sábado, 19 de junio de 2021

LUNÁTICOS

En el altamente recomendable documental "Invaluable: The true story of an epic artist" aparece un mastuerzo que presume de un moratón en el brazo infligido nada menos que por Sam Raimi. ¿De quién se trata, de un fan incondicional de esos que rozan el retraso mental? No, se llama Josh Becker, es director de cine, y en su juventud pertenecía al grupo de colegas con los que Raimi rodaba cortos caseros en Super 8 (donde hay que incluir a Bruce Campbell y todos los demás). De hecho, acabó metido en el equipo de rodaje de "Posesión Infernal". Escribió un diario del proceso, hoy célebre, donde detallaba movidas, no todas positivas. Josh era un porrero de tomo y lomo en la época, y un poco rebotón. Se atrevía a cuestionar muchas de las decisiones estéticas que tomaba su colega. Y claro, el paso de los años se la devolvió con un enorme sopapo (¡o un puñetazo en el brazo!), porque mientras Sam anda triunfando en Hollywood, Josh básicamente se come los mocos, pariendo pequeñísimas producciones independientes que, en esencia, no se distribuyen demasiado. Y, encima, el destino hizo que el arranque de su carrera profesional se nutriera un poco-bastante de la fama de Raimi. Para empezar, este interpretó a una especie de Charles Manson sobreactuado en el primer largo comercial de Becker, "Thou shalt not kill... except" -titulado "Vietnam USA" en España-. Y luego tenemos el caso de la peli hoy reseñada, "Lunatics", una producción Raimi / Tapert / Campbell -es decir, "Renaissance Pictures"- con protagonismo -probablemente semi impuesto- del hermano pequeño de Sam, Ted Raimi (que aparece como Theodore). Incluso hay papel DOBLE para Bruce Campbell. En uno da vida a un macarra, algo así como la versión seria del que hizo para "Crimewave (Ola de crímenes, ola de risas)" (de Raimi, claro). A nivel personal, esta peli me trae muchas "memories", ya que en 1991 andaba obsesionado con ella. Y luego, fue a causa de su presentación en el Festival de Sitges que Ted y Bruce se pasaron por allí y, de esta guisa, tuve oportunidad de pedirles una firmita. Muy majos ellos. Cuando finalmente llegó a los estantes de nuestros video-clubs como "Lunáticos" cortesía de Columbia / TriStar, nada menos, la alquilé raudo y... me decepcionó. Pero eso pasaba siempre, así que no lo tengamos en cuenta. Es mucho más significativa la opinión que esputaré a continuación, con el visionado aún caliente. Ardiente.
Hank es un tipo raro. Vive encerrado en su apartamento porque, cada vez que intenta asomar un pie al exterior, sufre alucinaciones en las que ve arañas que quieren devorarle el cerebro o siniestros médicos encabezonados en operarle. De mientras, conocemos a Nancy, otra rarita sin demasiada suerte que, huyendo de un intento de violación, recala en los aposentos de Hank. Resulta que tienen en común su pasión por la poesía, así que se enciende una chispa... una que se verá alterada cuando la locura transitoria de uno y la "gafez" de la otra, propicie un momento violento y la huida de Nancy. Hank, megacolado como está, decidirá salir a la calle a recuperarla, aunque para ello deba enfrentarse a todos sus monstruos. Por supuesto, la peli termina en boda.
En un antiguo número de "Film Threat Video Guide", Josh Becker narraba lo mal que lo pasó el día que, asistiendo a un festival, antes de su película proyectaron un corto de tirón transgresor con un padre violando analmente a su hijo. La mitad del público salió corriendo, cosa que horrorizó al cineasta, entre otras razones porque, opinaba, el corto y su peli no casaban nada, siendo lo suyo algo mucho más ligero, inocente y alegre, calificándolo sin despeinarse de comedia romántica. Y sí, puede que eso sea "Lunáticos" (no olvidemos que en los USA lleva como subtítulo "A love story"), solo que un poco rara. Los dos protagonistas están lejos de ser galanes, en realidad se trata de la historia de unos inadaptados que se cruzan y conocen el amor. A ello hay que añadir todas las secuencias de efectos especiales a base de maquetas y un encantador stop-motion. Tampoco el elemento comedia es exagerado, pero está presente, sobre todo con las tendencias "slapstick" de Ted Raimi, y sirve para compensar los momentos más abiertamente dramáticos, que tampoco faltan. Con todo, y sin ser nada deslumbrante, la película funciona. Un pasatiempo limpio y amable con el que matar una tarde tontuna. Me gustó más de lo que recordaba... pero tampoco como para hacerme con el DVD (si existiera).
Sin embargo, a pesar de los logros del director y guionista Becker, la sombra de Sam Raimi sigue siendo muy alargada. Por ahí leí que alguien consideraba el film como la quintaesencia del cine del creador de "Evil Dead", apartando totalmente al autor real de la ecuación. ¡Injusto!. Da la sensación que con "Lunáticos", Josh Becker podría haber dado el salto a un cine un poco más estándar. Su peli, dentro de la modestia, no queda demasiado lejos de ciertos títulos "indies" más reputados. Pero no, no funcionó. Y el pobre hombre, desde entonces, se ha dedicado pues a rodar aquello que le dejaran, desde encargos ("Alien Apocalypse" telefilm con Campbell de protagonista), a productos casi de arte y ensayo ("Running Time", thriller en blanco y negro, recuperado y lanzado en Blu-Ray recientemente, desarrollado en una sola toma y, sí, con Campbell de prota otra vez) y cositas tan minúsculas que no han tenido repercusión (y en las que no vemos a ninguno de sus viejos camaradas. ¿Tal vez acabaron mosqueados? A veces me lo pregunto, de toda esta pandi, ¿quienes serían los que caerían mal y de los que el resto rajarían en privado?).
Además de los mentados, otros integrantes del clan Raimi que aparecen en "Lunáticos" son el compositor Joseph LoDuca y el hombre-para-todo John Cameron (que interpreta a Edgar Allan Poe, nada menos), uno de los menos conocidos pero activo desde los tiempos de los cortos de Super 8 pasando por, obviamente, la misma "Posesión Infernal", para la que abandonó sus estudios de cine en la Universidad de Nueva York donde, suponemos, conoció a los hermanos Coen. Tal vez ello motivara que Joel participara en el montaje del clásico de Raimi, e influyera en la carrera de Cameron, que tras sus escarceos con el grupito de Sam, se lió en serio con los hermanos judíos, co-produciendo algunos de sus títulos de mayor relumbrón.