sábado, 29 de junio de 2024

PROFETAS DE LA CARRETERA

Corría primera mitad de los noventa. Ingenuamente interesado por el, en brevísimo sobreexplotado y desvirtuado, "cine independiente norteamericano", andaba muy enganchado a lecturas como la revista "Film Threat", directores del calibre de Alex Cox (que era inglés, sí, pero ya me comprenden) o Amos Poe y la siempre recurrente, cinematográficamente hablando, estética urbana y decadente transitada por perdedores errantes en busca de una oportunidad. Por eso mismo, el día que leí sobre "Profetas de la carretera" ("Roadside Prophets" 1992) en la mentada publicación, comencé a sentir tembleques. Escrita y dirigida por Abbe Wool, quien había sido pareja sentimental de Alex Cox y es co-autora del guion de la discutible "Sid & Nancy", protagonizada por John Doe (nombre real: John Nommensen Duchac, y anda que no suena bien), actor, cantante y guitarra + bajista de la seminal banda punk "angelina" "X", y, peliculeramente hablando, con toda la pinta de encajar en aquello que ansiaba consumir: Joe, motero de buen corazón, se hace amigo de otro, Dave, recién incorporado a su gris curre en una fábrica. Durante un visita al bar, este le habla de un casino maravilloso donde uno se hace rico y tiene acceso a tías estupendas, situado concretamente en el legendario Eldorado, así todo junto (lugar al que Richard Driscoll dedicó una película entera) Justo entonces, Dave muere electrocutado mientras juega a los marcianitos. A partir de ahí, Joe decide llevar sus cenizas hasta ese supuesto paraíso. Embarcarse en un viaje incierto para localizarlo. Naturalmente, ello desembocará en uno de los formatos predilectos por el cine "indie": la "road movie" de ambientación desértica, con inevitable tufo a "Easy Rider" y, sobre todo, "Paris, Texas", que en "Roadside Prophets" se ve referenciada al incluir al prota de aquella, Harry Dean Stanton, en la banda sonora.
Sin embargo, centrarse en esos datos sería quedarse muy corto. Porque hay mucho, mucho más. "Roadside Prophets" se deja ver, no diré lo contrario, pero al carecer de genuina trama -solo es una acumulación de escenas, en las que el protagonista va conociendo personajes peculiares y viviendo situaciones igualmente nada convencionales- termina siendo un poco coñazo. Esto lo sé ahora, que por fin he tenido oportunidad de verla, porque, aunque sí llegó a España, o nunca la localicé en mis vídeo-clubs (raro considerando que la distribuía MGM) o para entonces todo mi interés se había evaporado, cosa perfectamente posible.
Lo realmente divertido del visionado ha sido, pues eso, ir reconociendo nombres, caras, voces y demás. Un juego que, opino, a poco que sean ustedes unos cinéfilos medianamente curiosos, e interesados por cierta subcultura o contra-cultura a la que el film apela completamente, disfrutarán.
Pero comencemos por el principio, la directora y guionista Abbe Wool. Asumo que "Roadside Prophets" no funcionó ni medianamente, porque jamás retomó las tareas de dirección, limitándose a formar parte de los equipos técnicos en un porrón de títulos más que variados, hasta 2014. Luego desapareció.
El productor, Peter McCarthy, tampoco era manco. Debutó junto a Alex Cox en "Repo Man". Siguió con "No me grites que ya te veo" (vehículo para John Cusack y Tim Robbins en plan pareja cómica), "Voy a por ti" (la "célebre" parodia del "blaxploitation" cortesía de Keenen Ivory Wayans) y lo probó en la dirección. Suyas son "Floundering" (otra con pinta de encajar a la perfección en el molde noventero del cine "indie") o "Death & Taxes" (que puso fin a su carrera en el fatídico 2014). Aunque el ejemplo más raro lo tenemos con "Motín en el planeta prisión", neo-western futurista a mayor gloria de Michael Paré que, por una serie de conflictos varios, McCarthy se vio obligado a co-dirigir.
Justo, en esta última localizamos al director de fotografía de la reseñada, Tom Richmond, ejerciendo como tal. No sorprende que, igualmente, terminaría colaborando con Alex Cox... pero sí nos deja ojipláticos descubrir en su filmografía títulos del "calibre" de "Hard Rock Zombies", "Kill Bots" o "Amityville IV: La fuga del diablo". Un jefe.
"Roadside Prophets" pertenece al catálogo de "New Line Cinema", todavía interesados en apoyar un cine bastante más minoritario a pesar de llevar poco menos de una década petándolo gracias al fenómeno Freddy. Y si la "New Line" de los noventa andaba de por medio, también lo hacía su presidente Bob Shaye. Y quien dice Bob Shaye, dice Lin Shaye, hermana y actriz "nepotista" (hoy día popular por su recurrente rol en la saga "Insidious") que, pal caso, interpreta a una mujer sidosa casada con un hombre canceroso.
Más nombres curiosos: Timothy Leary, famoso defensor de las drogas alucinógenas (quien, graciosamente, se marca un discurso anti-drogas duras), David Carradine pegándose el gusto de cantarnos una canción propia (no olvidemos que darle al estribillo y las cuerdas era su otra gran pasión. Tal vez la primera), John Cusack como alocado revolucionario tuerto, Arlo Guthrie (hijo de famoso cantautor Woody Guthrie), un joven Don Cheadle, el eterno secundario Stephen Tobolowsky y Adam Horovitz, más conocido como uno de los "Beastie Boys" (bajo el nombre de Ad-Rock) Lo cierto es que co-protagoniza el film junto a John Doe en el rol de un chaval desquiciado que, básicamente, persigue al protagonista desesperado por encontrar a sus desaparecidos progenitores. Lo he relegado a este rincón por una cuestión de gustos personales: su personaje resulta de lo más cargante, irritante y agobioso. A mi juicio, uno de los aspectos más flojos del largometraje.
En un momento dado, la pareja aterriza en un pub donde un grupo "lounge" de lo más hortera ("Too Free Stooges") toca una canción romántica. Uno de sus componentes es el omnipresente Flea (de larga y lustrosa carrera musical y cinematográfica) Junto a él dos "crooners", encarnados por un par de personajes sumamente apetitosos. Dick Rude, uno de los más mejores amigos de Alex Cox, actor en sus primeras películas y co-guionista de "Directos al infierno" y Manny Chevrolet, una especie de showman / humorista de segunda. Se convirtió en habitual de la realizadora de video-clips y cortometrajes Modi, una pava surgida del punk que asistió a Penelope Spheeris en el rodaje de "The Decline of Western Civilization", "Los tachuelas" y "Hollywood Vice Squad", donde tenía un papelito junto a su padre, y actor secundario de carácter Ben Frank (pueden verlo también en "Yo soy la justicia") Esa faceta de actriz la continuó explotando para el SOV de culto "Dark Romances" y el célebre punk-film superochero "Lovedolls Superstar" de Dave Markey. Hizo buenas migas con Exene Cervenka, cantante de los mismos "X" donde pululaba John Doe (él y Exene eran pareja), pariendo a pachas el guion de "Bad Day", cortometraje rodado en super 8 a modo de western de espíritu cómico que contaba en el reparto con el mismo Doe y nada menos que Kevin Costner. Así, Modi debutaba como directora. Aunque seguidamente pasaría a centrarse en el videoclipismo, de vez en cuando volvía a las pequeñas ficciones -siempre currando bajo el nombre de su productora "Modivation"- Muchas de ellas vehículos de lucimiento para, justo, Manny Chevrolet (compartiendo plano con otro de los habituales de Modilandia, Henry Rollins) "Rosa Mi Amor" fue el que lo petó más, llevándose varios premios en sendos festivales. Tal vez alguno de ustedes recuerde el monográfico que el programa de "cultura alternativa" del segundo canal de TVE, "Metrópolis", le dedicó a la chica. Tras aquel pequeño subidón, Manny Chevrolet intentó pasarse a la política sin mucho éxito. Y Modi, viendo el aparente fin del negocio musical con la llegada de "Napster", se piró a Texas, fue mamá y abrió una tienda de temática "vintage". Dice que anda currando en una serie formato "streaming", así que no ha dejado del todo las cámaras. Curiosos, pueden visitar su página web.
Efectivamente, la reseña de "Roadside Prophets" era una excusa para hablar de ella.
Pero volvamos al film de Abbe Wool, en plan colofón.
Como ya supondrán a estas alturas, la música tiene un papel preponderante. Aparte de la presencia de los ya mentados Exene Cervenka y John Doe marcándose un par de canciones, localizamos a -inevitablemente- "Beastie Boys", Gary U.S. Bonds, "The Pogues" o "Pray for Rain" -encargándose de la fanfarria incidental-, estos dos últimos muy presentes en el cine de Alex Cox. Aunque, a mi gusto, la guinda la tenemos al final, con una copla bastante guapa canturreada por la reconocible voz rasposa de Keith Morris, vocalista de los míticos "Circle Jerks" -otros Coxistas convencidos- que, pal caso, se parapeta tras el nombre grupal de "Bug Lamp". No es el único "Jerk" que rula por la banda sonora, Zander Schloss, bajista de aquellos, también participa.