“Seet Movie” es una de las películas más prohibidas del planeta, cosa que no es de extrañar, si tenemos en cuenta la cantidad de cerdadas de las que somos testigos durante su visionado. Algo así solo podía ocurrir en 1974. Si fuera una película actual, raro sería que no acabaran en la cárcel hasta los mismos espectadores. Pero más allá de su contenido cerdísimo, e incluso pederasta, yo creo que lo que realmente crispaba a censores demás entes bienpensantes, es su fuerte contenido político. Por un lado se critica el comunismo, y por otro el capitalismo, y aunque yo, como espectador apolítico poco conocedor de la política (y ni puta gana que tengo) puedo intuir esto – porque la verdad es que lo he leído por ahí- lo que me atrajo a la hora de verla es el morbo puro y duro.
Dirigida por el militante comunista Dusan Makavejez y protagonizada por actores de una comuna anti política (o algo así), cuyo líder les instaba a cometer todo tipo de actos aberrantes como respuesta al capitalismo, “Sweet Movie”, sin tener un argumento propiamente dicho, nos cuenta a través de dos tramas paralelas como una mujer que gana un concurso de misses, acaba por ahí con tíos extraños que la ningunean. Por otro lado, tenemos la historia de amor y comunismo de una capitana de barco y un marinero escuálido. Ella, además, se dedica a ofrecer los caramelos y chucherias de los que va bien surtido el barco, para engatusar a los niños con el fin de tener sexo con ellos y matarlos.
Lecturas políticas aparte, y a pesar de lo antigua que es la película, a mí por lo menos no me ha dejado indiferente. No ha llegado a escandalizarme, pero sí tiene momentos que me han puesto de mal cuerpo.
Rara a posta, y pretendidamente provocadora, la verdad es que puesto a hacer cerdadas, se queda corta, podía haber sido mucho más descarada. No obstante, repasemos las frikadas y guarrerías que más me han llamado la atención.
En una escena en la que la miss se casa con un millonario yanki, este, en su noche de bodas, tras untarse (y untarle a ella) el cuerpo con veneno, saca la polla pintada de dorado y le propina una buena meada. Después ella es ¿raptada? Por un negro enorme y lleno de músculos, que la putea a base de golpes en la nuca y metiéndola en bidones, hasta que la encierra en una maleta y la envía a tomar por culo en un avión. Por otro lado, en el barco de la otra protagonista, esta se pega la vida padre con el marinerito follando, bañándole en una bañera, para después, mojado, tirarse en un recipiente enorme que contiene azúcar. Cuando atracan en un puerto, ella sube al barco a unos niños a los que engaña con sus sucios caramelos, y haciéndoles un streaptease, los soba, los besa, les pone el peludo coño en la cara, y uno de los críos, cuando ya no puede más de la excitación, cierra unas cortinas y se la tira.
Volvemos a la otra historia para ver como la miss acaba en la comuna de la que antes he hablado, donde medio autista, se une a un banquete. Los miembros de la comuna, no contentos con cerdear con la comida todo lo que pueden, se provocan el vómito para echarlo sobre los alimentos, se vomitan unos a otros en la boca, mean, beben el pis directamente a caño…. Y un tipo se saca del pantalón una enorme lengua de vaca a modo de polla, que parte en trocitos con un cuchillo, pronunciando un correctísimo castellano.
En ese mismo banquete, somos testigos de una onírica escena, en la que la miss le saca la polla fláccida al que ha cortado la lengua y, llorando, se seca las lágrimas con ella. Y como postre, dos de esos desalmados, cagarán en sendos platos, siendo vitoreados por el resto de asquerosos, que luego se pasarán la mierda de mano en mano, zarandeándola violentamente.
A un hijo de puta nastuerzo, que simula ser un bebé, le hacen expulsar los gases apretándole la barriga, para después este tomar leche materna directamente de una teta, y mearse encima mientras le embadurnan en polvos de talco.
Mientras, estando en pleno acto sexual la capitana y el marinero dentro del recipiente de azúcar, esta comienza a morderle y a arrancarle trozos de carne, ante la complacencia de él, hasta que saca un cuchillo y lo apuñala, con el fin de mezclar la sangre con el azúcar, causándole la muerte.
Una película autenticamente repulsiva, que busca la provocación gratuita generando asco, pero que al final resulta ser una mariconada. Mucha escatología, mucha reivindicación de la desinhibición sexual, pero ni en un solo momento vemos una polla dura, ni una penetración. Nada de sexo explícito. Y esto, compañeros, me da que es por auto censura del cerdo de su director.
Puede que ustedes lean todo esto y sientan curiosidad por verla, pero, y aunque el look de la película es de lo más atractivo y esté rodada con cierto oficio, la verdad es que “Sweet Movie” es un coñazo de aupa, que más allá de las guarradas que nos muestra, no vale ni para tomar por culo. Además, es tremendamente gafapastosa y pedante. Así que ¡A la mierda con ella!
jueves, 31 de mayo de 2012
YO MATÉ A ADOLF HITLER
Este comic de Jason (no el de Viernes 13, otro Jason) fue
ganador del premio Eisner en el año 2008. El autor, del que hasta ahora no había
leído nada, por lo visto hace todos sus comics con animales antropomórficos, es
decir que son perros, gatos, conejos, o lo que sea, pero visten, hablan y se
comportan como personas. Sus dibujos son sencillos, de líneas simples y con
colores planos. Esa estética junto al poco dialogo que acompañan a los dibujos,
lo convierte en historias rápidas de leer sin artificios o detalles que
despisten al lector. Vamos, que es una obra de aspecto ligero aunque luego su
trama sea más sesuda.
En el mundo de esta historia, el empleo de asesino a sueldo
es un empleo más, y nuestro protagonista ejerce esa profesión. No tiene nombre,
o al menos no se nombra, al igual que la chica con la que el protagonista tiene
una relación. Al inicio de la historia dicha relación no corre por su mejor
momento, incluso se insinúa la ruptura de la misma. Nuestro protagonista vive
una vida gris, a la mañana recibe a sus clientes, escucha sus penas y razones y
luego sale a realizar los encargos. Un día recibe la llamada de un científico que
tiene un trabajo para él. Por fin tiene terminada su máquina del tiempo y desea
que Hitler sea asesinado. La única peculiaridad del viaje en el tiempo es que
la maquina necesita 50 años para cargarse, así que solo tiene una oportunidad
para ir y para volver. El asesino viaja en el tiempo pero es apresado. Entonces
Hitler, aprovechando el descuido se monta en la máquina del tiempo y viaja
hasta el presente. Una vez sale de la maquina se encuentra en el garaje del científico,
el cual se sorprende al ver al alemán allí. Pero entonces el protagonista, 50
años más viejo, hace acto de aparición, dispara en el pecho a Adolf y cree
acabar con su vida. Como ya es un señor mayor decide pedir ayuda a su ex novia para
que le ayude a portar el cadáver de Adolf. Cuando llegan al laboratorio Hitler a
desaparecido y el científico esta inconsciente. Ahora el asesino anciano y su
joven ex novia intentaran encontrar al dictador alemán para darle finiquito.
En el comic se tratan los viajes en el tiempo, no así sus
consecuencias, pero de lo que realmente nos quiere hablar el autor, es de las
relaciones personales, la felicidad y el amor. O al menos esa es la idea que
saco yo tras acabar el tomo y sobre todo por su parte final donde todo se
soluciona de forma satisfactoria.
La verdad es que es un comic interesante donde Hitler es una
simple excusa para tener los viajes en el tiempo necesarios para la historia.
Si tienen la oportunidad no lo duden, léanlo, se hace cortito.
miércoles, 30 de mayo de 2012
NI PIES, NI CABEZA
Otras veces, he reivindicado aquí el cine de Antonio del Real, por desfasado, por españolo, por cafre…y su actitud por permanecer inasequible al desaliento. De hecho, esta misma semana se ha estrenado en dos o tres cines su ultima película, la cual he ido a consumir con ilusión a una sala, junto a los consabidos dos o tres espectadores que suponía iba a haber en ella.
Tras ver “Ni pies, ni cabeza”, sigo reivindicando a este director, claro que si… pero he depositado en el tantas expectativas, que esta vez, me he decepcionado, aunque solo sea a medias.
Y es que en esta ocasión, basándose en una novela, nos cuenta la historia de dos desastrosos guardias civiles, que, en pleno estado etílico escaqueándose de sus obligaciones, atropellan un cuerpo decapitado, al que también le faltan los pies – de ahí la coña, hasta la desesperación, del título- hecho del cual informan a sus superiores. Cuando esto sucede, se monta el pifostio al descubrir que el cuerpo sin vida, es el de otro guardia civil, miembro además del sindicato. Comienza la investigación, y el lío.
Bueno, pues la película tiene conceptos y momentos muy buenos, que se van a la mierda con las cagadas, casi más numerosas que los aciertos. Empecemos por lo malo: El metraje… casi dos horas de duración. El mensaje: una reivindicación del cuerpo de Guardia Civil, que trata por todos los medios limpiar la imagen de estos, exponiendo todas las corruptelas conocidas y contrarrestándolo con la “sólida” teoría de que por cuatro sin vergüenzas que hay en el cuerpo, hay cientos de hombres buenos que se dejan la piel por la patria, la ley y el orden.
En un alarde alarmantemente “Torrentiano”, Del Real, llena su película de cameos de personajes de la farándula, así, vemos a los “Chanantes” Ernesto Sevilla, Joaquín Reyes y Raúl Cimas (¡que cagada, Antonio del Real, que cagada!), y a Ivonne Reyes o Ángel Nieto. Por otro lado, desconozco el vinculo que une al director con el mundo de la televisión, pero poner de protagonista al presentador de “Pasapalabra” (Creo que es ese el programa) es una cagada aún más gorda, no ya porque le asociemos con el medio para el que trabaja, sino porque además, resulta ser un actor pésimo.
Los otros dos protagonistas, los Guardias Civiles desencadenantes de todo el entuerto, dos auténticos nastuerzos, no son otros que uno de los actores fetiche del director, Miguel Hermoso hijo, actor este, que si ya es malo a más no poder, intentado hacer gracia consigue momentos de absoluta vergüenza ajena… pero no más que su compañero, Alejandro Tous, que insulta directamente al arte de la interpretación, con su inutilidad. Este tipo, además, se hizo popular por ser el hermano de uno de los concursantes de una de las ediciones de “Gran Hermano” ¿Qué pinta en la película? Solo Dios lo sabe. Ritmo, tempo y entretenimiento, brillan por su ausencia durante toda la película, resultando por momentos, incluso aburrida.
Ahora vamos con lo bueno, que no compensa el cúmulo de mierdas. La película empieza muy, muy bien, como una comedia negra con severos toques de escatología y gore (el cuerpo sin cabeza, ni pies por un lado, y la misma cabeza cortada por otro, son tan protagonistas de la película, como muchos de los actores), que empieza completamente desmadrada, prometiendo mucho, para luego pasar a ser una peli policíaca, sin más, que aún con escenas bien filmadas, incluso de acción, se va deshaciendo de los gags, en pro del dramatismo y la seriedad más pasmosa. El final, es durillo.
Antonio del Real, sigue apostando por un estilo de comedia deudora de la españolada de los 70 y 80, con sus gags tontorrones, sus machiruladas y sus salidas de tono, lo cual me parece muy bien. Pero en definitiva, no se termina de hacer con el material, quiere experimentar cuando tenía que tenerlo ya todo claro, y convierte algo que podía haber hecho muy bien, en una bazofia que tendrá el destino que se merece: el ninguneó y el olvido.
De todos modos, yo sigo admirando a Antonio del Real. Me gusta su estilo y sus agallas para según que cosas. Lo que pasa, es sencillamente, que le ha salido una mierda de película.
En el nutrido reparto, contamos también, con la presencia de Antonio Resines, Don Mauro (Quizás lo mejor de la película y el único actor que lo hace bien…) Jorge Sanz, Jaidy Michel…. Pero ni por esas… a quienes estos no le tiren para atrás, claro… que son a los que se pretende atraer…
Tras ver “Ni pies, ni cabeza”, sigo reivindicando a este director, claro que si… pero he depositado en el tantas expectativas, que esta vez, me he decepcionado, aunque solo sea a medias.
Y es que en esta ocasión, basándose en una novela, nos cuenta la historia de dos desastrosos guardias civiles, que, en pleno estado etílico escaqueándose de sus obligaciones, atropellan un cuerpo decapitado, al que también le faltan los pies – de ahí la coña, hasta la desesperación, del título- hecho del cual informan a sus superiores. Cuando esto sucede, se monta el pifostio al descubrir que el cuerpo sin vida, es el de otro guardia civil, miembro además del sindicato. Comienza la investigación, y el lío.
Bueno, pues la película tiene conceptos y momentos muy buenos, que se van a la mierda con las cagadas, casi más numerosas que los aciertos. Empecemos por lo malo: El metraje… casi dos horas de duración. El mensaje: una reivindicación del cuerpo de Guardia Civil, que trata por todos los medios limpiar la imagen de estos, exponiendo todas las corruptelas conocidas y contrarrestándolo con la “sólida” teoría de que por cuatro sin vergüenzas que hay en el cuerpo, hay cientos de hombres buenos que se dejan la piel por la patria, la ley y el orden.
En un alarde alarmantemente “Torrentiano”, Del Real, llena su película de cameos de personajes de la farándula, así, vemos a los “Chanantes” Ernesto Sevilla, Joaquín Reyes y Raúl Cimas (¡que cagada, Antonio del Real, que cagada!), y a Ivonne Reyes o Ángel Nieto. Por otro lado, desconozco el vinculo que une al director con el mundo de la televisión, pero poner de protagonista al presentador de “Pasapalabra” (Creo que es ese el programa) es una cagada aún más gorda, no ya porque le asociemos con el medio para el que trabaja, sino porque además, resulta ser un actor pésimo.
Los otros dos protagonistas, los Guardias Civiles desencadenantes de todo el entuerto, dos auténticos nastuerzos, no son otros que uno de los actores fetiche del director, Miguel Hermoso hijo, actor este, que si ya es malo a más no poder, intentado hacer gracia consigue momentos de absoluta vergüenza ajena… pero no más que su compañero, Alejandro Tous, que insulta directamente al arte de la interpretación, con su inutilidad. Este tipo, además, se hizo popular por ser el hermano de uno de los concursantes de una de las ediciones de “Gran Hermano” ¿Qué pinta en la película? Solo Dios lo sabe. Ritmo, tempo y entretenimiento, brillan por su ausencia durante toda la película, resultando por momentos, incluso aburrida.
Ahora vamos con lo bueno, que no compensa el cúmulo de mierdas. La película empieza muy, muy bien, como una comedia negra con severos toques de escatología y gore (el cuerpo sin cabeza, ni pies por un lado, y la misma cabeza cortada por otro, son tan protagonistas de la película, como muchos de los actores), que empieza completamente desmadrada, prometiendo mucho, para luego pasar a ser una peli policíaca, sin más, que aún con escenas bien filmadas, incluso de acción, se va deshaciendo de los gags, en pro del dramatismo y la seriedad más pasmosa. El final, es durillo.
Antonio del Real, sigue apostando por un estilo de comedia deudora de la españolada de los 70 y 80, con sus gags tontorrones, sus machiruladas y sus salidas de tono, lo cual me parece muy bien. Pero en definitiva, no se termina de hacer con el material, quiere experimentar cuando tenía que tenerlo ya todo claro, y convierte algo que podía haber hecho muy bien, en una bazofia que tendrá el destino que se merece: el ninguneó y el olvido.
De todos modos, yo sigo admirando a Antonio del Real. Me gusta su estilo y sus agallas para según que cosas. Lo que pasa, es sencillamente, que le ha salido una mierda de película.
En el nutrido reparto, contamos también, con la presencia de Antonio Resines, Don Mauro (Quizás lo mejor de la película y el único actor que lo hace bien…) Jorge Sanz, Jaidy Michel…. Pero ni por esas… a quienes estos no le tiren para atrás, claro… que son a los que se pretende atraer…
Victor Olid
martes, 29 de mayo de 2012
LA CUCARACHA
Mucho antes de que se convirtiera en un cineasta de culto gracias a “Megasharks Vs. Giant Octopus”, Jack Perez (amigo y prologuista de “Malas pero divertidas”) firmaba, sin ningún fardón seudónimo, la que dice ser su mejor película.
Perez, empezando el edificio por los cimientos en su afán de convertirse en un director de estudio, nos presenta este “direct to video” protagonizado por Eric Roberts y Joaquim de Almeida, en el que, como es habitual, la falta absoluta de un presupuesto se impone. La sensación que tengo tras verla es de que sus artífices pensaron durante la pre-produccíón que el escaso montante disponible era mejor emplearlo en la fotografía que en sucios efectismos, para otorgarle al todo un aspecto decente…y es que es lo único que tiene la película, una factura digna, porque lo demás… solo son diálogos… con deciros que cuando alguien pega un tiro, lo hace fuera de plano.
Un loser, un escritor alcohólico, se va de vagabundo a México a escribir en una chabola, cuando llega un individuo que, diciendo ser su amigo, le cuenta un rollo para que acepte el trabajito de matar al supuesto asesino del hijo de un importante hombre de negocios. El protagonista acepta, y cuando va a efectuar el encargo, el tío al que tiene que matar se suicida ante sus ojos. Como piensa cobrar por su trabajo igualmente, los malos le meten en una encerrona no solo no pagándole, si no incluso dejándole paraplegico de un disparo. Cuando se recupera, ya en silla de ruedas, decide emprender su venganza.
En definitiva, mucho bla, bla, bla, demasiado, desorbitado, excesivo. Y para más inri, con unos diálogos larguísimos que en su mayoría pecan de absurdos, cuando no gilipollescos. Pero, que quieren que les diga, al final la sencillita historia está entretenida. Y es un acierto, al fin y al cabo, emplear el presupuesto en darle a la película un look chulo, de lo contrario, sería una mierda. Así, al menos, no parece una pantomima.
Además, que una peli con Eric Roberts siempre es una peli con Eric Roberts. El que no sabe que pinta ahí es Joaquim de Almeida, en otros tiempos prestigioso actor Portugués, que no levanta cabeza desde que Robert Rodriguez le diera el papel de "Bucho". Es que, de hecho, en “La cucaracha” vuelve a hacer de "Bucho"... con otro nombre, pero vestido exactamente igual. Nada raro considerando la enorme influencia que tiene el "Desperado" de Rodriguez sobre esta "La Cucaracha", salga el sol por donde salga, y por muy poquitos disparos que veamos.
Justo, el título es doblemente gracioso si tenemos en cuenta que “La cucaracha” es el propio Eric Roberts, que como se queda en silla de ruedas “ya no puede caminar".
En definitiva, es una ful de película, pero no hace daño a los ojos y se aguanta sin problema… e incluso nos reímos un par de veces con esos diálogos tan idiotas.
Perez, empezando el edificio por los cimientos en su afán de convertirse en un director de estudio, nos presenta este “direct to video” protagonizado por Eric Roberts y Joaquim de Almeida, en el que, como es habitual, la falta absoluta de un presupuesto se impone. La sensación que tengo tras verla es de que sus artífices pensaron durante la pre-produccíón que el escaso montante disponible era mejor emplearlo en la fotografía que en sucios efectismos, para otorgarle al todo un aspecto decente…y es que es lo único que tiene la película, una factura digna, porque lo demás… solo son diálogos… con deciros que cuando alguien pega un tiro, lo hace fuera de plano.
Un loser, un escritor alcohólico, se va de vagabundo a México a escribir en una chabola, cuando llega un individuo que, diciendo ser su amigo, le cuenta un rollo para que acepte el trabajito de matar al supuesto asesino del hijo de un importante hombre de negocios. El protagonista acepta, y cuando va a efectuar el encargo, el tío al que tiene que matar se suicida ante sus ojos. Como piensa cobrar por su trabajo igualmente, los malos le meten en una encerrona no solo no pagándole, si no incluso dejándole paraplegico de un disparo. Cuando se recupera, ya en silla de ruedas, decide emprender su venganza.
En definitiva, mucho bla, bla, bla, demasiado, desorbitado, excesivo. Y para más inri, con unos diálogos larguísimos que en su mayoría pecan de absurdos, cuando no gilipollescos. Pero, que quieren que les diga, al final la sencillita historia está entretenida. Y es un acierto, al fin y al cabo, emplear el presupuesto en darle a la película un look chulo, de lo contrario, sería una mierda. Así, al menos, no parece una pantomima.
Además, que una peli con Eric Roberts siempre es una peli con Eric Roberts. El que no sabe que pinta ahí es Joaquim de Almeida, en otros tiempos prestigioso actor Portugués, que no levanta cabeza desde que Robert Rodriguez le diera el papel de "Bucho". Es que, de hecho, en “La cucaracha” vuelve a hacer de "Bucho"... con otro nombre, pero vestido exactamente igual. Nada raro considerando la enorme influencia que tiene el "Desperado" de Rodriguez sobre esta "La Cucaracha", salga el sol por donde salga, y por muy poquitos disparos que veamos.
Justo, el título es doblemente gracioso si tenemos en cuenta que “La cucaracha” es el propio Eric Roberts, que como se queda en silla de ruedas “ya no puede caminar".
En definitiva, es una ful de película, pero no hace daño a los ojos y se aguanta sin problema… e incluso nos reímos un par de veces con esos diálogos tan idiotas.
Victor Olid
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (17): SECUELAS BASTARDAS Y ABSURDAS
Hacía tiempo que no nos dábamos un garbeo por el maravilloso y espeluznante mundo de las caratulas horribles y rastreras y, miren por dónde, hoy me apetece.
Antes, un pequeño inciso: Si tuviera que hablar aquí de "secuelas absurdas o falsas", en fin, podría pasarme varias horas dando la vara porque es un tema extenso. Resumámoslo en que el boom de tan discutible -pero entrañable- estratagema se dio en los años 80 de la mano del mercado Bé italiano, siempre tan atento a los éxitos del momento. Claro que no eran los únicos, en España muchos distribuidores, aprovechando el ignominioso y caótico mercado del vídeo, lanzaban falsas secuelas por su puta cara, y a las -siguientes- pruebas me remito (luego hay ejemplos mayores como el mítico tercer "Tiburón" de Castellari por obra y gracia de José Frade, pero eso ya lo tratamos en nuestro "Malas pero divertidas", así que si quieren saber de qué va, cómprenlo).
Hoy día, con todo el mamoneo legal de copyrights y demás, resulta casi imposible usar tales trucajes... salvo que tires de nombres y personajes de dominio público como hizo Asylum con "Titanic"... pero vamos, que son hechos aislados... y si no, miren el caso del simpático pestiño "Aliens vs. Avatars" que por exigencias legales de la productora "major" de turno tuvo que mutarse en "Alien vs. Alien" (título este ya explotado por otro film previo).
Antes, un pequeño inciso: Si tuviera que hablar aquí de "secuelas absurdas o falsas", en fin, podría pasarme varias horas dando la vara porque es un tema extenso. Resumámoslo en que el boom de tan discutible -pero entrañable- estratagema se dio en los años 80 de la mano del mercado Bé italiano, siempre tan atento a los éxitos del momento. Claro que no eran los únicos, en España muchos distribuidores, aprovechando el ignominioso y caótico mercado del vídeo, lanzaban falsas secuelas por su puta cara, y a las -siguientes- pruebas me remito (luego hay ejemplos mayores como el mítico tercer "Tiburón" de Castellari por obra y gracia de José Frade, pero eso ya lo tratamos en nuestro "Malas pero divertidas", así que si quieren saber de qué va, cómprenlo).
Hoy día, con todo el mamoneo legal de copyrights y demás, resulta casi imposible usar tales trucajes... salvo que tires de nombres y personajes de dominio público como hizo Asylum con "Titanic"... pero vamos, que son hechos aislados... y si no, miren el caso del simpático pestiño "Aliens vs. Avatars" que por exigencias legales de la productora "major" de turno tuvo que mutarse en "Alien vs. Alien" (título este ya explotado por otro film previo).
Recuerdo haber tenido esta peli en las manos, con esta misma caratula, siendo jovenzuelo y no fiarme un pelo. En aquellos tiempos ya me conocía el percal y estaba convencido que tras esta supuesta segunda parte del estupendo clásico de John Boorman se escondía un truñón. Efectivamente, años después logré visionarla y a día de hoy la considero el peor y más aburrido engendro etiquetable de "survival".
En v.o. esta cosa se hace llamar "Rituals" (tal y como figura en la misma caratula, debajo del título falso). El director, Peter Carter, es también culpable de la telefílmica e insufrible imitación de "Alien", "El intruso" (con estupenda caratula, eso sí). ¿Estamos ante el Bruno Mattei yankee?.
En v.o. esta cosa se hace llamar "Rituals" (tal y como figura en la misma caratula, debajo del título falso). El director, Peter Carter, es también culpable de la telefílmica e insufrible imitación de "Alien", "El intruso" (con estupenda caratula, eso sí). ¿Estamos ante el Bruno Mattei yankee?.
No deja de resultar curioso que esta falsa tercera entrega de la famosa (y sobrevalorada) saga del cine hispánico "Perros Callejeros" sea un exploit italiano... lo que ocurre es que, por una vez, la intención de su director, el mítico Enzo G. Castellari, no era copiar de Jose Antonio De La Loma, sino del boom del cine policiaco yankee de tirón crudo y violento impuesto por títulos del calibre de "Harry el sucio", "El justiciero de la ciudad" o "French Connection". Una tendencia que los expertos llaman "polizesco" y que tanto se dio en los 70. Concretamente este "Perros Callejeros 3" se parió en 1974, tres años antes que el primer "Perros Callejeros"... una paradoja de lo más graciosa. En realidad su título original es el que en la caratula aparece como subtítulo, "El ciudadano se rebela". Lo de "Anonimo Giustiziere" que figura más abajo no se de dónde se lo han sacado, es la traducción italiana del título que el film recibió en Brasil, nada menos.
No es un caso tan marciano, en Inglaterra se lanzó en vídeo como la segunda parte del famoso "Vigilante" de William Lustig quien, a su vez, citaba la obra de Castellari como influencia del suyo. ¡¡Vaya culebrón!!.
Sea como sea, ni tan siquiera he visto este "Perros Callejeros 3", pero no me importaría, dado que pertenece a uno de mis subgéneros predilectos (justicieros, ¡polla!).
Los mismos golferas que lanzaron "Perros Callejeros 3" se atrevieron con un "El Pico 3" de mentirijillas. El cine quinqui "exploiteado" al completo, amigos. Se trata de otro "polizesco" parido en pleno boom del subgénero allí en italia (1974, ¡9 años antes que el primer "Pico"!) y que gasta tropecientos títulos. Según los créditos en la parte inferior de la caratula se titula "Un hombre, una ciudad" (traducción del original) y también "Vicio en la ciudad" (título español).
No la he visto, y tampoco me corre prisa hacerlo.
No la he visto, y tampoco me corre prisa hacerlo.
Este es un pseudo-clásico del todo inevitable. Y es que con Bruno Mattei/Vincent Dawn detrás, ¿¿qué podríamos esperar??. El título en realidad es cosa del distribuidor Español, que lanzó la peli justo cuando la auténtica del amigo Arnold estaba en los cines. Seguro que algún pringao picó, y eso que en aquella época estábamos ya todos bastante escarmentados.
En realidad el film nació como "Alien 3", pero una advertencia de la "major" con los derechos de la saga original hizo que los italianos se lo pensaran dos veces y lo cambiaron por "Shocking Dark", a pesar de que su trama seguía siendo un remedo chusquero del "Aliens" de James Cameron (en los USA fue lanzada como "Aliens 2" !!!) con unas muy discretas gotas de "Terminator" hacia el final. Verla es un auténtico tormento. "Century International Films" intentó repetir la jugada con un bastardo (e intragable) "Re-Animator 2" también italiano.
En realidad el film nació como "Alien 3", pero una advertencia de la "major" con los derechos de la saga original hizo que los italianos se lo pensaran dos veces y lo cambiaron por "Shocking Dark", a pesar de que su trama seguía siendo un remedo chusquero del "Aliens" de James Cameron (en los USA fue lanzada como "Aliens 2" !!!) con unas muy discretas gotas de "Terminator" hacia el final. Verla es un auténtico tormento. "Century International Films" intentó repetir la jugada con un bastardo (e intragable) "Re-Animator 2" también italiano.
Naxo Fiol
lunes, 28 de mayo de 2012
LOS PALOMOS
“Los Palomos”, vendría a ser en la cinematografía española, lo más parecido a las películas de crímenes al estilo “Un cadáver a los postres” o “Diez Negritos”, en las que todo se enreda mucho, el espectador se lía, pero forma parte activa de la trama haciendo de detective, por su cuenta y riesgo, durante el visionado.
Un matrimonio de alto copete, invita a cenar en su casa a uno de sus empleados, un zoquete, pelota y lameculos y a su santa esposa, con el fin de liar las cosas, y hacer cargar al matrimonio con un asesinato que ellos habían cometido. En clave de comedia, la madeja se liará, se liará y se liará.
Esta película existe por varios motivos; en primer lugar, la exitosísima obra de teatro en la que se basa, “Los Palomos” de Alfonso Paso. En segundo, el fulgurante éxito de la pareja protagonista que había dado vida a los papeles protagonistas en el teatro, que no son otros que José Luis López Vázquez y Gracita Morales, dando paso a lo que sería una triunfal etapa para ambos actores. Y en tercer lugar, la dirección de Fernando Fernán Gómez, que mientras solventaba los mil y un problemas que tuvo par estrenar “El extraño viaje”, esa obra maestra, y mientras esperaba a que se le diera luz verde al proyecto “Ninette y un señor de Murcia”, se aburría tanto que aceptó hacer esta película de encargo, pero sin que el tuviera mucho aprecio al material sobre el que se pondría a trabajar. Quizás se trataba de una película menor para un autor de tanta prepotencia, y quizás por eso le salió tan divertida.
“Los Palomos”, es una comedia, negra, negrísima, que pasa en un solo escenario, con muy poquitos actores y que se solventa, sobretodo, por la labor actoral de José Luis López Vázquez, que se enfrenta al texto con la eficacia y velocidad de una metralleta. Diálogos absolutamente tronchantes, tramas y subtramas brillantemente resueltas, todo ello concentrado en hora y veinte minutos de metraje, que pasan en un suspiro, gracias al arsenal de carcajadas que nos proporciona. Quizás demasiado teatral en algunos momentos, se le echan en falta algunos escenarios más. Por otro lado, y a pesar de ser una comedia muy española de los sesenta, destaca por encima de otras de mayor repercusión, por la mala leche que se gasta.
Geniales, también, el resto del reparto, Fernando Rey, Mabel Karr, Manuel Alexandre, Julia Caba Alba y Xan Das Bolas. Como detalle fricoso, decir que la banda sonora a base de ritmos jazzeros, la firma un tal Daniel J. White, seudónimo con el que firmaba sus partituras Jesús Franco. Cosa que no es de extrañar si tenemos en cuenta, que mientras que el tío Jess se hacía un huequecito en el mundo del cine y Fernán Gómez triunfaba por todo lo alto, ambos se corrían unas juergas muy gordas, cerraban bares y charlaban acerca de sus aficiones. Vamos, que eran mazo de colegas.
Muy divertida, malsana y recomendable.
Desde aquí quiero dar las gracias a mi amigo Wally Week, que me la descubrió, me la metió por los ojos, y finalmente, me la regaló en dvd para que la disfrute tantas veces como quiera.
Un matrimonio de alto copete, invita a cenar en su casa a uno de sus empleados, un zoquete, pelota y lameculos y a su santa esposa, con el fin de liar las cosas, y hacer cargar al matrimonio con un asesinato que ellos habían cometido. En clave de comedia, la madeja se liará, se liará y se liará.
Esta película existe por varios motivos; en primer lugar, la exitosísima obra de teatro en la que se basa, “Los Palomos” de Alfonso Paso. En segundo, el fulgurante éxito de la pareja protagonista que había dado vida a los papeles protagonistas en el teatro, que no son otros que José Luis López Vázquez y Gracita Morales, dando paso a lo que sería una triunfal etapa para ambos actores. Y en tercer lugar, la dirección de Fernando Fernán Gómez, que mientras solventaba los mil y un problemas que tuvo par estrenar “El extraño viaje”, esa obra maestra, y mientras esperaba a que se le diera luz verde al proyecto “Ninette y un señor de Murcia”, se aburría tanto que aceptó hacer esta película de encargo, pero sin que el tuviera mucho aprecio al material sobre el que se pondría a trabajar. Quizás se trataba de una película menor para un autor de tanta prepotencia, y quizás por eso le salió tan divertida.
“Los Palomos”, es una comedia, negra, negrísima, que pasa en un solo escenario, con muy poquitos actores y que se solventa, sobretodo, por la labor actoral de José Luis López Vázquez, que se enfrenta al texto con la eficacia y velocidad de una metralleta. Diálogos absolutamente tronchantes, tramas y subtramas brillantemente resueltas, todo ello concentrado en hora y veinte minutos de metraje, que pasan en un suspiro, gracias al arsenal de carcajadas que nos proporciona. Quizás demasiado teatral en algunos momentos, se le echan en falta algunos escenarios más. Por otro lado, y a pesar de ser una comedia muy española de los sesenta, destaca por encima de otras de mayor repercusión, por la mala leche que se gasta.
Geniales, también, el resto del reparto, Fernando Rey, Mabel Karr, Manuel Alexandre, Julia Caba Alba y Xan Das Bolas. Como detalle fricoso, decir que la banda sonora a base de ritmos jazzeros, la firma un tal Daniel J. White, seudónimo con el que firmaba sus partituras Jesús Franco. Cosa que no es de extrañar si tenemos en cuenta, que mientras que el tío Jess se hacía un huequecito en el mundo del cine y Fernán Gómez triunfaba por todo lo alto, ambos se corrían unas juergas muy gordas, cerraban bares y charlaban acerca de sus aficiones. Vamos, que eran mazo de colegas.
Muy divertida, malsana y recomendable.
Desde aquí quiero dar las gracias a mi amigo Wally Week, que me la descubrió, me la metió por los ojos, y finalmente, me la regaló en dvd para que la disfrute tantas veces como quiera.
Victor Olid
domingo, 27 de mayo de 2012
LECTORES E INDIOS SATISFECHOS
El amigo Johnny Be Good, coleccionista compulsivo (de VHSs, fanzines y bragas usadas), ex-fanzinero, ¿ex? blogero, Gallego y señor que se trajo "Fenómenos sangrientos" a la pasada Maratón de Cotxeres, nos manda este par de fotazas de él y sus amigos Indios gozando cual putacas con nuestro pequeño pest-seller...
Malas pero divertidas (Raima Ediciones)
Naxo Fiol
sábado, 26 de mayo de 2012
THE BUNNY GAME
Concebida para ser una peli-escándalo en la línea de "Irreversible", "A Serbian Film" o "The Human Centipede 2" (a la que le une cierta relación estético-formal), "The Bunny Game" podría lograr lo que más ansía con ayuda de algún festival mentecato: que alguien se ofenda, se monte un cirio y salga en los medios para que se inicie el inevitable y cansino debate sobre la libertad de expresión, la censura, y bla, bla. Pero va a necesitar que dios extienda su sagrada mano pajillera y la señale con el dedo, porque lo más que provoca son... ¡bostezos!.
Una prostituta drogadiza se sube a un camión en busca de otro cliente que llevarse al buche. Desafortunadamente, este resultará ser un psicópata que la secuestrará y humillará para su horror (y para nuestra castigada paciencia) el resto de la puta peli, que es bastante (pero sin gore, ni látex, de hecho a penas vemos sangre alguna, la cosa va más de mal trato físico y mental). Y sí, arranca muy bien, muy interesante... pero en cuanto entra en acción el camionero, la cosa cae rodando colina abajo, tornándose repetitiva y rutinaria a cada minuto que pasa. Y lo que al principio se prometía distinto, sumamente atractivo, se vuelve -como decía- agónicamente aburrido. Alguien lo justificaría alegando que esa repetición y esa "no narrativa" están pensadas para aumentar el desasosiego en el espectador... pero no cuela.
Adam Rehmeier, director, se esfuerza mucho en ponernos nerviosos, agobiarnos e impresionarnos a base de imágenes de sexo explícito y más bien violento (mamada al canto), música rayante o estridente, unas primeras tomas largas casi inmóviles que terminan dando pie a un montaje desquiciado y acelerado, berridos distorsionados o el frío blanco y negro. Sin embargo, amigos, de verdad que a mi ni me ha aturdido, ni me ha escandalizado... simplemente me ha creado la más notable somnolencia, lo que, para un producto como este, es mu grave. Tal vez el problema es que, ya de entrada, la chica prota me ha caído mal, lo que ha dificultado toda posible empatía con ella y su sufrimiento... o tal vez sea cosa de mi galopante misoginia, ¿¿quién sabe??.
Resulta curioso descubrir cómo hoy día los cineastas jóvenes que quieren epatar, sorprender, indignar y ganarse etiquetas de esas "cool" tan recurrentes entre modernos y gilipollas, acaban cayendo siempre en la misma trampa, el forzar tanto la nota "diferente", sin honestidad ni sinceridad (vamos, que lo hacen "porque mola", no porque les salga de los adentros), que sus pelis "raras y bizarras" terminan siendo excesivamente frías y artificiosas, apestando a "plan premeditado" y, en esencia, carentes de toda originalidad, lo que imposibilita el dejarse atrapar/fascinar por ellas. Es algo que ya vimos con "The Oregonian" y se repite ahora con "The Bunny Game".
¿Cual será la próxima?.
Una prostituta drogadiza se sube a un camión en busca de otro cliente que llevarse al buche. Desafortunadamente, este resultará ser un psicópata que la secuestrará y humillará para su horror (y para nuestra castigada paciencia) el resto de la puta peli, que es bastante (pero sin gore, ni látex, de hecho a penas vemos sangre alguna, la cosa va más de mal trato físico y mental). Y sí, arranca muy bien, muy interesante... pero en cuanto entra en acción el camionero, la cosa cae rodando colina abajo, tornándose repetitiva y rutinaria a cada minuto que pasa. Y lo que al principio se prometía distinto, sumamente atractivo, se vuelve -como decía- agónicamente aburrido. Alguien lo justificaría alegando que esa repetición y esa "no narrativa" están pensadas para aumentar el desasosiego en el espectador... pero no cuela.
Adam Rehmeier, director, se esfuerza mucho en ponernos nerviosos, agobiarnos e impresionarnos a base de imágenes de sexo explícito y más bien violento (mamada al canto), música rayante o estridente, unas primeras tomas largas casi inmóviles que terminan dando pie a un montaje desquiciado y acelerado, berridos distorsionados o el frío blanco y negro. Sin embargo, amigos, de verdad que a mi ni me ha aturdido, ni me ha escandalizado... simplemente me ha creado la más notable somnolencia, lo que, para un producto como este, es mu grave. Tal vez el problema es que, ya de entrada, la chica prota me ha caído mal, lo que ha dificultado toda posible empatía con ella y su sufrimiento... o tal vez sea cosa de mi galopante misoginia, ¿¿quién sabe??.
Resulta curioso descubrir cómo hoy día los cineastas jóvenes que quieren epatar, sorprender, indignar y ganarse etiquetas de esas "cool" tan recurrentes entre modernos y gilipollas, acaban cayendo siempre en la misma trampa, el forzar tanto la nota "diferente", sin honestidad ni sinceridad (vamos, que lo hacen "porque mola", no porque les salga de los adentros), que sus pelis "raras y bizarras" terminan siendo excesivamente frías y artificiosas, apestando a "plan premeditado" y, en esencia, carentes de toda originalidad, lo que imposibilita el dejarse atrapar/fascinar por ellas. Es algo que ya vimos con "The Oregonian" y se repite ahora con "The Bunny Game".
¿Cual será la próxima?.
Naxo Fiol
jueves, 24 de mayo de 2012
CEBO PARA UNA ADOLESCENTE
Francisco Lara Polop, en sus comienzos, antes de rendirse ante una industria que pedía tetas y cachondeo, no solamente hizo sus trabajos de mayor calidad, si no que ya arrastraba consigo un cierto gusto por el morbo y el amarillismo. Y eso es lo que nos ofrece “Cebo para una adolescente”, morbo y amarillismo, con el handicap de que estando vivo Franco, poco se podía mostrar en pantalla. Lara Polop, llegaba al limite, en cualquier caso.
Una adolescente, tras acabar sus estudios de Ingés, es contratada como secretaria por una empresa bilingue. El jefe, se encapricha de ella y la colma de regalos y atenciones, sacando a su familia del cuchitril donde viven y metiendoles en un piso confortable.
Durante un viaje a Londres, el jefe la enamora y se la beneficia, con falsas promesas de amor eterno. A la vuelta, todo cambia, sometiendo a esta a un ninguneo y un desprecio, teniéndola en cuenta tan solo, con el fin de satisfacer sus bajos instintos. Claro que ella está enamorada… hasta que conoce a un joven periodista del cual se enamora de verdad. El jefe, al descubrirlo, somete a la chica a un chantaje que le hará la vida imposible.
Mucho oficio es el que detecto tras ver esta película, ejecutada con una destreza y un dominio de las cámaras, del cual, unos años después, Lara Polop se olvidaría en pro de las películas “S” y demás morralla que por otro lado tanto dinero recaudaba. La película engancha desde el minuto uno, porque intuimos por donde van a ir los tiros, pero queremos ver como se va desarrollando el entuerto.
Con el guión escrito por el propio Lara Polop, junto con Manuel Summers – que hace las veces de compositor del soundtrack- la baza gorda de la película son una trama interesante, el dominio del tempo y sobretodo los actores, que están sobervios. Así tenemos a una jovencita y extremadamente bella Ornella Muti, que está para comersela en bikini, o con esos setenteros pantalones que llegan casi hasta los sobacos, al Francés Phillip Leroy, que entre peli gabacha y “Poliziesco” Italiano todavía tenía tiempo para hacerse alguna películilla en las españas, y sobretodo un Emilio Gutiérrez Caba con pelazo y patillas, que trata por todos los medios, parecerse al Al Pacino de la época, al de “Serpico” o “Tarde de perros”, y para ello, no escatimará en imitar look y gestos y miradas del actor. Algo delirante y curioso, y supongo que normal para la época. Desde luego, esto no ocurrió en muchas películas más de las que protagonizó Gutiérrez caba.
Por otro lado, los Madrileños disfrutamos el doble de esta película, al hacer un buen uso de exteriores reconocibles. Un gustazo el poder ver los cines de la Gran Vía Madrileña de aquella época y las pelis que proyectaban, así como el parque del retiro, el parque de atracciones e incluso el extrarradio. Mucho mejor que muchas vídeo-guías turisticas, oiga.
Con todo, una buena muestra de lo que podía haber sido el cine español, si hubiera seguido por estos derroteros. Pero…
Una adolescente, tras acabar sus estudios de Ingés, es contratada como secretaria por una empresa bilingue. El jefe, se encapricha de ella y la colma de regalos y atenciones, sacando a su familia del cuchitril donde viven y metiendoles en un piso confortable.
Durante un viaje a Londres, el jefe la enamora y se la beneficia, con falsas promesas de amor eterno. A la vuelta, todo cambia, sometiendo a esta a un ninguneo y un desprecio, teniéndola en cuenta tan solo, con el fin de satisfacer sus bajos instintos. Claro que ella está enamorada… hasta que conoce a un joven periodista del cual se enamora de verdad. El jefe, al descubrirlo, somete a la chica a un chantaje que le hará la vida imposible.
Mucho oficio es el que detecto tras ver esta película, ejecutada con una destreza y un dominio de las cámaras, del cual, unos años después, Lara Polop se olvidaría en pro de las películas “S” y demás morralla que por otro lado tanto dinero recaudaba. La película engancha desde el minuto uno, porque intuimos por donde van a ir los tiros, pero queremos ver como se va desarrollando el entuerto.
Con el guión escrito por el propio Lara Polop, junto con Manuel Summers – que hace las veces de compositor del soundtrack- la baza gorda de la película son una trama interesante, el dominio del tempo y sobretodo los actores, que están sobervios. Así tenemos a una jovencita y extremadamente bella Ornella Muti, que está para comersela en bikini, o con esos setenteros pantalones que llegan casi hasta los sobacos, al Francés Phillip Leroy, que entre peli gabacha y “Poliziesco” Italiano todavía tenía tiempo para hacerse alguna películilla en las españas, y sobretodo un Emilio Gutiérrez Caba con pelazo y patillas, que trata por todos los medios, parecerse al Al Pacino de la época, al de “Serpico” o “Tarde de perros”, y para ello, no escatimará en imitar look y gestos y miradas del actor. Algo delirante y curioso, y supongo que normal para la época. Desde luego, esto no ocurrió en muchas películas más de las que protagonizó Gutiérrez caba.
Por otro lado, los Madrileños disfrutamos el doble de esta película, al hacer un buen uso de exteriores reconocibles. Un gustazo el poder ver los cines de la Gran Vía Madrileña de aquella época y las pelis que proyectaban, así como el parque del retiro, el parque de atracciones e incluso el extrarradio. Mucho mejor que muchas vídeo-guías turisticas, oiga.
Con todo, una buena muestra de lo que podía haber sido el cine español, si hubiera seguido por estos derroteros. Pero…
Victor Olid
MISS ANNIE
Esta obra de los franceses Frank Le Gall y Flore Balhtazar
es muy muy similar a Chi’s Sweet Home, tanto que por momentos parece un plagio
descarado. La japonesa es de 2004 y el tomo de los gabachos del 2010 por lo que
cabria la posibilidad de plagio. Además Francia es uno de los países donde el
manga esta más arraigado así que…. Pero da
igual, nunca hay demasiadas historias de gatos (salvo Los Aristogatos que nunca
me acabo de gustar)
Miss Annie es una gatita de cuatro meses. Su familia está
formada por tres personas, el padre que es un escritor frustrado al que no
publican nada de nada y hace las labores del hogar, la madre que trabaja en una
revista y no vuelve a casa hasta la noche, y la hija, que acude al colegio y
habla con sus amigas por el móvil. De la familia lo único que vemos son sus
pies y sus manos, algo así como ocurría en Vaca y Pollo, pero que en este comic
más que por ser un absurdo, es por ponernos a la altura de Miss Annie (pero también
para así tener que dibujar menos, jejeje)
El comic nos cuenta el día a día de la vida de la gatita,
como juega, hace trastadas, o conoce nuevos amigos tanto dentro de casa, una
ratona a la que considera su mejor amiga aunque para ello tenga que reprimir su
instinto, y fuera de la casa, un par de gatos que le enseñaran las “normas”
para moverse en la calle. No hay nada más ni nada menos. Alguien podrá encontrar
intrincados paralelismos entre lo que se nos cuenta con ideas filosóficas (uno
de los gatos tiene como dueño a un filosofo y suelta una frasecilla profunda) o
situaciones reales como la defensa de territorio, nada más lejos de la realidad.
Esto es la historia de una gatita y punto. Ni más ni menos.
De dibujo simple y agradable, aunque con cierta dejadez para
los fondos, ya que estos son en su mayoría casi inexistentes, salvo en unas
pocas viñetas. Esto, junto con lo ligero del argumento, hace que se lea muy rápido
y que no desviemos nuestra atención en detalles que tampoco añadirían nada a la
historia. Buen dibujo, correcto guion.
Quien tenga gatos podrá disfrutar del comic mucho más que
aquel que no, simplemente por la cotidianidad de las situaciones. Aquel que
odie los gatos que no se acerque a este comic (ni a mi)
INOCENTADA SANGRIENTA
Si hay una característica tan habitual como molesta en todo slasher que se precie, es la inevitable "broma macabra". O "gamberrada mal intencionada". Suele ocurrir en el primer o segundo acto, y su función consiste en asustarnos con un aparente crimen que luego resulta ser de mentiras. A veces es de lo más sencillita (el gordo "Shelly" con una falsa hacha incrustada en la cabeza, "Viernes 13, 3ª parte") y en otras, se trata casi de puro "high-tech" (el ataque terrorista al campus de "Examen Final"). Es una jugarreta de lo más ruin a todos los niveles... así que imaginaos lo descabellado de facturar un largometraje ENTERO basado en semejante concepto. Bien, eso es "Inocentada sangrienta", producto del que siempre desconfié, incluso siendo chaval, tras leer en alguna revista francesa que no era ni sangrienta ni tan siquiera servía para hacerse pajas. Me daba igual que tras su confección estuviera el Sr.Fred Walton, director de la muy reivindicable "Llama un extraño" o de cosas más o menos majas como "Los crímenes del rosario". Me he negado a verla los últimos 26 años... hasta ayer por la tarde (gracias al fabuloso Paramount Channel). No porque sí, "Inocentada sangrienta" arrastra el estigma de marcar el principio del fin de la fiebre slasher de los 80, de ser una estafa, una tomadura de pelo. Incluso el propio Walton aparece en el documental "Going to pieces" casi disculpándose por sus pecados.
De entrada, todo se desarrolla con absoluta normalidad: Un grupo de chavales acuden a pasar el finde en el caserón de una amiga rica. Pronto se suceden las bromas pesadas de rigor, cuyo inevitable "crescendo" nos hace suponer que hay alguien con intenciones más serias. Paseos nocturnos, sustos cafres, conversaciones picantes, personajes cargantes y el habitual "¿Hay alguien ahí?". Sin muchas sorpresas (agradables).
En el reparto nos encontramos a Deborah Foreman, habitual del género que también puedes ver en "Waxwork", "El hombre langosta" o "Lunatics: A love story" (debería citar el cult-film "Valley Girl", pero lo poco que vi nunca me acabó de convencer), Amy Steel, prota de "Viernes 13, 2ª parte", Thomas F. Wilson, el entrañable "Biff" de la trilogía "Regreso al futuro" o Clayton Rohner, nombre no muy reconocible pero rostro secundario habitual, fue prota masculino de "Lecturas Diabólicas" (por cierto, que su personaje se pasa parte del metraje grabando con una cámara de vídeo de la época, dato este con el que "Inocentada sangrienta" se adelantó, sin saberlo, a un aspecto muy habitual del horror moderno, sea o no slasher). Produce Frank Mancuso Jr., que para entonces venía de hacer lo idem con todas las secuelas de "Viernes 13". La rutinaria música se la debemos a Charles Bernstein, culpable de un soundtrack tan notorio como es el de "Pesadilla en Elm Street".
"Inocentada sangrienta" está lo suficiente y medianamente bien parida como para poder verla de un tirón sin aburrirse más de lo habitual en un slasher. Además, la nostalgia presente en cada uno de sus grumos (estéticamente, narrativamente, visualmente, humanamente) contribuye a que nos deje un regusto positivo a pesar de no tener casi nada de sangre (o NADA, según se mire), cero sexo y un final tan estúpido, absurdo, surreal e innecesario como genialmente desconcertante. Vamos, solo para completistas.
En realidad podría haber sido muuucho peor, y quien no me crea que vea el horripilante remake del que fue objeto el año 2008.
De entrada, todo se desarrolla con absoluta normalidad: Un grupo de chavales acuden a pasar el finde en el caserón de una amiga rica. Pronto se suceden las bromas pesadas de rigor, cuyo inevitable "crescendo" nos hace suponer que hay alguien con intenciones más serias. Paseos nocturnos, sustos cafres, conversaciones picantes, personajes cargantes y el habitual "¿Hay alguien ahí?". Sin muchas sorpresas (agradables).
En el reparto nos encontramos a Deborah Foreman, habitual del género que también puedes ver en "Waxwork", "El hombre langosta" o "Lunatics: A love story" (debería citar el cult-film "Valley Girl", pero lo poco que vi nunca me acabó de convencer), Amy Steel, prota de "Viernes 13, 2ª parte", Thomas F. Wilson, el entrañable "Biff" de la trilogía "Regreso al futuro" o Clayton Rohner, nombre no muy reconocible pero rostro secundario habitual, fue prota masculino de "Lecturas Diabólicas" (por cierto, que su personaje se pasa parte del metraje grabando con una cámara de vídeo de la época, dato este con el que "Inocentada sangrienta" se adelantó, sin saberlo, a un aspecto muy habitual del horror moderno, sea o no slasher). Produce Frank Mancuso Jr., que para entonces venía de hacer lo idem con todas las secuelas de "Viernes 13". La rutinaria música se la debemos a Charles Bernstein, culpable de un soundtrack tan notorio como es el de "Pesadilla en Elm Street".
"Inocentada sangrienta" está lo suficiente y medianamente bien parida como para poder verla de un tirón sin aburrirse más de lo habitual en un slasher. Además, la nostalgia presente en cada uno de sus grumos (estéticamente, narrativamente, visualmente, humanamente) contribuye a que nos deje un regusto positivo a pesar de no tener casi nada de sangre (o NADA, según se mire), cero sexo y un final tan estúpido, absurdo, surreal e innecesario como genialmente desconcertante. Vamos, solo para completistas.
En realidad podría haber sido muuucho peor, y quien no me crea que vea el horripilante remake del que fue objeto el año 2008.
Naxo Fiol
miércoles, 23 de mayo de 2012
357 MAGNUM
México es, sin duda alguna, una cantera donde encotrar las más descerebradas Explotations, y “357 Magnum”, es un material absolutamente pornografico para los degustadores de Explotations y cine de justicieros: Van a caer pajillas con esto tan golosillo, por lo menos a lo que AVT respecta.
El título y look que se nos vende, está absolutamente plagiado de la saga de “Harry el sucio”. El aspecto del poster, la referencia al arma que Harry Calahan puso de moda en el título – de hecho, el título original de la segunda película de la saga de Harry es “Magnum Force”, bastante parecido a este- e incluso las intenciones fascistoides en frases y sentencias apestan a la saga que inició Don Siegel. Sin embargo, el argumento es más parecido al de cualquiera de las películas de nuestro “justi” favorito, Charles “Paul Kersey” Bronson, en la saga “Dead Wish”. Pero, y aquí viene lo grande ¿Para que queremos un Paul Kersey impartiendo justicia, pudiendo tener dos?, se riza el rizo cuando en un papel muy parecido al de Kersey, tenemos a los dos populares hermanos Mario y Fernando Almada, instituciones en el cine popular de México. Además, ambos dos, se parecen bastante a Charles Bronson.
Con lo que tenemos a dos policías (Como Harry Calahan) entrados en años y con bigotillo (Como Paul Kersey) que se ven obligados a repartir estopa.
Tras interceptar a un grupo de narcotraficantes, el agente Murillo es masacrado junto con toda su familia, en una carnicería a base de “balasera”. Los dos hermanos de este, antes pertenecientes al grupo de élite “357 Magnum” y ahora retirados, viven como detectives.
Pero tras ser conscientes del brutal asesitano de su hermano, son reclutados de nuevo para desmantelar de una vez por todas esa organización criminal. Aunque ellos, de camino, deciden ir interrogando, de modo muy poco ortodoxo, a todo aquél hijoputa que se encuentran en su periplo con el fin de ajusticiar a su hermano ( y demás familia)… Y dan con el tipo en cuestión, un malo megalómano, al que acorralarán con la siempre fuerte ayuda femenina (el poder del coño, ya saben).
Total, que tenemos un híbrido entre “Harry el sucio” y “Dead Wish” con toques de la saga de James Bond, que junto con su dúo protagonista , y narcotraficandtes de por medio (no olvidemos que los méxicanos consumen “Cine Narco” con la misma pasión con la que los españoles consumen futbol), dejó pingues beneficios en las taquillas méxicanas. La combinación perfecta.
Además dirigida por Rubén Galindo, otra institución del cine de género Méxicano. Esto, no obstante, no es una garantía de nada, porque si hasta aquí todo parece muy bonito y entrañable, la cruda realidad, los frios hechos, son que Rubén Galindo era un manazas que todo lo que tocaba lo conviertía en mierda, y “357 Magnum” está tan mal rodada y sobretodo, tan mal montada, que no te enteras de nada, de no ser por el manido argumento que tenemos ante las narices.
Ya desde el principio, vemos a un montón de gente disparandose sin saber por qué, en un montaje digno de la”Filmark” (solo que con material exclusivo), en un sobre exceso de acción, con disparos de petardo de a duro, que te dejan más frío que la leche.
Luego, en el epicentro de la película, cuando los dos hermanos interrogan a los maleantes, vemos una y otra vez la misma escena, casi con los mísmos diálogos, cambiando solamente el tipo de tortura, hasta que volvemos a la acción del final, menos espectacular que un episodio del “Chavo del ocho” y rodado todo, como con prisa.
Y aunque de ritmo va bien la cosa (es un festival de planos, al fin de al cabo), mientras la vemos, sentimos un sopor y una sensación de “que se acabe ya esto”, que contraresta las ganas con la que le damos al play nada más descubrir la película.
Sin embargo, el nivel de violencia que nos muestra la cinta, es incuestionable. No se escatima en sangre ni en crueldad, siendo el zenit de todo esto la escena inicial en que se masacra a la familia del policía, quedando en pie una niña de unos seis años. Uno de los asesinos se lo piensa dos veces y abre fuego contra ella, a base de metralleta, recreandose Galindo en el rodaje de esa muerte.
Y por otro lado, es el tipo de cine que nos gusta, por la cara dura, el exotísmo, la macarrada y maneras que se gastan este típo de Explotations.
The Show must go on, and this is entertainment, baby.
Para aburrirnos viéndola, y despues, guardarla y coleccionarla.
El título y look que se nos vende, está absolutamente plagiado de la saga de “Harry el sucio”. El aspecto del poster, la referencia al arma que Harry Calahan puso de moda en el título – de hecho, el título original de la segunda película de la saga de Harry es “Magnum Force”, bastante parecido a este- e incluso las intenciones fascistoides en frases y sentencias apestan a la saga que inició Don Siegel. Sin embargo, el argumento es más parecido al de cualquiera de las películas de nuestro “justi” favorito, Charles “Paul Kersey” Bronson, en la saga “Dead Wish”. Pero, y aquí viene lo grande ¿Para que queremos un Paul Kersey impartiendo justicia, pudiendo tener dos?, se riza el rizo cuando en un papel muy parecido al de Kersey, tenemos a los dos populares hermanos Mario y Fernando Almada, instituciones en el cine popular de México. Además, ambos dos, se parecen bastante a Charles Bronson.
Con lo que tenemos a dos policías (Como Harry Calahan) entrados en años y con bigotillo (Como Paul Kersey) que se ven obligados a repartir estopa.
Tras interceptar a un grupo de narcotraficantes, el agente Murillo es masacrado junto con toda su familia, en una carnicería a base de “balasera”. Los dos hermanos de este, antes pertenecientes al grupo de élite “357 Magnum” y ahora retirados, viven como detectives.
Pero tras ser conscientes del brutal asesitano de su hermano, son reclutados de nuevo para desmantelar de una vez por todas esa organización criminal. Aunque ellos, de camino, deciden ir interrogando, de modo muy poco ortodoxo, a todo aquél hijoputa que se encuentran en su periplo con el fin de ajusticiar a su hermano ( y demás familia)… Y dan con el tipo en cuestión, un malo megalómano, al que acorralarán con la siempre fuerte ayuda femenina (el poder del coño, ya saben).
Total, que tenemos un híbrido entre “Harry el sucio” y “Dead Wish” con toques de la saga de James Bond, que junto con su dúo protagonista , y narcotraficandtes de por medio (no olvidemos que los méxicanos consumen “Cine Narco” con la misma pasión con la que los españoles consumen futbol), dejó pingues beneficios en las taquillas méxicanas. La combinación perfecta.
Además dirigida por Rubén Galindo, otra institución del cine de género Méxicano. Esto, no obstante, no es una garantía de nada, porque si hasta aquí todo parece muy bonito y entrañable, la cruda realidad, los frios hechos, son que Rubén Galindo era un manazas que todo lo que tocaba lo conviertía en mierda, y “357 Magnum” está tan mal rodada y sobretodo, tan mal montada, que no te enteras de nada, de no ser por el manido argumento que tenemos ante las narices.
Ya desde el principio, vemos a un montón de gente disparandose sin saber por qué, en un montaje digno de la”Filmark” (solo que con material exclusivo), en un sobre exceso de acción, con disparos de petardo de a duro, que te dejan más frío que la leche.
Luego, en el epicentro de la película, cuando los dos hermanos interrogan a los maleantes, vemos una y otra vez la misma escena, casi con los mísmos diálogos, cambiando solamente el tipo de tortura, hasta que volvemos a la acción del final, menos espectacular que un episodio del “Chavo del ocho” y rodado todo, como con prisa.
Y aunque de ritmo va bien la cosa (es un festival de planos, al fin de al cabo), mientras la vemos, sentimos un sopor y una sensación de “que se acabe ya esto”, que contraresta las ganas con la que le damos al play nada más descubrir la película.
Sin embargo, el nivel de violencia que nos muestra la cinta, es incuestionable. No se escatima en sangre ni en crueldad, siendo el zenit de todo esto la escena inicial en que se masacra a la familia del policía, quedando en pie una niña de unos seis años. Uno de los asesinos se lo piensa dos veces y abre fuego contra ella, a base de metralleta, recreandose Galindo en el rodaje de esa muerte.
Y por otro lado, es el tipo de cine que nos gusta, por la cara dura, el exotísmo, la macarrada y maneras que se gastan este típo de Explotations.
The Show must go on, and this is entertainment, baby.
Para aburrirnos viéndola, y despues, guardarla y coleccionarla.
Victor Olid
martes, 22 de mayo de 2012
LAS ÚLTIMAS HORAS DE LA TIERRA
Hay varias maneras de descubrir una película. Antiguamente, solía darse el caso de la revista en la que se habla de ella o se anuncia su pronto estreno. Pero ahora, por aquello del TDT y los tropecientos canales de los que disponemos, hay un nuevo modo: Haciendo puto zapping. Vas pasando canales y, ¡¡zas!!, cuando menos te lo esperas, te meten una peli de esas que te dices: "Coño, igual hasta podría verla". Y a mi no hay peli que me tire más que una de catástrofes. Incluso si es un producto televisivo made in Syfy Channel como era el caso. Pero resulta que los films catastrofistas del dichoso canal suelen suplir siempre la carencia de medios con ideas descabelladas. Y a mi me flipan las ideas descabelladas, como la que presenta este "Las últimas horas de la tierra", pillen papel y boli y tomen nota:
Un agujero blanco expulsa una bola del tamaño de una pelota de tennis. Es pequeña, pero con la densidad de varios planetas juntos. Mola. Resulta que la bola llega a la tierra y la traspasa por completo (es decir, entra por USA y sale por Australia), afectando al núcleo y, por ende, a la rotación del planeta. Si este se para, desaparecen nuestros protectores campos magnéticos, por lo que una mitad de la tierra se achicharrará y la otra se congelará. Solo en medio habrá una franja habitable que unos mandamses corruptos de la CIA quieren para ellos y sus amigos poderosos. Resulta que, por otro lado, hay un científico que inventó unos satélites secretos capaces de regenerar los campos magnéticos. A la CIA no le molaba que se supiera, así que se le encerró en un manicomio.
Luego están los buenos de la epopeya, un agente de la CIA majo, su hijo, el típico adolescente con un dominio absoluto de la informática (¿¿que sería de estas pelis sin un adolescente hacker??... que, obvio, aquí es de lo más guapo, nada que ver con la realidad), una científica con grandes tetas y alguno más. Juntos liberarán al científico para que detenga la catástrofe, y tendrán que enfrentarse a los chicos malos de la CIA que querrán pararles los pies.
Vamos, apasionante ¿no?. Todo ello, lógicamente, hecho con el dinero que Roland Emmerich gasta en catering... pero resultón. A pesar de su estética plana y su dedicación más al "bla, bla" que a los efectos especiales, la peli no aburre demasiado, tiene sus momentos llamativos (cuando los rayos del sol se cuelan en nuestra atmósfera y convierten a malvados agentes de la CIA en carbonilla), un final emocionante y, en fin, que pa verla la tarde de un Domingo por la tele (y así fue), es bastante ideal.
Un agujero blanco expulsa una bola del tamaño de una pelota de tennis. Es pequeña, pero con la densidad de varios planetas juntos. Mola. Resulta que la bola llega a la tierra y la traspasa por completo (es decir, entra por USA y sale por Australia), afectando al núcleo y, por ende, a la rotación del planeta. Si este se para, desaparecen nuestros protectores campos magnéticos, por lo que una mitad de la tierra se achicharrará y la otra se congelará. Solo en medio habrá una franja habitable que unos mandamses corruptos de la CIA quieren para ellos y sus amigos poderosos. Resulta que, por otro lado, hay un científico que inventó unos satélites secretos capaces de regenerar los campos magnéticos. A la CIA no le molaba que se supiera, así que se le encerró en un manicomio.
Luego están los buenos de la epopeya, un agente de la CIA majo, su hijo, el típico adolescente con un dominio absoluto de la informática (¿¿que sería de estas pelis sin un adolescente hacker??... que, obvio, aquí es de lo más guapo, nada que ver con la realidad), una científica con grandes tetas y alguno más. Juntos liberarán al científico para que detenga la catástrofe, y tendrán que enfrentarse a los chicos malos de la CIA que querrán pararles los pies.
Vamos, apasionante ¿no?. Todo ello, lógicamente, hecho con el dinero que Roland Emmerich gasta en catering... pero resultón. A pesar de su estética plana y su dedicación más al "bla, bla" que a los efectos especiales, la peli no aburre demasiado, tiene sus momentos llamativos (cuando los rayos del sol se cuelan en nuestra atmósfera y convierten a malvados agentes de la CIA en carbonilla), un final emocionante y, en fin, que pa verla la tarde de un Domingo por la tele (y así fue), es bastante ideal.
Naxo Fiol
lunes, 21 de mayo de 2012
"MALAS PERO DIVERTIDAS" EN "LA COLINA 45"
Los encantadores muchachos responsables del programa radiofónico "La Colina 45" disfrutaron tanto leyendo "Malas pero divertidas" (Raima Ediciones), que decidieron dedicarnos una entrevista (a la que respondí yo en representación de la pandilla... aquí, a partir del minuto 24,40).
Fue la mar de divertido. Muchas gracias a ellos y a sus allegados.
Naxo Fiol
domingo, 20 de mayo de 2012
TRANS-GEN, LOS GENES DE LA MUERTE
La peculiaridad de esta peli la tenemos en el hecho de que, a pesar de ser un título muy característico del terror ochentero (tan en alza hoy día), nadie parece acordarse de su mera existencia (salvo cuando ven el cartel). La prensa especializada no le dedica artículos nostálgicos, los vividores de la cultura basura no la citan en sus rimbombantes escritos escaparate y ningún festival la incluye en su lista de retrospectivas u homenajes.
Los responsables, Jeffrey Obrow y Stephen Carpenter (con un apellido así, solo podía dedicarse al cine fantástico o a grabar discos de folk), venían de rodar "The dorm that dripped blood" / "La mansión ensangrentada", un... ¡¡SI!!, slasher originalmente concebido por un grupo de entusiastas estudiantes de cine recién salidos de la academia, que lograría ser estrenado a pesar de su condición ultra-indie (no lo olvidéis, estamos en los eighties!). Para su siguiente colaboración, esta "Trans-gen...", cambiaron asesinos por monstruos gelatinosos deudores de cierta iconografía lovecraftiana (o eso diría un crítico sesudo), pero en esencia la base es idéntica: Un grupo de chavales pasan el finde en casa de una anciana recientemente fenecida sin saber que el sótano está infestado de bichos babosos, siendo uno de ellos "hermano" del prota.
La peli fue proyectada en el Festival de Sitges de ese año llevándose críticas negativas que arremetían contra su supuesta dependencia de líquidos repulsivos, pus, látex y gore en general (imagino que esos mismos deben considerarla una maravilla a día de hoy), y editada en vídeo vía CBS FOX (lo que no es moco de pavo).
Estamos pues ante un divertimento de lo más sano que dejará muy satisfechos a aquellos que, como yo, prefieran una buena -o mala, ¿por qué no?- peli de mutantes mal carados a los dramas lacrimógenos sobre malos tratos o las soporíferas crónicas de obreros del metal con problemas a fin de mes.
Los responsables, Jeffrey Obrow y Stephen Carpenter (con un apellido así, solo podía dedicarse al cine fantástico o a grabar discos de folk), venían de rodar "The dorm that dripped blood" / "La mansión ensangrentada", un... ¡¡SI!!, slasher originalmente concebido por un grupo de entusiastas estudiantes de cine recién salidos de la academia, que lograría ser estrenado a pesar de su condición ultra-indie (no lo olvidéis, estamos en los eighties!). Para su siguiente colaboración, esta "Trans-gen...", cambiaron asesinos por monstruos gelatinosos deudores de cierta iconografía lovecraftiana (o eso diría un crítico sesudo), pero en esencia la base es idéntica: Un grupo de chavales pasan el finde en casa de una anciana recientemente fenecida sin saber que el sótano está infestado de bichos babosos, siendo uno de ellos "hermano" del prota.
La peli fue proyectada en el Festival de Sitges de ese año llevándose críticas negativas que arremetían contra su supuesta dependencia de líquidos repulsivos, pus, látex y gore en general (imagino que esos mismos deben considerarla una maravilla a día de hoy), y editada en vídeo vía CBS FOX (lo que no es moco de pavo).
Estamos pues ante un divertimento de lo más sano que dejará muy satisfechos a aquellos que, como yo, prefieran una buena -o mala, ¿por qué no?- peli de mutantes mal carados a los dramas lacrimógenos sobre malos tratos o las soporíferas crónicas de obreros del metal con problemas a fin de mes.
Naxo Fiol
jueves, 17 de mayo de 2012
"MALAS PERO DIVERTIDAS" EN "DIRIGIDO POR"
Estamos encantados con la reseña de "Malas pero divertidas" (Raima Ediciones) que se han sacado de la manga los chicos de la mítica revista "Dirigido por"... ¿¿o es "Dirigido" a secas??, todavía no lo tenemos claro.
El caso es que pensábamos que no nos iban a hacer ni puto caso, y que dado el tono jocoso y paleto del libro, nos cederían a su revista hermana, la más populachera "Imágenes" (¿o es "Imágenes de actualidad"?). Pero no, por marciano que suene, la revista de cine más profusssda e intelestuá de España ha querido hablar de nuestro libro con un comentario mitad positivo, mitad cachete. Naturalmente, y viniendo de ellos, que nos acusen de ser algo zarrapastrosos (cómo se nota que los que escriben han estudiado, ¡¡cuantas palabras raras para decir "vulgar" o "chabacano"!!) y que se quejen de nuestro nulo rigor anal-ítico, es todo un HALAGO... previsible, pero halago a fin de cuentas. Claro, caray, ¡si es que no somos críticos de cine!, solo unos paletos patilleros que les molan las pelis de mierda!.
"Dirigido loquizea" es la primera revista de cine impoLtante en nuestro país que ha osado reseñarnos (número 422, Mayo 2012), y por eso, a ellos y a Angelito Andrés Flores por pasarnos el escaneo, desde aquí les mandamos un sonoro: GRACIAS!.
Naxo Fiol
miércoles, 16 de mayo de 2012
CARA A CARA
Esta es la mejor película de John Woo en suelo americano
(aunque yo le guardo cierto respeto a Blanco Humano con Van Damme) La historia
es una fantasmada de cuidado, pero cuela, te crees que pueden hacer eso que
hacen con las caras. Woo consigue crear un ambiente realista donde nada de lo
que ocurre lo es. Y lo dicho, cuela. A ello contribuyen los que para mí son dos
grandes actores, aunque ahora anden en horas bajas, Nicolas Cage y John
Travolta. Nos metemos en harina en el siguiente párrafo.
Sean Archer (Travolta) es un agente en puestos muy altos del
FBI, que tiene una vendetta personal con el terrorista más buscado de los USA,
Castor Troy (Nicolas Cage). Unos años atrás, Troy atentó contra Archer, resultando este solo herido
y muerto su hijo. Es por ello que para Archer cazar a Troy es algo más que
trabajo y pasa por el ámbito puramente personal. En una gran operación para
atrapar a Troy y el hermano de este (un pequeño genio en ingeniería y bombas
pero infantil y con cierta dependencia hacia su hermano mayor) el terrorista
interpretado por Cage queda en coma. Todo estaría perfecto y por fin habría acabado
el sufrimiento de la familia Archer, sino fuera porque los hermanos Troy han
dejado colocada un bomba sucia en el centro de la ciudad, solo que el FBI no
saben dónde, solo que quedan x días hasta que esta reviente. La única manera de
hacer “cantar” al hermano de Castor Troy es que Archer se intercambie la cara
con el terrorista, entre a la cárcel y se lo sonsaque a “su hermano”. Todo se
tuerce cuando Troy despierta y hace que le coloquen la cara de Archer. Ahora
Archer es Troy y Troy es Archer, y para colmo de males, como la operación del
intercambio de caras era ultrasecreta, nadie (que quede vivo y sea de los “buenos”)
sabe la verdad.
Hay una escena que es magistral, donde vemos que los dos
actores pueden hacer más que poner caritas y de verdad actuar. Es cuando Troy
con la cara de Archer entra en la celda donde Archer con la cara de Troy, está
encerrado. La mirada de asombro de uno y la cara de satisfacción del otro lo
dice todo. A partir de ese momento presenciamos un tour de force, Archer, tiene
que escapar de prisión y llegar hasta su familia, desmontar toda la tapadera de
Troy y recuperar su cara e identidad, pero hay un problema. Ahora mismo el
lleva la cara del terrorista más buscado de los USA, así que tendrá que echar
mano de los compañeros de su enemigo para conseguir recuperar su vida.
La película es cojonuda, tiene acción made in Woo, sus
palomas, sus cámaras lentas, sus armas automáticas con cargadores ilimitados…
dos actores en la cúspide de sus carreras, escenas memorables como la del
asalto a una casa durante la que suena el Over the Rainbow, y sobre todo el ver
como los dos actores interpretan los dos papeles y como los dos lo bordan.
Sencillamente, una muy buena película de acción, y una de
mis preferidas.
EL ANTE-PRIMER VENGADOR
Hoy ha florecido el día con la simpática imagen que veis, y no he podido resistir la tentación de compartirla con todos vosotros.
Esta carátula, obvio es, no pertenece a la reciente y estupenda adaptación de "El Capitán América" por parte de Joe Johnston... sino a la que Albert Pyun hizo en los 90 con bastante menos dinero y, sí, menos gracia. Sin embargo, el look, la tipografía y esa frase promocional tan evidente (y, en cierto modo, real) delatan el intento por parte de los distribuidores de chupar del éxito de la producción de la Marvel sobre el personaje en cuestión y quien sabe si del mega-éxito de "Los Vengadores".
Ni que decir que la etiqueta del precio cubriendo la cara del actor, que no es Chris Evans sino Matt Salinger, ayuda lo suyo.
¿¿Las tácticas de "Asylum" van creando escuela??.
Naxo Fiol
lunes, 14 de mayo de 2012
GRAPAS
Mon Magán, fanzinero Malagueño, y coleccionista de fanzines, arrastra su pasión hasta tal punto, que emprende el rodaje, junto a Fran Camarena, de un documental, como no podía ser de otra manera (el “Pez”, fanzine que el propio Magán realiza, tiene más de un número cuya temática son los fanzines), sobre estas entrañables publicaciones auto-gestionadas.
A grandes rasgos, el tema es tan variado, complejo y extenso, que el documental se queda corto. Y no es culpa de sus artífices, no tiene nada que ver con la técnica o las maneras de hacer. Simplemente considero que es difícil hacer un documental completo sobre fanzines.
Imposible concentrar en una hora todo el material audiovisual del que disponían sin dejarse grandes cuestiones en el tintero.
Así, se pasa a entrevistar a cientos de fanzineros de todas partes, de todos los estilos y temáticas, ya sea rodando ellos mismos las entrevistas, como montando otras de otros fanzineros que se grabaron en casa con sus vídeo cámaras, sus teléfonos móviles, haciendo animaciones o limitándose al audio.
Con info y reflexiones de los artífices a modo de transiciones (y mucho clip que podían haber extirpado para dar más prioridad a los entrevistados), vemos declaraciones de fanzineros de la vieja guardia, así como de los de las ultimas hornadas y tendencias, quedándose todo en una colección de batallitas que, como ya he dicho antes, se nos quedan cortas.
Rodado todo de una manera limpia y muy visual (demasiado para mi gusto), pasamos una hora delante de la pantalla que en absoluto transcurre aburrida o tediosa, escuchando los inicios de mil y una historias, pero que ninguna llega a culminar. Máxime cuando, según el personaje, nos preguntamos aquello de “¿Qué cojones pinta este aquí?”.
No obstante, como (ex)fanzinero y lector de fanzines (e incluso como videoasta), esto no deja de ser una opinión quizás un tanto quisquillosa, prejuiciosa y subjetiva. Pero lo cierto es que se podía haber hecho un documental muy interesante, y tras verlo, insisto, sin aburrirme en ningún momento, me quedo igual. No, igual no; me quedo con una extraña sensación de desasosiego.
En definitiva, que no me ha gustado.
Por la parte que nos toca, se incluyen fragmentos de las entrevistas que auto-grabamos el señor Naxo Fiol y un servidor, y por ahí aparecemos, ni más ni menos que los demás. Una miagilla.
Para más info acerca del docu, e incluso para poder verlo y/o bajárselo, pincha aquí.
A grandes rasgos, el tema es tan variado, complejo y extenso, que el documental se queda corto. Y no es culpa de sus artífices, no tiene nada que ver con la técnica o las maneras de hacer. Simplemente considero que es difícil hacer un documental completo sobre fanzines.
Imposible concentrar en una hora todo el material audiovisual del que disponían sin dejarse grandes cuestiones en el tintero.
Así, se pasa a entrevistar a cientos de fanzineros de todas partes, de todos los estilos y temáticas, ya sea rodando ellos mismos las entrevistas, como montando otras de otros fanzineros que se grabaron en casa con sus vídeo cámaras, sus teléfonos móviles, haciendo animaciones o limitándose al audio.
Con info y reflexiones de los artífices a modo de transiciones (y mucho clip que podían haber extirpado para dar más prioridad a los entrevistados), vemos declaraciones de fanzineros de la vieja guardia, así como de los de las ultimas hornadas y tendencias, quedándose todo en una colección de batallitas que, como ya he dicho antes, se nos quedan cortas.
Rodado todo de una manera limpia y muy visual (demasiado para mi gusto), pasamos una hora delante de la pantalla que en absoluto transcurre aburrida o tediosa, escuchando los inicios de mil y una historias, pero que ninguna llega a culminar. Máxime cuando, según el personaje, nos preguntamos aquello de “¿Qué cojones pinta este aquí?”.
No obstante, como (ex)fanzinero y lector de fanzines (e incluso como videoasta), esto no deja de ser una opinión quizás un tanto quisquillosa, prejuiciosa y subjetiva. Pero lo cierto es que se podía haber hecho un documental muy interesante, y tras verlo, insisto, sin aburrirme en ningún momento, me quedo igual. No, igual no; me quedo con una extraña sensación de desasosiego.
En definitiva, que no me ha gustado.
Por la parte que nos toca, se incluyen fragmentos de las entrevistas que auto-grabamos el señor Naxo Fiol y un servidor, y por ahí aparecemos, ni más ni menos que los demás. Una miagilla.
Para más info acerca del docu, e incluso para poder verlo y/o bajárselo, pincha aquí.
Victor Olid
domingo, 13 de mayo de 2012
GENIO Y FIGURA
Pues hace ya un par de meses que “Ediciones de ponent” publicó a nuestro querido José Tomás este maravilloso libro, “Genio y figura”.
Nos cuenta la historia de Juanjo Pérez (personaje este, en el que probablemente, José Tomás se haya inspirado en un famoso dibujante del moderneo comiquero), un prospero dibujante de “novelas graficas” de gran éxito, que es secuestrado por otro autor de tebeos venido a menos. Este hecho, es in incentivo para la fama y las ventas de Juanjo Pérez, hasta que, tras un accidente, la carrera del dibujante cae en picado.
El libro, da gusto verlo. Una edición cuidadísima en lo que al ejemplar se refiere, para un José Tomás, que dibuja de bien como quiere, y siendo muy fiel a su actitud fanzinera, nos ofrece una serie de viñetas con personajes sin cara, dibujados deprisa y corriendo y sin cortarse un pelo a la hora de emborronar los equívocos de los textos de los bocadillos, os salirse a los márgenes, si le sale de los cojones. Eso es ya su estilo.
El libro, pues como no podía ser de otra manera, entra maravillosamente, grueso en páginas –y en diversión- se prodiga como un soplo de aire fresco dentro del cómic de humor español, al que le hace falta menos estetas y más Josés Tomases y sus chistes de pollas.
Ahora van la puyitas, que no todo va a ser chupapollismo; Creo que José Tomás funciona mucho mejor con historietas de una o dos páginas. Por otro lado, la historia de “Genio y figura” está muy edulcorada para lo que viene siendo el humor de José Tomás. Le faltan pollas, escatología y la mala leche de la que el autor habitualmente hace gala.
Pero por el resto… ya quisieran TODOS los demás.
Está en cualquier librería, en la sección de cómics, de este puñetero país ¡Bien!
¿A que esperan para ir a hacerse una copia?
Nos cuenta la historia de Juanjo Pérez (personaje este, en el que probablemente, José Tomás se haya inspirado en un famoso dibujante del moderneo comiquero), un prospero dibujante de “novelas graficas” de gran éxito, que es secuestrado por otro autor de tebeos venido a menos. Este hecho, es in incentivo para la fama y las ventas de Juanjo Pérez, hasta que, tras un accidente, la carrera del dibujante cae en picado.
El libro, da gusto verlo. Una edición cuidadísima en lo que al ejemplar se refiere, para un José Tomás, que dibuja de bien como quiere, y siendo muy fiel a su actitud fanzinera, nos ofrece una serie de viñetas con personajes sin cara, dibujados deprisa y corriendo y sin cortarse un pelo a la hora de emborronar los equívocos de los textos de los bocadillos, os salirse a los márgenes, si le sale de los cojones. Eso es ya su estilo.
El libro, pues como no podía ser de otra manera, entra maravillosamente, grueso en páginas –y en diversión- se prodiga como un soplo de aire fresco dentro del cómic de humor español, al que le hace falta menos estetas y más Josés Tomases y sus chistes de pollas.
Ahora van la puyitas, que no todo va a ser chupapollismo; Creo que José Tomás funciona mucho mejor con historietas de una o dos páginas. Por otro lado, la historia de “Genio y figura” está muy edulcorada para lo que viene siendo el humor de José Tomás. Le faltan pollas, escatología y la mala leche de la que el autor habitualmente hace gala.
Pero por el resto… ya quisieran TODOS los demás.
Está en cualquier librería, en la sección de cómics, de este puñetero país ¡Bien!
¿A que esperan para ir a hacerse una copia?
Victor Olid
sábado, 12 de mayo de 2012
EL MUTILADOR
¿Qué tiene "El Mutilador" para poseer incluso cierto culto?. De entrada nada hace sospechar que esta mierdecilla rematadamente aburrida surgida en pleno boom (o ya puestos, plena decadencia) del "cine de asesinos que machacan teenagers" de los ochenta pueda acarrear un curriculum hasta interesante. Pero a poco que escarbes en ella o, más fácil, te la zampes de un tirón, descubres que su mayor mérito reside en lo explícito de sus escenas de asesinato.
"El Mutilador" no engaña a nadie (¡¡prueba de ello es su gran título!!, sin menospreciar la estupenda y sugerente caratula del VHS), ofrece lo que los espectadores de la década del pelo crepado y el breakdance esperarían de un pseudo-"Viernes 13", mucha muchita sangre. Así que prepárense para un baño de hemoglobina considerable que incluye un garfio atravesando sin delicadeza que valga la barriguita de una adolescente, un machete clavado en pleno moflete o un tiparraco hecho trizas por efecto de la hélice de una lancha. Delicioso.
Los efectos especiales, crudos y bastante realistas para el tipo de producto que es, se los debemos a un chavalote que, unos pocos años después, se haría popular interviniendo en sagas tan dignas y apetecibles como las de "Evil Dead", "Phantasm" o "Pesadilla en Elm Street", Mark Shostrom. Del resto del equipo poco hay que decir (¿qué podemos esperar de un largometraje cuyo director responde al saleroso nombre de Buddy Cooper?), y de la peli, tampoco mucho: Un grupo de chavales deciden celebrar la famosa fiesta yankee del "Fall Break" (título alternativo del film) en una casita junto a la playa, con tan mala fortuna que el padre alcoholizado y tarumba de uno de ellos les espera para aguarles el cachondeo. Todo ello, como es de ley, a base de laaaargas escenas en las que nada ocurre, mucha oscuridad y una cancioncilla inicial tan hortera como pegadiza.
Destacar que en youtube rula un vídeo del amigo Buddy Cooper hablando sobre su obra de arte y la versión totalmente íntegra de esta, sin cortes ni censuras, que -al menos de momento- no existe en ningún otro formato.
Fans del horror salpicoso y fundamentalistas del "slasher" con notoria paciencia, no perdérsela.
"El Mutilador" no engaña a nadie (¡¡prueba de ello es su gran título!!, sin menospreciar la estupenda y sugerente caratula del VHS), ofrece lo que los espectadores de la década del pelo crepado y el breakdance esperarían de un pseudo-"Viernes 13", mucha muchita sangre. Así que prepárense para un baño de hemoglobina considerable que incluye un garfio atravesando sin delicadeza que valga la barriguita de una adolescente, un machete clavado en pleno moflete o un tiparraco hecho trizas por efecto de la hélice de una lancha. Delicioso.
Los efectos especiales, crudos y bastante realistas para el tipo de producto que es, se los debemos a un chavalote que, unos pocos años después, se haría popular interviniendo en sagas tan dignas y apetecibles como las de "Evil Dead", "Phantasm" o "Pesadilla en Elm Street", Mark Shostrom. Del resto del equipo poco hay que decir (¿qué podemos esperar de un largometraje cuyo director responde al saleroso nombre de Buddy Cooper?), y de la peli, tampoco mucho: Un grupo de chavales deciden celebrar la famosa fiesta yankee del "Fall Break" (título alternativo del film) en una casita junto a la playa, con tan mala fortuna que el padre alcoholizado y tarumba de uno de ellos les espera para aguarles el cachondeo. Todo ello, como es de ley, a base de laaaargas escenas en las que nada ocurre, mucha oscuridad y una cancioncilla inicial tan hortera como pegadiza.
Destacar que en youtube rula un vídeo del amigo Buddy Cooper hablando sobre su obra de arte y la versión totalmente íntegra de esta, sin cortes ni censuras, que -al menos de momento- no existe en ningún otro formato.
Fans del horror salpicoso y fundamentalistas del "slasher" con notoria paciencia, no perdérsela.
Naxo Fiol
viernes, 11 de mayo de 2012
MIS QUEJAS HACIA DIOS
Me fascinan las escenas cinematográficas marginales, aquellas que provienen de los más recónditos pueblos del Perú o el “Nollywood”. Películas realizadas en vídeo de la más baja estofa, montadas con los más baratos programas de edición para p.c.
Por otro lado, el llamado “Cine Cristiano” realizado en su mayoría por miembros de iglesias evangélicas, cuyo principal fin es ensalzar la figura de dios, quizás sea menos interesante para mí, pero tampoco le hago ascos. Y por supuesto, adoro la actitud y formas del cine amateur, incluso más allá de la parte que me /nos toca. Así que imagínense mi regocijo, al descubrir la existencia de esta película.
Y es que no hace falta irse a lejanos países para descubrir joyas con las características que acabo de nombrar. Podemos encontrar ese exotísmo en Logroño, sin ir más lejos, lugar de donde proviene la joya que paso a comentarles. “Mis quejas hacia dios”, es una película de bajísimo presupuesto –absolutamente amateur- rodada en vídeo, protagonizada, dirigida, montada e interpretada por gitanos evangélicos. Say no more.
Un gitano, se lamenta, porque por unos impagos el banco le va quitar el piso. Y sus lamentaciones se dejan notar en la iglesia, donde no acude al culto al señor como dios manda. Tras mucho pedir a dios, finalmente, lo inevitable ocurre, por lo que el gitano lanza un par de quejas al señor. Por un lado, lo harto que está de no prosperar, y por otro, incriminarle a Dios, que por ir predicando su evangelio, incluso han llegado a pegarle.
Con esta falta de fe, recoge a un autoestopista que resulta ser el diablo cuya intención es alejarle del lado del señor. Como no lo consigue, después recoge a un individuo que resultará ser un ángel, que le hará viajar en el tiempo hasta otra época, donde le muestra a unos hombres que con problemas más grandes que los suyos, jamás emitieron sus quejas hacia dios; apechugaron. Así pues, se nos muestran pasajes bíblicos explicándonos las vidas de Job, y de otros dos más.
Fascinante. Apenas puedo explicarlo, tienen ustedes que verla (busquen en YouTube, porque está en trozos). Bien, ni falta hace decir que la principal baza de esta película, es el inevitable humor involuntario del que hace gala. Da gusto ver a su protagonista (y por otro lado director) sobreactuar con los brazos extendidos mirando al cielo y emitiendo a grito pelado sus quejas hacia dios. Y no lo hace una vez, lo hace unas cuantas veces a lo largo del metraje.
Además, imagínense el percal; si acuden a la iglesia, las tomas de dicho evento son tomadas en una misa evangélica real. Para más inri, esta gente tiene los cojones de ataviarse con disfraces bíblicos, y montarse una película de época sin despeinarse, cumpliendo con su cometido y sin importar si al lado del castillo al que se han ido a grabar hay un banco para sentarse, o si en el campo, en el horizonte, deslumbramos edificios.
A nivel técnico, la cosa se limita a planos secuencia, muy comunes en el cine amateur, y a montar como buenamente pueden con un programa baratillo… pero usando los efectos con mucha imaginación de manera eficaz…. Un desastre mayúsculo, pero tremendamente divertido… pero lo mejor de todo, es que ante tanta carencia, falta de medios, inutilidad y pifostio ¡la película está entretenida de cojones! Nada de “Fast Fordward”, nada de ir pasándola poco a poco. La película no es que se aguante, es que pasa maravillosamente.
Además, ya quisieran la mayoría de profesionales, e incluso los amateur, echarle la mitad de ganas y entusiasmo a sus películas, que estos gitanos evangélicos. Una absoluta maravilla.
Por otro lado, además de que no se acredita ningún guionista en sus créditos, resulta curiosa la humildad de sus artífices: Actores, director, montador y demás miembros del equipo, carecen de apellido, es decir que solo acreditan sus nombres de pila. Así, el director de esta joya se llama Jesús, el actor Abraham, etc, etc…
Imprescindible. Maravillosa. Te hace recuperar la fe por el cine, por dios, y además le entran a uno unas ganas de ponerse a hacer una película de la hostia.
Por otro lado, el llamado “Cine Cristiano” realizado en su mayoría por miembros de iglesias evangélicas, cuyo principal fin es ensalzar la figura de dios, quizás sea menos interesante para mí, pero tampoco le hago ascos. Y por supuesto, adoro la actitud y formas del cine amateur, incluso más allá de la parte que me /nos toca. Así que imagínense mi regocijo, al descubrir la existencia de esta película.
Y es que no hace falta irse a lejanos países para descubrir joyas con las características que acabo de nombrar. Podemos encontrar ese exotísmo en Logroño, sin ir más lejos, lugar de donde proviene la joya que paso a comentarles. “Mis quejas hacia dios”, es una película de bajísimo presupuesto –absolutamente amateur- rodada en vídeo, protagonizada, dirigida, montada e interpretada por gitanos evangélicos. Say no more.
Un gitano, se lamenta, porque por unos impagos el banco le va quitar el piso. Y sus lamentaciones se dejan notar en la iglesia, donde no acude al culto al señor como dios manda. Tras mucho pedir a dios, finalmente, lo inevitable ocurre, por lo que el gitano lanza un par de quejas al señor. Por un lado, lo harto que está de no prosperar, y por otro, incriminarle a Dios, que por ir predicando su evangelio, incluso han llegado a pegarle.
Con esta falta de fe, recoge a un autoestopista que resulta ser el diablo cuya intención es alejarle del lado del señor. Como no lo consigue, después recoge a un individuo que resultará ser un ángel, que le hará viajar en el tiempo hasta otra época, donde le muestra a unos hombres que con problemas más grandes que los suyos, jamás emitieron sus quejas hacia dios; apechugaron. Así pues, se nos muestran pasajes bíblicos explicándonos las vidas de Job, y de otros dos más.
Fascinante. Apenas puedo explicarlo, tienen ustedes que verla (busquen en YouTube, porque está en trozos). Bien, ni falta hace decir que la principal baza de esta película, es el inevitable humor involuntario del que hace gala. Da gusto ver a su protagonista (y por otro lado director) sobreactuar con los brazos extendidos mirando al cielo y emitiendo a grito pelado sus quejas hacia dios. Y no lo hace una vez, lo hace unas cuantas veces a lo largo del metraje.
Además, imagínense el percal; si acuden a la iglesia, las tomas de dicho evento son tomadas en una misa evangélica real. Para más inri, esta gente tiene los cojones de ataviarse con disfraces bíblicos, y montarse una película de época sin despeinarse, cumpliendo con su cometido y sin importar si al lado del castillo al que se han ido a grabar hay un banco para sentarse, o si en el campo, en el horizonte, deslumbramos edificios.
A nivel técnico, la cosa se limita a planos secuencia, muy comunes en el cine amateur, y a montar como buenamente pueden con un programa baratillo… pero usando los efectos con mucha imaginación de manera eficaz…. Un desastre mayúsculo, pero tremendamente divertido… pero lo mejor de todo, es que ante tanta carencia, falta de medios, inutilidad y pifostio ¡la película está entretenida de cojones! Nada de “Fast Fordward”, nada de ir pasándola poco a poco. La película no es que se aguante, es que pasa maravillosamente.
Además, ya quisieran la mayoría de profesionales, e incluso los amateur, echarle la mitad de ganas y entusiasmo a sus películas, que estos gitanos evangélicos. Una absoluta maravilla.
Por otro lado, además de que no se acredita ningún guionista en sus créditos, resulta curiosa la humildad de sus artífices: Actores, director, montador y demás miembros del equipo, carecen de apellido, es decir que solo acreditan sus nombres de pila. Así, el director de esta joya se llama Jesús, el actor Abraham, etc, etc…
Imprescindible. Maravillosa. Te hace recuperar la fe por el cine, por dios, y además le entran a uno unas ganas de ponerse a hacer una película de la hostia.
Victor Olid
jueves, 10 de mayo de 2012
LOBEZNO VS UNIVERSO MARVEL
Este comic es una precuela del ya aquí reseñado Punisher Vs Universo Marvel. El guionista es de nuevo Mayberry, pero el dibujante pasa a
ser Laurence Campbell. No sé si será cosa de este último o del entintador, pero
el comic es oscuro, los personajes en la mayoría de las viñetas están entre
sombras. Esto no es un fallo ni mucho menos, lo veo más como una forma de
indicar que esta es una época oscura y terrible, o no, vete tú a saber.
En Punisher Vs Universo Marvel veíamos los sucesos después de
la epidemia y se nos explicaba el origen de la misma, esta historia va justo
entre el origen de la epidemia y las aventuras en solitario de Castle acabando
con todos los infectados que puede. Empieza sin complejos, con Lobezno
apuñalando a los pocos compañeros de la Patrulla X que siguen vivos pero
transformados en estas nuevas criaturas devoradoras de carne humana (zombies no,
que no están muertos) Su siguiente paso es encontrar respuestas, así que Logan
acude con sus dudas a ver a Reed Richards, quien mantiene encerrado al paciente
cero, Spiderman. Junto con otros héroes que no han desarrollado aun la
enfermedad como el Capitán América, Ojo de Halcón y Punisher, buscan el
desencadenante de la epidemia para intentar ponerle freno. Poco a poco Lobezno comprende
que la situación les supera. Cuando Spiderman escapa y empiezan a infectarse
los pocos héroes que quedan sanos, Logan se da cuenta de que ya no puede
salvarlos, pero al menos si puede matarlos. Mientras Richards busca una cura,
Logan, Castle y los pocos héroes que aun están con ellos, se enfrentaran a muerte
contra un ejército de superhumanos infectados, y allí recibe estopa hasta el
apuntador.
Al igual que Punisher Vs Universo Marvel no
cambiara la historia, pero amplia un poco mas este universo paralelo, que como
digo no es el de Marvel Zombies, sino uno nuevo donde Lobezno y Punisher son
los protagonistas indiscutibles. No sé si harán más Vs Universo Marvel, pero en
ese caso, yo me los compraré.
miércoles, 9 de mayo de 2012
ACCIÓN BOOMERANG
Decir “Filmark International” es decir “fabrica de carroña”. Lo que pasa es que por aquí, somos chacales, y nos gusta la sucia carroña. Olisqueamos por las trastiendas del cine, esperando encontrar entre esa carroña, trozos que todavía no estén del todo podridos con el fin de devorarlos y saciar nuestro apetito. El caso es que “Acción Boomerang” es carroña completamente podrida – Lo sabemos pues llevamos 10 minutos viendola- y aún así nos la comemos, aun a sabiendas de que nos va a indigestar. Y es que somos sucios chacales.
Dicho esto, el señorito Tomas Tang, para esta ocasión hizo lo que solía hacer normalmente; compró una mugrienta película thailandesa, eliminó su banda sonora, rodó un par de escenas nuevas contratando a un par de actores occidentales, alteró el montaje de las escenas, mezcló nuevas y viejas a modo de ensalada, dobló todo aquello, y ya tenemos una película que se venderá en todo el mundo como bolsas de rosquillas. Y el caso de “Acción Boomerang”, es que es de un resultado totalmente deleznable. No nos enteramos absolutamente de nada. Pero, una vez concienzados de esto, la vemos enterita, e incluso –debo ser un tío raro- la disfrutamos a tope, sabiéndole ver a la cinta el lado gracioso, que en este caso es mucho.
El argumento, te lo tienes que imaginar. Yo he imaginado este: Un especulador inmobiliario, pretende quedarse con unas tierras que son de origen público, para construir ahí. Unos Americanos y unos Europeos, pretenden hacer lo mismo arrebatando esas tierras al especulador. Los autoctonos que viven allí, dicen que por sus cojones se va a quedar con esas tierras, y se arma la de cristo entre unos y otros, en un pifostio en el que no sabes quien es malo, quien es bueno, ni de quien coño son esas tierras que quieren quedarse. Hay tantísimo personaje que te pierdes. Aunque ya no es que haya mucho personaje… es que a los 10 minutos de película ya andamos perdidísimos, porque esto en realidad es montar deprisa y mal, y sin importar una mierda, una colección de imágenes que dan lo mísmo, porque al final lo que va a vender es la carátula.
Pero amigos, cómo me lo pasé viéndola. Quedense con este diálogo por ejemplo: -¿Qué haces aquí durmiendo? – Estoy en la calle. – Estas tierras son de mi jefe. - ¿Ah, si?, dile a tu jefe que estas tierras son públicas. Por eso estaba durmiendo aquí. No son de el. Y como no son de el, pues ¡Son Públicas! Así que no me voy. – Deberías estar muerto. - ¿Y quien eres tú para decirme que debería estar muerto? – ¡Tu ejecutor¡. Si no se rien con este dialogo, es que ustedes no tienen sangre en las venas. Aún así, este sería uno de los diálogos más normalitos. La peli está repleta de ellos.
Por otro lado, el bueno de la función, el que parece el protaginsta de la película, y que va acompañado de un mono, de repente, desaparece de la acción dejando en pantalla a otros personajes, con lo que la película acaba con unos individuos que nada tienen que ver con los del principio, pegando tiros, marcando con un hierro candente a una señorita que tienen retenida, porque si, y descojonandose por sus maldades.
Por lo demás, tiros y más tiros, mortíferas granadas que son lanzadas con ira, pero son incapaces de explotar con más fuerza que un petardo de a duro, muchos chinos megalómanos, y en definitiva, si saben como hacerlo (ustedes), diversión a raudales.
Sin ir más lejos, la estúpida escenita de sexo que me meten a menos de diez minutos de terminar la película, con un par de personajes que solo aparecen al principio, o ese final cortante con el que termina la película y aparecen los títulos de crédito finales, son un aval de ello.
Por cierto, que el título internacional de la cinta (ahora no recuerdo) no es ni la mitad de chanante que el de la edición española, “Acción Boomerang”, que mola que te cagas.
Yo siempre disfruto con la “Filmark”.
Dicho esto, el señorito Tomas Tang, para esta ocasión hizo lo que solía hacer normalmente; compró una mugrienta película thailandesa, eliminó su banda sonora, rodó un par de escenas nuevas contratando a un par de actores occidentales, alteró el montaje de las escenas, mezcló nuevas y viejas a modo de ensalada, dobló todo aquello, y ya tenemos una película que se venderá en todo el mundo como bolsas de rosquillas. Y el caso de “Acción Boomerang”, es que es de un resultado totalmente deleznable. No nos enteramos absolutamente de nada. Pero, una vez concienzados de esto, la vemos enterita, e incluso –debo ser un tío raro- la disfrutamos a tope, sabiéndole ver a la cinta el lado gracioso, que en este caso es mucho.
El argumento, te lo tienes que imaginar. Yo he imaginado este: Un especulador inmobiliario, pretende quedarse con unas tierras que son de origen público, para construir ahí. Unos Americanos y unos Europeos, pretenden hacer lo mismo arrebatando esas tierras al especulador. Los autoctonos que viven allí, dicen que por sus cojones se va a quedar con esas tierras, y se arma la de cristo entre unos y otros, en un pifostio en el que no sabes quien es malo, quien es bueno, ni de quien coño son esas tierras que quieren quedarse. Hay tantísimo personaje que te pierdes. Aunque ya no es que haya mucho personaje… es que a los 10 minutos de película ya andamos perdidísimos, porque esto en realidad es montar deprisa y mal, y sin importar una mierda, una colección de imágenes que dan lo mísmo, porque al final lo que va a vender es la carátula.
Pero amigos, cómo me lo pasé viéndola. Quedense con este diálogo por ejemplo: -¿Qué haces aquí durmiendo? – Estoy en la calle. – Estas tierras son de mi jefe. - ¿Ah, si?, dile a tu jefe que estas tierras son públicas. Por eso estaba durmiendo aquí. No son de el. Y como no son de el, pues ¡Son Públicas! Así que no me voy. – Deberías estar muerto. - ¿Y quien eres tú para decirme que debería estar muerto? – ¡Tu ejecutor¡. Si no se rien con este dialogo, es que ustedes no tienen sangre en las venas. Aún así, este sería uno de los diálogos más normalitos. La peli está repleta de ellos.
Por otro lado, el bueno de la función, el que parece el protaginsta de la película, y que va acompañado de un mono, de repente, desaparece de la acción dejando en pantalla a otros personajes, con lo que la película acaba con unos individuos que nada tienen que ver con los del principio, pegando tiros, marcando con un hierro candente a una señorita que tienen retenida, porque si, y descojonandose por sus maldades.
Por lo demás, tiros y más tiros, mortíferas granadas que son lanzadas con ira, pero son incapaces de explotar con más fuerza que un petardo de a duro, muchos chinos megalómanos, y en definitiva, si saben como hacerlo (ustedes), diversión a raudales.
Sin ir más lejos, la estúpida escenita de sexo que me meten a menos de diez minutos de terminar la película, con un par de personajes que solo aparecen al principio, o ese final cortante con el que termina la película y aparecen los títulos de crédito finales, son un aval de ello.
Por cierto, que el título internacional de la cinta (ahora no recuerdo) no es ni la mitad de chanante que el de la edición española, “Acción Boomerang”, que mola que te cagas.
Yo siempre disfruto con la “Filmark”.
Victor Olid
lunes, 7 de mayo de 2012
WRESTLEMANIAC
Curiosísima película, que desmitifica al luchador mexicano como icono Pop, para convertirlo en un brutal asesino que desmiembra y despelleja a sus victimas de la forma mas violenta y sangunolienta.
En realidad, salvo por esto, la película no ofrece nada nuevo. O casi.
Un director de cine porno y su equipo de rodaje ( Un cámara, un hippie y tres actrices porno) se dirigen a México con el fin de encontrar localizaciones para filmar una peli porno. Una vez en México, llegan a un pueblo llamado “La sangre de Dios”, en el que una vieja leyenda habla de un luchador que asesinó a todo el pueblo. Obviamente, se topan con el.
La película se deja ver perfectamente, va ligera debido a su corta duración, 70 minutos, y si bien no deja de ser un refrito de LA MATANZA DE TEXAS, en esta se ha tenido la gran idea de que el asesino sea un luchador de Wrestling, interpretado precisamente por un luchador real, Rey Misterio, que tiene un aspecto salvaje. Si recordamos LOS OJOS DEL MAL, veremos que el asesino de esta es otro luchador, Kane, porque a mitad de la pasada década, se puso de moda el contratar a luchadores de Wrestling para hacer de asesinos. Según el físico de tal o cual luchador, estaba bien eso.
Lo gracioso es también el origen del luchador en la película. Por lo visto era demasiado agresivo en el cuadrilátero, desmembraba a sus oponentes, así que empezaron a lobotomizarle. Le lobotomizaron 50 veces y no sirvió de nada. Después, se cargó a todo el mundo, Eso si, respeta las reglas de la lucha libre ( que son pocas al fin de al cabo) y ahí los protagonistas tienen su baza. Pero (SPOILER) de nada sirve, porque al final, el mascarado, que es como se llama el luchador, los mata ¡¡¡A TODOS!!! ( FIN DEL SPOILER).
En definitiva, está simpatica esta película, abundante dosis de sangre y gore, y entretenimiento a raudales. Tiene un papelito Irwin Keyes, Gigantón muy parecido al "Tiburón" de las peliculas de James Bond, pero que ahora mismo no recuerdo en que otras sale.
Jesé Baget debuta como director, editor y guionista con esta película tambien conocida como EL MASCARADO MASSACRE.
En realidad, salvo por esto, la película no ofrece nada nuevo. O casi.
Un director de cine porno y su equipo de rodaje ( Un cámara, un hippie y tres actrices porno) se dirigen a México con el fin de encontrar localizaciones para filmar una peli porno. Una vez en México, llegan a un pueblo llamado “La sangre de Dios”, en el que una vieja leyenda habla de un luchador que asesinó a todo el pueblo. Obviamente, se topan con el.
La película se deja ver perfectamente, va ligera debido a su corta duración, 70 minutos, y si bien no deja de ser un refrito de LA MATANZA DE TEXAS, en esta se ha tenido la gran idea de que el asesino sea un luchador de Wrestling, interpretado precisamente por un luchador real, Rey Misterio, que tiene un aspecto salvaje. Si recordamos LOS OJOS DEL MAL, veremos que el asesino de esta es otro luchador, Kane, porque a mitad de la pasada década, se puso de moda el contratar a luchadores de Wrestling para hacer de asesinos. Según el físico de tal o cual luchador, estaba bien eso.
Lo gracioso es también el origen del luchador en la película. Por lo visto era demasiado agresivo en el cuadrilátero, desmembraba a sus oponentes, así que empezaron a lobotomizarle. Le lobotomizaron 50 veces y no sirvió de nada. Después, se cargó a todo el mundo, Eso si, respeta las reglas de la lucha libre ( que son pocas al fin de al cabo) y ahí los protagonistas tienen su baza. Pero (SPOILER) de nada sirve, porque al final, el mascarado, que es como se llama el luchador, los mata ¡¡¡A TODOS!!! ( FIN DEL SPOILER).
En definitiva, está simpatica esta película, abundante dosis de sangre y gore, y entretenimiento a raudales. Tiene un papelito Irwin Keyes, Gigantón muy parecido al "Tiburón" de las peliculas de James Bond, pero que ahora mismo no recuerdo en que otras sale.
Jesé Baget debuta como director, editor y guionista con esta película tambien conocida como EL MASCARADO MASSACRE.
Victor Olid
sábado, 5 de mayo de 2012
THE OREGONIAN
Supe de "The Oregonian" gracias al estupendo dibujante americano Johnny
Ryan. Decía que se trataba de la mejor
película "de terror" que había visto en años y, tanto le molaba, que incluso se
curró un cartel por puro placer. Busqué información al respecto y en seguida me
vi atrapado por todo lo que rodeaba a aquella misteriosa peliculilla casi
amateur, rodada en 16mm, y que en su periplo festivalero lograba vaciar salas
enteras de las que parte del respetable huía ofendido. No es que “The
Oregonian” luciera imágenes extremas y desagradables, tipo “A Serbian Film”,
para nada... de hecho no hay ni una sola teta, era más una cuestión de estilo
narrativo y estética.
Su responsable respondía al nombre de Calvin Lee Reeder, quien se había formado tocando en bandas absurdamente llamadas art-punk, citaba el aburrido “slasher” “Sleepaway Camp” como película favorita y llevaba años currándose cortometrajes que, a pesar del éxito a un nivel “cult”, no terminaban de dejarle satisfecho. Así que, el día que se lanzó con su primer largometraje, decidió tirar la casa por la ventana y hacer literalmente aquello que le diera la puta gana... sin importarle un güevo lo que dijeran público, crítica o la misma protagonista del film, su pareja en la vida real, Lindsay Pulsipher, medianamente conocida por intervenir en la serie “True Blood”, entre otras.
Anduve como un loco buscándola, obsesionado por ella, convencido de que era mi tipo de peli rara, como “Crespià” o “Felony Flats”, pero no había sido editada en dvd. Luego se puso a la venta en itunes, e intenté cazarla por ahí, pero al vivir en este lado del planeta, fue en balde. Mucha desesperación. Finalmente, y tras un tiempo, le pregunté a mi querido bro Luis si sería capaz de localizarla y... pues na, que sí... ayer noche, por fin, y tras pasar una tarde de lo más agradable en el Salón del Comic de Barcelona, pude ver la puñetera “The Oregonian”.
¿Y bien?... joder, pues no lo sé. Seguramente debería volver a verla otra vez para sacar conclusiones más claras y saber realmente qué opino de ella, pero la impaciencia me puede. Digamos que tiene cosas buenas y cosas malas. Entiendo que haya tanta gente que la detesta. No se trata únicamente de que sea –relativamente- difícil de ver entera, es más por el tufo que hace a modernez. El Calvin Lee Reeder este apesta a hipster, un guapito de cara liado con una guapita de cara que tocaba en grupos ruidosos-pero-artys, que como peli favorita cita un clásico del "trash" (no una peli respetable) y que un día decidió hacer cine... ¡y en 16mm, per dieux, no vídeo!, que eso es pa los pobres.
¿Y qué rodar?, pues una inmensa y sudorosa paja... mental por un lado y genuinamente onanística por otro, a la espera de epatar y que todo dios hablara de su peli por ser tan rari-chungui. “The Oregonian” es la mirada al ombligo de un moderno que quiere no serlo. De un pseudo-artistilla convencido de que su mierda rara mola porque es rara. Rara porque sí. Sin más. Sin embargo, mola bastante. Mola estéticamente, por sus 16mm, su cámara tambaleante, su grano, el montaje desquiciado, la música (se nota que Reeder viene de ese campo), etc, etc... también mola por lo rara que es... por su narrativa no lineal y, por ende, totalmente imprevisible... por algunas imágenes bien reposadas y bonitas (la prota andando por los preciosos montes de Oregón) y otras rayantes, pesadillescas y demenciales (mujeres vomitando bilis negra, camioneros que hacen pipí-sangre, el alucinado personaje del tio disfrazado de rana....)... en fin, mola porque es una puta locura. No es arte, no es cine de vanguardia, no es cine experimental, es cine raro porque me sale de los cojones (¡mi tipo!).
Lo fácil sería emparentarla con David Lynch, cosa que han hecho muchos críticos, pero os diré algo, no creo que Lynch sea la influencia, el surrealismo de “The Oregonian” es bastante mayor que el del papá de “Cabeza Borradora”, de hecho, recuerda mucho más a Alejandro Jodorowsky en su etapa más hippie (“Fando y Lis”, “El Topo”, “La montaña sagrada”) pero sin toda la basura mística... y no es que yo sea un erudito, es que Calvin Lee Reeder lo cita como uno de los directores que le abrieron los ojos. Descarao.
Otra etiqueta fácil sería decir “es una pesadilla filmada”. Pos también... pero, curiosamente, uno de los mayores defectos que le veo a “The Oregonian” es que sus secuencias inquietantes y malrolleras no me produjeron ninguna sensación de incomodidad.... las consumí como cualquier otra parte de la peli. Eso es malo. Pero también es cierto que, a pesar de todo, no me aburrí... y eso es bueno. En fin. Básicamente la mini-historia, o la excusa, gira en torno a una tia que tiene un accidente de coche y sale a pedir ayuda cruzándose con los más extraños personajes y las más absurdas situaciones.
“The Oregonian” pretende ser muchas cosas que no consigue ser. Es más vacía de lo que le gustaría a su director, un capricho tonto, una parodia ¿involuntaria? de lo que es el “cine raro”, pero al mismo tiempo mola... mola porque desconcierta... mola por cómo está parida... mola porque es una chorrada... mola porque es más cobarde que valiente... mola porque, al menos, y con todo lo bueno y malo que conlleva, no es una mediocridad que te deja indiferente, y eso yo lo agradezco.
Su responsable respondía al nombre de Calvin Lee Reeder, quien se había formado tocando en bandas absurdamente llamadas art-punk, citaba el aburrido “slasher” “Sleepaway Camp” como película favorita y llevaba años currándose cortometrajes que, a pesar del éxito a un nivel “cult”, no terminaban de dejarle satisfecho. Así que, el día que se lanzó con su primer largometraje, decidió tirar la casa por la ventana y hacer literalmente aquello que le diera la puta gana... sin importarle un güevo lo que dijeran público, crítica o la misma protagonista del film, su pareja en la vida real, Lindsay Pulsipher, medianamente conocida por intervenir en la serie “True Blood”, entre otras.
Anduve como un loco buscándola, obsesionado por ella, convencido de que era mi tipo de peli rara, como “Crespià” o “Felony Flats”, pero no había sido editada en dvd. Luego se puso a la venta en itunes, e intenté cazarla por ahí, pero al vivir en este lado del planeta, fue en balde. Mucha desesperación. Finalmente, y tras un tiempo, le pregunté a mi querido bro Luis si sería capaz de localizarla y... pues na, que sí... ayer noche, por fin, y tras pasar una tarde de lo más agradable en el Salón del Comic de Barcelona, pude ver la puñetera “The Oregonian”.
¿Y bien?... joder, pues no lo sé. Seguramente debería volver a verla otra vez para sacar conclusiones más claras y saber realmente qué opino de ella, pero la impaciencia me puede. Digamos que tiene cosas buenas y cosas malas. Entiendo que haya tanta gente que la detesta. No se trata únicamente de que sea –relativamente- difícil de ver entera, es más por el tufo que hace a modernez. El Calvin Lee Reeder este apesta a hipster, un guapito de cara liado con una guapita de cara que tocaba en grupos ruidosos-pero-artys, que como peli favorita cita un clásico del "trash" (no una peli respetable) y que un día decidió hacer cine... ¡y en 16mm, per dieux, no vídeo!, que eso es pa los pobres.
¿Y qué rodar?, pues una inmensa y sudorosa paja... mental por un lado y genuinamente onanística por otro, a la espera de epatar y que todo dios hablara de su peli por ser tan rari-chungui. “The Oregonian” es la mirada al ombligo de un moderno que quiere no serlo. De un pseudo-artistilla convencido de que su mierda rara mola porque es rara. Rara porque sí. Sin más. Sin embargo, mola bastante. Mola estéticamente, por sus 16mm, su cámara tambaleante, su grano, el montaje desquiciado, la música (se nota que Reeder viene de ese campo), etc, etc... también mola por lo rara que es... por su narrativa no lineal y, por ende, totalmente imprevisible... por algunas imágenes bien reposadas y bonitas (la prota andando por los preciosos montes de Oregón) y otras rayantes, pesadillescas y demenciales (mujeres vomitando bilis negra, camioneros que hacen pipí-sangre, el alucinado personaje del tio disfrazado de rana....)... en fin, mola porque es una puta locura. No es arte, no es cine de vanguardia, no es cine experimental, es cine raro porque me sale de los cojones (¡mi tipo!).
Lo fácil sería emparentarla con David Lynch, cosa que han hecho muchos críticos, pero os diré algo, no creo que Lynch sea la influencia, el surrealismo de “The Oregonian” es bastante mayor que el del papá de “Cabeza Borradora”, de hecho, recuerda mucho más a Alejandro Jodorowsky en su etapa más hippie (“Fando y Lis”, “El Topo”, “La montaña sagrada”) pero sin toda la basura mística... y no es que yo sea un erudito, es que Calvin Lee Reeder lo cita como uno de los directores que le abrieron los ojos. Descarao.
Otra etiqueta fácil sería decir “es una pesadilla filmada”. Pos también... pero, curiosamente, uno de los mayores defectos que le veo a “The Oregonian” es que sus secuencias inquietantes y malrolleras no me produjeron ninguna sensación de incomodidad.... las consumí como cualquier otra parte de la peli. Eso es malo. Pero también es cierto que, a pesar de todo, no me aburrí... y eso es bueno. En fin. Básicamente la mini-historia, o la excusa, gira en torno a una tia que tiene un accidente de coche y sale a pedir ayuda cruzándose con los más extraños personajes y las más absurdas situaciones.
“The Oregonian” pretende ser muchas cosas que no consigue ser. Es más vacía de lo que le gustaría a su director, un capricho tonto, una parodia ¿involuntaria? de lo que es el “cine raro”, pero al mismo tiempo mola... mola porque desconcierta... mola por cómo está parida... mola porque es una chorrada... mola porque es más cobarde que valiente... mola porque, al menos, y con todo lo bueno y malo que conlleva, no es una mediocridad que te deja indiferente, y eso yo lo agradezco.
Naxo Fiol