lunes, 30 de octubre de 2017

LA MUJER ES COSA DE HOMBRES

“La mujer es cosa de hombres” es un film cuyo argumento, en la época, mediados de los setenta, quizás resultase bala
dí, sin embargo a día de hoy, realizar una película de estas características sería impensable. Por un lado, la corrección política imperante a día de hoy, prohibiría sin tapujos una película como esta, pero no es difícil pensar, que en aquella época, lo único que hacía la película es mostrar una realidad social, amén de que el retrato que nos ofrece de la mujer, no es de lo más edificante ni apropiado (aunque no dudo, que fiel a la realidad de aquellos días).
Jesús Yagüe, acomete una nueva comedia alimenticia, esta vez, firmando algunas líneas de un libreto que firman José Luis Garci y  José Luis Dibildos.
En ella, Ramona, una mujer moderna, sobrevive gracias a las aportaciones económicas que le hacen sus tres amantes, dos hombres casados, uno viudo y todos ellos bien posicionados, que no se conocen entre ellos, y que hacen escapadas semanales, uno los Miércoles, otros los Viernes, y otro los Domingos, con el fin de pasar ese día con su querida.
Un buen día, Ramona se enamora de un profesor, y decide casarse con él, para lo cual ha de abandonar a sus tres amantes. Les reúne, les cuenta todo, y a partir de ese momento, los tres hombres se hacen amigos. Quizás por aburrimiento, contratan a un detective que descubrirá que el nuevo novio de Ramona es un tal “El Luján”, un chulo que se dedica a conquistar mujeres con el fin de desplumarla. Cuando estos le cuentan a Ramona la verdad sobre su novio, se enredará la cosa para ellos tres y también para ella.
Lo que me ha chocado de “La mujer es cosa de hombres” es que, pese a ser un título puntero de la denominada “Españolada” y tener estructura y ritmo de comedia, en realidad se trata de una cinta casi melodramática, muy serena para lo que cuenta, que tan solo se vuelve disparatada en momentos muy punteros —cuando los tres amantes se emborrachan— para al final tener un desenlace abrupto y muy triste, que casa muy poco con una comedia española de la época. Quizás por eso, se trata de una película que, sin tener demasiados medios para su producción, esté un poco por encima de la media. Y, aún siendo un trabajo alimenticio, la mano de su director, un hombre culto y serio como Yagüe, de marcada ideología izquierdista (aunque el argumento sea un poco machista, insisto, solo en consecuencia de aquella época), se deja notar en una película, que filmada por alguien más alocado que Yagüe, sería sin duda mucho más disparatada. A mí, me gusta así, tal cual ha quedado.
Desde luego, cumplió con las expectativas del público, y pese a que a día de hoy ser un film que permanece un tanto olvidado, en su momento pasó del millón de espectadores siendo un éxito del cine Español.
El reparto es de lo más golosito; María Luisa San José, que sale preciosa, José Sacristán antes de ser un señor pedante, el gran Rafael Hernández y Antonio Ferrandis. Todos están estupendos, pero sin duda, Ferrandis se lleva la palma.
La película, dentro de su sobriedad, es divertida y entretenida.

viernes, 27 de octubre de 2017

EL TREN DE BERTHA

“El tren de Bertha”, o más bien dicho, sus críticas son un claro ejemplo de la hipocresía (y en el peor de los casos, de la ignorancia) de aquellos que ven cine de calidad –y solo cine de calidad- cuando calibran la película de la que van a hablar según el rasero que más les conviene.
“El tren de Bertha”, no es más que un “Exploitation” de serie B que se aprovechaba del tirón que tenía “Bonny & Clyde” y una consecuencia directa de “Mamá Sangrienta” dirigida, precisamente, por el productor de esta, Roger Corman. Lo que pasa, es que la dirige un asalariado Martin Scorsese, y solo por eso, para esos plumillas, esta película es un ejercicio de estilo, una película a tener en cuenta. Me gustaría saber que pensarían de ella esos mismos, si la hubiera dirigido cualquier otro. Scorsese aborda su segunda película bajo la batuta del productor, Roger Corman, que le pide unos mínimos comerciales que no son de su cosecha (esto es, dosis ingentes de violencia y sexo, aunque luego, Scorsese, convertiría la violencia en un recurso habitual en su filmografía) y se limita a rodar lo que sus jefes le piden, pero obviamente, salvo por algunas cositas que sí serían su sello, aquí no vemos a Scorsese por ningún lado. Sin embargo, está claro que esta película le sirvió de aprendizaje. Al margen de Scorsese, “El tren de Bertha”, es una película interesante.
Basada en las memorias novelizadas de la tal “Boxcar Bertha” que da nombre a la película en su versión original, cuenta la historia de una joven huérfana que  durante la gran depresión”, se asocia a un sindicalista del sector ferroviario. Los avatares del destino propician que ante los problemas con las huelgas y los sindicatos, el sindicalista, Bertha, y un par de hombres más que se encuentran por el camino, formen una banda criminal que se dedica a asaltar trenes con el fin de donar este dinero al fondo para huelgas, sin embargo, ya se les busca por comunistas y criminales. Durante la travesía que nuestros protagonistas atravesarán, seremos testigos de varios baños de sangre.
El principal atractivo de esta película, que al final no deja de ser una peliculita de bajo presupuesto, es el poder ver como se maneja Martin Scorsese con pocos duros y con tan solo tres semanas para rodar. Y no se apaña mal, no crean, pero no mejor que otros directores de películas baratas. Cuando se escribe sobre “El tren de Bertha”, nadie se quiere dar cuenta de la cantidad de desenfoques con los que cuenta la cinta –no por una cuestión estética, sino por incompetencia-, ni de lo mal montada que está, o de ese raccord criminal que no pocas veces provoca la hilaridad del cinéfilo más puñetero y avispado. Por otro lado, el verdadero interés de esta película, radica en ver las carencias y chapuzas de las que hace alarde, y jamás lo contrario. Porque no. Porque “El tren de Bertha” está entretenida, y es curiosa, pero es una película muy mal hecha. Casi Amateur.
Un tal Miguel Ángel Palomo, decía en la prensa: "Un filme comprometido, contestatario, (...) rodado con furia, con dominio visual, y apoyado por una Barbara Hershey que desprende a la par dureza y sensualidad".
Yo me pregunto si vimos la misma película, porque que eso de que es un filme comprometido… Amigo mío, esto es un puto filme comercial cuyo único afán es el de llenar los bolsillos del productor. Que nuestro prota sea un sindicalista no es más que un matiz. Toda esa furia y dominio visual, lo dice usted porque es Scorsese, porque la única verdad es que esta película está rodada con el culo, es una chapuza. Eso si, Barbara Hershey está muy rica, y la vemos hasta las amígdalas en esta película.  Así que lo de la dureza vendrá por las erecciones que provoca la actriz rebosante de juventud y toda ternesca, y la sensualidad por la de veces que sale follando ¿no? Cómo se les ve el plumero. En fin.
Al margen de esto, ciertamente es una película entretenida, con sus altibajos, curiosa y visible. Pero en ningún caso es esa obra revolucionaria que nos quieren hacer creer que es, solo por ser de quien es. Ah, y el guion es flojito.
Como anécdota, decir que cuando Scorsese acabó la película, se la puso a John Cassavetes, quién le dijo que había empleado un año de su vida en hacer una pedazo de mierda y que se alejara del “Exploitation”. Scorsese le hizo caso y se puso a hacer pelis de mafiosos.
En los papeles protagonistas tenemos a la ya mencionada Barbara Hershey que, insisto, no es normal lo buena que está esta mujer (pajilleros, preparados para darle a la pausa y al zoom en la escena en la que ella juega a los dados), incluso en su vejez. Hershey, no quedó muy contenta con la película, y arremete contra Corman diciendo que lo que habia rodado Scorsese estaba muy bien, pero que el film quedó defenestrado por el montaje de Corman que se excede en escenas de sexo y violencia, y que en consecuencia, el público solo vio eso. Yo le digo que, hija mía, si a esta peli le quitas las tetas y la violencia, no solo lo que cuenta importa un bledo al espectador, sino que además sería un coñazo.
También tenemos, en el papel de sindicalista,  a David Carradine, muy joven y totalmente incapacitado para el arte de la actuación, que por aquél entonces salía con la Hershey (con lo feo que era, anda que no tuvo suerte), y que tiene la suerte de hacer una escena en el film junto a su padre John Carradine, que ya estaba mayor el hombre… pero no era consciente de lo mucho que la serie B/Z explotaría todavía su vejez.
Barry Primus y Bernie Casey, habituales en los repartos independientes (e incluso underground) de fuera de Hollywood del momento, completan el reparto.
Está bien. Una curiosidad.

miércoles, 25 de octubre de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "HOOK"

De "Hook", reconocida popularmente por tratarse del gran truño de Spielberg, tan solo recuerdo que fui a verla al cine y que tan pronto la ví, se me olvidó. No la he vuelto a ver desde entonces y me plantéo volver a hacerlo. Hasta entonces, aquí les dejo con sus fotocromos.










lunes, 23 de octubre de 2017

PRÉSTAME TU MUJER

Película tardía del “Landismo” con la que Jesús Yagüe, el director, abordaba su enésimo trabajo alimenticio.
Producida por José Frade, Yagüe guarda nefasto recuerdo de la película, y culpa a su producción de que él decidiera abandonar el mundo del cine, cosa que cumplió tras esta película, con creces.
Cuenta la historia de un opulento político del Opus, que tras haber hecho voto de castidad con respecto a su mujer, se hecha una querida. Con el fin de poder tener esta a mano, obliga a su chofer a que se case con ella, y los instala en un pisito por el que de vez en cuando se pasará, con el fin de echarle un caliqueño a la mujer de su empleado.
La cosa se complica, cuando los recién casados, gracias a la convivencia, acaban enamorándose el uno del otro.
Puro destape de la época en la que era lo que primaba en taquilla.
Yagüe, detesta esta película y la tilda de la peor que realizó, sin embargo yo creo que no se trata de una de las peores películas que nos ofreció en género en la época de los 80. Rodada con poco dinero, recursos ajustados al máximo (predomina el plano secuencia y las conversaciones a un único plano medio) y rodada casi en su totalidad en interiores, Yagüe supo sacar partido al guion del mítico Juan José Alonso Millán —según Yagüe, un guion espantoso— y llevar a buen puerto una comedia sin más pretensiones que adaptarse a la corriente imperante de aquellos días.
Contaba Yagüe en la entrevista que le hice —incluida como contenido extra en el DVD de “Los Escondites”— que tuvo que lidiar con un José Frade despótico que le mandaba llamar a su despacho y le recibía con los pies sobre la mesa, fumando un enorme puro, para decirle que en esa misma alfombra en la que Yagüe estaba de pie, otros directores se habían arrodillado suplicándole otra película. Yagüe, visto el percal, se limito a cumplir con su trabajo tal y como quería Frade, para luego desentenderse de la película.
Alfredo Landa, que ya había ganado una palma de oro y había realizado trabajos más prestigiosos, tuvo que volver al “Landismo”, precisamente porque Frade tenía un contrato que le unía a su productora durante tres películas más, así  que, este tuvo que volver a quedarse en calzoncillos en una película, aunque, según Yagúe, “este estaba encantado de quedarse en calzoncillos”. Por lo visto Landa era una estrella caprichosa y megalómana, que no quería ceñirse a un guión que había que cumplir de manera férrea y que le trajo algún que otro quebradero de cabeza a su director, que no logró hacer entrar en razón al divo. Solo Frade, intuimos que a golpe de talón, lo consiguió.
Por otro lado, la dinamita acabó de estallar el día que, promocionando la película, Jesús Yagüe tuvo que ir a un programa de televisión a presentar su inminente estreno, y siendo honesto consigo mismo, dijo en televisión que la película era una soberana porquería, lo que propició su ruptura laboral con Frade y, por voluntad propia, el abandono de la profesión de dirección de cine: “Qué los aguante su padre”, debió pensar.
Por lo demás, ya les digo que a mí “Préstame tu mujer” no me parece ni tan mal, está entretenida, cutrecilla, pero con momentos divertidos. Eso si, no deja de ser una españolada más, adscrita al destape, y del montón.
Junto a Alfredo Landa, tenemos a Juan Luis Galiardo, Norma Duval, Concha Cuetos y Manuel Alexandre. Ninguno está especialmente memorable.
No fue mal en taquilla, casi 600.000 espectadores. Era lo que se estilaba.

viernes, 20 de octubre de 2017

THE EDITOR

El postmodernismo ha matado el cine de terror de Serie B.
Cuando una panda de inútiles tras las cámaras, jovenzuelos aficionados al cine de terror se ponen a invertir todos sus ahorros en hacer películas de su género favorito, todo se ve emponzoñado precisamente por la amalgama de conceptos, el mucho querer abarcar del fan que aunque tenga bien estudiado el cine de terror, aunque tenga unas nociones de dirección solventes, acaba queriendo recrear en su película todo aquello que le gusta convirtiendo todo su material en poco menos que una puta mierda. Máxime, cuando por una cuestión de inseguridad incluye en su película las consabidas dosis de humor para acabar justificando su inutilidad diciendo que es que su película en realidad es una comedia. Desesperanzador del todo.
Y si dentro de estas nuevas generaciones de realizadores del terror barato podemos tener cosas medio decentes dentro de esta vertiente homenajistica como pueda ser “All Through The House”, la mayoría de estas nuevas películas deambulan entre la pantomima burda y la ensalada de conceptos mal entendidos. 
“The Editor” homenajea, sin orden ni concierto, el “Giallo” italiano con su fotografía colorista y su banda sonora y el cine de terror setentero —de estudio— con  sus títulos de crédito y su estética recargada. Y todo mal, porque ni recrea bien el “Giallo”, ni el cine de terror setentero. Es más, ambientada en los setenta,  con esos actores ataviados con sus pelucones, sus patillas y sus bigotazos, exagerados hasta la extenuación yo diría que involuntariamente, sin afán de hacer comedia con el maquillaje y el vestuario, resultan cargantes y absurdos. Además de tener la película una cadencia ágil y una edición muy de ahora que casa muy poco con el tipo de cine que intenta recrear. Todo esto no serían más que  minucias con las que el espectador talludito y maniático (servidores) podría convivir de no ser porque, aparte de todo esto, “The Editor” es un coñazo de tres pares de pelotas. Apaga y vámonos.
Por otro lado decir que, seguramente de una forma casual, esto es una puesta al día gamberra y cafre de la atmosférica “Berberian Sound Studio” de Peter Strickland.
Tenemos a un montador de “Giallos” que debido a un colapso nervioso pierde los dedos de una de sus manos. Justo en el momento en el que está trabajando en una película de terror de Serie Z, alguien comienza a asesinar a los miembros del equipo cortando, además, los dedos de una mano a sus víctimas, justo los mismos que le faltan al montador por lo que la policía comienza a sospechar de él. De mientras, el delirio y la sin razón hacen acto de presencia en la vida de este currela del séptimo arte.
Tras este pastiche se encuentran los Canadienses Adam Brooks y Matthew Kennedy, guisándoselo y comiéndoselo ellos solitos (escriben, dirigen y hasta protagonizan), formando un colectivo llamado “Astron 6” bajo el que perpetran una serie de películas con ese tufo postmodernista que tanto me cabrea y que funciona a nivel local entre el fandom más desprejuiciado, aquel que consume cine de terror sin ningún filtro, que les ríen las gracias a estos realizadores mediocres, con muy poco que decir, a parte de demostrar una y otra vez lo muchísimo que les gusta el cine de terror. Sinceramente, el terror barato, casi mejor si no lo hacen fans.
En la galería de clichés, decir que la protagonista femenina es Paz de la Huerta, mala actriz hasta la exasperación, recauchutada y fea (eso si, con un buen culo) que se está convirtiendo poco a poco en musa de este tipo de productos. Vista también en “Nurse 3D”. 
Más clichés; Udo Kier, como en todo buen producto de tercera, tiene su cameo, así como estos aprendices de Rob Zombie cuentan con piezas exclusivas de Claudio Simonetti en la banda sonora y un  cartel diseñado por Graham Humphreys— suyo es uno de los más llamarivos carteles de “Posesión Infernal”, entre otros muchos— para hacerse respetar entre la caterva de aficionados que les dorarán la píldora.
Un coñazo.

miércoles, 18 de octubre de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "STUART LITTLE 2"

"Stuart Little" fue un producto muy de los 2000, un film infantil y que mezclaba C.G.I con imagen real, en la que un ratón de los más repelente anda para arriba y para abajo con un pajarillo.
En la versión española al jodío ratón lo doblaba Emilio Aragón.
Aqui les dejo los fotocromos de su secuela.









viernes, 13 de octubre de 2017

DRÁCULA PADRE E HIJO

Eduard Molinaro, reputado director clásico gabacho, que gozó de fama internacional gracias a su película “Vicios pequeños”, realiza una parodia del cine vampírico –y gótico- como ya lo hiciera Roman Polanski en “El baile de los Vampiros”, adaptando la novela “Paris Vampire” de Claude Klotz, y para ello, no se le ocurre otra cosa que contratar a Christopher Lee para que haga, por enésima vez, del Conde Drácula, aunque poco tiene que ver el carácter de esta versión con el que ya interpretó previamente con los films de “Hammer”, o con el de Jess Franco. Claro, que Lee tenía la fea costumbre de no rechazar papeles, pero como tendría que estar hasta los cojones de  hacer de Drácula, que tras esta película ya nunca volvió a interpretarlo. Por otro lado, el hacer una comedia de Molinaro en aquél 1976, era una señal de prestigio, y quizás por eso no lo rechazó.
La película es de lo más tonta; El Cónde Drácula logra enamorar a una joven  que le servirá para engendrar un hijo muy deseado. Poco después ella muere, y el hijo de Drácula, Ferdinando, resulta ser un jovencito un tanto trasto. Llegan hasta nuestros días, y huyendo del bolcheviquismo, Drácula y su hijo acaban escapando, separando sus destinos durante el viaje, a París. Allí Drácula se desenvolverá a sus anchas en el mundo del cine, y chupando la sangre de bellas jovencitas, mientras que Ferdinando no se adapta a su condición de Vampiro, queriendo convertirse en humano a toda costa. La cosa se complicará cuando ambos se enamoran de la misma mujer.
La comedia Francesa es característica por ser más serena, menos desmadrada que otras muestras Europeas y aunque queda claro desde el principio que “Drácula, padre e hijo” es una comedia paródica sin mayores pretensiones, el cómo se va desarrollando la acción hace que por momentos no parezca una comedia, si bien es cierto que el comportamiento del conde Drácula es el de un padre abnegado que lucha para que su hijo sea como ha de ser un vampiro, y le sale rana, es tan propio de la comedia, que casi da pena que esta no haya salido un pelín más alocada. Vamos, que es de ritmo agradable, está bien filmada, pero no esbozamos ni una sola sonrisita mientras la vemos, a pesar de que los gags son numerosos, muchos de ellos, filosóficos o de contenido político. Muy a la Francesa.
Al final, lo más interesante es poder ver  a Christopher Lee haciendo de Drácula en una comedia, sin más. Por ver la gracieta. Aunque tampoco sería la primera parodia en la que Lee hace de vampiro, sin ir más lejos, hizo el caricáto en los años 50 en “Agárrame ese Vampiro”, italianada del director Steno, antes de convertirse en un director habitual de las películas de Bud Spencer.
Pasable, sin más.

miércoles, 11 de octubre de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "MI AÑO FAVORITO"

Se trata de una comedia de éxito de los años 80 dirigida por Richard Benjamin de la que no daré demasiados datos porque planeo verla y reseñarla próximamente.
Tan solo diré que se trata de una de las pocas incursiones Hollywoodienses del televisivo Mark Linn - Baker, el popular Primo Larry de "Primos Lejanos".
Aquí sus fotocromos.














martes, 10 de octubre de 2017

AMITYVILLE: THE AWAKENING

De entrada todo se prometía fabuloso: Franck Khalfoun, director del muy notorio remake de "Maniac" y de la menos conocida, pero bien visible, "A un paso de la muerte", es fichado por la reputada "Blumhouse" para llevar las riendas del nuevo "Amityville". ¿Un (otro) remake?. Pues no, una secuela. Últimamente estas habían alcanzado niveles de zetismo que daban grima, por ello la noticia sienta bien. ¡Por fin le devolverán la dignidad a la casita de "Amistadlandia"!. Encima, corren rumores de que la peli es tope violenta. Y el par de años que separan su realización de su lanzamiento aún incrementan más el misterio. ¿El resultado a tanto mamoneo?. Sigan leyendo, please.
Una familia se instala en el famoso caserón encantado. Pero una incompleta. El padre murió y el hijo tuvo un accidente y está en estado vegetativo. Así que solo quedan la madre, la hija adolescente rebelde de pega y la pequeña. Un día, y contradiciendo a la misma naturaleza, el chaval comatoso comienza a dar sutiles muestras de mejoría. La hermana “teen” se hace amiga de los otros "raritos" del insti que le hablan de lo que ocurrió en Amityville. Por difícil que sea creerlo -y más tratándose de una supuesta gótica como es la chavala- esta no tiene ni puta idea de lo que le están contando. ¿Cómo documentarse?, pues -y ahí está el punto más gracioso de la película- viendo "Terror en Amityville" de Stuart Rosenberg, es decir, el (aburrido) clásico. No solo le dedican unos buenos minutos, es que además citan la superior segunda parte y el remake (otro detalle gracioso: una de las góticas raja de estos, cuando el director es responsable de uno que, encima, está entre los más dignos). Finalmente la prota entiende que tras la mejoría del hermano hay algo muy siniestro. Un plan diabólico.
Pues sí, amigos, con semejante plantel esperaba bastante más de "Amityville: The Awakening" y lo que me he encontrado es una peli de terror, apartado casas encantadas, de lo más convencional. No es una basura, pero tampoco es una maravilla. Es como muchas otras de su especie. Además, no vemos el sello de su director por ningún lado. Y si hablamos de la cacareada truculencia, esta fue extirpada por completo en un segundo montaje. Por eso mismo únicamente puedo usar una palabra: Decepción.
Es tan consumible como olvidable.
El reparto guarda un par de sorpresitas, por un lado el protagonismo de Jennifer Jason Leigh y por otro al amigo Kurtwood Smith, el villano del "Robocop" original, haciendo de médico.

lunes, 9 de octubre de 2017

BIO-DOME

Curiosamente, viendo esta película he tenido una sensación que no he tenido viendo otras películas de la época: que “Bio-Dome” es una de las películas más representativas de los 90, al menos en lo que a la estética se refiere. Porque “Bio-Dome” es una absoluta hija de su tiempo. Es noventera en su fotografía fría e insípida, es noventera en el tipo de comedia –la de parejas de amigos que actúan como si fuesen retrasados mentales- y es noventera por las pintas que llevan los actores. Y es que es una película de la era MTV protagonizada precisamente por una de las estrellas de la MTV en la época en la que la moda –porque al final resultó ser la gran moda de aquella década- del “Grunje” se imponía dando paso a todos esas efímeras formaciones que duraron un suspiro. Máximo tres o cuatro años. Lo mismo que la carrera del protagonista, Pauly Shore, que es noventero a más no poder.
En definitiva, que la película apesta a 90s. Y qué feos que eran.
Al margen de eso, este sería el primer gran fracaso de  taquilla de Pauly Shore y, paradójicamente, su gran éxito, porque pese a que la película costó quince millones de dólares y recaudó en taquilla solo 13, es la película más recordada de Shore. Más afecto le tiene sin embargo su parteinare, Stephen Baldwin, quién aseguró en una entrevista que es más reconocido por su papel en Bio-Dome, que por cualquier otro de otra película. Y es que “Bio-Dome” se estrelló en los cines –motivo este por el que la carrera de Shore, prácticamente, moriría- pero sin embargo se convirtió en un pequeño título de culto que triunfó en los videoclubes, y en sus pases en las televisiones por cable. Quizás por ello, hace un par de años, Shore y Baldwin anunciaron sus firmes intenciones de retomar la franquicia con una secuela, que se centraría en los hijos de los protagonistas de esta. No se ha vuelto a hablar del tema desde 2013.
Cuenta la historia de dos retrasados mentales que están en las cercanías de un proyecto científico llamado bio-dome, que consiste en crear un ecosistema independiente para el cual un grupo de científicos se encerrarán dentro de él durante un año. Por las inmediaciones se encuentran los dos subnormales, y como uno de ellos se hace pis, tiran petardos para crear confusión entre los asistentes a la inauguración. Durante el caos que forman, aprovechan pare meterse dentro del recinto del ecosistema pensando que se trata de un centro comercial, con tan mala pata, que se quedan encerrados dentro con los científicos, por lo que la lían parda.
“Bio-Dome”, es una comedia, y como tal, la veo con agrado y con la sonrisilla en la boca desde el principio. Pero seamos serios; se me ocurren pocas películas más estúpidas y tontas que esta. Está realizada tratando al espectador como a un deficiente mental, y es que, es bastante probable que el espectador medio de esta película –y por ende, los fans de Shore- lo sea bastante. Menuda majadería. Verla, es lo mismo que no verla.
Ahora, como documento de lo que fue la carrera de Pauly Shore (que ahora intenta, más que recuperar la fama perdida, el que se le tenga en consideración como cómico), me parece una cinta de lo más interesante; Pauly Shore fue famoso porque Dios así lo quiso. La película no es más que un muestrario de sus gracietas tontas –sin gracia alguna-, sus soniditos imitando fluídos corporales, y chistes de caca, culo, pedo y pis, pero literales. Vamos, que al final me hace hasta gracia, a pesar de la incompetencia tanto de Shore, como de la película.
Dirige Jason Bloom, que para poder comer con regularidad, puso el culo y la cámara en films como este y otra puta mierda titulada  “Hotel Oasis”. Por lo demás, mucha tele.

viernes, 6 de octubre de 2017

CULT OF CHUCKY

Parece ser que finalmente —aunque auspiciado por Universal— es el mercado domestico el que va a afianzar una continuidad de la franquicia de “Chucky”. Tiene todo el sentido porque al final se trata de cine para el fandom, festivalero y hasta marginal en cierto modo, que va a rendir mucho más en el formato domestico que en la gran pantalla, máxime, con los tiempos tan tristones que corren en el mundo de la exhibición.  Y como viene siendo habitual,  semanas antes de su lanzamiento, ya se ha filtrado de manera ilegal en la red.
Estrenada en el Fright festival de Londres, “Cult of Chucky” venía precedida de críticas notorias. También había quién afirmaba que cualquier séptima parte de la saga que fuese, podía permitirse el lujo de ser como le diera la gana. Una justificación como otra cualquiera por parte de un fan que ha de justificar de la manera que sea que la película sea mala.
Continuando las tropelías de “La Maldición de chucky” donde las dejaron, “Cult of Chucky” tiene montones de detallitos que gustarán mucho a los seguidores de la franquicia, pero, sin llegar a las cotas de mierdismo de aquella, lo cierto es que es un aburrimiento de tres pares de cojones que se salva, única y exclusivamente, por los asesinatos en esta ocasión más gráficos y sanguinolentos que en cualquiera de las películas anteriores. Un gore de primera categoría como máximo punto a su favor.
En su afán por contentar al fan, Don Mancini, que retoma una vez más la dirección,  introduce elementos reconocibles de cualquier título anterior de la saga, y más loco todavía, vuelve a introducir en la historia a Andy, el niño de la trilogía original que regresa interpretado ¡¡por el propio Alex Vincent!! quien ya lo interpretó siendo niño. Tenemos hoy aquí a todo un mocetón de cuarenta palos muy obsesionado con Chucky y haciendo un montón de cosas raras en su nombre. También repite Jennifer Tilly como Tiffany, que con 60 espléndidas primaveras continúa siendo una mujer de bandera.
“Cult of Chucky” parece establecer a Fiona Dourif, la hija del propio Chucky,  Brad Dourif (que es clavadita a su padre) como nueva heroína de la franquicia.
Y aunque el tono de la película es serio como se marcó en la anterior entrega, Chucky se reserva unos cuantos chistes a lo largo del film, que marcan un equilibrio entre el horror y la comicidad muy sereno, que le viene bien a una franquicia como esta.
En la parte negativa decir que el argumento es un pifostio de la hostia en el que hasta el meridiano del mismo no sabemos que es real y qué ficción —dentro de la ficción de la película, por supuesto—, o si hay uno o varios Chuckys cometiendo las fechorías.
Nica, la protagonista de la anterior entrega de la saga, es recluida en un sanatorio mental dónde pasará terapia con otros enfermos. La gracia del asunto están en que ella está allí convencida de que Chucky está solo en su cabeza y que los asesinatos que le achaca al muñeco diabólico, en realidad los ha cometido ella. Pronto, para hacer terapia de choque, se les colará por ahí un “Good Guy” que una de las reclusas acogerá como si fuera un hijo propio. Para terminar de redondear el asunto, llegará Tiffany para dejar otro “Good Guy” en el hospital psiquiátrico, por lo que el festival de muertes está servido, a la par que Nica deberá averiguar cual de los dos muñecotes es el que está poseído por Charles Lee Ray… o descubrir si es ella la asesina.
Por otro lado, tenemos una subtrama que nos presenta a Andy ya de mayor, que atesora en una caja fuerte una cabeza medio destrozada con otro “Good Guy” que tiene al propio Charles Lee Ray… tratando de demostrar que la cabeza tiene vida, se monta el belén, el espectador se pierde con tanto “Good Guy”, y Mancini introduce tanta elipsis que vuelve tarumba al espectador. Pero al final se enmienda la cosa en un desenlace digno de una tira del Popeye de Bobby London.
Al final, lo mejor de la película son los muchos y entrañables auto homenajes que contiene la cinta, que al final son pequeños regalitos para el fan de los personajes.
En definitiva: resulta muy floja, pero claro, se trata de un  direct-to-video. Digamos que es demasiado mala para tratarse de una película de la franquicia Chucky, pero que no está mal para ser una videoclubada. Una cosa intermedia.
Yo me compraré el Blu Ray por completísmo puro y duro, pero si no, no creo que malgastase mi tiempo con un segundo visionado.
Con todo, es Chucky. Y vemos a Chucky.
Don Mancini ya anda preparando la octava parte, seguramente también para el mercado del vídeo. Aunque con esta gente, nunca se sabe… Igual luego viene una novena parte otra vez para cine…

martes, 3 de octubre de 2017

SIETE DESEOS (WISH UPON)

Cuando la pasada noche consumí "Wish Upon", desconocía que ya tenía título en castellano, "Siete Deseos". Lo hice en versión subtitulada... o, lo que es lo mismo, descargada ilegalmente. Comento esto porque al concluir le dije a mi acompañante, medio en coña medio en serio, que si algún día se estrenaba aquí la titularían "Deseo Mortal" o algo peor. Me equivoqué.
Por el contrario, tuve razón en algo que pronostiqué antes de darle al “play”, que iba a ser un entretenimiento tontuno, superficial pero efectivo en su cometido. Puro terror adolescente. Y eso es lo que es.
Por avatares del destino, la chica inadaptada de clase adquiere una caja china de los deseos. Jugueteando pide que su eterna enemiga, la rubia guapa e irritante de turno, se pudra. Y se cumple. La gracia es que una vez concedido, la caja reclama un sacrificio a cambio, en este caso el pobre perro familiar. Pronto comenzará a exigirlos de tipo humano y, poco a poco, se irá apoderando de la voluntad de la teenager.
Puro producto palomitero y fast-food que se ve bien, sabe bien, se digiere bien, pero no trasciende. Algo que sería trágico si no fuese porque "Wish Upon" lo sabe, lo asume y se regodea en ello sin complejos. También es verdad que me suelen molar las pelis de deseos que se materializan por arte de magia, sobre todo si tienen un lado perverso (como la misma saga “Wishmaster”), detalle este que perfectamente podría haber influido en mis impresiones.
"Wish Upon" viene dirigida por John R. Leonetti, responsable de la olvidable "Lobos en la noche" o el primer y pasable "Annabelle" (que por cierto, el segundo es un auténtico mojón soporífero). En el reparto destacan las tres "chicas inadaptadas" protagonistas, creíbles en lo suyo, un Ryan Phillipe ya con arrugas en el rol de perdedor, un Jerry O´Connell de presencia casi anecdótica y
una sorprendente/amplia Sherilyn Fenn cuyo fenecimiento probablemente sea el más llamativo, espectacular y "mal lechado" de toda la peli. En el tema violencia y sangre la cosa se mantiene moderada, y canta mucho su deuda con la franquicia de "Destino Final", pero las escenas en cuestión están tan simpáticas como el resto del producto en general.

lunes, 2 de octubre de 2017

CIRCUS KANE

Otro film lanzado en  DVD y plataformas digitales en fechas cercanas al estreno de “It” de Andy Muschietti y al igual que “Clowntergeist” el posible plagio no pasa del cartel promocional y uno o dos elementos que podamos asociar a la adaptación de la obra de Stephen King. Como es de suponer, los elementos atrayentes aquí son el payaste siniestro y los globitos, que aquí están solo presentes en el póster centrándose más en la figura del payaso con sonrisa diabólica, más deudor de la mini-serie que de la película que actualmente triunfa en los cines, siendo este, no obstante un personaje secundario de la cinta que nos ocupa. Por lo demás se trata de una serie B del nuevo milenio de lo más simpática y divertida —¡¡curiosamente!!— con los ojos más puestos en “La casa de los 1000 cadáveres” que en otra cosa,  y que realizada por el hijo de Fred Olen-Ray, Christopher Douglas Olen-Ray (que ya comienza a firmar con un nombre mucho más corto: Christopher Ray) resulta un entretenimiento gore y tontorrón con guiños solo reconocibles para los aficionados —uno de los protagonistas viste una flamante camiseta de “Hollywood Chainsaw Hookers” en homenaje a papá— que deja, sin que nos rasguemos las vestiduras, con un buen sabor de boca. Olen-Ray, por derecho propio, se está convirtiendo en una de las cabezas visibles del “exploit” contemporáneo, si bien todo este nace ya con intenciones mercantiles mucho menos ingenuas y rentables que en los años dorados. Aún así, aparte de todos los títulos producidos, Olen-Ray Jr.  Es director de títulos con tanta jeta como “Megatiburóncontra Crocosaurio”, “El Todopoderoso Thor”, O “Mercenaires”, aquél bodrio que explotaba, más que una franquicia, una idea; la de hacer una película como “Los Mercenarios” con estrella femeninas. Y ahí la tenemos.
“Circus Kane”, se adapta a los tiempos que corren como polla al culo y otroga protagonismo a un grupo de famosos de Internet relacionados con el mundo del cine de terror; así tenemos prestigiosos bloggers, youtubers, una Scream Queen o el equivalente a un especulador coleccionista de “Todocolección”. Por otro lado tenemos a un antiguo “performancer”, Baltazhar Kane, que aparece de la nada mandando a todos estos pringadillos una invitación, por lo que reúne a todos ellos en un mismo lugar y  allí, en una especie de mansión de los horrores, les propone el siguiente juego:  Quién quiera, puede marcharse voluntariamente si no puede resistirlo, pero el que consiga pasar la noche esquivando los horrores (sin morir) que allí acontecerán saldrá de allí 250.000 dólares más rico. Los famosillos de Internet se toman el asunto a chufla porque el tal Kane era famoso con su espectáculo en los 80 e intentarán pasar allí la noche, por lo que irán muriendo todos de la forma más variopinta.
“Circus Kane”, al margen de la estrategia comercial que la emparienta con otra cinto de éxito, es una mierdecilla, por supuesto, pero por suerte, y quizás sea porque de casta le viene al galgo, está infinitamente más entretenida que cualquier título directo a vídeo o plataformas digitales de los que nos llegan ahora, lo cual es un soplo de aire fresco. Parte de toda esta diversión viene dada gracias a las ingentes cantidades de casquería, ya cada vez menos habituales en cualquier película.
Por otro lado, agradezco esa tendencia cada vez más formal a despojar de humor las cintas de terror, por chabacano que sea este.
Se puede ver perfectamente. Además, que toda la parafernalia circense, así como los monstruitos que se encargarán de ir dando cuenta de los odiosos protagonistas (concebidos para ser masacrados) son de lo más chanantes.
El reparto es una cosa cuando menos curiosa; tenemos como principal protagonista a Jonathan Lipnicki, cuyo nombre les sonará de sobra pero al cual  no ubicarán; se trata del niño gafado y rubiales de “Stuart Little” o “Jerry McGuire”. El muchacho a crecido y ha pasado del más brillante mainstream a la costrosa y barata serie B videoclubera, como no podía ser de otra forma. Por el mainstream, también, ha paseado su trasero, siempre en roles secundarios Mark Christopher Lawrence, el negro cuya cara nos es familiar, como también tonteó con el mainstream, casi en calidad de extra Ted Conte, que tenía un papel sin acreditar en  “El silencio de los corderos” para luego acomodarse en mierdecillas intrascendente de este estilo. Destaco a Conte por dos motivos; su rol en la película, su sobreactuación y su personaje, crispan al espectador, cae mal, cae gordo, dan ganas de que muera el primero (se trata del tipo con la camiseta de “Hollywood Chainsaw Hookers”). Y cae mal, porque lo que estamos viendo, física e interpretativamente a un clon de Robert DowneyJr., o mejor dicho, de Tony Stark. El ver como intenta quedar por encima de sus partenaires con chascarrillos de escasa gracia y caritas de tío “cool” pone a uno de lo más nervioso.
Por otro lado, en un rol casi anecdótico, y también como guiño al fan, tenemos a un, ya muy mayor, Richard Moll, (“House, una casa alucinante”, “Noche en el tren del terror”) que se antoja una presencia del todo entrañable.
En definitiva, que no pasa nada porque pasemos un ratillo viendola.