Siempre que doy un paseo por nuestro sitio de venta de camisetas favorito, inevitablemete, tengo que hacer un pedido. Y estas han sido las ultimas adquisiciones por mi parte:
Como ya he reseñado por aquí, "Frío como el hielo", es una película especial para mí; primero por ridícula, es la peli más ridícula de la historia, segundo porque es la película que, con su continuo visionado, me ha ayudado a recuperarme de una enfermedad... así que le tengo especial cariño. Así que existiendo la camiseta, es un delito que no la lleve puesta ¿no creen?
Y la otra pertenece a la película "Dolls" dirigida por uno de mis favoritos, Stuart Gordon. Cualquier camiseta de cualquiera de sus pelis, ha de ser mía siempre.
miércoles, 31 de julio de 2013
lunes, 29 de julio de 2013
LA GUERRA DE LOS ROBOTS
La prueba de que no todo el cine malo, solo por el hecho de
ser malo puede llegar a ser algo mínimamente divertido y/o interesante, está en el enésimo plagio de “La guerra de las galaxias”, que, como no, es Italiano.
Porque es que, una de dos, o en este campo está todo visto,
porque en principio mi predisposición a ver este tipo de basuras es la misma,
o es que hay bazofias tan infectas que no provocan en el espectador ningún
sentimiento. O tal vez llevamos demasiadas mierdas vistas, de todo tipo, como para que ya nos sorprenda cualquier
cosa.
A juzgar por otras roñas visionadas recientemente, me
decanto por la primera opción expuesta. Los plagios de “Star Wars” están ya
todos muy vistos y la cara dura, lo cutre, y las espadas láser ya no nos
sorprenden. Pero ¿Y vista “La guerra de los robots” de primeras? Me temo que
sería igualmente insufrible. Ergo, no funciona por ser plagio, y por ser roña
de aquella ya polvorienta y desquiciante.
“La guerra de los robots”, que como podrán suponer reutiliza vestuarios, atrezzos y decorados de otras películas anteriormente
rodadas igualmente podridas, cuenta la confusa historia de unos extraterrestres
que secuestran a unos brillantes científicos terrestres con aviesas
intenciones. Desde la tierra mandan a un grupo de salvamento, que se las tendrá
que ver con todo tipo de extraterrestres con ojos de plástico, torsos desnudos
y capas bamboleantes, sin que comprendamos, en ningún momento, casi nada de lo
que vemos.
Entonces, ¿qué tiene de especial “La guerra de los robots?,
pues que vemos decorados y naves espaciales de mierda, marcianos con pelucas y
pintas del príncipe de Bequelar, espadas láser de plástico fosforescente, un
grupo de protagonistas que intentan parecerse a la troupe de “Star Trek” –que
no puede faltar tampoco… hasta tienen un “Comandante Kin” y todo- y en
definitiva, unas cosas y unas maneras
risibles. ¡Lo de siempre! pero servido sin la gracia de un “Choque de Galaxias”
de Lewis Coates, por ejemplo.
Total, que es ver una italianada más del espacio, con muy poquita
gracia.
Dirige la cosa Don Alfonso Brescia, también conocido como Al
Bradley, uno de esos artesanos mediterráneos, currelas y que no guardaban
ningún respeto por los géneros que cultivaban –y no al contrario como el puto
fandom crée- que hacía películas como churros, literalmente, cuyos títulos más
populares en las plateas españolas fueron “Las amazonas contra los Superman”o
“Ator, el guerrero de hierro”, una de las secuelas de aquella mierda llamada
“Ator, el poderoso”.
Ni para alpiste.
Victor Olid
domingo, 28 de julio de 2013
SANGRE DE HÉROES
En un futuro indeterminado, aunque claramente post-apocalíptico, existe un juego que es así como el rugby pero a lo bestia, donde la peña se ahostia hasta partirse la crisma con el único fin de clavar una calavera de perro en un palo. Los piraos que se dedican a ello se hacen llamar "Juggers". La prota de nuestra historia es una muchacha ambiciosa que quiere formar parte de un equipo de estos que va de pueblo en pueblo machacándose, curándose las heridas y ganándose las garrofas. Pero existen dos categorías, los que luchan en plan cutre en la desértica superficie y la liga oficial, que es "todo lujo" y se celebra bajo tierra, en lo que llaman "la ciudad roja". Resulta que el capitán de nuestra heroica panda es un ex-jugador profesional al que echaron por tirarse a la pava incorrecta... pero ahora quiere recuperar la gloria perdida, por lo que arrastra a sus muchachos hasta la civilización subterránea y desafía al equipo local. Las hostias serán como panes y correrá la sangre... la sangre de héroes, que es más o menos como originalmente se conoce a esta peli en algunos países de habla inglesa, "The blood of heroes", aunque en otros fue bautizada como "Salute of the Juggers".
Se trata de una co-producción entre Estados Unidos y Australia del año 1989 escrita y dirigida por un nombre de cierto peso, David Webb Peoples. Y si digo lo de "nombre de cierto peso" no me refiero a sus tareas como director, ya que "Sangre de héroes" es su única aportación (si no contamos un corto documental previo), en realidad todo el prestigio que Peoples arrastra se debe a su faceta como guionista. Ahí van algunos de los libretos que ha tecleado: "Blade Runner", "Lady Halcón", "Leviathan, el demonio del abismo", "Sin Perdón", "Soldier" y "Doce Monos". Caziná. ¿Que por qué no volvió a dirigir nunca más?, pues no lo sé a ciencia cierta, pero podría ser que "Sangre de héroes" no fuera una experiencia que se saldara con éxito. A España llegó directamente en vídeo y tampoco podemos decir que haya hecho mucho ruido, algo desconcertante si tenemos en cuenta que, sin ser nada desorbitante, sí hay cierta guita de por medio y que el reparto es lo suficientemente sólido, basta un repasico para darse cuenta de ello: el eterno Rutger Hauer, Joan Chen (entonces bastante de moda por su intervención en la serie de David Lynch "Twin Peaks"), Vincent D´Onofrio (que para la ocasión añade un Phillip a su nombre), el simpático Delroy Lindo (al que tengo en gran estima desde que interpretara al excéntrico inventor del rayo perforador en la reivindicable "El Núcleo") y en un escueto papel, Richard Norton, "actionjero" de serie B con un impresionante y admirable curriculum (ha compartido pantalla con Jackie Chan, Chuck Norris, Michael Dudikoff y tropecientos más). Sin salirnos de esos parámetros, y ya rizando el rizo del friquismo, en tareas de "coordinación de dobles" localizamos a Guy Norris, veterano en estas lides, director él mismo de algunas muestras de "actioners" de segunda fila (con Richard Norton en algunos de ellos) y que, a pesar de las apariencias, no tiene ninguna relación familiar con... bueno, ya sabes.
"Sangre de héroes" es un entretenimiento del todo correcto ideal para una tarde de Domingo, que es justamente cuando yo la he consumido. En sus escasos 90 minutos de duración no encontrarás nada especialmente genial, ni original, ni chocante (salvo las hostias que se meten unos a otros, aunque a un nivel muy standard de truculencia), pero tampoco nada ofensivo en un sentido básicamente negativo (porque a veces, amiguito, lo ofensivo también puede ser bueno!), está bien hecha toda ella, en general y, como decimos en mi pueblo, pasas el ratico.
Pues ni tan mal, ¿no?.
PD: Nótese que el poster aquí empleado lo firma el gran gran E.Sciotti.
Se trata de una co-producción entre Estados Unidos y Australia del año 1989 escrita y dirigida por un nombre de cierto peso, David Webb Peoples. Y si digo lo de "nombre de cierto peso" no me refiero a sus tareas como director, ya que "Sangre de héroes" es su única aportación (si no contamos un corto documental previo), en realidad todo el prestigio que Peoples arrastra se debe a su faceta como guionista. Ahí van algunos de los libretos que ha tecleado: "Blade Runner", "Lady Halcón", "Leviathan, el demonio del abismo", "Sin Perdón", "Soldier" y "Doce Monos". Caziná. ¿Que por qué no volvió a dirigir nunca más?, pues no lo sé a ciencia cierta, pero podría ser que "Sangre de héroes" no fuera una experiencia que se saldara con éxito. A España llegó directamente en vídeo y tampoco podemos decir que haya hecho mucho ruido, algo desconcertante si tenemos en cuenta que, sin ser nada desorbitante, sí hay cierta guita de por medio y que el reparto es lo suficientemente sólido, basta un repasico para darse cuenta de ello: el eterno Rutger Hauer, Joan Chen (entonces bastante de moda por su intervención en la serie de David Lynch "Twin Peaks"), Vincent D´Onofrio (que para la ocasión añade un Phillip a su nombre), el simpático Delroy Lindo (al que tengo en gran estima desde que interpretara al excéntrico inventor del rayo perforador en la reivindicable "El Núcleo") y en un escueto papel, Richard Norton, "actionjero" de serie B con un impresionante y admirable curriculum (ha compartido pantalla con Jackie Chan, Chuck Norris, Michael Dudikoff y tropecientos más). Sin salirnos de esos parámetros, y ya rizando el rizo del friquismo, en tareas de "coordinación de dobles" localizamos a Guy Norris, veterano en estas lides, director él mismo de algunas muestras de "actioners" de segunda fila (con Richard Norton en algunos de ellos) y que, a pesar de las apariencias, no tiene ninguna relación familiar con... bueno, ya sabes.
"Sangre de héroes" es un entretenimiento del todo correcto ideal para una tarde de Domingo, que es justamente cuando yo la he consumido. En sus escasos 90 minutos de duración no encontrarás nada especialmente genial, ni original, ni chocante (salvo las hostias que se meten unos a otros, aunque a un nivel muy standard de truculencia), pero tampoco nada ofensivo en un sentido básicamente negativo (porque a veces, amiguito, lo ofensivo también puede ser bueno!), está bien hecha toda ella, en general y, como decimos en mi pueblo, pasas el ratico.
Pues ni tan mal, ¿no?.
PD: Nótese que el poster aquí empleado lo firma el gran gran E.Sciotti.
Naxo Fiol
viernes, 26 de julio de 2013
EL INCREIBLE HOMBRE MENGUANTE
Siempre he dicho que procuro no ver películas anteriores a
los años setenta, que no me gustan los clásicos ni el cine en blanco y negro,
que son un coñazo. Pero anoche revisando mi videoteca, tuve que meterme la lengüita
en el culo. Cuento en mi colección con algunas joyas anteriores a la década se
los setenta, y todas ellas me
entusiasman. Es más, llevo en mi brazo derecho, tatuado, un personaje de cine
de terror creado en los años 60, que es uno de mis favoritos de la historia, Zé do Caixao… Así que debo corregir una afirmación mía: Odio las películas
anteriores a 1970 salvo honrosas excepciones, y en contextos fantásticos. Porque en contextos fantásticos, si que me
gustan los clásicos- aunque a rasgos generales, no me gusten los clásicos-.
Como la obra maestra que revisé anoche, “El increíble hombre menguante”, que a
pesar de tener cincuenta y tantos años de antigüedad, permanece más vigente y
tiene más ritmo que la mayoría de películas facturadas ahora, los trucajes,
maquetas y demás, también son mejores que los de las pelis de ahora y en
definitiva, el entretenimiento y el espectáculo, también es mayor.
La peli cuenta la historia de un individuo que estando de
vacaciones junto a su pareja, recibe un baño de algo que podría ser una
especie de niebla alienígena.
Después de aquello, cada día que pasa irá menguando un poco,
hasta convertirse en un ser diminuto que tendrá que sobrevivir en el más hostil
de los entornos: Su propia casa, y enfrentarse a los más horrorosos monstruos:
Su mismo gato o una tarántula que campa a sus anchas por la casa.
Indiscutible clásico de la ciencia ficción basada en la
novela “El hombre menguante”, segunda del famoso Richard Matheson, que,
probablemente, supere con creces a la novela en la que se basa, precisamente
por el saber hacer de un director tan poco personal (y tan profesional) como
Jack Arnold, director de, entre otras, “La mujer y el monstruo” o la serie
“Vacaciones en el mar”, o unos efectos especiales revolucionarios, sufragados a
base de un ajustado presupuesto.
Pese a que el guión era obra del propio Matheson, este
estaba bastante disconforme, tras haber firmado por la concepción del mismo, con como quería las cosas el productor, que en
un afán de hacer la película lo más comercial posible, le metió la palabra “Increíble”
en el título, estructuró el argumento de manera lineal – y no en flashbacks
como estaba estructurado en la novela- y metió a Dios de por medio en el
argumento. Todo esto a Matheson le horrorizaba, con lo que completó su trabajo
de escritura lo antes posible, para desentenderse del proyecto. Así pues, se
contrató a un nuevo guionista para que puliera el argumento, pero las cláusulas
hacían figurar en los créditos tan solo a Matheson, así que, no se sabe quien
es el otro guionista, y verdadero culpable del tratamiento final, que es el que
confirió a esta película todo ese rollo entre la épica y la serie B que es el que la ha convertido en
clásico.
Fuera como fuere, se convirtió en todo un éxito,
además de ser una de las películas de ciencia ficción más famosas del mundo y de todos los tiempos.
Tal fue así, que un poco después se planeó una secuela protagonizada por
la esposa del protagonista (a la que también le cae encima un poco de
la niebla aquella…), pero se trataba de una cosa tan mala, que rápidamente
abortaron con el asunto.
Sin embargo 30 años después, en los ochenta, ese mismo guión
se lo encargaron a Joel Schumacher, que rodó en clave de comedia “La increíble
mujer menguante”, película para lucimiento del talento cómico de Lily Tomlin,
que se convirtió en uno de los grandes fracasos de la historia del cine.
Una película imprescindible para los amantes del fantástico.
Me sorprende comprobar in situ, como no se ha quedado en absoluto anticuada,
para nada desfasada, y como se folla a las memeces esas de “Cariño, he encogido
a los niños”.
Victor Olid
jueves, 25 de julio de 2013
NO MATARÁS
Como ustedes habrán podido intuir por el cartel y el título,
nos enfrentamos a una película de conservador mensaje. Una película anti
aborto.
Ignacio F. Iquino también rodó una de título aún más
explicito, “Aborto Criminal”, y es que a mediados de los setenta, estas
películas anti aborto se pusieron muy de moda, no ya por una ideología o unos
principios, sino en su vertiente más “explotation” buscando el sensacionalismo
más sórdido, que llevaba culos a las butacas, lógicamente, y más en tiempos de Franco. De no ser porque se jugaban la
cárcel, o váyase usted a saber qué, estoy convencido de que hubieran hecho
película pro abortistas, que, si hubieran sido llevadas por esos derroteros del
sensacionalismo, hubieran sido cojonudas.
El caso es que me gusta todo este tipo de cine español, el
valiente, el desvergonzado, el osado, de cuando había industria. No como ahora,
que gracias al cielo, el cine Español está condenado a la extinción inmediata
(fíjense como estará la cosa, que Elena Anaya o Ernesto Alterio tienen que
hacer publicidad) y eso lo que hará es
crear una industria nueva, más pequeñita, pero culturalmente más enriquecedora
donde habrá cabida para todo tipo de género. Por fin morirá la dictadura del
cine Español…
Pero a lo que vamos:
Una jovencita de 16
años conoce a un individuo algo mayor que ella y vivirán un romance. Pese a que
ella quiere llegar virgen al matrimonio porque no es una cualquiera, la libido
del chico es desmedida, se muere por follársela, y al final ella cae en sus
garras como una perdida y queda embarazada. Al darle la
noticia a su novio, pedirle que se casen etc... este no queda muy contento con
el asunto y su falta de entusiasmo delata las pocas ganas que tiene de contraer matrimonio y, mucho menos de tener hijos, por lo que a ella le dice
que en esas condiciones prefiere abortar. Un amigo les recomienda una
enfermera que, clandestinamente, practica abortos en su casa, así que deciden
ir a verla.
-SPOILER- Tras practicarle el aborto, ella muere desangrada.
Castigo de Dios.-FIN DEL SPOILER.
Como ven, todo un argumento para conseguir en pantalla, en
un país católico y cristiano como es España, el mayor morbo posible.
Lo gracioso del tema, es el ver cómo pintan a la enfermera
que practica los abortos; poco menos que como el mismo diablo; mala, avara,
fea, egoísta, sin escrúpulos… como lo peor de lo peor. Incluso, echa a la
pareja a patadas de casa tras ver que se complica la cosa –SPOILER- y el tonto del novio, que ve que se está
muriendo, y aunque la abortera le sugiere que se la lleve a una clínica, que
tendrán más medios para curarla, este no mueve un dedo… la deja morir allí,
para luego cantarle el pollo a la abortera y acusarla de asesina… ¡Tremendo!
–FIN DEL SPOILER-.
El tema es que como curiosidad, como película meramente
morbosa, como producto de su época, está que te cagas. Entretenida,
densa, y con capacidad para escandalizar al espectador, al anti abortista y al
pro abortista.
La película supuso el debut en la pantalla grande de una
jovencísima y guapísima Angela Molina (si a alguna mujer le afecta la edad, sin
duda alguna, es a esta, puesto que con lo guapa que está aquí, a
los pocos años le aparecieron las arrugas por las que es tan famosa) que convence bastante. Junto a ella, en el reparto, tenemos a galanes feos de la
época como puedan ser Tony Isbert, en el papel del novio, o Simón Andreu, que
recomienda a la abortera interpretada por Luisa Sala, que al final es lo mejor
de la película.
El director es un cineasta incansable, César Fernández
Ardavín, cuya filmografía la componen
decenas de cortometrajes y para poder comer, de vez en cuando, hacía alguna
película. No demasiadas, eso si.
Victor Olid
EL TANQUE
"El tanque" fui a verla con mi señor padre el día de su estreno, por ahí 1984. En aquellos tiempos estaba obsesionado con los tanques, tenía uno de juguete a pilas, maravilloso, con el que me pasaba las horas imaginando batallas y aventuras por doquier, y que de pronto se estrenara una peli con uno como reclamo protagonista, era algo que no me podía perder. El resultado final quedó lejos de satisfacerme. Salí del cine muy decepcionado y nunca más volví a pensar en esa película, y mucho menos verla. Hasta ayer noche, pasados casi 30 años y preguntándome cómo me sentaría ahora, sin expectativas.
Un militar apunto de retirarse, y que posee un auténtico tanque "Sherman" del todo restaurado y funcional, se traslada hasta una base en un pueblecito de la américa profunda. Una noche, algo bebido, sale en defensa de una puta mal tratada por un agente de la ley, a quien mete una galleta. Ello desencadenará un infierno para el militar, que se convertirá en objeto de putadas mil por parte del sheriff del pueblo. Impotente ante los hechos, una noche decide pillar el tanque que guarda en el garaje y arreglar el entuerto por la vía bruta. Pero no se hagan ilusiones, que esto es una especie de comedia de aventuras, no hay violencia ni nada chocante y desagradable, ya saben. Lo único desagradable aquí es el personaje del sheriff, que es tan, tan y tan malvado y retorcido que, la verdad, cuesta creérselo.
Aún ahora me pregunto qué esperaba yo de "El Tanque", ¿tal vez un especie de "Harbie", solo que más grande y ruidoso?, porque está claro que semejante vehículo no puede aportarle mucho a una película y, dentro de lo que cabe, en esta se convierte en el leitmotiv toda la parte del final... ¿quién sabe qué cruza por la inquieta mente de un infante?. Lo único que puedo decirles es que la cosa arranca flojucha. Hacia la mitad, cuando el sheriff comienza a hacer judiadas, se pone interesante. La parte de James Garner subido a su tanque se mantiene, pero cae en picado al final, en un desenlace chorrísimo, ñoñísimo y bastante ridículo. En general la sensación es que te has zampado un telefilm de Domingo por la tarde, de aquellos en los que, si te duermes, tampoco pasa nada. Algo para lo que te prepara el texto de la parte de atrás de la caratula: "drama de amor, lealtad y honor"... ¡¡ugh!!, leo eso antes y ni me la pongo.
En el reparto, junto a todo un clásico como era/es James Garner en plan super-estrella, tenemos algunos rostros reconocibles: C.Thomas Howell interpreta a su hijo, un poco antes de convertirse en un sex symbol juvenil y bastante antes de unirse a las grasientas filas de "Asylum". El entrañable James Cromwell, el granjero de "Babe, el cerdito valiente", hace de malo, un registro para nada habitual en su curriculum (volvería a compartir reparto con Garner en "Space Cowboys"). A Mark Herrier lo hemos visto como uno de los integrantes de la panda de colegas en la saga "Porky´s". John Hancock, su calva, su bigote y sus pronunciados labios se han paseado por infinidad de películas bien conocidas y telefilms, lo mismo que Dorian Harewood y G.D. Spradlin. A Sherley Jones no la conocía, pero también es toda una veterana (que aún a día de hoy sigue currando). La nota de color la pone Jenilee Harrison -que interpreta a la puta-, en su filmografía encontramos mucho producto televisivo, aunque por bizarra destaca "Curse 3: Blood Sacrifice", tercera entrega de una saga bastarda de la que ya hemos hablando antes.
El director, Marvin J. Chomsky, venía de la tele, y ahí volvió después de "El tanque", lo que aclara mucho las cosas. La banda sonora se la debemos al estupendo compositor Lalo Schifrin. Aunque quien realmente destaca tras la cámara es Irwin Yablans, productor de un puñado de pelis de terror molonas, de entre las que brillan con luz propia "La noche de Halloween" y sus dos primeras secuelas, nada menos.
En fin, muy mediocre... pero para un visionado casual, sirve.
Un militar apunto de retirarse, y que posee un auténtico tanque "Sherman" del todo restaurado y funcional, se traslada hasta una base en un pueblecito de la américa profunda. Una noche, algo bebido, sale en defensa de una puta mal tratada por un agente de la ley, a quien mete una galleta. Ello desencadenará un infierno para el militar, que se convertirá en objeto de putadas mil por parte del sheriff del pueblo. Impotente ante los hechos, una noche decide pillar el tanque que guarda en el garaje y arreglar el entuerto por la vía bruta. Pero no se hagan ilusiones, que esto es una especie de comedia de aventuras, no hay violencia ni nada chocante y desagradable, ya saben. Lo único desagradable aquí es el personaje del sheriff, que es tan, tan y tan malvado y retorcido que, la verdad, cuesta creérselo.
Aún ahora me pregunto qué esperaba yo de "El Tanque", ¿tal vez un especie de "Harbie", solo que más grande y ruidoso?, porque está claro que semejante vehículo no puede aportarle mucho a una película y, dentro de lo que cabe, en esta se convierte en el leitmotiv toda la parte del final... ¿quién sabe qué cruza por la inquieta mente de un infante?. Lo único que puedo decirles es que la cosa arranca flojucha. Hacia la mitad, cuando el sheriff comienza a hacer judiadas, se pone interesante. La parte de James Garner subido a su tanque se mantiene, pero cae en picado al final, en un desenlace chorrísimo, ñoñísimo y bastante ridículo. En general la sensación es que te has zampado un telefilm de Domingo por la tarde, de aquellos en los que, si te duermes, tampoco pasa nada. Algo para lo que te prepara el texto de la parte de atrás de la caratula: "drama de amor, lealtad y honor"... ¡¡ugh!!, leo eso antes y ni me la pongo.
En el reparto, junto a todo un clásico como era/es James Garner en plan super-estrella, tenemos algunos rostros reconocibles: C.Thomas Howell interpreta a su hijo, un poco antes de convertirse en un sex symbol juvenil y bastante antes de unirse a las grasientas filas de "Asylum". El entrañable James Cromwell, el granjero de "Babe, el cerdito valiente", hace de malo, un registro para nada habitual en su curriculum (volvería a compartir reparto con Garner en "Space Cowboys"). A Mark Herrier lo hemos visto como uno de los integrantes de la panda de colegas en la saga "Porky´s". John Hancock, su calva, su bigote y sus pronunciados labios se han paseado por infinidad de películas bien conocidas y telefilms, lo mismo que Dorian Harewood y G.D. Spradlin. A Sherley Jones no la conocía, pero también es toda una veterana (que aún a día de hoy sigue currando). La nota de color la pone Jenilee Harrison -que interpreta a la puta-, en su filmografía encontramos mucho producto televisivo, aunque por bizarra destaca "Curse 3: Blood Sacrifice", tercera entrega de una saga bastarda de la que ya hemos hablando antes.
El director, Marvin J. Chomsky, venía de la tele, y ahí volvió después de "El tanque", lo que aclara mucho las cosas. La banda sonora se la debemos al estupendo compositor Lalo Schifrin. Aunque quien realmente destaca tras la cámara es Irwin Yablans, productor de un puñado de pelis de terror molonas, de entre las que brillan con luz propia "La noche de Halloween" y sus dos primeras secuelas, nada menos.
En fin, muy mediocre... pero para un visionado casual, sirve.
Naxo Fiol
martes, 23 de julio de 2013
ROBOT MONSTER
“Robot Monster” es, junto con “Plan 9 from outer Space” una
de las películas chungas más conocida de todos los tiempos. En las famosas
listas de “peores películas de la historia”, ocupa uno de los primeros puestos.
El fandom del que goza la película es exagerado… Los fans hacen cuadros,
diseñan posters y muñecos de la película.
A los fans, les hace mucha gracia esta película (realmente,
es graciosísima), pero a su director, Phil Tucker, no le hizo ni puta gracia la
recaudación de la misma, que hizo que se le vetara en Hollywood. Las
críticas del momento, le deprimieron tanto, que intentó suicidarse, incluso.
Conocido por realizar en su primer año como director de
cine la friolera de seis películas, otro tanto que se marcó este hombre, fue
el firmar el debut de Lenny Bruce, el trasgresor cómico de “Stand
up comedy”, titulada “Dance may Raquet”. Este realizó un guión de cine y
contrató a Tucker para que lo dirigiera. Tenía buenas referencias del director,
aunque este debutaba con esa película. Cuando la terminaron, se ve que no era
lo que esperaban.
En realidad, todas las películas que dirigió Tucker son
igual de malas, pero ninguna de ellas años después tuvo la relevancia y la
fama de “Robot Monster”.
Tucker como director era un autentico inútil, no era tan
ingenuo como para no darse cuenta de esto y dejó la dirección, pero como montador, resulta que la cosa se le
daba bastante bien, y a eso dedicó el resto de sus días, a montar películas y a
fabricar extrañas piezas de coche.
En cuanto a “Robot Monster”, supongo que la mayoría de
ustedes ya saben cual es.
Un Extraterrestre llamado “Ro-Man”, baja a la tierra a
cumplir unas ordenes muy precisas: Deberá activar el rayo que eliminará a todos
los humanos de la tierra, con la mala suerte de que una familia de científicos
que experimentan con ellos mismos, llevan en su sangre el suero que cura todas
las enfermedades, en consecuencia, esto les hará inmunes al rayo
destructor. Así pues, tendrá que
eliminarlos utilizando la fuerza bruta, cargándose en primer lugar a la niña
pequeña del grupo. Como se enamora de la hermana mayor de esta, sus planes se
truncarán, porque decide no matarla por amor, cosa que a sus jefes, les sentará
como el culo.
El final es de vergüenza ajena.
A ver: No creo que estemos ante una película tan mala, está
francamente entretenida, incluso bien rodada, y montada con solvencia. Es más,
cualquiera de las películas de ciencia ficción
serie b de aquella época, los años cincuenta, son infinitamente más
aburridas y están peor hechas que esta, y sin embargo tienen más prestigio,
valga como ejemplo, la espeluznante “El Monstruo Magnético”, en la que si que
hay magnetismo, pero ningún monstruo.
El tema está, y ahí radica su éxito, en que es rematadamente
estúpida y ridícula, y, sobretodo, el aspecto del “Robot Monster”: Un individuo
con un disfraz de gorila, al que le han colocado un casco de astronauta. El
verle caminar por el descampado (una de las cosas que más le vemos hacer
durante la película) es ver caminar a Don Pimpon.
Luego, aunque muy bien metido Tucker en montaje, quizás con
el fin de llegar a la hora de duración, se excede con las repeticiones de
planos, como aquella famosa en que el Ro-Man, cambia de sitio la antena de uno
de sus artilugios galácticos, sintoniza dios sabe qué, se da la vuelta
ortopédicamente y se acerca ante su “Skype” espacial… Eso sale tres veces y canta por soleares. Otra de las pifias que, igualmente, le han hecho
ganar el título de una de las peores películas de la historia, son las conversaciones
con su jefe, que son iguales TODAS, solo cambia el dialogo, los gestos, son
siempre los mismos.
Pero todo eso, el aspecto del monstruo y que en realidad se
trata de una peli hiper-mega-super divertida, la convierten en un producto del
todo entrañable (y a mí, cinematográficamente hablando, los años cincuenta me
parecen aburridamente infames) y comprendo el culto mundial que se le rinde. Es realmente memorable. Hay que verla.
Adjunto uno de los carteles elaborados por los fans, por
menos visto que el original, ese en el que bajo el casco de astronauta del gorila,
vemos una calavera que no aparece en toda la película.
Victor Olid
lunes, 22 de julio de 2013
LA FUERZA DE LA VENGANZA
Una confesión. No tenía ni pajolera idea de que "La fuerza de la venganza" fuese una secuela de "Invasión USA" (bien presente en nuestro pest-seller). ¡Es que ni por asomo!. Pero resulta que sí, que el prota de ambas es el mismo, el super-agente "Matt Hunter" (imposible no ser un héroe de acción con semejante nombre), la diferencia es que mientras en la primera le ponía barbado rostro Chuck Norris, aquí el que se encarga de ello es el eterno Michael Dudikoff, el astro de las yoyas por el que "Cannon" lo apostó todo en su momento, pero que siempre quedó relegado a un injusto segundo plano. Y digo yo, ¿por qué no lo interpretó el mismo Norris?, pues porque andaba ocupado currando para otras pelis... ¡de la misma productora!. En todo caso lo celebro, puesto que me gustaba (y me gusta) más Dudikoff que el amigo Chuck.
La cosa funciona así: Existe una sociedad secreta de extrema derecha, ultra-racista y aficionada a cazar seres humanos, que se la tiene jurada a un aspirante a la presidencia inevitablemente negro. Deciden acabar con él durante una cabalgata del "Mardi Gras", pero solo logran asesinar a uno de sus hijos. Mal, muy mal. La mentada sociedad desconoce que el político tiene por amigo a todo un experto en estas cosas de soltar coces y meter tiros, "Matt Hunter" quien justo venía de salvar a su país de una invasión de malvados rojos (el muchacho pasa de un extremo al otro!!, ¿tal vez "Cannon" procuraba lavar su imagen?... lo dudo). A pesar de todo, la sociedad secreta sigue intentándolo y en una escena sorprendente, se cargan a toda la familia del político (incluido a este y su hijo pequeño) y secuestran a la hermanita de "Hunter" quien, para recuperarla, deberá participar en el juego de la caza al hombre. Y lo hará, sembrando la película de cadáveres.
Pues resulta que "La fuerza de la venganza" (que traducido al inglés de la versión original suena super-chanin, "Avenging Force"), característico producto "Cannon" del característico año 1986, arrastra bastante buena fama (no confundir con "El poder de la venganza", también con yoyas a tutiplen, pero con Germán Monzó dirigiendo -y actuando-, lo que le otorga al resultado final una cualidad casi extraterrestre). Se la tiene muy bien considerada como epopeya de hostias y tiros, y no me sorprende nada ya que, sí, funciona un rato bien (desde luego, mejor que la aburrida "Invasión USA"). Para empezar, Michael Dudikoff cae mejor, tiene algo más de gracejo y mueve las cejas bastante más que Norris. Luego tenemos a otro de los grandes, el tristemente y prematuramente desaparecido Steve James. Cuesta creer que semejante mastuerzo musculado pueda aspirar a la presidencia... pero miren a Schwarzenegger. Los malos molan mucho, son realmente odiosos, despiadados y cabrones. Deseas verlos morir!. Su jefe es el impagable -también fallecido- John P. Ryan, siempre estupendo cuando se trata de hacer judiadas (algo que volvería a infligir para "Cannon", y muy bien, en "Yo soy la justicia 2"), aunque cuando se pone su máscara de cazador y comienza a aullar es un poco ridículo, y bueno, no sé, el escenario donde se desarrolla todo, mola (Louisiana y sus hermosos pantanos), las escenas de persecuciones y tiros están guapas, las de piños también y hay unas buenas dosis de violencia y mala hostia. Lo mejor, qué duda cabe, es la cacería final, con peleas cuerpo a cuerpo que duelen.
Dirige el cotarro Sam Firstenberg. ¡¡Aaaay!!, que tiempos aquellos en los que Sam se ganaba las garrofas lujosamente y lograba colocar sus pelis en las primeras posiciones de las listas de éxitos. "La venganza del ninja", "Ninja 3: la dominación", "Breakdance 2: Electric Boogaloo", "El guerrero americano 1 y 2", (a partir de aquí ya en proceso de descenso) "Delta Force 3: the killing game", "American Samurai" o "Cyborg Cop" llevan su firma. A principios del 2000 se mete en terrenos más pantanosos dirigiendo "Criaturas asesinas", producto de monstruos de tercera destinado a consumo exclusivamente doméstico y que, ya de por sí, era secuela de otro. Su última peli (del 2003) se titula "The Interplanetary Surplus Male and Amazon Women of Outer Space" y, aunque suene a chiste -que no lo es-, se trata de la puesta a punto de un antiguo guion de Ed Wood que no llegó a realizarse en su momento. Después de aquello, no volvió a dirigir nunca mais.
También en el guion de "La fuerza de la venganza" encontramos sorpresas, lo firma el normalmente actor James Booth, que se reserva un papel en la peli. Booth casi siempre ha interpretado villanos, y como guionista le molaba la violencia tanto como a un tonto una piruleta. Su obra maestra en ambos campos es "Indestructible: ruega por tu muerte", la cacareada fábula ultra-burra a mayor gloria de Sho Kosugi.
En fin, con semejantes ingredientes, ¿cómo iba a fallar "La fuerza de la venganza"?, uno de los más dignos productos "Cannon" de la época y un entretenimiento muy solvente.
Ideal pa pasar el ratico.
La cosa funciona así: Existe una sociedad secreta de extrema derecha, ultra-racista y aficionada a cazar seres humanos, que se la tiene jurada a un aspirante a la presidencia inevitablemente negro. Deciden acabar con él durante una cabalgata del "Mardi Gras", pero solo logran asesinar a uno de sus hijos. Mal, muy mal. La mentada sociedad desconoce que el político tiene por amigo a todo un experto en estas cosas de soltar coces y meter tiros, "Matt Hunter" quien justo venía de salvar a su país de una invasión de malvados rojos (el muchacho pasa de un extremo al otro!!, ¿tal vez "Cannon" procuraba lavar su imagen?... lo dudo). A pesar de todo, la sociedad secreta sigue intentándolo y en una escena sorprendente, se cargan a toda la familia del político (incluido a este y su hijo pequeño) y secuestran a la hermanita de "Hunter" quien, para recuperarla, deberá participar en el juego de la caza al hombre. Y lo hará, sembrando la película de cadáveres.
Pues resulta que "La fuerza de la venganza" (que traducido al inglés de la versión original suena super-chanin, "Avenging Force"), característico producto "Cannon" del característico año 1986, arrastra bastante buena fama (no confundir con "El poder de la venganza", también con yoyas a tutiplen, pero con Germán Monzó dirigiendo -y actuando-, lo que le otorga al resultado final una cualidad casi extraterrestre). Se la tiene muy bien considerada como epopeya de hostias y tiros, y no me sorprende nada ya que, sí, funciona un rato bien (desde luego, mejor que la aburrida "Invasión USA"). Para empezar, Michael Dudikoff cae mejor, tiene algo más de gracejo y mueve las cejas bastante más que Norris. Luego tenemos a otro de los grandes, el tristemente y prematuramente desaparecido Steve James. Cuesta creer que semejante mastuerzo musculado pueda aspirar a la presidencia... pero miren a Schwarzenegger. Los malos molan mucho, son realmente odiosos, despiadados y cabrones. Deseas verlos morir!. Su jefe es el impagable -también fallecido- John P. Ryan, siempre estupendo cuando se trata de hacer judiadas (algo que volvería a infligir para "Cannon", y muy bien, en "Yo soy la justicia 2"), aunque cuando se pone su máscara de cazador y comienza a aullar es un poco ridículo, y bueno, no sé, el escenario donde se desarrolla todo, mola (Louisiana y sus hermosos pantanos), las escenas de persecuciones y tiros están guapas, las de piños también y hay unas buenas dosis de violencia y mala hostia. Lo mejor, qué duda cabe, es la cacería final, con peleas cuerpo a cuerpo que duelen.
Dirige el cotarro Sam Firstenberg. ¡¡Aaaay!!, que tiempos aquellos en los que Sam se ganaba las garrofas lujosamente y lograba colocar sus pelis en las primeras posiciones de las listas de éxitos. "La venganza del ninja", "Ninja 3: la dominación", "Breakdance 2: Electric Boogaloo", "El guerrero americano 1 y 2", (a partir de aquí ya en proceso de descenso) "Delta Force 3: the killing game", "American Samurai" o "Cyborg Cop" llevan su firma. A principios del 2000 se mete en terrenos más pantanosos dirigiendo "Criaturas asesinas", producto de monstruos de tercera destinado a consumo exclusivamente doméstico y que, ya de por sí, era secuela de otro. Su última peli (del 2003) se titula "The Interplanetary Surplus Male and Amazon Women of Outer Space" y, aunque suene a chiste -que no lo es-, se trata de la puesta a punto de un antiguo guion de Ed Wood que no llegó a realizarse en su momento. Después de aquello, no volvió a dirigir nunca mais.
También en el guion de "La fuerza de la venganza" encontramos sorpresas, lo firma el normalmente actor James Booth, que se reserva un papel en la peli. Booth casi siempre ha interpretado villanos, y como guionista le molaba la violencia tanto como a un tonto una piruleta. Su obra maestra en ambos campos es "Indestructible: ruega por tu muerte", la cacareada fábula ultra-burra a mayor gloria de Sho Kosugi.
En fin, con semejantes ingredientes, ¿cómo iba a fallar "La fuerza de la venganza"?, uno de los más dignos productos "Cannon" de la época y un entretenimiento muy solvente.
Ideal pa pasar el ratico.
Naxo Fiol
TRAUMA
Una cosa dirigida por León Klimovsky y guionizada por J.J.Porto (director de la que sí, de la que de verdad es la peor película de la
historia del cine, “El Violador violado”) no puede ser mala. O mejor
dicho, puede ser malísima, pero ¡Caray,
como nos gusta!
Y es que estamos ante una película que tiene todo tipo de
influencias, y rodada en tan solo un decorado (como las de vídeo de MarianoOzores), y con un tempo pausado de aquellos
que parece que el espacio-tiempo se congela, León consigue que A) esté entretenida y B) que sea interesante… aunque te hueles el final de la
película en el minuto 20.
Un escritor decide irse a alguna parte tranquila sin su
familia, con el fin de conseguir la relajación que necesita para acabar su último
libro. Así pues, en medio del campo, da a parar a un albergue del cual es el
único inquilino. Regenta el albergue una señora (tetuda y morbosísima Ágata Lys), que asegura al escritor que su
esposo yace impedido en una silla de ruedas en la habitación superior.
Pronto acude al albergue una parejita, que pronto es asesinada por un tío (o una tía) al
que nunca vemos la cara, pero que viste gabardina, "Converse All Stars", y rebana
cuellos a base de cuchilla de barbero.
Al poco llegará otra pareja más, un tipo de pelas y una puta
a la que ha contratado, y, obvio, serán rebanados.
El final… mejor descúbranlo. O mejor dicho… descífrenlo.
De todas formas con el/ los títulos (recuerden que el más
conocido es “Violación Fatal”) ya se pueden hacer una idea de quien es el malo
¿Verdad? “Trauma” + “Violación Fatal”… blanco y en botella. Pues no sean tan
listos, que el espantosamente rodado, montado y explicado plano final, hace a
la peli dar un giro de 125º. Y si por
ese plano no fuera suficiente (que no lo es, porque de mal hecho, tienes que
imaginarte lo que pasa), minutos antes, en la escena de asesinato a la puta, se
nos muestra al asesino… pero hay que estar atentos.
La peli es un divertido desastre y una mamarrachada.
A ver cómo lo explico: Digamos que se trata de un
plagio de “Psicosis” clarísimo (hasta el plano de la sangre yéndose por el desagüe
de la ducha copia el amigo Klimovsky… con un Norman Bates convertido en mujer
para la ocasión, una Sra. Bates que sería aquí marido y un hotelito perdido de
la mano de dios) mezclado con un poquito de “Giallo” (mama la picha del primer Argento
en concreto) y un poquitin de “Slasher”, por lo de siempre.
Pues es una mezcla de lo más divertida.
Klimovsky no es que sea un manazas precisamente, sabe algo
de composición, y de dirigir, pero según que veces, la verdad es que el pobre
no atina. Y este sería uno de esos casos.
A ver: Si en la película aparecen la regenta del Albergue,
el escritor y el marido de la regenta al que nunca vemos, y cuando llega una
parejita (de las pocas que aparecen), cuando estas mueren, ella le presenta a
el escritor una excusa, siempre, de por qué esa pareja ya no está allí, todo
parece obvio, y el hecho de que lo sea, hace que piense lo contrario y descubra
en seguida cual es el asesino. Pues miren, eso en una peli con un puñado de
personajes, me parece muy bien, pero en una en la que hay solo siete y escasos…
Pues sí, J.J. Porto, era el tío más incompetente del mundo escribiendo
planteamientos.
Ahora, la película se salva, ya lo creo que se salva… ¿Por
qué? Porque es un plagio de una película muy reconocible, porque los actores lo
hacen tan mal, que a la fuerza te has de
reír ( y es que el 70% de lo que hace mala a una película, son las
interpretaciones), porque Ricardo Merino – como no, interpretando al hombre de
negocios- se está tomando su papel, y por ende, la película a cachondeo y eso
se nota, porque las rebanadas de cuello son suculentas, porque es un desmadre,
una estupidez, porque le vemos las tetas a todo el reparto femenino, y porque
es todo lo que busco en una peli de estas características. ¿Y en qué se traduce
eso? En diversión a raudales. Y si la ves con los mastuerzos de los amigos,
entonces ya no te digo nada…
En el reparto junto a
la musa del destape Ágata Lys y el mentado Merino, tenemos a Henry Gregor, visto en “La saga de los
Drácula”, “Muerte de un Quinqui” o “El Dr, Jeckyll y el hombre Lobo”, como el
escritor, Antonio Mayans como campista que muere tras hacer el amor, o a Isabel Pisano ( “Bilbao”, “Corridas de Alegría”) cuyo aspecto da bastante grima, pero
dan ganas también de follártela… con algo de asco, eso si…
Y dirigiendo el Sr. Klimovsky, conocido por “La
noche de Walpurgis”, pero que hizo en los años 50 la propagandística
“Marihuana”, así como unos cuantos papelitos como actor, como por ejemplo "El Sexo ataca" o "Yo la vi primero", ambas con Summers de por medio.
Si hubiera una segunda entrega de “Malas pero divertidas”,
“Trauma”, iba, pero de cabeza, en los contenidos.
Victor Olid
domingo, 21 de julio de 2013
HATCHET 3
Gracias a la generosidad de uno de nuestros lectores, ayer noche pude ver la tercera parte de la franquicia neo-slasher "Hatchet". Totalmente dispuesto a reseñarla hoy, antes he querido repasar lo que escribí en su momento de la primera y la segunda parte y, bueno, me doy cuenta de que no tendría que esforzarme mucho para decir nada nuevo, valdría con un "copy & paste" de las dos anteriores. ¿Motivo?, pues que las diferencias son mínimas, casi inexistentes. "Hatchet 3" básicamente es igual que "Hatchet 1" y "Hatchet 2" y eso por un lado está muy bien, porque no engaña a nadie, te ofrece lo que quieres ver y se limita a cumplir con la papeleta. Pero por otro está muy mal, porque, claro, no resulta demasiado estimulante en ningún sentido y, a menos que tengas en muy buena consideración las otras dos y no te importe ver lo que, en esencia, no es más que un remake, puede aburrirte mortalmente.
Siguiendo a rajatabla la costumbre de la franquicia, "Hatchet 3" arranca con el final de "Hatchet 2". La chica prota, tras combatir al asesino Victor Crowley, partirlo en dos con una sierra y hacer pulpa su cabeza, agarra un cacho de esta y, toda ensangrentada ella, se presenta en la comisaría del pueblo (mientras disfrutamos de unos títulos de crédito bien macarras a ritmo de los muy adecuados "Gwar"). Allí la toman por la culpable de la masacre, convencidos como están de que Crowley no es más que una leyenda. Y mientras la poli entera acude al lugar del crimen a recoger los múltiples cadáveres por ahí esparcidos pertenecientes a las dos entregas anteriores, la chica recibe una visita en la celda. Se trata de una periodista obsesionada en demostrar la existencia real de Crowley y que, no solo sabe mogollón sobre él, también conoce el método infalible para destruirle definitivamente. Así pues, huyen de la comisaría dispuestas a terminar con el asesino de una vez por todas, mientras este resucita y se despacha a gusto con todos los polis, ayudantes, agentes y para médicos que encuentra por los pantanos.
Como vemos, la peli se mantiene fiel al esquema de "grupo de víctimas potenciales reunidos en un bosque para ser masacrados". En la primera eran turistas, en la segunda asesinos profesionales y aquí policías. Por lo demás, sin sorpresas, algo que, como comentaba, no importa mucho ya que el verdadero astro de "Hatchet 3", y de la saga en general, no es la chica protagonista, ni tan siquiera Victor Crowley, es el gore. Ese gore exagerado, gran guiñolesco, casi cómico, más deudor de "Braindead" o "El vengador tóxico" que de "The Burning", "The mutilator" o cualquiera de los slashers clásicos que, se supone, el film homenajea, parido pa la ocasión con látex y efectos físicos. Nada de CGI. Y si lo hay, es tan poco que no se nota, algo muy de agradecer. Esta dependencia de la truculencia es lo que ha hecho que muchos flipados confundan la velocidad con el tocino y consideren a la saga completa como "peliculones" (va en serio, a mi me lo han llegado a decir con convicción) en un evidente caso de "la sangre no dejar ver el bosque" o "en el país de los ciegos, el gore es el rey". Algo que también le ocurrió a "La madre de las lágrimas" de Dario Argento. Si solo fuera por gore, "Hatchet 3" sería estupenda... pero a mi no me vale con eso cuando, por lo demás, no hay imaginación alguna, ni atmósfera (¡teniendo como tiene ese siniestro pantano como emplazamiento!), ni miedo... ni tan siquiera sustos. En fin, así nos va...
Y si el gore tiene las funciones de contentar al fan poco exigente, los guiños y, sobre todo, las intervenciones actoriles de personas inevitablemente ligadas al cine de terror, ya sea en sus mejores tiempos como en los más desafortunados, se ocupan de engatusarlo del todo. Así pues, en el reparto de "Hatchet 3", y compartiendo cartel con los ya habituales Danielle Harris, Kane Hodder como psycho-killer y Parry Shen (que aunque sale en las tres, interpreta siempre a diferentes víctimas de la furia de Crowley. Simpático detalle este), encontramos a Zach Galligan, el chaval de "Gremlins" o "Waxwork", Caroline Williams, nada menos que la protagonista femenina de "Masacre en Texas 2" (a la que le han crecido las tetas tanto como las arrugas), Derek Mears, el "Jason" de la versión del año 2009, Sean Whalen, uno de los chavales chungos de "El sótano del miedo" (y que también salía en el segundo "Halloween" de Rob zombie) o el ya inevitable Sid Haig, convertido en "horror star" desde que Rob Zombie le rescatara para el casi-mainstream. Pequeño cameo de Joel David Moore quien, a modo de guasa cruel, retoma por un momento a su personaje de la primera parte.
Si hasta ahora Adam Green se dedicaba a dirigir, pal caso produce y escribe el guión, pero cede los honores al operador de cámara de la segunda parte (y de los dos "Halloween" de Rob Zombie, por lo que confirmamos la pesada influencia que este ejerce en la película), BJ McDonnell y, la verdad, la diferencia es mínima. Diríase que McDonnell prefiere apostar más por una estética tirando a tenebrista y que se vale algo menos del humor, habitualmente presente en la franquicia, es posible que en esta tercera epopeya resulte un pelín más sutil, pero sigue ahí. Por lo demás, como si la hubiese dirigido el mismo Green que, pa que no sea dicho, se reserva el cameo habitual (de borrachuzo) y una de las mejores coñas de toda la peli, cuando el sheriff repasa los hechos ocurridos en "Hatchet 1 y 2" y los califica de inverosímiles y ridículos, algo a lo que Adam Green reacciona con una notable mueca. Tampoco está mal la escena en la que un policía se dispone a narrar la leyenda de Victor Crowley a un compañero novato, pero antes de tener que sufrirla por enésima vez, son bruscamente interrumpidos por un tercer personaje, chiste este que también aparecía en "Gremlins 2", protagonizada por Zach Galligan. ¿¿Casualidad??.
¡¿Qué más puedo decir?!, pues que la peli está simpática y se puede ver perfectamente. No es demasiado chapas y chorrea sangre por todos sus poros, aunque no cambiará ni revolucionará el género... claro que, honestamente, tampoco creo que lo pretenda.
Siguiendo a rajatabla la costumbre de la franquicia, "Hatchet 3" arranca con el final de "Hatchet 2". La chica prota, tras combatir al asesino Victor Crowley, partirlo en dos con una sierra y hacer pulpa su cabeza, agarra un cacho de esta y, toda ensangrentada ella, se presenta en la comisaría del pueblo (mientras disfrutamos de unos títulos de crédito bien macarras a ritmo de los muy adecuados "Gwar"). Allí la toman por la culpable de la masacre, convencidos como están de que Crowley no es más que una leyenda. Y mientras la poli entera acude al lugar del crimen a recoger los múltiples cadáveres por ahí esparcidos pertenecientes a las dos entregas anteriores, la chica recibe una visita en la celda. Se trata de una periodista obsesionada en demostrar la existencia real de Crowley y que, no solo sabe mogollón sobre él, también conoce el método infalible para destruirle definitivamente. Así pues, huyen de la comisaría dispuestas a terminar con el asesino de una vez por todas, mientras este resucita y se despacha a gusto con todos los polis, ayudantes, agentes y para médicos que encuentra por los pantanos.
Como vemos, la peli se mantiene fiel al esquema de "grupo de víctimas potenciales reunidos en un bosque para ser masacrados". En la primera eran turistas, en la segunda asesinos profesionales y aquí policías. Por lo demás, sin sorpresas, algo que, como comentaba, no importa mucho ya que el verdadero astro de "Hatchet 3", y de la saga en general, no es la chica protagonista, ni tan siquiera Victor Crowley, es el gore. Ese gore exagerado, gran guiñolesco, casi cómico, más deudor de "Braindead" o "El vengador tóxico" que de "The Burning", "The mutilator" o cualquiera de los slashers clásicos que, se supone, el film homenajea, parido pa la ocasión con látex y efectos físicos. Nada de CGI. Y si lo hay, es tan poco que no se nota, algo muy de agradecer. Esta dependencia de la truculencia es lo que ha hecho que muchos flipados confundan la velocidad con el tocino y consideren a la saga completa como "peliculones" (va en serio, a mi me lo han llegado a decir con convicción) en un evidente caso de "la sangre no dejar ver el bosque" o "en el país de los ciegos, el gore es el rey". Algo que también le ocurrió a "La madre de las lágrimas" de Dario Argento. Si solo fuera por gore, "Hatchet 3" sería estupenda... pero a mi no me vale con eso cuando, por lo demás, no hay imaginación alguna, ni atmósfera (¡teniendo como tiene ese siniestro pantano como emplazamiento!), ni miedo... ni tan siquiera sustos. En fin, así nos va...
Y si el gore tiene las funciones de contentar al fan poco exigente, los guiños y, sobre todo, las intervenciones actoriles de personas inevitablemente ligadas al cine de terror, ya sea en sus mejores tiempos como en los más desafortunados, se ocupan de engatusarlo del todo. Así pues, en el reparto de "Hatchet 3", y compartiendo cartel con los ya habituales Danielle Harris, Kane Hodder como psycho-killer y Parry Shen (que aunque sale en las tres, interpreta siempre a diferentes víctimas de la furia de Crowley. Simpático detalle este), encontramos a Zach Galligan, el chaval de "Gremlins" o "Waxwork", Caroline Williams, nada menos que la protagonista femenina de "Masacre en Texas 2" (a la que le han crecido las tetas tanto como las arrugas), Derek Mears, el "Jason" de la versión del año 2009, Sean Whalen, uno de los chavales chungos de "El sótano del miedo" (y que también salía en el segundo "Halloween" de Rob zombie) o el ya inevitable Sid Haig, convertido en "horror star" desde que Rob Zombie le rescatara para el casi-mainstream. Pequeño cameo de Joel David Moore quien, a modo de guasa cruel, retoma por un momento a su personaje de la primera parte.
Si hasta ahora Adam Green se dedicaba a dirigir, pal caso produce y escribe el guión, pero cede los honores al operador de cámara de la segunda parte (y de los dos "Halloween" de Rob Zombie, por lo que confirmamos la pesada influencia que este ejerce en la película), BJ McDonnell y, la verdad, la diferencia es mínima. Diríase que McDonnell prefiere apostar más por una estética tirando a tenebrista y que se vale algo menos del humor, habitualmente presente en la franquicia, es posible que en esta tercera epopeya resulte un pelín más sutil, pero sigue ahí. Por lo demás, como si la hubiese dirigido el mismo Green que, pa que no sea dicho, se reserva el cameo habitual (de borrachuzo) y una de las mejores coñas de toda la peli, cuando el sheriff repasa los hechos ocurridos en "Hatchet 1 y 2" y los califica de inverosímiles y ridículos, algo a lo que Adam Green reacciona con una notable mueca. Tampoco está mal la escena en la que un policía se dispone a narrar la leyenda de Victor Crowley a un compañero novato, pero antes de tener que sufrirla por enésima vez, son bruscamente interrumpidos por un tercer personaje, chiste este que también aparecía en "Gremlins 2", protagonizada por Zach Galligan. ¿¿Casualidad??.
¡¿Qué más puedo decir?!, pues que la peli está simpática y se puede ver perfectamente. No es demasiado chapas y chorrea sangre por todos sus poros, aunque no cambiará ni revolucionará el género... claro que, honestamente, tampoco creo que lo pretenda.
Naxo Fiol
sábado, 20 de julio de 2013
FRESH KILL (RECIÉN ASESINADO)
¿Qué diablos hacía "Fresh Kill", subtitulada para la ocasión como "Recién asesinado" (producción del año 1987), entre mis visionados pendientes?, pues una de las razones era quién se ocultaba tras ella, el imbatible "team" formado por Joseph Merhi y Richard Pepin, un par de mastuerzos que en los años 80 llenaron los video-clubs de las más defecantes series Z (con especial interés en los thrillers urbanos) y de los que ya hemos hablado en este blog en alguna que otra ocasión. La otra razón aludía al aún fresco recuerdo de haber visto esa extraña y atractiva caratula en los estantes de mis antros juveniles de placer cinéfago. Pues bien, les adelanto que no me gustó... pero al menos no la quité antes del "The End". Aclarado esto, y teniendo en cuenta que a pesar de todo la bazofia tiene su "qué", dediquemos unos minutos a anal-izarla.
El mayor mérito que arrastra es que mantiene cierto misterio durante los primeros 15 minutos. Es decir, la estás viendo y no logras hacerte una leve idea de su trama o encasillarla en un género concreto. Y eso mola. Nos cuenta la historia de un aspirante a actor que se traslada a Hollywood para triunfar, pero termina currando en una carnicería. Un día, una chica entra en el establecimiento huyendo de un par de mafiosos que quieren cazarla, el aspirante a actor se mete en medio, se lía un jardín notable y los malandrines terminan muriendo (esta es una de las escenas más involuntariamente descojonciables de toda la peli, sobre todo gracias al doblaje y al mafioso que grita encolerizado un: "¡Maricong, mariconggg, maricoooonnngggg!". Pa partirse el ojal). El caso es que el jefe de estos (interpretado por el único rostro reconocible -¡¡y llamativo!!- del pack, el del Sr.Robert Z´Dar un año antes de debutar como el personaje que le hizo inmortal, "Maniac Cop") decide ocuparse él mismo de la movida y sale a perseguir a la chica y al aspirante a actor. Estos dos huyen tras el crimen y, ¿a donde van?, a casa de la madre de ella. ¿Y qué ocurre?, que esa misma noche se declaran amor mutuo. Qué rapidez. A partir de ahí la trama se limitará al mismo esquema: La pareja visita a alguien por algún motivo y, una vez se han marchado, aparece Z´Dar como por arte de magia negra y lo mata a lo bruto. Porque sí, el nivel de truculencia no es muy elevado, pero tampoco escaso. El adicto a la sangre encontrará algunos crímenes bastante suculentos... y aparatosos, como el de los padres del aspirante a actor, que perecen bajo la ira del malo malísimo, quien se ha tomado la molestia de ir a visitarles a otra ciudad para despacharlos con un cuchillo enorme y un hacha que no se de dónde coño saca. De ese tipo de detalles absurdos hay unos cuantos. La peli no solo va repleta de diálogos muy estúpidos, o de escenas sin mucho sentido en las que nos muestran situaciones que no aportan nada, con personajes que no volveremos a ver, también va cargada de instantes de pura incongruencia, como cuando el protagonista se saca de la manga un vaso con ácido para lanzar al malo, así, en medio del monte, porque sí. Qué maravilla.
En fin, el caso es que tras un puñado de muertes y de escenas pretendidamente dramáticas que gritan aquello de "¡Denme ya un puto "Oscar"!", al final todos se enfrentan con todos, Robert Z´Dar muere, el chico se queda con la chica y en menos de un par de días, se ha convertido en todo un señor de la dronga. Claro que no termina aquí la demencia... hay un especie de final sorpresa que está a la altura del chorrismo general. La conclusión que sacamos es que la mujer es la culpable de todo el drama, y de joder la vida al pobre protagonista, quien se mete en el fregao por amor incondicional. Moraleja: vigila qué haces con tu pollita.
"Fresh Kill" está cerca, muy cerca, de entrar en la categoría de "películas malas pero divertidas", sin embargo no lo termina de conseguir. Aún así, vista con amigos y ganas de cachondeo, tal vez podría funcionar. De otro modo, nos encontramos ante una pedazo de mierda como la copa de un pino.
Dado cómo fueron los inicios de la carrera de Merhi y Pepin, tendría sentido decir que, por su "look", la peli originalmente se rodó en vídeo. Pero no, en 1987 el formato magnetoscópico cantaba mucho más que ahora, por lo que me atrevo a afirmar que se parió en 16 mm y se transfirió a vídeo para el montaje, algo que delatan muy mucho los créditos.
Detalles fricosos sin demasiado interés para un producto sin demasiado interés.
El mayor mérito que arrastra es que mantiene cierto misterio durante los primeros 15 minutos. Es decir, la estás viendo y no logras hacerte una leve idea de su trama o encasillarla en un género concreto. Y eso mola. Nos cuenta la historia de un aspirante a actor que se traslada a Hollywood para triunfar, pero termina currando en una carnicería. Un día, una chica entra en el establecimiento huyendo de un par de mafiosos que quieren cazarla, el aspirante a actor se mete en medio, se lía un jardín notable y los malandrines terminan muriendo (esta es una de las escenas más involuntariamente descojonciables de toda la peli, sobre todo gracias al doblaje y al mafioso que grita encolerizado un: "¡Maricong, mariconggg, maricoooonnngggg!". Pa partirse el ojal). El caso es que el jefe de estos (interpretado por el único rostro reconocible -¡¡y llamativo!!- del pack, el del Sr.Robert Z´Dar un año antes de debutar como el personaje que le hizo inmortal, "Maniac Cop") decide ocuparse él mismo de la movida y sale a perseguir a la chica y al aspirante a actor. Estos dos huyen tras el crimen y, ¿a donde van?, a casa de la madre de ella. ¿Y qué ocurre?, que esa misma noche se declaran amor mutuo. Qué rapidez. A partir de ahí la trama se limitará al mismo esquema: La pareja visita a alguien por algún motivo y, una vez se han marchado, aparece Z´Dar como por arte de magia negra y lo mata a lo bruto. Porque sí, el nivel de truculencia no es muy elevado, pero tampoco escaso. El adicto a la sangre encontrará algunos crímenes bastante suculentos... y aparatosos, como el de los padres del aspirante a actor, que perecen bajo la ira del malo malísimo, quien se ha tomado la molestia de ir a visitarles a otra ciudad para despacharlos con un cuchillo enorme y un hacha que no se de dónde coño saca. De ese tipo de detalles absurdos hay unos cuantos. La peli no solo va repleta de diálogos muy estúpidos, o de escenas sin mucho sentido en las que nos muestran situaciones que no aportan nada, con personajes que no volveremos a ver, también va cargada de instantes de pura incongruencia, como cuando el protagonista se saca de la manga un vaso con ácido para lanzar al malo, así, en medio del monte, porque sí. Qué maravilla.
En fin, el caso es que tras un puñado de muertes y de escenas pretendidamente dramáticas que gritan aquello de "¡Denme ya un puto "Oscar"!", al final todos se enfrentan con todos, Robert Z´Dar muere, el chico se queda con la chica y en menos de un par de días, se ha convertido en todo un señor de la dronga. Claro que no termina aquí la demencia... hay un especie de final sorpresa que está a la altura del chorrismo general. La conclusión que sacamos es que la mujer es la culpable de todo el drama, y de joder la vida al pobre protagonista, quien se mete en el fregao por amor incondicional. Moraleja: vigila qué haces con tu pollita.
"Fresh Kill" está cerca, muy cerca, de entrar en la categoría de "películas malas pero divertidas", sin embargo no lo termina de conseguir. Aún así, vista con amigos y ganas de cachondeo, tal vez podría funcionar. De otro modo, nos encontramos ante una pedazo de mierda como la copa de un pino.
Dado cómo fueron los inicios de la carrera de Merhi y Pepin, tendría sentido decir que, por su "look", la peli originalmente se rodó en vídeo. Pero no, en 1987 el formato magnetoscópico cantaba mucho más que ahora, por lo que me atrevo a afirmar que se parió en 16 mm y se transfirió a vídeo para el montaje, algo que delatan muy mucho los créditos.
Detalles fricosos sin demasiado interés para un producto sin demasiado interés.
Naxo Fiol
viernes, 19 de julio de 2013
VOCES EN LA OSCURIDAD
Otro manga más de Junji Ito que reseño en este santo blog. Y
es que le tengo cierta devoción a este señor. Sus historias son desagradables y
sus dibujos alargados y escuálidos dan un mal rollo que te cagas. Además no
llega a la arcada, salvo en alguna ocasión, por lo que se puede leer su obra
sin la necesidad de vigilar si acabamos de comer o no. En este caso la obra a
reseñar es Voces en la oscuridad, un tomo que recopila historias cortas del
autor. Desconozco si las historias se publicaron antes como one shots, y puede
que este tomo no sea más que una recopilación, o si se concibió como una obra completa,
pero parece más lo primero. Las 7 historias no cuentan con ningún hilo
conductor que las una salvo ser propias
del género de terror. Así que se pueden leer salteadas, empezar la primera y
pasar a la cuarta, o lo que nos de la gana. Son historias independientes y ya.
El primer relato, trata sobre una chica anoréxica que noche
tras noche sueña que llueve sangre, y al despertarse se encuentra manchas de la
misma por toda la sabana. Una mañana conoce a un enigmático y siniestro joven
que está enamorado de ella. En la segunda historia, un joven que no sonríe
nunca, acude a un club de la comedia con un amigo suyo que casi le fuerza a ir
para ver si puede sonreír aunque sea una vez en la vida. Cuando dos chicas sin
la más mínima gracia hacen su número, todo el público se ríe hasta la muerte
salvo el protagonista. Este consigue sacar a su amigo de allí y salvarle la
vida, pero el dúo cómico no olvidara a los dos que salieron a mitad de
espectáculo. El tercer cuento se aleja del terror para posicionarse más en la ciencia
ficción. Dos amigos se pierden por el bosque, la brújula se mueve en todas las
direcciones y para colmo ven una enorme riada arrastrar a todo un pequeño
pueblo. Cuando van a intentar ayudar en el rescate la riada ha desaparecido.
Deciden acampar y continuar al día siguiente por el cauce de la riada a ver si
consiguen encontrar a alguien. Sorprendentemente la riada vuelve a producirse
de nuevo, pero lo extraño es que parece la misma gente y el mismo pueblo. La
cuarta historia es un relato muy típico que hemos leído con otros nombres y dibujos
en publicaciones como Creppy, Zona 84, Tales of the Crypt y demás de EC
Comics…. la típica feria de monstruos que llega al pueblo, y que, oh,
sorpresa!!! tiene monstruos de verdad. La siguiente historia, la quinta, lleva
como título Glicérido. Una guapa joven vive con su padre y su hermano encima del
negocio familiar, una parrilla. Debido a la mala ventilación del restaurante
todo el humo del aceite sube para la vivienda la cual suda aceite por todos
lados. Si a la grasa de la vivienda le sumamos un hermano abusón y un padre
guarro y bastante ido, hacen de la vida de la chica un grasiento horror. Esta
historia tiene la viñeta más desagradable de todas. La detallo, y aunque os
hagáis una idea, verlo es bastante más impactante. El hermano, que está en
plena adolescencia y tiene la cara completamente llena de granos con pus, atrapa
a su hermana boca arriba y aplasta todos sus granos dejando caer todo el pus
sobre la cara de la chica. Solo recordarlo ya me está dando asco. La sexta
historia tambien tira más hacia la ciencia ficción, y la verdad la historia
bien se podría utilizar en un episodio de Fringe. Diversas personas deciden
pararse en ciertos puntos y colocarse en una posición. Si les preguntas solo te
responderán que no necesitan tu ayuda, y aunque se les mueva a la fuerza acaban
volviendo al lugar a ponerse en la misma postura. Según pasan los días son más
y más las personas que hacen esto, se les llama los confinados, porque parece
que es el lugar donde están de pie el que les retiene. La paranoia estalla
cuando se cree pueden ser contagiosos. La séptima y última historia del tomo
cuenta como un condenado a pena de muerte se proyecta astralmente todas las
noches en casa de los hijos de su víctima, implorando perdón.
Si tengo que quedarme con alguna de las historias, la mejor
es la sexta, la de los confinados, aunque todo el tomo está bastante bien. Toda obra que Junji Ito que caiga en nuestras
manos es digna de ser leída, este hombre no suele decepcionar, y en este caso
no lo hace.
jueves, 18 de julio de 2013
LA ZORRITA EN BIKINI
Jose Sazatornil "Saza" , un poco joven y con bisoñé,
protagoniza esta extraña película pre-destape dirigida por el incombustible Ignacio F. Iquino, que lo mismo te hacía una de quinquis más sensacionalista de
lo normal, que una comedia, que una de terror. Un todo terreno nacido para
hacer cine, y hacerlo solo por un único y exclusivo motivo: Acumular toda la pasta
posible. Y lo logró…
Huelga decir que todas sus películas son horrorosas, pero
que por unos motivos o por otros, son dignas de dedicarle un visionado,
inclusive las clasificadas “S”, que las suyas tienen un poco más de alma que
las otras.
Un presidiario, que en sus ratos de ocio se dedica a observar
a las vecinas de la cárcel en bikini (??), sale en libertad. Durante sus
trayectos en transporte público, dónde no deja de mirar aviesamente a las
mujeres, conoce a un maricón, a un par de putas, y a una tal zorrita, que le
engatusa y enamora con la idea de embaucarle en un robo de joyas. El
desmadre y el enredo, están servidos.
Una comedia con tetillas de por medio, más concretamente las
de Esperanza Roy, que a pesar de que, a priori, nos promete mucha diversión y
gags, no hay tanto de eso… es más, quitando un poco de sal gruesa en el
conjunto, tiene muy poquitos golpes cómicos, aunque se ve con agrado, y da
gusto ver a Saza muy en su salsa.
Y es que Iquino es un tío muy listo, y al principio de la
película una inscripción nos dice que no le busquemos tres pies al gato a esta
película, que no va de nada, que son solo una serie de situaciones absurdas,
aderezadas con un poquito de drama. Para concluir, demuestra que se las sabe
todas afirmando que pronto dirán de esta película que es una “Iquinada”.
Poco más que decir, porque tampoco es para tanto, ni es
horrorosa, por no verla no pasa nada, y
por verla tampoco. La película está a kilómetros de ser algo parecido a relevante.
Pero con ese título ¿Cómo voy a negarle la reseña?
Victor Olid
miércoles, 17 de julio de 2013
BLACKENSTEIN
Cuando a los principales gerifaltes del “Blaxplotation”
–blancos la mayoría de las veces- les dio por hacer suyos los géneros con
“Drácula negro” o “Black Gestapo”, a alguien con mucha menos pasta de la poca
que tenían ya los anteriores, pensó que igual que el “Blacula” había recaudado
unos buenos dividendos, sería una tontería no hacer lo mismo creando el
homónimo de Frankenstein, con “Blackenstein” (recientemente editada en dvd bajo
el título de “Black Frankenstein”), aprovechando que estos personajes no tenían
derechos de autor. Y William A. Levey, debutó, y lo hizo casi con calderilla.
Claro que si, por ejemplo, el “Drácula negro” tenía un acabado digno, este
“Blackenstein” era poco más que una carroña de tercera categoría, en la que
unas interpretaciones terriblemente desganadas, un argumento hilarante y unas
pequeñas dosis de casquería, a poco están de no llegar a superar la característica
principal de “Blackenstein” y de toda película mala que se precie: el
aburrimiento. Con todo, el conjunto es lo suficientemente bizarro como para que
pasemos por alto esas nimiedades, a favor, siempre, del “buatdafac”.
Una mujer negra acude a la consulta del Dr. Stein, que ha
llevado potentes investigaciones y experimentos con el ADN, para ver si puede
implantarle brazos nuevos a su novio, que los perdió en la guerra de Vietnam.
Obviamente, el doctor mostrará interés y se pondrá manos a la obra, además de
seguir trabajando en otros casos distintos con otros pacientes.
El ayudante del doctor confiesa a nuestra protagonista
estar enamorado de ella, y ante el rechazo de esta, en venganza, cambia el ADN
de su novio por el de otro paciente, lo que provocará que este se convierta en
un enorme monstruo negro con el pelo afro y cuadrado por encima, que se comerá
a todo aquél que se encuentre por delante… el jodido Frankenstein negro.
La cosa tiene su gracia por tratarse de una serie Z
americana, adscrita al “Blaxploitation” de terror, que es consecuencia de una
serie B de terror del mismo sub-género… así que estamos ante eso que llaman el
“Xplotation” del “Xplotation”, y eso siempre es interesante. Pero más que lo
desmarañado de lo que cuenta, a mi lo que me atrae no es todo aquello
exagerado, el gore , el aspecto del Frankenstein negro o todo lo “pop”… no. Lo
que me llama la atención poderosamente, es la absoluta incapacidad de todos y
cada uno de los implicados en esto. El necio del director, abusando de los
planos fijos, abusando de los primeros planos de frente, ahí, como el que no
quiere la cosa y sin que vengan a cuento, quizás por el desconocimiento de la
existencia de otros planos, o en caso de conocerlos, por no tener ni puta idea
de cómo se hacen, y si Frankenstein negro tiene que ir hasta el hospital de
veteranos a perpetrar una venganza,
veremos todo el trayecto desde el laboratorio del Doctor hasta ese
hospital, al paso que lleva el Frankenstein negrata… con lo que rellenamos
mogollón de metraje, sin que la intención principal sea rellenar metraje. Los
actores, lo peor de lo peor. Pero no por sus sobreactuaciones –ojalá
sobreactuaran- si no por la desidia con la que sueltan sus textos y las
poquitas ganas que tienen de aparecer en la película. Eso se transmite.
Si de algo sí es consciente la película, es de su condición
de “Blaxplotation”, así que meten en el soundtrack, a conciencia temas de Soul y Funk, aunque no queden bien
ni vengan a cuento, y aunque apenas tenga banda sonora… pero claro,
todo esto es por motivos presupuestarios, así que, por lo menos, compran dos
temas de tercera.
Del montador, poco más que decir que es un retrasado, y el
director de fotografía ciego, porque hay escenas en las que, literalmente, no
vemos nada. Pero a nivel global, siendo una peli más para no tener en cuenta
que para sí, sacia la curiosidad del cinéfilo que la busca.
Del director, William A. Levey, decir que empezó en el cine
de manera muy manazas y continuó con ciertas dificultades siguiendo manazas. Eso
si, un todoterreno manazas, de corta filmografía, pero que tocó todos los
sub-géneros de la “Xplotation”, con muy poca fortuna, y sin cosechar ni un solo
éxito. ¿Sus mayores meritos?, inició en la inmundicia mas chabacana a Debra Winger de jovencita en “Fantasías
Sexuales”, una “teen movie” primigenia, tocó el palo erótico con “En Washington
los senadores están calientes”, con “La fiebre del patín” hizo debutar a Scott
Baio en una “disco movie” tan en boga en los setenta, y sobretodo, es el
responsable de “Monaco forever”, más conocida como “Gay Karate Man”, en la que
hizo a debutar a Jean Claude Van Damme en una película en la que chupa pollas
y se deja reventar el ojete, mientras mete mano y acosa a jovencitos
heterosexuales, a los que curte el lomo a base de artes marciales por no
dejarse tocar.
Por si eso fuera poco, el guión de la cojonudísima (en su
contexto) “Patrulla de noche”, de la directora Jackie Kong, es también obra
suya, firmado bajo el pseudónimo de Bill Levey.
Todo eso, y un par de films menores de terror como
“Hellgate” en los noventa, le convierten en, probablemente, el director más
churretoso de la historia del cine, y del que menos info hay por ahí. Una
pena.
Victor Olid
martes, 16 de julio de 2013
EL SECRETO DE LOS 24 ESCALONES
Independientemente de lo mierda que es el cine español, que
lo es como todos ustedes saben, procuro no ir a verlo, porque me
parece una vergüenza que paguemos con nuestros impuestos esas películas, que tengamos que amoquinar por la entrada de algo que, como pagamos, nos pertenece y en definitiva, que chupen
tanto del bote esta panda de hijos de puta. Por suerte, la producción nacional está teniendo en estos días su
merecido. Nadie va al cine, ergo, no genera dinero, ergo, se acabó la
aberración.
Y espero que, en caso de renovarse la mini-industria, tire
por otros derroteros, o al menos, que el que haga una peli la haga con su
propio dinero, y no con mis retenciones del IRPF.
Pero, de vez en cuando, y según que cosa, me descargo alguna vía mula (porque pagar en taquilla, ni de coña). Aclararé que, cuando hablo de cine español, me refiero solamente al hecho desde finales
de los ochenta hasta la actualidad, porque en contra, lo adoro si son películas anteriores
a esas fechas.
Pero de vez en cuando aparece algo que desde que ves el
cartel (el de esta es para darle de comer a parte) sabes que va a ser más malo
de lo normal, lo que se traduce en risas
y diversión… o no. Una de este mismo estilo es “Ouija”, que dentro de lo malo,
está curiosa. Esta, no.
Las manos a la cabeza me llevé cuando vi que el director de esta inyección de sida era
Santiago Lapeira. ¿Qué quien es el Lapeira? Ya le insulté cuando reseñé su anterior
película “E.S.O”. Pero si pudiera, ahora mismo, le asesinaría.
¿Por qué dirige este tipo?, ¿qué chanchullos se trae con el
ministerio de “cultura”?. No es normal que un individuo haga unas películas tan
mierderas, que sean un fracaso de taquilla, y encima siga haciendo más…
Esto es lo peor, de lo peor, de lo peor… de no verlo vaya, e
insisto, no le busquen las risas a esto, ni de eso hay. Porque cuando
reivindico las películas malas y aburridas, es porque a pesar del bodrio que me
estoy tragando, tienen encanto o algo así. Esta ni eso. Entre verla
y que me sodomicen, creo que es más atractivo que le enculen a uno. Siendo
heterosexual, claro, que los gays lo prefieren igualmente…
Para más inri, en “El secreto de los 24 escalones”, los ignorantes productores (entre los que forman parte los de “Canónigo films”, que se tienen ganada mi estima porque en su día facturaron cosas que me
encantan como “Rojo Sangre” o “Hot Milk”… ahora ya les he perdido un poco esa
estima, porque respeto no les tuve nunca), se cuidan de contratar a uno de
estos chavalillos que, según las pelis que hacen (porque Mario Casas triunfa
cuando hace películas para niñatas, cuando hace basura infame tipo “Carne de
Neón”, se pega la misma hostia que se pega cualquier película en la que no
salga Maribel Verdú, porque no van las viejas a verla) que convierten en oro
todo lo que tocan. En este caso uno que, guapete, a penas se le entiende
cuando habla y tiene una pinta de poligonero garrulillo que tira de espaldas;
Máxi Iglesias. Obviamente, esa recaudación no pudo ser, a pesar de su
presencia. O quizás, su presencia sea solo un señuelo que nos haga pensar que
le utilizan como reclamo, para despistarnos de los verdaderos motivos de la
existencia de esta película, que seguramente sean bastante corruptos. O no,
porque realmente, el Iglesias es un actor del todo mediocre.
Un inciso. Conozco actores que nunca han llegado a nada en
esto del cine, que se cagan en la madre que parió a todos estos jovencitos, e
incluso en la de los ya consagrados, alegando que es que son todos muy malos.
Yo los escucho, y digo “Cuanta razón tienen”. Y tras ver algunos de sus
trabajos, enchufes a parte, llego a la conclusión de que si no logran nada,
es porque ellos son aún PEORES.
Volvamos a la película.
Un grupo de chavales, que pese a su aspecto aseado parecen
sucios y a pesar de ser estudiantes parecen retrasados mentales, acuden de vacaciones a un pueblo montañés de no se
qué pollas. Allí, tras ver como otro subnormal, esta vez entradito en
años, muere mientras dice cosas en latín,
otro demente les comenta que tiene el pergamino que les conducirá a los 24
escalones, así que los guapitos, sin motivo, pillan el papelote y se van a
buscarlos. Otros pavos que rulan por ahí (e incluso, un negro), quieren
matarlos y quitarles el papelote. ¿Por qué? Porque coleccionan papelotes.
Nada. Conversaciones estúpidas sin gracia, alguna sobre
ligoteo, idas y venidas, los actores doblados por dobladores profesionales,
ningún ritmo, nada de espectáculo (que su cartel, aunque cutre y salchichero,
sí nos vende espectáculo y templarios…), dolor de ojos, vergüenza ajena y
tentativas de darle al stop en vez de al fast forward.
Es tan mala, que ni siquiera puedo explicar lo aberrante que
es. Pero es que, además, tampoco es tan aberrante como para indignarme…. es nada. Así que, “El Secreto de los 24 escalones” pasaría formar parte de una
nueva categoría, que sería “Las películas nada”. Con "E.S.O", me cebé
injustamente, dejándome llevar por el entusiasmo, cuando esa basura es lo
mismo: Nada.
En cuanto a Lapeira, un director que debería ganarse mi
simpatía simplemente porque cultiva el género, por favor, que alguien le mate.
O por lo menos, que deje de recibir subvenciones… claro, que a lo mejor sus
películas son lo de menos, porque solo sirven para blanquear algún tipo de
dinero.
Que asco de país. Que asco de cine. Que asco.
Victor Olid
lunes, 15 de julio de 2013
SNAKE WOMAN
La ultima etapa de Jess Franco (que podríamos comprender
desde el año 2000 hasta hoy, aún teniendo presente que los títulos de finales
de los noventa son del mismo estilo que estos últimos), la del vídeo digital y
el no currárselo ni un poquito, habrá quien afirme que está concebida para los
acérrimos de Franco. Craso error, esos solo aguantarían según qué películas de
los sesenta o setenta. La ultima etapa de Franco es mucho más experimental que
otra cosa, y quienes, sino disfrutarán, sí que al menos aguantarán, son el
publico acostumbrado a ver cine experimental y/o de vanguardia, o el espectador
curtido en mil y una batallas visionadistas, cuyas tragaderas harán normal el
ritmo inexistente de estas películas. Me encuentro entre ambos tipos de
espectador, y como creador, digamos que comulgo bastante con las maneras de
hacer del señor Franco para según que cosas, así que por todo eso, y por tener
una mente abierta para el cine, no me avergüenzo en absoluto en decir que con “Snakewoman”,
he disfrutado de lo lindo. Aunque ahora, tras su muerte, parece ser que el
disfrutar de una des sus películas actuales no sea vergonzante, sino de recibo,
que ya saben como funciona el fandom de los cojones.
Se trata de una de esas películas del abuelo Jess en las
que, si, hay un argumento. En una convencional, el argumento sería lo
más importante y rellenarían la película con escenas que no aportan nada, si es
que con lo inicialmente concebido no se llega a la duración mínima. Pero en una
peli de Jess Franco, ese argumento es lo de menos y sirve de material
de relleno. Así, aquí tenemos unos numeritos lésbicos (en los que parece que
las actrices están disfrutando de verdad… o eso, o son muy buenas), un
Antonio Mayans soltando proclamas en latín, y luego ya, en segundo termino, el
argumento, que viene a contarnos la historia de una mujer que viene a comprar
los derechos de las películas de una artista del tercer reich. Esta parece ser
ahora una mujer serpiente-vampiro, que se lo monta con una chiquilla a la que
tiene atormentada Mayans… y bueno, pasan cosas.
Personalmente, la filmografía de Jess Franco que más me
interesa es esta última, donde deja patente las constantes de su filosofía, y
donde todo ello es más palpable.
La película producida por fans americanos de tío Jess, no
conoce una edición en dvd en España, aunque tuvo algún pase ocasional en salas
de cine, es un absoluto delirio dónde la lógica no hace acto de presencia en ni
un solo plano, las escenas eróticas rozan el porno (las tías se tocan el coño
de verdad…) y donde el sonido está la leche de descuidado. Incluso habiendo
sido doblada en ciertas partes, es imposible escuchar bien nada de lo que
dicen.
La música casera de David Ramos, compuesta con trazas de
principiante, caótica, a base de zumbidos y sintetizador, sin embargo suena muy bien, y le confiere a
“Snakewoman” un soundtrack que le viene que ni al pelo y que
queda de maravilla.
Por lo demás, una Jessfranquiada más, de
las de la ultima hornada, y que si sabes los derroteros por los que anda el
director, ofrece justamente lo que esperas ver. Y eso incluye a dos de sus
actrices recurrentes en los últimos años: Fata Morgana y Carmen Montés.
Por cierto, se supone que “Snake Woman” es un remake de “Las
vampiras”. Válgame dios, que diría un gitano.
Victor Olid
domingo, 14 de julio de 2013
VIOLADA
Cuando te sientas en el sofá dispuesto a ver esta película del año 1984 ("Violated" en versión original), la verdad es que lo que esperas encontrarte es uno de esos "rape & revenge", tipo "La violencia del sexo" o "Venganza desnuda", sobre mujeres violentadas que se toman una cruda revancha (algo a lo que contribuye su muy engañosa caratula y su no menos trolante eslogan ). Y no, no van por ahí los tiros (ni las violaciones), de hecho aquí no hay tiros hasta el minuto 78, pocos y ejecutados por un macho. En realidad se trata de un especie de drama con un sutil trasfondo de thriller criminal que te deja bastante dolor de culo al terminar (si es que logras hacerlo, yo me quedé frito y tuve que retomarlo al día siguiente). Dicho de otro modo, ¡¡anda que no se pueden hacer chistes con esta peli!!, que si el violado eres tu, que si el violado es tu cerebelo, que al terminar de verla te sientes sucia y quieres vengarte de sus perpetradores, bla, bla. Demasiado fácil.
Un grupo de gangsters, encabezado por el todopoderoso Jack Diamond (sí, tiene un nombre muy de gangster), al que teme incluso el apuntador, se dedican a organizar partys con jovencitas a las que terminan liando, primero, y violando, después. Una de estas denuncia al agresor, lo que complicará mucho la papeleta. Un poli, en principio algo descreído, decidirá ayudarla, y tirársela, con el fin de detener de una vez por todas al maldito hampón y sus compinches.
"Violada" es una peli altamente hipócrita (como lo era, por ejemplo, "Holocausto Caníbal"), porque en realidad se trata de puro "exploitation" camuflado, digamos que denuncian aquello que ellos mismos explotan gustosamente... y encima, mal. Se nota que sus artífices intentan parir un drama serio, como los que hacía Meryl Streep de joven, pero no llegan. Evitaré cometer el error de mucha gente (incluido el fallecido crítico y hermafrodita Roger Ebert) y basar mis impresiones en cuestiones morales, éticas y espirituales. En eso sentido, también resulta fácil despellejar esta película. Sencillamente me limitaré a decir que es bastante aburrida y anodina, casi podría pasar por un telefilm de tarde del Domingo si no fuera por las escenas de destete y su look grasiento. Todo en ella hace tufo a culebrón de tirada cutre, aunque en el proceso se ponen algunas medallas dignas de rememorar. Por ejemplo: en las violaciones, mientras la chica posa totalmente desnuda, el agresor siempre lleva los pantalones, y bien abrochados (casi como en las de Pajares y Esteso). A los pocos días de ser crudamente violentada, la protagonista no tiene reparos en enamorarse de y liarse con el poli. Si eso ya es un tanto bizarro, empeora cuando tenemos en cuenta la diferencia de edad (ella 18, él más de 40) y, sobre todo, el aspecto y las maneras del hombre de la ley, genuinamente desagradables (ese flequillo siempre sudoroso!!). Nada más verlo aparecer, crees que será uno de los malos, un corrupto, con eso se lo digo tó. Tampoco tiene desperdicio la secuencia en la que la primera agredida va a la comisaría a denunciar la movida, y se encuentra que la policía, además de tratarla rudamente, le dice que no se moleste, que no va a servir para nada y que se vaya a casa a descansar, cosa que ella hace sin tomárselo demasiado malamente.
Aunque para momentos bizarros, el que sigue: La prota se prepara para asistir a la fiesta donde será violentada. Está de pie ante el espejo, en top-less. Se abre la puerta y entra su hermano menor, que le aconseja qué ponerse esa noche, no sin antes marcarse una escueta charla sobre los pechos de la interfecta, cómo estos le ponen nervioso y lo atractiva que resulta toda ella. El hermanito se le abalanza y la agarra por la cintura exclamando: "¡Si no fueras mi hermana!". La chica ríe y le dice "¿Qué sabrás tú del sexo?, ¿has comenzado ya a masturbarte?". ¿Inquietante, no?.
Sin embargo, y a pesar de atributos tan curiosos y llamativos para el aficionado medio al cine chungo, el resto es bla, bla y mucho aburrimiento. Tal vez con ingerir algún estimulante pre-visionado puedan encontrarle algo divertido pero, no se engañen, esto es un coñazo.
En el reparto destacan Elizabeth Kaitan, atractiva ex-scream queen de la serie B/Z de los 80, que has podido ver en películas como la séptima "Viernes 13", "Noche de paz, noche de muerte 2", "Esclavas del espacio", "Necromancer", "Roller Blade Warriors: Taken by Force" (del temible Donald G. Jackson), "Dr.Alien" (del no menos temible David DeCoteau), "Monstruos en la noche" o la interminable saga "Vice Academy" (al ser "Violada" una de sus primeras pelis, aparece como dios la trajo al mundo... ¡y bien que lo hizo el cabrón!), Samantha Fox... pero no, no se trata de la cantante inglesa de pantagruélicos pechotes que tantas noches de auto-amor propició en su época a los de mi quinta, esta Fox es la actriz porno de los 70 y 80 que, puntualmente, se liaba en productos no-exclusivamente-gorrinos, destacando entre todos ellos su protagonismo en el super-clásico del "trash" "Una noche para descuartizar" de Doris Wishman, sobre el que pueden leer -y alucinar- en nuestro "pest-seller". Y finalmente John Heard en un papel minúsculo de misógino desatado, lo has visto en títulos de renombre como "Big", "Solo en casa" o "En la línea de fuego". Últimamente las cosas no le deben ir muy bien, porque su más reciente lanzamiento es un delirio de "Asylum" titulado "Sharknado" (de tiburón + tornado me temo).
El director y guionista de "Violated" se llama Richard Cannistraro (sí, su nombre está mal escrito en la caratula), y esta es la única peli que hizo a lo largo de su mísera vida. ¿Sorprendidos?.
Un grupo de gangsters, encabezado por el todopoderoso Jack Diamond (sí, tiene un nombre muy de gangster), al que teme incluso el apuntador, se dedican a organizar partys con jovencitas a las que terminan liando, primero, y violando, después. Una de estas denuncia al agresor, lo que complicará mucho la papeleta. Un poli, en principio algo descreído, decidirá ayudarla, y tirársela, con el fin de detener de una vez por todas al maldito hampón y sus compinches.
"Violada" es una peli altamente hipócrita (como lo era, por ejemplo, "Holocausto Caníbal"), porque en realidad se trata de puro "exploitation" camuflado, digamos que denuncian aquello que ellos mismos explotan gustosamente... y encima, mal. Se nota que sus artífices intentan parir un drama serio, como los que hacía Meryl Streep de joven, pero no llegan. Evitaré cometer el error de mucha gente (incluido el fallecido crítico y hermafrodita Roger Ebert) y basar mis impresiones en cuestiones morales, éticas y espirituales. En eso sentido, también resulta fácil despellejar esta película. Sencillamente me limitaré a decir que es bastante aburrida y anodina, casi podría pasar por un telefilm de tarde del Domingo si no fuera por las escenas de destete y su look grasiento. Todo en ella hace tufo a culebrón de tirada cutre, aunque en el proceso se ponen algunas medallas dignas de rememorar. Por ejemplo: en las violaciones, mientras la chica posa totalmente desnuda, el agresor siempre lleva los pantalones, y bien abrochados (casi como en las de Pajares y Esteso). A los pocos días de ser crudamente violentada, la protagonista no tiene reparos en enamorarse de y liarse con el poli. Si eso ya es un tanto bizarro, empeora cuando tenemos en cuenta la diferencia de edad (ella 18, él más de 40) y, sobre todo, el aspecto y las maneras del hombre de la ley, genuinamente desagradables (ese flequillo siempre sudoroso!!). Nada más verlo aparecer, crees que será uno de los malos, un corrupto, con eso se lo digo tó. Tampoco tiene desperdicio la secuencia en la que la primera agredida va a la comisaría a denunciar la movida, y se encuentra que la policía, además de tratarla rudamente, le dice que no se moleste, que no va a servir para nada y que se vaya a casa a descansar, cosa que ella hace sin tomárselo demasiado malamente.
Aunque para momentos bizarros, el que sigue: La prota se prepara para asistir a la fiesta donde será violentada. Está de pie ante el espejo, en top-less. Se abre la puerta y entra su hermano menor, que le aconseja qué ponerse esa noche, no sin antes marcarse una escueta charla sobre los pechos de la interfecta, cómo estos le ponen nervioso y lo atractiva que resulta toda ella. El hermanito se le abalanza y la agarra por la cintura exclamando: "¡Si no fueras mi hermana!". La chica ríe y le dice "¿Qué sabrás tú del sexo?, ¿has comenzado ya a masturbarte?". ¿Inquietante, no?.
Sin embargo, y a pesar de atributos tan curiosos y llamativos para el aficionado medio al cine chungo, el resto es bla, bla y mucho aburrimiento. Tal vez con ingerir algún estimulante pre-visionado puedan encontrarle algo divertido pero, no se engañen, esto es un coñazo.
En el reparto destacan Elizabeth Kaitan, atractiva ex-scream queen de la serie B/Z de los 80, que has podido ver en películas como la séptima "Viernes 13", "Noche de paz, noche de muerte 2", "Esclavas del espacio", "Necromancer", "Roller Blade Warriors: Taken by Force" (del temible Donald G. Jackson), "Dr.Alien" (del no menos temible David DeCoteau), "Monstruos en la noche" o la interminable saga "Vice Academy" (al ser "Violada" una de sus primeras pelis, aparece como dios la trajo al mundo... ¡y bien que lo hizo el cabrón!), Samantha Fox... pero no, no se trata de la cantante inglesa de pantagruélicos pechotes que tantas noches de auto-amor propició en su época a los de mi quinta, esta Fox es la actriz porno de los 70 y 80 que, puntualmente, se liaba en productos no-exclusivamente-gorrinos, destacando entre todos ellos su protagonismo en el super-clásico del "trash" "Una noche para descuartizar" de Doris Wishman, sobre el que pueden leer -y alucinar- en nuestro "pest-seller". Y finalmente John Heard en un papel minúsculo de misógino desatado, lo has visto en títulos de renombre como "Big", "Solo en casa" o "En la línea de fuego". Últimamente las cosas no le deben ir muy bien, porque su más reciente lanzamiento es un delirio de "Asylum" titulado "Sharknado" (de tiburón + tornado me temo).
El director y guionista de "Violated" se llama Richard Cannistraro (sí, su nombre está mal escrito en la caratula), y esta es la única peli que hizo a lo largo de su mísera vida. ¿Sorprendidos?.
Naxo Fiol
sábado, 13 de julio de 2013
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (35): UNA CUESTIÓN DE SEGUNDOS
Robert Butler es el director de "Los albóndigas en remojo" (por lo que ya merece todo mi respeto), "Turbulence" y un incontable mogollón de productos televisivos. En 1980 se responsabilizaba de "Secuestro en Central Park" ("Night of the Juggler", en su tierra), un thriller en el que James Brolin interpreta a un ex-policía (duro, muy duro) al que un psicópata secuestra la hija (y por error, ya que su objetivo era otra moza distinta). No hace falta ser muy listo para deducir que Brolin pondrá la ciudad patas arriba para localizarla y darle una lección al secuestrador.
Bien, mirando atentamente la caratula arriba expuesta, descubrimos que, si hemos de fiarnos de su contenido, la estrella del cine de yoyas Jean-Claude Van Damme interpreta un papel en la peli. ¿Tenía el Belga en 1980 edad para actuar en un film?, hombre sí, edad sí, ya que por entonces rondaría los 20... lo que no tenía, ni nunca tuvo, es capacidad interpretativa. En aquella época andaría por ahí entrenando e inflando músculos. Por tanto deducimos que su presencia en la caratula de "Secuestro en Central Park" es pura falacia (ya, ya, pero es que me encanta hacer teatro!!). De hecho, esa imagen pertenece directamente, y sin asomo de dudas, a "Cyborg", uno de los primeros vehículos que la "Cannon" produjo para mayor lucimiento de Juan-Claudio y que dirigía, como podía, el entrañable Albert Pyun.
Tras buscar y rebuscar tanto en la maldita red como en mi biblioteca de revistas especializadas francesas, no he logrado encontrar EXACTAMENTE la misma imagen... pero sí una de muy parecida. Ha sido en la caratula Argentina de "Cyborg", subtitulada en aquellos lares "El dragón invencible". Es esta...
Si nos aproximamos con el Photoshop, podemos destacar esta otra....
Y si la ponemos al lado de la extraída de "Secuestro en Central Park",
obtenemos lo que sigue...
obtenemos lo que sigue...
Pues sí, hay una diferencia... pero una de escasos segundos. A la izquierda, Van Damme intenta desarmar a uno de los malos, mientras por el rabillo del ojo se percata de que otro se le echa encima. En la de la derecha, al primero ya lo ha dejado K.O., así que se dispone a soltar una coz al segundo. La tercera imagen sería la de este recibiendo la patada en todo el cabestro... pero para el caso, ya no nos hace falta. Creo que el ejemplo está más que claro. ¿O no?.
Por si las moscas, veamos otro caso...
"StreetWalkin´" o "Haciendo la calle" (1985, cortesía del entrañable sello "Lightning Video") es un -se supone que- desgarrador drama sobre la prostitución (además que, al estar dirigido por una pava, Joan Freeman, seguro que alguien tildará de feminista) no exento -DICEN!- de cierto elemento "exploitation" (una notable violencia, según leo) y algo de risibilidad (contundentes sobreactuaciones). En fin, no he tenido el gusto de verla... y tampoco es que me pirre por hacerlo, pero ahí está.
Centrémonos en la caratula: Una moza posa seductora y desafiante, mirando a cámara, mientras a su espalda otra chica de la vida intenta ganarse a un cliente.
Centrémonos en la caratula: Una moza posa seductora y desafiante, mirando a cámara, mientras a su espalda otra chica de la vida intenta ganarse a un cliente.
Bien, ahora imaginemos que el señor que hace la foto apaga su cámara. ¿Qué pasaría?, pues probablemente esto...
Y si se lo preguntan, "Toda una mujer" es otro drama sobre la prostitución, solo que este producido en 1979 y de procedencia franchute, a mayor gloria de la actriz Miou-Miou, acompañada por la desaparecida Maria Schneider, la de "El último tango en París". Tampoco la he visto y, a diferencia del caso antes expuesto, no me apetece intentarlo.
Claro que, todo eso, ¡¿a quién cojones le importa?!.
Naxo Fiol