domingo, 30 de junio de 2013

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (34): LO QUE HAY "OCULTO" TRAS LAS "CORTINAS"

Ayer noche quería ver una película, pero no sabía cual. No me apetecía nada específico, así que me dije "Que lo decida el mando a distancia". Puse la tele y comencé a saltar de canal en canal. Nada. Miré la "Guía" y, tras mucho rebuscar, lo localicé: "Sí!, dentro de una hora dan "Hidden", u "Oculto", la peli de Jack Sholder". Apetecía. Una de esas que nunca fallan y siempre entran bien. 
Y acerté. Lo pasé bomba revisando "Hidden", uno de los clásicos menores del "fantastique" ochentero y que en su época pegó con bastante fuerza. Imagino que muchos de ustedes ya la habrán visto, y si no, yo les cuento. Se trata de un especie de cruce entre "buddy movie", con dos polis aparentemente distintos que han de currar juntos y, a pesar de las diferencias, terminan llevándose muy bien, funcionando a la perfección como equipo, dando pié a algunas escenas medianamente cómicas y, si se presta, finalmente sacrificándose uno de los dos para salvar la vida del otro (o algo así), y elementos de ciencia ficción. En este caso, invasores del espacio. Resulta que un marciano feísimo, que es como un cruce de sepia con caracol, todo negro, llega a la tierra, se mete en el cuerpo de las personas y las convierte en criminales, adictos al rock duro y los Ferraris. Matan sin pestañear y, cuando quieren algo, lo pillan. Asaco. Justo en el mejor momento, aparece un misterioso agente del FBI que se comporta raro y dice buscar al infectado que la está liando parda. Sí, se trata del extraterrestre bueno de la historia, oculto también dentro de un cuerpo humano. El poli terrestre le ayudará a pesar de no entender nada de buenas a primeras. Y han de darse prisa, porque el marciano malo quiere meterse en el cuerpo del futuro presidente de los lluesei.
Notablemente influenciada por "Terminator" (incluso hay un guiño a esta, echad un ojo al "trivia" de IMDB para saber más), "Hidden" goza de un ritmo envidiable, toda ella, incrementado por secuencias de acción bastante espectaculares (tiros a tutiplen y persecuciones automovilísticas) y notables efectos especiales, como cuando el extraterrestre malo sale a la luz. Es indecentemente entretenida y divertida. Merece el estatus que tiene. Altamente recomendable.
Lo sorprendente del caso es que, tras ser el montador de "La quema" y debutar con la aburridísima e incomprensiblemente reputada "Solos en la oscuridad" a la que siguió "Pesadilla en Elm Street 2" (una de las más flojas de la saga), el director Jack Sholder se ganaba la etiqueta de "nueva revelación" con "Hidden". Sin embargo, nunca pudo gozar de ello. Después rodó la peli de acción "Renegados" para mayor lucimiento de Kiefer Shuterland y Lou Diamond Phillips, pero algo debió ir mal porque a partir de ahí limitó sus quehaceres a la televisión. No salió de ella hasta 1999 con la terrible y super-zetosa segunda parte de la estimable "Wishmaster" y se metió luego de cabeza en la problemática "Supernova", finalmente firmada de Walter Hill. Con tanta mala pata, lo último que le faltaba a Sholder era aceptar la dirección del bastante patético "Arachnid" de la "Fantastic Factory". Toma remate!. Lo intentó con un "thriller" protagonizado por Harvey Keitel del que nadie sabe nada, "Beeper", y regresó a su querida televisión dirigiendo en 2005 la simpática "La playa del terror" (también conocida como "12 días de terror"). Desde entonces no se sabe más de él. Que final más extraño y trágico para un, otrora, prometedor cineasta.
No mucha más suerte corrieron los demás rostros y nombres reconocibles de "Hidden", comenzando por el majete Kyle MacLachlan (el marciano bueno), que tras triunfar a lo grande en "Twin Peaks", vio como su estrella se iba apagando lentamente. Del resto del reparto el caso más curioso es el de Claudia Christian, que encarna a una sexy stripper y acabó casi especializada en trabajos televisivos, siendo su intervención en la serie "Babylon 5" lo más llamativo (lo que la convirtió en objeto de deseo de mucho fricazo). El guionista, Jim Kouf, luce un curriculum notable, siendo "Los albóndigas en remojo" el título que más destaca (por los motivos que sean).
Gracias al éxito de "Hidden", en 1993 se produjo una secuela ("Hidden 2: el regreso"... titulazo!!) que, aunque seguía la historia donde la habían dejado Jack Sholder y su equipo, no contaba con ninguno de estos, ni en el reparto principal, ni en el equipo técnico. Nunca llegué a verla y tampoco creo que nadie más lo hiciese, porque no hubo tercera.
Total, que al acabar "Hidden", recordé que en su momento fue blanco de un caso de "jetismo caratulil" de esos que tanto nos gusta analizar y estudiar en este blog, así que investigué y con la ayuda de "Google" y un "Mad Movies" de mi biblioteca privada, pude atar cabos y ponerme con ello. El resultado, a continuación...

Pero antes hablemos de "Cortinas", nacida como "Curtains" a finales de los 70 (aunque por problemas varios su estreno se atrasó hasta 1983). Se trataba de un intento por parte del productor de "Prom Night", Peter R. Simpson, de seguir sacándole jugo a la moda "slasher" imperante en la época, y que tantos beneficios le había reportado. La diferencia es que esta vez quería enfocar la cosa un poco más hacia el público adulto y apartarse algo del adolescente, así pues la peli cuenta con dos veteranos del calibre de John Vernon y Samantha Eggar en funciones protagoniles.
Un productor de teatro proyecta hacer una obra sobre la locura con su esposa, la Eggar, en plan estrella principal. Esta decide meterse en un sanatorio para conocer de primera mano el tema. De mientras, el marido cambia de opinión y organiza un casting para buscar a una sustituta joven y de buen ver, cosa de la que su mujer se entera y, vamos, no le sienta nada bien. Inevitablemente  las aspirantes irán siendo asesinadas por una misteriosa presencia oculta tras la máscara de una tétrica anciana.
"Cortinas" bebía más del "giallo" que del "slasher" y se tomaba la molestia de currarse una atmósfera y aportar ciertos toques artys. Bien, fue un batacazo en taquilla, aunque a día de hoy arrastra bastante buena prensa. Confieso que yo llegué a verla y me aburrí tanto que la quité... pero no me hagan caso, en la época era un mastuerzo sin gusto ni raciocinio. No es que ahora haya mejorado mucho, pero algo sí. De hecho, me gustaría volver a verla, tengo la sensación de que esta vez mis impresiones serían más positivas.
En fin, el caso es que una de las ediciones VHS con las que "Cortinas" llegó a España fue esta que ven a continuación, cortesía de "General Video".


Sí, las fotos de la parte de atrás son de "Curtains". Vamos, es que tienen toda la pinta de haber sido tomadas de la pantalla del televisor. Pero, una vez más, cuando nos fijamos en la parte frontal, la cosa cambia. 
Ustedes se estarán preguntando: "Muy bien, ¿pero qué pinta "Cortinas" y el "jetismo caratulil" en una reseña de "Hidden"?". Pues pinta, y mucho, porque la imagen de la cubierta, la del tio en llamas con la pistola no pertenece a "Cortinas", sino a "Hidden". ¿Que por qué la peli de Sholder y por qué esa imagen?, bien, ¿no está claro?, en el fondo luce unas enormes, rojas y bien llamativas cortinas... así que, ¿por qué no?. Y para que vean que no me flipo, aquí tienen escaneada una página completa de la revista "Mad Movies", con un reportaje dedicado a "Hidden" en el que destaca la versión original de tan misteriosa imagen....



Naturalmente a los chicos de "General Video" no les valía con limitarse a recortar y pegar, tenían que incluir extraños retoques pincel mediante como los que siguen...



en ambos casos, a la izquierda tienen la original, y a la derecha la retocada.

Dejaremos de lado el absurdo slogan, "Un extraño ser inanimado o real se esconde tras las cortinas..." (¿¿extraño ser inanimado??, ¡pero si aquí no hay marcianos, solo alguien oculto tras una máscara!), y nos fijaremos en el muñecajo que asoma abajo de la caratula,a su derecha. Se ve que en "Cortinas" el asesino deja un muñeco junto al cadáver cada vez que actúa (o eso creo haber entendido), de ahí la referencia. Lo coñero del asunto es que si nos acercamos gracias a la magia de "Photoshop" y miramos bien, veremos que, por muchos retoques que tenga la imagen, sigue siendo reconocible....



Sí, joder, es el puto "Chucky"!!!, el "Muñeco Diabólico" al que, a base de repintar, han deformado notablemente.
En fin, otro caso más para el invencible "Ace Ventura", detective de carátulas chungas. Y no lo olviden, después de tanto rollo la moraleja inicial sigue bien vigente: Vean o repasen su copia de "Hidden", lo agradecerán.
(Y si tienen "Cortinas" -y no me refiero a la decoración de su pocilga-, véanla también. A lo mejor, después de todo, no está ni tan mal).

sábado, 29 de junio de 2013

LA MÁSCARA QUE USABA KANE HODDER PARA LIMPIARSE EL CULO



Hoy he pasado por un afamado centro comercial Barcelonés y me he encontrado una exposición de supuestos objetos de cine reales cedidos por una coleccionista. El que más me ha llamado la atención es el que ven en la foto. Tienen la poca vergüenza de meter esta máscara de "Todo a 1 Euro" en una vitrina y decir que es la que usó Kane Hodder para hacer de Jason Voorhees (y que viene firmada por él... ¿¿ande??).
Debería haber sospechado algo cuando, nada más aproximarme a la primera vitrina, veo una careta de duende verdoso sacada del film "Legend" y al pie una nota en la que se afirma con descaro y sin decoro que es la que lucía Tom Cruise... ¿hein?, ¿Tom Cruise llevaba una careta de monstro puesta en la peli de Ridley Scott?.
Espain is diferengt!.

GODDIES (4)

Mirando entre mis trastos, me he encontrado estas gafas 3-D de las antiguas, probablemente, las ultimas que se dieron roji-azules en las salas de cine. Pertenecen a la película de Robert Rodriguez "Spy Kids 3-D". No he podido evitar escanearlas.


viernes, 28 de junio de 2013

HOLA... SEÑOR DIOS

Me hace mucha gracia que  Manuel Esteba, director de cosas como “Viciosas al desnudo” o “SexoSangriento”, unos años antes del auge del “explotation” dirigiera –y escribiera- una película como “Hola… Señor Dios” de contenido religioso e infantil, pero no ausente de ese toque expoliador (El tío quería hacer un “Marcelino pan y vino”, pero en toda regla…esto sería “Marcelino pan y chorizo”), y sobretodo, sensacionalista.
Un niño descubre que su hermana tiene una enfermedad de la cual la ciencia desconoce su origen, y al escuchar a su madre que pedirá a Dios por ella,  este decide escaparse para ir a Belén a decirle al niño Jesús que la cure. Para ello toma un tren, y bajándose en vete tu a saber dónde, vivirá aventuras.
¿Qué cuales son estas aventuras? Básicamente, encontrarse un burro y hablarle al oído, ser recogido en auto-stop por Antonio Machín y ver aterrizar una nave espacial de juguete, de cuyo interior desciende, otra vez, Antonio Machín diciendo que es el rey Baltasar.
La película data de 1968, se estrenó en 1970, y en los ochenta, lógicamente, salió en vídeo. Siendo el niño protagonista, Carlitos Juliá, rubito y con el pelo rizadillo (y de lo más repelente), y teniendo en cuenta que todos los niños pequeños son iguales, entre las muchas ediciones con las que contaba la película, en una de ellas, se intentaba que pareciera Lolo García, para aprovechar el tirón que en vídeo-club tenían las películas  de este… ahora, si consiguieron engañar a alguien, eso ya no lo se.
En definitiva, que la película, además de un coñazo (es de Esteba, ¿qué se creían?) propone un mensaje repugnante. Se trata el tema de la enfermedad infantil con muy poca delicadeza y, conociendo al director, seguro que es hasta intencionado. A pesar de sus 79 minutos de metraje, parece no acabarse nunca, además no pasa nada, y es que, sin serlo, esto es cine contemplativo.
Una patata hervida machacada con un tenedor para convertirla en puré.
Eso si, Manuel Esteba, dos cojones tenía como dos sandías, más jeta que espalda, muy poquita vergüenza… pero a pesar de su más que nutrida filmografía, también menos talento que inteligencia un futbolista, como demostró, sobradamente, en los ochenta… porque, a pesar de todo, esta “Hola…Señor Dios” está un pelín más cuidada, en general, que las que hizo posteriormente. Pero sin llegar a los mínimos.

jueves, 27 de junio de 2013

CUCHILLOS PARA DAMAS

Por lo general, se tiende a datar el primer “Slasher” de la historia en 1978 con “La noche de Halloween”. Luego, siempre se rebate esa afirmación puesto que “Black Christmas” es una buena muestra del sub-género y se rodó cuatro años antes.
Sin embargo si ahondamos un poco más, el afirmar cual sería el primer “Slasher” que se rodó, o  de que año es, es un tanto osado, porque desde que el cine de terror es cine de terror, siempre aparecen referencias que pueden hacernos pensar que tal o cual película es el primer “Slasher” de la historia, como es el caso de esta “Cuchillos para damas” de 1973, y seguro que hay muchas más referencias en años anteriores.
Conocida internacionalmente con el título “A knife for Ladies”, cuando apareció en vídeo, según la edición, se titulaba “Silent Sentence” o más bizarro todavía, “Jack The Ripper goes West”.
En España cuenta con varias ediciones en las que varía el título de plural al singular, titulándose “Cuchillo para damas” en la mayoría de ellas, y “Cuchillos para damas” en la que yo creo que es la oficial.
Ahora, ¿Qué es lo que llama la atención de este “Slasher”? pues que transcurre en el lejano Oeste, dato este que me parece harto original.
El argumento es la mar de sencillo: En un pueblo del Oeste, aparece un individuo que se dedica a asesinar prostitutas. El Sheriff del condado y un detective intentarán descubrir quien es, mientras el asesino da cuenta de toda puta que se tope en su camino a cuchillazo limpio.
El productor y director de esta rareza es Larry Spangler, que en los años setenta llenaba las salas de sesión continua con sus westerns  de serie B protagonizados por Fred Williamson, como por ejemplo, “Joshua” o, sobretodo, “La leyenda de Nigger Charlie”, auténticos precedentes y objetos del expolio de “Django Desencadenado” (y no el “Spaghetti Western” como erróneamente piensan todo esos entendidos y fans de Tarantino) y con un contenido bastante racista.
Spangler, como muchos de sus coetáneos, acabó ganándose las alubias en los albores de los ochenta haciendo porno con John Holmes y demás estrellas.
“Cuchillos para damas” a pesar de lo bonito que lo he pintado todo, a pesar de su originalidad y de que un “Slasher” en el Oeste puede parecer atractivo, no es más que un trozo de mierda deleznable, no ya por aburrida (un “Slasher” ha de serlo), sino porque hay una torpeza y una desgana en su realización, que provoca sopor e incertidumbre. Está  dirigida como por un subnormal, montada por un tío sin brazos y ambientada tan mal, que aunque se cuenta con escenarios, vestuario y demás parafernalias del Oeste, se nota que es una ambientación, y no que están en el Oeste.
Añadan la fotografía, cuyo director de la misma quizás pensó que estaría bien darle un toquecito de terror y lo que consigue es una imagen cochambrosa y cutrona, que nos hace diferenciar aún más los escenarios de cartón piedra. O puede ser que, también, fuera un disminuido psíquico.
¿Qué sacamos de bueno en la película? Pues únicamente los acuchillamientos, que acompañados de un poco de sangre, pues están medio majos.
Por otro lado, a juzgar por el caótico montaje y por su corta duración, 50 minutos, intuyo que la película está amputada por todas partes, o bien, que Spangler jamás la terminó y montó lo que tenía.
Absténganse de verla todos los que se ríen de las películas malas… esta es genuinamente mala y como tal, solo provoca sopor, nada de diversión y no podrán hacerse los chachi guays con ella.

miércoles, 26 de junio de 2013

LA CASA DE LOS HORRORES

No deja de ser reveladoramente divertido que en el póster original de "La casa de los horrores", estupendamente titulada "The Funhouse" en su versión original (es decir, "La casa de la diversión", por lo visto en España éramos más paletos y necesitábamos un título más directo), figure un slogan que dice: "Una buena película de horror a la "vieja escuela"!". ¿Lo ven?, todo es cíclico. Hoy día films como "Hatchet" se anuncian -engañosamente- como "terror del de antes, del bueno", refiriéndose al de los años 80. Y las películas de terror de los 80, esas que actualmente consideramos clásicos intocables e inmejorables, utilizaban la misma táctica, refiriéndose vaya usted a saber a qué época. Los eruditos afirmarían sin rubor (y más teniendo en cuenta el origen de su director) que la cita apunta a los años 70. Pero amigos, en 1981, año de producción de "La casa de los horrores", los 70 aún estaban recientes. No eran "vieja escuela" para nada. Y, después de todo, el film chupa del lenguaje cinematográfico instaurado justamente durante dicha década. Mucho me temo que ese slogan se refiere a los clásicos, los de la "Universal" en blanco y negro, teoría esta corroborada por la continua presencia del monstruo de Frankenstein a lo largo de "The Funhouse", ya sea en un televisor, en formato póster o, ya directamente, como disfraz que, para más señas, luce el monstruo asesino del film (y porque "Universal" es quien produce el pifostio).
Considerada por buena parte del fandom -me incluyo- como una de las mejores películas de Tobe "La matanza de Texas" Hooper (seguramente sea su último título realmente digno, de verdad, sin fisuras), "La casa de los horrores" ha pasado a los anales del género como un "slasher", aunque yo, purista como soy, no creo que encaje con tanta sencillez y celeridad en la etiqueta. Sí, era la época en la que el cine de acuchillamientos vivía su mejor momento. Sí, arranca con un DESCARADO homenaje a "La noche de Halloween" (que a mi, de chaval, me sorprendió y me indignó, casi como si estuviera presenciado un expolio desvergonzado). Y sí, hay adolescentes calenturientos perseguidos y cazados por un tío deforme. Pero, en realidad, la estructura de la película está más cerca del "thriller" que del horror propiamente dicho. Y, siendo más quisquillosos, la verdadera "caza al teenager" no arranca hasta pasados 60 minutos, quedando condensada únicamente en los últimos 30 (tampoco hay muchos adolescentes que matar, solo cuatro). ¿Significa que la hora previa es un tostón y bla, bla?. Para nada, de hecho, casi casi podría decirse que es al revés (pero tampoco).
Unos jovencitos salidos y cargantes van a pasar la noche a la feria que se ha instalado a las afueras de la ciudad. Se suben a las atracciones, se besuquean, se pitorrean de los números de magia, fuman porros, se cachondean de la pitonisa que les lee la fortuna, se magrean, bromean con los animales deformes y, finalmente, deciden pasar la noche en la casa de los horrores (un dato curioso, en la versión que tengo yo, grabada de Tv2 hace un porrón de años, las escenas de drogas y tetas cuentan con un doblaje diferente. Vamos, estaban cortadas. ¿En 1981?, tampoco son tan extremas. A saber...). Cuando todas las luces se han apagado, y los autómatas han dejado de moverse, el misterioso individuo encargado de arrastrar las vagonetas entra en el almacén de la atracción con la pitonisa, a la que ha pagado para que le dé un poco de placer carnal. Pero el baranda se corre rápido y ella, a pesar de cobrar cien pavos, le dice que se acabó. Él entra en cólera y la mata. Su padre, tras echarle una bronca y revelarnos su exageradamente monstruoso rostro real, descubre que nuestros protagonistas adolescentes han sido testigos de toda la refriega, así que decide mandar a su retoño a por ellos con el fin de no dejar ningún testigo vivo.
A diferencia de los "slashers" comunes, en "La casa de los horrores" los "malos" tienen rostro, actitudes más "humanas", sufren, gritan... no son meras máquinas de matar, silenciosas y metódicas. De hecho, el monstruo protagonista da un poco de pena ya que en realidad es su alcohólico padre el que le da mala vida, la pega y le manipula (aunque se siente culpable por ello). Uno de los aspectos más interesantes del film es su decadente atmósfera.  Todos los personajes que pululan por la feria son cincuentones con malas pulgas, visiblemente amargados, hastiados de la vida y que sujetan una botella. Ahí es donde radica la verdadera sordidez de la película (el lado "sleaze" que dirían los yankees), algo especialmente incrementado por la secuencia, patética e incómoda, en la que una avejentada y chillona pitonisa la hace una pajilla al desesperado monstruo que babea de placer. Siendo una producción "Universal", no esperéis mucho más. El nivel de violencia anda bajo mínimos, muy poca cosa, algo que ya entonces no era precisamente lo habitual. En la parte buena, ello se traduce en un acabado muy profesional, muy nítido, muy "mainstream", con medios de sobras y formato panorámico. Y aunque a mi también me ponen mucho los 16mm, el grano y la cámara borracha, en este caso lo agradecí.
A la mentada atmósfera decadente hay que sumarle el esfuerzo que hace Hooper por incrementar la sensación de inquietud a base de jugar mucho con las figuras y los autómatas que pueblan la terrorífica atracción, pero no acaba de lograrlo. Sin embargo, estos resultan muy útiles y adecuados en los prometedores títulos de crédito iniciales. Algo es algo. Con todo, y a pesar de la poca sangre, "La casa de los horrores" funciona. Y muy bien. Es entretenida, visualmente atractiva, va cargadita de pequeños elementos de esos que se te graban en la retina de por vida, luce una colección de carteles bien chulos (el peor, justamente, es el que se ha fabricado recientemente para el Blu-Ray) y su condición de clásico del horror de su década lo convierte en una pieza de obligada visión para fans, estudiosos y coleccionistas. Nadie dijo obra maestra, pero tampoco cagarruta.

Del reparto merecen destacarse algunos rostros. La adolescente protagonista, Elizabeth Berridge, unos años después alcanzaría bastante popularidad como la mujer de Mozart en el famoso -y estupendo- biopic "Amadeus", aunque ello no le ayudaría mucho. En su curriculum posterior "destaca" su intervención no acreditada como prostituta de relleno en "Payback", la de Mel Gibson. Desde el 2010 que no ha vuelto a actuar en el cine. Raro. Cooper Huckabee, el actor que interpreta a su novio macarrilla, tiene una carrera de lo más longeva. Recientemente lo has visto en, nada menos, "Django desencadenado". Su colega, Miles Chapin, luce una cara muy reconocible, pero aunque ha salido en pelis como "Howard, un nuevo héroe" o "Man on the moon" y "El escándalo Larry Flint" (otro actor del mismo reparto relacionado con Milos Forman.... ¿será Milos fan de la peli de Hooper?), no logro situar dónde lo había visto yo antes. Kevin Conway es un actor secundario de esos de carácter con una larguísima trayectoria trufada de títulos de toda clase, lo curioso de "La casa de los horrores" es que interpreta a tres personajes distintos, todos ellos responsables de berrear micro mediante con el fin de atraer espectadores a sus respectivas carpas. En la misma casa de los horrores (y, por tanto, como padre del monstruo asesino), en la de los animales deformes y en la de las strippers. ¿Qué pretendía Tobe Hooper con ello?, ¿enrarecer más la atmósfera o darnos a entender que allí todos son familia porque todos follan con todos?. Extraño y efectivo. Herb Robins, que interpreta al director de la feria, tiene en su filmografía un título de lo más atípico, "The Worm Eaters", de la que es prota, guionista y director, con el inefable Ted V. Mikels produciendo. Toma ya!. No podemos cerrar este repaso sin mencionar la genial escena protagonizada por el ya fallecido William "El fantasma del paraíso" Finley, en la que interpreta a un -sí, también- decadente pero carismático mago vestido de Drácula del todo entrañable. 
En cuanto al personal oculto tras la cámara, y dejando a Hooper a un lado, merece destacarse al guionista, Lawrence/Larry Block, cuya otra única aportación al séptimo arte fue la historia de base para el "Capitán América" de Albert Pyun (!). En tareas de producción encontramos a Mark Lester, sí, el entonces futuro responsable de "Curso 1984" y la estupenda "Commando". El prestigioso Andrew Laszlo ejerce como director de fotografía. Los efectos de maquillaje y tal corren a cargo de un grande, Rick Baker, asistido por otro nombre de peso, Craig Reardon.
El escritor de terrores Dean R. Koontz se encargó de la versión novelizada de la peli. Tanto le moló la experiencia, que decidió ampliarla (narrando el origen del monstruo y otras trifulcas) y convertirla en obra propia (pero conservando el título).

Eli Roth, padre de los "Hostel", ha comentado en más de una ocasión que le molaría hacer un remake de "La casa de los horrores", y podría salirle algo chulo, aunque todavía no se ha materializado (antes que remakee "Me bebo tu sangre", que le pega más). Sin embargo, podemos decir que ya hay un remake no del todo oficial, "Dark Ride, la casa del terror", la última vez que la revisé la encontré TAN mala que le regalé el consiguiente dvd a un amigo.
"The Funhouse", lista para descubrir o redisfrutar.

martes, 25 de junio de 2013

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (33): A LO CHUNGO Y CON LA CARA DEL OTRO



De Sho Kosugi, los ninjas ochenteros e "Indestructible: ruega por tu muerte" ya hemos hablado con anterioridad en este blog, aunque de esta última nunca todo lo profusamente que merecería. Así, por encima, se trata de un especie de "Death Wish" en el que se cambia al justiciero urbano por un ninja retirado que decide retomar las armas cuando su familia es agredida por la mafia. "Indestructible: ruega por tu muerte" se hizo bastante popular en la época gracias a su notable ultra-violencia. Incluso sufrió algunos leves cortes cortesía de la señora censura (¡que puta!). 
Pero que nadie se entusiasme, naturalmente vista hoy la cosa no parece tan tremebunda. Puede que incluso se haya superado. La diferencia, sin embargo, está en que mientras la violencia super-gore y hiper-sangrante de, por decir una reciente con Kosugi, "Ninja Assassin" resulta muy espectacular y llamativa, es tal su exageración y estilización que, al final, no hace daño. La de "Indestructible: ruega por tu muerte" puede que no sea tan llamativa, por el contrario, es más cruda, física y destila mucha más mala leche. Violencia y hemoglobina a un lado, esta obra del veterano Gordon Hessler se deja ver, aunque tampoco es nada del otro jueves. Su moderado éxito esputó el proyecto de una segunda parte que nunca llegó a materializarse.


Otro de los aspectos curiosos y atípicos de "
Indestructible: ruega por tu muerte" era el look del ninja. En este caso, Sho Kosugi no se conformaba con el habitual mono negro, para la ocasión lucía sus mejores galas en plan macro-ninja de la muerte con casco, muñequeras y nosecuantos abalorios más. Algo que debió de molarles mucho a los eternamente desvergonzados muchachos de "Topacio Home Video", quienes usaron una imagen (invertida) del amigo Kosugi con toda la indumentaria (y que en la caratula de "Indestructible: ruega por tu muerte" figura en la parte trasera) como portadón de "El poder del dragón" (misteriosamente subtitulada "La posada del dragón verde"), prototópica epopeya feudal de artes marciales made in China y que, como todas las caratulas del palo, tiene los nombres mal escritos o tergiversados. Dado lo poco puesto que estoy en pelis de este rollo, si alguno de ustedes domina la materia y puede echar luz, tiene todo nuestro consentimiento.


"El legado del diablo" es un clásico menor del añorado horror ochentero, en el que el eterno hermano raro de Ron, Clint Howard, interpreta una versión masculina de "Carrie", un chaval poco agraciado y blanco de continuas bromas por parte de sus compañeros de academia militar que, un buen día, y gracias a un ordenador (en la época comenzaban a despegar), contacta con el espíritu de un temible brujo satanista interpretado por el legendario Richard Moll. Después de mil y una putadas, a cada cual peor, Clint Howard se servirá de su nuevo amiguito para vengarse, en un final que se hace esperar demasiado pero que, pa compensar, ofrece toda la truculencia que uno podría desear en aquellos tiempos. "El legado del diablo" no es ninguna maravilla, pero resulta inevitablemente entrañable. La edición original lucía una caratula bien reconocible y popular que, a ojos de un infante, resultaba inquietante. Mucho menos afortunada era la edición -presupongo que- posterior cortesía de "Exagono Films".
Para romper con la costumbre, cabe señalar que, por esta vez, las imágenes de la parte trasera SÍ pertenecen a "El legado del diablo".
Muy al contrario, con la parte frontal, todo cambia. Ni idea de dónde sacaron esa calavera. Ni tampoco de qué catálogo de a saber qué grandes almacenes extrajeron ese ordenador tan blanco, reluciente y listo para estrenar. Lo más llamativo sin duda es el monstruo que aparece en la pantalla. ¿Lo reconocen?. Veámoslo más detalladamente...


¡¡SÍ!!. Se trata del fantasma de la bibliotecaria de "Los Cazafantasmas" (invertida también, ¿de verdad se creían que haciéndolo evitaban todo posible reconocimiento?). ¡¿Recuerdan la genial escena?!, es la primera vez que Bill Murray, Dan Aykroyd y Harold Ramis se enfrentan cara a cara con un ente sobrenatural. No están preparados para cazarlo, así que improvisan aquello de "A por ella!". Lo único que logran es que la hetérea bibliotecaria se convierta en esto que ven, meta un aterrador rugido, los cazafantasmas salgan pitando y los chavales que fuimos a verla en la época nos pegáramos un susto, pero uno de esos que molaban. Suspiro!.
Tiempos desvergonzados, tiempos ingenuos, tiempos felices.

lunes, 24 de junio de 2013

LA TIENDA MALDITA (ABIERTO LAS 24 HORAS)

El cine de terror japonés actual está casi desaparecido, y no es de extrañar viendo el uso y abuso que le dieron los realizadores nipones a todos los tópicos que puso en la palestra internacional The Ring. Niñas de largo pelo negro, espejos en los que se reflejan los espíritus cuando nadie mira, la archiconocida escena del fantasma saliendo de la tele, las fotos y grabaciones con las caras deformadas de los que están malditos, el ritmo lento y pausado, los ruidos de los fantasmitas….. Todo ello lo hemos visto una y otra vez en las siguientes producciones del género nipón. Y es que no hay ni uno de estos tópicos, con pequeñas diferencias, que no se cumplan en todas estas películas. Así que solo han conseguido que nos hastiemos de ellos, que en vez de terror, nos causen tedio o incluso risa. No es de extrañar por tanto que el terror oriental (no solo los japoneses han sobre utilizado estos recursos) este de capa caída. Una de las últimas películas que llego a nuestro país arrastrada por la enorme ola que fue The Ring, es esta La Tienda Maldita (Abierto 24 horas). Puede que empujada mas por el éxito de Ju-on La Maldición, la primera, la que estaba hecha en video, y es que la película que nos ocupa también se rodo con una cámara digital, y con unos actores que rayan el amateurismo, y es que salvo un par ellos, el resto no han hecho más que este película y dos o tres trabajos más. Y del director ni hablemos, que aunque su nombre se me hace conocido, Yoshihiro Hoshino, en el imdb no aparece más que este trabajo y luego una entrevista, así que no se ha prodigado mucho en su carrera, o es que sus meritos no le han permitido despegar, lo que es más probable.

Toda la trama gira en torno a la tienda del título, sus dueños son unos tarados, o esa es la sensación que da, pero realmente están malditos, oooooh sorpreson!!!! Cliente que acude a la tienda, cliente que sale de ella con maldición al canto, al menos si el resultado de su cuenta tiene que ver con números demoniacos (666, 999, o 444, que en Japón el cuatro suena como muerte, o algo así me contaron) Pero además de los clientes, los trabajadores también empiezan a notar situaciones extrañas, ruidos y presencias que les inquietan y sobre todo el ambiente general de la tienda. Ahora mismo ya solo quedan dos, Momo la chica del turno de día, y el chico del turno de noche. Este hace meritos para ligarse a Momo, y cada noche le regala algo de la tienda que el mismo paga. Siendo esto así, aunque uno de los espíritus sigue a Momo, ella se libra de morir, pero su compañero las pasara putas cuando recibe la visita del mismo espíritu. A todo ello la tienda esta en trámites para formar parte de una importante franquicia. Finalizar el contrato es labor de una joven mujer enviada por la empresa, allí tendrá que realizar el inventario completo de la tienda y es cuando junto con Momo se dan cuenta de la maldición que pende sobre el local.

Los planos largos y vacios con la única intención de crear atmosfera, no están nada bien resueltos, no sirven más que para alargar la duración del filme. Puede que a ello le influya y mucho, que la mayor parte de la película ocurre a plena luz del día, y sin el amparo de la oscuridad es bastante más complicado causar tensión. Desgraciadamente las escenas de los ataques de los fantasmas tampoco consiguen lo que el director pretende. La más conseguida es en la que menos se ve, no solo por ser un pasillo a oscuras, sino porque en ella sí que notamos cierto agobio en lo que todo ha sumado, el lugar, la voz de la niña fantasmal, que esta no aparezca y que lo único que se ve es una pelota blanca botando a cámara lenta cuando todo lo demás sigue a velocidad normal. Por el contrario tenemos la escena del fantasma que sale de la tele, cambiándolo en esta ocasión por una nevera. No solo no da el más mínimo miedo, sino que es ridícula. Flaco favor le hace a la escena que además se mezcle en el montaje con el ataque a Momo y a otro de los clientes de la tienda.
La película es una caquita, pero yo le tengo cierto cariño, no sé si por su condición casi de película amateur (que ojo, no lo es)  no sé si por estar rodada en video, o simplemente porque es tan mala, que si la ves con los amigos te puedes reír un rato. No es el risón, pero tampoco es una jarta` de llorar. Búsquenla en los saldos de pelis a dos euros, más no puede costar, pero bien los vale.

DREAM ONE, SUEÑOS INTERMINABLES

Conocida también como “Nemo”, consecuencia “exploit” de éxitos infantiles adscritos a la fantasía tales que  “La historia interminable”, “Momo”o “La princesa Prometida” (que ya es rematado con la jeta de los distribuidores españoles, que añaden deliberadamente la palabra “Interminable” para asemejarlo más a la de Wolfgang Petersen), los gabachos se sacan de la manga esta “Dream One”, que se paseó discretamente por los video clubs españoles.
Se trata de una película francesa con aspiraciones internacionales que apenas salió de territorio nacional, en la que un niño se queda dormido y cuando despierta, sobresaltado, se encuentra con que está en un mundo de fantasía, donde se aloja en un submarino comandado por otro niño pelirrojo que fuma como un carretero, un mono blanco a lo Copito de nieve (en realidad un señor disfrazado que, claramente, mantiene un paralelismo con el dragón blanco Fujur de, otra vez, “La historia interminable”, y que responde al nombre de “Mono”, quizás en alusión a “Momo”) y una princesa a la que rescata de una muerte segura. También rula por ahí Harvey Keitel, cuando estaba la hostia de olvidado, haciendo de “El Zorro”, pero que, intuyo, por problemas de derechos pasaría a llamarse “La Leyenda”. E incluso, extraterrestres.
Y aunque vemos mogollón de cosas chulas, la falta de argumento o la incapacidad del director para contar una historia llevan a la película al traste. Eso por no hablar de los pobretones decorados. Si en “La historia interminable” el reino de Fantasía se recreaba en enormes decorados con más o menos acierto, en “Dream One, Sueños Interminables” se intenta que esos mundos mágicos quepan en un cuarto trastero.
Y si toma elementos “inspirados” en “La historia Interminable”, “La Princesa prometida" no es menos expoliada, introduciendo en la historia a una princesita de no se donde, y aun heroico caballero con espada, que como ya he dicho, hace a Keitel parecer un retrasado.
Se que todos estos elementos pueden hacer parecer a esta película algo divertido, pero no se engañen; es el coñazo más grande de la historia.
Como curiosidad, decir, que el mono blanco de la caratula es mucho más bonito y entrañable que el que aparece en la película, y que el adolescente que le toma en sus brazos no está por ningún lado.
Dirige el bodrio Arnaud Sélignac.

viernes, 21 de junio de 2013

EVA-MAN, LA MAQUINA DEL AMOR

Todos sabemos que el sexo que aparece en las películas clasificadas “S” no es explícito, de ser así, no habría cuerpo humano que resistiera el ver esta película. Y aún así, sin que haya penetraciones ni mamadas,  da cierta grima.
“Eva Man, la máquina del amor”, con la excusa de mostrar sexo entre transexuales en todas las variantes (travelo con chica, travelo con chico, travelo con transexual operado…) introduce en su argumento una serie de tramas, que de no ser por lo decadente y sórdido de las asquerosas escenas de metesaca, y la siempre inquietante presencia del transexual operado Ajita Wilson (vista en cientos de películas; de Jess Franco, junto a Andrés Pajares en pelis de Mariano Ozores, etc..) serían hasta simpáticas.
Un hermafrodita es estudiado por un científico, que le opera para que tenga una vagina completa, y un pene completo, aunque su presencia física sea de mujer. Observa que como tal, goza cual verdadera zorra (así, literal lo dicen en la película) y como macho, revienta coños. Por otro lado le ha colocado un dispositivo en el vientre al que denomina “Sexmaker”que proporciona potencia sexual mixta, es decir, que vale tanto para machos como para hembras. Un individuo megalómano, que de tanto follar con su mujer ya no se le levanta, intentará hacerse con ese dispositivo por todos los medios.
La película nace en 1980, justo cuando el cine “S” está dando sus últimos coletazos, y ya se vuelve de lo más rebuscado en sus propuestas, con lo cual vemos el rabo del transexual Eva Robins cada dos por tres, con el shock que eso supone, y más cuando de primeras, cuela que la Robins sea una mujer.
Coproducción hispano-italiana entre el mecenas Bermúdez de Castro, autentico descubridor de la Wilson en este país, y otra productora Italiana, en la que podemos ver rostros conocidos de secundarios, tanto españoles, como Italianos.
Como la mayoría  del cine “S”,  el valor cinematográfico de la película es nulo. No solo es sucia, aceitosa y decadente (mientras la ves, huele a mierda) sino que además,  como pasaba con casi todas sus coetáneas – con algunas excepciones- es horrorosamente aburrida.
Lo único destacable es que en la actualidad, se considera una película de culto entre el público transexual, lógicamente, que la busca desesperadamente. Para su alegría, alguien ya la ha colgado en la red… así que esas tías, que se toquen el rabo a gusto.
Dirige el engendro de Satanás Antonio D´Agostino, que lo mismo servía para un roto que para un descosido, y que en muchas ocasiones le gustaba firmar sus mierdas más infames con el pseudónimo de  Richard Bennett.

jueves, 20 de junio de 2013

BLOOD RUNS COLD

Ayer le comentaba a mi compañero Víctor que cada vez tolero menos cualquier clase de película que no pueda etiquetarse de "mainstream". De hecho, los estrenos que espero con más impaciencia son aquellos que, perfectamente, pueden tildarse de "blockbusters". Por dios, cuantas palabras extrañas. El caso es que ya no puedo sufrir las películas raras, las de arte y ensayo, en fin, todo aquello que se considere alternativo o diferente. Mi estómago ha dicho "Basta". Soy un espectador acomodaticio, que quiere ver siempre lo mismo contado de distinta manera. O eso, o es que estoy hasta el coño de ese áurea de supuesta respetabilidad que las cosas -sesuponeque- minoritarias poseen, aunque luego el 99% de ellas sean más mierda que la última comedia de Adam Sandler.
Pero entonces, tras reflexionar, me di cuenta de que aquella afirmación no era del todo cierta. Hay un tipo de cine al que aún le tolero productos no netamente "mainstream" o "blockbuster". Un género que, no porque sí, es mi favorito desde que me comía los mocos. El terror. Dentro de sus parámetros, soy bien capaz de darle una oportunidad hasta al film más oscuro, extraño o relativamente independiente. Suspiro  de tranquilidad. Menos mal (Nota: también tolero los productos de Syfy Channel, pero esa ya es otra historia... bien sórdida). Todo esto pude reafirmarlo esa misma jornada en horario nocturno cuando, sin saber muy bien qué coño ponerme en el DVD (o el Pendrive), repasé mi DVDteca (o disco duro) y localicé una de miedo que en su momento me atrajo  por el título, pero sobre la que no tenía ni la más mínima remota idea: "Blood runs cold". Y ya saben cómo de agradecido es, en estos tiempos que corren de abrupta sobreinformación, dar con algo así. Oro puro. Todo este rollo no tendría sentido si no dijera que, una vez visionada la obra, me acabó dejando un regusto positivo... a pesar de los muchos, muchos pesares que seguidamente analizaremos. En definitiva, todavía puedo disfrutar -medianamente- del cine sin depender de productos exclusivamente destinados a las masas y las multisalas. Bien por mi.
Atosigada por el estrés, una muchacha decide pasar el frío fin de semana en una aislada cabaña en pleno monte cedida por su propio jefe. Da la fucking casualidad que está situada junto al pueblecito donde nació, creció, se formó y de desvirgó. De hecho, abandonó a su novio para irse a triunfar a la gran ciudad. ¿Y qué pasa?, que esa noche, tras sentirse incómoda en la cutre y deprimente cabaña, se pira a un bar del pueblo a tomar algo y ¡¡alehop!!, se encuentra con su ex y una pareja de amigos. Hablan, ríen, se sienten violentos y la chica hace lo normal en una ex-novia, le invita a él y a los otros a pasar la noche en la cabaña. Innecesario decir que ellos no serán los únicos seres vivos que habitarán el lugar, alguien más se oculta entre las sombras, alguien armado con un hacha. Es de noche, todos huyen a los dormitorios a fornicar y el intruso está hambriento de carne humana.
Vale, en "Blood runs cold" los personajes tienen nombres ingleses y hablan inglés (que la vi subtitulada), pero no estamos ante un producto Norteamericano. Ni tan siquiera británico. En realidad se trata de una peli Sueca, facturada por suecos que han visto mucho "slasher" yankee. Y ya sabemos cómo les gusta a los Suecos hacer películas de asesinos matando jovencitos en la nieve. Ahora comprendo el aspecto de todos ellos y sus acentos. En fin, asumido esto, resulta que, además, nos encontramos ante una película muy muy modesta, hecha con escasos recursos. Y también, extraña. Tal vez a ello contribuya su ambientación nevada y el aspecto de la cabaña, genuinamente tétrico. Pero lo que realmente hace "Blood runs cold" un poco rara, me temo, son sus carencias... ya no técnicas, más bien narrativas.
Veamos, hay una escena que me resultó inquietante por absurda. Antes de que el chico prota se tire a su ex (que se la tira), intenta pasar la noche en el sofá. Así que se tumba e intenta dormir. De pronto, a su espalda una puerta se abre. El chico reacciona poniendo los ojos como platos. De la oscuridad surge alguien con un hacha que parece aproximarse. Él se levanta y... para cuando han cambiado de ángulo, la amenaza ha desaparecido y el tio ni tan siquiera se fija en la puerta, se limita a pasarse las manos por el rostro, ponerse en pie y subir al piso de arriba pa tirarse a su ex. ¿¿Era una pesadilla??. No lo creo.
Otro par de cosas bizarras. La acción se desarrolla como digo en una cabaña equipada con todo lo necesario y lógico. Pues bien, ¿por qué en plena cena el mozo prota sale a fuera, con toda la nieve y tal, a mear?. ¿Es que no hay un lavabo en la puñetera cabaña?. Ya, sale al exterior para que así podamos sorprendernos ante uno de los momentos más logrados de la función: Mientras expulsa los orines, se fija en una ventana iluminada, dentro está su ex y sus amigos, charlando y riendo. Entonces, sube la mirada un poco más y, ¡¡oh!!, hay otra ventana iluminada y, dentro, una silueta oscura que le observa. ¡¡Escalofriante!!. Lo que no me explico es que, seguidamente, entre en la casa y no comente nada. Pero no debemos extrañarnos, porque eso de hacer pipí en plena montaña helada debe ser algo típico de Suecia (aunque se suponga que la peli se desarrolla en los USA). De hecho, hay otra escena igual. En plena madrugada, el amigo del prota se despierta temblando, "¡¡Que frío que hace!!" exclama en inglés macarrónico. Se cubre con cuatro trapos, baja al piso de abajo y... ¡¡sale al exterior a mear!!. Curioso. Evidentemente todo ello ha sido planificado por los guionistas como preludio a su muerte.
Y es que, en realidad, la peli anda repleta de incongruencias y absurdeces de este calibre. Es como si sus autores quisieran incluir en la trama todos los clichés propios del "slasher", y el terror en general, y los dieran tan por sentados que no se tomaran la molestia de encontrar un modo lógico de llegar a ellos, de justificarlos. Este tío tiene que hacer tal cosa, y la hará, aunque tengamos que romper con cualquier lógica y sentido. Vale!. Como cuando un personaje que aparece a última hora escucha unos gritos femeninos a la lejanía y, sin reflexionar un segundo, sale disparado de su coche ¡¡portando una pistola!!, tal y como si la tuviera ahí mismo, apoltronada en el asiento contiguo, esperando a que pasara algo. O ¿qué me dicen del trillado momento en que, huyendo del asesino, la chica tiene todas las facilidades para escapar carretera abajo, pero decide regresar a la casa a por las llaves del coche, a pesar de todo el horror vivido hasta ese momento, y de casi morir unos segundos antes?. Es una idea poco verosímil que ya suele darse en el cine de terror, pero el modo forzado en el que la presentan aquí la hace triplemente inverosímil.
Es muy probable que a todo eso contribuyan los actores, que son bastante malos. O muy malos. Tremendamente acartonados. El anti-Oscar se lo lleva la protagonista. Duele verla. En un momento dado, y ya sola contra el peligro, nos reserva un festival de incapacidad actoril que es para mear (en el exterior nevado) y no echar gota. Primero, su parsimonia y tranquilidad cuando se despierta y encuentra en el salón un reguero de sangre seca en el suelo. Pilla un cubo y lo limpia, sin preguntarse por qué o si tendrá algo que ver con que su ex y sus amigos se hayan pirado sin decir nada. Segundo -esta es de "record guiness"-, está mirando por la ventana, tan tranquila ella. De pronto el asesino se cruza ante sus ojos y la señala, así como "pasaba por aquí y me dije, voy a cargármela". Puro anticlimax. A partir de aquí las exageradas reacciones de la interfecta y, sobre todo, sus muecas son de órdago e, inevitablemente, nos proporcionarán unas cuantas sanas risotadas. El festival de absurdeces, actos sin sentido, inverosimilidades, torpeces y tópicos mal aplicados seguirá hasta el final, a lo que habrá que añadir un poco de generosa truculencia (hay una decapitación por CGI muy bien parida, que contrasta con el resto de efectos informáticos, bastante chapuzas, como la nieve que cae, el vaho y, sobre todo, la falsa oscuridad. Afortunadamente la sangre y parte de la carne mutilada son "old school"), la inesperada aparición de una metralleta que funciona a pesar de la climatología y una idea muy buena, pero tan mal explicada en imágenes que dudas si el mérito es de los guionistas o de mi imaginación: resulta que la chica se equivocó de cabaña y se metió en la que no era, habitada por el montañero loco caníbal (si estuviera seguro de lo que entendí, preguntaría: "¿De donde sacó las llaves para abrir la puerta?". Pero no lo estoy, así que no lo pregunto. Finjan que no dije nada).
El director y co-guionista responde al nombre de Sonny Laguna, lo que aclara muchas cosas.
Resulta evidente que con "Blood runs cold" estamos ante un producto "amateur". El nulo talento interpretativo, las carencias narrativas, lo escaso de todo ello y el reducido equipo oculto tras las cámaras así lo confirman (también por las referencias en el póster a los premios que le otorgaron festivalillos liliputienses. La verdad, darle premios a esta peliculita me parece un tanto exagerado). Lo que pasa es que, hoy día, con la tremenda tecnología disponible, hasta la cosa más chiquita y ruin puede lucir un aspecto de lo más convencional y digno. Si te lo propones y, sobre todo, si tienes el dinero necesario. Sin embargo, y a pesar de lo narrado, "Blood runs cold" tiene su gracia. Se gasta un rollito majo, inocentón, agradable, medianamente artesano y buenrollero que ha hecho que me caiga bien. La peli y su director. ¿Cómo podría decir algo malo de alguien con semejante nombre?. El caso es que ya tiene otra peli terminada, también de terror, con fama de ser un "Evil Dead" sueco, y luciendo un atractivo póster  "Wither". Me muero de ganas de verla, oye, aunque el argumento sea prácticamente el mismo que la hoy comentada... pero de eso se trataba ¿no?, "soy un espectador acomodaticio, que quiere ver siempre lo mismo contado de distinta manera". Ahí, círculo cerrado. Todo cuadra. Que gran final de reseña.

SAMURAI, ESPADA Y SORTILEGIO

Todo un clásico más reconocido por los amantes del gore que por los de las artes marciales (comprensiblemente) y que fue lanzado, justamente, en la época en la que las películas asiáticas de hostias estaban en boga.
En realidad se trata de corta y pega, del expolio más famoso de la historia del cine de género, en el que ocurría lo siguiente:
En los años setenta, se popularizó en Japón (hoy ya en todo el mundo) un cómic manga titulado “El lobo solitario y su cachorro”, en el que un samurai es perseguido por el shogun que se ha cargado a toda su familia. Así pues, junto con su retoño, tendrá que vérselas con un montón de malos que intentaran aniquilar a ambos.
Bien, pues se rodaron una serie de películas basadas en los cómics, de relativo éxito en Japón, a principios de los años setenta.
Ya en los ochenta, Roger Corman, para su New World Pictures comrpó algunas de las películas de la serie, y encargó al manazas de Robert Houston, director de tercera con ni un solo título destacable en su filmografía,  que hiciera un montaje con ellas para lanzar una sola película con intención de  venderla internacionalmente. Montó las dos primeras,  las mezcló sin mucha coherencia ni sentido, eliminó toda la banda de sonido, la dobló al inglés con diálogos que poco o nada tenían que ver con los originales y añadiendo una voz en off que explicaba lo que no veíamos en pantalla, amén de insertarle para el soundtrack, una música electrónica ejecutada a base de sintetizador que resultó, al final, ser tan mítica o más que la película, a pesar de que no se parecía ni lo más mínimo a la música folclórica Nipona que ilustraba las películas originales.
Se le puso un título en inglés de lo más chanante, “Shogun Assassin”, y fue un éxito internacional. Claro que nadie fue consciente de la canallada, una alteración de los materiales originales que me gustaría saber que opinión les merecía a los directores de las películas originales.
Obviamente, la versión Americana fue la que se estrenó en nuestros cines bajo el título de “Samurai, espada y sortilegio” (que es con el que he titulado a la reseña), pero luego se sometió a la película a un maltrato en cuanto a los títulos en sus consiguientes ediciones videográficas que, curiosamente, perdura hoy con sus infectas y, casi, piratas ediciones en DVD.
Así, en VHS y Beta, se la conoció con los títulos de “Samurai, espada y sortilegio”, pero también con el de “El asesino Shogun”, “Samurai” o incluso “El samurai fugitivo”.
En DVD las editó no hace mucho, por un lado, Asian trash Cinema con todos los títulos conocidos quedando en la portada  como “Shogun Assassin (Samurai, espada y sortilegio) (El asesino de shogun)” y por otro, Creative films, titulándola tan solo como “El asesino de Shogun”. En cualquier caso, ambas ediciones son infectas, pero lo del sonido en la de Asian Trash Cinema, es poco menos que denunciable, mientras que la de Creative films resulta algo más digna, pero igualmente poco cuidada. Mejor hacerse con cualquiera de los VHS de la época.
Con todo, la película con los años se convirtió en pieza de culto, destacando, sobretodo, por las ingentes cantidades de gore que contiene. Decapitaciones, desmembramientos y todo tipo de aberraciones que se les ocurran y que se puedan hacer con una espada.
A mí me gusta, el montaje internacional con la voz en off ya me sirve, me divierte y me emociona, a pesar de que el pésimo montaje la convierte en una sucesión de retales cuyo argumento, prácticamente, desparece.
No obstante,  siempre me queda esa sensación de “Cómo serían las originales??”… que quizás, y muy probablemente, no sean tan buenas como este puzzle.

miércoles, 19 de junio de 2013

VAMPIR CUADECUC

Hacía ya tiempo que le tenía yo ganas a esta película.
Pere Portablella, director de corte experimental, que como tal, hacía cosas muy interesantes, pero también, piezas absolutamente insoportables (un tío tocando el piano y similares), es el culpable de esto.
Y en cuanto tuve conciencia de la existencia de esta película, quedé completamente enamorado del concepto. Una película en 16 mm. a partir del rodaje de “El Conde Drácula” de Jess Franco (cuya ultima locura está a punto de salir en DVD y Blu Ray). ¡Ojo! No es un making of, es una película dentro de un rodaje.
Con lo cual tenemos a Portabella no documentando la creación del film sobre el vampiro, sino experimentando y rodando lo que al señor, en esos momentos, le sale de los mismísimos. Pero, muy a mi pesar, "Vampir Cuadecuc" me ha decepcionado profundamente. Y quizás  sea injusto decepcionarme con esto.
El caso es que cuando yo vi por primera vez imágenes de esta película (Christopher Lee quitándose las lentillas de vampiro y mostrándolas a cámara), me la imaginé de determinada manera, luego al verla, nada tenía que ver con lo que yo esperaba. Yo esperaba todo un diario de rodaje, y con lo que me topo es que, al estar filmada con dos cámaras, Portabella rueda las mismas escenas que está rodando Franco desde otro ángulo y lo monta  de tal manera que se convierte en compilaciones de escenas de la película (plano contra plano y demás), conversaciones eternas en las que no oímos los diálogos porque es muda; tan solo oímos excentricidades tales como martillos hidráulicos.
Todo esto compaginado con escenas dónde, efectivamente, vemos al equipo de "El conde Drácula" trabajando (maravilloso el momento en que cubren a Christopher Lee con telarañas, usando una extraña  máquina que las fabrica similar a un ventilador) pero de manera mínima. Digamos que de un 100% de película, solo el 3% está dedicado a lo que ocurre detrás de las cámaras o a otros menesteres.
Y cuando digo que la calibro injustamente es porque, como espectador, esperaba algo más estandarizado dentro de lo experimental. Pero como creador, me parece cojonudísimo lo que Portabella está haciendo. Y volvemos a lo de siempre con este tipo de cine: Mola muchísimo el concepto, pero el verlo, eso ya es otra cosa. Esto aburre a las vacas.
Con todo, el granazo del 16 mm.,  el look del que hace gala y momentos como el único de toda la película con audio, que es cuando Christopher Lee lee a cámara un fragmento del “Drácula” de Stroker, son merecedores de tragarse el ladrillo. Además mientras observamos al actor, da la sensación de que está muy satisfecho con esta versión de Jess Franco (al que por cierto, no le vemos dirigiendo. Sí lo hacemos, sin embargo, un momento en el que está actuando) que, se supone, era por entonces la más fiel a la novela que se ha rodado nunca.
No se la recomiendo a los lectores de este blog… ahora, supongo que los culturetas de medio pelo se correrán viéndola.

lunes, 17 de junio de 2013

BIOHAZARD

"Biohazard" tiene el honor de ser la primera película rodada en 35mm (y dentro de ciertos sistemas de producción tirando a profesionales) por el inefable Fred Olen Ray, un personaje de lo más habitual en este blog. Anteriormente, se había movido en los parámetros del amateurismo y los 16mm, como bien demuestran la entrañable "Alien Dead" y la soporífera "Scalps".
Estamos a mediados de los 80, y por entonces Fred Olen Ray mola. Y molará durante años, llegando a convertirse en el absoluto rey de la serie B/Z en su tierra. Desafortunadamente, a partir de los 90 comenzaría a desinflarse y hoy por hoy, aunque no para de currar como un cabrito, lo que hace dista mucho de tener ni tan siquiera un sutil encanto (ya que la mayoría son productos de lo más desangelados destinados a la tele por cable). Y es que "Biohazard" tiene encanto. Es un truñón de órdago, desde luego, pero con cierto gracejo. Veamos por qué.
En España se la conoce con más de un título (como "Experimento secreto"), aunque mi favorito es aquel con el que la alquilé siendo adolescente, ya fascinado por su director, "Alien 3"!!. O mejor, "Alien 3 llega a la tierra", lo que hace que me pregunte si el distribuidor no tendría la intención de hacernos creer que seguía al famoso (y nada desdeñable) "Alien 2 sobre la tierra" de Ciro Ippolito. Suena descabellado pero, a estas alturas ya sabemos que en aquellos tiempos en los video-clubs de España podía pasar cualquier cosa.
La historia que nos cuenta es todo lo trillada que cabría esperar, aunque partiendo de una idea interesante muy poco explotada por su realizador. Una tipa tiene un poder mental que le permite introducirse en dimensiones paralelas, agarrar objetos y traerlos de vuelta. Guay!. Lástima que esto se reduzca a lo anecdótico y sirva de mera excusa para, una vez efectuado el experimento de marras, internarnos en terrenos más que conocidos (incluso ya para su época). La malvada criatura oculta en un sarcófago interdimensional se escapa de las manos del -escueto- ejército y comienza a matar indiscriminadamente. El prota y la chica de los poderes unirán fuerzas para cazarlo. That´s all folks!.
Todo ello rodado a lo Ray, pero un poco más chungamente, que a fin de cuentas era aún novatillo. Largos planos generales, diálogos interminables y, en su mayoría, absolutamente estúpidos (del tipo "rellenametrajes"), una ausencia total de ritmo de ninguna clase y los inevitables elementos "exploitation", aunque a nivel torpón y light. Como era de esperar, "Biohazard" acaba convertida en una auténtica comedia involuntaria con cierto tono inocente que la hace simpática (es especialmente hilarante el momento en que asistimos a un ataque del marciano y, automáticamente, sin salirnos del mismo espacio temporal durante la noche donde se desarrolla todo, vemos como otro personaje comenta ese mismo crimen, demostrando la eficacia de los servicios informativos por aquellos lares), a pesar de que Ray cuele elementos humorísticos paridos de modo expreso, algo que terminaría siendo uno de sus sellos inconfundibles. El más sonado (si exceptuamos el final, que luego comentaré) es aquel en el que el marciano hace trizas y pisotea de modo encolerizado un póster de "E.T. El extraterrestre" (por entonces aún muy reciente). Me pregunto cómo le sentaría la coña a su hijo de cinco años Christopher, que es quien se oculta dentro del disfraz del monstruo, diseñado por Kenneth J. Hall, detalle este justificado de antemano por un científico que asegura que el invasor tendrá una corta estatura. Christopher terminaría convertido en director de ponzoñas para "The Asylum", la mayoría de ellas, y siguiendo la estela paterna, sobre monstruos de dos cabezas, tres ojos y diez anos. Por su parte, Hall sumaría a sus actividades las de guionista oficial de la serie B/Z (escribiría para David DeCoteau) y director. Su primer largometraje venía auspiciado por el mismo Fred, la mítica "Engendro Satánico" (o "Evil Spawn"), sobre la que pueden leer en nuestro libro.
Fiel al que durante años fue su método de trabajo, Olen Ray se agenció decorados ajenos para rodar, destacando el laboratorio donde realizan el experimento y que, si no me falla la memoria, pertenece a Roger Corman, es más, podría ser el mismo sitio donde se rodó "Galaxia Prohibida". Resulta muy regocijante reconocer en la banda sonora algunos efectos extraídos del famoso archivo de la BBC. En España estos iban empaquetados en dos discos o cintas de cassette que cualquier artífice de cortometrajes caseros tenía en su poder. El más explotado es el del grito masculino, aunque también suena por ahí un perro rabioso que, pal caso, pone "voz" a un extraterrestre. Más datos fricazos: la cabeza cercenada que aparece al final en realidad es un préstamo de Steve Johnson, técnico de efectos especiales cuyo trabajo has podido disfrutar en montañas de títulos bien reconocibles (visita Imdb, pinfloi!) y que anduvo casado con una de las musas de Ray, Linnea Quigley. El ya fallecido cineasta zetoso Donald G. Jackson, culpable de "El infierno vuelve a Frogtwon" (también presente en nuestro libro) o la infame "The Demon Lover" (en España atribuida erróneamente al mismo Fred Olen Ray en una de sus ediciones en vhs), asiste al director y se marca junto a él un cameo como paramédico.
Pero hablar de "Biohazard" significa hacerlo de su ya legendario final. De otro modo, nos estaríamos perdiendo lo que, al fin y al cabo, es lo mejor de la película. Imaginaos el percal: Estás viendo el tenso y aterrador desenlace, en el que la chica con poderes mentales confiesa al protagonista que ella también es una extraterrestre de aviesas intenciones. Se produce el silencio, el prota mira asombrado la mutación de la moza que unas horas atrás quería follarse... de pronto su expresión cambia y, a la par que cruza la mano por su cuello simulando una degollación, exclama medio sonriente: "¡Cortad esto ya!". Suena una alegre y dicharachera canción rockandrollera estilo años 50 y comienzan a sucederse los créditos compuestos no sólo de letras, también de numerosas y curiosas tomas falsas. Así como lo leen. En ellas podemos ver errores técnicos, el método express con el que Ray dirige al reparto, risas, cómo un actor escupe sangre falsa al objetivo de la cámara, al hijo del director moviéndose torpemente dentro de su disfraz o a este mismo posando picaronamente con la actriz protagonista justo al final de un rollo. Fascinante. Naturalmente el fin de tan chocante táctica es alargar el escueto metraje de la película, que a duras penas alcanza los 80 minutos (lo que la hace más disfrutable, of course), sin embargo, también es verdad que, aunque puede que inapropiado y cutre para muchos, estas son las cositas que hicieron de Fred Olen Ray alguien "grande" y diferente. Ningún realizador de Z-movies, cuadriculado y con miedo a que su película no disimulara lo suficientemente bien su espíritu zopenco y cafre, osaría mostrar todo ese material. Tomárselo tan a cachondeo. Fred Olen Ray sí, y por eso se salía de la norma, por eso destacó y por eso me fascinaba. Estas chorradas (o los títulos de crédito del inicio de "El misterio de la pirámide") era lo que yo denominaba con afecto "el toque Ray" y lo que convirtió a "Biohazard" en algo más que un simple refrito cutre de las monster movies clásicas. Al menos para mi.
Merece la pena que dediquemos unas líneas a la mentada "alegre y dicharachera canción rockandrollera estilo años 50". Se titula "Rockabilly Rumble" y sus artífices responden al nombre de "Johnny Legend and The Skullcaps". Johnny Legend no es un cualquiera, se trata de un hombre orquesta de reconocible aspecto (es delgado, altísimo y luce una larguísima barba blanca) que si nos interesa es porque, entre muchas de sus actividades, dedicó tiempo a adorar, estudiar y promocionar las veleidades del cine "trash". O del de terror, simplemente. Le has visto como actor en "La novia de Re-Animator" o "2001 Maníacos". Durante los 80 produjo una serie de vídeos en los que se recopilaban trailers de clásicos del "trash" conocidos como "Sleazemania!". Justamente, Fred Olen Ray firmó un par. También ha sido director, su obra más famosa es "My Breakfast with Blassie", protagonizado por el mismísimo Andy Kaufman. Todo un personaje.
En el reparto de "Biohazard" aparecen algunas caras curiosas, destacando la de un acabadísimo Aldo Ray, ya en lo más bajo de su descendente carrera, o la neumática y morbosa Angelique Pettyjohn, conocida a nivel "cult" por su intervención en un capítulo de la serie original de "Star Trek" (en el que William Shatner caía rendido a sus tetas... er digo, pies) o la mítica -y filipina- "Mad doctor of blood island". Otros nombres que repetirían con el realizador son William Fair (volvimos a ver su faz de héroe de tebeo en "Del espacio profundo"), Richard Hench (este incluso estuvo en "Scalps", también en "Del espacio profundo" y en "El misterio de la pirámide", "Mob Boss" o "Prison Ship", en la que repetía Aldo Ray), aunque el más reconocible es David O´Hara, prota de la siguiente peli de Ray, la mentada "El misterio de la pirámide" que también anduvo en "El poder de las armas" o en Z-movies tan míticas como "Hard Rock Zombies" (en nuestro puto libro!!) o "Ángel de la venganza", del legendario Ted V. Mikels. Igualmente, en el apartado técnico encontramos nombres que volveremos a ver, como los de Bart y Bret Mixon (el primero había realizado los créditos animados de "Alien Dead" y ambos terminarían metidos en películas de lo más mainstream) o T.L.Lankford, director y productor que solía currar como guionista para Fred Olen Ray. En este caso no es que se luzca mucho, ya que su función en "Biohazard" es la de escribir diálogos adicionales... y visto lo visto, mejor que se hubiera dedicado a recoger flores o pasear canes meones.
Por sorprendente que suene (¡¿más?!), en 1995 Fred Olen Ray produce "Biohazard: the alien force", dirigida por Steve Latshaw, una especie de remake/secuela que, básicamente, cuenta lo mismo que la original menos por lo de la tía con poderes mentales. ¡Para una idea buena que tienen!. Aquí el bicho surge de un experimento genético... pero el resto, lo mismo. De siempre.
Buena Mierda.

EL MEJOR PADRE DEL MUNDO

Hacer una sinopsis de “El mejor padre del mundo” sería cargarse el argumento. Es mejor verla sin saber nada de ella, como me pasó a mí. Y es que si la hago, les parto en dos lo del factor sorpresa y el giro argumental que da la película poco antes de la mitad. De hecho, el que les esté contando esto, ya va a crearles unas expectativas, cosa que hará que tampoco la disfruten en su plenitud.
Digamos que trata sobre la relación de un maestro de escuela y escritor frustrado con su hijo, y con una serie de personas que le rodean.
Con cuentagotas están llegando a nuestro país las películas de Bobcat Goldhtwait. Y gracias al mercado del dvd y/o la piratería, pues lo cierto es que en cine ya se estrenan poquitas cosas. Y esta, con Robin Williams a la cabeza, tampoco lo ha hecho.
Recordemos que Goldthwait, tras una discreta carrera como excéntrico actor (es el Zed de “Loca academia de policia” o el  Carl de “La Ratera”, ya saben, el tío raro que habla gritando…), se recicla en director independiente. Y lo hace pariendo comedia negra, fina, pero sin llegar a ser pedante. Con “Los perros dormidos mienten” (porque obviaremos, de momento, su opera prima “Shakes the clown” con pinta de comedia estándar) demostró tener un gusto exquisito en esto de escribir y dirigir comedias, amén de un extraño y negrísimo sentido del humor. Pero también parecía que todo era fruto de la casualidad. Sin embargo, quizás un pelín más políticamente correcto, regresa con este “El mejor padre del mundo” y no solo se prodiga como un gran director independiente, si no que la película es aún mejor que la que le precede, y la que más me ha gustado en los últimos años. No ya como comedia en si, si no como película. Es cojonuda.
Claro que su condición de independiente, de extremo y de negro, podía hacer que, para ciertos meapilas, el cine de Goldthwait sea equiparable a, por ejemplo, el de Todd Solondz. Nada más lejos de la realidad. No es tan gratuito, ni provocador, es mucho más gracioso, más burro a la hora de contarnos según que cosas, y a la vez, más sutil a la hora de mostrárnoslo. Y sobre todo, Bobcat Goldthwait, es mucho mejor director que Solondz.
Ahora, esa capacidad para hacernos creer que estamos viendo una cosa, para de repente meterte la hostia y derivar hacia otros derroteros, me ha recordado bastante a las maneras de Michael Haneke. Pero apliquen esto a la comedia, y el hecho de que, gracias a Dios, Goldthwait se aleja totalmente de todo aquello que apeste a intelectual o pedante. Pero sí, sería el Haneke de la comedia.
En cuanto a Robin Williams, ya muy perdido en su carrera haciendo cosas como “Vaya vacaciones” o “Dos canguros muy maduros”, y ya con una edad en la que no se puede hacer siempre de “Patch Adams”, está soberbio (si, soberbio… jamás pensé que diría eso de Williams) y se le devuelve la dignidad con este papel. Al leerlo aceptó,  reduciendo considerablemente su caché, para esta producción de la pequeñita Darko (por Donnie Darko) Films. Además, Goldthwait tuvo el detalle de convertir a su personaje en un ávido devorador de películas de terror, que luce un bonito póster de “La noche de los muertos vivientes”, versión Italiana, en las paredes de su salón.
En cuanto a Bobcat Goldthwait, decir que después de esta, se ha granjeado ya el prestigio con “God Bless America”, que caerá por aquí. Por otro lado, se estrenó en Abril, dentro del marco del  "Boston Independent Film Festival", lo que sería su primera incursión en el cine de terror con “Willow Creek”, película sobre bigfoot, que por lo que se ve, es acojonante, no solo como película, si no a nivel de terror. Vísto lo visto, me lo creo, y confío plenamente en él a la hora de afrontar este género. Veremos si no me equivoco.
 En cuanto a este “El mejor padre del mundo”, obra maestra.