocker,10.000 voltios de terror”, de la que podría parecer que mama, pero no.
La película se rodó antes de esta moda, pero como era tan mala, se decidió que era mejor no estrenarla.
La gracia del asunto es que su protagonista, James Coco, obviamente en horas muy bajas, falleció al año de finalizar el rodaje y tres años antes de que esta se estrenara, con lo que se le ve el plumero a la productora muy claramente. No obstante, el reparto de este bodrio está lleno de caras conocidas.
Si hago un esfuerzo para saber de que va, creo que la cosa anda entre un centro penitenciario que abre sus puertas tras permanecer muchos años cerrado y quieren convertirlo en centro psiquiátrico para criminales. Sin embargo, el centro penitenciario tiene dentro los espíritus de los carceleros y los condenados a la silla eléctrica del pasado, que junto a una extraña bombilla con un ojo en su interior, aparecerán, de vez en cuando, para hacerle la vida imposible a los actuales habitantes.
La película es un pastiche monumental que deambula entre la comedia, las películas de cárceles y el drama, que coqueteando con el cine de terror, en realidad no tiene nada de esto. Si, vemos al espíritu del ejecutado en la silla años atrás tal y como nos lo muestra el póster, pero todo lo escabroso se reduce a lucecitas azules que desprende la silla, y poco más. Por no tener, no tiene ni sangre; ni buenos gags cuando pretende ser graciosa, ni unos elementos sólidos cuando trata de ser cualquiera de los otros géneros. Sin embargo, lo que si tiene es un buen montón de actores conocidos, que luego nombraremos.
El caso es que la película es un rollo patatero que no hay por dónde cogerlo, con mucho bla, bla, bla, muchas ganas de ser graciosa cuando no toca y aburrimiento por doquier. No tiene mucho humor involuntario, pero el revoltijo general, el que no te enteras de nada de lo que pasa y que es una puta mierda, la convierten en una peliculilla, al menos, simpática. Pero vamos, que si no la ven nunca, no pasa absolutamente nada.
Curiosamente, además de un hecho polvo James Coco en su reparto (“Un cadáver a los postres”, “Mr Charlestón y sus secuaces”) tenemos a una jovencísima Trini Alvarado (“Agárrame esos fantasmas”, “Paulie, el loro bocazas”), Paul Benedict ( “Cocktail”, “Un genio con dos cerebros”), Stephen Geoffreys (“Jóvenes ocultos”, “976, El teléfono del infierno”),  Brad Greenquist ( “El llanero solitario”, “El cementerio viviente”) Paul Calderón (“Teniente Corrupto”, “21 gramos”), Mike Starr (“Ed Wood”, “Uno de los nuestros”) o Jaime Tirelli (“The brother from another Planet”, “Carlito´s Way: Ascenso al poder”). Todo ello en una película que costó tres pesetas, y todos ellos con cara de no saber ni que coño hacen en esa película. Porque cierto es que para muchos “The Chair” era una de sus primeras películas, pero la mayoría, ya eran actores resabiados con un montón de películas a sus espaldas. Y este reparto, es lo único que convierte a esta película en una curiosidad. Por lo demás… comida para tortugas subnormales de florida.
En cuanto su director Polaco, por supuesto, jamás volvió a dirigir nada más.

miércoles, 29 de octubre de 2014

UNA NOCHE EN EL VIEJO MEXICO

Tenía muchísima curiosidad por ver lo que hacía Emilio Aragón en su segunda película como director, y además, haciendo un film netamente americano, al menos, en lo que cuenta y en las maneras de hacer. Ya había visto su debut tras las cámaras, “Pájaros de papel” cuyo único problema es que se trataba de la enésima película española ambientada en la guerra civil, en tiempos en los que está de moda decir que todas las películas españolas están ambientadas en la guerra civil. Pero la única verdad, es que aquella película estaba muy bien.
Prejuicios a parte, la verdad es que tenía cierta confianza en que lo que hiciera Milikito en las americas, sería algo, cuanto menos potable. Y en cierto modo “Una noche en el viejo México” lo es. Al menos técnicamente.
Cuenta la historia de un un viejo vaquero  que se cuestiona el suicidio, puesto que a ciertas alturas de su vida, ha perdido todo, sus tierras, su dinero, todo. Recibe la visita de su nieto que se ha escapado del hogar, y juntos ponen rumbo a México a ver lo que el camino les depara. De por medio, una stripper,  un asesinato, una mochila con dinero que los protagonistas encuentran, y mafiosos intentado recuperarla.
Cuando digo que es una película potable, al menos técnicamente, lo digo porque Aragón, obsesivo perfeccionista, dirige con maestría, compone planos de belleza incuestionable y está claro que, aunque tardíamente, ha aprendido bien el oficio de cineasta. Pero por lo demás es una película de lo más lenta y aburrida, aún con un buen material de fondo. ¿Y por qué resulta harto aburrida? Pues simple y llanamente, porque Emilio Aragón trata de imitar  a los hermanos Coen. Y no le sale. Y es que intentar imitar a unos cineastas de por si irregulares, conlleva que la película que hagas, sea todavía más irregular. Emilio Aragón, trata de hacer su propio “No es país para viejos” y le ha salido una cosa técnicamente digna, pero que asesina el concepto “entretenimiento”. Además le falta un poco de mala leche, porque aunque veamos algo de sangre, alguna tapa de los sesos volada y una de las protagonistas sea una stripper –a la que, en realidad, no le vemos ni bailar- la película es blanca como la banda sonora de la serie de animación “La aldea del arce”, obra también del director de la película.
No obstante, me gusta la actitud de Aragón de ponerse ha hacer cine americano en lugar de repetir haciendo lo de siempre, que es lo que toca en el cine español, y aunque esta le ha salido flojilla, le auguro mejores películas en un futuro y hasta es posible que nos de una sorpresa, porque como director, así las cosas, Emilio Aragón es mejor que todos estos directores consagrados del cine español, que tan poco trabajan el concepto visual de sus películas. Ahí Emilio Aragón, con esta, igual se ha pasado.
En cuanto a la repercusión en el público, “Pájaros de papel” ya fue floja con sus 300.000 espectadores, pero este “A night in old Mexico”, en cines españoles ha congregado 27.000 míseros espectadores. Fracaso total.
En el reparto, apenas sale de plano Robert Duvall que está ya muy mayor el hombre, Jeremy Irvine (“War Horse”) Angie Cepeda, Luis Tosar,  Abraham Benrubi y Javier Gutirerrez.

sábado, 25 de octubre de 2014

AXE GIANT: THE WRATH OF PAUL BUNYAN

“Axe Giant: The wrath of Paul Bunyan” cuenta la historia de un grupo de ancianos que deciden pasar la tarde en un parque. Una vez allí, un niño con cara de rana surgido de una charca comienza a atacar a aquellos que llevan dentadura postiza y.... no, es broma, lo siento, tenía que hacerlo... en realidad la película gira en torno a un grupo de adolescentes conflictivos que, acompañados de un severo instructor y una trabajadora social, se largan una semana a una cabaña para "enderezarse". Una vez allí, uno de ellos manga el cuerno del esqueleto de un torito bravo, lo que desatará la ira de su propietario, una suerte de troll/ogro gigante y gruñón, casi un troglodita, armado con una mega-hacha que dará buena cuenta de todos ellos.
Lo que aquí tenemos es un slasher puro y duro típicamente moderno, que mezcla elementos propios de los clásicos (el monstruoso asesino se basa en auténtico folklore norteamericano -Paul Bunyan es ese leñador barbudo que moldeó la geografía del país de las barras y estrellas a base de pisotones y hachazos-, el grupo de protagonistas teenagers, la acampada, etc), con ribetes de estulta post-modernidad, como esa tendencia a la exageración -comenzando por el mismo asesino- y al gore brutal que, justamente, de tan llamativo y desacomplejado, se vuelve inofensivo y casi cómico. Cuando un slasher de los "good old days" era ultra-violento, lo hacía con resultados perturbadores. Hoy la cosa se ha convertido en total y absoluta chirigota (véanse los "Hatchet" mismos).
A todo esto, súmenle el que parlamos de una película de producción macro-pobre grabada en un vídeo muy cantoso que le confiere un look muy amateur, igual que esas famosas "backyard movies" ochenteras solo que comedidamente beneficiada por los adelantos tecnológicos. Sin embargo, y a pesar de ello, seguimos encontrando elementos que la delatan, como algunos temibles actores (sobre todo secundarios y extras) y, por encima de todo, los efectos especiales.
Estos se reparten entre látex y CGI... si es que a esto se le puede llamar CGI. Los primeros están dignos (como la caracterización del amigo Paul Bunyan), lo que tiene una explicación que luego desvelaré. El problema es que la claridad y brillantez de la imagen -digital- nos recuerda a la acción real que acompañaba aquel juego de mesa llamado "Atmosfear". Dicho de otro modo, el látex pierde su textura orgánica pa parecer goma de mascar. Los segundos, aquellos puramente digitales, son muy terribles. Tenemos animales animados, un porrón de gore chunguísimo y unos cromas que dan putos escalofríos. Las imágenes fijas retocadas parecen haber sido tratadas con el "Paint".
Todo esto no sería molesto –rima!- si la película no intentara ser más de lo que es. Si no pretendiese encajar como producto de terror standard. Le falta elemento exploitation. Sobran intentonas de facturar algo más legítimo, con personajes cargados de humanidad -que nos importan un puto carajo- y otros rollos del estilo que, pal caso, no hacen falta ni pegan. A una peli de este tipo, que presume de ultra-independencia, le pides cuanto menos algo llamativo, algo diferente. Tratándose como se trata de un slasher al uso, no puedes exigir originalidad, ni un guión rompedor, pero sí unas dosis de truculencia... por desgracia este es el único elemento en el que "Axe Giant" puede aportar “quelque chose”, y digo por desgracia porque son, pues eso, pocas, muy cutres en el peor sentido y no dejan nada satisfecho.
Para rematar la jugada intentan colarnos, ya hacia el clímax final, una subtrama "pseudo-romántica" que dote de elemento trágico al monstruo, pero es demasiado tarde. Más teniendo en cuenta que a lo largo de la peli ha sido tratada muy arbitrariamente y de refilón.
En cuanto al personal implicado, y ahí viene la solución al misterio arriba expuesto de los efectos de maquillaje, encontramos a Robert Kurtzman, antiguo miembro del famoso "KNB Group" y director de cosas como "Wishmaster", "The Rage" o "Enterrado vivo". Él produce y, obvio, le da gusto al látex.
El director se llama Gary Jones y posee un notable historial a base de "Boogeyman 3", "Ghouls", "Planet Raptor" (todo telefilms), "Crocodile 2: Death Swamp", "Mosquito" y algunos capítulos de las series "Hércules" y "Xena, la princesa guerrera". La verdad, nadie diría que tiene tanta experiencia.
Entre los guionistas encontramos a Jeff Miller, implicado en las antologías zetosas de Paul Talbot "Freakshow" y "Hellblock 13". Es también responsable de una cosa reciente de poco prometedor título, "Volcano Zombies".
En el reparto de "Axe Giant: The wrath of Paul Bunyan" únicamente destacan tres rostros. El de Joe Estevez (hermanito de Martin Sheen), un auténtico veterano en las lides de la serie Z y que, pal caso, sobreactúa -e irrita- que da gusto dando excesiva vida a un paleto de las montañas (y pa que él, haciendo un papel secundario, aparezca como prota en Imdb, imaginen cual será el nivel general). Le sigue Dan Haggerty, el famoso "Grizzly Adams" televisivo, auto-parodiándose y sufriendo una muerte salvaje que impactaría mucho si no fuera por lo povera de su CGI. Partido en dos con una sierra. Algo parecido le ocurre a la última persona del reparto a la que voy a citar, aunque sea por los motivos equivocados, Jill Evyn, el personaje de la golfa que se saca las tetas clásica de todo slasher, y que va acorde a lo miserable del conjunto. Da grima en TODOS los sentidos y no se la pondría morcillona ni a un retrasado.
"Axe Giant" es
mismamente como una de la primera época de "Asylum". Rematadamente prescindible.

PD: Gracias a Aratz por pasármela.

miércoles, 22 de octubre de 2014

LAKE MUNGO

Mockumentary (o lo que es lo mismo, falso documental) de origen Australiano, que precedido de buenas críticas y con unas pretensiones engañosas a más no poder, finalmente se prodiga como una película sosa, aburrida y que en su afán de sorprender logra el efecto contrario; esto es que intuyes el giro que da el argumento a mitad de la película, mucho antes de que ocurra.
No es exactamente un “Found Footage”, pero si una consecuencia de ellos y con sanas intenciones de dotar al asunto de seriedad. Para que me entiendan, que es un semi “Found Footage” adulto, y destinado a un público adulto, no al adolescente.
Un buen día una señora madre recibe la noticia de que su hija ha desaparecido mientras se bañaba en un lago. Cuando aparece el cuerpo y se la da oficialmente por muerta, la familia comenzará a presenciar a través de sus fotos y sus vídeos caseros, apariciones de esta niña. Un parapsicólogo revela que la chica iba a verle y durante las sesiones avistaba su fallecimiento. Pronto descubrirán –y descubriremos- que es lo que pasa realmente.
A rasgos generales, salvo por la obviedad de algunas resoluciones, no es una mala idea, de hecho está filmada a modo de documental en plan muy serio, con buenos actores y sin que chirríe nada de ello. Incluso, cuando presenciamos esos videos filmados por la familia, o esas fotos, y vemos el supuesto fantasma de la chica, verdaderamente sentimos escalofríos. Lo único que los sentimos las primeras veces, y como no dejamos de ver vídeos en los que la chica aparece, a la cuarta aparición, por repetición, cesamos de sentirlos, por lo que la atmósfera que en un momento se crea, desaparece por mostrarnos demasiado. Conscientes de esto, los responsables tiran por otros derroteros; Craso error, perdemos por completo el interés por la historia, por lo que sucede y tenemos sensación de tomadura de pelo.
Pensando fríamente, porque como ya he dicho, no es en absoluto una mala idea, ni creo que esté en exceso mal ejecutada salvo por lo antes comentado, yo creo que el problema de que esta película no me acabe de enganchar es su procedencia Australiana. Con esto lo que quiero decir, es que no estoy familiarizado con el tempo de esa cinematografía, ni con la concepción de sus terrores y quizás sea su procedencia la que me ha impedido disfrutar totalmente de la película. Quien sabe.
Con todo, véanla. Muchas cosas peores han pasado por estas retinas sin inmutarme, y al fin de al cabo, esta es sosainas, pero no es mala película. Simplemente, no me acaba de convencer.
Técnicamente, de los efectos especiales, sencillos pero en un principio potentes y efectivos, se han encargado los señores de Weta. Efectivamente, los que suelen trabajar siempre con Peter Jackson.
Se trata del debut en el largo del director Joel Anderson, que simplemente por la seriedad con la que se enfrenta al material, aunque este “Lake Mungo” resulte fallido, habrá que tenerle en cuenta.

lunes, 20 de octubre de 2014

ESOS"ALEGRES" VAMPIROS

El vídeo club nutría al vídeo club, entonces, títulos con gancho, inspiraban a las distribuidoras a la hora de elegir otros títulos. Se basaban en los títulos, porque era imposible hacer un cálculo de las cintas más alquiladas, que si no, sin duda, basarían sus títulos en esas películas.
Así, si hace poco les hablábamos de “Esos locos fantasmas”, hoy vengo a hablarles de “Esos alegres vampiros”, que como pasa con la anteriormente citada, es, además de videoclubera, una putísima mierda. No sabría decir cual es peor, si esta o la de los fantasmas.
Un par de muchachos y una muchacha se van en coche a un pueblo perdido de la mano de dios  llamado Yarralumla, y allí, se meten en un caserón dónde, a pesar de los rostros azulados de los habitantes, no se dan cuenta de que estos son vampiros.  Estos, se convierten en anfitriones de nuestros protagonistas, haciendo durante el grueso del metraje gags y chascarrillos sin gracia hasta que, casi al final, se los quieren comer.
Es asombroso el aguante que hay que tener para ver entera esta película, y su visionado me ha hecho cuestionarme, si verdaderamente merece la pena pasar una hora y media de tu vida deseando que se acabe algo, solo para luego dedicarle unas líneas en este blog, que a buen seguro leerán solo cuatro gatos. Esto no es amor por el cine en todas sus vertientes, esto es ser gilipollas.
Sea como fuere, me pase lo que me pase, soy adicto a esta mierda. Así que no creo que lo deje…
Reflexiones –obvias- a parte, decir que nada de la película es medianamente divertido o atractivo. Si acaso, y por mencionar algo, decir que el chapucero maquillaje de los vampiros (sobretodo el del cabecilla de estos), unido a la indumentaria que me gastan, frac y capa como Bela Lugosi, y la original, aunque facilonga, particularidad de que a estos vampiros no les mata ni el ajo, ni las cruces, ni la luz del día (de hecho salen al exterior con solazo) puede tener algo de gracia, pero no la suficiente para aguantar la hora y media.
Con este pack de “Esos locos fantasmas” y “Esos alegres vampiros”, me enfrento, muy a pesar mío, con las peores películas chungas de mi vida, esas que hay que examinarlas con lupa y estar de muy buenos ánimos para sacarles algo positivo.
La película es australiana. Y en nuestro país la distribuyó en vídeo la entrañable “Lightning vídeo
Dirige Colin Eggleston, director  clave del “Exploitation Australiano”, más conocido como “Ozploitation”, que consiguió un modesto éxito con su anterior película “Cassandra”, un “Exploitation” de “Carrie” sobre una joven que sueña con una serie de asesinatos que se cometerán después. La mítica “Sky Pirates” de la que Naxo ya dio buena cuenta aquí y , sobretodo, de “Largo fin de semana”, que goza de cierto culto por todo el planeta.
Tras “Esos alegres vampiros”, no volvió a dirigir nunca más. Por algo sería.

viernes, 17 de octubre de 2014

NOSOTROS NO SOMOS ÁNGELES

El “ExploitationItaliano es absolutamente fascinante, descarado y rozando la ilegalidad. No contentos con plagiar todo éxito norteamericano que se les ponía a tiro, también tenían que auto plagiarse  y hacer las versiones de los éxitos autóctonos con la idea de arañar unos cuantos miles de dólares.
Así nace el fenómeno Michael Coby y Paul  Smith o como vulgarmente se les conoce en círculos más o menos especializados “Los clones de Bud Spencer y Terence Hill”.
Obviamente, Bud y Terence lo petaron no solo en Europa, sino que en estados unidos llegaron a tener algo de éxito.
Todo esto nos remite a los años setenta y tras el éxito de “Le llamaban Trinidad”, que a algún despiadado productor Italiano, se le ocurrió plagiar la película y para ello contrató a dos actores que se parecieran a los astros, o al menos, que juntos pudieran crear confusión entre las plateas europeas. Estos fueron  el americano Paul Smith y  el Italiano Michael Coby: el primero sería el sosias de Bud Spencer, y el segundo lo sería de Terence Hill, y si bien es cierto que el primero tiene un gran parecido con Spencer, el segundo, nacido con el nombre de Antonio Cantafora se parecía a Hill únicamente en que era delgado y rubio. Pero efectivamente, juntos daban el pego, y podían pasar por los auténticos ante el espectador más despistado, máxime cuando, al estar rodadas las películas de Bud y Terence en Inglés, eran doblados por los mismos actores que solían doblar a Bud Spencer y Terence Hill en las versiones italianas de sus películas.
Así, el “exploitation” que generó “Le llamaban Trinidad”, pasó a llamarse “Carambola”… y coló, ¡vaya si coló! La película fue lo suficientemente rentable como para generar una secuela  y  tres películas más con esta pareja, hasta que el engaño dejó de ser efectivo.
En España, pasó algo curiosísimo. Se estrenó la película “Carambola” y pasó inadvertida, apenas congregó 30.000 espectadores de los años setenta. Pero la secuela se estrenó con el título de “Les llamaban los hermanos de Trinidad”,  y esta si, congregó cerca de los 700.000 espectadores. Así que se re-estrenó “Carambola” un año después con la premisa de ser “De los creadores de “Les llamaban los hermanos de Trinidad”” y metió en salas 500.000 espectadores más… pero ya la película posterior, que es la que nos ocupa, no logró engañar a nadie y no la vio en cine ni el Tato. Las ultimas, directamente, ni se estrenaron. Quizás en vídeo.
No obstante, y antes de pasar a comentar la película, contaré una anécdota: Resulta que el productor de su última película como clones “Simón y Mateo”, Edward L. Montoro, decidió estrenarla en Estados Unidos bajo el título de “Convoy Buddies”, y para ver si los yankies picaban, borró de los créditos los nombres de nuestros protagonistas, pasando a  rebautizarles como  ¡Bob Spencer y Terrance Hall! Esto cabreó muchísimo a Smith que decía que el nombre era la única identidad de un actor, y denunció a Montoro, ganando el litigio y siendo indemnizado por daños y prejuicios. En consecuencia, se acabó el fenómeno de los clones de Bud Spencer y Terence Hill, siguiendo cada uno de los actores sus carreras por separado. En el caso de Smith, la cosa fue a mejor, ya que, tras hacer una película en solitario como clon de Spencer en Israel –“Si me enfado… lo rompo todo”-, dónde esta particular pareja gozó de mayor éxito, se trasladó a Hollywood, donde se ganó un huequito en el “Star System”, haciendo de Brutus en el “Popeye” de Robert Altman, y haciendo papeles en  “El Expreso de medianoche”, “Dune” e incluso un auto-homenaje en “Maverick” junto  a Mel Gibson, aunque siguió haciendo roñas, incluso en España, donde participó en nuestra “Mil gritos tiene la noche” de Juan Piquer Simón.
Por su parte, Coby, llegó a trabajar con directores como Fellini, Skolomovski o Michael Winner, pero su carrera deambuló por la serie B más feroz apareciendo en films como “Demons II”, “El Jugador” de Argento, y fue  la identidad secreta de “Supersonic Man” de Juan Piquer Simón…. Así  que ¡Ambos trabajaron a las ordenes de Juan Piquer Simón¡ ¿Conocería este estas películas?
Por su parte, “Nosotros no somos ángeles” sería consecuencia del éxito de “También los ángeles comen judías” y en algunos países como Francia, llegó a estrenarse como tercera parte del binomio “Trinidad”, convirtiéndolo en trilogía aunque nada tenía que ver. Aún así, esto tiene algo de sentido porque esta película aprovechaba todos los tópicos del cine de Terence Hill y Bud Spencer; Es decir, se parecía en el póster y en el título a “También losángeles comen judías” y Paul Smith aquí es luchador de lucha libre como lo era Spencer en la que expolia, pero por otro lado, la película transcurre en el lejano Oeste, pero ya con la mecánica instaurada, lo que les permite a nuestros protagonistas, pelearse por la propiedad de un automóvil , como lo hacían Hill y Spencer en “Y si no nos enfadamos”. Vamos, para que el público pique, si no es por un lado, por otro. Huelga decir que en todas sus películas, nuestros actores se peleaban (un tanto chusqueramente) e imitaban gestos y ademanes de Bud y Terence, con el fin de asemejarse lo máximo posible.
“Nosotros no somos ángeles” tiene la trama más confusa y peor explicada de la historia del cine. Vemos a nuestros actores haciéndolo como los otros, pero todo lo demás falla, no solo el entretenimiento (esto es aburridísimo) si no la dirección y la estructura de la película, con lo que nos enteramos de poco, pero la película trata de contar la historia de dos hermanos que, peleándose por un coche Europeo que han comprado, deciden poner una empresa de automóviles en el oeste, donde este  vehículo aún no ha llegado, y donde los republicanos se oponen a tal  progreso, lo que les acarreará un montón de problemas que tendrán que resolver a base de mamporros y buenos sentimientos. Ni que decir tiene, que las peleas de esta película están a años luz de las de las películas de Terence Hill y Bud Spencer. Pero eso es lo grande de todo esto. Con este tipo de películas, es mejor lo que hay detrás que las pelis en si mismas, que siempre son insoportables.
Dirige la película bajo pseudónimo de Frank Kramer, Gianfranco Parolini, artesano italiano como cualquier otro, que firmó cosas como “Los 3 Supermen”,  reputados “Spaghetti Westerns” como “Adiós Sabata” o “Seis balas, una venganza, una oración” y otras marcianadas como "Yeti: el abominable hombre de las nieves" o "El secreto del imperio de los incas".
Ahora vayamos con una de las ediciones videográficas de esta película en nuestro país, y que muy bien podría ir en nuestra sección “Aquellas  carátulas maravillosas”. Porque si en Italia eran expoliadores, aquí en nuestros videoclubes, con tal de que alquiláramos como borregos, hacían con la carátula lo que les salía de los cojones.
Vale que la peli se vende como si fuera de Terence Hill y Bud Spencer –fíjense bien en el cartel que ilustra la reseña- pero si presidiendo el póster tenemos una ilustración de Paul Smith… ¿Qué necesidad había de poner otra del propio Terence Hill al lado y no de Michael Coby?. Y por si eso fuera poco, miren el dibujillo de debajo de los actores. Ahora miren este cartel de “Loca academia de Policía IV” que les he colocado a la derecha. Saquen sus conclusiones.
En cualquier caso, resulta todo esto del todo fascinante. Igual que el fenómeno “Clones”. Ahora ¿Las películas? Una puta mierda. Pero hay que verlas y coleccionarlas… al menos yo no puedo evitarlo.

miércoles, 15 de octubre de 2014

PAPÁ PIQUILLO

El éxito abrumador de Chiquito de la Calzada fue algo que como vino, se fue. Eso era de prever. No daba para más el asunto. Y yo entiendo el éxito de aquel señor, pero nunca lo compartí. Siendo como soy un gran consumidor de humoristas (Tip y Coll, los mejores) nunca me gustó Chiquito como cuenta chistes (se repetía más que la leche y acabó auto parodiándose, lo que resultaba terrible), y sigo sin entender la puta gracia que puedan tener Faemino y Cansado que me parecen malísimos. Y eso que no entramos en el pantanoso terreno de los humoristas actuales (si es que son humoristas) en el que ya entran en juego odios y manías personales. Pero exceptuando estos, con todos, incluso con los más patéticos tipo “Félix el Gato”, me gusta verlos y me suelo reir. Soy incluso muy permisivo con el humor. Pero a Chiquito, pues la verdad, no.
Otra cosa es el cine, las películas para lucimiento de estos artistas. Como curiosidad me interesa mucho, independientemente de lo que me parezcan a mí los protagonistas. Ahí, las  películas que explotaban a Chiquito cuando aún su fama estaba en alza, “Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera” o “Bracula, Condemor II”, me pueden llamar la atención por su condición natural, pero como no me gusta chiquito, me parecen una patata. Malas a más no poder. Las tengo en DVD no obstante, para que entiendan que me gusta el producto, me gusta su existencia, pero no son películas que vea una y otra vez.
A lo que voy es que de las tres películas que protagonizó Chiquito, la que si me gusta, y me parece incluso entrañable de lo ñoña que es, es este “Papá Piquillo”, que venía a destiempo (en 1998 Chiquito ya ni siquiera salía en televisión, o al menos, con la misma asiduidad que en 1994) y con la sana intención de demostrar que Chiquito de la Calzada, además de hacer eso de “Grijandemorenau”, también podía actuar  y hacer un registro dramático. Y sin salirse de su propio personaje, demostró que si podía, aunque no le sirviese de nada. De sus tres películas, fue la que menos recaudó. La vieron unos paupérrimos 120.000 espectadores.
Claro, que en contra de lo que se cree, las dos películas anteriores de Chiquito, que venían con la fama del cómico ya acabándose, tampoco fuero éxitos, pero si recaudaron bastante más que esta.
La película no es un muestrario de las gracietas de chiquito. Es una película con argumento y en la que Chiquito interpreta. Papá Piquillo, es un patriarca gitano que tras el accidente mortal de su hija, tiene que hacerse cargo de todos sus nietos. Tiene salir a trabajar con ellos, con el mono y la cabra, y mal comer, pero es la única forma de subsistir en un mundo en el que la única forma de generar dinero es vendiendo droga, cosa que Papá Piquillo, quiere impedir a toda costa. La cosa se complica, cuando uno de sus nietos sufre un accidente que lo paraliza y que para operarlo, tienen que llevarlo a Australia, cosa que, no es que sea cara para Piquillo, si no, que es imposible. Por lo que se le complicará algo la cosa.
A ver; no es que sea una gran historia. Ni siquiera es una buena película. Pero como está entretenida, y con su intencionalidad de película estándar (no un mero vehículo para el lucimiento de Chiquito), como incluso llega a tocar la fibra porque es una película ñoña y emotiva, a mí me gusta bastante más que las otras películas de Chiquito. Porque es una película de verdad. Ahora, quienes busquen en ella, las gilipolladas del “Condemor”, pues puede que les guste la película (porque está bien) o puede que no. En cualquier caso, y visto lo visto, si que es una de las mejores películas del inefable Álvaro Sáenz de Heredia, su director, que cuando hace películas, y no vehículos para tal o cual humorista, la verdad es que las hace bastante bien.
En cuanto a “Papá Piquillo”, es una película familiar ideal para las navidades, que le da mil vueltas a cosas que se antojan más actuales, pero dirigidas por directores que no tienen tanto oficio como de Heredia como pueda ser “Angeles S.A.”.
Está bien. Visible. Y si fuera niño, supongo que me encantaría.

viernes, 10 de octubre de 2014

LA MARCA DEL ASESINO

Hace poco les hablaba de “Instinto Básico”, y citaba uno de los muchos “Exploitations” que surgieron a raíz de su éxito, este “La marca delasesino”,“Traces in Red” en su versión original.
Un thriller moderno con descarnado y tórrido sexo, como demandaban los noventa.
El caso es que como buen fan de James Belushi,  en su momento alquilé la película, consciente de que este era un claro ejemplo del inicio de la decadencia del actor. A posteriori, porque la intención inicial de la película era acabar de lanzar como todo terreno – que no lo es- a Belushi, en esta producción de Samuel Goldwin, que al final fue un absoluto fracaso. En nuestro país la vieron unos míseros 230.000 espectadores.
Claro, porque el thriller moderno con descarnado y tórrido sexo que se nos anunciaba, era en realidad un thriller de lo más tontorrón con un sexo casi ausente más allá del cartel promocional. Es más, esto es casi mejor, porque ¿A quién le interesa ver escenas de sexo entre estos dos cincuentones y entrados en carnes James Belushi y Lorraine Bracco? Porque vaya dos “sex symbols", señora. La barriga mas grande y el culo más gordo de la historia del cine, respectivamente.
La película, además de estúpida, es un coñazo de aúpa.
Se van sucediendo una serie de asesinatos a mujeres que algo tienen que ver con nuestro protagonista, un detective que, a la par que se va cometiendo un asesinato, va recibiendo cartas anónimas con poemas macabros que parecen escritos por un retrasado mental. Como parecen escritos por un retrasado, el detective no les echa cuentas, hasta que la cosa se va haciendo más gorda. Así que, puestos a desconfiar de todo el mundo, y para que la película se parezca un poco a “Instinto Básico”, Belushi empieza a buscar pistas en diversas manchas de carmín que desembocan justo en los labios de una viuda de culo gordísimo (la Bracco) a la que se tira ocasionalmente. Y según avanza la trama, la película pega, no un giro, sino dos, que si la película ya era mala, la tornan vergonzosa.
Una cosa absurda, tonta, y lo que es peor, poco interesante o nada. Un coñazo en el que James Belushi hace de James Belushi, pero como omite la sonrisa de medio lado, y los chistes malos e irónicos, es lo mismo que no tener nada. Además, que las pocas escenas de sexo que tiene con la Braco, se le dan fatal, así pues, acaba poniéndose bizco cuando no debe. Es como ver al agente Dooley de “Super Agente K-9” pero en plan serio y trascendente, que de vez en cuando se acuesta con una señora poco apetecible (cosa que Dooley nunca haría), y la investiga, aunque desde el primer momento canta, y por soleares, que la asesina, aunque todo indica que va a ser esta señora, finalmente, será cualquier otro. Y cuando vean el final (si es que lo van a ver) descojónense, como yo lo hice, con la resolución.
El fracaso en taquilla no fue suficiente para esta película. Por si esto fuera poco, le valió, en 1993, a Loarraine Bracco, una merecida nominación a los Razzies de ese año. No lo ganó, se lo arrebató Melanie Griffith por “Un extraño entre nosotros”, y James Belushi comenzó a aparecer menos en la gran pantalla para comenzar a hacerlo en la pequeña, e incluso, a no aparecer, ya que gran parte de su carrera a partir de mediados de los noventa, consta de prestar su voz a varipintos personajes animados.
Y todo por culpa de este bodrio. Seguro.
Para el director Andy Wolk, “La marca del asesino” supone su debut en el cine a la par que su despedida, ya que, si bien es cierto que nunca le ha faltado el pan teniendo hasta la actualidad trabajos televisivos de diversa índole, tambien es cierto que jamás volvió a dirigir una película destinada a salas. Parte de la culpa, supongo que la tiene el ritmo televisivo de esta mierda.

miércoles, 8 de octubre de 2014

GRIDLOCK´D

“Gridlock´d” es una película de culto en Estados Unidos, alabada por el azote de este tipo de productos, Roger Ebert (algo así como el Pumares español) y que descubría para el cine al rapero Tupac Shakur como solvente actor de variados registros –dicen que esta es su mejor interpretación y que estaba a la altura de los grandes contemporáneos- en una carrera que se vio truncada, pues justo en la post producción, Tupac moría asesinado a la edad de 25 años.
Nacida de manera independiente, cuando lo independiente se volvía mainstream – “Gridlock´d” sería la otra cara del “boom” de Miramax y compañía- es un película a la que siempre he tenido alta estima, y que, si bien es cierto que ha tenido sus ediciones videográficas, también lo es que en nuestro país estas han asomado la cabeza de manera muy discreta. En su momento me costó encontrarla en VHS, ahora, me ha costado encontrarla en DVD. Pero en ambos casos, di con ella.
Cuenta la historia de dos yonkies que, estando poniéndose hasta el culo la noche de  año nuevo, son testigos de como una amiga que vive con ellos sufre una sobredosis. La llevan al hospital y todo son problemas para ingresarla, con lo que casi se les queda en el sitio. Esto hace que se replanteen su condición de adictos, así que deciden dejar la heroína, y para ello acuden a un centro de desintoxicación, que para atenderlos les pide una tarjeta de atención médica temporal –hay que recordar que en los USA no hay seguridad social, y si eres pobre, no te atienden en el médico-  que no tienen y que han de conseguir. La odisea que ello supone, sumado a que han de esquivar las balas de mafiosos a los que han hecho pequeñas estafas, y las de los policías que les persiguen porque son confundidos con asesinos en un malentendido, componen el grueso de la película que en su hora y cuarto (las malas lenguas dicen que está incompleta porque Tupac Shakur murió en pleno rodaje) se nos queda corta.
La película, rodada con estructura de film de acción, va saltando de género en género cada dos por tres, así que, presentándonosla como un melodrama, pasa de la comedia al drama, regado con escenas de disparos cada dos por tres, chistes negros y escenas  de tensión, para al final tratarse de una película de denuncia social. ¿Y que denuncia? Obviamente, el precario sistema sanitario americano, que con lo avanzados que son  para la mayoría de las cosas los yankies, en cuanto a la salud pública dejan mucho que desear. Pero no lo denuncia en plan coñazo y sensacionalista como ya lo hiciera Michael Moore en su documental “Sicko”, sino que se apuesta por la manera más entretenida posible, con una historia interesante, muy buenos personajes, humor y acción. Y todo ello con cuatro pesetas, señores.
En definitiva, muy, muy recomendable.
La pareja protagonista, formada por Tupac Shakur y Tim Roth (muso del cine independiente de los noventa) tienen una química a prueba de balas, y gran parte de la eficacia de la película es gracias a ellos que hacen una interpretación memorable que, no obstante, pasó inadvertida. Si la película hoy es de culto, es porque, en su momento, no la vio nadie.
Junto a Shakur y Roth, tenemos en el reparto a rostros reconocibles como el de Tom Towles (Otis en “Henry, retrato de un asesino”), Lucy Liu antes de despuntar, Thandie Newton (“2012”, “Las crónicas de Riddick”) o Vondie Curtis-Hall, un comediante afro-americano que si bien hemos podido verle como actor en películas como “Blue Jean Cop”, “El Príncipe de Zamunda” o “Los Reyes del Mambo”, es quien se encarga de dirigir esta “Gridlock´d” además de otros films como “Glitter” (debut y despedida en el mundo del cine para la diva Mariah Carey), “Sin Salida”o, como no, unas cuantas series de televisión.
Lo dicho; muy, muy maja.

lunes, 6 de octubre de 2014

DANCE ACADEMY

Genuino “Exploitation” Italiano, que en los ochenta los Italianos no dejaban títere con cabeza y le pasaban factura a cualquier éxito de Hollywood, y aunque son conocidos por expoliar, sobretodo,  películas de terror o ciencia ficción lo cierto es que cualquier cosa les valía. Por eso, con este “Dance Academy” le pasaron factura nada menos que a “Dirty Dancing”. Claro, que lo que se roba es el concepto, la película dista mucho, en cuanto a argumento, de la protagonizada por Patrick Swayze.
Aquí, una escuela de Ballet clásico está al borde de la quiebra, por lo que deciden abrir plazas para dar clases de baile contemporáneo. Además,  el dueño de la escuela impone, como nuevo director del centro, a su sobrino ¡un recién salido de prisión que responde al nombre de David Bronson! Por otro lado, tenemos a un desmadrado trabajador del equivalente californiano al Merca-Madrid (vamos, que  transporta frutas) que no sabemos por qué cojones acaba en esa escuela, todo sucio y desaseado, y resulta ser un excelente bailarín. Envidias entre estilos musicales, amoríos medio retarded y muy confusos y una especie de concurso final, componen las casi dos horas de metraje que tiene la película.
Por si eso fuera poco, incluyen numeritos  musicales interpretados por los hermanos Guido y Mauricio de Angelis que provocan el rechazo y el  sopor más salvaje, por no hablar de las coreografías de baile, tanto clásico como moderno, ejecutados por bailarines que, o bien no han bailado en su puta vida, o bien son paralíticos. Que todos son retrasados se da por hecho.
Obviamente, entre tanto desbarajuste, alguna risotada te echas, pero esta suele ser muy discreta. El metraje es demasiado largo y el aburrimiento se instala en una película en la que, siendo todo muy de cajón, con una trama sencillita y para espectadores sin pretensiones, al final se vuelve una película confusa que no se entiende nada –sobretodo las historias de amor- por culpa de un guión de mierda y una dirección incompetente, al igual que el montaje.
“Dance Academy” como producto “exploitation” que es, tiene cierto interés, pero una vez saciado, no sirve ni para tirarla a la basura. Es terrible.
El reparto  merece la pena ser reseñado, a pesar de lo desconocido que resulta, porque se trata de un reparto de auténticos perdedores y actores de tercerísima categoría:
Laura Behr, apareció antes en un episodio de “Fama”, y tras “Dance Academy” no volvió a aparecer en ningún sitio más, sin embargo si que se mantuvo dentro del mundo del espectáculo, formando parte del equipo misceláneo de series de televisión como “Star Trek: Espacio profundo”. Steve LaChance, apareció como policía bailarín en “El loco mundo de Jerry” y “Dance Academy” sería su última película. Tony Fields apareció en “Muerte a 33 revoluciones porminuto” y tras “Dance Academy” se prodigó sobretodo en televisión. Paula Nichols debutó en “El asesino del taladro” de Abel Ferrara y luego hizo papelitos –dos o tres más- siendo “The Wonders” su película más decente.  David Dressel, apareció, además de en esta película en “Fonda Sangrienta” de Jackie Kong. Y para finalizar, tenemos a  Julie Newmar, actriz secundaria  del cine clásico, que aquí daba ya sus últimos bandazos tras estar mucho tiempo confinada en la televisión.
Y el dato friko lo trae consigo el director de esta ponzoña. Se trata de Ted Mather (seguramente sea un pseudónimo) que, presumiblemente, se gana la vida como músico ya que es el cantante de la sintonía de “Dartacan y los tres Mosqueperros” de váyanse ustedes a saber que país, y compuso las bandas sonoras de películas tan oscurillas como “Berserker”. Como director, además de “Dance Academy”, dirigió otras dos películas, ambas de este mismo rollo y que se titularon “Dance to win” y “Faith”. Menudo mamarracho debía ser el tal Mather.

jueves, 2 de octubre de 2014

CIRCO DE MONSTRUOS

Hideshi Hino es probablemente el autor de horror manga menos terrorífico de los que hay. Ya hablamos algo de el en el  podcast nº 20, destacando su participación en Guinea Pig y descubriendo después una nueva versión llamada Hideshi Hino's Theater of Horror. Una saga de mediometrajes muy similares a los de Guinea Pig, pero con historias suyas que había dibujado en mangas anteriormente.

Sus dibujos pueden tener el punto de desagradable necesario para que se le enfoque dentro del genero de horror manga, pero sus historias no solo contienen momentos terroríficos. En este manga que nos ocupa, no hay casi cabida para el terror, y eso que su portada y titulo parecen vendernos las historias más retorcidas y aberrantes jamás pensadas por un ser humano cuerdo. Pues no, nada más lejos de la realidad, todo lo que Hino nos cuenta en estas historias son sentimientos y situaciones de lo más humanas, solo que vividas por seres demoniacos y deformes.

El Circo del título, no es más que la excusa, el hilo conductor de todas las historias, por lo demás cada una de ellas podría ser perfectamente válida por separado y sin necesitar la presencia del circo. De esta forma las primeras viñetas y las últimas de cada historia suelen ser siempre las mismas, una pequeña presentación y la despedida. “Somos monstruos, diablos y deformes, no podemos vivir entre humanos, pero juntos somos el Circo de los Monstruos” Algo más o menos así es lo que coincide en todas las historias, pero como cuento cada una es una pequeña lección de vida.

La primera historia trata de una madre y su hijo. Ella es una mujer más o menos normal, pero su hijo es un bicho feo y deforme. Juntos hacen un número de ventriloquia, que realmente es falso. No es que el niño se haga pasar por muñeco, que también, sino que madre e hijo están unidos por el cuerpo. El crio nació por la palma de la mano de la madre, y así ha ido creciendo, con  esa mano metida dentro de su espalda. La historia nos cuenta el día que el hijo decide vivir libre sin su madre, y de la carnicería que se monta para llegar a tal fin. Este cuento nos muestra lo duro que es para una madre dejar partir a un hijo (síndrome del nido vacío) de cómo habiéndole dejado libre seguimos aferrándonos al recuerdo del hijo y o se le cuida desde la distancia, y la necesidad del hijo por partir y vivir la vida por el mismo. Como veis poco horror convencional y más de moraleja es lo que tiene la primera historia.

La segunda historia es probablemente la que más de horror puede ser. Ya que trata de un espadachín que toda las noches tiene que luchar contra su tatuaje que cobra vida y que acaba despedazándole para al día siguiente volver a revivirle. Esta trata sobre la aceptación de los pecados que uno comete. La más corta y la más foja.

En la tercera historia el protagonista es un ser con dos caras, una buena y amable, y otra violenta y desagradable que no cae bien a nadie del circo. Todos son muy amigos de la personalidad “buena” pero no quieren tener cerca a la “mala”.  Aquí Hino nos habla un poco de los enfermos mentales, tipo esquizofrenia, bipolaridad y otras enfermedades mentales. Sorprendentemente, al venir de un manga de horror, nos encontramos con un ejercicio de tolerancia y respeto.

La cuarta historia habla de celos, amores no correspondidos, o no correspondidos como la otra parte espera, y de lo que nos da fuerzas para seguir viviendo o ponernos en un peligro mortal. Los protagonistas son una mujer que escupe fuego, un hombre que se lo traga, y el hijo de este ultimo.

Quinta historia, esta también trata del amor y del egoísmo, de cómo este ultimo puede hacernos perder el amor de nuestra vida. O incluso como dos personas pueden ver el amor de forma diferente. Los protagonistas son un niño humano que adora las mariposas, y una niña que es la princesa de las mariposas. Ella le muestra su mundo al chaval, y este la acaba traicionando por egoísmo puro y duro, lo que conlleva a …. Bueno si fuera un manga de horror normal esto nos llevaría a sangre, destrucción, venganza  y muerte, pero Hino es más profundo que eso, nos lleva a muerte, pero también a perdón, perdida y amor.

La sexta y séptima historias hablan del amor. En la sexta trata de un amor entre hombre y mujer, y la séptima entre un padre (o una madre, ya que no dicen nunca que genero es, ni si tienen distinto genero esos monstruos) y su hijo. En las dos hay sacrificio y determinación por el bien del otro implicado en la relación, las dos son bonitas historias, aunque como digo estén protagonizadas por seres deformes o incluso demoniacos.

Por hacer una comparación de estas de tirarse al barro y regocijarse en ellas, diré que Hideshi Hino es el Paulo Coehlo del manga de horror. Sus historias están protagonizadas por seres deformes, monstruosos y repugnantes, pero con sentimientos mundanos, con los que cualquier lector se puede sentir identificado.

Poco horror, casi nada de terror, mucho de sensibilidad y amor. Quien lo iba a decir, con esa portada, eh?

miércoles, 1 de octubre de 2014

LEPRECHAUN ORIGINS

Sin duda, y como los asiduos al blog sabrán, uno de mis personajes favoritos ficción es “Leprechaun”. Le llevo tatuado en mi pierna y conozco las películas como si yo mismo las hubiera hecho. Así que llevo tiempo detrás de ver este “Leprechaun Origins”, consciente de que no llegará de ninguna de las maneras a nuestro apreciado país. Se estrenó en cines el 26 de agosto en pases sueltos (últimamente se estila mucho esto, que lastima) para ayer mismo, día 30, salir a la venta en DVD y Blu Ray en los Estates. Pero en Internet ya lleva unas semanas rulando por el ciberespacio una copia en HD perfectamente subtitulada en castellano. Así que la vi antes de ayer (¿Cómo no va a ir mal el cine y la venta de DVDs? Claro que en esta ocasión la excusa es que si no ¿Cómo demonios voy a ver las pelis que me interesan?).
Una vez vista, les remito a una de las frases de una de las reviews americanas, firmada, no precisamente por un amante de la saga, pero si del cine de terror y que define muy bien lo que es este Reboot de “Leprechaun Origins”: “Even the worst of the original Leprechaun films is better than Leprechaun Origins”. Para los más tontos: “Cualquiera de las peores entregas de la saga original de “Leprechaun” es mejor que este “Leprechaun Origins”. Y mira que cualquiera de las originales es mala…
Y es que la WWE estudios, ha cagado fuera del tiesto. La “World Wrestling Entertainment”, como si de “Marvel” se tratara, se mete en esto del cine con el fin de promocionar a algunos de sus luchadores. En esta ocasión se asocia con Lions Gate, y planean sacar un reboot de las películas del duende (recordemos que se basa en el folclore irlandés) pero en plan terror línea dura. Es más, aseguran que nos aterraran con la película. Y como reclamo contratan a un luchador enano que responde al nombre de Dylan “Hornswoogle” Postl, que además, en sus peleas, solía disfrazarse de “Leprechaun”, para encarnar al duende que en su momento dio vida Warwick Davis.
Sería muy estúpido e ignorante por mi parte, esperar de una película de terror que pretende dar miedo, un Leprechaun como el de Davis, con sombrero, zapatero remendón y soltando rimas sin parar. Pero también sería muy estúpido e ignorante si pensara que con un personaje como Leprechaun, tan asociado a una saga, podríamos decir, que de terror cómico, se pueda hacer una buena película de terror. Los de WWE, por lo tanto, deben ser medio patanes.
Y se que soy el primero que no quiere humor dentro de las películas de terror… con excepciones. Estas serían Chucky y Leprechaun. Incluso Leprechaun se presta más al humor que Chucky, porque desde que Mark Jones lo puso en circulación, este ha sido un duende chistoso producto e hijo de los noventa. Y así lo acepté de buen grado desde un principio. Y si veo una peli de Leprechaun, quiero a ESE Leprechaun, al igual que los fans americanos que piensan pizca más o menos lo mismo que yo. Este no es Freddy que al principio daba miedo. Es más un representante de la comedia que del terror. Aunque eso tampoco obsta.
Por otro lado, sería estúpido por mi parte valorar esta película como una más de la saga. Hay que valorarla como película independiente. Entonces pasa, lo que pasa siempre; que como película de Leprechaun no funciona en absoluto, pero como película de terror, sin tener presente la otra saga para nada, es un film del todo incompetente. Es más, si nos olvidamos de que se trata de una película de Leprechaun, nos olvidamos del único aliciente que tiene esta peli y el por qué vamos a verla.
Un grupo de estudiantes se va a Irlanda de vacaciones. Así que alquilan una casa rural para pasarlas, donde son encerrados por sus guardeses, para dárselos en sacrificio al Leprechaun que pulula por ahí y que les está haciendo la vida imposible. Y este, transcurrida una hora de película en la que no pasa nada, se los va comiendo.
Entonces, como película de terror, el argumento es de lo más soso y frío. La película, en su afán por dar miedo, apuesta por una fotografía lúgubre y oscura, que ocasiona que apenas se vea nada, sin conseguir dar miedo en ninguno de sus frames, más allá de los sustos tramposos de los que la película está plagada. No obstante, a su favor hay que decir que el gore que nos muestra está muy bien elaborado, casi sublime, pero es poco y mal avenido, por otro lado. Lo peor de todo es que es un coñazo absoluto, con estructura del peor “Slasher” sin ser un “Slasher”, en el que te aburres, te aburres y te aburres, hasta que muere alguien, pero es cuando esto ocurre, resulta que te has aburrido igualmente. Un absoluto despropósito.
Ahora vamos a comentarla como película perteneciente a la saga de “Leprechaun”. Lo único que tiene que ver con la parida por Mark Jones, es que el Leprechaun es duende y custodia su oro. Por lo demás, han eliminado todo rasgo humanoide de este y lo han convertido en bestia sin rostro (al final de la reseña pongo la foto. Si, eso es Leprechaun en esta película) que parece salida de cualquier entrega de “El señor de los anillos” (de hecho me recuerda al Gollum de la mala versión animada de “El Hobbit”), que solo gruñe, por supuesto  no habla y podía ser un Leprechaun como podía ser el demonio negro, porque nos da igual. Igual que nos da lo mismo que el luchador que le da vida sea  Dylan “Hornswoogle” Postl, porque ni se le ve… además podía ser un animatronic perfectamente, por su imposible fisonomía, y porque en ningún momento vemos al duende de cuerpo entero. Es más, siempre le vemos de refilón.
No hace falta decir, que la película carece de humor y, por supuesto, de sentido del mismo, porque se están tomando el material tan en serio, que eso es lo que asusta. ¡Ojo! me toca los cojones que sea tan seria una peli de Leprechaun, pero si que le hacía falta un poco de esta actitud a la gran mayoría de películas de terror. Más a las que, como esta, son de corte independiente.
Un despropósito en todos los sentidos, una puta mierda infecta de las más grandes. Además, engañosa… porque si es cierto que te venden la película como una más de la franquicia. El Póster es más deudor de la saga original , que de la película resultante, porque esa garra que sostiene el oro… ni siquiera es parecida a las garras del Leprechaun que aparece en la película, pero si a las del de Warwick Davis. Indignado estoy. No obstante, por completísimo, en cuanto pueda me haré con el DVD. Pero eso ya es enfermedad mía.
En el reparto, desconocidos y desconocidas a los que empezamos a ver en el terror “Videoclubero” (sigamos llamándolo así, aunque su medio natural ahora sea el VOD, es decir “video on demand”, para las televisones digitales) como Stephanie Bennett (“Encuentros paranormales 2”), Andrew Dumbar (“Alien Trespass”), Brendan Fletcher (“Freddy Vs. Jason”, “Ogre”) o Gary Peterman (“Superagente Cody Banks”)… vamos, una panda de matados. Pero no menos que el absoluto inútil de su director, Zach Lipovsky, al que Mark Jones tiene que tenerle una tirria absoluta y que viniendo de hacer efectos especiales en cortometrajes, debuta en el largo con esta mierda, y ya prepara otra que lleva por título “Dead Rising”.
Desde luego, ninguno es para tenerlos en cuenta en lo sucesivo.
Ahí tienen el aspecto de este nuevo Leprechaun. Este no puede rapear.