La primera vez que vi esta película no puedo decir que fuese una experiencia muy agradable. La copia de VHS alquilada destacaba por una extraña falla: Cuando los actores hablaban, el doblaje era lo único que podía escucharse, quedando totalmente anulado el sonido ambiente ¡y la música! que regresaban en el momento que nadie le daba al pico. Claro, de esta guisa poco pude yo disfrutar de "Escalofrío" (¿cuántas veces se habrá usado la palabreja para bautizar en Españia a una peli de terror?) o "Círculo de la muerte" (su otro título patrio). Además, era demasiado reposada, tranquila y "bonita" para mis gustos, entonces mucho más focalizados en la ultra-violencia y lo grotesco.
Hace escasos días pude pillarla de puta chiripa en un canal autonómico, y con el doblaje normal, así que decidí darle una nueva oportunidad. O, casi, consumirla por primera vez.
El desayuno común y corriente de una familia deviene en pesadilla cuando la hija pequeña se ahoga por culpa de un trozo de manzana. La escena es altamente angustiosa, muy dura, y un modo bastante bruto de arrancar. A partir de ahí, la madre decide dejar a su media naranja e instalarse sola en una casa que estará habitada por el fantasma de una niña igual de rubia que su hija. Lo que de entrada parece una especie de "segunda oportunidad", pronto adquiere un rollo mucho más macabro al descubrir nuestra protagonista que la cría era pura maldad en vida y lo sigue siendo después de fenecida.
Cuando me puse a ver "Escalofrío" / "Círculo..." me preparé para una peli aburridilla, lenta y sin demasiados aspectos llamativos. Pero no, la verdad es que, sin llegar a niveles propios del exploitation, se mantiene dentro de los parámetros del género puro y no va exenta de sus muertes y alguna idea retorcida, especialmente aquella que hace mención a las aventuras nada saludables de la cría fantasmagórica cuando estaba viva. Inevitablemente, toda ella -la película, no la cría- recuerda bastante a "Al final de la escalera", pero mientras esta está fechada en 1980, la reseñada lo está en 1977. Además, se inspira en una novela del respetado Peter Straub (a quien también debemos "Historia macabra") publicada en 1975. Es cierto que la estupenda película de Peter Medak me gusta mucho más, y da más yuyu, pero "Escalofrío" gana en un aspecto: el sombrío desenlace.
Conocida internacionalmente con dos títulos, "The Haunting of Julia" y "Full Circle", cuenta con un florido reparto encabezado por Mia Farrow y Keir Dullea, el famoso astronauta de "2001" (y que, como en "Navidades Negras", interpreta a un novio/marido posesivo y obsesivo). La hija de estos, la que muere al principio, viene interpretada por Sophie Ward, que luego haría algo de carrera apareciendo en "Oz, un mundo fantástico", "El secreto de la pirámide" o "Book of Blood" (donde pueden verla en tetas). El director, Richard Loncraine, no me sonaba de nada, pero ha seguido activo hasta hoy, firmando títulos más o menos reconocibles como "Wimbledon (El amor está en juego)" o el thriller a mayor gloria de Harrison Ford, "Firewall". Aunque, tal vez, el elemento humano más curioso de "Escalofrío" es su guionista, es decir, el adaptador de la novela de Straub, nada menos que Harry Bromley Davenport, entonces futuro director de "Xtro" y secuelas.
"Escalofrío" iba para película de miedo clásica y atmosférica, pero la verdad es que no funciona en ese sentido. Sin embargo, tampoco aburre demasiado, así que termina siendo perfectamente visible.