“Chicken” es una extraña película Neo Zelandesa, que incomprensiblemente, fue editada en nuestro país en dvd por una de esas distribuidoras pequeñitas que les da por editar cualquier cosa.
Hablando sobre ella con alguien, salió a relucir, que dependiendo de según que peli, mis capacidades de concentración son nulas puesto que no me enteré de nada de lo que pasaba en “Chicken”, y este alguien, me tranquilizó al decirme que no se trataba de eso, si no mas bien, de que al tratarse de una película Neo Zelandesa, al ser un país tan lejano, estos, tienen una concepción distinta de todas las cosas. Y tal vez tenga razón, porque lo cierto es que esta película es una comedia en la cual no logré captar ni un solo momento cómico. Tal vez sea por eso.
Una estrella de rock venida a menos, se gana la vida haciendo extraños bolos, como por ejemplo ir a un restaurante de pollo frito a atender al público. Esto le ocasiona, que un criador de pollos ecologista y medio vagabundo, le tome manía e intente, en una palabra, matarle.
De mientras, para relanzar su carrera, su discográfica decide fingir su muerte con el fin de vender muchos discos y grabar nuevos l.p´s, y lanzarlos como temas inéditos.
Y eso es lo que ocurre en “Chicken”.
El caso es, que a la película se le ven claramente las intenciones de ser comedia, sin embargo y aquí viene el quiz de la cuestión, les ha salido un drama. Una cosa muy poco digerible.
Por lo demás, carece de todo interés, más allá de su exotismo. Pero ni siquiera es tan mala como para risas.
Dirige un señor llamado Grant Lahood.
martes, 28 de agosto de 2012
lunes, 27 de agosto de 2012
JUEGOS DIABÓLICOS
El pequeño-pero-notorio éxito del slasher "Noche de paz, noche de muerte" esputó toda una serie de secuelas (hasta 4) que, como es habitual en este caso, hicieron su Agosto en los video-clubs y a medida que crecía la numeración después del título, decrecía el vínculo narrativo con la peli madre, aunque mantenían su esencia, es decir, "historias de terror con la Navidad como fondo temático". Curiosamente fueron las dos aportaciones de Brian Yuzna las que más se apartaron de la fuente original y, ya de paso, las dos últimas antes de que cerraran el chiringuito. En la cuarta fue director, y en la quinta, que es la que tratamos ahora, fue productor (y co-guionista), relegando la dirección a Martin Kitrosser, de extraño y colorido currículum, donde destacan sus aportaciones en funciones de guionista para la saga "Viernes 13" (además, las mejores: tercera, cuarta y la reivindicable quinta).
La movida va de un chaval que presencia cómo su padrastro muere por culpa de un juguete robótico con malas intenciones, algo que le traumatizará notablemente. Pero no, ni crecerá, ni se convertirá en un Santa Calus psycho... no van por ahí los tiros. El caso es que el crimen está directamente relacionado con una tienda de juguetes comandada por un abuelete de sospechoso nombre (¡Joe Petto!) y su rarísimo hijo aparentemente idiota (¡Pino!... anda, cuanta sutilidad). Hay un personaje más que entra en acción... es guapo y decidido, así que sabemos desde buen principio que será el héroe. El tipo sospecha del juguetero, pero a pesar de sus investigaciones, el niño sigue recibiendo inesperados regalos asesinos que se despachan a todo secundario que se cruce por allí.
"Silent Night, Deadly Night 5: The Toymaker" (o "Juegos Diabólicos" en la España) juega con un buen montón de ideas interesantes, aunque no logra desarrollar ninguna lo suficientemente bien. Esa especie de versión oscura de "Pinocho" se queda a medio gas. Los juguetes asesinos podrían haber dado mucho más de sí (como la caratula hace sospechar), y no aportan gran cosa. Encima, la truculencia anda bajo mínimos (realmente solo hay un crimen que podamos tildar de genuinamente sangriento). Todo ello envuelto en un look soso de cojones, más propio de un telefilm. Sin embargo, las buenas intenciones logran que, dentro de lo que cabe, podamos sufrir del show bastante dignamente e incluso, haciendo un leve esfuerzo, logremos medio-entretenernos. El clímax es tan desquiciado, como rutinario y plomizo. Pero vamos, vale la pena ese "sprint" final, porque luego ya salen los créditos.
En el reparto destacan el amigo Mickey Rooney de juguetero alcoholizado, el raruno Clint Howard en un papel enano (compensado por el hecho de que era el absoluto prota de la cuarta parte dando cuerpo al mismo personaje, Ricky, que es como se llama el hermano del asesino de la primera y eje central de la dos y la tres... ¿un guiño/coña o cierto intento de unir todos los films aunque sea por los pelos de un calvo?) y, finalmente, el hijo de Brian Yuzna que, sí, no era una leyenda urbana, realmente se llama Conan.
Ver y borrar.
La movida va de un chaval que presencia cómo su padrastro muere por culpa de un juguete robótico con malas intenciones, algo que le traumatizará notablemente. Pero no, ni crecerá, ni se convertirá en un Santa Calus psycho... no van por ahí los tiros. El caso es que el crimen está directamente relacionado con una tienda de juguetes comandada por un abuelete de sospechoso nombre (¡Joe Petto!) y su rarísimo hijo aparentemente idiota (¡Pino!... anda, cuanta sutilidad). Hay un personaje más que entra en acción... es guapo y decidido, así que sabemos desde buen principio que será el héroe. El tipo sospecha del juguetero, pero a pesar de sus investigaciones, el niño sigue recibiendo inesperados regalos asesinos que se despachan a todo secundario que se cruce por allí.
"Silent Night, Deadly Night 5: The Toymaker" (o "Juegos Diabólicos" en la España) juega con un buen montón de ideas interesantes, aunque no logra desarrollar ninguna lo suficientemente bien. Esa especie de versión oscura de "Pinocho" se queda a medio gas. Los juguetes asesinos podrían haber dado mucho más de sí (como la caratula hace sospechar), y no aportan gran cosa. Encima, la truculencia anda bajo mínimos (realmente solo hay un crimen que podamos tildar de genuinamente sangriento). Todo ello envuelto en un look soso de cojones, más propio de un telefilm. Sin embargo, las buenas intenciones logran que, dentro de lo que cabe, podamos sufrir del show bastante dignamente e incluso, haciendo un leve esfuerzo, logremos medio-entretenernos. El clímax es tan desquiciado, como rutinario y plomizo. Pero vamos, vale la pena ese "sprint" final, porque luego ya salen los créditos.
En el reparto destacan el amigo Mickey Rooney de juguetero alcoholizado, el raruno Clint Howard en un papel enano (compensado por el hecho de que era el absoluto prota de la cuarta parte dando cuerpo al mismo personaje, Ricky, que es como se llama el hermano del asesino de la primera y eje central de la dos y la tres... ¿un guiño/coña o cierto intento de unir todos los films aunque sea por los pelos de un calvo?) y, finalmente, el hijo de Brian Yuzna que, sí, no era una leyenda urbana, realmente se llama Conan.
Ver y borrar.
Naxo Fiol
domingo, 26 de agosto de 2012
SARS WARS: BANGKOK ZOMBIE CRISIS
Desde que creo que fue Coppola quien dijo que el cine seria universal
cuando una niñita de Texas rodara la nueva obra maestra, han aparecido el video
digital y youtube. No es que en el portal de videos se encuentre esa nueva
película que todo el mundo debería de ver, es que se han dado pañuelos a
cientos de personas sin narices. Por decirlo de otro modo más directo, hasta el
último mono, por muy ignorante que sea, puede grabar un filme, que sea o no una
obra maestra es ya cosa de pericia, saber y suerte. Los tailandeses que han
grabado esta película no tienen ninguna de las tres cualidades, aunque sospecho
que tampoco estaban deseando grabar una obra maestra, solo el argumento ya les
excluye de esa quiniela. Bien mirado su calidad artística y de guion no es lo
que buscaba al darle al play, solo le pedía zombies y cachondeo. Eso sí, parece
rodada por una niñita de Texas.
Los créditos que abren la historia son de animación,
agárrense los machos, hecha en Flash. Como lo oyen, de lo más triste y simple
(aunque luego durante la película hay insertos de una animación mas decente).
En esos créditos cuentan la historia de un héroe cazador de zombies y malhechores
que sufre un accidente cuando su discípulo le cae encima de la pierna con la
moto. Entonces empieza la imagen real. Una joven estudiante es secuestrada al
salir del instituto por una banda de gilipollas, cada cual más imbécil que el
anterior. Todo tiene un tufillo a live action (película o serie de imagen real
basado en un manga) y todas las bromas y momentos que el espectador encontrara
ridículos, en un manga son de lo más normal y corriente. Sigamos con el
argumento. Al tiempo que la joven es secuestrada, el planeta sufre una pandemia
del virus del Sars (gripe aviar) en su clase numero 4, la cual convierte a los
enfermos en zombies. En todos sitios menos en Tailandia, o hasta que una
cucaracha viaja desde África a Bangkok, pica a un par de personas (si, esta cucaracha
pica) y empieza el festival. Paralelamente el padre de la secuestrada pide
ayuda al héroe de la introducción, pero este al estar tullido manda a su alumno
al rescate. Cuando el maestro presenta a su discípulo es probablemente uno de
los momentos en los que mayor vergüenza ajena he sentido. El tio se casca un
baile ridículo, que como digo, en un manga seguro que funciona, pero hecho “in
real 3D” es igual de bochornoso como cuando tu madre estando en una boda un
poco “piripi” se pone a bailar con su prima. Esta sensación nos seguirá durante
el resto del filme.
Al joven héroe le es fácil localizar a los secuestradores,
en el sobre donde habían enviado la cinta con sus exigencias, habían escrito el
remite. Casualmente están en el mismo edificio donde residen o están de fiesta
los dos picados por la cucaracha. Así que como en REC, se aísla el inmueble y
nadie entra ni sale de allí. Mientras el gobierno tailandés, con una señora muy
mandona al frente prepara sus fuerzas de asalto para acabar con el brote
zombie, el protagonista y los secuestradores deberán de sobrevivir y escapar
del edificio.
No esperéis una calidad deslumbrante en el maquillaje de los
zombies, o simplemente no busquéis calidad de ningún tipo en nada de este
filme. Por momentos parece una película amateur en la que le han puesto muchas
ganas y horas, es de esas películas que hay que ver para creérsela, si incluso
tenemos el nacimiento de un bebe zombie como en El Amanecer de los Muertos,
solo que aquí hecho en CGI con una calidad que ríete tu de los Fruitis.
Lo dicho, la película es ridícula, en muchos momentos te
embarga una sensación de vergüenza ajena, pero también te ríes y se pasa
volando. Una imprescindible para ver con los amigos y unas birritas, risas
aseguradas, pero ver y olvidar. Fast Film.
CURIOSIDADES NEGRAS (Y VIDEOCLUBERAS)
En la época del video-club, podíamos encontrar cosas tan delirantes como estas:
Parece Eddie Murphy ¿verdad? Pues no. Por mucho que en la caratula de "Paper Dragons" se asegure que Chuck Jeffreys es Eddie Murphy. En realidad, el nombrado Jeffreys, es un artista marcial que hizo algunas películas en Asia. No se trata de un clon o un imitador, de hecho se parece muy poquito a la super estrella americana. Pero las distribuidoras españolas, decidieron, no ya que se parecía a Eddie Murphy, si no que directamente, lo era.
Esto no es un timo. Resulta que Michael Winslow, hizo un par de películas en algún país de Europa del Este, y estas llegaron hasta nuestros video clubs, precisamente en la época en que este se hizo popular. La gracia está en que en la caratula se dirigen a el como "El Rat-tat-tat-tat de "Loca academia de Policía". Existe otra edición de la película, en cuya parte trasera se leía que la película estaba protagonizada por "El negro de los ruidos de "Loca academia de policía"". Así de sencillo. También hay una secuela... pero no encontré la caratula.
Hubo un momento, en que se estrenó esta película:
Al poco de estrenarse, salió en vídeo esta otra:
Bien, toma la foto del negro de "Una banda de dos" y la coloca ahí de mala manera, y aprovechando ese éxito, colamos en los vídeo clubs esta vieja película con un Gary Coleman totalmente aniñado. Por si alguno pica y la alquila creyendo que es la otra, ya saben...
Pero gracias a los comentarios, Jose me advierte de otro gambazo que evidencia aún más la sinvergonzería de las distribuidoras de vídeo: Es que en "Una Banda de dos", ni si quiera salía Gary Coleman, si no Darius Mcgrady. Pero como era negro... pues picamos. Lograron hacernos creer (a mí incluido y hasta hoy) que Gary Coleman salía en "Una banda de dos".
Y para finalizar, ya en los ultimos años de videoclub, se estrena una película títulada "Amos and Andrew", con Samuel L. Jackson y Nicolas Cage. Pero la distribuidora, en un alarde de racismo, decidió titularla "Atrapen al ladrón ¿Al blanco o al negro?" que por otro lado, mola bastante más.
...Y si quieren ver mas historias de estas, pinchen aquí y las verán.
Victor Olid
jueves, 23 de agosto de 2012
THE BIG BANG
En los noventa, cuando se suponía que Antonio Banderas era el embajador de nuestro cine en los USA, todos los medios de comunicación se rasgaban las vestiduras. Incluso, películas como “White river kid”, una película muy correcta que en los USA se estrenó directamente en vídeo, se estrenó en salas de España con todos los honores.
Pero como pronto se vio que Banderas se decantaba por un cine meramente comercial que nada tenía que ver con la imagen que en el resto del mundo se quiere dar del cine español, empezó a restársele importancia a medida que las interpretaciones de Banderas se volvían más y más americanas. Ahora ya no hay laureles para el Banderas embajador español en este sucio país de mierda.
Así que no es de extrañar que de una de sus últimas películas “The Big Bang”, haya tenido escasa repercusión en los medios de comunicación. Se trata de una peliculita que en algunos países se ha estrenado para cines, y que sin embargo en los USA les costó horrores conseguir una distribución. Lo consiguió durante un tiempo reducido y en muy poquitas salas, para pronto ser explotada en su medio más lógico y natural, el “direct to video”. Y es que es una peli muy videoclubera, filmada sobre cromas de lo más chungo y un C.G.I. al rollo “Asylum” que tira de espaldas.
Muy confusa y liosa, nos cuenta la historia de un detective privado al que la policía tiene retenido. A partir de ahí se sucederán los “Flash back” en los que vamos descubriendo que es contratado por un fornido boxeador para que encuentre a una chica, que según avanza la trama, es posible que ni exista más allá de unas cartas que esta escribía a su supuesto amado. Seguimos sin enterarnos muy bien de nada, para en el ecuador de la película, ver como el detective contacta con un científico que tiene montada la de dios es cristo con el fin de crear un nuevo Big Bang o algo así. Sin espoilear demasiado, solo diré que el climax final es de vergüenza ajena.
Un revoltijo de conceptos es una cinta de ¿acción?, ¿Cine negro? del todo fallida, con trasfondo científico que a pesar del empeño de Banderas por darle carisma a su personaje y mantener un ritmo en toda esta mierda, lo único que consigue es aburrir al respetable hasta límites estratosféricos.
A destacar la engañosa carátula de dvd, En la película Banderas nunca sujeta un rifle ni va así de desaguisado, y aunque si que hay algún que otro destete, ni sale esa negra de la carátula, ni es tan tórrida como aquí se las promete. Así que si, en los usa se sigue estilando el “Explotation” caratulero. Gracias a dios.
En el reparto junto a Banderas tenemos a Sam Elliot con una melena que ya le llega hasta el cuelo en el papel de ese incidental “Mad Doctor”, a Snoop Dogg interpretando a un director de cine porno cuya presencia no aporta nada, a Delroy Lindo (“Clockers”) o a James Van Der Beek.
En las labores de dirección tenemos a Tony Krantz, cuya carrera como productor (“Área de descanso” o productos de similar catadura) es mucho más extensa que la de director, con apenas tres títulos en su haber. Mala con sorna.
Pero como pronto se vio que Banderas se decantaba por un cine meramente comercial que nada tenía que ver con la imagen que en el resto del mundo se quiere dar del cine español, empezó a restársele importancia a medida que las interpretaciones de Banderas se volvían más y más americanas. Ahora ya no hay laureles para el Banderas embajador español en este sucio país de mierda.
Así que no es de extrañar que de una de sus últimas películas “The Big Bang”, haya tenido escasa repercusión en los medios de comunicación. Se trata de una peliculita que en algunos países se ha estrenado para cines, y que sin embargo en los USA les costó horrores conseguir una distribución. Lo consiguió durante un tiempo reducido y en muy poquitas salas, para pronto ser explotada en su medio más lógico y natural, el “direct to video”. Y es que es una peli muy videoclubera, filmada sobre cromas de lo más chungo y un C.G.I. al rollo “Asylum” que tira de espaldas.
Muy confusa y liosa, nos cuenta la historia de un detective privado al que la policía tiene retenido. A partir de ahí se sucederán los “Flash back” en los que vamos descubriendo que es contratado por un fornido boxeador para que encuentre a una chica, que según avanza la trama, es posible que ni exista más allá de unas cartas que esta escribía a su supuesto amado. Seguimos sin enterarnos muy bien de nada, para en el ecuador de la película, ver como el detective contacta con un científico que tiene montada la de dios es cristo con el fin de crear un nuevo Big Bang o algo así. Sin espoilear demasiado, solo diré que el climax final es de vergüenza ajena.
Un revoltijo de conceptos es una cinta de ¿acción?, ¿Cine negro? del todo fallida, con trasfondo científico que a pesar del empeño de Banderas por darle carisma a su personaje y mantener un ritmo en toda esta mierda, lo único que consigue es aburrir al respetable hasta límites estratosféricos.
A destacar la engañosa carátula de dvd, En la película Banderas nunca sujeta un rifle ni va así de desaguisado, y aunque si que hay algún que otro destete, ni sale esa negra de la carátula, ni es tan tórrida como aquí se las promete. Así que si, en los usa se sigue estilando el “Explotation” caratulero. Gracias a dios.
En el reparto junto a Banderas tenemos a Sam Elliot con una melena que ya le llega hasta el cuelo en el papel de ese incidental “Mad Doctor”, a Snoop Dogg interpretando a un director de cine porno cuya presencia no aporta nada, a Delroy Lindo (“Clockers”) o a James Van Der Beek.
En las labores de dirección tenemos a Tony Krantz, cuya carrera como productor (“Área de descanso” o productos de similar catadura) es mucho más extensa que la de director, con apenas tres títulos en su haber. Mala con sorna.
Victor Olid
EL GUERRERO Y LA HECHICERA
Existen géneros que son ideales para la serie zeta, el
terror, el post-apocalíptico y Barbaros (Espada y Brujería), son tres de ellos.
En esta producción el obvio es el de Espada y Brujería, el titulo ya lo deja
claro, pero también coge un poquito del post-apocalipsis con esos paramos áridos
y yermos, la escasez de agua y la presencia de mercaderes de esclavos. Como produccion zetosa de Roger Corman
la película cuenta con un reclamo, una estrella ya venida a menos como
protagonista. Un David Carradine a finales de los 80 al que le empieza a asomar
la calva y cuya agilidad empieza a estar en entredicho (y se confirma al ver la
peli, el tio está hecho mierda)
Un antiguo guerrero sagrado vaga por el desierto de un planeta de dos soles cuando se
topa con una plaza. Así como os cuento, una jodida plaza. En medio hay un pozo
custodiado por mercenarios, a un lado unas murallas y un palacete (esto último
se supone) regentado por un gordo mariposon, al otro lado otra muralla y otro
supuesto palacete donde un regio dirigente militar comanda a sus hombres. En
medio además del pozo hay un pueblo, o eso dicen, pero tu solo ves piedras de cartón y corcho, y arena tirada por el suelo. Los dos tiranos tienen sus
ejércitos (véase un grupo de unos 20 tios) con sus esclavos, sus monedas, y el agua del pozo. Y es que por lo visto cada dos por tres uno
arrebata el pozo al otro. De puta lastima es la primera batalla de los
ejércitos (recuerden, unos 20 tios por bando) que nos muestran, en la que como niños de colegio, cuando unos
avanzan los otros retroceden y viceversa. Vamos de vergüenza ajena.
El guerrero oscuro, como le llaman al personaje de Carradine,
hace trabajos para uno u otro señor según le convenga. La hechicera del título es
realmente una sacerdotisa de la orden a
la que pertenece el protagonista, que tiene el poder para crear una espada súper afilada
(oooooooh, onomatopeya de admiración y sorpresa) Esta secuestrada por uno de
los tiranos para que le cree la espada y así hacerse definitivamente con el
pozo y cumplir no se qué profecía o chorrada similar. Contada no tiene ni la
mas mínima chicha, pues vista mucho menos. Según se acercaba el final de la
cinta ya estaba deseando que se adelantase, y cuando miro y veo que aun me
quedaba media hora casi me da un soponcio. Es lenta, aburrida, las escenas de
lucha a espada o empujones parece que se ensayaron hacia dos minutos y en su
totalidad es una puta mierda, pero hay un detalle, un pequeño detalle que puede
mantener vuestra atención. Como en cualquier película de Barbaros, se ven
tetas, de acuerdo que no es que se vean muchas pero se ven, y lo que es mejor,
si pensabais que la marciana de tres tetas de Desafío Total era lo más,
estabais equivocados, en El Guerrero y la Hechicera, aparece una bailarina con
cuatro pechos, CUATRO!!! Eso sí, la peli, una puta mierda.
martes, 21 de agosto de 2012
LE LLAMABAN DRAGON GORDO
Como fan del cine de Kung Fu tradicional, muchas veces me planteo quien es mi artista marcial favorito, y cual mi película. Y a pesar de que es un género en el que nunca dejo de descubrir películas, la cabra siempre acaba tirando al monte. Me quedo con Sammo Hung y con “Le llamaban Dragón gordo”, que a pesar de estar rodada al estilo tradicional, está ambientada en la época contemporánea, en este caso 1978.
Y vista ahora por enésima vez, me ha gustado incluso más. Podríamos decir que por temática, no daríamos palos de ciego al adscribirla al “Brucexplotation”, pero sería una rara avis, porque también es una película que arremete contra todas esas imitaciones baratas, y luego lo explicaré.
Sammo, interpreta a un pueblerino fan a muerte de Bruce Lee. Y efectivamente, en las coreografías lucha como Bruce lee (o mejor) e imita al mito en todos los gestos y ademanes que le hicieron famoso. Sammo, deja su pueblo para irse a Hong Kong a ayudar en el restaurante de su tío (trama esta repetida hasta la saciedad), y una vez en la ciudad, este no para de meterse en líos. Por un lado tenemos a unos mafiosos que se dedican a las falsificaciones, que quieren contratar al camarero del restaurante del tío de Sammo, que es un gran pintor, para que haga unas copias de cuadros. Ante la negativa de este, le harán la vida imposible, y Sammo Hung intentará resolver los problemas como mejor se le da, que es con el “Kung Fu Chinuá”.
Hasta que un coleccionista de arte llega con sus tres guardaespaldas, un blanco experto en Kick Boxing, un chino, y un negro americano (que en realidad es un chino con peluca Afro, patillazas y tiznado de betún) experto en Karate, que le complicarán las cosas un poco más al gordo.
Sammo Hung, es poco más que un genio: Gordo como un tonel y con una agilidad asombrosa, actor, artista marcial, director, coreógrafo, productor… lo hace todo. Y todo lo hace bien como demostró en las dos o tres películas que rodó prescindiendo de las artes marciales, o en esta, también de su autoría. Incluso introduce otros géneros dentro del cine de Kung Fu, como puedan ser la comedia (esta), el drama (“Protección a un ser menor”), el terror (“Encuentros en el más allá”) etc… Y “Le llamaban Dragón gordo” es una comedia de Kung Fu de lo más divertida, con sabor al kung fu tradicional, pero con unas situaciones de enredo y un tipo de comedia, llena de confusiones y malentendidos, que recuerdan ligeramente a las películas de Mariano Ozores. Y no nos olvidemos del chanante título original “Enter the fat dragon” en alusión directa a “Operación Dragón” (“Enter the dragon”).
Y ahora explicaré porque es una “Brucexplotation” que arremete contra el “Brucexplotation”: A parte de que Samo imita a Bruce, hay una magnifica escena en la película en la que el gordo es contratado como extra en una película de un clon de Bruce Lee. Sammo acude entusiasmado, porque podrá ver como se defiende uno de los clones, cuando comprueba in situ, que el actor no se parece en nada a Bruce Lee, y que pelea de pena. Se lo hace saber, y la escena acabará como el Rosario de la aurora… Pero es como una advertencia. Parece que Sammo quiere decirnos “!Hey, no veáis estas películas que son una mierda, yo traigo la calidad y el estilo de Lee, pero de verdad¡”. No lo dudamos, pero creo que tanto Sammo como el “Brucexplotation”, pueden convivir juntos sin problema.
La película se estrenó en cines en nuestro país, nada raro pues en la época, sobretodo en los cines de barrio, que las platéas se llenaban con las películas de Kung-fu. Pero sobretodo recuerdo la edición en vídeo de la distribuidora “Video Disco”, la cual yo poseía en Beta, y la cual quemé hasta la extenuación.
Para poder disfrutarla hoy, ni siquiera en la red existe una copia completa en condiciones, aunque ha salido en dvd por la distribuidora “Kung- Fu Fever”, que tampoco es que se prodigue mucho en tiendas, porque no he sido capaz de encontrar ese dvd durante dos o tres años. Ahora, lo tengo en mi colección gracias a una persona maravillosa que si que la encontró.
Una de las mejores comedias de Kung Fu de todos los tiempos, y digan lo que digan, la mejor película del bueno de Samo Hung.
Y vista ahora por enésima vez, me ha gustado incluso más. Podríamos decir que por temática, no daríamos palos de ciego al adscribirla al “Brucexplotation”, pero sería una rara avis, porque también es una película que arremete contra todas esas imitaciones baratas, y luego lo explicaré.
Sammo, interpreta a un pueblerino fan a muerte de Bruce Lee. Y efectivamente, en las coreografías lucha como Bruce lee (o mejor) e imita al mito en todos los gestos y ademanes que le hicieron famoso. Sammo, deja su pueblo para irse a Hong Kong a ayudar en el restaurante de su tío (trama esta repetida hasta la saciedad), y una vez en la ciudad, este no para de meterse en líos. Por un lado tenemos a unos mafiosos que se dedican a las falsificaciones, que quieren contratar al camarero del restaurante del tío de Sammo, que es un gran pintor, para que haga unas copias de cuadros. Ante la negativa de este, le harán la vida imposible, y Sammo Hung intentará resolver los problemas como mejor se le da, que es con el “Kung Fu Chinuá”.
Hasta que un coleccionista de arte llega con sus tres guardaespaldas, un blanco experto en Kick Boxing, un chino, y un negro americano (que en realidad es un chino con peluca Afro, patillazas y tiznado de betún) experto en Karate, que le complicarán las cosas un poco más al gordo.
Sammo Hung, es poco más que un genio: Gordo como un tonel y con una agilidad asombrosa, actor, artista marcial, director, coreógrafo, productor… lo hace todo. Y todo lo hace bien como demostró en las dos o tres películas que rodó prescindiendo de las artes marciales, o en esta, también de su autoría. Incluso introduce otros géneros dentro del cine de Kung Fu, como puedan ser la comedia (esta), el drama (“Protección a un ser menor”), el terror (“Encuentros en el más allá”) etc… Y “Le llamaban Dragón gordo” es una comedia de Kung Fu de lo más divertida, con sabor al kung fu tradicional, pero con unas situaciones de enredo y un tipo de comedia, llena de confusiones y malentendidos, que recuerdan ligeramente a las películas de Mariano Ozores. Y no nos olvidemos del chanante título original “Enter the fat dragon” en alusión directa a “Operación Dragón” (“Enter the dragon”).
Y ahora explicaré porque es una “Brucexplotation” que arremete contra el “Brucexplotation”: A parte de que Samo imita a Bruce, hay una magnifica escena en la película en la que el gordo es contratado como extra en una película de un clon de Bruce Lee. Sammo acude entusiasmado, porque podrá ver como se defiende uno de los clones, cuando comprueba in situ, que el actor no se parece en nada a Bruce Lee, y que pelea de pena. Se lo hace saber, y la escena acabará como el Rosario de la aurora… Pero es como una advertencia. Parece que Sammo quiere decirnos “!Hey, no veáis estas películas que son una mierda, yo traigo la calidad y el estilo de Lee, pero de verdad¡”. No lo dudamos, pero creo que tanto Sammo como el “Brucexplotation”, pueden convivir juntos sin problema.
La película se estrenó en cines en nuestro país, nada raro pues en la época, sobretodo en los cines de barrio, que las platéas se llenaban con las películas de Kung-fu. Pero sobretodo recuerdo la edición en vídeo de la distribuidora “Video Disco”, la cual yo poseía en Beta, y la cual quemé hasta la extenuación.
Para poder disfrutarla hoy, ni siquiera en la red existe una copia completa en condiciones, aunque ha salido en dvd por la distribuidora “Kung- Fu Fever”, que tampoco es que se prodigue mucho en tiendas, porque no he sido capaz de encontrar ese dvd durante dos o tres años. Ahora, lo tengo en mi colección gracias a una persona maravillosa que si que la encontró.
Una de las mejores comedias de Kung Fu de todos los tiempos, y digan lo que digan, la mejor película del bueno de Samo Hung.
Victor Olid
ALEGRÁNDOME EL ARRGGHHOSTO...
Mi buen amigo Mr.Pajarillo ha tenido el detallazo de alegrarme el Agosto (el mes que peor me cae del año) regalándome uno de los VHS que más tiempo llevaba persiguiendo, imprescindible en mi colección, el del "Commando" de Mark Lester, ¡sin duda una de mis 10 películas favoritas!. Desde aquí aprovecho para darle un sonoro y sentido gracias.
Y sí, este Agosto lo recordaré como un 10% menos mierdas gracias a mi VHS de "Commando"....
Véanlo y disfruten.
Y sí, este Agosto lo recordaré como un 10% menos mierdas gracias a mi VHS de "Commando"....
Véanlo y disfruten.
Naxo Fiol
lunes, 20 de agosto de 2012
U.H.F.
"Weird Al" Yankovic es un cómico/músico bastante popular en los Estados Unidos. En España ganó cierta notoriedad gracias a la divertidísima parodia del video-clip "Bad" de Michael Jackson, titulado para la ocasión "Fat" (y con un Yankovic engordado a base de látex). Poco después de aquello, llegó su debut como protagonista absoluto de una película con esta "U.H.F." (en los USA se la conoce con idéntico título o con el de "The vidiot from U.H.F."), aunque antes lo habíamos visto haciendo un cameo en "Agárralo como puedas" (y repetiría en la segunda parte). Si el film hubiese funcionado en taquilla tal y como se esperaba, hubiéramos tenido a Yankovic hasta en la sopa... pero desafortunadamente para él, no fue así y tras "U.H.F." el amigo siguió limitando sus intervenciones a la tele o a cameos (salía en el segundo "Halloween" de Rob Zombie haciendo de sí mismo y aportando un gag muy gracioso sobre los obvios parecidos entre Michael Myers -asesino- y Mike Myers -actor-).
La primera vez que supe de "U.H.F." fue en las páginas de alguna de mis queridas revistas francesas. Para ilustrar la noticia iban dos jugosas imágenes, en una Yankovic aparecía caracterizado de "Indiana Jones" y en otra de "Rambo". Habiendo visto y gozado el video-clip "Fat", me convencí de que "U.H.F." sería una estupenda "spoof movie" al nivel de los momentos más inspirados de los ZAZ (y con razón, si se fijan en la caratula de la peli, se recurre al famoso "nudo" propio de las primeras epopeyas de Zucker/Abrahams/Zucker, en aquellas era un avión para "Aterriza como puedas" y un submarino para "Top Secret", en "U.H.F." es la antena de televisión). Pero cuando la peli llegó -en vídeo- a España y la vi, me sentí profundamente decepcionado ya que el nivel de "spoof" es meramente secundario, en esencia se trata de una comedia de narrativa standard... no demasiado mala, ni demasiado aburrida... pero sí demasiado poco... ¿¿"spoofiana"??.
Yankovic interpreta a George Newman, un tipo extremadamente soñador que no consigue conservar ninguno de sus aburridos empleos. Un día, casi por accidente, se convierte en el director de una minúscula cadena de televisión. De entrada ello no significa ningún cambio drástico para la empresa, hasta que casi de casualidad, el portero de la cadena es requerido como socorrido presentador de un programa infantil. La cosa funciona de maravilla y el éxito es arrollador. Tanto que los malvados mandamases del canal número uno del barrio deciden boicotearles de todos los modos posibles. ¿Lograrán George y su clan salir airosos del marrón?. Apuesten a que sí.
La verdad es que, consumida sin expectativas de ninguna clase, "U.H.F." funciona bastante bien como comedia tontorrona. Naturalmente, lo más llamativo de la función está en el material genuinamente paródico, que apunta a "En busca del arca perdida", "Rambo" (incluye un par de gags muy parecidos a dos que posteriormente veríamos en "Hot Shots 2" y "La máscara" y que, por desafortunada coincidencia de fechas de rodaje, no pudo contar con un cameo del propio Stallone), "Lo que el viento se llevó", "Conan, el bárbaro" (esta está muy graciosa) o el famoso video-clip de "Dire Straits" "Money for nothing", aunque hay muchas citas sutiles a muchos otros títulos ("Encuentros en la tercera fase", "El resplandor"...). Como curiosidad destacar la notoria dosis de humor políticamente incorrecto, e incluso sutilmente sangriento (dedo cercenado con sangre chorreante, tipo partido por la mitad verticalmente, soldados estallando gráficamente...), que incluyen algunas secuencias, algo bastante sorprendente tratándose de un film "Autorizado para todos los públicos" (cosa que le dio problemas en los USA con la censura y le obligó a lucir la estampa "PG-13", el "No recomendada a menores de 13 años" de allí).
En el reparto vemos unos cuantos nombres propios del humor televisivo, tales como el polémico Michael "Seinfeld" Richards en su habitual papel de retarded (aunque aquí funciona muy bien, a pesar de cargar un poquito) o Fran "La niñera" Drescher. Le acompañan gente como el asiático Gedde ("Vamp", "Gremlins 2") Watanabe, el enano Billy Barty de notorio curriculum (estuvo en "Legend" o "Willow", pero también en la chunguez "Patrulla de noche", que algún día espero reseñar) y, como absoluto malo de la función, el carismático Kevin McCarthy, que se pasa toda la puta peli con su inimitable mueca de perro rabioso. El productor Robert K. Weiss (culpable de grandes comedias del calibre de "Made in USA" o "Granujas a todo ritmo") se marca un cameo como barman, algo que también hiciera en la misma "Agárralo como puedas" -de la que era productor- aunque en esa ocasión vendía perritos calientes. El director y co-guionista (junto a Yankovic), Jay Levey, se ha pasado toda su carrera currando para "Weird Al" (es su manager y responsable de muchos de sus video-clips).
Detalle fricoso: La notoria transformación mediante "stop motion" de uno de los personajes humanos a extraterrestre es cortesía de los Chiodo Brothers, padres de los "Critters" en su forma física y responsables de la sobrevalorada "Killer Klowns from outer space".
En definitiva, una peliculilla simpática, bastante soportable y recomendable si te sobran 90 minutos de aquellos que, en otras circunstancias, únicamente dedicarías al aburrimiento.
La primera vez que supe de "U.H.F." fue en las páginas de alguna de mis queridas revistas francesas. Para ilustrar la noticia iban dos jugosas imágenes, en una Yankovic aparecía caracterizado de "Indiana Jones" y en otra de "Rambo". Habiendo visto y gozado el video-clip "Fat", me convencí de que "U.H.F." sería una estupenda "spoof movie" al nivel de los momentos más inspirados de los ZAZ (y con razón, si se fijan en la caratula de la peli, se recurre al famoso "nudo" propio de las primeras epopeyas de Zucker/Abrahams/Zucker, en aquellas era un avión para "Aterriza como puedas" y un submarino para "Top Secret", en "U.H.F." es la antena de televisión). Pero cuando la peli llegó -en vídeo- a España y la vi, me sentí profundamente decepcionado ya que el nivel de "spoof" es meramente secundario, en esencia se trata de una comedia de narrativa standard... no demasiado mala, ni demasiado aburrida... pero sí demasiado poco... ¿¿"spoofiana"??.
Yankovic interpreta a George Newman, un tipo extremadamente soñador que no consigue conservar ninguno de sus aburridos empleos. Un día, casi por accidente, se convierte en el director de una minúscula cadena de televisión. De entrada ello no significa ningún cambio drástico para la empresa, hasta que casi de casualidad, el portero de la cadena es requerido como socorrido presentador de un programa infantil. La cosa funciona de maravilla y el éxito es arrollador. Tanto que los malvados mandamases del canal número uno del barrio deciden boicotearles de todos los modos posibles. ¿Lograrán George y su clan salir airosos del marrón?. Apuesten a que sí.
La verdad es que, consumida sin expectativas de ninguna clase, "U.H.F." funciona bastante bien como comedia tontorrona. Naturalmente, lo más llamativo de la función está en el material genuinamente paródico, que apunta a "En busca del arca perdida", "Rambo" (incluye un par de gags muy parecidos a dos que posteriormente veríamos en "Hot Shots 2" y "La máscara" y que, por desafortunada coincidencia de fechas de rodaje, no pudo contar con un cameo del propio Stallone), "Lo que el viento se llevó", "Conan, el bárbaro" (esta está muy graciosa) o el famoso video-clip de "Dire Straits" "Money for nothing", aunque hay muchas citas sutiles a muchos otros títulos ("Encuentros en la tercera fase", "El resplandor"...). Como curiosidad destacar la notoria dosis de humor políticamente incorrecto, e incluso sutilmente sangriento (dedo cercenado con sangre chorreante, tipo partido por la mitad verticalmente, soldados estallando gráficamente...), que incluyen algunas secuencias, algo bastante sorprendente tratándose de un film "Autorizado para todos los públicos" (cosa que le dio problemas en los USA con la censura y le obligó a lucir la estampa "PG-13", el "No recomendada a menores de 13 años" de allí).
En el reparto vemos unos cuantos nombres propios del humor televisivo, tales como el polémico Michael "Seinfeld" Richards en su habitual papel de retarded (aunque aquí funciona muy bien, a pesar de cargar un poquito) o Fran "La niñera" Drescher. Le acompañan gente como el asiático Gedde ("Vamp", "Gremlins 2") Watanabe, el enano Billy Barty de notorio curriculum (estuvo en "Legend" o "Willow", pero también en la chunguez "Patrulla de noche", que algún día espero reseñar) y, como absoluto malo de la función, el carismático Kevin McCarthy, que se pasa toda la puta peli con su inimitable mueca de perro rabioso. El productor Robert K. Weiss (culpable de grandes comedias del calibre de "Made in USA" o "Granujas a todo ritmo") se marca un cameo como barman, algo que también hiciera en la misma "Agárralo como puedas" -de la que era productor- aunque en esa ocasión vendía perritos calientes. El director y co-guionista (junto a Yankovic), Jay Levey, se ha pasado toda su carrera currando para "Weird Al" (es su manager y responsable de muchos de sus video-clips).
Detalle fricoso: La notoria transformación mediante "stop motion" de uno de los personajes humanos a extraterrestre es cortesía de los Chiodo Brothers, padres de los "Critters" en su forma física y responsables de la sobrevalorada "Killer Klowns from outer space".
En definitiva, una peliculilla simpática, bastante soportable y recomendable si te sobran 90 minutos de aquellos que, en otras circunstancias, únicamente dedicarías al aburrimiento.
Naxo Fiol
domingo, 19 de agosto de 2012
ÖLÜME SON ADIM
A mí el Explotation Turco, hace tiempo que dejó de interesarme, porque considero que se trata de una cinematografía bastante aburrida, que lo que en realidad mola es descubrirla, comprobar in situ el tercermundismo de sus propuestas, saciar esa curiosidad, y pasar a otra sucia cosa.
Pero ayer noche tocó sesión de peliculismo en casa de mi amigo José Viruete, y ante el suculento menú de porquerías que me ofrecía, el, tenía muchas ganas de ver este “Ölüme son adim”. Se ve que el fandom, muy de ponerle etiquetas a este tipo de películas, la rebautizó con el estúpido sobrenombre de “Turkish Mad Max”, lo que me hace pensar que, en general, el fandom peca de gilipollismo extremo, porque salvo por una persecución final que transcurre en un camión, a la que tampoco veo yo muy madmaxera, no hay ni un solo referente, ni homenaje o ni plagio a la película de George Miller. Sin embrago, si que lo hay a “Rambo” – Que incluso roba la música de “El acorralado”- y sobretodo a las películas de Jean Paul Belmondo.
El caso es que con un pequeño arrugar de nariz por mi parte, en señal de disconformidad a la hora de elegir la película, procedemos al visionado, quedando yo contento, avanzada la peli, al comprobar que no se trataba de la enésima explotation Turca de una película de éxito.
Es sabida por mí la admiración que profesa el señor Viruete hacia el actor protagonista de “Ölüme Son Adim”, el tal Cuneyt Arkin y hacia el director Cetin Inanc, pero nunca me interesaron, ni investigué al respecto. Tampoco es que ahora me vaya a volver fan de la muerte de estos, pero mi respeto hacia ellos desde luego a crecido, porque la verdad, es que la película, siendo mala como atropellar a un viejo, está muy bien…
La vi en turco con subtítulos en Inglés, y no me enteré mucho del argumento… bueno tampoco es que tenga mucho argumento, pero trata sobre algo de mafiosillos, secuestros y drogas, y las pericias que tiene que pasar el bueno ( y galante) de Cuneyt Arkin que junto con su gran amigo (¿Y amante) Yildirim Gencer, se pasan la película rescatando a las señoritas de turno, a un profesor y matando a los malos. Y es que la película tiene un ritmo y una acción acojonantes, e incluso estilo. Si señores, el señor Cetin Inanc se preocupa de componer planos buscando un sello, grandes angulares para resaltar los primeros planos de los malos y que así parezcan más malos y en general un producto muy cuidado para ser una película Turca, aunque tire de imágenes de archivo de película velada (muy bien metidos en el montaje, por cierto) y los fogonazos de los disparos los solucione raspando el fotograma –detalles estos, por otro lado, encantadores-.
Hay que decir que a Cuneyt Arkin, en su rol de guapísimo galán, da gusto verlo, no solo haciendo las escenas de acción y haciendo artes marciales, si no posando ante la cámara, poniendo caritas y mirando de lado a un punto, donde obviamente se le fotografía desde su mejor ángulo. Un tipo guapo, vaya.
Por otro lado, para el descojoncio –ataque de risa literal- el momento en el que, no se por qué diantres, a uno de los malos le hacen comerse una bolsa de heroína de color azul. Ver a ese mastuerzo turco, comiendo polvos pica pica, poniéndose perdido y escupiéndolos delante de la cámara, es una experiencia casi religiosa. Y eso por no hablar del mariconeo que se trae el Arkin con el co-protagonista, que no paran de pasarse el cigarrito durante las escenas de más acción. Y es que, si hay algo más importante que los millones, eso es la amistad. Y ya lo dejan claro en esta película.
Muy entretenida, y es por ello que la recomiendo. A Cuneyt Arkin, se le puede ver en “El hombre León”, que por otro lado es una de sus películas más populares.
Les dejo con una imagen del maravilloso comedor de heroína, si pinchan aquí.
Pero ayer noche tocó sesión de peliculismo en casa de mi amigo José Viruete, y ante el suculento menú de porquerías que me ofrecía, el, tenía muchas ganas de ver este “Ölüme son adim”. Se ve que el fandom, muy de ponerle etiquetas a este tipo de películas, la rebautizó con el estúpido sobrenombre de “Turkish Mad Max”, lo que me hace pensar que, en general, el fandom peca de gilipollismo extremo, porque salvo por una persecución final que transcurre en un camión, a la que tampoco veo yo muy madmaxera, no hay ni un solo referente, ni homenaje o ni plagio a la película de George Miller. Sin embrago, si que lo hay a “Rambo” – Que incluso roba la música de “El acorralado”- y sobretodo a las películas de Jean Paul Belmondo.
El caso es que con un pequeño arrugar de nariz por mi parte, en señal de disconformidad a la hora de elegir la película, procedemos al visionado, quedando yo contento, avanzada la peli, al comprobar que no se trataba de la enésima explotation Turca de una película de éxito.
Es sabida por mí la admiración que profesa el señor Viruete hacia el actor protagonista de “Ölüme Son Adim”, el tal Cuneyt Arkin y hacia el director Cetin Inanc, pero nunca me interesaron, ni investigué al respecto. Tampoco es que ahora me vaya a volver fan de la muerte de estos, pero mi respeto hacia ellos desde luego a crecido, porque la verdad, es que la película, siendo mala como atropellar a un viejo, está muy bien…
La vi en turco con subtítulos en Inglés, y no me enteré mucho del argumento… bueno tampoco es que tenga mucho argumento, pero trata sobre algo de mafiosillos, secuestros y drogas, y las pericias que tiene que pasar el bueno ( y galante) de Cuneyt Arkin que junto con su gran amigo (¿Y amante) Yildirim Gencer, se pasan la película rescatando a las señoritas de turno, a un profesor y matando a los malos. Y es que la película tiene un ritmo y una acción acojonantes, e incluso estilo. Si señores, el señor Cetin Inanc se preocupa de componer planos buscando un sello, grandes angulares para resaltar los primeros planos de los malos y que así parezcan más malos y en general un producto muy cuidado para ser una película Turca, aunque tire de imágenes de archivo de película velada (muy bien metidos en el montaje, por cierto) y los fogonazos de los disparos los solucione raspando el fotograma –detalles estos, por otro lado, encantadores-.
Hay que decir que a Cuneyt Arkin, en su rol de guapísimo galán, da gusto verlo, no solo haciendo las escenas de acción y haciendo artes marciales, si no posando ante la cámara, poniendo caritas y mirando de lado a un punto, donde obviamente se le fotografía desde su mejor ángulo. Un tipo guapo, vaya.
Por otro lado, para el descojoncio –ataque de risa literal- el momento en el que, no se por qué diantres, a uno de los malos le hacen comerse una bolsa de heroína de color azul. Ver a ese mastuerzo turco, comiendo polvos pica pica, poniéndose perdido y escupiéndolos delante de la cámara, es una experiencia casi religiosa. Y eso por no hablar del mariconeo que se trae el Arkin con el co-protagonista, que no paran de pasarse el cigarrito durante las escenas de más acción. Y es que, si hay algo más importante que los millones, eso es la amistad. Y ya lo dejan claro en esta película.
Muy entretenida, y es por ello que la recomiendo. A Cuneyt Arkin, se le puede ver en “El hombre León”, que por otro lado es una de sus películas más populares.
Les dejo con una imagen del maravilloso comedor de heroína, si pinchan aquí.
Victor Olid
sábado, 18 de agosto de 2012
LOS CENTINELAS
Que duda cabe que, a mediados de los años ochenta, Albert Pyun era el cineasta "de la modernez" por excelencia. Sus pelis iban repletas de protas -se supone que- adolescentes, rock del más actual como banda sonora, integrantes de "tribus urbanas" (sobre todo punks y nuevaoleros, que era lo que se llevaba entonces), vestuarios y peinados adecuados para la década, fluorescentes y unas gotas de estética video-clipera. De entre todos los films que integran esta etapa de su carrera, el más famoso -y que encaja perfectamente en todo lo antes expuesto- posiblemente sea "Sueños Radioactivos". Y "Los centinelas" ("Dangerously Close" en v.o.) le va a la zaga, aunque dentro de otro género, el thriller.
Producida por el sello "Cannon", para quien Pyun curró en más de una ocasión, la peli se sitúa en un instituto de niños ricos en el que un grupito de estudiantes se dedican a controlar a los maleantes y entes de mal vivir. Naturalmente este segundo grupo lo forman los chavales pobres que han ido a parar allí gracias a un programa estatal y entre los que abunda el pelo largo, el maquillaje nuevaolero y alguna cresta. Sin embargo, a los vigilantes (que se auto-denominan, obvio, "Los Centinelas") se le va la olla y sus castigos comienzan a sobrepasar los límites, hasta que uno de los indeseados fallece. Otro de ellos, el insufrible pseudo-punk-nuevaolero-medionewromantic, chillón, estúpido, cargante y mal educado (acorde a los cánones propios de la época) tiene por amigo al chico pobre-pero-guapo-y-buen-estudiante que quiere ser periodista e investigará los hechos para dar con los culpables.
"Los centinelas" podría funcionar a un nivel propiamente nostálgico en su estética y forma, el problema es que resulta de lo más insulsa y plomiza, es incapaz de emocionarnos, ni hacernos reír, ni hacernos vibrar, nada... todo se desarrolla de un modo tan parsimonioso y correcto que, en fin, podemos llegar hasta el "the end" vivos, pero nos cuesta. Y es una lástima, porque el desenlace del desenlace, tiene su gracejo.
El reparto es de lo más simpático y florido. John Stockwell, habitual en el cine de Pyun y actualmente realizador, interpreta al "malo/bueno" de la historia, una historia de la que él mismo es medio responsable en funciones de co-guionista (el muchacho ya apuntaba maneras). Al prota-prota, J. Eddie Peck, no lo recuerda nadie. La guapa Carey Lowell llegaría a lucirse en algunos títulos de interés, de entre los que rescato el injustamente olvidado film Bondiano "Licencia para matar". A Thom Mathews lo has visto en la sexta parte de "Viernes 13" (haciendo de Tommy Jarvis, el que fuera héroe de la saga durante unos pocos títulos) y las dos primeras de "El regreso de los muertos vivientes". Justamente, y curiosamente, otro de los secundarios, Miguel A. Núñez Jr., salía tanto en "El regreso de los muertos vivientes" (haciendo de punko, igual que en "Los centinelas") como en ¡la quinta de "Viernes 13"!. También tenemos a la siempre encantadora Dedee Pfeiffer, hermana de Michelle y que has visto en "Vamp". Y justamente en "Vamp" ejercía de co-protagonista masculino Robert Rusler, que en "Los centinelas" tiene un papel enanísimo de camarero con ansias vengativas. ¡¡Todo queda en familia!!, ¿no es curioso?... de hecho, posiblemente estas coincidencias en el reparto juvenil de "Los centinelas" sea lo más interesante de ella, porque por lo demás, ni vale la pena molestarse.
La banda sonora no tiene desperdicio: "The Smithereens", "TSOL", "The Lords of the New Church", "Fine Young Cannibals", "Depeche Mode" y el bueno de Robert Palmer.
Para acabar, una pregunta misteriosa: ¿Qué hace Wings Hauser en la contra-portada de la caratula si NO aparece en ningún fotograma de la peli? (ampliar imagen para una mejor comprobación). Que en la época nos engañaran distribuidoras rancias lo comprendo y acepto pero... ¿¿Ízaro-Cannon??... ¿acaso querían superar en desidia y descaro a su primo bastardo Pícaro-Zannon?. ¡¡Qui lo sa!!.
Producida por el sello "Cannon", para quien Pyun curró en más de una ocasión, la peli se sitúa en un instituto de niños ricos en el que un grupito de estudiantes se dedican a controlar a los maleantes y entes de mal vivir. Naturalmente este segundo grupo lo forman los chavales pobres que han ido a parar allí gracias a un programa estatal y entre los que abunda el pelo largo, el maquillaje nuevaolero y alguna cresta. Sin embargo, a los vigilantes (que se auto-denominan, obvio, "Los Centinelas") se le va la olla y sus castigos comienzan a sobrepasar los límites, hasta que uno de los indeseados fallece. Otro de ellos, el insufrible pseudo-punk-nuevaolero-medionewromantic, chillón, estúpido, cargante y mal educado (acorde a los cánones propios de la época) tiene por amigo al chico pobre-pero-guapo-y-buen-estudiante que quiere ser periodista e investigará los hechos para dar con los culpables.
"Los centinelas" podría funcionar a un nivel propiamente nostálgico en su estética y forma, el problema es que resulta de lo más insulsa y plomiza, es incapaz de emocionarnos, ni hacernos reír, ni hacernos vibrar, nada... todo se desarrolla de un modo tan parsimonioso y correcto que, en fin, podemos llegar hasta el "the end" vivos, pero nos cuesta. Y es una lástima, porque el desenlace del desenlace, tiene su gracejo.
El reparto es de lo más simpático y florido. John Stockwell, habitual en el cine de Pyun y actualmente realizador, interpreta al "malo/bueno" de la historia, una historia de la que él mismo es medio responsable en funciones de co-guionista (el muchacho ya apuntaba maneras). Al prota-prota, J. Eddie Peck, no lo recuerda nadie. La guapa Carey Lowell llegaría a lucirse en algunos títulos de interés, de entre los que rescato el injustamente olvidado film Bondiano "Licencia para matar". A Thom Mathews lo has visto en la sexta parte de "Viernes 13" (haciendo de Tommy Jarvis, el que fuera héroe de la saga durante unos pocos títulos) y las dos primeras de "El regreso de los muertos vivientes". Justamente, y curiosamente, otro de los secundarios, Miguel A. Núñez Jr., salía tanto en "El regreso de los muertos vivientes" (haciendo de punko, igual que en "Los centinelas") como en ¡la quinta de "Viernes 13"!. También tenemos a la siempre encantadora Dedee Pfeiffer, hermana de Michelle y que has visto en "Vamp". Y justamente en "Vamp" ejercía de co-protagonista masculino Robert Rusler, que en "Los centinelas" tiene un papel enanísimo de camarero con ansias vengativas. ¡¡Todo queda en familia!!, ¿no es curioso?... de hecho, posiblemente estas coincidencias en el reparto juvenil de "Los centinelas" sea lo más interesante de ella, porque por lo demás, ni vale la pena molestarse.
La banda sonora no tiene desperdicio: "The Smithereens", "TSOL", "The Lords of the New Church", "Fine Young Cannibals", "Depeche Mode" y el bueno de Robert Palmer.
Para acabar, una pregunta misteriosa: ¿Qué hace Wings Hauser en la contra-portada de la caratula si NO aparece en ningún fotograma de la peli? (ampliar imagen para una mejor comprobación). Que en la época nos engañaran distribuidoras rancias lo comprendo y acepto pero... ¿¿Ízaro-Cannon??... ¿acaso querían superar en desidia y descaro a su primo bastardo Pícaro-Zannon?. ¡¡Qui lo sa!!.
Naxo Fiol
viernes, 17 de agosto de 2012
LOS MUPPETS
Disney, que tantos altibajos ha sufrido durante su extensa trayectoria, en los últimos años anda que lo tira, y compra franquicias como “Marvel Comics” o estos entrañables hijos de Jim Henson que son “Los Teleñecos”… si “Los Teleñecos”, porque si yo de toda la vida, y tras un montón de películas conociéndolos como “Los Teleñecos”, no se por qué ahora les voy a llamar “The Muppets”. Y es que la Disney fue tajante al estrenar la última película de “Los Teleñecos”, prohibiendo que en el resto del mundo fuera titulada con otro nombre que el original estadounidense, “The Muppets”, por lo que ahora tenemos a Gustavo, Peggy o Gonzo siendo “Los Muppets” en lugar de “Los Teleñecos”. En fin.
Sin embargo, las películas que protagonizaron los simpáticos personajes, quizás con la excepción de la primera de todas ellas “La película de los Teleñecos”, pecaban de ser muy rancias y aburridas, sosas y caóticas, a pesar de contar siempre con estrellas y directores más o menos afortunados.
Disney se propuso dos cosas: Dar a conocer a “Los Teleñecos” a una nueva generación de niños, y hacer una buena película, entretenida y muy divertida, que los dignifique tras estar estos olvidados desde hace ya un tiempo.
Si “Los Teleñecos” resultarán atractivos para las nuevas generaciones, no se si lo habrán conseguido, aunque los padres llevaran a sus hijos al cine. Pero desde luego si que han logrado la mejor película de los personajes.
Y es que la calidad de la misma radica en el haber contratado a uno de los mejores cómicos de la factoría de Judd Apattow para que produzca ejecutivamente, la escriba, y haga el papel principal por parte de los personajes de carne y hueso; Jason Segel (“Paso de ti”, “Lio embarazoso”), que además es fan a muerte de “Los Teleñecos”. Así, y con dirección de un tal James Bobin que debuta en el cine, consiguen un musical de lo más divertido y ameno con unas canciones que son, en su mayoría, cojonudas, amén de lo bien rodada que está y el respeto que se les muestra a los muñecos.
El protagonismo recae en Walter, un muñeco creado en exclusiva para la película. Un niño que siente devoción por “Los Teleñecos”, y que gracias a su hermano (humano) Jason Segel, se va de vacaciones a Hollywood para conocer los estudios donde “Los Teleñecos” rodaban sus programas. Allí, por error, descubre que un especulador pretende comprar esos estudios porque piensa que hay petróleo en su suelo, y los derribará. Ante tan malvado plan, a Walter no le queda más remedio que avisar a la rana Gustavo, quien monta un show televisivo a ver si con eso sacan los 10.000.000 de dólares que necesitan para poder comprar los estudios… solo que los otros teleñecos andan por ahí haciendo su vida, ignorados por el publico. Así, la rana se pasa media película intentando reunir a “Los Teleñecos”, en un argumento más o menos similar a “Granujas a todo ritmo”.
Pues lo dicho, que se trata de una película muy digna, que introduce el C.G.I. en momentos puntuales –y necesarios- sin que por ello se prescinda de las marionetas, con números musicales de lo más chulos, y terriblemente divertida.
De hecho, me ha gustado tanto, que iré a comprármela en DVD. Pero es que amigos, yo soy muy fan de “Los Teleñecos”. Aunque sus otras películas no me gustaron nada, que conste.
Contamos, también, con cameos de Jack Black, Whoopy Goldberg, Zach Galifaniakis, Alan Arkin, Selena Gomez…
Sin embargo, las películas que protagonizaron los simpáticos personajes, quizás con la excepción de la primera de todas ellas “La película de los Teleñecos”, pecaban de ser muy rancias y aburridas, sosas y caóticas, a pesar de contar siempre con estrellas y directores más o menos afortunados.
Disney se propuso dos cosas: Dar a conocer a “Los Teleñecos” a una nueva generación de niños, y hacer una buena película, entretenida y muy divertida, que los dignifique tras estar estos olvidados desde hace ya un tiempo.
Si “Los Teleñecos” resultarán atractivos para las nuevas generaciones, no se si lo habrán conseguido, aunque los padres llevaran a sus hijos al cine. Pero desde luego si que han logrado la mejor película de los personajes.
Y es que la calidad de la misma radica en el haber contratado a uno de los mejores cómicos de la factoría de Judd Apattow para que produzca ejecutivamente, la escriba, y haga el papel principal por parte de los personajes de carne y hueso; Jason Segel (“Paso de ti”, “Lio embarazoso”), que además es fan a muerte de “Los Teleñecos”. Así, y con dirección de un tal James Bobin que debuta en el cine, consiguen un musical de lo más divertido y ameno con unas canciones que son, en su mayoría, cojonudas, amén de lo bien rodada que está y el respeto que se les muestra a los muñecos.
El protagonismo recae en Walter, un muñeco creado en exclusiva para la película. Un niño que siente devoción por “Los Teleñecos”, y que gracias a su hermano (humano) Jason Segel, se va de vacaciones a Hollywood para conocer los estudios donde “Los Teleñecos” rodaban sus programas. Allí, por error, descubre que un especulador pretende comprar esos estudios porque piensa que hay petróleo en su suelo, y los derribará. Ante tan malvado plan, a Walter no le queda más remedio que avisar a la rana Gustavo, quien monta un show televisivo a ver si con eso sacan los 10.000.000 de dólares que necesitan para poder comprar los estudios… solo que los otros teleñecos andan por ahí haciendo su vida, ignorados por el publico. Así, la rana se pasa media película intentando reunir a “Los Teleñecos”, en un argumento más o menos similar a “Granujas a todo ritmo”.
Pues lo dicho, que se trata de una película muy digna, que introduce el C.G.I. en momentos puntuales –y necesarios- sin que por ello se prescinda de las marionetas, con números musicales de lo más chulos, y terriblemente divertida.
De hecho, me ha gustado tanto, que iré a comprármela en DVD. Pero es que amigos, yo soy muy fan de “Los Teleñecos”. Aunque sus otras películas no me gustaron nada, que conste.
Contamos, también, con cameos de Jack Black, Whoopy Goldberg, Zach Galifaniakis, Alan Arkin, Selena Gomez…
Victor Olid
jueves, 16 de agosto de 2012
THE 8TH PLAGUE
Mi único interés real con respecto a esta película es que se trataba del debút en la dirección de Franklin Guerrero Jr., responsable del visible y truculento "slasher" "Carver". Me preguntaba si el muchacho se habría explayado tan a gusto en cuestiones sanguinolentas como hiciera en aquella. Y sí, "The 8th Plague" va cargadica de gore, de sangre roja, roja, de salpicaduras mil, mutilaciones, cortes profundos y otras guarreridas, aunque de un modo menos mal intencionado que en "Carver", donde directamente apostaba por el sadismo más vil. Tal vez ello se deba, en parte, a que esta octava plaga es esencialmente una historia de terror sobrenatural, mientras que la otra apostaba por un tono más realista. Pero vamos, si me centro en hablar de gore es porque, por lo demás, "The 8th Plague" no vale demasiado.
Una pava anda preocupada porque su hermana se largó de acampada y no ha vuelto. Así que pilla a unos amigos y van en su búsqueda. Allí se enteran de que la chavala y sus colegas fueron a visitar una cárcel abandonada que atemoriza al borracho del pueblo. Lo que encontrarán será a la hermana y sus amigos convertidos en una especie de demonios salvajes y hambrientos a los que tendrán que combatir.
Un poco de "Posesión Infernal" (poseídos habladores troceados con hacha), un poco de "Demons" (no se por qué, los maquillajes y las expresiones de los "mostros" me recuerdan a los de la peli italiana) y algo de terror asiático fantasmal, mezclado todo ello con una atmósfera que intenta aproximarse a la de "Session 9", por aquello de estar situada en una gran edificación abandonada que en el pasado albergaba "gente peligrosa". Y no deliro, en lo musical y en el "tempo" es evidente que Franklin Guerrero Jr. tomó nota del estupendo trabajo de Brad Anderson. Sin embargo, todas estas buenas intenciones se ven lastradas por un guión/argumento tan lineal y previsible que, en fin, el conjunto únicamente logra aburrir. Demasiado. Que sí, que cuando hay gore y tal saltas un poco, pero nada que te haga olvidar lo plomizo de la propuesta.
En realidad la única idea potable en "The 8th Plague" es que es un especie de texto escrito en las paredes lo que te convierte en demonio, si cometes el error de mirarlo. Uno de los protas lo sabe y cuando se percata de que la ha cagado, se saca los ojos en un gozoso primerísimo primer plano, repleto de líquido rojo y efectos de sonido asquerosos. Sin embargo, es demasiada poca cosa como para salvar la peli.
Actualmente Franklin Guerrero Jr. está esperando que llegue el 5 de Septiembre para estrenar su nuevo largometraje ¡en salas!, un thriller situado en los años 50. Errrr... ¡no interesa, gracias!.
Una pava anda preocupada porque su hermana se largó de acampada y no ha vuelto. Así que pilla a unos amigos y van en su búsqueda. Allí se enteran de que la chavala y sus colegas fueron a visitar una cárcel abandonada que atemoriza al borracho del pueblo. Lo que encontrarán será a la hermana y sus amigos convertidos en una especie de demonios salvajes y hambrientos a los que tendrán que combatir.
Un poco de "Posesión Infernal" (poseídos habladores troceados con hacha), un poco de "Demons" (no se por qué, los maquillajes y las expresiones de los "mostros" me recuerdan a los de la peli italiana) y algo de terror asiático fantasmal, mezclado todo ello con una atmósfera que intenta aproximarse a la de "Session 9", por aquello de estar situada en una gran edificación abandonada que en el pasado albergaba "gente peligrosa". Y no deliro, en lo musical y en el "tempo" es evidente que Franklin Guerrero Jr. tomó nota del estupendo trabajo de Brad Anderson. Sin embargo, todas estas buenas intenciones se ven lastradas por un guión/argumento tan lineal y previsible que, en fin, el conjunto únicamente logra aburrir. Demasiado. Que sí, que cuando hay gore y tal saltas un poco, pero nada que te haga olvidar lo plomizo de la propuesta.
En realidad la única idea potable en "The 8th Plague" es que es un especie de texto escrito en las paredes lo que te convierte en demonio, si cometes el error de mirarlo. Uno de los protas lo sabe y cuando se percata de que la ha cagado, se saca los ojos en un gozoso primerísimo primer plano, repleto de líquido rojo y efectos de sonido asquerosos. Sin embargo, es demasiada poca cosa como para salvar la peli.
Actualmente Franklin Guerrero Jr. está esperando que llegue el 5 de Septiembre para estrenar su nuevo largometraje ¡en salas!, un thriller situado en los años 50. Errrr... ¡no interesa, gracias!.
Naxo Fiol
martes, 14 de agosto de 2012
ROBERT ZEMECKIS
La colección “Directores” de Cátedra, según la importancia que le de el lector a dicho director, es de lo más interesante.
Curiosamente Jorge Fonte, autor de libros dedicados a Steven Spielberg, Walt Disney, Woody Allen u Oliver Stone, se marca un repaso la mar de extenso por la filmografía de ese jornalero de Spielberg que es Robert Zemeckis.
Partiendo de la base de que la lectura es amena, el libro analiza, una por una, todas y cada unas de las películas –y cortos- que Zemeckis ha rodado durante su solvente carrera, contándonos algunos aspectos de su vida, y siendo bastante objetivo con cada una de las películas. Fonte es lo suficientemente objetivo como para no dejarse cegar por el fanatismo, y si tiene que repartir palos a según que peli, los reparte. Descubrimos detalles y datos de las películas de mucho interés, y leer sobre la trilogía de “Regreso al futuro” es harto de entretenido.
Pero Zemeckis no tiene una filmografía lo suficiente extensa como para llenar un tocho, y aquí viene el gran problema de este libro: que te cuenta las películas enteras, de principio a fin, con pelos y señales. Vale que entre medias Fonte va dando su opinión sobre esta o aquella escena, pero si has visto la película, no interesa demasiado, y si no la has visto, casi te la destripa… y cuando acabamos el libro, nos damos cuenta de que la mayoría de el, son largas sinopsis.
Sin embargo, merece la pena leerlo por todos los datos que nos da, técnicos o de producción, y lo bien que se desenvuelve este señor para explicarnos las cosas, se agradece.
Con lo cual estamos ante un libro bastante regular, que por otro lado, no sacia nuestras ansias de cotilleo, puesto que de la vida personal de Zemeckis, nos cuenta más bien poquito. Claro, que no se trata de una biografía y de eso hay que ser consciente antes de comprarlo.
Curiosamente Jorge Fonte, autor de libros dedicados a Steven Spielberg, Walt Disney, Woody Allen u Oliver Stone, se marca un repaso la mar de extenso por la filmografía de ese jornalero de Spielberg que es Robert Zemeckis.
Partiendo de la base de que la lectura es amena, el libro analiza, una por una, todas y cada unas de las películas –y cortos- que Zemeckis ha rodado durante su solvente carrera, contándonos algunos aspectos de su vida, y siendo bastante objetivo con cada una de las películas. Fonte es lo suficientemente objetivo como para no dejarse cegar por el fanatismo, y si tiene que repartir palos a según que peli, los reparte. Descubrimos detalles y datos de las películas de mucho interés, y leer sobre la trilogía de “Regreso al futuro” es harto de entretenido.
Pero Zemeckis no tiene una filmografía lo suficiente extensa como para llenar un tocho, y aquí viene el gran problema de este libro: que te cuenta las películas enteras, de principio a fin, con pelos y señales. Vale que entre medias Fonte va dando su opinión sobre esta o aquella escena, pero si has visto la película, no interesa demasiado, y si no la has visto, casi te la destripa… y cuando acabamos el libro, nos damos cuenta de que la mayoría de el, son largas sinopsis.
Sin embargo, merece la pena leerlo por todos los datos que nos da, técnicos o de producción, y lo bien que se desenvuelve este señor para explicarnos las cosas, se agradece.
Con lo cual estamos ante un libro bastante regular, que por otro lado, no sacia nuestras ansias de cotilleo, puesto que de la vida personal de Zemeckis, nos cuenta más bien poquito. Claro, que no se trata de una biografía y de eso hay que ser consciente antes de comprarlo.
Victor Olid
lunes, 13 de agosto de 2012
ENTRE FICHERAS ANDA EL DIABLO
Tercer título de la saga “La Pulquería”, de la cual desconozco cuales son las dos películas anteriores que preceden a esta…
Y ustedes se preguntarán ¿Qué son las ficheras a las que hace alusión el título? Bien, las ficheras es el nombre con el que se le conoce al género Mexicano de comedia picante de la etapa de los 70 y 80. Sería el equivalente a nuestro destape, a la comedia Sexy Italiana, o al cómico-erótico Argentino. Está claro que el carácter latino es bien diferenciable de los caracteres del resto del mundo.
Y las similitudes generales en este tipo de películas, son muchas. ¿Se acuerdan de las películas de Jaimito? Me refiero a Jaimito el personaje, no a Alvaro Vitali (recuerden que cualquier película que hiciera el actor, en España era bautizada con ese nombre en el título, aunque no fuera del personaje), sus películas no tenían argumento, era solo una sucesión de chistes seguidos.
Bien, “Entre ficheras anda el diablo” es exactamente eso. Lo único que tenemos una serie de personajes, a lo rollo coral, a los que le van pasando cosas en historias que se cruzan entre si, con el fin de soltar el chiste y pasar a otra cosa. Así tenemos al príncipe de las tinieblas (como no, interpretado por Alfonso Zayas, que por pícaro y salidorro, siempre hace de diablo) que se aburre en el infierno y prefiere quedarse en la tierra porque se divierte más, a un par de monjitas que piden para su iglesia y que sueltan el chiste, o al forzudo que tiene que hacer de modelo para su esposa artista contra su voluntad. Por otro lado, la película reúne a la plana mayor de cómicos de “ficheras” como Raul “Chato” Padilla o Luis del Alba, y contamos, como no, con la presencia de la “Fichera” y “Screem Queen” Ana Luisa Peluffo, que es una habitual de cualquier película de género en México que se precie de serlo. Todo ello aderezado con numeritos musicales de revista con sus Vedettes y sus plumas, como si se tratara de uno de esos vídeos tan entrañables de Juanito Navarro y Antonio Ozores.
Pero por lo que sea, la película no funciona. Resulta harto aburrida, los chistes no tienen gracia y encima dura alrededor de dos horas. Bien es cierto que a Alfonso Zayas, una vez ya le tienes calado y reconocido, mola verle en acción, pero como aquí su papel se reduce al mínimo… pues tampoco nos sale a cuenta. En definitiva, que es un pestiño de película inaguantable.
Dirige Miguel M. Delgado que también dirigió a Cantinflas en “El patrullero 777”, a Santo y Blue Demon en “Santo y Blue Demon contra el Dr. Frankenstein”, “Santo y Blue Demon VS. Drácula y el hombre lobo” y que como pasa con la mayoría de directores Mexicanos cuenta con una filmografía de lo más extensa, y eso que este hombre murió antes de que llegaran los “home videos”, que si no, sería mucho más extensa.
Y ustedes se preguntarán ¿Qué son las ficheras a las que hace alusión el título? Bien, las ficheras es el nombre con el que se le conoce al género Mexicano de comedia picante de la etapa de los 70 y 80. Sería el equivalente a nuestro destape, a la comedia Sexy Italiana, o al cómico-erótico Argentino. Está claro que el carácter latino es bien diferenciable de los caracteres del resto del mundo.
Y las similitudes generales en este tipo de películas, son muchas. ¿Se acuerdan de las películas de Jaimito? Me refiero a Jaimito el personaje, no a Alvaro Vitali (recuerden que cualquier película que hiciera el actor, en España era bautizada con ese nombre en el título, aunque no fuera del personaje), sus películas no tenían argumento, era solo una sucesión de chistes seguidos.
Bien, “Entre ficheras anda el diablo” es exactamente eso. Lo único que tenemos una serie de personajes, a lo rollo coral, a los que le van pasando cosas en historias que se cruzan entre si, con el fin de soltar el chiste y pasar a otra cosa. Así tenemos al príncipe de las tinieblas (como no, interpretado por Alfonso Zayas, que por pícaro y salidorro, siempre hace de diablo) que se aburre en el infierno y prefiere quedarse en la tierra porque se divierte más, a un par de monjitas que piden para su iglesia y que sueltan el chiste, o al forzudo que tiene que hacer de modelo para su esposa artista contra su voluntad. Por otro lado, la película reúne a la plana mayor de cómicos de “ficheras” como Raul “Chato” Padilla o Luis del Alba, y contamos, como no, con la presencia de la “Fichera” y “Screem Queen” Ana Luisa Peluffo, que es una habitual de cualquier película de género en México que se precie de serlo. Todo ello aderezado con numeritos musicales de revista con sus Vedettes y sus plumas, como si se tratara de uno de esos vídeos tan entrañables de Juanito Navarro y Antonio Ozores.
Pero por lo que sea, la película no funciona. Resulta harto aburrida, los chistes no tienen gracia y encima dura alrededor de dos horas. Bien es cierto que a Alfonso Zayas, una vez ya le tienes calado y reconocido, mola verle en acción, pero como aquí su papel se reduce al mínimo… pues tampoco nos sale a cuenta. En definitiva, que es un pestiño de película inaguantable.
Dirige Miguel M. Delgado que también dirigió a Cantinflas en “El patrullero 777”, a Santo y Blue Demon en “Santo y Blue Demon contra el Dr. Frankenstein”, “Santo y Blue Demon VS. Drácula y el hombre lobo” y que como pasa con la mayoría de directores Mexicanos cuenta con una filmografía de lo más extensa, y eso que este hombre murió antes de que llegaran los “home videos”, que si no, sería mucho más extensa.
Victor Olid
domingo, 12 de agosto de 2012
UN TIPO FORMIDABLE
¡Que maravillosa la era dorada del vídeo club! ¡Que espléndidas todas aquellas explotaciones de los grandes éxitos de Hollywood!.
Y la cara dura que se gastaban los distribuidores de vídeo españoles de aquellos años a la hora de confeccionar las caratulas, ya que compraban cualquier película al azar, y aunque no tuviera absolutamente nada que ver con el producto que te vendían, ya se encargaban ellos de que tuviera que ver... Aunque a priori, el aspecto tampoco fuera altamente atractivo. Como en el caso de este “Un tipo formidable” o lo que es lo mismo, en su versión angloparlante “Mr. Nice Guy”.
Era la época en la que estaba de moda la saga de “Loca academia de Policía”. Por un lado, se sacaban de la manga montones de títulos con las palabras “loca academia” sin venir a cuento y por otro, te hacían pasar viejas películas italianas por películas de la propia saga como pasaba con “Il Carabinieri” –aquí titulada “Otra loca academia de policía” (ver en “Malas pero divertidas”)-. Pero bueno, al fin y al cabo, esta italianada era una película sobre policías haciendo cosas graciosas.
Ahora fíjense en la maravillosa carátula de “Un tipo formidable”. Mirándola, llegamos a la conclusión de que se trata de una comedia de policías, bastante alocada, con un mogollón de tías buenas y la presencia de G.W. Bailey que tan bien interpretó al Capitán Harrys en la saga antes nombrada.
Bien, pues la película en realidad trata de un ex – combatiente del Vietnam, que tiene que reinsertarse en el mundo actual y busca trabajo. Lo encuentra como guardia de seguridad en unos grandes almacenes, donde gracias a su ímpetu, es fichado por un asesino a sueldo retirado que le contrata como asesino para que haga trabajos para el. Por otro lado, la mafia se da cuenta de que hay unos asesinos que les están haciendo la competencia en el negocio de matar gente y toma cartas en el asunto. Bien, pues no aparece NI UN SOLO POLICÍA vestido de uniforme durante toda la película. De hecho, la única referencia que se hace en la película es cuando el protagonista, Mike MacDonald (Casualmente con un papel de Sargento en “Loca academia de reclutas”, y que hizo secundarios muy secundarios como en “Tres Fugitivos”, y que en la actualidad se dedica ha hacer de doblador de dibujos animados) es contratado como guardia de seguridad, que viste con uniforme, parece un policía, pero no lo es… y además le vemos así vestido poco más de cinco minutos en toda la película. Por otro lado, es una comedia totalmente blanca, solo aparecen una o dos mujeres en la película, vestidas muy puritanamente y no hay ni una sola alusión al sexo, como bien prometía la sucia carátula. Pero claro una vez alquilada la película, y rentada, ¿Qué más da el engaño? Al menos para la distribuidora, claro.
“Un tipo Formidable”, no es más que una comedia se serie z con un presupuesto ínfimo, que podía pasar perfectamente por una comedia de la Troma, sin llegar a esos niveles de garrulismo y exageración. Cuesta entender el simple argumento por lo mal rodada y explicada que está, y el ritmo leeeento que se gasta puede hacer bostezar al más curtido. En definitiva, una comedia sin puta la gracia.
Como suele pasar en este tipo de productos, el director es un tal Herry Wolfond, que además escribió y produjo la película, pero que, como no, no volvió a hacer ni un solo trabajo en el medio audiovisual.
Malísima.
Y la cara dura que se gastaban los distribuidores de vídeo españoles de aquellos años a la hora de confeccionar las caratulas, ya que compraban cualquier película al azar, y aunque no tuviera absolutamente nada que ver con el producto que te vendían, ya se encargaban ellos de que tuviera que ver... Aunque a priori, el aspecto tampoco fuera altamente atractivo. Como en el caso de este “Un tipo formidable” o lo que es lo mismo, en su versión angloparlante “Mr. Nice Guy”.
Era la época en la que estaba de moda la saga de “Loca academia de Policía”. Por un lado, se sacaban de la manga montones de títulos con las palabras “loca academia” sin venir a cuento y por otro, te hacían pasar viejas películas italianas por películas de la propia saga como pasaba con “Il Carabinieri” –aquí titulada “Otra loca academia de policía” (ver en “Malas pero divertidas”)-. Pero bueno, al fin y al cabo, esta italianada era una película sobre policías haciendo cosas graciosas.
Ahora fíjense en la maravillosa carátula de “Un tipo formidable”. Mirándola, llegamos a la conclusión de que se trata de una comedia de policías, bastante alocada, con un mogollón de tías buenas y la presencia de G.W. Bailey que tan bien interpretó al Capitán Harrys en la saga antes nombrada.
Bien, pues la película en realidad trata de un ex – combatiente del Vietnam, que tiene que reinsertarse en el mundo actual y busca trabajo. Lo encuentra como guardia de seguridad en unos grandes almacenes, donde gracias a su ímpetu, es fichado por un asesino a sueldo retirado que le contrata como asesino para que haga trabajos para el. Por otro lado, la mafia se da cuenta de que hay unos asesinos que les están haciendo la competencia en el negocio de matar gente y toma cartas en el asunto. Bien, pues no aparece NI UN SOLO POLICÍA vestido de uniforme durante toda la película. De hecho, la única referencia que se hace en la película es cuando el protagonista, Mike MacDonald (Casualmente con un papel de Sargento en “Loca academia de reclutas”, y que hizo secundarios muy secundarios como en “Tres Fugitivos”, y que en la actualidad se dedica ha hacer de doblador de dibujos animados) es contratado como guardia de seguridad, que viste con uniforme, parece un policía, pero no lo es… y además le vemos así vestido poco más de cinco minutos en toda la película. Por otro lado, es una comedia totalmente blanca, solo aparecen una o dos mujeres en la película, vestidas muy puritanamente y no hay ni una sola alusión al sexo, como bien prometía la sucia carátula. Pero claro una vez alquilada la película, y rentada, ¿Qué más da el engaño? Al menos para la distribuidora, claro.
“Un tipo Formidable”, no es más que una comedia se serie z con un presupuesto ínfimo, que podía pasar perfectamente por una comedia de la Troma, sin llegar a esos niveles de garrulismo y exageración. Cuesta entender el simple argumento por lo mal rodada y explicada que está, y el ritmo leeeento que se gasta puede hacer bostezar al más curtido. En definitiva, una comedia sin puta la gracia.
Como suele pasar en este tipo de productos, el director es un tal Herry Wolfond, que además escribió y produjo la película, pero que, como no, no volvió a hacer ni un solo trabajo en el medio audiovisual.
Malísima.
Victor Olid
viernes, 10 de agosto de 2012
VIVIR DESESPERADAMENTE
Warner, como padre de New Line Cinema, acaba de sacar en dvd una colección con lo más granado de la filmografía de John Waters, motivo este por el que accedo a comprar algunos de los títulos que me faltaban en mi colección, con el aliciente, además, de que estos Films, vienen con audio comentario… claro, que en una hijoputada que no nos pilla de nuevas porque es lo habitual en los dvds de tan millonaria distribuidora, estos no incluyen subtítulos de ningún tipo para el audio comentario. Así pues, no los compren.
“Vivir desesperadamente”, quizás sea la mas compleja y la mejor de las películas de Waters, así como la más atípica y la con la que aprendió a tener sentido del ritmo, que por otro lado no mantendría ya en una película posterior.
Una sicótica que necesita ser urgentemente ingresada en un psiquiátrico, gracias a su marido, se queda en casa haciendo el loco. En una reyerta provocada por ella, junto con la ladrona de su asistenta negra y de 200 kilos, acaban matando al marido, por lo que huirán hacia Mortville, una extraña ciudad a la que van a parar los delincuentes que han logrado escapar de la policía (que son delincuentes de igual calibre, a fin de cuentas). Esta ciudad tiene su monarquía, así pues, impone su ley la Reina, -Interpretada por la graciosísima Edith Massey- y somete a la ciudadanía a sus caprichos, como por ejemplo el día del revés, en el que todos se tendrán que verter con la ropa del revés y caminar hacia atrás.
En esta ciudad, también hacen acto de presencia dos lesbianas delincuentes y la hija de la Reina que está enamorada de un basurero. Y la película se desenvuelve en este ambiente dando lugar a un montón de situaciones sin sentido, pero extremadamente divertidas.
Lo curioso de la película, es que aún siendo muy de John Waters, quizás porque para variar prescindió de Divine, es la peli menos John Waters de todas las que rodó en los setenta, y creo no equivocarme demasiado cuando digo que en los gags hay algo del humor de los Monty Phyton, por el tono surrealista y absurdo de un gran número de estos.
Rodada entre “Cosa de hembras” y “Polyester”, si que se ve una fotografía más cuidada y una edulcoración de las burradas que nos tenía acostumbrados hasta entonces, en un intento claro de volver mainstream su cine basura. Al fin de al cabo es lo que pasó con el tiempo.
Sin embargo es un acierto que la película no tenga más música que la que aparece en los títulos de crédito tanto iniciales como finales (una pieza muy bonita, por cierto) y al estar la película huérfana de música, le da un ambientillo curioso, que es de agradecer, porque resalta más la locura de movimientos, amputaciones y diálogos.
Hablando de los títulos de crédito, hay que resaltar los del inicio en los que una cámara picada, nos muestra una mesa con cubertería de alto copete, siendo debidamente servida; primero los cubiertos, después el vino… hasta que llega el plato principal, que es una rata debidamente cocinada, que es ingerida con sumo cuidado por una comensal a la que nunca vemos la cara. Me puso de mal cuerpo.
Muy recomendable para los fans estandard de Waters, porque sin duda, es su mejor película.
“Vivir desesperadamente”, quizás sea la mas compleja y la mejor de las películas de Waters, así como la más atípica y la con la que aprendió a tener sentido del ritmo, que por otro lado no mantendría ya en una película posterior.
Una sicótica que necesita ser urgentemente ingresada en un psiquiátrico, gracias a su marido, se queda en casa haciendo el loco. En una reyerta provocada por ella, junto con la ladrona de su asistenta negra y de 200 kilos, acaban matando al marido, por lo que huirán hacia Mortville, una extraña ciudad a la que van a parar los delincuentes que han logrado escapar de la policía (que son delincuentes de igual calibre, a fin de cuentas). Esta ciudad tiene su monarquía, así pues, impone su ley la Reina, -Interpretada por la graciosísima Edith Massey- y somete a la ciudadanía a sus caprichos, como por ejemplo el día del revés, en el que todos se tendrán que verter con la ropa del revés y caminar hacia atrás.
En esta ciudad, también hacen acto de presencia dos lesbianas delincuentes y la hija de la Reina que está enamorada de un basurero. Y la película se desenvuelve en este ambiente dando lugar a un montón de situaciones sin sentido, pero extremadamente divertidas.
Lo curioso de la película, es que aún siendo muy de John Waters, quizás porque para variar prescindió de Divine, es la peli menos John Waters de todas las que rodó en los setenta, y creo no equivocarme demasiado cuando digo que en los gags hay algo del humor de los Monty Phyton, por el tono surrealista y absurdo de un gran número de estos.
Rodada entre “Cosa de hembras” y “Polyester”, si que se ve una fotografía más cuidada y una edulcoración de las burradas que nos tenía acostumbrados hasta entonces, en un intento claro de volver mainstream su cine basura. Al fin de al cabo es lo que pasó con el tiempo.
Sin embargo es un acierto que la película no tenga más música que la que aparece en los títulos de crédito tanto iniciales como finales (una pieza muy bonita, por cierto) y al estar la película huérfana de música, le da un ambientillo curioso, que es de agradecer, porque resalta más la locura de movimientos, amputaciones y diálogos.
Hablando de los títulos de crédito, hay que resaltar los del inicio en los que una cámara picada, nos muestra una mesa con cubertería de alto copete, siendo debidamente servida; primero los cubiertos, después el vino… hasta que llega el plato principal, que es una rata debidamente cocinada, que es ingerida con sumo cuidado por una comensal a la que nunca vemos la cara. Me puso de mal cuerpo.
Muy recomendable para los fans estandard de Waters, porque sin duda, es su mejor película.
Victor Olid
jueves, 9 de agosto de 2012
NACIDO PARA EL INFIERNO
Esta peli me la regaló una buena amiga. En VHS, para más señas. Así a simple vista, no me dio precisamente buena espina. Pero entonces me informé un poco y el panorama pilló mejor color. Tanto que ayer noche decidí darle una oportunidad.
Cuenta la historia de un desquiciado veterano del Vietnam que aterriza en Irlanda, en pleno conflicto. No tiene donde caer muerto, ni dinero, ni nada. Su única posesión es un odio irracional hacia las mujeres. En eso que un día se fija en una casa habitada por ocho enfermeras. Todas ellas jóvenes y atractivas. Y como era de esperar, una noche se cuela, cuchillo en mano, y se dedica a aterrorizar y agredir, tanto física como mentalmente, a las mozas, una por una.
¿Suena seco y contundente?, es que así es "Nacido para el infierno", una producción Canadiense del año 1976 notablemente inspirada en los asesinatos de un psycho-killer real, Richard Speck, quien básicamente hizo exactamente lo mismo que el prota de la peli, pero en Chicago durante los 60. Como mandan los cánones del cine setentero, el film narra los hechos de modo desconcertantemente honesto y realista, sin arrebatos de "cine de género" (o no muchos, al menos), sin estilismos, incluso la música a penas se oye. El nivel de erotismo y truculencia está, se ve y se vive, pero tampoco es excesivo. Quizás sea más duro el tema psicológico, con algunos momentos genuinamente perturbadores como cuando obliga a dos chicas a liarse en plan lésbico o el crudo suicidio que una comete ante los asombrados ojos del asesino. Molesta un poco todo el rollo político de Irlanda, metido ahí con calzador por aquello de otorgar a la peli un algo más de cine serio y concienciado, pero tampoco agobia en exceso. El final, como es lógico, queda lejos de ser feliz.
Los actores están todos muy dignos, especialmente el asesino, interpretado por un sobrio Mathieu Carrière. Denis Héroux, director, tiene una filmografía colorida y variada, aunque más activa como productor.
No es ninguna obra de arte, pero "Nacido para el infierno" sorprende en su efectiva sencillez y contundencia. Sin duda, una peliculita bastante recomendable.
Cuenta la historia de un desquiciado veterano del Vietnam que aterriza en Irlanda, en pleno conflicto. No tiene donde caer muerto, ni dinero, ni nada. Su única posesión es un odio irracional hacia las mujeres. En eso que un día se fija en una casa habitada por ocho enfermeras. Todas ellas jóvenes y atractivas. Y como era de esperar, una noche se cuela, cuchillo en mano, y se dedica a aterrorizar y agredir, tanto física como mentalmente, a las mozas, una por una.
¿Suena seco y contundente?, es que así es "Nacido para el infierno", una producción Canadiense del año 1976 notablemente inspirada en los asesinatos de un psycho-killer real, Richard Speck, quien básicamente hizo exactamente lo mismo que el prota de la peli, pero en Chicago durante los 60. Como mandan los cánones del cine setentero, el film narra los hechos de modo desconcertantemente honesto y realista, sin arrebatos de "cine de género" (o no muchos, al menos), sin estilismos, incluso la música a penas se oye. El nivel de erotismo y truculencia está, se ve y se vive, pero tampoco es excesivo. Quizás sea más duro el tema psicológico, con algunos momentos genuinamente perturbadores como cuando obliga a dos chicas a liarse en plan lésbico o el crudo suicidio que una comete ante los asombrados ojos del asesino. Molesta un poco todo el rollo político de Irlanda, metido ahí con calzador por aquello de otorgar a la peli un algo más de cine serio y concienciado, pero tampoco agobia en exceso. El final, como es lógico, queda lejos de ser feliz.
Los actores están todos muy dignos, especialmente el asesino, interpretado por un sobrio Mathieu Carrière. Denis Héroux, director, tiene una filmografía colorida y variada, aunque más activa como productor.
No es ninguna obra de arte, pero "Nacido para el infierno" sorprende en su efectiva sencillez y contundencia. Sin duda, una peliculita bastante recomendable.
Naxo Fiol
miércoles, 8 de agosto de 2012
¡POR FIN YA ES VIERNES!
Es curioso como un género musical y movimiento cultural que duró tan poco en activo –el del sonido disco- generó en el cine todo un sub género como es el de las “Disco Movies”, cuya existencia es mera consecuencia del imprescindible clásico “Fiebre del Sábado noche”, y que, incluso pasando a ser explotado en España con “Nunca en horas de clase” (Ver en nuestro fantabuloso libro) proliferó sobretodo en tierras Italianas.
“¡Por fin ya es Viernes!” (Cuyo título original “Thank god it´s Friday”, que sería algo así como “Gracias a Dios es Viernes”, mucho más contundente) es la “explotation” mainstream más popular de todas, que en un alarde de la Columbia Pictures por intentar, al menos, igualar el éxito de la película dirigida por John Badham, se monta una comedia coral en la que mostrar la cara más amable del mundo disco, en contraposición al dramatismo marginal de “Fiebre del Sabado noche”.
Así se nos cuenta una historia de historias entrecruzadas, muy blancas, que trascurren al cabo de una noche en la discoteca “Zoo”, por varios personajes. Así tenemos al Disc Jockey que está emitiendo en directo lo que puede ser su puesta de largo en un fructífero futuro dentro de la radio, dos jóvenes adolescentes que intentan colarse en el interior de la discoteca con el afán de ganar el concurso de baile que se celebra esa noche, el dueño de la disco cuyo único afán es el de poder follarse a una mujer casada, o esta misma mujer con su marido entrando por primera vez en una discoteca, entre otras muchas sub historias. ¡Ah!, y del concurso de baile, no vemos ni una triste coreografía.
La película es bastante tonta y flojita. Digamos que ni una sola de las historias que nos cuenta es lo suficientemente interesante o divertida como para que mantengamos el interés durante toda la película, y es raro que no soltemos algún bostezo. Por otro lado, las drogas se reducen a algún porrillo que fuma algún personaje desfasado, y el folleteo brilla por su ausencia, con el fin de hacer una “Disco Movie” para todos los públicos que les reportara pingues beneficios.
En el reparto destaca Jeff Goldblum enfrentándose a uno de sus primeros papeles, y una Donna Summer, que será una gran cantante, pero que como actriz deja mucho que desear. También tenemos a “The Comodores”, haciendo de si mismos e interpretando un tema en directo.
Por otro lado, la canción central de la película, “Last Dance”, interpretada por Donna Summer, logró llevarse en 1978 el globo de oro y el oscar a la mejor canción de aquél año, sin que sea esta, en realidad, una canción muy destacable dentro de la cultura disco.
Dirige Robert Klane de escueta filmografía, que para cine tan solo dirigió esta y “Este muerto está muy vivo 2”.
“¡Por fin ya es Viernes!” (Cuyo título original “Thank god it´s Friday”, que sería algo así como “Gracias a Dios es Viernes”, mucho más contundente) es la “explotation” mainstream más popular de todas, que en un alarde de la Columbia Pictures por intentar, al menos, igualar el éxito de la película dirigida por John Badham, se monta una comedia coral en la que mostrar la cara más amable del mundo disco, en contraposición al dramatismo marginal de “Fiebre del Sabado noche”.
Así se nos cuenta una historia de historias entrecruzadas, muy blancas, que trascurren al cabo de una noche en la discoteca “Zoo”, por varios personajes. Así tenemos al Disc Jockey que está emitiendo en directo lo que puede ser su puesta de largo en un fructífero futuro dentro de la radio, dos jóvenes adolescentes que intentan colarse en el interior de la discoteca con el afán de ganar el concurso de baile que se celebra esa noche, el dueño de la disco cuyo único afán es el de poder follarse a una mujer casada, o esta misma mujer con su marido entrando por primera vez en una discoteca, entre otras muchas sub historias. ¡Ah!, y del concurso de baile, no vemos ni una triste coreografía.
La película es bastante tonta y flojita. Digamos que ni una sola de las historias que nos cuenta es lo suficientemente interesante o divertida como para que mantengamos el interés durante toda la película, y es raro que no soltemos algún bostezo. Por otro lado, las drogas se reducen a algún porrillo que fuma algún personaje desfasado, y el folleteo brilla por su ausencia, con el fin de hacer una “Disco Movie” para todos los públicos que les reportara pingues beneficios.
En el reparto destaca Jeff Goldblum enfrentándose a uno de sus primeros papeles, y una Donna Summer, que será una gran cantante, pero que como actriz deja mucho que desear. También tenemos a “The Comodores”, haciendo de si mismos e interpretando un tema en directo.
Por otro lado, la canción central de la película, “Last Dance”, interpretada por Donna Summer, logró llevarse en 1978 el globo de oro y el oscar a la mejor canción de aquél año, sin que sea esta, en realidad, una canción muy destacable dentro de la cultura disco.
Dirige Robert Klane de escueta filmografía, que para cine tan solo dirigió esta y “Este muerto está muy vivo 2”.
Victor Olid
martes, 7 de agosto de 2012
LA BATALLA DE LOS SIMIOS GIGANTES
Añeja producción de la Toho en su mejor época, en la que se aprecia un gran cuidado con las maquetas y los efectos especiales respecto a otras de sus coetáneas, aunque, lógicamente, los dos señores disfrazados de mono que aparecen en la película, no gozaron del carisma y aceptación del publico nipón de los que si gozaron Godzilla y demás monstruos japoneses. Por eso no son tan populares.
El caso es, que aún haciéndome gracia los Kaiju Eija, no es un género que me entusiasme, puesto que al fin y al cabo, vista una, vistas todas (rollos nucleares, científicos buscando explicaciones tontas a cosas que no tienen ningún sentido, señores disfrazados destrozando maquetas y lucha final entre dos monstruos), y esta “La batalla de los simios gigantes”, no varía mucho, la verdad, pero para una tarde de domingo tonta, nos alcanza.
Conocida en algunos países como “Frankenstein´s monsters” (???) –no confundir con “Frankenstein conquers the World”- Nos cuenta la historia de un simio gigante que tras una lucha encarnizada con un pulpo, vuelca un barco. Pronto sale a la superficie y destroza las ciudades. Un científico yankie experto en simios gigantes, quien crió uno en su laboratorio hasta que lo soltó en las montañas, mantiene la teoría de que este nunca atacaría a los humanos y tampoco podría vivir en el agua, por lo que llega a la conclusión de que el simio malo debe ser otro. Pronto se descubrirá el pastel, y el bien se alzará ante el mal. Bueno, ya saben… un Kaiju entretenidillo, nada del otro mundo en el que el mono verde se las tendrá que ver con el mono marrón, destrozarán muchas cosas, el ejercito les hará de las suyas y todo acabará bien.
Pero claro, a mí casi me llama más la atención algunos aspectos secundarios de la película, como las respuestas y reflexiones que suelta el científico americano Dr. Smith, interpretado por Russ Tamblyn, que se parece un poco a Greg Kinnear pero con cara de pánfilo. El delirio. Sin ir más lejos, hay una escena en la que un periodista le pregunta si es posible que se haya despertado de su letargo un simio gigante, a lo que responde, tras pensárselo unos segundos: “posiblemente”. Gestos, contundencia y doblaje, convierten esa interpretación en un chiste súper gracioso. O como cuando un científico japonés advierte que habrá que proteger a la población, y acto seguido suelta una sonora carcajada. Cosas de los Kaiju.
Poco más que añadir.
Dirige Ishiro Honda (o Isidro Honda, como le llamaba Carlos Pumares), que es al cine de la Toho, lo que Terence Fisher al cine de la Hammer.
El caso es, que aún haciéndome gracia los Kaiju Eija, no es un género que me entusiasme, puesto que al fin y al cabo, vista una, vistas todas (rollos nucleares, científicos buscando explicaciones tontas a cosas que no tienen ningún sentido, señores disfrazados destrozando maquetas y lucha final entre dos monstruos), y esta “La batalla de los simios gigantes”, no varía mucho, la verdad, pero para una tarde de domingo tonta, nos alcanza.
Conocida en algunos países como “Frankenstein´s monsters” (???) –no confundir con “Frankenstein conquers the World”- Nos cuenta la historia de un simio gigante que tras una lucha encarnizada con un pulpo, vuelca un barco. Pronto sale a la superficie y destroza las ciudades. Un científico yankie experto en simios gigantes, quien crió uno en su laboratorio hasta que lo soltó en las montañas, mantiene la teoría de que este nunca atacaría a los humanos y tampoco podría vivir en el agua, por lo que llega a la conclusión de que el simio malo debe ser otro. Pronto se descubrirá el pastel, y el bien se alzará ante el mal. Bueno, ya saben… un Kaiju entretenidillo, nada del otro mundo en el que el mono verde se las tendrá que ver con el mono marrón, destrozarán muchas cosas, el ejercito les hará de las suyas y todo acabará bien.
Pero claro, a mí casi me llama más la atención algunos aspectos secundarios de la película, como las respuestas y reflexiones que suelta el científico americano Dr. Smith, interpretado por Russ Tamblyn, que se parece un poco a Greg Kinnear pero con cara de pánfilo. El delirio. Sin ir más lejos, hay una escena en la que un periodista le pregunta si es posible que se haya despertado de su letargo un simio gigante, a lo que responde, tras pensárselo unos segundos: “posiblemente”. Gestos, contundencia y doblaje, convierten esa interpretación en un chiste súper gracioso. O como cuando un científico japonés advierte que habrá que proteger a la población, y acto seguido suelta una sonora carcajada. Cosas de los Kaiju.
Poco más que añadir.
Dirige Ishiro Honda (o Isidro Honda, como le llamaba Carlos Pumares), que es al cine de la Toho, lo que Terence Fisher al cine de la Hammer.
Victor Olid