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domingo, 16 de septiembre de 2012

TERRORÍFICAMENTE MUERTOS

Los habituales de este blog ya deberían saber a pies juntillas la devoción que siento por "Posesión Infernal", que es mi peli favorita número uno, que es la absoluta mejor de la trilogía "Evil Dead", que patatín y patatán. En todas las conversaciones que tengo al respecto siempre tiendo a marcar la diferencia, porque es evidente que a nivel popular, la segunda parte es la que recibe más afecto. De  hecho, la mayoría de los seres humanos que hoy se acercan o comienzan la treintena, tienen "Terroríficamente muertos" como la peli de la saga que les hizo descrubrir muchos placeres y, ya de paso, a Sam Raimi. Vamos, que también es una cuestión generacional, porque los de mi quinta (cerca de la cuarentena) sentimos especial fijación por la primera. Resumiendo: Todo depende de cual viste en la tierna edad en la que todo esto del cine fantástico aún tenía el poder de impactarte y grabarse en tu cerebrito. Pero vamos, lo que vengo a decir es que, a pesar de mi opinión ultra-favorable con respecto a "Posesión Infernal", siento una gran gran estima por su segunda entrega, "Evil Dead 2: Dead by Dawn", título original. El español en su época nos parecía una birria, pero ahora, todos estos años después, resulta incluso simpático.
Y es que yo viví "muy de cerca" el nacimiento de esta película. Recuerdo perfectamente cuando, estando en octavo de E.G.B, y ya a punto de terminar el curso, hicimos el inevitable viaje de despedida. En la frontera Francesa, aprovechando un parón del autocar para estirar las piernas, entré en un quiosco y me di de bruces (campbells!) con la que entonces era mi revista favorita, "Mad Movies". No tardé ni un segundo en comprarla y devorarla el resto del trayecto. Y sí, fue en ese ejemplar donde vi las primeras imágenes de "Evil Dead 2". Por  entonces ya sabía de la existencia de "Posesión Infernal", probablemente la había visto y ya la amaba, por lo que la noticia supuso un cuantioso subidón de adrenalina que me alegró el resto del viaje. Todas las fotos se prometían estupendas. No deja de resultar curioso descubrir como, en esos tiempos, y en esas edades, todo es predisposición a disfrutar positivamente de las cosas. Finalmente la peli se estrenó en España, un poco de tapadillo (concretamente en la desaparecida sala "Waldorf") y corrí a verla el día de su estreno. No hace falta decir que disfruté como un chino, la adoré, la amé, y en cuanto "Dister" la sacó en VHS, la alquilé y la copié. Sin dudarlo. 
Con el remake de "Posesión Infernal" a punto de estreno, nos viene que ni pintado recordar el comentario habitual según el cual ese dichoso remake ya existe, y se titula "Terroríficamente muertos". Pues sí, no es una idea tan descabellada, aunque en realidad, el remake lo tienen en los primeros quince minutos, a partir de que la fuerza maligna agarra a Ash por el pescuezo y lo lanza contra un árbol, entramos en terreno de secuela pura. Vamos, que podríamos coger "Evil Dead 1" y "Evil Dead 2" y, con ayuda del Pinnacle, pegarlas previo recorte de materia sobrante y encajarían bastante bien. Y es que ¿¿cuánto más se puede sacar de una historia situada en una pequeña cabaña y con un único verdadero protagonista como héroe de la función??, no mucho. Aunque, por lo demás, y como bien saben, el tono de ambas pelis es casi casi opuesto. Lo que en "Posesión Infernal" es puro drama, sin pizca de humor consciente, con gente angustiada, seres queridos siendo poseídos y asesinados y una atmósfera lóbrega y realista dentro de lo que cabe (efecto del escaso presupuesto), en la secuela es desmadre, locura y cachondeo (aunque tampoco TANTO como se suele decir, eso déjenlo para la tercera), una auténtica montaña rusa repleta de monstruos imposibles y heroicidades de comic book. Es por todo eso que la segunda suele llevarse mayores simpatías, porque es más... eso, simpática, desenfadada, incluso inverosímil, lejos de la crudeza y el pesimismo de su primera parte. No olvidemos que el personaje de Bruce Campbell, Ash, cobra verdadera relevancia a partir de aquí. Es en "Evil Dead 2" donde se forja su imagen heróica de la sierra mecánica en el muñón, los caretos de dibujo animado y los chascarrillos. En la primera, moría al final. Es un dato que, obviamente, ha sido olvidado, pero pónganse en mi lugar... ver "Posesión Infernal" con trece tiernos años, y encontrarse que, después de tantas vicisitudes, su simpático protagonista fallece justo antes de los créditos pues, oiga, impacta, impacta mucho, y ayuda a forjar esa imagen aterradora y chocante que la peli arrastrará consigo el resto de tu vida. Y, obviamente, no hablemos ya del elemento "gore". En la primera teníamos un festival de las truculencias más descerebradas, en la segunda la cosa se controla... tanto, que no quedaba ni rastro de ello en la tercera.
Pero, ¡caray!, yo quería evitar una reseña basada en el inevitable efecto comparativo entre las dos, porque era de cajón por cual me decantaría, así que dejemos ese maldito juego aquí y hablemos de la peli.
Pues sí, chuminadas a un lado, "Terroríficamente muertos" se erige como un show altamente gozable. Y muy entretenido. Es una peli que pasa volando aunque un buen cacho de ella únicamente disponga de un actor. Claro que, menudo actor, no considero al amigo Campbell un intérprete demasiado talentoso, pero en ese registro, vamos, se lo come todo. Bruce Campbell ES "Evil Dead 2". Sin su presencia, sus muecas y su desmelene, no sería ni la mitad de divertida de lo que es. Porque no nos engañemos, la trama es ridículamente lineal y tontuna (bueno, como en la primera!), los efectos especiales bastante pobres (maquetones, muñecotes horribles, stop motion tirando a cafre...) y los diálogos chorras, repetitivos y totalmente de relleno, además, Raimi comete un error que no cometía en la primera (junto a Scott Spiegel en tareas de guión), alejarse demasiado de la cabaña, rompiendo de este modo la sensación de inquietante claustrofobia que sí tenía aquella (¡argh!, ¡ya estoy otra vez!). Es evidente que "Evil Dead 2" no es una peli perfecta y tiene más pifias por minuto que yo pelos en el culo, pero también que Raimi lo suple con unos cuantos buenos quilos de imaginación y, sobre todo, técnica. Imposible de olvidar el protagonismo de su cámara completamente alocada y que no cesa de correr y meterse por los recovecos más imposibles. De antología es la famosa persecución entre esta y Bruce Campbell. Y luego nada malo que decir de los delirios que sufre el protagonista cuando está solo: el cadáver bailarín, los objetos que se parten de risa, el reflejo traicionero, aspectos que rozan ya directamente el surrealismo, como esa inexplicable escena en la que el balancín se mueve a medida que Campbell aproxima su mano, o aquella otra en la que las fuerzas intentan entrar en la cabaña a base de rarísimos planos deformados y ruidos inexplicables. Tampoco es moco de pavo todo el asunto de la mano poseída, aunque quizás llegue al borde de cargar un poco las tintas. Y luego, claro está, la sierra mecánica (¿cómo sabe Ash dónde encontrarla, si no ha tenido tiempo de inspeccionar la cabaña?) y el fabuloso momento en el que despierta el super-héroe de tebeo que hay en él.

Sam Raimi, que se define a sí mismo "entertainer" antes que artista, se lo curra para no darnos respiro, para hacernos volar, vibrar y saltar sin descanso. A veces se le va un poco la pinza. A mi el final, con la aparición de ese monstruo-árbol, me parece un poco excesivo y verbenero, pero se perdona, se perdona porque en esencia "Terroríficamente muertos" es un gozoso divertimento de cabo a rabo listo para disfrutar con todo lo que conlleva, desde sus delirios visuales, pasando por los sustos (porque de miedo, poco) hasta las, ahora sí, evidentes gotas de humor. Y todo ello en el infalible entorno de un lúgubre bosque encantado y una aterradora cabaña de madera. No se puede pedir más, un clásico de nuestro tiempo que si no has visto, deberías ver YA o acabaremos vetando tu entrada en este blog.

lunes, 11 de noviembre de 2013

WITHER, POSESIÓN INFERNAL

Cuando era un jovencito imberbe y veía una película que me gustaba excepcionalmente, me pasaba los días o las semanas siguientes buscando otras que se parecieran a aquella. Y si lo que localizaba eran exploitations descarados, tipo la escuela italiana, mejor que mejor. Era un modo como cualquier otro de prolongar el placer y saciar mi sed. A base de visionados y decepciones aprendí que aquellos sucedáneos nunca estaban a la altura del film original y rara vez me quitaban el mono, por lo que dejé de seguir tan poco recomendable prática, a pesar de que hoy día es algo tan normalizado que incluso tiene su propia etiqueta, "mockbuster". Sin embargo, todavía existe una película capaz de reavivar en mi tan insano deseo y, obviamente, no puede ser otra que "Posesión Infernal", la primera, la original, la obra maestra que, no solo adoro, sino que casi representa para mi toda una forma de vida (aunque sin llegar a la subnormalidad profunda de la que hacen gala los fans que aparecen en el reciente documental "Hail to the deadites". Eso ya sobrepasa incluso mis peores pesadillas).
A lo largo de todos estos años, he echado mano de cualquier película que hiciera tufo a "Evil Dead", sobre todo si eran imitaciones directas como "Evil Clutch", "Demon Wind", "Dark Power" o los primeros minutos de "Forever Evil" (todas ellas bastante terribles), por eso mismo el día que me enteré de que existía una nueva candidata al trono, y que encima llegaba desde la lejana Suecia, rápidamente me entraron unas ganas incontrolables de consumirla. Se llamaba "Wither" y lucía un poster tan chanante como el que ven aquí al lado. Logré agenciarme alguna que otra versión, pero todas estaban en el idioma del diablo y no podría gozarlas, así que me di por vencido, hasta que un amigo me dijo que sorprendentemente la iban a sacar en dvd en España, así que era cuestión de tiempo que pudiera echarle el lazo. Cosa que ocurrió hace escasos días.
Imaginemos ahora que, en una realidad alternativa por ahí inicios de los 80, se estrena el clásico de Sam Raimi, funciona razonablemente bien, pero no tanto como para generar un culto, secuelas y mucho menos el temible merchandising que, a la larga, todo lo vulgariza. Imaginemos también que "Wither" se rueda un par de años después y con intenciones puramente "exploitables", sin homenajes ni polladas. En su paso por las pantallas españolas, "Posesión Infernal" funciona tan bien que un distribuidor avispado (¿José Frade?) decide comprar los derechos de la peli sueca y estrenarla en nuestros cines de barrio como, directamente, "Posesión Infernal 2". Así, igual que hacían los italianos, por la patilla. ¿Suena bien, eh?. Pues algo parecido debieron pensar los muchachos de "Cameo" cuando decidieron lanzar la imitación en dvd con el notorio y descarado título de "Wither, posesión infernal". ¡¡Seeeeh señoooorrr!!. Treta no tan descabellada si tenemos en cuenta la coincidencia de fechas entre "Wither" y el remake oficial de la masterpiece de Raimi. Y es que, por lo visto, el pequeño film sueco, dentro de su indudable modestia, acarreaba consigo cierto nombre, cierto peso, aunque fuese única y exclusivamente por su condición de refrito. Algo muy lógico en estos tiempos tan post-modernos que vivimos y sufrimos. En Estados Unidos se lanzó en dvd con el menos divertido, pero también muy funcional, título de "Cabin of the dead", tal vez con la intención de churrupetear del éxito de "The cabin in the woods". Todo es posible.
A semejante curriculum, había que añadir un dato más que lo hacía todavía más atractivo, su responsable. La mente pensante tras "Wither" es la de Sonny Laguna. No, no es un chiste, este caballero con nombre de "crooner" decadente existe de verdad y antes del film que ahora tratamos había dirigido un "slasher", también con fines homenajeistas, titulado "Blood runs cold" que comenté, bastante positivamente, en este blog hace un tiempo. Que ese películo nunca llegara a España, y "Wither" sí lo haya hecho, certifica el interés que esta segunda despertaba en el siempre alerdado fandom. Sin embargo, ya les adelanto que en lo referente a resultados satisfactorios, la ecuación es totalmente inversa.
Bien, aquí no hay truco alguno. Un grupo de chavales parten a la montaña para pasar el finde en una cabaña en el bosque. Pim pam. Y, encima, el emplazamiento se parece mucho al que salía en "Blood runs cold", lo que no sería nada raro. Bien, resulta que, como haríamos todos al colarnos dentro de una vieja cabaña abandonada en pleno monte, una de las chicas baja al sótano (al que se accede mediante trampilla) y ahí es poseída por algo. No tardará mucho en manifestarse y comenzar a atacar al resto del reparto (entre ellos un chulazo rubiales por el que todas las tías pierden los jugos, pero que únicamente logra pescar la -curiosamente- menos agraciada). En plena noche aparece un tio armado con un rifle y les explica no se qué de unos bichos infernales que si los miras, te roban el alma. Luego, una vez ha cumplido con su cometido explicativo, la palma. El resto también os lo sabéis de sobras, los jóvenes irán siendo poseídos one by one y aniquilados por los supervivientes, que van reduciendo el número a medida que la diabólica noche se acerca a su final.
No perdamos el tiempo y vayamos a lo que de verdad nos interesa, a lo que nos da morbo, ¡¿cuánto se parece "Wither" a "Posesión Infernal"??. Pues mucho. De hecho, viéndola me planteé seriamente dónde termina el homenaje y comienza, simple y llanamente, el plagio. O hasta dónde es válida la excusa del tributo para poder copiar indiscriminadamente. La lista es larga. Tenemos un prota que se llama Alvin (que suena muy parecido a Ashley), con una novia que se llama Lisa (que suena muy parecido a Linda). Es así como el más tímido e inofensivo y luce una camisa azul. A medida que se desarrolle la locura, tendrá que enfrentarse al mal usando hacha y fusil y, claro, deberá sacrificar a su querida pareja. Del sótano maldito ya hemos hablado, así que vayamos a por otras cuestiones: tenemos el brindis durante la cena, tenemos la poseída que habla e insulta a su víctima y que cuando creemos muerta, tumbada en el suelo, abre los ojos en primer término mientras al fondo los demás no se dan cuenta. También está el momento en que una de las chicas heridas reposa durmiente en el sofá, y uno de los boys va a comprobar su estado, para que esta, de pronto, despierte convertida en un demonio. Claro que no todo se limita a salidas narrativas, también las hay estéticas, el director calca algunos encuadres del film de Raimi o ya directamente de la secuela, como cuando el chulazo, en pleno bosque y tras agredir a una chica maldita, planta la pala en la tierra dentro de lo que llamamos un plano de ángulo aberrante (muy típicos de la buena época del papá de "Darkman"). O la música, hay fragmentos que recuerdan demasiado a la que Joe LoDuca compuso, especialmente con la utilización del piano. ¿Material propio?, sí, claro, algo hay... por ejemplo, el film arranca en la ciudad, con los protagonistas preparando el viaje. Ahora a la distancia, puedo decir con bastante seguridad que esa parte fue parida única y exclusivamente para marcar la escueta diferencia, porque la verdad es que, narrativamente, no aporta absolutamente NADA y bien podría haber comenzado todo ya de camino a la cabaña. Aún así, a pesar de lo expuesto, hay un tipo en Imdb que osa afirmar que la peli de Sonny Laguna "no tiene nada que ver con "Evil Dead"". Si, claro, sin duda.
Vale, superado el juego de las comparaciones, ¿qué nos queda?. No mucho. "Wither" tiene sus cosas buenas, sí, técnicamente es bien solvente, incluso puede presumir de algunas imágenes bonitas y otras notables y contundentes. Vamos, la primera posesión está lograda, es bastante inquietante y hasta, ¡coño!, incluso hay un susto que funciona. Lástima que todo eso pase a los 15 o 20 minutos de metraje, porque a partir de ahí es cuesta abajo. En realidad es una película bastante plomiza, sosa, sin alma, repetitiva y con una puesta en escena carente de imaginación. Y es una pena, porque el monstruo que todo lo genera, el que sale en el poster, tenía posibilidades... de hecho, recuerda un poco a la tía "Henrietta" de "Terroríficamente muertos", pero cuando le llega la  hora de lucirse, en fin, no es gran cosa y resulta bastante fácil de tumbar. No explico más, ya lo verán. El final es de lo más tontaina y, nota incongruente, la policía nunca llega a hacer acto de presencia a pesar de que, a diferencia de lo habitual, aquí sí que funcionan los móviles, uno de los chavales les llama y estos aseguran que parten para allá.
Pero ¿hay gore?. Que sí, zopencos, que lo hay y es bastante contundente. Totalmente serio, algo que agradezco. De hecho, las paredes de la cabaña terminan teñidas de rojo y uno se percata de que, en realidad, no se ha derramado TANTA sangre como para manchar de esa manera... pero bueno, tampoco molesta. La hemoglobina siempre es efectiva.
Mientras la veía, y con el fin de combatir el cada vez más notable aburrimiento, me planteé una idea retorcida y que, en cierto modo, ya hemos tratado al principio de este texto infernal. Dado el mimetismo, casi podríamos tildar a "Wither" de remake de "Posesión Infernal". Y teniendo en cuenta que este ya existe oficialmente y casi coincide en fecha de rodaje con la película de Sonny Laguna, la pregunta se hace inevitable: ¿Es mejor remake este "Wither" que la cosilla regulosa que hizo Fede Álvarez?. Hummmm. Honestamente, no. A pesar de que la peli del uruguayo no me entusiasma, y de que seguramente los medios con los que contaban los suecos están más próximos a los que tenían Raimi y cía en la época, lo que podría haber incrementado el "efecto afectivo por pura nostalgia recreativa", es indiscutiblemente superior... aunque hay una cosa en la que "Wither" le gana cierto terreno, los poseídos. Me gustan más los de Laguna que los de Álvarez. Y, por cierto, ambas pelis poseen una imagen en común: Uno de los monstruos apoltronándose sobre su víctima y vomitándole un colorista y generoso chorro de líquido rojo ¡zas, en toda la boca!. ¿Quién imitó a quién que imitó a...?. Mizterio.
Sí, seguro que ya lo han deducido, ha sido más divertido escribir esta reseña que ver la película. "Wither" es mala, lo es. Está más o menos bien hecha técnicamente, y resulta muy gracioso y entrañable el tributo/expolio... pero no hay más. El envoltorio es gonito, pero dentro no hay nada. Vacío. Al menos con "Evil Clutch" podías reírte un poco, aquí ni eso. Por lo que, muy a mi pesar, solo me queda decir aquello de que no merece demasiado la pena y, claro está, no hace honor a la peli que imita. Por todo ello, solo se la recomendaría a completistas muy obsesivos del género, a devotos del gore que se sientan ya pagados con un poco de truculencia sin importar el resto (traduciendo: fans del ultra-gore germano) o, claro está, enamorados del clásico de Raimi que quieran jugar al juego de las diferencias (por pocas que sean).

lunes, 5 de agosto de 2013

POSESIÓN INFERNAL (2013)

Si algo he aprendido tras tantos años de cinefagia descontrolada es que cuando me siento a ver una peli que espero con ilusión, mis impresiones al terminar nunca son del todo fiables. Llámenlo exceso de expectativas, entusiasmo desbocado o positivismo a cualquier precio, lo que sea, el caso es que, independientemente de la opinión que pueda extraer de la experiencia, se hace obligatorio un segundo visionado. No estoy muy seguro de que, en el cine, eso de "la primera impresión es la que cuenta" sea del todo cierto. El caso es que fui a ver el remake de "Posesión Infernal" al poco de su estreno con cierto temor, pero también con ilusión después de un trailer prometedor y reacciones altamente entusiastas y buenrollistas de mi círculo social. Bien, salí cagándome en todos los santos y demonios, incluidos los cantarianos. 
Aquellos que me conocen saben de mi desmedida pasión por el clásico de Sam Raimi, la primera. Es mi absoluta favorita de todos los tiempos, la que me llevaría a una isla desierta o a un planeta desconocido. La adoro incondicionalmente. Cuando los íntimos me pedían un veredicto sobre el remake, se lo daba, pero siempre aclarando que esperaba repetir para estar seguro y, obvio, escribir desde el sosiego y el raciocinio. Y ahí vamos.
Hay dos modos de enfocar la reseña de un remake. Lo comparas con la original o te lo tomas como una obra independiente. En el caso que nos ocupa, y por razones obvias, me cuesta muchísimo desprenderme de la peli del 81. Me resulta imposible. En parte porque la nueva retrotrae en muchas ocasiones a ella a base de guiños y referencias muy directas, incluso cómplices con el fan (como que no pueda prenderse fuego al "Necronomicón", que en la de Raimi era justo lo que resolvía todo el entuerto) y, en parte, porque sin el elemento comparativo el "Posesión Infernal" del 2013 no me inspira nada. No sabría qué decir de ella. Me pasa que, aunque ustedes no lo crean, no reseño todo lo que veo, únicamente aquello que, de algún modo (positivo o negativo) me estimula, y eso, con la película de Fede Alvarez (reconocido hincha de fútbol, algo que dificulta mis posibles simpatías hacia su persona),  solo funciona si juego al juego de las comparaciones, por odiosas que sean.
El principal problema con el "Posesión Infernal" de 1981 es que ni tan siquiera sus perpetradores, Raimi, Tapert y Campbell, entienden en qué radica su verdadero éxito. ¿En el guión?, no, desde luego. Digamos más bien en su notable intensidad, su descaro, su truculencia, su atmósfera terrorífica y, ahora sí, su espíritu amateur y su estética artesanal. Que sea, en esencia, un film casero hecho entre amigos, con tres pesetas, una cámara de 16mm y mucho mucho entusiasmo (juvenil), es lo que la hace mágica, tanto como su cutrismo, sus actores acartonados, sus efectos especiales tercermundistas (pero muy efectivos) y su inocencia. Si le quitas todo eso, la haces con el apoyo de un gran estudio, profesionalmente, con un equipo competente de gran talento, actores solventes y un guión que se preocupa por sus personajes, por darles humanidad, por dar una estructura emocional a lo que narra, ¿qué obtienes?... pues algo soso, aburrido, sin garra... SIN ALMA, que es en lo que se ha convertido el nuevo "Posesión Infernal", una película demasiado normalica, bien hecha, convencional, sin nada especial a destacar, un producto de terror más, del montón. Lo último que necesitaba era un lavado de rostro que únicamente ha logrado desprenderle de toda personalidad.
¿Gore?, sí, la gente se entusiasmaba comentando que al menos el nuevo "Evil Dead" chorreaba sangre por todos sus fotogramas (o frames, a saber), pero yo no creo que sea para tanto. Se trata de ese gore "limpio" y "estilizado" tan habitual en el terror "mainstream" que, a la larga, resulta tan inofensivo. Presumían sus responsables de haber usado más líquido rojo que en la original... pero ya ven, cantidad (es decir, más dinero para más tomate) no significa en ningún momento calidad.
Tampoco creo que le haga ningún favor esa estúpida pretensión de dotar de humanidad a los personajes. ¡¿Qué más me da el drama de la yonqui o su puta madre la loca muerta?!, ¡¡vamos, hombre!!, ¿qué falta hace?. Los protas solo deberían ser peones puestos ahí para ser poseídos y aniquilados. Fin. Como siempre ha sido, y como siempre ha funcionado. Y ya que estamos, al menos que los posean con algo más de gracejo. Los poseídos de la original daban muchísima más impresión con unas lentillas de mierda y látex mal aplicado que las epilépticas de esta versión, con sus espasmos y, sobre todo, sus ridículos discursos llenos de absurdos tacos pretendidamente ofensivos. En general me temo que toda la peli chupa demasiado del terror nipón, algo que le hace un flaco favor, especialmente con la super-demonia del desenlace, a la que no le veo sentido ni forma. Sobra.
Al final, lo mejor del "Evil Dead" de 2013 es que es totalmente seria. Y ya conocen mi teoría al respecto. Cuenta Fede Alvarez que cuando recibió el encargo (básicamente porque no tenía otra cosa que hacer, Raimi le había contratado para dirigir la versión larga de su bonito pero vacío corto "Panic Attack" que no se materializó y tras intentarlo con varios directores japoneses de los que únicamente obtuvo negativas, decidió pasarle las riendas a su nuevo fichaje, por aquello de amortizar) le preguntó a su productor, y padre de la original, si tenía que meter humor, a lo que aquel contestó: "Me ofende usted caballero", alegando que él y su troupe de novatillos en 1981 únicamente trataron de hacer la peli más aterradora imaginable y que el humor nunca estuvo ahí de modo expreso. Simplemente, surgió del inocente exceso de una mentalidad casi casi adolescente y las limitaciones técnicas y actoriles. Fin. Lo demás, solo ha sido tontez por parte de fans y críticos. Así pues, agradezco la gélida seriedad de la versión del 2013. Lástima que sea lo único. En el apartado de lo peor-peor, tenemos ese final medianamente feliz y, sobre todo, el tristísimo momento MacGiver con la resurrección y las jeringas mágicas. Buf!. Me pregunto cuanta culpa de ello tiene la incursión en el guión de la repugnante Diablo Cody. Yo la maldigo.
La sinopsis ya la sabéis de sobras y, aunque con leves variantes, es igual que la antigua. Unos chavales van a pasar el finde a una cabaña, encuentran un libro que desata los infiernos y comienzan a ser poseídos por un ente diabólico, lo que les obligará a defenderse y sobrevivir. Y, ya que estamos, el personaje que al final se erige como el héroe tiene un nombre compuesto de tres letras, igual que "Ash". Curioso.
Lo dicho, no es que piense que es una puta mierda, para nada, está bien, se puede ver, tiene sus cosas buenas... pero desaprovecha un escenario acojonante para crear atmósfera y, en fin, que ni me hace vibrar, ni me da miedo... ni tan siquiera me asusta, más bien me aburre... y, tratándose como se trata de un remake de "Posesión Infernal", decir todo eso es casi peor que decir que es una basura.
Ya, yo tampoco entiendo el desmedido fervor general. Me parece absurdo. Personalmente lo achaco a la predisposición del fan medio a que le guste la película. Demasiados años esperando algo nuevo relacionado con la saga. Saliera lo que saliera, tenía que molar. Por huevos. A pesar de que nos engañaran... ¿dónde está en el largometraje final esa imagen del protagonista masculino sujetando la sierra mecánica mientras es bañado por un geiser de sangre?, yo no la vi. ¿Y tú? (Actualización 30-1-2015: Finalmente ha salido a la luz como parte de material descartado, lástima).
Lo que sí no tiene perdón divino es el guiño final post-créditos. Pa matal.los!.

lunes, 29 de diciembre de 2014

DEVIL DEAD

El sello “Trash-o-rama”, en su continuo empeño por traernos –y subtitularnos- lo más popular, y también, lo más ignoto del exótico cine Asiático, ha tenido la certeza de editar un pack con las versiones indias de “Posesión Infernal”.
Para empezar, siendo yo poco amigo, y por lo tanto, bastante desconocedor de la cinematografía de “Bollywood”, hay que decir que no todo lo que viene de la India se adscribe a esa corriente; “Devil Dead” sería más bien una película proveniente del “Tollywood” ¿qué es y en que se diferencia de lo otro? Pues, básicamente, “Tollywood” sería la serie Z de la industria india, mientras que “Bollywood” serían las superproducciones, el mainstream. También hay que decir que mientras que “Bollywood” tiene distribución a nivel nacional, “Tollywood” tiene los estrenos limitados  tan solo a regiones remotas del sur de la India (ya lo dicen en la propia “Devil Dead”: “En Bombay no saben divertirse”) y en esa zona, D. Ranga Rao (según he leído por ahí, director descendiente de una dinastía de gente del cine, de abuelo, padre e hijo directores y/o actores. Lo que viene a ser la familia Guillén Cuervo de la India, vaya…) se lo monta con los géneros populares, dos pesetas y muy poquita vergüenza e imaginación, afortunadamente para nosotros.
“Devil Dead”, también conocida como “Evil Death” es el plagio de “Posesión Infernal” más cochambroso que mis ojos han podido ver. Cuenta lo mismo que la película original, ya saben: grupo de jóvenes, cabaña en el bosque, libro de los muertos, bla, bla, bla… y todo ello, más o menos en el mismo orden que la de Sam Raimi, solo que la ruedan con menos dinero que estos y una dejadez y chabacanería que asombran y, por ende, provocan la risa. Porque D. Ranga Rao no tiene dinero para efectos especiales y en la India los bosques no son tan frondosos como los de las norteaméricas, así que, quitando las cuatro chuminadas que requieren un poco de sangre ¿cómo resuelve Ranga Rao lo de los efectos especiales? De una manera muy sencilla: roba planos al “Posesión Infernal” original. Pero ahí no se queda la cosa. No es que haya cogido una copia en celuloide de “Evil Dead”, recortado y añadido esas escenas a lo que él estaba rodando, no. Han solucionado la papeleta ¡¡filmando las escenas de “Posesión Infernal” directamente de la televisión!!, con los consiguientes problemas de resolución y parpadeos que ello acarrea. O sea que hace, el muy hijo de puta, un “telecinado” a la inversa. Fascinante del todo.
Por otro lado, lo exótico de la propuesta, con esas Indias tan Indias, esos galanes que si no te dicen que son Indios, te crees que son gitanos, esas interpretaciones dignas de actores salidos de un hospital psiquiátrico y, eso sí, un sentido del ritmo bastante marcado, no hay manera de aburrirse viendo esta película, por muy escaldados que estemos ya de todo este tipo de propuestas tercermundistas. Lo del raccord es de juzgado de guardia, al igual que a la producción le sude la polla que, usando escenas robadas de la cabaña original de “Evil Dead”, ellos utilicen una cabaña adosada con azulejos azules y blancos, haciéndola pasar por la misma. Inquietante.
Lo mejor son las recreaciones de algunos de las momentos míticos de la de Raimi: el árbol violando a la chica, está resuelto, como ya he dicho, a base de filmar de la tele el film original, entrelazado con material propio en el que vemos a la muchacha agitar enérgicamente unas ramas gordas que le han puesto en la mano. Las páginas del "Necronomicón" están recreadas en una especie de cuadernillo en los que se han hecho una serie de dibujos estúpidos con ceras, que son para mear y no echar gota. Y no les cuento cómo han solucionado lo de la poseída en la trampilla. Mejor lo ven, pero les diré que en el set de rodaje no había ninguna trampilla en el suelo. Por no hablar de los maquillajes… los poseídos aquí tienen un par de rayones de lápiz de ojos por las mejillas, un par de dientes cubiertos de negro para parecer que están mellados y la iluminación desde abajo para darle un tono más siniestro y listo. Tela marinera.
Todo en ella es un despropósito de tomo y lomo. Y lo mejor es que está rodada en el año 2007, pero con la misma torpeza e ingenuidad que una película, por ejemplo, Turca de los años setenta u ochenta, y no me cabe la menor duda de que viene facturada de forma genuina, honestamente, sin forzar toda su cochambre.
Y es que si lo llaman tercer mundo, por algo será…
Muy recomendable, muy divertida y sobretodo mierdosa. Yo todavía estoy flipando en colorinches.

sábado, 16 de marzo de 2024

POSESIÓN INFERNAL, EL DESPERTAR

A estas alturas no es necesario que hable de mi devoción por "Posesión Infernal". Sintiendo una indudable simpatía hacia toda la saga, la marca al completo, dicho amor se centra básicamente en el film de origen, el de 1981. Es algo sobre lo que he escrito muchísimo. Por todo ello, enfrentarme a cada nueva entrega posterior, especialmente aquellas facturadas en tiempos modernos, es un auténtico reto. Y ante el primer visionado, inevitablemente las expectativas pesan un huevo, generando una opinión normalmente poco favorable. Se hace pues necesario un segundo intento. O un tercero. Pasó con el remake de 2013 que, poco a poco, logró ganarse mi afecto. Tanto como para pillarlo en blu-ray.
Bien, ahora le toca el turno a "Posesión Infernal, el despertar". La primera vez me pareció un truño gordo, gordo. Así, esperé a la siguiente intentona para formarme una impresión más fiable. Y de eso va esta reseña.
¿Es "Evil Dead Rise" (título en v.o.) un reboot, una precuela o secuela del film del 2013?. ¿O de 1981? Pues no me ha quedado claro, la verdad. A mí lo que me ha parecido es un remake del remake. Comparten estética, "look" fotográfico -digital, me supongo-, y unas cuantas ideas. Lo más desconcertante de este nuevo "Evil Dead" es que, por mucho que venden la moto de la novedad, del cambio de un bosque siniestro a un apartamento, de personajes más o menos masculinos a mayormente femeninos, incluso la incorporación de adolescentes - + una infante (estoy tan cansado de películas de terror con críos... parece casi una obsesión pederasta por parte de los mandamases de Hollywood)- que lo van a pasar putas, en lo narrativo es exactamente igual que la original y el remake. Es decir: Grupo de personajes metidos entre cuatro paredes desatan el mal mediante "Necronomicón" formato audiolibro (tres vinilos con los pasajes grabados en ellos. El último incluye una advertencia sobre sus peligros. Coño, ¿no habría sido más lógico que eso estuviese en el primero? digo yo), los unos van siendo poseídos, los otros tendrán que combatirlos, etc, hasta que al final sale el gran "mostro", alegremente despachado vía sierra mecánica. Ea!
¿Debería ello haber garantizado cierto disfrute y placer entre los devotos de mi porte, así como más canosos y nostálgicos?, pues tal vez sí... aunque, primero, puestos a repetir la jugada, no te alejes de la cabaña y el bosque, que ello garantizaba una atmósfera cojonuda (inquietante y de puro aislamiento), ¡¡se echa mucho de menos!!, y segundo, complicado va a ser con unos personajes tan poco interesantes. Tan poco carismáticos. Tan antipáticos. Y no, no lo digo por la cacareada ausencia de Bruce Campbell / "Ash". Ya saben, o deberían, lo que pienso al respecto. Esa manía de asociar al actor a la saga es muy lógica y razonable, pero en el primer film, el del 81, era un personaje más. Algo tontaina y cobardica, sin toda la ristra de macarradas, chascarrillos graciosos y demás que, a la larga, han acabado definiéndolo (y ya no insisto en el hecho de que moría, dato que hizo mucho por dejarnos un regusto duradero a los que la vimos cuando aún no había secuelas. Aquellos que crecieron a partir de "Terroríficamente Muertos", jamás entenderán tan determinante impacto).
Alguien descontento -y canadiense- dispuesto a mandar una reprimenda a los responsables de "Evil Dead Rise" afirmó que, a diferencia de esta última dosis, "Evil Dead" solía ser una franquicia que revolucionaba el género, ofreciendo nuevas ideas a base de desbordante imaginación. Francamente, creo que exagera. "Evil Dead", especialmente la que todo lo inauguró, tira de una trama super-trillada (chavales que van de "vacas" a un sitio aislado, donde serán víctimas de algo malo. Si lo miran detenidamente, así pueden resumirse films previos como "Viernes 13" o, especialmente, "La matanza de Texas" que, pa algo, ejerció de notable influencia en Sam Raimi y cía), es el cómo está desarrollada y contada en lo visual, donde sí resulta novedoso. Y, además, parte de ello fue casi accidental. Raimi solo quiso hacer una peli de terror convencional, pero le salió así porque era joven, ambicioso y desbordaba pasión. Ahora es un señor mayor, profesional en lo suyo, cansado, acomodado... además de que los aspectos originales del "Evil Dead" primigenio ya han sido muy imitados. Muy explotados.
Entre las cosas que me molan menos seguramente estén algunas ideas chorras que se pretenden epatantes, como cuando la mamá poseída usa la uña a modo de aguja de tocata (y lo que sigue, que no lo explico por si no la han visto). Ya les va a los cerebros tras la franquicia tirar de conceptos así. No olvidemos todo el rollo MacGyver del final del remake, con la batería conectada a la jeringa para revivir a la poseída y bla, bla. Son chuminadas, lo sé. Y que me irriten será culpa de mí ya galopante espíritu conservador con respecto al cine, al género y, particularmente, la saga. Pero es así. Y luego, la actriz que interpreta a la madre... me pone nervioso... tiene una cara muy rara... como si alguien tirase de sus orejas 
para atrás. Entiendo perfectamente que le dieran el papel de super-poseída.
Aunque es un dato que no ha sido muy explotado, al parecer en su día Dario Argento quiso producirle a Sam Raimi la secuela de "Posesión Infernal". Sin embargo, otro italiano se adelantó (Dino de Laurentiis) y el director de "Tenebre" se quedó con las ganas. Desquitándose posteriormente al producir "Demons", que no es más que un remedo de "Evil Dead". Descarao. Resultó funcionar muy bien en taquilla, lo que les obligó a parir una secuela, cambiando el escenario de un cine a un edificio. Una decisión muy lógica y práctica. Y, claro, ahora, décadas después, a Raimi y la pandi se les ocurre esa misma alteración de decorado para la nueva entrega. E, inevitablemente, nacen ciertos parecidos. El fandom, ese gran idiota, corre a gritar que se trata de un homenaje, un guiño de la yanki a la italiana. ¿En serio?. De haberse hecho a posta, estaríamos siendo testigos de cómo los expoliados se inspiran voluntariamente y felizmente en los expoliantes. Como si me dijeran que George Miller se basó en las películas posnucleares de Cirio H. Santiago para su nuevo "Mad Max" o que Disney se inspiró en "Star Crash, choque de galaxias" para la última trilogía de "Star Wars". Suena bastante ridículo. Me pregunto cuando los fans del género aprenderán, y asumirán, que sus cineastas favoritos no comparten con ellos necesariamente esa pasión. Esa devoción ciega. Es más, seguramente ninguno de los responsables de "Evil Dead" habrá visto "Demons 2". Y si la han visto, ni pensarían en ella, considerándola un mero, sucio y vil robo a sus ideas originales.
Epílogo: No, definitivamente no me gusta "Evil Dead Rise" o "Posesión Infernal, el despertar". Me aburrió, bostecé, no me dio miedo (eso ya lo daba por sentado), no me llevé sustos, no me divertí y el gore no me pareció tan excesivo como lo pintaban (de hecho, creo que es más sangrienta la del 2013). Fue "una más". Sin alma. Incapaz de provocarme nada de nada. Y estoy hablando tanto del primer visionado, como del segundo. Parece bastante improbable, sino imposible, que se me gane con el tiempo.
Ya lo decía un amigo mío: Cuando a los yankis algo les funciona, lo repiten hasta la saciedad. Hasta quemarlo. Destruirlo. Que gran verdad... y que gran tragedia... sobre todo si el decrépito concepto resultante al que impiden morir dignamente se llama "Evil Dead".

miércoles, 1 de agosto de 2018

EL BLU-RAY DE "POSESIÓN INFERNAL"

No estoy seguro de por qué no había comprado aún el Blu-Ray de "Posesión Infernal". Seguramente consideraba que ya la tenía en demasiadas versiones (DVD español, DVD inglés, DVD yanqui de super-lujo. VHS español. VHS ¿Holandés?. Grabada de la tele en castellano, catalán e incluso en versión censurada) y no hacía falta ninguna más. Y menos una que había sufrido retoques digitales hasta el extremo de borrar uno de los fallos más míticos de la película: Cuando al principio el coche cruza el puente y a la derecha de la pantalla vemos al productor Robert Tapert, ahí de pié mirando tan pancho. En cualquier caso me percaté de que lo que me faltaban eran versiones descargadas para poder meter en un pendrive y llevar a cualquier parte, así que busqué, di con un ripeo del blu-ray y lo bajé. Un día de muchos me senté a verlo y... ¡¡rediez!!, quedé completamente fascinado por la buena calidad que destilaba la imagen. No me entiendan mal, ¡me encanta mi ripeo del VHS original con sus rayotes y su grano! Pero coño, es que esta versión higienizada resultaba casi hipnótica en su claridad. Los 16mm cantaban más que nunca, los detalles, el color... todo era excepcional. Te hacía la experiencia más cercana, más espiritual. Así que comencé a plantearme muy en serio comprármela legalmente. Creo que fue editada justo cuando se estrenó el pasable pero intrascendente remake de Fede Álvarez, por aquello de aprovechar el tirón, así que indagué por ahí y el único sitio viable donde la localicé fue en la estupenda web de Amazon. A un precio razonable, 12 euros más gastos de envío. La pillé. Eso sí, dudando si obraba sabiamente o pecaba de papantas.
Nada más recibirlo, lo puse en mi reproductor y le di al "play". A diferencia del dvd de "Manga Films", la presente versión no cuenta con el doblaje antiguo. Y el nuevo es un mierdote. Pero bueno, a estas alturas me dio igual. Creo que la vi en v.o.s.e., entera, deliciosa como siempre. Tocaba darle caña a los extras, convencido como estaba de que solo habría lo mismo que había visto ya mil veces. ¡¡Qué iluso!!. El documental oficial que contiene, sobre la confección de la película, es increíble. Probablemente el mejor que me he zampado nunca. 
Curiosamente, aunque no cuenta con la presencia de Bruce Campbell -que se suele apuntar a un bombardeo en cuanto a "Evil Dead" se refiere-, ni la de Sam Raimi -este nunca se apunta a nada... o casi nada, como veremos después-, sí agradecemos la presencia de personal menos habitual, como el productor Robert Tapert, erigido en el rol de voz representativa -y que se enrolla muy generosamente-, el reparto femenino principal o el cineasta Josh Becker, que fue "chico para todo" durante el rodaje. Y luego encontramos algunos rostros conocidos de fans, destacando el de Eli Roth. Me identifiqué mogollón con sus anécdotas, sensaciones e impresiones. Y, en general, durante el visionado de todo el pitote sentí un subidón de adrenalina brutal. Un ataque de jovialidad descontrolada, de esos que casi te hacen saltar las lágrimas con todas aquellas historias, batallitas, anécdotas, movidas y demostraciones de amor hacia la mejor película de terror de todos los tiempos. Sí amigos, fui una persona extremadamente feliz. Y aún quedaban más extras por descubrir.
La otra joya de la corona ya la conocía, "The Evil Dead: Treasures from the cutting room floor", la cojonuda idea de coger todas las escenas descartadas, o tomas falsas no necesariamente graciosas, y montarlas siguiendo el orden narrativo de la película. El resultado, que se alarga una horita, es absolutamente gozoso y un "must" para cualquier fan del "Evil Dead" original. Te permite verla desde una óptica distinta, casi como si formaras parte de ella.
En el apartado de audiocomentarios nos encontramos con la gran sorpresa: Sam Raimi. Por fin el muchacho se digna a participar en algo con respecto a su película primigenia. Algo que no lo motiven los dineros, como sí ocurría con la serie televisiva, en la que comenzó a soltar pamplinas durante la promoción como si fuese la gran obra de su vida, cuando en más de una ocasión casi ha echado pestes de ella ("Me gustaría haber hecho 'Ciudadano Kane', pero hice 'Posesión Infernal'" dijo en una oportuna ocasión, justo durante su integración en el mainstream). Por un momento temí que sería igual de soso que el puto audiocomentario que hizo para la edición de "Anchor Bay"/"Manga Films". Sin embargo, y por fortuna, no es el caso. Aquí se suelta la lengua a gusto, acompañado por sus inseparables Tapert y Campbell. Más que comentar la película in situ, esta sirve de fondo para una charla en la que repasan su confección, especialmente en lo referente a la pre-producción o la posterior búsqueda de distribución. La verdad es que es genuinamente difrutable.
El otro audiocomentario es un rato original. Te pones la peli, tal cual, y mientras la vas viendo van apareciendo en un pequeño recuadro personalidades del horror que comentan cosas de una escena concreta o de la peli en general. Stuart Gordon, David Slade, Brian Yuzna o Alexandre Aja son los rostros más destacados. Les acompaña poniendo la gota personal Scott Spiegel, co-guionista de "Terroríficamente muertos", director de "Intruso en la noche" y miembro del clan superochero que formaba junto a Raimi, Campbell y cía.
Completan el catálogo de extras una curiosa y entrañable prueba de maquillaje rodada en súper 8, donde veremos la putrefacción de un rostro mediante plastilina y el efecto de la sangre chorreando por la pantalla. El pase de la película en un cine al aire libre, introducida por Bruce Campbell, Ted Raimi, Tom Sullivan, el menos habitual Richard de Manincor/Hal Delrich y el trío de chicas al completo. Sortean dvd´s e interactúan con el público liando uno de sus habituales espectáculos. Y, finalmente, el único extra reciclado de las ediciones de "Anchor Bay"/"Manga Films", la interesantísima historia de cómo los gerifaltes de "Palace Video" descubrieron el film, decidieron distribuirlo y los problemas que les ocasionó.
Ni falta hace decir que me siento mazo de contento de haber pillado el Blu-Ray de "Posesión Infernal". Fue todo un descubrimiento. No sean ilusos como yo y háganse con uno. Totalmente recomendable no solo para fans del universo "Evil Dead" o del terror en general, también para cualquier aficionado al séptimo arte con un mínimo de buen gusto.

miércoles, 14 de agosto de 2019

LA FOTONOVELA DE "POSESIÓN INFELNAL"

El colega Angelillo nos manda unas fotos que, como fiel seguidor que es, sabía que nos iban a poner morcillones. Y así ha sido. Se trata de una especie de versión resumida en formato fotonovela de la más mejor película del mundo y que en su día publicó la versión nipona de la famosa revista "Starlog". Aunque no entendamos un pijo, nadie puede negar que es la mar de simpática.
Pone la guinda una especie de guía para hacer maquillajes a lá Tom Sullivan en tu propia casa.
Entrañable. Gracias Angelillo.


ACTUALIZACIÓN: El colega Akatsuko ha tenido el detalle de ofrecerse a traducir todo aquello que ha podido con la colaboración de dos nativos japoneses, Kensuke y Mamiko. Les damos las gracias de todo corazón a los tres y les dejamos a ustedes que gocen del espectáculo, que tiene telita porque el tono ha resultado ser más paródico que otra cosa.


Pre-título - Versión en manga/cómic con fotos.

Título – "Las Tripas de los Espíritus" (nombre en Japón de “Evil Dead”)

Subtítulo – Shock Visual de mano de esta sangrienta película – Terror de moda – Premio especial del jurado en el festival de 1983 en Paris.

Línea vertical a la izquierda – Por alguna razón febrero es la época del terror y el fantástico.

Orden de lectura occidental:

1 – Y así sin más, los jóvenes se metieron en esta casa en la que seguro que algo va a ocurrir. ¿Es posible que estos visitantes echen unas risas y se vayan de rositas? En ese momento, en la cabaña ya estaban dispuestos los pilares de la tragedia /ya se mascaba la tragedia (esto último es difícil de traducir de forma equivalente. La intención es decir que algo chungo va a ocurrir, el espectador lo sabe de antemano visualmente)

2 – Hay que ser tonto para meterse en ahí en una situación como esta.

3 – Bueno pues yo voy entrand-EH PERO POR QUÉ???


4 - ¿Por qué los personajes de este tipo de historias grotescas se juntan y son luego tan innecesariamente valientes? Una cuestión incontestable y poco debatida. Quede aquí este casete como prueba de ello, y de paso, para maldecir a unos cuantos.

5 – ¡Me, me pica la cabeza!

6 – ¡Sacadmeeeee! ¡La periodonitis/Esto negro de los dientes no es contagios@, eh! ¡Y que alguien me quite la cataplasta para el cutis esta!

7 -  Ya soy mayor y puedo comer sólido.

8 - Qué pasa (en plan, “y tú qué miras”)

9 – Juju… jujujujuju. Antes de que vuelvas a convertirte en ese cayo malayo te voy a arreglar la jeta


10 – ¡Perdona! ¡Anoche me pasé con el sake!

11 - ¡Me salen cagarrutas de las cuencas oculares!

12 – Voy a echar lo que me bebí por los carrillos.

13 – Necesito un baño.

14 – Si sé que voy a acabar de esta guisa mejor hubiera sido morirme antes. 


15 – ¡Vaya tela de películaaaa!

Parrafada:

¿Qué os ha parecido el collage que ha preparado (un japonés, a lo mejor un lector o alguien de la revista)? Seguro que a algunos os ha dejado fascinados y con ganas de más terror. Pero cuidado con ver demasiadas pelis de terror o splatters. Ahora bien, para nuestro lector/colaborador Posesión Infernal/Las Tripas de los Espíritus es ideal como acompañamiento de unos McNuggets con salsa barbacoa. Os lo recomienda.

"Posesión infernal" recibió el premio especial del jurado y del público en la 12º edición del Festival Internacional de Ciencia Ficción Fantástico de Paris (1982). En este “Pari-Fanta”, según  uno de nuestros colaboradores que lo cubre cada año, los fans parisinos y parisinas se vuelven locos de entusiasmo. A la hora de enfrentarse con una película coñazo, muestran su aprecio a base de vociferar o arrojar latas vacías a la pantalla. Con un público de tal pedigrí, está claro que llevarse un premio oficial es prueba de encontrarse ante una película digna de verdad. Ciertamente, Posesión Infernal, con toda su brutal imaginería, casquería y sangre a borbotón dejó bien satisfechos a los espectadores de París. ¡Albricias!




sábado, 30 de julio de 2011

EQUINOX

Lean atentamente: Un grupo de jovenzuelos se dirigen a una cabaña en el bosque, habitada por un profesor que está traduciendo un antiguo libro. Al leerlo, se abre un pasaje al infierno, por el que comienzan a salir extrañas criaturas y entes que van poseyendo a los muchachos. Les suena, ¿verdad?. Pero no, no estoy hablando de esa masterpiece titulada "Posesión Infernal", estoy hablando de "Equinox", curioso film rodado más de diez años antes que el clásico de Sam Raimi. Y es que "Equinox" no solo se ha convertido en un cult-film por ese motivo, también por otros muchos igualmente jugosos.
Originalmente lo rodó el año 1967 como mediometraje estudiantil un ambicioso/joven Dennis Muren, devoto del fantástico y el stop-motion que acabaría currando en títulos de tanta solera como "La guerra de las galaxias", "Encuentros en la tercera fase", "El retorno del Jedi", "Terminator 2" o la reciente "Super 8" y ganando algunos Oscars. Ahí es nada. Para la ocasión, contó con otros colegas suyos que, como él, con el paso de los años tendrían mucho que aportar al cine en cuanto a efectos especiales se refiere: Dave Allen (habitual de los productos "Empire") y Jim Danforth ("Furia de Titanes", "La Cosa", "En los límites de la realidad", "El día de los muertos", "Commando" o "El príncipe de las tinieblas"). Encima, como asistente de cámara nos topamos con Ed Begley Jr., el reconocible actor rubio que acompañaba a Jeff Goldblum en "Transylvania 6-5000".
Total, que dadas las circunstancias, y el bajo presupuesto, "Equinox" no quedó ni tan mal. Tanto es así que fue adquirida por una compañía para su comercialización (y actualmente luce en un lujoso dvd de "Criterion", sello especializado en pelis de "cualité" y arte y ensayo!!!!). El problema estaba en la duración, así que contrataron a un habitual técnico de efectos de sonido (también con lustroso curriculum), de nombre Jack Woods, quien se encargó de rodar y, ya de paso, protagonizar material nuevo. La chungo es que, finalmente, la peli se estrenó en 1970 y Woods figuraba como único director, relegando a Dennis Muren a funciones de productor y efectos especiales. Por cierto, su distribuidor no fue otro que Jack H. Harris, famoso por producir el original "The Blob". "Equinox" es en esencia un producto totalmente amateur y casero. Los efectos especiales, a base de criaturas animadas mediante stop-motion, son crudos y sangrantemente artesanos, lo que, por otro lado, le confiere mucho encanto. Los actores son bastante malos, y hay unos cuantos suculentos momentos para el cachondeo (sobre todo cuando el jeta de Jack Woods acerca sus morritos al objetivo de la cámara). En cuanto al parecido con "Posesión Infernal" (e incluso "Terroríficamente muertos" y "El ejército de las tinieblas"), se trata de algo totalmente casual según han afirmado Sam Raimi y Tom Sullivan. Y sí, superado el susto inicial de la trama, en realidad guardan muy poco parecido... pero algo hay, incluso ciertas resoluciones visuales o momentos tan reconocibles como cuando los jovenzuelos, sentados en círculo, leen lo que el profesor ha escrito sobre el misterioso libro. O la secuencia en la que una de las chicas es poseída y ataca a otra, con la imposibilidad de detenerla por parte de uno de los mozos. Claro que "Posesión Infernal" no es la única... también el "Phantasma" de Don Coscarelli guarda cierto parecido, sobre todo en el momento en que los chavales encuentran una entrada a otra dimensión -descubierta alargando el brazo que desaparece en la nada-, una dimensión filmada con filtro rojo y que nos muestra a un grupo de monjes encapuchados andando por parajes desérticos. ¿Suena, eh?.
Sin embargo, dejando de lado parecidos, nombres famosos, amateurismo y cultos varios, hay que reconocer que "Equinox" es, como dicen en la misma peli, "heavy stuff"... traducido en los subtítulos como "Un coñazo".

domingo, 20 de marzo de 2011

LA JOYA DE LA CORONA



Sí amigos, tal y como véis, la primera edición que hubo en las Españas de "Posesión Infernal" en formato VHS ya es mía. Qué duda cabe que, siendo como es mi absoluta favorita de todos los tiempos (está en mi top ten, imbatible), y dado mi moderado coleccionismo de VHS (solo de aquellos títulos que me llaman por gusto o por exotismo, no acumulo por acumular), llevaba años deseando poseerla. La tengo de todas las formas y colores (incluida la edición que imita el "Necronomicón"), pero la aquí retratada es la que ansiaba y anhelaba poseer. Y ahora, Sí!!!, ya es mía. Gracias al amigo Salvador, que me sorprendió ayer por la tarde y sin previo aviso. Cuando la extrajo de la bolsa casi me desmayo. No tenía un subidón así desde... joder, no se, ¿desde que localicé la edición de "Polygram" de "2000 Maníacos" hace ya unos cuantos muchos años en el difunto video-club "Vergara"?. Pues es posible.
Esta es la edición que yo alquilé siendo un adolescente. La misma que me aterraba con sus fotos, su escueta pero contundente sinopsis y ese destacado "No recomendada a menores de 18 años". Para mi, ver "Posesión Infernal" (maravillosa tipografía) era sentarse ente a la más aterradora experiencia.
Y ayer noche me la puse. El plan era únicamente ver la intro, el número de expediente, el logo de la distribuidora, esas pijadas que no veía desde que la alquilara siendo un jovencito imberbe. Pero claro, la droga es la droga y, en fin, que acabé viéndola entera, de un tirón y con una imborrable sonrisa en los labios. Imposible reprimirse a ese grano, a esos rayotes del celuloide, a esa imagen oscurecida (y que parapeta muchos de los fallos técnicos del film, a la luz después del lavado de cara digital). Y por unos minutos, por unos escasos minutos, reviví la sensación que tuve en mi desvirgue. De cuando nadie sabía quien era Sam Raimi. Tampoco Bruce Campbell. De cuando no habían aún secuelas, ni el culto equivocado, ni el merchandising, ni el anunciado remake, ni el musical... de cuando "Posesión Infernal" era únicamente una ignota y pequeña película de terror, tosca, sucia y maravillosa, que me ponía los pelos de punta. Ayer noché lo pasé BOMBA revisándola.
Ay, amigos, que dulce sensación esa. Naturalmente este VHS tiene y tendrá una posición de honor en mi colección (junto a otra de mis joyas, la primera edición en vhs de "Creepshow", allí por el 80 y poco). Si dejara de agenciarme vídeos, ya sería un hombre feliz y completo poseyendo esta absoluta joya.

jueves, 15 de octubre de 2015

TU PRIMER VIAJE, TUS PRIMEROS APLAUSOS, TU PRIMER TRABAJO, TU PRIMERA AMIGA, TU PRIMERA CANCIÓN... TU PRIMERA CINTA DE VÍDEO.

Cuando era jovencico, ahí a mediados de los ochenta, disponer de películas propias era algo todavía poco habitual. No hablo de originales con su carátula (entonces bastante caras, en mi caso el gran dispendio navideño fue "Creepshow"), tampoco de "resúmenes en súper 8", hablo de copias ilegales. De alquilar una cinta en el video-club, unir dos reproductores y sacarte un duplicado -a menor calidad- para uso y abuso personal.
Por eso las primeras que cayeron en mis manos fueron regalos que me hicieron mis seres queridos en fechas señaladas. Se espabilaban para que un amigo de la familia con dos vídeos les copiara sendos films en sendas cintas vírgenes, las envolvían en llamativo papel de colores y me las entregaban con todo el cariño del mundo. Ahora puede sonar cutre, pero en ese momento recibir un presente así era algo poco habitual y, sobre todo, motivo de absoluto entusiasmo y felicidad por mi parte. De esta guisa pude disfrutar de "La matanza de Texas", "Terminator"  y "La noche de Halloween". Hubo una cuarta película, pero no la recuerdo (probablemente la misma "Creepshow" antes de pillarla legalmente).
Finalmente entró un segundo vídeo en casa y, de este modo, comenzamos a copiarnos aquello que alquilábamos y nos molaba. En los 90 era bien sencillo unir ambos aparatos con ayuda de un euro conector (al menos hasta la aparición del anti-copy), pero en la época de la que les hablo teníamos que buscarnos la vida liándola con una serie de cables, proceso este que para mí era puro galimatías.
En cuanto le pillé el truco, comencé a copiarme todo aquello que me ponía farruco, aunque obviamente siempre hay un principio y, para bien o para mal, suele ser especial. Puede que no mejor, pero sí significativo. En mi caso la palabra "mejor" se queda corta, ya que hablo de: "Posesión Infernal" (¡inevitable!), "Re-Animator" y "El pájaro de las plumas de cristal", esta última en sistema LP (el que relentizaba la velocidad de las películas para que cupiese una tercera en la más recurrente cinta de 180 minutos. Pillar la de 240, por su precio, se reservaba para causas mayores).

El caso es que el día que decidí deshacerme de mis cintas de vídeo NO ORIGINALES, previo ripeo para conservarlas en dvd-r, tomé la decisión de preservar únicamente una de ellas. La primera de todas. Por nostalgia, sí, pero también por dos motivos más:
1-El contenido. Además de ser las tres grandes películas -sobre todo las dos primeras- me siguen flipando los rayotes y las costrosidades de la copia de "Posesión Infernal". La llegué a ver de esta guisa tantas veces que luego, en las respectivas versiones remasterizadas, echaba de menos sus imperfecciones. Tanta claridad y calidad me dolía a los ojos. Por ello quise quedármela y, de paso, ante el temor de que algún día el último reproductor de vídeo de la tierra desapareciera sin dejar rastro, hice un ripeo con ella, para preservarla en su maravilloso e impuro estado. Aún la veo a veces y la gozo como una sucia perra.
2- El aspecto. No hace falta explicar mucho, que para eso les he colado una imagen. Ya se sabe, al principio uno es más entusiasta y apasionado con estas cosas, así que era lógico que mi primera cinta estuviese adornada por una estampa de la, a mi gusto, mejor película del trío. Lo que me inquieta es saber de dónde la saqué, ya que se trata de material original que osé recortar de alguna parte. Da igual, prefiero que, en ese detalle, mi cerebelo siga fallando.
La tira de papel con los títulos y sus directores escritos con Olivetti que luce el canto de la cinta, obedece a una puñeta que me dio por hacer unos años después. La apliqué a varias de ellas, pero pronto me cansé y, con el tiempo, lo que en un principio era un modo bien bonito de tenerlas ahí juntas y relucientes, se convirtió en una cutrada. A base de quitar y poner de los estantes, el papel se iba resquebrajando y perdiendo su tono limpio y elegante. Cosas de críos.
A todo esto, y ya que viene de rebote, déjenme colarles aquí y ahora la caratula de la edición holandesa de "Posesión Infernal" que adquirí -por un euro- únicamente porque presentaba la misma imagen que mi vhs... pero no exactamente igual. La sierra es distinta (aunque suele serlo en todo el material promocional), las manos amenazantes son menos huesudas y, de hecho, Bruce Campbell parece un poco más mayor. Ahí la tienen:



Si en su momento ya me pareció bello y entrañable preservar mi primera cinta vhs de la quema, ahora, bastantes años después, me siento especialmente contento por haber sido tan previsor. No es que entonces supiese que con los años la nostalgia haría despiadada mella en mí, pero sí tenía claro que ese era un vhs especial y, como tal, había que conservarlo. Hoy es el perro verde entre tanta cinta editada profesionalmente y tanto dvd... pero no se siente sola, porque sabe que gran parte de mi capacidad de amar le corresponde a ella.

jueves, 20 de enero de 2011

EVIL DEAD: THE MUSICAL

Perdonad si soy pesado, pero es que aclarar esto de entrada es importante. Os podría evitar la chapa diciendo que fueráis AQUÍ y os empaparáis antes, pero dado que sois una panda de vagos y seguro que no me hariáis caso, pues ala: Soy de la opinión que el primer "Evil Dead", o "Posesión Infernal", es un film rematadamente serio y terrorífico cuyos elementos de humor son involuntarios. Y Bruce Campbell opina igual que yo. El tono -este sí- voluntariamente coñón de la segunda parte (normalmente más apreciada) y especialmente de la tercera, han "ensuciado" mucho el espíritu de la original, rodada por una panda de jovencitos entusiastas precariamente y con la única idea de asustar a la audiencia. Me CABREA que aún haya gente que no entienda eso, básicamente porque ADORO "Posesión Infernal" y creo que es la MEJOR peli de terror de la historia. No así sus secuelas, aunque la segunda me parezca también muy gozable y la tercera básicamente divertida.
Es por ello que la idea de un musical basado en "Evil Dead" me aterraba. Para mi era como "más leña al fuego". Otra muestra de lo equivocada que está la plebe asumiendo que a la franquicia le pega convertirse en musical porque desde siempre el humor ha estado asociado a su razón de ser. ¡¡No, no y no!!. Justamente uno de sus responsables, haciendo gala de una cuantiosa ceguera, está convencido de tan errada idea (¡¡idiota!!).
Sin embargo, y a pesar del peligro, decidí echarle un vistazo y me agencié la copia de un dvd promocional que rula por ahí gracias a un contacto que tengo en los USA. ¿Resultado?, sería absurdo negar que lo he pasado muy bien.
Olvidemos lo de que "Evil Dead 1" no tiene humor -voluntario- y bla, bla y centrémonos en el hecho de que el musical es una simple y llana parodia. Y lo es!, ya que entre su catálogo de bromas hay muchas referencias a las mismas "carencias" técnicas y narrativas de los films. Sobre todo lo segundo. En realidad el argumento de la obra es una curiosa mutación de "Evil Dead 1 y 2". Es decir, de las dos que se desarrollan en la cabaña. De la tercera solo toma algunas frases del personaje de Ash/Bruce Campbell, pero poco más. Está partida en dos actos, el primero es más deudor de "Posesión Infernal" y el segundo de "Terroríficamente muertos". Lo realmente curioso es ver cómo solucionan algunos de los aspectos más notorios de los dos films encima de un escenario, y hay que decir que, gracias al humor que está presente continuamente, no salen demasiado mal parados. Está resultona la cosa. Incluso hay algo de sangre y algún gag directamente gore.
Afortunadamente todo parido desde el respeto y el cachete afectuoso. Que duda cabe que los que más disfrutarán de "Evil Dead: The musical" son los fans de la saga. Incluso aquellos que opinan como yo respecto a la peli madre. Los autores de la obra saben que juegan con un material bien jugoso, y si por un lado construyen inspirados gags que se ríen de los films (destaca el dedicado a uno de los personajes más segundones y casuales de "Evil Dead 2", puesto ahí únicamente para ser poseído y morir), por otro recrean momentos álgidos que despiertan los entusiastas aplausos de una entregada audiencia que participa totalmente del show (pero sin llegar molestar) incluidos guiños a Campbell y a Raimi, directamente.
El catálogo de frases, posturitas y actos heróicos del personaje de Ash es abrumador y funciona como un reloj Suizo a la hora de empujarte a saltar de tu silla y comenzar a aplaudir o berrear. Imaginaos el momento en que convierte su amputada mano en la sierra mecánica... el teatro se viene abajo!!!. Está claro que ver esto en el lugar adecuado debe ser toda una experiencia altamente disfrutable.
Las canciones son bastante chulas y pegadizas, además de contar con divertidas letras. Los actores se lo curran notablemente, no es que canten de maravilla, pero cumplen, especialmente la chica del sótano -un torbellino- y, obvio, Ash, que se deja la piel. Mención especial merece el ciervo hablador, muy coñero (básicamente un puppet de lo más cutre).
Pues sí, aparcando un poco manías personales, debo reconocer que "Evil Dead: The musical" está muy divertido, muy curioso, es bastante entretenido (aunque, repito, en un teatro fijo que pasa volando) y merece verse, sobre todo si eres fan de alguno de los tres títulos o de la franquicia al completo.

sábado, 6 de abril de 2024

CRIMEWAVE (OLA DE CRÍMENES... OLA DE RISAS!!) + UNA REFLEXIÓN

Siempre me ha parecido jodidamente curioso que, siendo un fan de la comedia como es Sam Raimi (la inmensa mayoría de sus cortos adolescentes encajaban en esos parámetros), nunca ha logrado rodar una en condiciones. De hecho, cada vez que lo ha intentado, se ha metido un buen batacazo. Tal vez por eso, cuando se alejó del terror, que como sabéis es el género en el que quedó encasillado, prefirió optar por el western o el drama antes que la comedia.
Obviamente, estoy hablando de "Ola de crímenes... ola de risas!!" ("Crimewave" en v.o.), pero semejante mala suerte no le ha acompañado únicamente cuando se ha sentado en la silla del director. Con "The Nutt House" (alocada bufonada del año 92 con Traci Lords en el reparto) le pasó tres cuartos de lo mismo, solo que en esa ocasión se limitaba a las funciones de guionista, junto a sus colegas Robert Tapert, Bruce Campbell, Ivan Raimi y Scott "Intruso en la noche" Spiegel, que se encargaba de dirigir. Serios problemas con el productor, empujaron a la sustitución de Spiegel y a que Raimi y cía se parapetaran tras un seudónimo al comprobar que el resultado final les avergonzaba. O la enigmática "Motor Baby" ("Easy Wheels" en v.o.), con el director de "Darkman" produciendo una de risas que apenas tuvo distribución (y acá se lanzó únicamente en vídeo y como supuesto exploit de  "Arizona Baby").
Sam Raimi reniega de "Ola de crímenes... ola de risas!!", su segundo largometraje tras la maravillosa "Posesión Infernal". Dice que los productores se la cambiaron, que a nadie le gusta y no la considera suya, a pesar de contar con los prestigiosos hermanos Coen como co-guionistas (quienes se marcan un cameo disfrazados de periodistas). Era su primer rodaje realmente profesional, y por lo visto fue una pesadilla para él y sus amigos / colaboradores. Muerto de curiosidad, releí el respectivo capítulo en las memorias de Bruce Campbell, donde lo cuenta todo, pero no me aportó prácticamente nada. La clásica historia del estudio presionando al joven equipo de inexpertos, con un director subido a la parra tomándose más tiempo del deseado para sus complicados planos y, por tanto, doblando el presupuesto original. Finalmente, el estudio montó la película y, a tenor de lo consumido, tal vez no fue tan mala idea, porque a mí me gusta. ¿Cómo hubiese sido la versión de  Raimi? ¿Necesariamente mejor?.
Tuve la fortuna de verla en el cine, siendo chaval y acompañado por mi padre. Entonces ya andaba yo enamorado de "Posesión Infernal" y, en cuanto vi el -minúsculo- cartel en la prensa diaria, reconocí el nombre de Sam Raimi. Aquí se estrenó un poco de tapadillo, sin hacer mucho ruido. Y pasó por una sala de mi barrio ya extinta. La percepción que me dejó fue la de una comedia extraña y extravagante, cruel incluso, con momentos muy delirantes de esos que no se olvidan nunca. En una palabra: Rara, y muy coherente respecto al film precedente de su director (por lo visto fue algo que no gustó a los productores, quienes le acusaron de haber hecho otro "Evil Dead"). Y es que, claro, en aquellos entonces todo resultaba nuevo y excitante, Sam Raimi era un "secreto" al que solo podíamos acceder unos pocos y... en fin, que molaba, y molaba encontrarse de nuevo a Bruce Campbell, recién salido de su noche demoníaca (¡conservando el flequillo!), quien tendría que haber sido protagonista, pero quedó relegado a secundario por imposición de los que tenían el dinero.
Si lo miras detenidamente, verás que "Ola de crímenes..." era un producto genuinamente original en su época. No había nada como ella, una de risas demasiado normal para ser un "spoof", demasiado "spoof" para ser convencional. En tierra de nadie. Gira en torno a un empresario que quiere deshacerse de su socio, este se entera y contrata a dos asesinos profesionales para que se lo carguen. Ni que decir que todo irá mal y por medio acabará liado el prota, un panoli enamorado de una chica imposible a la que los asesinos secuestrarán.
"Ola de crímenes... ola de risas!!" es tremendamente tontuna. Lo pretende y está orgullosa de ello. Tiene un aire a "slapstick", a vieja escuela, solo que bañado en una pátina de modernidad y el inconmensurable ingenio visual de un Raimi enamorado de la cámara. Las secuencias para el recuerdo son muchas, pero casi todas tienen como eje central a los asesinos, muy conseguidos en aspecto y personalidad (ahí conocí yo a Brion James, cuyo parecido a una rata es explotado a conciencia). El acoso que uno de ellos (tremendo Paul Smith, al que también has visto en "Mil gritos tiene la noche") somete a la mujer de uno de los empresarios (Louise Lasser), el tenedor clavado en su nariz, la alfombra arrancada de cuajo cual maremoto y la famosa secuencia de las puertas de colores que caen en efecto dominó. El tipo que se lanza desde una ventana y se estrella... sin morir (¿gracias a la espuma que lleva en la cara?), el concurso de baile que termina en la cocina con los platos sucios, un tremendo Bruce Campbell dando forma a una sugerente silueta femenina con el humo de su cigarrillo y etc, etc... una lista interminable de momentos totalmente brillantes (aunque sea a nivel únicamente visual) en los que el director comenzaba a experimentar, y mucho, con la estética, los colores (muchos rojos y azules) y el ritmo del "cartoon", algo del todo asentado en su siguiente película ("Evil Dead 2", por supuesto).
Vale, recientemente la sometí a un revisionado y pude comprobar que, tal vez, al final le pesa un poco el culo. Se alarga en exceso. Y, justo, sobre eso quería yo vomitar la siguiente reflexión...

Resulta chocante ver el salto de "Posesión Infernal" a "Ola de crímenes..." y maravillarse asumiendo que Raimi seguía siendo un veinteañero cuando la facturó, porque es un film cargado hasta las trancas de escenas complicadísimas de ejecutar, rodar y planificar, con explosiones, persecuciones, coches volando por los aires, intrincadas "set-pieces" humorísticas (muy Coen, las desarrollarían igual luego en "Arizona Baby" o "El gran salto". Por cierto, ambas incorporan en sus tramas el nombre "Hudsucker", bien presente en "Ola de crímenes...". Un chiste recurrente), hasta números de baile.... es la leche, ¿cómo el chaval que a finales de los setenta se puso a rodar esa pequeña peliculita casera de terror, con sus colegas, una cámara de 16 mm prestada, cuatro dólares y una vieja cabaña, pudo pasar en cuestión de tres años a algo como "Ola de crímenes..." (sin contar aquí el corto superochero que hizo justo en medio, por aquello de desquitarse, "The Sappy Sap" -con protagonismo de Scott Spiegel-)? ¿de dónde sacó la capacidad para arramblar con todo aquello, tirarlo palante y estrenarlo? ¿tal vez, justamente, de ahí la polémica, que Raimi aún estaba demasiado verde para un producto de semejante envergadura, obligando a los mecenas a intervenir?.
Si algo denotan "Ola de crímenes...", y "Terroríficamente muertos", y "Darkman", y "El ejército de las tinieblas" y todo lo que vino después, es que Sam Raimi era ambicioso y apuntaba alto (¡sambicioso!). Con una visión enorme de las cosas. Hay que estar muy seguro de uno mismo para eso. Como a muchos de los de su quinta, y tantos otros que vinieron después (¡hola James Wan!) le pierde el exceso por el exceso, un mal muy de Hollywood. ¿Por qué todas las películas de género hechas allí han de cargar tanto las tintas en el desenlace? a mi gusto, lo estropean un poco bastante. Ahora con el CGI se ha desmadrado, alcanzándose cotas de delirio pornográfico aturdidoras, especialmente gracias al imparable bombardeo de emociones extremas y manipulantes que nos sacuden sin descanso hasta, casi, la náusea. Justamente, el final de "Terroríficamente muertos" nunca me ha gustado. Es aturdidor. Todo el rollo del monstruo cabezón, las ramas destruyendo la cabaña a golpes, las continuas luces estroboscópicas, el torbellino, la fanfarria de un desatado Joe Lo Duca a la batuta... ¿por qué? Sin embargo, el caso de la primera, la original, es un pelo distinto.
El joven Raimi aplicó su visión grandilocuente al desenlace. Y sí, es lo que contribuyó a separarla del montonazo de basuras zetoides operativas entonces dentro del cine de terror independiente, obteniendo unos resultados demenciales, delirantes, con toda esa orgía de stop-motion, plastilina y yogur verde absolutamente maravillosa. En su época se veía cutre, y se sigue viendo cutre, pero molaba muchísimo, por lo excesivo y el encanto de las técnicas empleadas. Ahí las limitaciones propias de la época -y el presupuesto- jugaron en su favor, obligando a cierta contención y, casi accidentalmente, logrando un equilibrio muy beneficioso para ese "grand finale" y la película resultante.
Al contar el director con más medios en "Ola de crímenes... ola de risas!!", perdió los papeles y pasó lo que pasó. Un desenlace agotador. Es estupendo que una película vaya a toda hostia, evitando desesperadamente aburrir a su audiencia (y ya sabemos lo extremadamente condicionado a la misma que está Raimi), pero, ocasionalmente, puede darse el caso inverso. Amuermar por abuso de ritmo desbocado. Creo que es bueno detenerse unos minutos, dejar respirar al público y, luego, ¡pam! presionar el acelerador otra vez. El jovenzuelo Sam no lo sabía aún y, en fin... lo dicho.
Con todo, tampoco comprendo la mala fama que gasta el largometraje. No es redondo, pero sí muy simpático y generoso en momentos irrepetibles. Así pues, si no lo has visto y echas de menos al buen Sam Raimi, ni lo dudes.