sábado, 30 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE : LA MALDICIÓN DE LOS BISHOP + LA TORRE DEL DIABLO

LA MALDICIÓN DE LOS BISHOP : Recién salida del sanatorio, Jessica, su marido y un amigo viven el sueño de los hippies instalándose en una vieja casa junto a un lago donde planean llevar una vida auto gestionada. Nada más llegar se encuentran con una okupa. Pero al ser joven, bella y de ojos azules, la invitan a quedarse. Pocos días después, un anticuario les explica a Jessica y su pareja que la casa estuvo habitada en el pasado por una dama que se ahogó en el lago y desde entonces corre el rumor de que es una vampira hambrienta rondando los alrededores. Las cosas empeoran cuando Jessica localiza una fotografía muy antigua en la que posa la supuesta muerta y resulta guardar un parecido considerable con la okupa.
"La maldición de los Bishop" (el título original suena mucho mejor: "Vamos a asustar a Jessica hasta la muerte") es setentera hasta la médula, y aunque siempre ha permanecido un poco en la oscuridad, con los años se ha granjeado un culto y un respeto muy notables. Sobre todo porque, dicen, gasta una atmósfera notoria y da algo de acongoje. Por desgracia es esa una apreciación que nunca he compartido. Le puedo reconocer ciertos méritos, su ambientación, las estupendas interpretaciones, etc, pero no ha calado tanto en mí como para considerarla algo especial. Tal y como yo lo veo, "La maldición de los Bishop" guarda un soterrado encanto, pero no deja huella y se olvida con facilidad.

LA TORRE DEL DIABLO
: Un grupo de jovencitos aficionados a la fiesta y el jazz van a pasar la noche a un islote solitario con la noble intención de fornicar sin descanso en su abandonado faro. Pero veinticuatro horas después aparecen todos terriblemente mutilados, salvo una superviviente. Concretamente, un chico ha sido ensartado con una espada de oro fenicia, lo que hace pensar a unos arqueólogos que tal vez exista un tesoro con tres mil años de antigüedad en la zona, listo para descubrir. Irán a por él y, lógicamente, se las verán con quien masacró previamente a los jovenzuelos.
Producción británica del año 72 que, en cierto modo, se adelantó a muchas fórmulas posteriormente explotadas hasta al saciedad por el género, especialmente si hablamos de "slasher". Sorprenden las dosis de erotismo y violencia que gasta, incluido algo de gore y unos efectos especiales nada desdeñables. Además, chorrea atmósfera y tiene sus momentos inspirados, sobre todo cuando por las noches los visitantes oyen inquietantes lloriqueos o risas burlonas surgiendo de la oscuridad. Cosa que no les impide "ir a ver qué pasa" en lugar de salir huyendo, pero no se lo tendremos en cuenta por su condición semi pionera.
Como es de ley en esta clase de productos, a medida que la trama avanza el efectismo desaparece y el sopor se impone, aunque nunca llega a hacerlo del todo y podemos alcanzar el "The End" sin habernos aburrido en exceso.

viernes, 29 de marzo de 2019

NOSOTROS

Me sorprendió mucho, hace ahora un par de años, en debut como director del comediante negro Jordan Peele con “Déjame salir” que arrastra las pasiones y los odios del respetable por igual, situándome yo en el lado de los que adoran esa película. Me pareció original, sorprendente y desasosegante, me gustó mucho esa película y cuando me enteré de la existencia de “Nosotros” la esperé con candeletas. Sin embargo, y como suele pasar con  los directores debutantes, corría el riesgo de que todo lo bueno de su ópera prima se convirtiera en un espejismo y que esta “nosotros” corriera el riesgo de  no ser los suficientemente buena. Y eso es justo lo que ha pasado.
Todos los ingredientes a priori son cuanto menos sugerentes; un “home invasión” con dopplegängers malvados acosando a una familia negra en una casa playera. Y el como lidian con ellos es el grueso de la película. Pues a pesar de las críticas positivas que ha recibido y de haber resultado un taquillazo en su primer fin de semana, clasíficandose “Nosotros” como el más rentable estreno de una película de terror en mucho tiempo —hechos estos que no tienen por qué interferir en la calidad de la película en modo alguno— he de decir, con todo mi pesar —porque tenía muchas esperanzas puestas en Jordan Peele— que “Nosotros” es un rollo patatero, largo, tedioso, un muermazo, que para mayor desastre muestra una incapacidad absoluta para crear una atmósfera o algo parecido al miedo. A eso no ayuda la modernez que supone, por un lado, componer una banda sonora que no es más que la deconstrucción de un viejo hit de Hip-hop de los 90 (el “I got 5 on it” de los Luniz) o que en momentos de máxima tensión el director se las apañe para que suene el “Fuck The Police” de N.W.A. a toda pastilla, consiguiendo así, más que un efecto narrativo o estilístico, una distracción para el espectador. Por lo demás, falla más que una escopeta de feria. Y es que el principal problema de esta película radica en que Peele tiene muy presente su primera película (de hecho, los mentideros de Internet especulan con la idea de que ambas películas transcurren en un mismo universo) y en lugar de querer hacer otra película distinta, pretende hacer la misma pero con otros ingredientes. Es como si a una pizza de peperoni le quitas el peperoni y en su lugar le pones judías verdes; el resultado, probablemente sea comestible porque la base es sólida, pero no necesariamente tiene que estar rico. Con lo cual, nos pasamos más de una hora deseando que la película se acabe.
Al margen de eso, y para seguir tendencias, al arranque que amenaza con buenas dosis de postmodernismo (que por suerte no llega a eclosionar) hay que destacarle extraños guiños ochenteros en forma de cintas de VHS que van desde “C.H.U.D” o “Un genio con dos cerebros” a obviedades como  “Los Goonies” y “Pesadilla en Elm Street”, así como el “Thriller” de Michael Jackson. Guiños, extraños o no, que puestos ahí concienzudamente, se quedan en la mera presencia de objetos en pantalla si tenemos en cuenta que, por otro lado, para poner en situación a sus actores, Peele les hizo ver, a  la Lupita Nyong’o y al Winston Duke, películas de terror como por ejemplo “Babadook”, “It Follows”o “Déjame entrar”, todas pretenciosas muestras del terror actual más sofisticado y repetable, por lo que, como autor de películas de terror, está claro que Jordan Peele no acaba de aclararse. Una pena. ¿Remontará con la siguiente? Y es que, aunque está claro que se siente la mar de a gusto en su rol de comediante reciclado a director de cine de terror, me temo que donde quizás podamos ver a un Jordan Peele en plena forma, sea en una comedia. A saber, que tan solo ha hecho dos películas.
Y si me permiten el apunte racista, en el cine de terror, en atmósferas oscuras, los negros quedan fatal: no se les ve.

lunes, 25 de marzo de 2019

LOS PADRINOS

Segunda película que protagonizaron los payasos de la tele en tierras argentinas, y última de una carrera que debería haberse lucido más en cine.
Es muy curioso el hecho de que, los payasos, cuya carrera fue tan fructífera durante décadas, tan solo diera para tres películas americanas. No logro comprender como es que no hicieron ninguna película española, que hubiera sido de recibo, a las órdenes de, por ejemplo, un Javier Aguirre.
En esta ocasión, y volviendo a escribir y dirigir la película Enrique Carreras, artesano argentino de los de toda la vida, se nos ofrece una trama desarrollada en los años 20 en la que Gabi, Fofó, Miliki y Fofito se tienen que ocupar de una bebé que es perseguida por unos mafiosos al estar involucrada la niña en una extraña trama de adopción ilegal (o algo así). Para que no se sepa donde está, se la entregan a los payasos que mientras la cuidan, tienen que intentar buscarse la vida como artistas en Buenos Aires a la par que se representarán sus canciones y se nos narran sus peripecias. Para darle color al asunto, una joven guapa y lozana se une a ellos, haciéndose pasar por chico ya que los payasos precisan de un mozo de equipajes.
La película, obviamente, es lo de menos. Su trama es liosa, está mal desarrollada y, en el peor de los casos, tanto a sus artífices como al espectador nos importa tres pimientos, aquí lo que importa es poder ver a los payasos interpretando sus canciones y sus sketchs, y de eso hay a mansalva durante la hora y media que dura la película. Entonces, sí, nos quedamos satisfechos de payasos, pero, y como también ocurría en “Había una vez un circo” da la sensación de que están desaprovechados, que no acaba de cuajar la subtrama en la que los vemos a ellos como niñeros de la bebita y que, en definitiva, cuando no están cantando, la película es aburrida y no funciona. Tampoco las canciones, muchas de las cuales están concebidas en exclusiva para la película, son lo suficientemente memorables, lo mismo ocurre con los gags; aunque pueda haber alguno gracioso, no llegan nivel de lo que, al menos en España, nos tenían acostumbrados en televisión.
Con todo, y a nivel retrospectivo y nostálgico, solo por ver a los payasos en una película merece la pena echar un visionado a la cinta. Es rancia, cursilona, lenta y aburrida, pero son Gabi, Fofó, Miliki y Fofito. Y eso siempre es una garantía.
El director, Enrique Carreras, poco después comenzaría una fructífera etapa dirigiendo algunos de los títulos más memorables de Olmedo y Porcel.

viernes, 22 de marzo de 2019

SKINNED DEEP

A Gabe Bartalos se le conoce, principalmente, por su prolífica carrera como técnico de efectos especiales y maquillaje. En este apartado, y para ahorrarnos el eterno listado de títulos, podemos destacar la cantera de bichos que pueblan el "Basket Case 2" de Frank Henenlotter. Todos ellos cortesía de Bartalos.
Pero al hombre no le basta con eso. Eventualmente le gusta hacer sus propias películas. "Skinned Deep" fue la primera de las dos que pueblan su currículo como director y guionista. Viéndolas se nota que hay amor invertido en ellas y que quedan bien lejos de ser meros productos de consumo. Son trabajos personales y que gastan un tono bastante extraño, delirante y alocado.
A simple vista "Skinned Deep" (apadrinada en su día por la revista "Fangoria") podría ser la eterna derivación de "La matanza de Texas". De hecho, hay una secuencia que directamente recuerda a su segunda parte, en la que Bartalos trabajó aplicando maquillajes. Una familia de chalados se dedican a la caza y captura de personas que seguidamente mutilan y devoran. Algunas de ellas lograrán zafarse y tomarse la revancha.
El aspecto que marca la diferencia es, primero, una estética barroca y recargada aunque también cruda y feista. Segundo, el estrambótico sentido del humor, en ocasiones tan bufo como surrealista. Si a todo ello le sumamos unas dósis de gore gran guiñolesco y que el film está rodado en unos bonitos 16 mm, surge un nuevo vínculo con otra película, la mejor de toda la filmografía de Peter Jackson: "Mal Gusto".
La mentada familia viene formada por un especie de hombre biomecánico con cortante dentadura de acero, un enano histriónico que lanza platos con mortal precisión (interpretado por "Leprechaun" himself, Warwick Davis. Y sí, Bartalos curró también en algunas películas del malvado duende), una abuela aparentemente angelical, un tipo con un cerebro gigantesco y otro del que no hablaré para no estropear la sorpresa. Sus víctimas son una familia paródicamente yanki y una panda de moteros de la tercera edad, entre los que localizamos al legendario Forrest J. Ackerman. El no menos legendario Captain Sensible, del grupo "The Damned", pone música a una secuencia hilarante protagonizada por el del gran cerebro (y que propició a sus autores problemas con la autoridad).
Tal ensalada da como resultado una película peculiar y bizarra, que podría pecar de intentar artificiosamente ser carne de culto, pero que no por ello es totalmente desdeñable. Tiene sus buenos momentos y sus buenas ideas. Curiosa.

martes, 19 de marzo de 2019

SOLA ANTE EL TERROR + SCREAMS OF A WINTER NIGHT

SOLA ANTE EL TERROR: Una niña tiene la desgracia de presenciar la agonía y muerte de su padre. Queda traumatizada de por vida y ya mayorcita es incapaz de caminar, salir de la cama y sociabilizar. Su madre y su tía cuidan de ella. O eso parece en un principio, porque luego, a su espalda, la desprecian cruelmente. De hecho, son las culpables de la muerte de su progenitor. Este, desde el más allá, ruega a su hija que acometa venganza y aunque a la chica le cuesta un poco, al final pillará un cuchillo y, en estado de trance, comenzará a acabar con todos. Entre medias hay un médico que también anda metido en el marrón y quiere encerrarla en un sanatorio (cortesía de un sobrio y estupendo Ricardo Palacios) y un músico alemán que se enamora de la protagonista y, ciertamente, no aporta nada a la historia.
Nos encontramos ante una de esas películas típicamente ochenteras de Jess Franco en las que se ha invertido el menor dinero posible y se nota. Todo es austero, mortecino e incluso deprimente (esas características calles vacías propias de la temporada baja). Los crímenes van bastante escasos en cuanto a hemoglobina y únicamente se reservan para el final un accidente automovilístico.
Rodean a Jess Franco sus habituales, Lina Romay como la moza traumatizada, Antonio Mayans como el padre y Mabel Escaño y Carmen Carrión como las villanas. Sorprendentemente no asoma ni una sola ubre en toda la peli.
Si digo que es más bien coñazo no digo nada nuevo. Luce todos los signos de identidad de su director y eso o lo tomas o lo dejas. Yo la he visto de reojo, mientras desarrollaba otros quehaceres y así, pues sí, se soporta. Sentado frente a la tele, con toda mi atención y todos mis sentidos dedicados a ella, dudo que hubiese sido capaz.


SCREAMS OF A WINTER NIGHT
: Un grupo de jovenzuelos se reúnen en una cabaña. Pasan el rato lanzándose zascas unos a otros, gastando estúpidas bromas y contando historias de
terror, historias estas que se nos presentan en formato imagen (e interpretadas por los mismos actores que hacen del clan de colegas, lo que está muy bien). En concreto son cuatro. Una bruja enana acosando a una pareja de noche en el bosque. Unos estudiantes pasándolo canutas en una casa encantada. Y unos chavales que visitan un cementerio y son atacados por espíritus malignos de papel maché. La chica amargada del grupo dice que está hasta el moño de cuentos de fantasmas y pone la guinda con un relato "realista" de asesinatos entre seres humanos. Al final de todo los chavales son machacados por una extraña fuerza sobrenatural y, casi dos tremendas horas después, se acaba lo que se daba.
"Screams of the Winter Night" es un ignoto producto del año 1979. Hay que reconocerle cierto saber hacer y solvencia, sin embargo adolece de lo mismo que muchas pelis de su época: A falta de nada mejor, se abusa del diálogo hasta límites soportables y en general resulta bastante plomiza. En concreto, la segunda historia es extremadamente palizas. Pero se le perdona porque se trata de una cosita entrañable, aunque tampoco repetiría.
Destacar los títulos de crédito iniciales, largos, con considerables segundos de pantalla en negro y diálogos, gritos y alaridos a modo de banda sonora. La verdad es que resultan bastante efectivos.

sábado, 16 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE: STARRY EYES + HELL FEST

STARRY EYES : Sarah es una aspirante a actriz extremadamente ambiciosa e infeliz porque todos los castings a los que va terminan en fracaso. Hasta que un día, tras acudir a uno algo peculiar, la llaman de nuevo. Ella, radiante de alegría, se reúne con un siniestro productor que intenta beneficiársela, por lo que la chica sale huyendo muy disgustada. Decide tirar la toalla y seguir con su monótona vida, pero no puede. Es demasiado. Así que cede a las demandas carnales del viejo verde. A partir de tan humillante momento, comenzará a mutar en otra persona. U otra cosa. Y en el camino se llevará por delante a unos cuantos amigos.
"Starry Eyes" fue la sensación "indie" de su momento. Y uno no sabe cómo encarar esta clase de materia porque, por lo general, el resultado siempre termina decepcionando. Afortunadamente no es este el caso. La película se sigue con sumo interés mientras sufres junto a la protagonista. Y cuando da el giro sobrenatural, está bien llevado, es angustioso y las consecuentes escenas de contundente violencia son más impactantes y perturbadoras al haberse reservado para el momento justo y necesario. 
Alex Essoe, que interpreta a Sarah, se deja la piel en una formidable interpretación. A su vera Pat Healy, estupendo actor habitual también del moderno cine independiente.
Los directores y guionistas, Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, fueron fichados por una "major" y en estos momentos están apunto de estrenar la nueva versión de
"Cementerio Viviente". Si les han dado libertad y poder de decisión, puede salir algo muy potente (Nota Posterior: Pues no, el remake de "Cementerio Viviente" es mediocre hasta el dolor).

HELL FEST : Un grupo de amigos deciden pasar la festividad de Halloween en Hell Fest, un parque itinerante especializado en terrores. Entran, gritan y disfrutan de las atracciones desconociendo que un auténtico psicópata rula por ahí y se ha encaprichado de una de las chicas de la pandilla, a la que perseguirá sin descanso, arrasando por el camino con todos sus amigos.
Las películas ambientadas en ferias del terror son casi un subgénero en sí mismas. Una de sus mayores cualidades es el constante juego entre lo que es real y lo que es atrezzo. Y por aquello de buscar un efecto espectacular, deliran mostrando atracciones de lo más aparatosas y poco verosímiles. Por suerte esto es cine y de lo que se trata es de dejarse llevar, no hacer demasiadas preguntas y gozar. Contra todo pronóstico, "Hell Fest" entra en esta elitista lista. Honestamente, me esperaba un churrazo zetoso caracterizado por ese feo "look" digital HD tan típico del cine "indie" moderno. Pero no, lo que aquí tenemos es una película con cara y ojos, bien parida técnicamente, con actores solventes y un diseño de producción bastante notable. Cierto que no consigue dar forma a una atmósfera inquietante a pesar de los elementos con los que cuenta, pero entretiene un rato, evita acomodarse excesivamente en los parámetros del "slasher" y contiene algún crimen que, además de truculento, resulta bastante despiadado teniendo en cuenta el rol de la víctima.
Cierra el show un potente desenlace.
Por ahí andan Tony "Candyman" Todd actuando y Gale Anne Hurd produciendo, la ex-pareja/socia de James Cameron, lo que podría explicar el buen acabado general del pifostio.

viernes, 15 de marzo de 2019

EL ONANISTA PERTURBADO

Otra muestra más, amateur y festivalera, de las que se suelen proyectar en festivales argentinos como el BARS, Buenos Aires Rojo Sangre, del que ya les hablé, u otros de similar índole marginal y cuasi sectaria, como el denominado Sarmiento sangriento.
“El onanista perturbado” cuenta la historia de un individuo de aspecto repulsivo que tras eyacular sangre masturbándose delante de una striper, decide acudir a una asociación de adictos al sexo con el fin de cambiar, y llenar así su vacío existencial. Resulta peor el remedio que la enfermedad por lo que en lugar de curar sus adicciones acaba sucumbiendo a los deseos de otras adictas, así pues, no hay manera de recuperarse. Tras buscar redención en un convento la cosa se complicará hasta el extremo.
No hay que pedirle peras al olmo; el cine amateur argentino es lo que es. Sin embargo, en un principio, “El onanista perturbado” estuvo a punto de ganarse mi simpatía. Porque se trata de una película cruda y sin artificios resuelta en un par de interiores convenientemente ambientados, que escatima todo lo que puede y más en recursos técnicos, esto es, montaje básico y descuidado, encuadres chungaleros y total ausencia de un audio minimamente audible, de una tosquedad y un antiacademicismo que no se puede aguantar. Lo que es, sin duda, un aliciente para el que esto escribe. A eso hay que añadirle que la película está enfocada como un drama; ni un ápice de coña, ni un solo chiste que garantice buen rollo o gamberrismo y solo una historia de un tipo desesperado que lo único que anhela es desprenderse de su adicción a las pajas. Y se mantiene así hasta el tramo final, donde se impone el gore, la sangre y el gilipolleo típico de las películas de estos festivales, enmierdando así lo que en principio parecía una tosca película casera de contenido dramático, algo que me estaba pareciendo estupendo y original. Y al final, es la misma mierda mediocre de siempre, hecha por y para ese tipo de festivales. Nada más que basura sin alma, comida para los cerdos.
Sin embargo, cuando me pongo a mirar quién es el individuo que dirige esto, me llevo una sorpresa en cierto modo grata porque siendo “El onanista perturbado” una película con sus tetas, sus ojetes y ciertas dosis de misoginia, resulta que está dirigida por una mujer, la tal Georgina Zanardi, que ya había participado con anterioridad en este tipo de certámenes  con títulos como “Hijos de puta por elección”… y ahí si que me quedo a cuadros, primero porque es una tía buena —en consecuencia, tendrá al 99% de estos pajeros comiéndole el ojete por el mero hecho de ser tía y hacer películas caseras con tetas, culos y sangre— y segundo porque me resulta del todo encomiable que una tía, sea lo aficionada al género que sea, consiga hacer que su película parezca que la haya dirigido un gordo purulento, pajillero y virgen. ¡Lo siento por ella! Pero seguro que halagos en su círculo tampoco le faltan.
En definitiva, puta basura que, lejos de conseguir transgredir u ofender, como puede que en un principio sea la intención de Georgina (y por ende de cualquiera de estos directores de centro cívico) lo único que consigue es que clame al cielo y de gracias a nuestro señor por dejar el cine en manos de quién está, y no en las de estos aspirantes. Solo por eso, debe existir.
Qué nadie piense que tengo odio hacia estos argentinos; aquí en España hay también este tipo de directores, lo que pasa es que se van haciendo viejos, tienen familias que alimentar, y como a nadie le importa una puta mierda lo que hacen, depositan por fin sus pies en el suelo, dejan de hacer mierdas, y se ponen a trabajar de camarero en la tasca de su suegro. Por lo que están en extinción.
También podría, directamente, no ver estas pelis… ¡pero alguien tiene que hablar de ellas!

lunes, 11 de marzo de 2019

PRETTY WOMAN

Comenzaba la década de los 90 con este bombazo de taquilla que dejó a todas las chonis y marujas de la época completamente engatusadas con esta historia; casi les entraban ganas de meterse todas a putas. Una revisión del cuento de “La Cenicienta” en clave moderna, en la que cambiamos a una fregona por una meretriz, en un alarde de incorrección política noventero maravilloso.
La historia es sencilla; Un estresado hombre de negocios se da un pasero por Sunset Boulevard y al ir a preguntar por una calle se topa con una furcia barata y arrastrada que le cobra por la información. Le acompaña hasta el lugar, y una vez allí, el hombre de negocios decide que no es mala idea subirse a la golfa al hotel, y eso es lo que hace. Una vez allí, la contrata como escort durante toda la semana, y mientras la ramera se compra ropa y disfruta de la vida potentada, el putero se enamorará de ella, y finalmente será retirada de las calles.
Una chorrada como un templo que consiguió congregar en los cines de nuestro país nada menos que 5 millones de espectadores del año 90. Ahí es nada. Además, es un seguro de vida en cuanto a los shares de nuestro país, ya que se trata de la película con mayor número de espectadores por cada vez que se ha emitido desde que lo hiciera por primera vez en televisión en 1994, cuando TVE-1 consiguió 10 millones de espectadores de audiencia. Rara vez, su emisión, posteriormente, ha bajado de los 5 millones de espectadores y jamás ha tenido menos de 1 millón, en las casi 30 veces que se ha programado la película.
Al margen de esto, me parece una de las comedias románticas menos imaginativas de la historia, con un discurrir soso e insustancial, el guion más incompetente que ha tenido a bien ejecutar una producción mainstream y unas interpretaciones de juzgado de guardia, sobretodo por parte de Julia Roberts que a partir de ese momento se convirtió en una mega estrella a la que, con el paso de los años, se le ha ido deformando la cara hasta convertirse a sus 50 tacos — aún estando follable— en una caricatura de la veinteañera que era en esta película. Por otro lado a Julia, le vino que ni pintado el papel. No le costaría en exceso conseguirlo ya que la gran mayoría de las actrices convocadas para la prueba lo rechazaron alegando que se trataba de un papel denigrante para la mujer.
Asimismo, Richar Gere, que no transmite ningún tipo de emoción en su interpretación, fue la consecuencia de que Al Pacino, el más firme candidato a interpretar su papel tras un par de lecturas del mismo, consideró que esa película era una estupidez y se fue a hacer “Esencia de mujer” con la que, por fin,  se alzó con el Oscar a mejor actor, por lo que Richard Gere hizo la película, cobró el cheque y, eso sí, se convirtió en uno de los sex symbols masculinos mayores de 40 más importantes de la década.
Por lo demás, la película es un ñordo de tamaño considerable. Se ve con agrado, porque es insípida, se pasa rápido porque es como para tontos. Y punto pelota. Sin embargo, es un hecho, que se trata de una de las películas más importantes de la década de los 90, y un claro ejemplo de los derroteros por los que iría el mainstream de la época.
Lo mejor de todo al final, es que se trata de una sórdida historia, la de un putero que se enamora de la puta que frecuenta y la acaba retirando. Como cualquier historia del puticlub de al lado de la casa de tus padres, vaya.
Garry Marshall, solvente artesano hollywoodiense, dirige con el automático puesto. Suyas son también “Los locos del bisturí”, “Princesa por sorpresa” o “Un mar de líos”. Así que ya saben como va la cosa, si es que no lo sabían ya antes de leer esta review.
Asimismo deberían saber, que las patas que luce la Roberts en el poster, pertenecen en realidad a una doble de cuerpo.

sábado, 9 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE : LEATHERFACE: LA MATANZA DE TEXAS 3 + HALLOWEEN H20 : VEINTE AÑOS DESPUÉS

LEATHERFACE: LA MATANZA DE TEXAS 3 : Esta tercera entrega de la afamada saga se atreve con aquello que Tobe Hooper evitó cuando rodó "Masacre en Texas 2": Repetir los aciertos de la película original, es decir, volver a la seriedad, a la crudeza y a cierta sordidez. El único elemento propio es una notable ración de gore -ausente en el film de 1973- finalmente extirpada por los señores de "New Line", entonces en la cresta de la ola gracias a Freddy Krueger y con ansias de hacerse con todas las franquicias de éxito en el cine de terror (poco después le tocaría el turno a "Jason Voorhees"). Dicha intromisión se saldó con un montón de problemas durante el rodaje, algo que brilla especialmente en el inapropiado final. Y si no que se lo digan al pobre Jeff Burr, que vio su carrera truncada tras la amarga experiencia en la silla del director.
No obstante, preparados para el susto, y vista hoy, la película funciona. Será que el tiempo la ha beneficiado. O que las siguientes aportaciones a la saga son tan mediocres que esta ha ganado puntos. No lo sabemos. Con todo, "Leatherface: La matanza de Texas 3" dispone de un puñado de buenos momentos, especialmente en su primera mitad (tengo debilidad por la desasosegante secuencia de la pareja protagonista intentando cambiar la rueda de su coche mientras en la oscuridad chirría cada vez más próxima la pierna ortopédica de Leatherface
) y dispone de un tempo notablemente acelerado. Todo se desarrolla a bastante velocidad y sin dar demasiado respiro al espectador. 
En el reparto destacan un novatillo Viggo Mortensen, Ken Foree de "Dawn of the dead" y el chico para todo de la serie B, William Butler.
Cierra el film una adecuadísima y muy estupenda canción de "Laaz Rockit", inevitablemente titulada "Leatherface".


HALLOWEEN H20 : VEINTE AÑOS DESPUÉS
: No cabe duda de que en Hollywood las cosas son cíclicas. Hay muchos ejemplos, pero hoy nos centraremos en uno. Recientemente la compañía de moda especializada en terrores de éxito y calidad, "Blumhouse", se sacaba de la manga una nueva entrega de "La noche de Halloween" que se anunciaba como "la buena", conectando directamente con la original, saltándose todas las secuelas intermedias y fichando a su protagonista, Jaime Lee Curtis. Todo ello coincidiendo con el cuarenta aniversario de la de John Carpenter. Curiosamente, hace dos décadas atrás, la compañía de moda especializada en terrores de éxito y calidad de entonces, "Dimension Films", se sacaba de la manga una nueva entrega de "La noche de Halloween" que se anunciaba como "la buena", conectando directamente con la original, saltándose todas las secuelas intermedias (salvo la segunda) y fichando a su protagonista, Jaime Lee Curtis. Todo ello coincidiendo con el veinte aniversario de la de John Carpenter quien, por cierto, rechazó ser el director y para lo cual contrataron nada menos que a Steve Miner, responsable de la segunda y tercera de "Viernes 13". El título no podía ser más lógico, "Halloween H20", una película que intentaba aprovecharse, y con justicia, del renacer del "slasher" gracias a "Scream" o "Sé lo que hicisteis el último verano".
Laurie Strode vive oculta tras otra identidad ejerciendo de profesora en una escuela para ricos, donde tiene a su hijo estudiando. Un mal día Michael Myers reaparece de la nada para, una vez más, continuar la labor que dejó incompleta en 1978.
A diferencia del reciente y aburrido "Halloween", "Halloween H20" tuvo la sabia idea de apartarse levemente del "slasher" puro para centrarse más en el mal vivir de Laurie Strode y el épico enfrentamiento final con su hermano psycho. La ración de "estudiantes perseguidos por asesino enmascarado" queda reducida a cuatro chavales y una porción escueta de justo y suficiente metraje. El resultado es una película entretenida, con sus dosis de suspense y un clímax final bastante emocionante.
Además, aquí sí ponen punto y final a la saga. De forma contundente. Aunque ni tan siquiera eso nos salvó de que, mediante las más chapuceras triquiñuelas argumentales, se estrenara una continuación absolutamente horrible cuatro años después.
Simpático guiño para la madre de todos los "slashers" con la aparición de Janeth Leigh (chiste privado incluido).
Lo ratifico, "Halloween H20" es mejor que la más reciente aventura de "La Silueta".

viernes, 8 de marzo de 2019

LAS PRIMERAS AVENTURAS DE GUSTAVO

“Las primeras aventuras de Gustavo” nos presenta a una rana Gustavo pre-adolescente en lo que se supone que es una precuela de “La película de los Teleñecos” con la que tiene más de una conexión, en una aventura en la que en su afán aventurero, la rana, junto con sus dos amigos, un sapo y otra ranita azul, anhelan salir algún día del pantano. Con dos narices de felpa, se les ocurre salir un poco a explorar. En esto, que al salir a la carretera, y estar enzarzados en una pelea con otro sapo, dos de ellos son secuestrados y llevados a una tienda de mascotas, por lo que Gustavo y la ranita azul tendrán que salir al mundo exterior con el fin de rescatarlos, lo que por el camino acarreará un sin fin de desventuras y el encuentro con otros nuevos personajes.
No está mal esta “Las primeras aventuras de Gustavo” que adopta un tono más infantil con respecto a las otras películas de los Teleñecos que tienen un tono de comedia mucho más adulto.
Curiosamente, y sin distar demasiado en lo concerniente a los cánones de calidad de las películas clásicas de los Teleñecos, e incluso siendo ligeramente superior a sus coetáneas de finales de los noventa (esta es de 2002), “La primeras aventuras de Gustavo” sería la primera película de la franquicia concebida exclusivamente pasa su explotación en  formato domestico, tratándose, sin duda, de un producto altamente rentable al encontrarse en aquellos momentos el mercado del DVD en auge, y más aún el producto infantil, por lo que el número de DVDs que se vendieron al público y a los videoclubes, puede que conviertan a esta película en una de las más rentables de la franquicia Muppet, y uno de esos títulos que se llevarían a cabo ya con Jim Henson fallecido.
Desde luego, se trata de un producto entretenido y dinámico, que sin tener presente a los adultos en su concepción, y pese al tono abiertamente infantil, nos mantiene con los hocicos pegados a la pantalla porque, verdaderamente, es muy interesante todo lo que le sucede Gustavo y el espectador está deseando de que las ranitas y el perro que se encuentran por el camino, salven a sus compañeros. Por descontado, lo consiguen.
Como anécdota, decir que el personaje del malvado profesor de ciencias aquí interpretado por Hampton Dixon y que pretende diseccionar a las ranitas, es el mismo que hace cuarenta años interpretara  Mel Brooks en “La película de los Teleñecos” y que pretendía hacerle una lobotomía al Gustavo adulto, por lo que se convertiría, en el enemigo más acérrimo que ha tenido Gustavo en una película.
Dirige David Gumpel que es un habitual de la filial para vídeo de la factoría Henson y que dirigiría más cosas por el estilo.
Muy recomendable. Si yo fuera padre, sin duda, se la pondría a mis hijos.

lunes, 4 de marzo de 2019

COME UNDER MY SPELL

“Come under my spell” es un pornete francamente divertido que se adscribe a la sex comedy sin ningún temor.
Una película que, por un lado, se vanagloria de su racismo,  y que, por otro, de pura ingenuidad acaba siendo completamente amoral ya que, básicamente, lo que aquí se nos cuenta, es como un individuo practica violaciones alegremente y sin consecuencias.
Dos estudiantes se hacen amigos. Uno de ellos es inmigrante latino que le confiesa al caucásico que sus únicas relaciones sexuales han sido con gallinas y ovejas. Durante un encuentro con dos jóvenes calientes y pizpiretas, estas, por mera xenofobia, rechazan al latino acostándose las dos con el joven blanco.
Consternado por el poco sexo que tiene su amigo, el chico caucasico pasa por una librería y compra un libro que trata sobre la hipnosis sexual y se lo regala a su amigo inmigrante. Este lo lee y se lo empolla. Pronto le tendremos usando la hipnosis para follarse a tantas mujeres como se le pongan por delante, cosa que su amigo americano también aprovechará.
Esta es la premisa que se usa para rodar todas las combinaciones posibles entre estos dos y todo el casting femenino, ya sean tríos, parejas, cuartetos o una orgía con mogollón de gente en una boda. Por no dejar de haber combinaciones, hay hasta una divertida escena de masturbación; el chico latino tiene una vagina de látex que usa mientras estudia las páginas de un libro, para acto seguido ¡eyacular en el interior de una lata de Fanta de naranja que se está bebiendo! El humor es una constante en este porno, así como la guarrindonguería y la escatología ¿Qué ofrece nuevo? En el porno cosas originales, como una escena de sexo con una chica con menstruación o, más repugnante todavía, una escena de sexo con una chica afectada de herpes. En la comedia ofrece chistes de lo más tontos acerca de follar con animales o la nacionalidad de nuestro protagonista, Fernando Fortes, así como descuidos de gran envergadura; en un momento del film la cámara se mueve siguiendo a uno de nuestros protagonistas y podemos ver claramente al señor que sujeta la pértiga sentado, mirando a cámara. Risas aseguradas.
Fernando Fortes resultó ser un actor accidental, pero le echó ganas a los polvos y salió airoso. En realidad se trataba del  director de fotografía habitual del director Carlos Tobalina (Troy Benny es el nombre con el que se le acredita aquí) que harto de filmar polvos le preguntó al director si podía salir follando en las películas. Como no estaba demasiado mal dotado y respondía a los estímulos eróticos, daba igual que fuera un actor nefasto; Tobalina comenzó a utilizarlo como actor en sus películas llegando a compartir plano con el mismísimo John Holmes. Así, rodó como actor hasta seis películas. Su filmografía tras las cámaras es un poco más extensa.        
Su compañero americano, Blair Harrys, con una pinta de niñato universitario que asustaba, llegó a rodar más de 140 películas porno de 1976 a 1989. Del mogollón de películas en las cuales participó, llegó a canturrear en “Private Moments” y dicen, que el personaje de Dirk Diggler que interpretó Mark Wahlberg en “Boogie Nights” está inspirado en él.
Por otro lado, también aparece en algún film fuera del porno, como pueda ser, por ejemplo “10, La mujer perfecta”.
Carlos Tobalina, director de esta excentricidad, sin embargo tiene una historia interesante. Inmigrante Peruano, a mediados de los años 50 se establece en los EUA y se pone a trabajar en un concesionario y en una emisora de radio de habla hispana. Esto le sirve para ahorrar y fundar así su productora cinematográfica C. Tobalina productions. A finales de los 60 se plantea seriamente el dedicarse a hacer cine para adultos consciente de que es un nicho que le puede dejar un buen dinero. Fue medrando en la industria y decidió convertirse en exhibidor, abriendo su propia sala de cine X donde además estrenaría sus propias películas. A esta sala le llamó Mayan Theather. Ganó dinero, abrió más salas, y en los setenta tuvo los pertinentes problemas con las autoridades competentes por producir y distribuir pornografía.
Tobalina dirigió porno durante casi 20 años, dejándolo en 1987 dos años antes de morir. Tristemente, su final no fue debido a causas naturales; Tobalina, tenía diagnosticado un cáncer  de hígado muy potente y sin solución que iba a acabar con él en poco tiempo, así que antes de sufrir la enfermedad, decidió suicidarse volándose los sesos con un revolver.
Carlos Tobalina, no pasará a la historia del porno como tantos otros, ni tan siquiera se le recuerda o reivindica, pero le dio al porno un toquecito bizarro y humorístico que le hacía destacar por encima de otros directores coetáneos.
“Come under my spell”, posiblemente sea uno de sus títulos más populares y divertidos. Yo me he echado unas buenas risas, desde luego. Y salen buenas jamelgos setenteras de poblados felpuders, así que, si les gusta tocarse, no es mala película.

sábado, 2 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE: LA NOCHE DE HALLOWEEN 2018 + SUSPIRIA 2018

LA NOCHE DE HALLOWEEN 2018 : Cuarenta años después de lo acontecido en la película original de 1978 según John Carpenter, Michael Myers logra escapar de su encierro y vuelve a Haddonfield para acabar el trabajo. Sin embargo, Laurie Strode le espera bien preparada y armada hasta la sobaquera.
Esta nueva entrega de las aventuras de "La Silueta" se anunció como legítima al contar con Carpenter controlando, produciendo ejecutivamente y componiendo la banda sonora (que, salvo el tema inicial, no luce demasiado), el protagonismo de Jamie Lee Curtis y el apadrinamiento de una "Blumhouse" cada vez menos inspirada. Decían ignorar todas las secuelas intermedias y conectar directamente con la primera. Todo ello la convirtió en un auténtico acontecimiento que ya de entrada condicionaba al fan medio.
Sin embargo, el resultado termina siendo del todo decepcionante. Una película convencional, lineal y más bien aburrida sin capacidad de inquietar o incluso crear suspense. Podría haberse titulado perfectamente "Halloween 9" -obviando las aportaciones de Rob Zombie- y no hubiese pasado
nada. De hecho, y aunque ahora sea la "fea" de la función -cosas del "hypeismo"-, "Halloween H20" juega con una idea parecida y termina resultando superior. 

SUSPIRIA 2018 : No descubro nada si afirmo que el "Suspiria" de 1977 es la mejor película de Dario Argento -aunque no mi favorita, esa sería "Tenebre"-. Un film de terror bello y brutal. Estaba cantado que si se iba a llevar adelante el remake anunciado desde hacía tiempo, tenían que apostar por un tono igual de único, pero totalmente opuesto. Y eso es lo que, muy sabiamente, han terminado haciendo. El problema es que, a mi juicio, se han pasado de la raya y lo que han conseguido es que, como "The Babadook" o "Hereditary", el nuevo "Suspiria" entre de cabeza en ese poco simpático grupo formado por aquellas películas que, aún perteneciendo al género, da la sensación de que se avergüencen de ello, buscando temáticas, ideas y estéticas mucho más afines a cierta élite intelectual por aquello de sentirse aceptadas. Una pena.
El "Suspiria" de Luca Guadagnino viene cargadito de grandes atributos: Desde la fotografía, pasando por el original montaje, al excelente reparto. Está estupendamente parida y es una buena película... de arte y ensayo. Un drama bastante pretencioso que no podemos decir sea peor que la obra de Dario Argento porque, realmente, las conexiones con esta se limitan a lo más básico de su argumento: Una chica entra en una academia de baile que oculta un diabólico secreto relacionado con un clan de brujas.
Se deja ver (incluso durando dos horas y media).

viernes, 1 de marzo de 2019

LOS TELEÑECOS EN EL ESPACIO

A finales de los 90, que brillaba en televisión (incluso en España) la serie de aquellos años, “Muppets Tonight”, era un momento estupendo para que la factoría Henson se sacara de la manga una nueva aventura cinematográfica de Los Teleñecos que actualizara un poco las ranciedades propias de estas películas, trayendo la novedad de que, para variar, no es Gustavo el protagonista de esta aventura, sino que lo es El gran Gonzo. La otra novedad es que presenta por primera vez en la gran pantalla, aunque sea en forma de cameo o de personaje secundario a varios de los nuevos Teleñecos que triunfaban en la caja tonta, pero en esencia, no se la juega haciendo que el grupo protagonista de esta “Los Teleñecos en el espacio” sea el clásico y habitual. Por otra parte, esta vez se deja a un lado el rollo musical que arrastraba películas atrás y, en definitiva se cambia un poco y moderniza el chip, quizás también, porque se trata de la primera película de la factoría Henson después de la muerte del jefe, Jim.
Para la ocasión, Gonzo, que anda traumado porque no hay otro de su especie en la tierra, descubre que, igual, es un alienígena, gracias a los mensajes ocultos que los de su raza le mandan desde su planeta. Así, entre que se pone en contacto con ellos, y entre que el resto de los muñecajos no le creen, transcurre la película, mientras funcionarios del gobierno persiguen al bicho raro con el fin de experimental con él.
La película, al ser tan de los 90, al cambiar de tercio y al ser otra cosa distinta al resto, la verdad es que entra estupendamente, si bien tampoco sería la mejor película de la factoría. Diversión para toda la familia, como siempre. Eso sí, olvídense del título español, que es engañoso, ya que no hay Teleñecos en el espacio como reza el título; la película transcurre absolutamente en la tierra, ya que, como bien dice el título inglés, “Muppets from space”, lo que pasa es que hay Teleñecos en el espacio (la familia de Gonzo), no que estos viajen hasta él. Una nimiedad en el fondo.
Frank Oz, quien pronto se retiraría de la factoría teleñequil, lejos de estar involucrado en la producción como en títulos anteriores, se limita poner voz a sus personajes. Pero ni siquiera maneja él las marionetas como siempre había sido, sino que les pone voz en el doblaje. Y así pone punto y final a su aventura con Jim Henson y familia.
Por lo demás, problemas en producción con los guiones previos (se desechó uno en el que Gustavo era el protagonista y en el que los extraterrestres le confundían con su líder. Un historia manida, desde luego), una banda sonora de temas funk absolutamente maravillosa, y un fracaso estrepitoso en la taquilla de todo el mundo. De hecho, pasaría más de una década hasta volver a llevar a los Teleñecos a la gran pantalla.
Dirige Tim Hill, que ha hecho pelís de Alvin y las ardillas, Garfield, Bob Esponja…
Está bien la peli. Para completistas y para críos.