Recientemente me enteré de que el mediocrísimo cineasta (o, mejor, videoasta) Doug Sakmann había puesto en marcha una versión porno del flamante y maravilloso clásico del horror moderno "Evil Dead", titulado acertadamente "Evil Head". El caso es que en su teaser podemos ver imágenes que recrean situaciones de la primera película de Sam Raimi, pero cuyo tono está más próximo a su famosa segunda parte, "Evil Dead 2: Dead by dawn". Semejante tontería me ha dado en que pensar.
Es casi una obligación para cada cineasta que debuta en el género terrorífico hacerle un homenaje a "Evil Dead". Valgan títulos al azar como "El libro del mal", “Demon Wind” o "Frostbiter: Wrath of the Wendigo". Sin embargo, esos guiños están versados muy claramente en la comedia porque se tiende a pensar, y a un nivel preocupantemente amplio, que "Evil Dead" es una película voluntariamente humorística (aunque sutilmente), lo que para mi es una idea muy equivocada. Me explico.
El que la saga en cuestión se asocie hasta cierto punto al cachondeo, se lo debemos esencialmente a la segunda entrega (y no digamos la tercera!!). Muchos de los atributos asociados a las correrías de Ash/Bruce Campbell, tales como el tono de dibujo animado, las muecas del protagonista, el desfase visual, el ritmo acelerado, los monstruos de tebeo, etc, etc, pertenecen, sin ninguna serie de dudas, a "Evil Dead 2". Siempre he defendido que la primera parte, y así lo sigo creyendo, es una película de genuino miedo (mientras que la segunda es de sustos, y aunque parezca una tontería, para mi ese es un detalle de peso), el humor es totalmente involuntario, y único fruto del exceso sanguinolento. Nos reímos porque nuestros ojos no pueden creer la sarta de barbaridades a las que Raimi y los suyos nos exponen, pero en ningún momento a causa de un efecto cómico buscado por los mismos. Es más, nos reímos incluso, y con mucho cariño, de su maravilloso cutrismo amateur, resultado de la -entonces- limitada capacidad del equipo técnico... equipo este que se tomó muy en serio su trabajo.
A libros como "The Evil Dead Companion" me remito. En ellos se explica claramente que Raimi y su gente, en su santa ingenuidad (eran jóvenes y en sus verdes carreras aún no había sitio para desarrollar un estilo o tendencia claros), venían de hacer cortos cómicos en Super 8, jamás asociados al horror, y cuando decidieron debutar en el largo, con una del género que más nos gusta (y la decisión fue tomada por cuestiones mercantiles, nada de afición), se pusieron a ello con el único fin de dar al público cuanto más, mejor, tomándose muy a pecho su labor, pues el fin de la misma era hacer un producto perfectamente vendible en el mercado standard. No había lugar para el sarcasmo, o el cinismo, y así lo entendí yo de crío cuando la vi como "Posesión Infernal" y pasé un acojone tremendo. Os juro que no me reí. Y desde entonces, vivo un apasionado romance con ella.
"Evil Dead 1" es feísta, cruda, oscura, de ritmo mas bien pausado, habla del eterno sufrimiento de unas personas en una noche tormentosa, y el imberbe Campbell aún no había desarrollado su famoso catálogo de muecas, es más, en la peli está deliciosamente soso. Entonces, ¿a santo de qué se le suele asociar tanto la comedia al debut de Raimi?. Supongo que es más fácil volcarse al carnaval de "Evil Dead 2", que es una peli que me encanta, pero no le llega a la altura del betún a su predecesora.
Así pues, a ver cuando alguien se aclara y si afirma hacer un homenaje a "Evil Dead", que no recurra a cosas como la sierra mecánica (que en la peli madre prácticamente ni la usan) en el muñón de Campbell, su histrionismo o el abuso de steadycam, que, como decía, son aspectos clave en la secuela (más ejemplos: el tono guasón de “Evil Dead, the musical” o los videojuegos basados en la franquicia). En "Evil Dead" Ash no era ningún héroe, solo una víctima más (y al final moría, no lo olvidemos... o esa es la impresión que nos quedó a los que la vimos en la época, dejándonos una sensación amarga que le iba ni que pintado al tono general del film).
Está claro que los hay que entienden la jugada. El mismo Peter Jackson siempre ha citado a "Evil Dead 2" como referente, y de ahí su predisposición a la comedia en obras tan visualmente deudoras del Raimi de la buena época como "Bad Taste" o "Braindead", pero no se trata de un caso generalizado. Es más fácil y cómodo equivocarse.
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miércoles, 12 de diciembre de 2007
jueves, 20 de enero de 2011
EVIL DEAD: THE MUSICAL

Es por ello que la idea de un musical basado en "Evil Dead" me aterraba. Para mi era como "más leña al fuego". Otra muestra de lo equivocada que está la plebe asumiendo que a la franquicia le pega convertirse en musical porque desde siempre el humor ha estado asociado a su razón de ser. ¡¡No, no y no!!. Justamente uno de sus responsables, haciendo gala de una cuantiosa ceguera, está convencido de tan errada idea (¡¡idiota!!).
Sin embargo, y a pesar del peligro, decidí echarle un vistazo y me agencié la copia de un dvd promocional que rula por ahí gracias a un contacto que tengo en los USA. ¿Resultado?, sería absurdo negar que lo he pasado muy bien.
Olvidemos lo de que "Evil Dead 1" no tiene humor -voluntario- y bla, bla y centrémonos en el hecho de que el musical es una simple y llana parodia. Y lo es!, ya que entre su catálogo de bromas hay muchas referencias a las mismas "carencias" técnicas y narrativas de los films. Sobre todo lo segundo. En realidad el argumento de la obra es una curiosa mutación de "Evil Dead 1 y 2". Es decir, de las dos que se desarrollan en la cabaña. De la tercera solo toma algunas frases del personaje de Ash/Bruce Campbell, pero poco más. Está partida en dos actos, el primero es más deudor de "Posesión Infernal" y el segundo de "Terroríficamente muertos". Lo realmente curioso es ver cómo solucionan algunos de los aspectos más notorios de los dos films encima de un escenario, y hay que decir que, gracias al humor que está presente continuamente, no salen demasiado mal parados. Está resultona la cosa. Incluso hay algo de sangre y algún gag directamente gore.
Afortunadamente todo parido desde el respeto y el cachete afectuoso. Que duda cabe que los que más disfrutarán de "Evil Dead: The musical" son los fans de la saga. Incluso aquellos que opinan como yo respecto a la peli madre. Los autores de la obra saben que juegan con un material bien jugoso, y si por un lado construyen inspirados gags que se ríen de los films (destaca el dedicado a uno de los personajes más segundones y casuales de "Evil Dead 2", puesto ahí únicamente para ser poseído y morir), por otro recrean momentos álgidos que despiertan los entusiastas aplausos de una entregada audiencia que participa totalmente del show (pero sin llegar molestar) incluidos guiños a Campbell y a Raimi, directamente.
El catálogo de frases, posturitas y actos heróicos del personaje de Ash es abrumador y funciona como un reloj Suizo a la hora de empujarte a saltar de tu silla y comenzar a aplaudir o berrear. Imaginaos el momento en que convierte su amputada mano en la sierra mecánica... el teatro se viene abajo!!!. Está claro que ver esto en el lugar adecuado debe ser toda una experiencia altamente disfrutable.
Las canciones son bastante chulas y pegadizas, además de contar con divertidas letras. Los actores se lo curran notablemente, no es que canten de maravilla, pero cumplen, especialmente la chica del sótano -un torbellino- y, obvio, Ash, que se deja la piel. Mención especial merece el ciervo hablador, muy coñero (básicamente un puppet de lo más cutre).
Pues sí, aparcando un poco manías personales, debo reconocer que "Evil Dead: The musical" está muy divertido, muy curioso, es bastante entretenido (aunque, repito, en un teatro fijo que pasa volando) y merece verse, sobre todo si eres fan de alguno de los tres títulos o de la franquicia al completo.
sábado, 16 de marzo de 2024
POSESIÓN INFERNAL, EL DESPERTAR
A estas alturas no es necesario que hable de mi devoción por "Posesión Infernal". Sintiendo una indudable simpatía hacia toda la saga, la marca al completo, dicho amor se centra básicamente en el film de origen, el de 1981. Es algo sobre lo que he escrito muchísimo. Por todo ello, enfrentarme a cada nueva entrega posterior, especialmente aquellas facturadas en tiempos modernos, es un auténtico reto. Y ante el primer visionado, inevitablemente las expectativas pesan un huevo, generando una opinión normalmente poco favorable. Se hace pues necesario un segundo intento. O un tercero. Pasó con el remake de 2013 que, poco a poco, logró ganarse mi afecto. Tanto como para pillarlo en blu-ray.
Bien, ahora le toca el turno a "Posesión Infernal, el despertar". La primera vez me pareció un truño gordo, gordo. Así, esperé a la siguiente intentona para formarme una impresión más fiable. Y de eso va esta reseña.
¿Es "Evil Dead Rise" (título en v.o.) un reboot, una precuela o secuela del film del 2013?. ¿O de 1981? Pues no me ha quedado claro, la verdad. A mí lo que me ha parecido es un remake del remake. Comparten estética, "look" fotográfico -digital, me supongo-, y unas cuantas ideas. Lo más desconcertante de este nuevo "Evil Dead" es que, por mucho que venden la moto de la novedad, del cambio de un bosque siniestro a un apartamento, de personajes más o menos masculinos a mayormente femeninos, incluso la incorporación de adolescentes - + una infante (estoy tan cansado de películas de terror con críos... parece casi una obsesión pederasta por parte de los mandamases de Hollywood)- que lo van a pasar putas, en lo narrativo es exactamente igual que la original y el remake. Es decir: Grupo de personajes metidos entre cuatro paredes desatan el mal mediante "Necronomicón" formato audiolibro (tres vinilos con los pasajes grabados en ellos. El último incluye una advertencia sobre sus peligros. Coño, ¿no habría sido más lógico que eso estuviese en el primero? digo yo), los unos van siendo poseídos, los otros tendrán que combatirlos, etc, hasta que al final sale el gran "mostro", alegremente despachado vía sierra mecánica. Ea!
Bien, ahora le toca el turno a "Posesión Infernal, el despertar". La primera vez me pareció un truño gordo, gordo. Así, esperé a la siguiente intentona para formarme una impresión más fiable. Y de eso va esta reseña.
¿Es "Evil Dead Rise" (título en v.o.) un reboot, una precuela o secuela del film del 2013?. ¿O de 1981? Pues no me ha quedado claro, la verdad. A mí lo que me ha parecido es un remake del remake. Comparten estética, "look" fotográfico -digital, me supongo-, y unas cuantas ideas. Lo más desconcertante de este nuevo "Evil Dead" es que, por mucho que venden la moto de la novedad, del cambio de un bosque siniestro a un apartamento, de personajes más o menos masculinos a mayormente femeninos, incluso la incorporación de adolescentes - + una infante (estoy tan cansado de películas de terror con críos... parece casi una obsesión pederasta por parte de los mandamases de Hollywood)- que lo van a pasar putas, en lo narrativo es exactamente igual que la original y el remake. Es decir: Grupo de personajes metidos entre cuatro paredes desatan el mal mediante "Necronomicón" formato audiolibro (tres vinilos con los pasajes grabados en ellos. El último incluye una advertencia sobre sus peligros. Coño, ¿no habría sido más lógico que eso estuviese en el primero? digo yo), los unos van siendo poseídos, los otros tendrán que combatirlos, etc, hasta que al final sale el gran "mostro", alegremente despachado vía sierra mecánica. Ea!
¿Debería ello haber garantizado cierto disfrute y placer entre los devotos de mi porte, así como más canosos y nostálgicos?, pues tal vez sí... aunque, primero, puestos a repetir la jugada, no te alejes de la cabaña y el bosque, que ello garantizaba una atmósfera cojonuda (inquietante y de puro aislamiento), ¡¡se echa mucho de menos!!, y segundo, complicado va a ser con unos personajes tan poco interesantes. Tan poco carismáticos. Tan antipáticos. Y no, no lo digo por la cacareada ausencia de Bruce Campbell / "Ash". Ya saben, o deberían, lo que pienso al respecto. Esa manía de asociar al actor a la saga es muy lógica y razonable, pero en el primer film, el del 81, era un personaje más. Algo tontaina y cobardica, sin toda la ristra de macarradas, chascarrillos graciosos y demás que, a la larga, han acabado definiéndolo (y ya no insisto en el hecho de que moría, dato que hizo mucho por dejarnos un regusto duradero a los que la vimos cuando aún no había secuelas. Aquellos que crecieron a partir de "Terroríficamente Muertos", jamás entenderán tan determinante impacto).
Alguien descontento -y canadiense- dispuesto a mandar una reprimenda a los responsables de "Evil Dead Rise" afirmó que, a diferencia de esta última dosis, "Evil Dead" solía ser una franquicia que revolucionaba el género, ofreciendo nuevas ideas a base de desbordante imaginación. Francamente, creo que exagera. "Evil Dead", especialmente la que todo lo inauguró, tira de una trama super-trillada (chavales que van de "vacas" a un sitio aislado, donde serán víctimas de algo malo. Si lo miran detenidamente, así pueden resumirse films previos como "Viernes 13" o, especialmente, "La matanza de Texas" que, pa algo, ejerció de notable influencia en Sam Raimi y cía), es el cómo está desarrollada y contada en lo visual, donde sí resulta novedoso. Y, además, parte de ello fue casi accidental. Raimi solo quiso hacer una peli de terror convencional, pero le salió así porque era joven, ambicioso y desbordaba pasión. Ahora es un señor mayor, profesional en lo suyo, cansado, acomodado... además de que los aspectos originales del "Evil Dead" primigenio ya han sido muy imitados. Muy explotados.
Entre las cosas que me molan menos seguramente estén algunas ideas chorras que se pretenden epatantes, como cuando la mamá poseída usa la uña a modo de aguja de tocata (y lo que sigue, que no lo explico por si no la han visto). Ya les va a los cerebros tras la franquicia tirar de conceptos así. No olvidemos todo el rollo MacGyver del final del remake, con la batería conectada a la jeringa para revivir a la poseída y bla, bla. Son chuminadas, lo sé. Y que me irriten será culpa de mí ya galopante espíritu conservador con respecto al cine, al género y, particularmente, la saga. Pero es así. Y luego, la actriz que interpreta a la madre... me pone nervioso... tiene una cara muy rara... como si alguien tirase de sus orejas para atrás. Entiendo perfectamente que le dieran el papel de super-poseída.
Alguien descontento -y canadiense- dispuesto a mandar una reprimenda a los responsables de "Evil Dead Rise" afirmó que, a diferencia de esta última dosis, "Evil Dead" solía ser una franquicia que revolucionaba el género, ofreciendo nuevas ideas a base de desbordante imaginación. Francamente, creo que exagera. "Evil Dead", especialmente la que todo lo inauguró, tira de una trama super-trillada (chavales que van de "vacas" a un sitio aislado, donde serán víctimas de algo malo. Si lo miran detenidamente, así pueden resumirse films previos como "Viernes 13" o, especialmente, "La matanza de Texas" que, pa algo, ejerció de notable influencia en Sam Raimi y cía), es el cómo está desarrollada y contada en lo visual, donde sí resulta novedoso. Y, además, parte de ello fue casi accidental. Raimi solo quiso hacer una peli de terror convencional, pero le salió así porque era joven, ambicioso y desbordaba pasión. Ahora es un señor mayor, profesional en lo suyo, cansado, acomodado... además de que los aspectos originales del "Evil Dead" primigenio ya han sido muy imitados. Muy explotados.
Entre las cosas que me molan menos seguramente estén algunas ideas chorras que se pretenden epatantes, como cuando la mamá poseída usa la uña a modo de aguja de tocata (y lo que sigue, que no lo explico por si no la han visto). Ya les va a los cerebros tras la franquicia tirar de conceptos así. No olvidemos todo el rollo MacGyver del final del remake, con la batería conectada a la jeringa para revivir a la poseída y bla, bla. Son chuminadas, lo sé. Y que me irriten será culpa de mí ya galopante espíritu conservador con respecto al cine, al género y, particularmente, la saga. Pero es así. Y luego, la actriz que interpreta a la madre... me pone nervioso... tiene una cara muy rara... como si alguien tirase de sus orejas para atrás. Entiendo perfectamente que le dieran el papel de super-poseída.
Aunque es un dato que no ha sido muy explotado, al parecer en su día Dario Argento quiso producirle a Sam Raimi la secuela de "Posesión Infernal". Sin embargo, otro italiano se adelantó (Dino de Laurentiis) y el director de "Tenebre" se quedó con las ganas. Desquitándose posteriormente al producir "Demons", que no es más que un remedo de "Evil Dead". Descarao. Resultó funcionar muy bien en taquilla, lo que les obligó a parir una secuela, cambiando el escenario de un cine a un edificio. Una decisión muy lógica y práctica. Y, claro, ahora, décadas después, a Raimi y la pandi se les ocurre esa misma alteración de decorado para la nueva entrega. E, inevitablemente, nacen ciertos parecidos. El fandom, ese gran idiota, corre a gritar que se trata de un homenaje, un guiño de la yanki a la italiana. ¿En serio?. De haberse hecho a posta, estaríamos siendo testigos de cómo los expoliados se inspiran voluntariamente y felizmente en los expoliantes. Como si me dijeran que George Miller se basó en las películas posnucleares de Cirio H. Santiago para su nuevo "Mad Max" o que Disney se inspiró en "Star Crash, choque de galaxias" para la última trilogía de "Star Wars". Suena bastante ridículo. Me pregunto cuando los fans del género aprenderán, y asumirán, que sus cineastas favoritos no comparten con ellos necesariamente esa pasión. Esa devoción ciega. Es más, seguramente ninguno de los responsables de "Evil Dead" habrá visto "Demons 2". Y si la han visto, ni pensarían en ella, considerándola un mero, sucio y vil robo a sus ideas originales.
Epílogo: No, definitivamente no me gusta "Evil Dead Rise" o "Posesión Infernal, el despertar". Me aburrió, bostecé, no me dio miedo (eso ya lo daba por sentado), no me llevé sustos, no me divertí y el gore no me pareció tan excesivo como lo pintaban (de hecho, creo que es más sangrienta la del 2013). Fue "una más". Sin alma. Incapaz de provocarme nada de nada. Y estoy hablando tanto del primer visionado, como del segundo. Parece bastante improbable, sino imposible, que se me gane con el tiempo.
Ya lo decía un amigo mío: Cuando a los yankis algo les funciona, lo repiten hasta la saciedad. Hasta quemarlo. Destruirlo. Que gran verdad... y que gran tragedia... sobre todo si el decrépito concepto resultante al que impiden morir dignamente se llama "Evil Dead".
Ya lo decía un amigo mío: Cuando a los yankis algo les funciona, lo repiten hasta la saciedad. Hasta quemarlo. Destruirlo. Que gran verdad... y que gran tragedia... sobre todo si el decrépito concepto resultante al que impiden morir dignamente se llama "Evil Dead".
domingo, 16 de septiembre de 2012
TERRORÍFICAMENTE MUERTOS
Los habituales de este blog ya deberían saber a pies juntillas la devoción que siento por "Posesión Infernal", que es mi peli favorita número uno, que es la absoluta mejor de la trilogía "Evil Dead", que patatín y patatán. En todas las conversaciones que tengo al respecto siempre tiendo a marcar la diferencia, porque es evidente que a nivel popular, la segunda parte es la que recibe más afecto. De hecho, la mayoría de los seres humanos que hoy se acercan o comienzan la treintena, tienen "Terroríficamente muertos" como la peli de la saga que les hizo descrubrir muchos placeres y, ya de paso, a Sam Raimi. Vamos, que también es una cuestión generacional, porque los de mi quinta (cerca de la cuarentena) sentimos especial fijación por la primera. Resumiendo: Todo depende de cual viste en la tierna edad en la que todo esto del cine fantástico aún tenía el poder de impactarte y grabarse en tu cerebrito. Pero vamos, lo que vengo a decir es que, a pesar de mi opinión ultra-favorable con respecto a "Posesión Infernal", siento una gran gran estima por su segunda entrega, "Evil Dead 2: Dead by Dawn", título original. El español en su época nos parecía una birria, pero ahora, todos estos años después, resulta incluso simpático.
Y es que yo viví "muy de cerca" el nacimiento de esta película. Recuerdo perfectamente cuando, estando en octavo de E.G.B, y ya a punto de terminar el curso, hicimos el inevitable viaje de despedida. En la frontera Francesa, aprovechando un parón del autocar para estirar las piernas, entré en un quiosco y me di de bruces (campbells!) con la que entonces era mi revista favorita, "Mad Movies". No tardé ni un segundo en comprarla y devorarla el resto del trayecto. Y sí, fue en ese ejemplar donde vi las primeras imágenes de "Evil Dead 2". Por entonces ya sabía de la existencia de "Posesión Infernal", probablemente la había visto y ya la amaba, por lo que la noticia supuso un cuantioso subidón de adrenalina que me alegró el resto del viaje. Todas las fotos se prometían estupendas. No deja de resultar curioso descubrir como, en esos tiempos, y en esas edades, todo es predisposición a disfrutar positivamente de las cosas. Finalmente la peli se estrenó en España, un poco de tapadillo (concretamente en la desaparecida sala "Waldorf") y corrí a verla el día de su estreno. No hace falta decir que disfruté como un chino, la adoré, la amé, y en cuanto "Dister" la sacó en VHS, la alquilé y la copié. Sin dudarlo.
Con el remake de "Posesión Infernal" a punto de estreno, nos viene que ni pintado recordar el comentario habitual según el cual ese dichoso remake ya existe, y se titula "Terroríficamente muertos". Pues sí, no es una idea tan descabellada, aunque en realidad, el remake lo tienen en los primeros quince minutos, a partir de que la fuerza maligna agarra a Ash por el pescuezo y lo lanza contra un árbol, entramos en terreno de secuela pura. Vamos, que podríamos coger "Evil Dead 1" y "Evil Dead 2" y, con ayuda del Pinnacle, pegarlas previo recorte de materia sobrante y encajarían bastante bien. Y es que ¿¿cuánto más se puede sacar de una historia situada en una pequeña cabaña y con un único verdadero protagonista como héroe de la función??, no mucho. Aunque, por lo demás, y como bien saben, el tono de ambas pelis es casi casi opuesto. Lo que en "Posesión Infernal" es puro drama, sin pizca de humor consciente, con gente angustiada, seres queridos siendo poseídos y asesinados y una atmósfera lóbrega y realista dentro de lo que cabe (efecto del escaso presupuesto), en la secuela es desmadre, locura y cachondeo (aunque tampoco TANTO como se suele decir, eso déjenlo para la tercera), una auténtica montaña rusa repleta de monstruos imposibles y heroicidades de comic book. Es por todo eso que la segunda suele llevarse mayores simpatías, porque es más... eso, simpática, desenfadada, incluso inverosímil, lejos de la crudeza y el pesimismo de su primera parte. No olvidemos que el personaje de Bruce Campbell, Ash, cobra verdadera relevancia a partir de aquí. Es en "Evil Dead 2" donde se forja su imagen heróica de la sierra mecánica en el muñón, los caretos de dibujo animado y los chascarrillos. En la primera, moría al final. Es un dato que, obviamente, ha sido olvidado, pero pónganse en mi lugar... ver "Posesión Infernal" con trece tiernos años, y encontrarse que, después de tantas vicisitudes, su simpático protagonista fallece justo antes de los créditos pues, oiga, impacta, impacta mucho, y ayuda a forjar esa imagen aterradora y chocante que la peli arrastrará consigo el resto de tu vida. Y, obviamente, no hablemos ya del elemento "gore". En la primera teníamos un festival de las truculencias más descerebradas, en la segunda la cosa se controla... tanto, que no quedaba ni rastro de ello en la tercera.
Pero, ¡caray!, yo quería evitar una reseña basada en el inevitable efecto comparativo entre las dos, porque era de cajón por cual me decantaría, así que dejemos ese maldito juego aquí y hablemos de la peli.
Pues sí, chuminadas a un lado, "Terroríficamente muertos" se erige como un show altamente gozable. Y muy entretenido. Es una peli que pasa volando aunque un buen cacho de ella únicamente disponga de un actor. Claro que, menudo actor, no considero al amigo Campbell un intérprete demasiado talentoso, pero en ese registro, vamos, se lo come todo. Bruce Campbell ES "Evil Dead 2". Sin su presencia, sus muecas y su desmelene, no sería ni la mitad de divertida de lo que es. Porque no nos engañemos, la trama es ridículamente lineal y tontuna (bueno, como en la primera!), los efectos especiales bastante pobres (maquetones, muñecotes horribles, stop motion tirando a cafre...) y los diálogos chorras, repetitivos y totalmente de relleno, además, Raimi comete un error que no cometía en la primera (junto a Scott Spiegel en tareas de guión), alejarse demasiado de la cabaña, rompiendo de este modo la sensación de inquietante claustrofobia que sí tenía aquella (¡argh!, ¡ya estoy otra vez!). Es evidente que "Evil Dead 2" no es una peli perfecta y tiene más pifias por minuto que yo pelos en el culo, pero también que Raimi lo suple con unos cuantos buenos quilos de imaginación y, sobre todo, técnica. Imposible de olvidar el protagonismo de su cámara completamente alocada y que no cesa de correr y meterse por los recovecos más imposibles. De antología es la famosa persecución entre esta y Bruce Campbell. Y luego nada malo que decir de los delirios que sufre el protagonista cuando está solo: el cadáver bailarín, los objetos que se parten de risa, el reflejo traicionero, aspectos que rozan ya directamente el surrealismo, como esa inexplicable escena en la que el balancín se mueve a medida que Campbell aproxima su mano, o aquella otra en la que las fuerzas intentan entrar en la cabaña a base de rarísimos planos deformados y ruidos inexplicables. Tampoco es moco de pavo todo el asunto de la mano poseída, aunque quizás llegue al borde de cargar un poco las tintas. Y luego, claro está, la sierra mecánica (¿cómo sabe Ash dónde encontrarla, si no ha tenido tiempo de inspeccionar la cabaña?) y el fabuloso momento en el que despierta el super-héroe de tebeo que hay en él.
Sam Raimi, que se define a sí mismo "entertainer" antes que artista, se lo curra para no darnos respiro, para hacernos volar, vibrar y saltar sin descanso. A veces se le va un poco la pinza. A mi el final, con la aparición de ese monstruo-árbol, me parece un poco excesivo y verbenero, pero se perdona, se perdona porque en esencia "Terroríficamente muertos" es un gozoso divertimento de cabo a rabo listo para disfrutar con todo lo que conlleva, desde sus delirios visuales, pasando por los sustos (porque de miedo, poco) hasta las, ahora sí, evidentes gotas de humor. Y todo ello en el infalible entorno de un lúgubre bosque encantado y una aterradora cabaña de madera. No se puede pedir más, un clásico de nuestro tiempo que si no has visto, deberías ver YA o acabaremos vetando tu entrada en este blog.
Y es que yo viví "muy de cerca" el nacimiento de esta película. Recuerdo perfectamente cuando, estando en octavo de E.G.B, y ya a punto de terminar el curso, hicimos el inevitable viaje de despedida. En la frontera Francesa, aprovechando un parón del autocar para estirar las piernas, entré en un quiosco y me di de bruces (campbells!) con la que entonces era mi revista favorita, "Mad Movies". No tardé ni un segundo en comprarla y devorarla el resto del trayecto. Y sí, fue en ese ejemplar donde vi las primeras imágenes de "Evil Dead 2". Por entonces ya sabía de la existencia de "Posesión Infernal", probablemente la había visto y ya la amaba, por lo que la noticia supuso un cuantioso subidón de adrenalina que me alegró el resto del viaje. Todas las fotos se prometían estupendas. No deja de resultar curioso descubrir como, en esos tiempos, y en esas edades, todo es predisposición a disfrutar positivamente de las cosas. Finalmente la peli se estrenó en España, un poco de tapadillo (concretamente en la desaparecida sala "Waldorf") y corrí a verla el día de su estreno. No hace falta decir que disfruté como un chino, la adoré, la amé, y en cuanto "Dister" la sacó en VHS, la alquilé y la copié. Sin dudarlo.
Con el remake de "Posesión Infernal" a punto de estreno, nos viene que ni pintado recordar el comentario habitual según el cual ese dichoso remake ya existe, y se titula "Terroríficamente muertos". Pues sí, no es una idea tan descabellada, aunque en realidad, el remake lo tienen en los primeros quince minutos, a partir de que la fuerza maligna agarra a Ash por el pescuezo y lo lanza contra un árbol, entramos en terreno de secuela pura. Vamos, que podríamos coger "Evil Dead 1" y "Evil Dead 2" y, con ayuda del Pinnacle, pegarlas previo recorte de materia sobrante y encajarían bastante bien. Y es que ¿¿cuánto más se puede sacar de una historia situada en una pequeña cabaña y con un único verdadero protagonista como héroe de la función??, no mucho. Aunque, por lo demás, y como bien saben, el tono de ambas pelis es casi casi opuesto. Lo que en "Posesión Infernal" es puro drama, sin pizca de humor consciente, con gente angustiada, seres queridos siendo poseídos y asesinados y una atmósfera lóbrega y realista dentro de lo que cabe (efecto del escaso presupuesto), en la secuela es desmadre, locura y cachondeo (aunque tampoco TANTO como se suele decir, eso déjenlo para la tercera), una auténtica montaña rusa repleta de monstruos imposibles y heroicidades de comic book. Es por todo eso que la segunda suele llevarse mayores simpatías, porque es más... eso, simpática, desenfadada, incluso inverosímil, lejos de la crudeza y el pesimismo de su primera parte. No olvidemos que el personaje de Bruce Campbell, Ash, cobra verdadera relevancia a partir de aquí. Es en "Evil Dead 2" donde se forja su imagen heróica de la sierra mecánica en el muñón, los caretos de dibujo animado y los chascarrillos. En la primera, moría al final. Es un dato que, obviamente, ha sido olvidado, pero pónganse en mi lugar... ver "Posesión Infernal" con trece tiernos años, y encontrarse que, después de tantas vicisitudes, su simpático protagonista fallece justo antes de los créditos pues, oiga, impacta, impacta mucho, y ayuda a forjar esa imagen aterradora y chocante que la peli arrastrará consigo el resto de tu vida. Y, obviamente, no hablemos ya del elemento "gore". En la primera teníamos un festival de las truculencias más descerebradas, en la segunda la cosa se controla... tanto, que no quedaba ni rastro de ello en la tercera.
Pero, ¡caray!, yo quería evitar una reseña basada en el inevitable efecto comparativo entre las dos, porque era de cajón por cual me decantaría, así que dejemos ese maldito juego aquí y hablemos de la peli.
Pues sí, chuminadas a un lado, "Terroríficamente muertos" se erige como un show altamente gozable. Y muy entretenido. Es una peli que pasa volando aunque un buen cacho de ella únicamente disponga de un actor. Claro que, menudo actor, no considero al amigo Campbell un intérprete demasiado talentoso, pero en ese registro, vamos, se lo come todo. Bruce Campbell ES "Evil Dead 2". Sin su presencia, sus muecas y su desmelene, no sería ni la mitad de divertida de lo que es. Porque no nos engañemos, la trama es ridículamente lineal y tontuna (bueno, como en la primera!), los efectos especiales bastante pobres (maquetones, muñecotes horribles, stop motion tirando a cafre...) y los diálogos chorras, repetitivos y totalmente de relleno, además, Raimi comete un error que no cometía en la primera (junto a Scott Spiegel en tareas de guión), alejarse demasiado de la cabaña, rompiendo de este modo la sensación de inquietante claustrofobia que sí tenía aquella (¡argh!, ¡ya estoy otra vez!). Es evidente que "Evil Dead 2" no es una peli perfecta y tiene más pifias por minuto que yo pelos en el culo, pero también que Raimi lo suple con unos cuantos buenos quilos de imaginación y, sobre todo, técnica. Imposible de olvidar el protagonismo de su cámara completamente alocada y que no cesa de correr y meterse por los recovecos más imposibles. De antología es la famosa persecución entre esta y Bruce Campbell. Y luego nada malo que decir de los delirios que sufre el protagonista cuando está solo: el cadáver bailarín, los objetos que se parten de risa, el reflejo traicionero, aspectos que rozan ya directamente el surrealismo, como esa inexplicable escena en la que el balancín se mueve a medida que Campbell aproxima su mano, o aquella otra en la que las fuerzas intentan entrar en la cabaña a base de rarísimos planos deformados y ruidos inexplicables. Tampoco es moco de pavo todo el asunto de la mano poseída, aunque quizás llegue al borde de cargar un poco las tintas. Y luego, claro está, la sierra mecánica (¿cómo sabe Ash dónde encontrarla, si no ha tenido tiempo de inspeccionar la cabaña?) y el fabuloso momento en el que despierta el super-héroe de tebeo que hay en él.
Sam Raimi, que se define a sí mismo "entertainer" antes que artista, se lo curra para no darnos respiro, para hacernos volar, vibrar y saltar sin descanso. A veces se le va un poco la pinza. A mi el final, con la aparición de ese monstruo-árbol, me parece un poco excesivo y verbenero, pero se perdona, se perdona porque en esencia "Terroríficamente muertos" es un gozoso divertimento de cabo a rabo listo para disfrutar con todo lo que conlleva, desde sus delirios visuales, pasando por los sustos (porque de miedo, poco) hasta las, ahora sí, evidentes gotas de humor. Y todo ello en el infalible entorno de un lúgubre bosque encantado y una aterradora cabaña de madera. No se puede pedir más, un clásico de nuestro tiempo que si no has visto, deberías ver YA o acabaremos vetando tu entrada en este blog.
martes, 28 de junio de 2016
ASH VS. EVIL DEAD
Entramos en terreno peliagudo. Los habituales de este blog sabéis de mi amor por el clásico de Sam Raimi, la original. Todo lo demás, bueno, lo puedo mirar con simpatía, me puede gustar, etc… pero nada llega al nivel de la primera y, en el fondo, me mosquea un poco cómo la han desvirtuado con lo que vino después. Y claro, de entrada, una serie de televisión basada en “Posesión Infernal” daba mucho mucho miedito. Esto me lo dicen de chaval, cuando acababa de verla y alucinar con ella y, en fin, me da un ataque de risa que me dura hasta hoy. Pero los tiempos han cambiado y pensé que, tal vez, no estaría tan mal. Así que me agencié el primer capítulo. Lo vi aceptando desde buen principio su obvia condición de semi-comedia (ya sabéis lo que opino al respecto), de verdadera continuación de “El ejército de las tinieblas” antes que las dos precedentes y, en fin, pasé un buen rato en el trayecto. Así que no dije “nain” al segundo capítulo, solo que esta vez mi reacción fue menos positiva. Me resultó previsible y aburrido. Esquemáticamente parecido al primero, y pensé “Buf, si esto va a ser toda la serie, que cada nueva entrega sea la llegada de "Ash" a un escenario concreto, muerte truculenta de un poseído, y vuelta a la carretera, vamos mal”. Así que, honestamente, decidí no continuar.
Con el tiempo y una caña, me llegaron imágenes de "Ash vs. Evil Dead" en las que salía de nuevo la cabaña del bosque, lo que despertó un poco al fan que hay en mi ya que, después de todo, es la esencia de la franquicia y nunca me convenció mucho que sacaran a "Ash" de ella. Si volvían a tan emblemático lugar, tal vez valdría la pena darle otra oportunidad. Así que recurro a un amigo para que se descargue material a partir del episodio tres. Y lo hace. Y me los manda. Y la veo. Y resulta que el tres es mejor que el dos. Y cuatro que el tres. Poco a poco deja de resultar previsible. Además, aumenta el elemento terror y se mantiene el truculento, mezclando CGI con efectos "old school". Y encima, se sacan un monstruo de la manga requetechulo (“Eligos”). Oye, pues si hasta me está gustando y todo.
En este justo instante puedo decir que ya he visto entera la primera temporada y que, a pesar de las apariencias, la cosa se ha resuelto muy positivamente. Vamos, que sí, que me ha gustado "Ash vs. Evil Dead". Y es que, cojones, eso de que los últimos tres capítulos se desarrollen en la cabaña, y además de rebajar un pelo el tono cómico y aumentar el bizarro, vaya tirando de pequeños guiños a las pelis precedentes, con alusiones directas de toda clase (desde ideas que son retomadas a imágenes de los dos primeros "Evil Dead" perfectamente insertadas), pues ¿qué quieren que les diga?, inevitablemente apela al gilipollas romántico y nostálgico que hay en mí. Y me lo pasé teta.
¿Lo que precede a ese material?, pues también está bien. Unos capítulos son mejores que otros, algunos son mero relleno que aportan bien poco, hay ideas y efectos de CGI discutibles (¡¡ese terrible esqueleto surgido de las llamas!!) y el personaje al que da vida Lucy Lawless que, bueno, sí, está bien, pero apesta un poco (sobre todo a nepotismo, que para algo es Doña Tapert). Pero también hay secuencias muy potentes, como la masacre en el restaurante y, ¡qué carajo!, unas pocas dosis de incorrección política, que tampoco vienen mal. Se cargan algunos niños y el personaje de Bruce Campbell es realmente un cretino insufrible. Pero es quien es, y lo perdonas (¡sobre todo cuando en un diálogo echa pestes de "El Padrino" y alaba "Death Wish"!).
Otro detalle inesperadamente potente es la selección musical, realmente lograda, muy adecuada y coherente con el tono de la serie. Destaca la aparición del grupo pre-punk "Death", por el tema, por donde lo colocan y porque, bueno, molan mucho.
Lo dicho, que la serie está guapa. Los fans de la franquicia de "Evil Dead" (incluyo aquí las tres pelis, los tebeos, el merchandising, etc), con todos sus altibajos y cambios de tono, babearán desde el primer capítulo. Los otros, los que son un poco más puñeteros y consideran que como la primera, ninguna, tendrán que intentar dejar esas manías en la puerta antes de darle al "play" porque, si lo hacen, encontrarán no pocos momentos de gozo espiritual.
La pregunta del millón es, ¿ahora que ya han jugado la carta de la cabaña en el bosque?, ¿cuál será el gancho de la segunda temporada?. Mmmmmh, no sé. Supongo que, simplemente, habrá que verla. Y sí, pienso hacerlo.
Con el tiempo y una caña, me llegaron imágenes de "Ash vs. Evil Dead" en las que salía de nuevo la cabaña del bosque, lo que despertó un poco al fan que hay en mi ya que, después de todo, es la esencia de la franquicia y nunca me convenció mucho que sacaran a "Ash" de ella. Si volvían a tan emblemático lugar, tal vez valdría la pena darle otra oportunidad. Así que recurro a un amigo para que se descargue material a partir del episodio tres. Y lo hace. Y me los manda. Y la veo. Y resulta que el tres es mejor que el dos. Y cuatro que el tres. Poco a poco deja de resultar previsible. Además, aumenta el elemento terror y se mantiene el truculento, mezclando CGI con efectos "old school". Y encima, se sacan un monstruo de la manga requetechulo (“Eligos”). Oye, pues si hasta me está gustando y todo.
En este justo instante puedo decir que ya he visto entera la primera temporada y que, a pesar de las apariencias, la cosa se ha resuelto muy positivamente. Vamos, que sí, que me ha gustado "Ash vs. Evil Dead". Y es que, cojones, eso de que los últimos tres capítulos se desarrollen en la cabaña, y además de rebajar un pelo el tono cómico y aumentar el bizarro, vaya tirando de pequeños guiños a las pelis precedentes, con alusiones directas de toda clase (desde ideas que son retomadas a imágenes de los dos primeros "Evil Dead" perfectamente insertadas), pues ¿qué quieren que les diga?, inevitablemente apela al gilipollas romántico y nostálgico que hay en mí. Y me lo pasé teta.
¿Lo que precede a ese material?, pues también está bien. Unos capítulos son mejores que otros, algunos son mero relleno que aportan bien poco, hay ideas y efectos de CGI discutibles (¡¡ese terrible esqueleto surgido de las llamas!!) y el personaje al que da vida Lucy Lawless que, bueno, sí, está bien, pero apesta un poco (sobre todo a nepotismo, que para algo es Doña Tapert). Pero también hay secuencias muy potentes, como la masacre en el restaurante y, ¡qué carajo!, unas pocas dosis de incorrección política, que tampoco vienen mal. Se cargan algunos niños y el personaje de Bruce Campbell es realmente un cretino insufrible. Pero es quien es, y lo perdonas (¡sobre todo cuando en un diálogo echa pestes de "El Padrino" y alaba "Death Wish"!).
Otro detalle inesperadamente potente es la selección musical, realmente lograda, muy adecuada y coherente con el tono de la serie. Destaca la aparición del grupo pre-punk "Death", por el tema, por donde lo colocan y porque, bueno, molan mucho.
Lo dicho, que la serie está guapa. Los fans de la franquicia de "Evil Dead" (incluyo aquí las tres pelis, los tebeos, el merchandising, etc), con todos sus altibajos y cambios de tono, babearán desde el primer capítulo. Los otros, los que son un poco más puñeteros y consideran que como la primera, ninguna, tendrán que intentar dejar esas manías en la puerta antes de darle al "play" porque, si lo hacen, encontrarán no pocos momentos de gozo espiritual.
La pregunta del millón es, ¿ahora que ya han jugado la carta de la cabaña en el bosque?, ¿cuál será el gancho de la segunda temporada?. Mmmmmh, no sé. Supongo que, simplemente, habrá que verla. Y sí, pienso hacerlo.
sábado, 15 de abril de 2017
THE EVIL DEAD, TREASURES FROM THE CUTTING ROOM FLOOR
Concebido originalmente como parte de los extras de otra de las macro-ediciones del film homónimo en formato digital vía Anchor Bay, "The Evil Dead, Treasures from the cutting room floor" es un auténtico regalo para los devotos de la franquicia de Sam Raimi pero, muy especialmente, los fans de la original. No ya aquellos que la adoren por ser el clásico moderno que es, si no a los que tengan en cuenta, y lo consideren parte de su inestimable encanto y valor, el cómo se hizo y de qué manera. No sé si el amigo Rubén Pardo tenía eso presente cuando tuvo el detallísimo de enviármelo para que lo gozara, y desde aquí le estoy agradecido de pies a cabeza porque, efectivamente, me lo pasé teta (si quieren tienen el documento audiovisual a cachos en youtube, pero yo prefiero verlo de un tirón y a calidad solvente en la tele).
Decía que el fan del "Posesión Infernal" primigenio disfrutará mucho viendo "The Evil Dead, Treasures from the cutting room floor" y remarcaba que más si valora el film por su condición ultra-independiente, casi amateur y de pura artesanía. Como la labor de unos chavales entusiastas y un poco inocentes. Si es así, deglutir este compendio de tomas falsas, escenas eliminadas, secuencias descartadas y otro material extraído de, como reza el subtítulo, el suelo de la sala de montaje, editado además en orden cronológico, es decir, siguiendo la lógica narrativa de la película (faltan algunas escenas, por desgracia, de ahí que el show se prolongue únicamente una horita), será para el creyente como acceder a la Meca, terminar el camino de Santiago o dejarse chupar la polla por Elena Anaya (no la de ahora, la de hace unos años).
Imagínense el percal: Asistir a la confección de este clásico, rodado en lustrosos y añorados 16 mm, sin música, sin adornos, tal cual, a lo bestia. Ver a todos ejerciendo de claqueta (Sam Raimi, Robert Tapert o una de las actrices). Descubrir que cuando no disponían de la misma por algún descuido, como sustitutivo tiraban de la caja en la que se guarda la cámara, cerrándola violentamente para obtener el "clack" deseado. Encontrarse cara a cara con escenas no incluidas en la versión final (y con toda razón, algunas son genuinamente ridículas, como esa descarga lámpara mediante que “Ash” propina en la barbilla a uno de los poseídos), los actores descojonándose de risa con sus estúpidos diálogos, maldiciendo los momentos incómodos, dándose piños (el mejor de todos se guarda para el final, ¡sublime!) y sufriendo lo indecible, como ese frío cruel que hace notar el continuo vaho de unos intérpretes no lo suficientemente abrigados (al revés que el resto del equipo) y las muy desagradables sustancias que deben deglutir para escupir cuando el joven y pizpireto director grite "Acción!".
Naturalmente lo más divertido es descubrir cómo resolvieron el tema de los efectos especiales. Destacan en este apartado aquellos que salieron mal, tanto como para descartarlos de la peli (el primer tobillo agredido con un lápiz es de risa) o los de la parte final, con todos los poseídos derritiéndose y soltando chorrazos de pus. En ocasiones bastaba el humo del cigarro para fingir pelo quemado. Y es fascinante presenciar cómo parieron las manos demoníacas surgiendo del torso de un endemoniado. Resumiendo, que este "The Evil Dead, Treasures from the cutting room floor" es una puta maravilla. Una puta maravilla que se erige como guiño, como homenaje final a una forma de hacer cine que... bueno, no se ha perdido del todo por fortuna (ahí seguimos muchos aguerridos amateurs luchando por la causa), pero sí está ya al borde de la extinción, sobre todo si hablamos de cine independiente con ambición de labrarse un hueco en el mercado convencional.
Lo que me parece un poco jevi es que el tipo que se ha encargado de compilar el material firme con un "Directed by". No sé, creo que un "Compiled by" sería más lógico. Y es que ese es, justamente, el mal que hoy abunda en el mundo del audiovisual de medio o pequeño alcance, las ganas de hacerse notar, de engordar curriculum con lo que sea y como sea, incluso si es mediante hurto. Mal este que en los tiempos en los que Raimi y amigos se dejaron la salud rodando su insuperable obra maestra no se daba (o se daba menos)... y por eso, entre otras cosas, los añoro tantísimo.
Decía que el fan del "Posesión Infernal" primigenio disfrutará mucho viendo "The Evil Dead, Treasures from the cutting room floor" y remarcaba que más si valora el film por su condición ultra-independiente, casi amateur y de pura artesanía. Como la labor de unos chavales entusiastas y un poco inocentes. Si es así, deglutir este compendio de tomas falsas, escenas eliminadas, secuencias descartadas y otro material extraído de, como reza el subtítulo, el suelo de la sala de montaje, editado además en orden cronológico, es decir, siguiendo la lógica narrativa de la película (faltan algunas escenas, por desgracia, de ahí que el show se prolongue únicamente una horita), será para el creyente como acceder a la Meca, terminar el camino de Santiago o dejarse chupar la polla por Elena Anaya (no la de ahora, la de hace unos años).
Imagínense el percal: Asistir a la confección de este clásico, rodado en lustrosos y añorados 16 mm, sin música, sin adornos, tal cual, a lo bestia. Ver a todos ejerciendo de claqueta (Sam Raimi, Robert Tapert o una de las actrices). Descubrir que cuando no disponían de la misma por algún descuido, como sustitutivo tiraban de la caja en la que se guarda la cámara, cerrándola violentamente para obtener el "clack" deseado. Encontrarse cara a cara con escenas no incluidas en la versión final (y con toda razón, algunas son genuinamente ridículas, como esa descarga lámpara mediante que “Ash” propina en la barbilla a uno de los poseídos), los actores descojonándose de risa con sus estúpidos diálogos, maldiciendo los momentos incómodos, dándose piños (el mejor de todos se guarda para el final, ¡sublime!) y sufriendo lo indecible, como ese frío cruel que hace notar el continuo vaho de unos intérpretes no lo suficientemente abrigados (al revés que el resto del equipo) y las muy desagradables sustancias que deben deglutir para escupir cuando el joven y pizpireto director grite "Acción!".
Naturalmente lo más divertido es descubrir cómo resolvieron el tema de los efectos especiales. Destacan en este apartado aquellos que salieron mal, tanto como para descartarlos de la peli (el primer tobillo agredido con un lápiz es de risa) o los de la parte final, con todos los poseídos derritiéndose y soltando chorrazos de pus. En ocasiones bastaba el humo del cigarro para fingir pelo quemado. Y es fascinante presenciar cómo parieron las manos demoníacas surgiendo del torso de un endemoniado. Resumiendo, que este "The Evil Dead, Treasures from the cutting room floor" es una puta maravilla. Una puta maravilla que se erige como guiño, como homenaje final a una forma de hacer cine que... bueno, no se ha perdido del todo por fortuna (ahí seguimos muchos aguerridos amateurs luchando por la causa), pero sí está ya al borde de la extinción, sobre todo si hablamos de cine independiente con ambición de labrarse un hueco en el mercado convencional.
Lo que me parece un poco jevi es que el tipo que se ha encargado de compilar el material firme con un "Directed by". No sé, creo que un "Compiled by" sería más lógico. Y es que ese es, justamente, el mal que hoy abunda en el mundo del audiovisual de medio o pequeño alcance, las ganas de hacerse notar, de engordar curriculum con lo que sea y como sea, incluso si es mediante hurto. Mal este que en los tiempos en los que Raimi y amigos se dejaron la salud rodando su insuperable obra maestra no se daba (o se daba menos)... y por eso, entre otras cosas, los añoro tantísimo.
viernes, 4 de enero de 2013
SHAUN OF THE DEAD
Tengo una hija de 15 meses, algo que muchos de ustedes ya
saben por anteriores reseñas o comentarios que he hecho en este blog. Como tal,
es una niña majísima y muy guapa, aunque esto no tiene nada que ver con lo que sucedió
hace poco, pero me gusta chulearme de ello, para algo bueno y bonito que tengo.
Pues bien, como la niñita que es, aun no le hace mucho caso a la tele salvo
cuando le ponemos los cantajuego o Bob Esponja (le encanta la música del ending)
Ver cualquier cosa durante más de cinco minutos que no sea a los chicos del
buzo vaquero cantando, o a Bob Esponja y Patricio Estrella haciendo el cafre,
es una odisea. Pasa de la tele y se aburre de ella rápidamente, hasta el otro día,
cuando en TNT dieron Shaun of the Dead (titulada en nuestro país como Zombies
Party, pero me niego a usar ese título porque estropea la primera coña de la película,
que es el juego de palabras con Dawn of the dead) Mi pequeña se estuvo
tranquilamente viendo un buen cacho de la película sin chistar y estando completamente
concentrada en ella. No termino de verla, porque se caía de sueño, pero más de
media hora sí que estuvo atenta, lo que ya es un logro para lo que nos tiene
acostumbrados, y en este caso un honor para mí porque veo que es hija de su
padre. Antes de que nadie salte con que soy un irresponsable por permitir que una
niña tan pequeña vea una película de zombies, les diré dos cosas, vean la película
primero (sino lo han hecho ya, y si es así, repitan) y que mi pequeñaja solo
vio la parte del principio, donde la casquería no hace casi acto de presencia. Por
lo tanto lo máximo que vio fue como le lanzaban discos a un par de zombies.
Tras la anécdota vamos con el argumento que ya deberías de conocer porque ya deberíais
de haberla visto como mínimo tres o cuatro veces (yo más de 5 fijo que ya la he
visto)
Simon Pegg (Corredor de fondo, Arma fatal, Paul) es Shaun un
joven anclado en la rutina. Sus compañeros de piso son los mismos que en el
instituto. Su trabajo es una mierda en el que hasta los trabajadores más jóvenes
se chotean de él. Su relación con su novia Liz también es de lo más rutinaria y
ya no hablamos de su forma de divertirse que se reduce a una cosa, pasar las
horas en el pub Winchester. En plena bronca con su novia le pilla a Shaun y sus
amigos el apocalipsis zombie. Si bien le cuesta darse cuenta de lo que está
ocurriendo (genial la escena inicial y como se repite luego con todos los
zombies andando por ahí) cuando ya se ha percatado de la situación, Shaun y su
amigo Ed (Nick Frost) van a salvar a la madre y el padrastro de Shaun y después
a Liz, la novia. Ella esta atrincherada en su apartamento con dos amigos suyos
a los que Shaun no traga. Una vez todos juntos le preguntan cuál es su plan, y
no se le ocurre otra cosa que ocultarse en el Winchester, el pub al que van
siempre y por lo que tuvieron la ultima pelea Shaun y Liz. Antes de llegar al
pub ya se empiezan ver los roces en el grupo, pero estando allí es cuando todo
explota.
La película es una comedia con zombies, pero también es una
de las mejores películas de zombies de los últimos años (para mí la única que
le hace sombra es Dawn of the dead de Zack Snyder, el resto, caquita al lado de
estas dos) Que exista este filme es cosa de su director, Edgar Wright (Scott Pilgrim contra el mundo) y del propio Pegg, y es que antes de colaborar en esta
película (y en las siguientes) los dos dirigieron y protagonizaron
respectivamente la serie británica Spaced. En un episodio, el personaje de Pegg
se tira toda una noche jugando al Resident Evil 2 en la PlayStation. Al día
siguiente aun estando desorientado, por tantas horas de juego, el personaje de
Pegg ve zombies por todos lados. Este fue el origen de Shaun of the dead, y
como dato curioso en ese episodio se puede ver el poster de Evil Dead en la
pared y como Pegg pone la misma pose que la chica (para más información sobre
la serie Spaced y la imagen de Pegg y el poster de Evil Dead 2, pásense por mi blog, cof, cof, ¿Spam? ¿Dónde? ejem, ejem)
Como ya habréis visto la película, solo puedo recomendaros
revisionarla, en el caso de no haberla visto, córtate una mano y golpéate con
ella, lo tienes merecido. Nota para los miedosos, si mi hija de 15 meses ya la
ha visto (aunque no entera) tranquilo, tu también puedes.
lunes, 29 de diciembre de 2014
DEVIL DEAD

Para empezar, siendo yo poco amigo, y por lo tanto, bastante
desconocedor de la cinematografía de “Bollywood”, hay que decir que no todo lo que
viene de la India se adscribe a esa corriente; “Devil Dead” sería más bien una
película proveniente del “Tollywood” ¿qué es y en que se diferencia de lo otro?
Pues, básicamente, “Tollywood” sería la serie Z de la industria india, mientras
que “Bollywood” serían las superproducciones, el mainstream. También hay que
decir que mientras que “Bollywood” tiene distribución a nivel nacional, “Tollywood”
tiene los estrenos limitados tan solo a
regiones remotas del sur de la India (ya lo dicen en la propia “Devil Dead”:
“En Bombay no saben divertirse”) y en esa zona, D. Ranga Rao (según he leído por
ahí, director descendiente de una dinastía de gente del cine, de abuelo, padre
e hijo directores y/o actores. Lo que viene a ser la familia Guillén Cuervo de
la India, vaya…) se lo monta con los géneros populares, dos pesetas y muy
poquita vergüenza e imaginación, afortunadamente para nosotros.
“Devil Dead”, también conocida como “Evil Death” es el
plagio de “Posesión Infernal” más cochambroso que mis ojos han podido ver.
Cuenta lo mismo que la película original, ya saben: grupo de jóvenes, cabaña en
el bosque, libro de los muertos, bla, bla, bla… y todo ello, más o menos
en el mismo orden que la de Sam Raimi, solo que la ruedan con menos dinero que
estos y una dejadez y chabacanería que asombran y, por ende,
provocan la risa. Porque D. Ranga Rao no tiene dinero para efectos especiales y
en la India los bosques no son tan frondosos como los de las norteaméricas, así que,
quitando las cuatro chuminadas que requieren un poco de sangre ¿cómo resuelve Ranga Rao lo de los efectos especiales? De una manera muy
sencilla: roba planos al “Posesión Infernal” original. Pero ahí no se queda la
cosa. No es que haya cogido una copia en celuloide de “Evil Dead”, recortado y añadido esas escenas a lo que él estaba rodando, no. Han solucionado la papeleta ¡¡filmando las escenas de “Posesión Infernal”
directamente de la televisión!!, con los consiguientes problemas de resolución
y parpadeos que ello acarrea. O sea que hace, el muy hijo de puta, un “telecinado”
a la inversa. Fascinante del todo.
Por otro lado, lo exótico de la propuesta, con esas Indias
tan Indias, esos galanes que si no te dicen que son Indios, te crees que son
gitanos, esas interpretaciones dignas de actores salidos de un hospital psiquiátrico
y, eso sí, un sentido del ritmo bastante marcado, no hay manera de aburrirse
viendo esta película, por muy escaldados que estemos ya de todo este tipo de
propuestas tercermundistas. Lo del raccord es de juzgado de
guardia, al igual que a la producción le sude la polla que, usando escenas
robadas de la cabaña original de “Evil Dead”, ellos utilicen una cabaña adosada
con azulejos azules y blancos, haciéndola pasar por la misma. Inquietante.
Lo mejor son las recreaciones de algunos de las momentos
míticos de la de Raimi: el árbol violando a la chica, está resuelto,
como ya he dicho, a base de filmar de la tele el film original,
entrelazado con material propio en el que vemos a la muchacha agitar
enérgicamente unas ramas gordas que le han puesto en la mano. Las páginas del "Necronomicón" están recreadas en una especie
de cuadernillo en los que se han hecho una serie de dibujos estúpidos con ceras, que son para mear y no
echar gota. Y no les cuento cómo han solucionado lo de la poseída en la
trampilla. Mejor
lo ven, pero les diré que en el set de rodaje no había ninguna trampilla en
el suelo. Por no hablar de los maquillajes… los poseídos aquí tienen
un par de rayones de lápiz de ojos por las mejillas, un par de dientes
cubiertos de negro para parecer que están mellados y la iluminación desde abajo
para darle un tono más siniestro y listo. Tela marinera.
Todo en ella es un despropósito de tomo y lomo. Y lo mejor es que está rodada en el año 2007, pero con la
misma torpeza e ingenuidad que una película, por ejemplo, Turca de los años
setenta u ochenta, y no me cabe la menor duda de que viene facturada de forma
genuina, honestamente, sin forzar toda su cochambre.
Y es que si lo llaman tercer mundo, por algo será…
Muy recomendable, muy divertida y sobretodo mierdosa. Yo
todavía estoy flipando en colorinches.
miércoles, 1 de agosto de 2018
EL BLU-RAY DE "POSESIÓN INFERNAL"
No estoy seguro de por qué no había comprado aún el Blu-Ray de "Posesión Infernal". Seguramente consideraba que ya la tenía en demasiadas versiones (DVD español, DVD inglés, DVD yanqui de super-lujo. VHS español. VHS ¿Holandés?. Grabada de la tele en castellano, catalán e incluso en versión censurada) y no hacía falta ninguna más. Y menos una que había sufrido retoques digitales hasta el extremo de borrar uno de los fallos más míticos de la película: Cuando al principio el coche cruza el puente y a la derecha de la pantalla vemos al productor Robert Tapert, ahí de pié mirando tan pancho. En cualquier caso me percaté de que lo que me faltaban eran versiones descargadas para poder meter en un pendrive y llevar a cualquier parte, así que busqué, di con un ripeo del blu-ray y lo bajé. Un día de muchos me senté a verlo y... ¡¡rediez!!, quedé completamente fascinado por la buena calidad que destilaba la imagen. No me entiendan mal, ¡me encanta mi ripeo del VHS original con sus rayotes y su grano! Pero coño, es que esta versión higienizada resultaba casi hipnótica en su claridad. Los 16mm cantaban más que nunca, los detalles, el color... todo era excepcional. Te hacía la experiencia más cercana, más espiritual. Así que comencé a plantearme muy en serio comprármela legalmente. Creo que fue editada justo cuando se estrenó el pasable pero intrascendente remake de Fede Álvarez, por aquello de aprovechar el tirón, así que indagué por ahí y el único sitio viable donde la localicé fue en la estupenda web de Amazon. A un precio razonable, 12 euros más gastos de envío. La pillé. Eso sí, dudando si obraba sabiamente o pecaba de papantas.
Nada más recibirlo, lo puse en mi reproductor y le di al "play". A diferencia del dvd de "Manga Films", la presente versión no cuenta con el doblaje antiguo. Y el nuevo es un mierdote. Pero bueno, a estas alturas me dio igual. Creo que la vi en v.o.s.e., entera, deliciosa como siempre. Tocaba darle caña a los extras, convencido como estaba de que solo habría lo mismo que había visto ya mil veces. ¡¡Qué iluso!!. El documental oficial que contiene, sobre la confección de la película, es increíble. Probablemente el mejor que me he zampado nunca.
Curiosamente, aunque no cuenta con la presencia de Bruce Campbell -que se suele apuntar a un bombardeo en cuanto a "Evil Dead" se refiere-, ni la de Sam Raimi -este nunca se apunta a nada... o casi nada, como veremos después-, sí agradecemos la presencia de personal menos habitual, como el productor Robert Tapert, erigido en el rol de voz representativa -y que se enrolla muy generosamente-, el reparto femenino principal o el cineasta Josh Becker, que fue "chico para todo" durante el rodaje. Y luego encontramos algunos rostros conocidos de fans, destacando el de Eli Roth. Me identifiqué mogollón con sus anécdotas, sensaciones e impresiones. Y, en general, durante el visionado de todo el pitote sentí un subidón de adrenalina brutal. Un ataque de jovialidad descontrolada, de esos que casi te hacen saltar las lágrimas con todas aquellas historias, batallitas, anécdotas, movidas y demostraciones de amor hacia la mejor película de terror de todos los tiempos. Sí amigos, fui una persona extremadamente feliz. Y aún quedaban más extras por descubrir.
La otra joya de la corona ya la conocía, "The Evil Dead: Treasures from the cutting room floor", la cojonuda idea de coger todas las escenas descartadas, o tomas falsas no necesariamente graciosas, y montarlas siguiendo el orden narrativo de la película. El resultado, que se alarga una horita, es absolutamente gozoso y un "must" para cualquier fan del "Evil Dead" original. Te permite verla desde una óptica distinta, casi como si formaras parte de ella.
En el apartado de audiocomentarios nos encontramos con la gran sorpresa: Sam Raimi. Por fin el muchacho se digna a participar en algo con respecto a su película primigenia. Algo que no lo motiven los dineros, como sí ocurría con la serie televisiva, en la que comenzó a soltar pamplinas durante la promoción como si fuese la gran obra de su vida, cuando en más de una ocasión casi ha echado pestes de ella ("Me gustaría haber hecho 'Ciudadano Kane', pero hice 'Posesión Infernal'" dijo en una oportuna ocasión, justo durante su integración en el mainstream). Por un momento temí que sería igual de soso que el puto audiocomentario que hizo para la edición de "Anchor Bay"/"Manga Films". Sin embargo, y por fortuna, no es el caso. Aquí se suelta la lengua a gusto, acompañado por sus inseparables Tapert y Campbell. Más que comentar la película in situ, esta sirve de fondo para una charla en la que repasan su confección, especialmente en lo referente a la pre-producción o la posterior búsqueda de distribución. La verdad es que es genuinamente difrutable.
El otro audiocomentario es un rato original. Te pones la peli, tal cual, y mientras la vas viendo van apareciendo en un pequeño recuadro personalidades del horror que comentan cosas de una escena concreta o de la peli en general. Stuart Gordon, David Slade, Brian Yuzna o Alexandre Aja son los rostros más destacados. Les acompaña poniendo la gota personal Scott Spiegel, co-guionista de "Terroríficamente muertos", director de "Intruso en la noche" y miembro del clan superochero que formaba junto a Raimi, Campbell y cía.
Completan el catálogo de extras una curiosa y entrañable prueba de maquillaje rodada en súper 8, donde veremos la putrefacción de un rostro mediante plastilina y el efecto de la sangre chorreando por la pantalla. El pase de la película en un cine al aire libre, introducida por Bruce Campbell, Ted Raimi, Tom Sullivan, el menos habitual Richard de Manincor/Hal Delrich y el trío de chicas al completo. Sortean dvd´s e interactúan con el público liando uno de sus habituales espectáculos. Y, finalmente, el único extra reciclado de las ediciones de "Anchor Bay"/"Manga Films", la interesantísima historia de cómo los gerifaltes de "Palace Video" descubrieron el film, decidieron distribuirlo y los problemas que les ocasionó.
Ni falta hace decir que me siento mazo de contento de haber pillado el Blu-Ray de "Posesión Infernal". Fue todo un descubrimiento. No sean ilusos como yo y háganse con uno. Totalmente recomendable no solo para fans del universo "Evil Dead" o del terror en general, también para cualquier aficionado al séptimo arte con un mínimo de buen gusto.
Nada más recibirlo, lo puse en mi reproductor y le di al "play". A diferencia del dvd de "Manga Films", la presente versión no cuenta con el doblaje antiguo. Y el nuevo es un mierdote. Pero bueno, a estas alturas me dio igual. Creo que la vi en v.o.s.e., entera, deliciosa como siempre. Tocaba darle caña a los extras, convencido como estaba de que solo habría lo mismo que había visto ya mil veces. ¡¡Qué iluso!!. El documental oficial que contiene, sobre la confección de la película, es increíble. Probablemente el mejor que me he zampado nunca.
Curiosamente, aunque no cuenta con la presencia de Bruce Campbell -que se suele apuntar a un bombardeo en cuanto a "Evil Dead" se refiere-, ni la de Sam Raimi -este nunca se apunta a nada... o casi nada, como veremos después-, sí agradecemos la presencia de personal menos habitual, como el productor Robert Tapert, erigido en el rol de voz representativa -y que se enrolla muy generosamente-, el reparto femenino principal o el cineasta Josh Becker, que fue "chico para todo" durante el rodaje. Y luego encontramos algunos rostros conocidos de fans, destacando el de Eli Roth. Me identifiqué mogollón con sus anécdotas, sensaciones e impresiones. Y, en general, durante el visionado de todo el pitote sentí un subidón de adrenalina brutal. Un ataque de jovialidad descontrolada, de esos que casi te hacen saltar las lágrimas con todas aquellas historias, batallitas, anécdotas, movidas y demostraciones de amor hacia la mejor película de terror de todos los tiempos. Sí amigos, fui una persona extremadamente feliz. Y aún quedaban más extras por descubrir.
La otra joya de la corona ya la conocía, "The Evil Dead: Treasures from the cutting room floor", la cojonuda idea de coger todas las escenas descartadas, o tomas falsas no necesariamente graciosas, y montarlas siguiendo el orden narrativo de la película. El resultado, que se alarga una horita, es absolutamente gozoso y un "must" para cualquier fan del "Evil Dead" original. Te permite verla desde una óptica distinta, casi como si formaras parte de ella.
En el apartado de audiocomentarios nos encontramos con la gran sorpresa: Sam Raimi. Por fin el muchacho se digna a participar en algo con respecto a su película primigenia. Algo que no lo motiven los dineros, como sí ocurría con la serie televisiva, en la que comenzó a soltar pamplinas durante la promoción como si fuese la gran obra de su vida, cuando en más de una ocasión casi ha echado pestes de ella ("Me gustaría haber hecho 'Ciudadano Kane', pero hice 'Posesión Infernal'" dijo en una oportuna ocasión, justo durante su integración en el mainstream). Por un momento temí que sería igual de soso que el puto audiocomentario que hizo para la edición de "Anchor Bay"/"Manga Films". Sin embargo, y por fortuna, no es el caso. Aquí se suelta la lengua a gusto, acompañado por sus inseparables Tapert y Campbell. Más que comentar la película in situ, esta sirve de fondo para una charla en la que repasan su confección, especialmente en lo referente a la pre-producción o la posterior búsqueda de distribución. La verdad es que es genuinamente difrutable.
El otro audiocomentario es un rato original. Te pones la peli, tal cual, y mientras la vas viendo van apareciendo en un pequeño recuadro personalidades del horror que comentan cosas de una escena concreta o de la peli en general. Stuart Gordon, David Slade, Brian Yuzna o Alexandre Aja son los rostros más destacados. Les acompaña poniendo la gota personal Scott Spiegel, co-guionista de "Terroríficamente muertos", director de "Intruso en la noche" y miembro del clan superochero que formaba junto a Raimi, Campbell y cía.
Completan el catálogo de extras una curiosa y entrañable prueba de maquillaje rodada en súper 8, donde veremos la putrefacción de un rostro mediante plastilina y el efecto de la sangre chorreando por la pantalla. El pase de la película en un cine al aire libre, introducida por Bruce Campbell, Ted Raimi, Tom Sullivan, el menos habitual Richard de Manincor/Hal Delrich y el trío de chicas al completo. Sortean dvd´s e interactúan con el público liando uno de sus habituales espectáculos. Y, finalmente, el único extra reciclado de las ediciones de "Anchor Bay"/"Manga Films", la interesantísima historia de cómo los gerifaltes de "Palace Video" descubrieron el film, decidieron distribuirlo y los problemas que les ocasionó.
Ni falta hace decir que me siento mazo de contento de haber pillado el Blu-Ray de "Posesión Infernal". Fue todo un descubrimiento. No sean ilusos como yo y háganse con uno. Totalmente recomendable no solo para fans del universo "Evil Dead" o del terror en general, también para cualquier aficionado al séptimo arte con un mínimo de buen gusto.
lunes, 7 de septiembre de 2009
INTRUSO EN LA NOCHE

"Intruso en la noche" sería un slasher del montonazo, mas bien aburrido, si no fuese por una serie de factores, comenzando con las mentes creativas que hay tras su concepción y parte del reparto. A eso, que es en lo que nos centraremos en el siguiente párrafo, hay que sumarle una notable dosis de gore. No es que la sangre chorree en cada plano, pero sí es verdad que abunda y, sobre todo, hay un par de crímenes sorprendentemente explícitos y bestias, con el añadido de que la víctima de uno de ellos es el que, en un principio, parece va a ser el chico guapo/bueno de la peli.
Otro de los aspectos curiosos de "Intruso en la noche" va ligado al director y sus amistades. En sendas ocasiones, la cámara rueda desde inéditos puntos de vista, ya sea el interior de un teléfono como por debajo de la pelusa que arrastra una escoba. ¿Inéditos?, eso me suena... son el tipo de cosas que hacía Sam Raimi al inicio de su carrera. ¡Claro!, es que Sam Raimi es uno de los actores secundarios en este film y el director, Scott Spiegel, uno de los integrantes del clan que le rodeaba y le rodea, pariendo cortos en Super 8 durante la adolescencia, co-escribiendo el guión de "Evil Dead 2" o interviniendo como doblador de "actores desaparecidos" durante el rodaje de "Posesión Infernal". De hecho, del grupito era Spiegel el que podía considerarse fan del horror, y fue él quien propuso que el primer largo serio de la pandilla perteneciese a dicho género. Luego sería el director de más cosas (entre ellas, "Abierto hasta el amanecer 2"), co-guionista de "El Principiante" (sí, la de Clint Eastwood), haría buenas migas con Eli Roth (y Tarantino), y terminaría asociado a la producción de films como "Hostel" o "2001 Maniacos" (donde también es actor... cosa que también ha ejercido en algunos subproductos de J.R.Bookwalter", como "Robot Ninja" o "Skinned Alive"). "Intruso en la noche" era su esperado -por él- debut, y el realizador aprovechó para expulsar sus demonios tras varios años currando en un supermercado (motivo por el que no pudo involucrarse más en la creación del primer "Evil Dead"). Otros nombres populares del reparto son Ted Raimi (hermano de), Dan Hicks (co-protagonista de "Evil Dead 2") y ¡Bruce Campbell!, en un escueto papel de policía. En la producción tenemos a Lawrence Bender, entonces futuro organizador de muchas Tarantinadas. De los potentes efectos especiales se encargan los hoy reputados Howard Berger y Greg Nicotero que entonces, asociados a Robert Kurtzman, formaban la "KNB Group".
Ya os digo, "Intruso en la noche" flojea por el lado del ritmo. Aunque lo intenta, Spiegel no logra crear ni el más mínimo suspense, y como todo buen/mal slasher, se limita a rellenar los momentos en los que no vemos crimen alguno con monótona y hueca paja. Aún así, y con un poco de paciencia, la peli puede verse de un tirón, sin avance rápido y con una leve sensación de complicidad.
sábado, 10 de abril de 2021
ARRÁSTRAME AL INFIERNO
El mayor aliciente de "Arrástrame al infierno" era que, con ella, su director volvía al género que le vio nacer y catapultó hacia los libros de historia del cine... fantástico. Hablamos de Sam Raimi, que no necesita presentación. O no debería. Hay que tener en cuenta que las pelis que preceden a la hoy reseñada fueron nada menos que la trilogía de "Spider-man" (sin duda, la etapa más exitosa y mega-mainstream del cineasta), el thriller "Premonición", el drama "Entre el amor y el juego" y la combinación de ambos que fue la bastante lograda "Un plan sencillo". Vamos, que Raimi llevaba una década entera sin tocar el terror (otra cosa es su faceta de producer, pero ahora no cuenta), así que imagínense lo sonado que fue para el fandom y la prensa especializada saber que "resucitaba" sus viejas pinturas de guerra. También podríamos mirarlo con un prisma algo menos amable y entender dicho return como mera consecuencia al fracaso -cuanto menos artístico- que supuso el tercer "Spider-man". Por aquello de asegurarse el tiro recurriendo a sus incondicionales. Y me temo que, conociendo como funcionan los engranajes del cine, esa debe ser la teoría más plausible.
En un intento de impresionar a su jefe, y ganarse un ascenso en el banco donde curra, una chica niega un préstamo a una bruja gitana. Esta, que se lo toma muy mal, le echa una terrible maldición contra la que nuestra prota tendrá que batallar con ayuda de brujos buenos y su abnegado marido pijo. De por medio le esperan muchos momentos de intenso terror.
Lo cierto es que cuando vi "Arrástrame al infierno" en el cine, fui con las expectativas altísimas. No porque esperara otro "Evil Dead", no a esas alturas ni mucho menos, pero ya saben cómo va esto. Y momentos para el regocijo hay, como ese enfrentamiento dentro del coche entre la chica y la gitana, los ataques del malvado "Lamia" o la divertida e incómoda cena en la casa de los padres del novio. Pero claro, con tanta presión es muy jodido disfrutar genuinamente de una película y por eso pensé que consumirla de nuevo con los años transcurridos, podría ser interesante. Y lo ha sido.
Lo más llamativo es que, para su vuelta al terror, Raimi se trajo consigo toooodos los "tics" aprendidos durante su periplo por el cine de superhéroes de gran presupuesto, y eso incluye una tendencia al exceso por el exceso y abuso de efectos CGI, herramienta esta que en un producto como "Spider-man" queda de lo más chanin, pero en un film de terror no encaja. Así pues, lo peor de "Arrástrame al infierno" es cuando el director pierde los papeles y tira de borraquismo hasta saturar, se pasa con el delirio o se auto-fela sin saber muy bien cómo y porqué. Son especialmente irritantes la escena del ataque en el garaje, con la prota lanzando un yunque a la cabeza de la gitana, aplastándola y, por ende, recibiendo la salpicadura correspondiente, en un evidente guiño a la escena del ojo en "Terroríficamente muertos", pero sin gracia tanto por lo inadecuado dado el tono como por el feo trucaje informático. Luego tenemos el momento en que, durante una sesión de espiritismo, uno de los presentes es poseído (incluido efecto de sonido salido de "Evil Dead 2"), se eleva con las facciones cambiadas y los ojos en blanco, para ponerse a bailar burlona y ridículamente. Trae a la memoria los peores pasajes de "El ejército de las tinieblas". Y finalmente está la escena del cementerio, que casi parece sacada del más empachado Tim Burton.
No obstante, si algo tiene Sam Raimi es que se debe a la audiencia. Como dijo sabiamente una vez: No soy un artista, soy un entertainer. Comentario con el que me identifico (la diferencia, como suelo decir, es que Raimi entretiene a miles de personas. Yo solo a una... mi mismo). Y aunque no sea una táctica demasiado recomendable (porque, primero, te conviertes en un mero esclavo de las apetencias del público y, segundo, arriesgas mucho creyendo que sabes qué quiere ver este), sí es verdad que hay ciertas garantías de que va a ser complicado aburrirse. Muy mal tienen que salirle las cosas y, salvo en el caso de la horripilante "Oz: Un mundo de fantasía", no se suele dar. Así que, dejando al lado manías de fan pajillero, y debilidades personales (como todo el gag del gatito, que en el cine me resultó altamente ofensivo. Y, añado, la versión que vi el otro día -extraída de un dvd- me suena distinta, un pelo más intensa. Aunque tal vez me equivoque), lo cierto es que "Arrástrame al infierno" es un entretenimiento tontuno y eficiente, así que ni tan mal.
Sin embargo, no funcionó en taquilla lo esperado (¿lo ves Sam? de nada sirve intentar contentar a la peña, que es muy caprichosa la hijaputa), por lo que Raimi no volvería a dirigir terror hasta que.... pues hasta que, nuevamente, se lo condicionaron intereses mercantiles, viéndose obligado a resucitar "Evil Dead" para la caja tonta. Ay, si es que no cambiarán nunca estos putos yankis!!.
En un intento de impresionar a su jefe, y ganarse un ascenso en el banco donde curra, una chica niega un préstamo a una bruja gitana. Esta, que se lo toma muy mal, le echa una terrible maldición contra la que nuestra prota tendrá que batallar con ayuda de brujos buenos y su abnegado marido pijo. De por medio le esperan muchos momentos de intenso terror.
Lo cierto es que cuando vi "Arrástrame al infierno" en el cine, fui con las expectativas altísimas. No porque esperara otro "Evil Dead", no a esas alturas ni mucho menos, pero ya saben cómo va esto. Y momentos para el regocijo hay, como ese enfrentamiento dentro del coche entre la chica y la gitana, los ataques del malvado "Lamia" o la divertida e incómoda cena en la casa de los padres del novio. Pero claro, con tanta presión es muy jodido disfrutar genuinamente de una película y por eso pensé que consumirla de nuevo con los años transcurridos, podría ser interesante. Y lo ha sido.
Lo más llamativo es que, para su vuelta al terror, Raimi se trajo consigo toooodos los "tics" aprendidos durante su periplo por el cine de superhéroes de gran presupuesto, y eso incluye una tendencia al exceso por el exceso y abuso de efectos CGI, herramienta esta que en un producto como "Spider-man" queda de lo más chanin, pero en un film de terror no encaja. Así pues, lo peor de "Arrástrame al infierno" es cuando el director pierde los papeles y tira de borraquismo hasta saturar, se pasa con el delirio o se auto-fela sin saber muy bien cómo y porqué. Son especialmente irritantes la escena del ataque en el garaje, con la prota lanzando un yunque a la cabeza de la gitana, aplastándola y, por ende, recibiendo la salpicadura correspondiente, en un evidente guiño a la escena del ojo en "Terroríficamente muertos", pero sin gracia tanto por lo inadecuado dado el tono como por el feo trucaje informático. Luego tenemos el momento en que, durante una sesión de espiritismo, uno de los presentes es poseído (incluido efecto de sonido salido de "Evil Dead 2"), se eleva con las facciones cambiadas y los ojos en blanco, para ponerse a bailar burlona y ridículamente. Trae a la memoria los peores pasajes de "El ejército de las tinieblas". Y finalmente está la escena del cementerio, que casi parece sacada del más empachado Tim Burton.
No obstante, si algo tiene Sam Raimi es que se debe a la audiencia. Como dijo sabiamente una vez: No soy un artista, soy un entertainer. Comentario con el que me identifico (la diferencia, como suelo decir, es que Raimi entretiene a miles de personas. Yo solo a una... mi mismo). Y aunque no sea una táctica demasiado recomendable (porque, primero, te conviertes en un mero esclavo de las apetencias del público y, segundo, arriesgas mucho creyendo que sabes qué quiere ver este), sí es verdad que hay ciertas garantías de que va a ser complicado aburrirse. Muy mal tienen que salirle las cosas y, salvo en el caso de la horripilante "Oz: Un mundo de fantasía", no se suele dar. Así que, dejando al lado manías de fan pajillero, y debilidades personales (como todo el gag del gatito, que en el cine me resultó altamente ofensivo. Y, añado, la versión que vi el otro día -extraída de un dvd- me suena distinta, un pelo más intensa. Aunque tal vez me equivoque), lo cierto es que "Arrástrame al infierno" es un entretenimiento tontuno y eficiente, así que ni tan mal.
Sin embargo, no funcionó en taquilla lo esperado (¿lo ves Sam? de nada sirve intentar contentar a la peña, que es muy caprichosa la hijaputa), por lo que Raimi no volvería a dirigir terror hasta que.... pues hasta que, nuevamente, se lo condicionaron intereses mercantiles, viéndose obligado a resucitar "Evil Dead" para la caja tonta. Ay, si es que no cambiarán nunca estos putos yankis!!.
viernes, 22 de octubre de 2010
THE ALIEN DEAD

Una vez vista (y ya era hora, ¡cojones!) he de decir que sí, me ha gustado (Como peli mala/buena) pero que lamento enormemente no haberla visto hace unos quince años, porque el listón de peli mala a día de hoy está muy alto, y a esta, como a MAL GUSTO, por ejemplo, les pasa lo mismo. Que ya no parecen tan malas.
También, considero que THE ALIEN DEAD, es mas disfrutable en parroquia, que a altas horas de la madrugada y en solitario; el aburrimiento es considerable.
Resulta, que por culpa de un meteorito, un grupo de personas acaba convertida en monstruos acuáticos que habitan en un lago, así que entre dialogo tonto sobre cocodrilos gigantes, y entre monólogos estúpidos que reivindican situaciones extremas para no aburrirte cuando eres periodista (impresionantemente costrosa puesta en escena), los monstruos (tíos con caretas o tías con maquillaje de la señorita Pepis), dan violenta cuenta de aquellos y aquellas tetonas que osan rondar aquel lago.
Pero hasta que llegan los momentos de divertida chicha, tienes que zamparte los diálogos. Que cosa mas estúpida e incoherente… puedes encontrarle la gracia, si, pero como son tan largos, acaban cansando.
A todo lo precario de la producción, hay que decir que la estética que se consigue con el 16 mm. sin saber utilizarlo, me resulta fascinante, al igual que la iluminación natural ( ¿O debería decir la no-iluminación?) que otorga ambientaciones extremas, como esa secuencia en la que una bañista en top less, se pega un bañito. Es tan rara la iluminación, que las aguas en las que se baña, parecen mierda, y tan marrón todo, que no sabemos distinguir si es de día o de noche. Y eso no lo consigue ni el mejor director de fotografía del mundo, solo lo consigue un jovencito Olen Ray.
Y en mi vida he visto una película, en la que la cámara al hombro se mueva tanto… claro las de 16 mm. deben pesar lo suyo.
Un clásico, al cual se darle el valor que tiene, pero que, se me antojaba más divertida, aunque vista en otras circunstancias, puede ser que mi opinión hacia ella, cambie para mejor. Tiene todas las papeletas. Y es que la serie Z, es la serie Z y THE ALIEN DEAD, es mucha serie Z.
Por cierto, POSESIÓN IFERNAL, THE EVIL DEAD en su versión original, ¿Debe su título a una posible influencia de esta peli? Naxo, aclárame el misterio ¡Gracias!
Actualización (25 / 8 / 2014):
Naxo: Más bien es al revés. Dejo aquí esta estupenda y clarificadora caratula pirata como prueba....
martes, 18 de enero de 2011
FOREVER EVIL

Dejadme que mire un momento en Imdb cual es el argumento exacto de esto, porque acabo de verlo y aún no lo sé.... bueno, pues es lo que yo había entendido. Vaya mierda. El modelo de "Forever Evil" salta a la vista y canta más que una almeja: "Posesión Infernal". Copia planos, encuadres, ideas... la agresiva cámara subjetiva que se echa sobre los actores, sacar los ojos al agresor que te levanta del suelo agarrándote por el cuello, el "Necronomicón" in person... y no soy yo que lo flipo, es pura evidencia. Estructuralmente digamos que "Posesión Infernal" queda reducida a 30 minutos, y el resto es como si nunca hubiese habido un "Evil Dead 2". Imaginaos que Bruce Campbell/Ash sobrevive el ataque, logra volver a la civilización y decide investigar los motivos de la masacre en la cabaña, incluida presencia de polis, ambulancias y prensa... claro, la idea de por si ya resulta poco atractiva, pero es que si la dejas en manos de un director sin talento, no te digo ná. Bien, eso es "Forever Evil". Y encima, dura 107 minutos!! (aunque en la caja pone 120!). ARGH!!.
Sin embargo, hay una explicación tras el descalabro creativo/artístico de "Forever Evil" (que le den el Oscar al tio del poster!), y es que en la producción nos encontramos con los mismos artífices de las primeras pelis de terror rodadas en formato vídeo para el mercado Americano. Bueno, no las primeras (ese honor pertenece a "Agresión en la casa del terror"), pero sí las más populares, con la aburrrrrrida "Blood Cult" en cabeza. La diferencia es que aquí cambian el formato magnetoscópico por los 16mm (o el Super 8, vete tu a saber), aunque la post-producción se la han currado en vhs, algo que se nota un güevo por los créditos. Salvo los del inicio, paridos mediantes animación y tan majos como cutrexpas. Idem con los efectos especiales y el gore. Son de tirón casero, obvio, y tienen encanto... el problema es lo poco que asoman. No compensa.
Pero la guinda se la lleva el director, Roger Evans, que en un reportaje de la época para "Fangoria" decía una gilipollez de este calibre: "No me comparo con Hitchcock, pero si miras esta película, no se trata de lo que ocurrió, sino de la sensación de amenaza antes de que ocurra. Eso es lo que la gente recuerda. Esta peli tiene sus dosis de sangre, gore y violencia... pero también algo más de encanto que eso". Hay una secuencia en "Forever Evil" completamente estúpida, en la que una maruja tumbada en la cama no para de soltar chorradas sin gracia vía teléfono, en eso que se asoma por la ventana, ve a uno de los protas pasar por ahí, se lo comunica a su interlocutora y no sale más en toda la peli. ¿Esa era su función?. Puro "Maestro del Suspense" sin duda alguna.
Ante semejante tesitura, la lógica del "Fast Forward" no solo se impone, sino que es la única salida que nos queda.
sábado, 22 de enero de 2022
CREEPSHOW TV (2ª TEMPORADA)
Asumida la poca naturaleza "Creepshowiana" de esta versión para la caja tonta, y que cualquier intento de mandar un guiño al clásico (como la música de los feísimos créditos iniciales) únicamente incrementa la dolorosa comparativa, me agencio las segunda y tercera temporadas completas. Me las veo (no sin cierta ilusión, lo reconozco) y las reseño. Aquí tienen todos los capítulos de la que hace dos. En breve, la otra.
CAPÍTULO 1 - "Model Kid" / "Public Television of the Dead": Rememoremos la historia que introduce y cierra el "Creepshow" de George A. Romero: un crío abroncado por su severo padre, que le tira los tebeos a la basura, recibirá justa venganza cuando se agencie un muñeco vudú. Bien, esa es la base de este "Model Kid". Cambiamos al padre por el tío. Cambiamos al niño morenito por uno rubito (probablemente alter ego del Greg Nicotero infante). Y al muñeco vudú por una figurita de esas de la marca "Aurora" (no en balde es ese un nombre que sale varias veces a lo largo del capítulo). Se agradecen estas movidas de niños fans del terror marginados por adultos o matones en el colegio, y que se toman la revancha. Pero la verdad es que ya comienza a ser un recurso trillado y cansino. Al villano lo interpreta Kevin Dillon. El guionista, John Esposito, tiene una larga experiencia en el género, aunque tal vez su logro más peculiar sea esa cosa de nefasto recuerdo titulada "La sombra del faraón". En cualquier caso, aquí el efecto comparativo es TOTAL y, obviamente, muy dañino.
La siguiente historia, "Public Television of the Dead", debería fliparme porque es un absoluto tributo a "Evil Dead" (y un poco al Sr.Romero y su recurrente Pittsburgh). El mismo Ted Raimi -haciendo de Ted Raimi- acude a un programa de antigüedades a mostrar el "Necronomicón" (ya que, como aclara, pertenece a su familia desde hace muchos años, ¡¡juas!!). Lo leen en directo y se arma la marimorena. Uno de los encargados de poner orden será un relajado pintor televisivo visiblemente basado en otro real redescubierto y reivindicado recientemente -a través de la bufa, algo muy común hoy día-: Bob Ross. Viene aliñado con unas gotillas a lo Mr.Rogers, para quien Romero curró en su época. Precisamente, otro de los héroes de la función es un cámara y realizador regordete de nombre George. Todo muy familiar. Uno de lo momentos más graciosos consiste en el pintor recreando en un lienzo el escenario al completo de "Terroríficamente muertos". Lo demás, puro manual.
Bien, una característica común en la serie a partir de aquí (y que se extenderá a la tercera temporada) es su obsesión por comerle la polla indiscriminadamente al fan medio a base de guiños, homenajes, tributos y lameculadas. Y funciona, según he podido leer muchos pican. A mi me irrita bastante. Lo veo un modo muy ruin de parapetar la falta de buenas ideas propias. En otras palabras, no van a lograr cegarme por mucha rosca que hagan al fan nostálgico que hay en mí. No me vendo tan fácil.
Dirige ambos capítulos el mismo Greg Nicotero.
CAPÍTULO 2 - "Dead and Breakfast" / "Pesticide": "Dead and Breakfast" gira en torno a los nietos de una vieja asesina psicópata que se mueren por convertir la mansión que aquella usó para sus escabechinas como marco turístico. Y forrarse en el camino, claro. Pero el público la ignora, así que invitan a una youtuber especializada en crímenes reales para que pase allí unos días y la promocione. Lo malo es que la chavala comenzará a poner en duda la veracidad de todo ello. Este capítulo es tan entretenido como interesante. Los personajes gastan carisma, la youtuber es genuinamente odiosa y repugnante y, en fin, ¡sale C.Thomas Howell! (compartiendo protagonismo con Ali Larter, superviviente de algunas entregas de "Destino Final"). El desenlace no decepciona. Parte de ello se lo debemos a los guionistas Erik Sandoval y Michael Rousselet (que repetirán en la temporada 3) y a la señora directora, Axelle Carolyn, responsable de la reciente "La mansión", que no funciona tan bien como su aportación al "Creepshow" televisivo, pero se deja ver.
Por desgracia "Pesticide" no repite la hazaña. La idea de que un tipo contrate a un exterminador de plagas para acabar con unos vagabundos que okupan su fábrica está bien. Pero, a partir de ahí, la cosa se torna un caos, un delirio que no entiendo a donde va ni que pretende, a pesar de contar con unos notables efectos especiales. Lástima. Obviamente las referencias, sobre todo sonoras, a la famosa historia de las cucarachas del "Creepshow" original son unas cuantas. Entre el reparto destacan el Carpenteriano Keith David y Ashley ("Hellraiser") Laurence. Dirige Don Nicotero.
CAPÍTULO 3 - "The Right Snuff" / "Sibling Rivalry": "The right snuff" está un rato chula (aunque, eso sí, el "Creepshowismo" sigue brillando por su ausencia). Protagonizan el culebrón unos astronautas en pleno viaje experimental para probar una máquina capaz de juguetear con la gravedad. El inventor de esta recibe todos los laureles, mientras que el piloto vive acomplejado porque su padre, un astronauta famoso, le hace mucha sombra. Dicho complejo se acrecentará cuando les anuncien que han de entrar en contacto con vida alienígena por primera vez y el elegido sea el inventor. La envidia del otro estalla y, en fin, corre la sangre. Pues sí, para estar todo el episodio ambientado en una nave (a base de decorados y efectos bastante potables) y dos personajes, la cosa se aguanta bien gracias a lo interesante de la trama, científicamente (todo el tema de la gravedad artificial) y humanamente hablando (lo de las envidias y frustraciones. Algo que, viviendo como vivimos en este país, nos cae muy cerquita). El único pero que le pongo es el aspecto de los aliens, un poco chungo. Se agradece que estén hechos a mano y, supongo, gasten unas formas voluntariamente "camp", pero no creo que case bien con el tono del capítulo. Protagonizan Breckin Meyer de "Pesadilla final: La muerte de Freddy" y Ryan Kwanten de "Silencio desde el mal". El dire es el normalmente insufrible Joe Lynch.
La historia que sigue desciende unos peldaños. Arranca como una comedia "teen" de pijas histéricas, lo que justifica la presencia de Molly Ringwald como directora de un instituto a la que una adolescente lerda le cuenta que su hermano ha intentado matarla. Las cosas derivarán por derroteros vampíricos. Lo mejor lo tenemos cuando la adolescente comenta que sus únicas experiencias sexuales compartidas consisten en hacer pajas. Lo demás, extremadamente tontuno y olvidable. Guioniza una tipa. Dirige Rusty Cundieff de "Tales from the hood" o "Fear of a Black Hat".
CAPITULO 4 - "Pipe Screams" / "Within the Walls of Madness": Retomamos la movida del "monstruo usado como arma arrojadiza contra un ser humano detestable" -es decir, la historia del bicho de la caja en el "Creepshow" original- y lo hacemos de la mano de la entrañable Barbara Crampton, que pal caso da vida a una casera despiadada y racista (hay incluso un momento que aparece medio borracha con un vaso en la mano, igual que Adrienne Barbeau). La acompañan Eric Edelstein (uno de los nazis malotes de "Green Room") y un bicho no especialmente mal logrado a base de pelos y suciedad que se oculta en las tuberías. Una historia muy tonta, que no aporta nada, pero tampoco ofende. Dirige Joe Lynch.
Con "Within the Walls of Madness" me perdí un poco, resulta algo liosa, pero digamos que gira en torno a un tipo condenado a muerte por una serie de asesinatos que, dice él, fueron cometidos en realidad por un demonio surgido de una dimensión paralela gracias a los esfuerzos de una científica interpretada por Denise Crosby, de "El Cementerio Viviente". Sin más. Dirige todo un VIP del club "Creepshowiano", John Harrison.
Aprovecho el inciso para comentar que las transiciones animadas de esta segunda temporada molan bastante. Se alejan del tono realista de la anterior (y el film original), y evitan el look "flash" que veremos en la siguiente. Las que nos ocupan tiran de rollo caricaturesco y denotan mucho estilo. Un toque original de la serie que, por raro que suene, funciona.
CAPITULO 5 - "Night of the Living Late Show" : A modo de colofón, Nicotero y los suyos cierran la temporada con un capítulo especial de duración doble, donde retoman el "servicio oral para el fandom" pero, al menos, de un modo más inteligente, integrándolo en la trama sin que irrite excesivamente. Y pal caso, además del inevitable guiño con posterior moratón en el ojo al recurrente Señor Romero y sus zombies, tenemos una referencia constante y sangrante nada menos que a nuestra "Pánico en el Transiberiano". Se lo explico.
Justin Long -al que hemos visto en "Jeepers Creepers" o "Arrástrame al infierno"- da vida al inventor de la máquina de realidad virtual definitiva, una que permite al usuario formar parte de sus películas favoritas. En su caso se trata del clásico dirigido por Eugenio Martín. No solo lo disfruta, además anda enamorado del personaje que interpreta ¡¡¡Silvia Tortosa!!!. De esta manera el inventor huye de su mediocre realidad y, muy especialmente, su señora esposa, con la que se casó por dinero y que, obviamente, no luce tampoco muy apetecible (aunque ni mucho menos es el cayo que nos pretenden vender). La cornuda, harta de desprecios e infidelidades -virtuales-, usará la misma máquina para vengarse.
Lo cierto es que, llegado el momento, comencé a pensar aquello de "Me aburroooo", antes de descubrir que consumía un capítulo más extenso de lo habitual. Pero no está demasiado mal. Las escenas en las que Justin Long entra a formar parte de "Pánico en el Transiberiano" e interactúa con Christopher Lee, Peter Cushing o la misma Tortosa, tienen su gracejo, aunque tampoco es que estén estupendamente facturadas. Llama la atención que se busquen a una doble de la actriz catalana cuyo parecido resulta bastante discutible.
El guion corre a cargo de Dana Gould, todo un personaje mediático ligado a cosas tan distintas y curiosas como "Los Simpson", "Mystery Men" o esa rareza titulada "Me levanté temprano el día de mi muerte". Dirige Greg Nicotero.
CAPÍTULO 1 - "Model Kid" / "Public Television of the Dead": Rememoremos la historia que introduce y cierra el "Creepshow" de George A. Romero: un crío abroncado por su severo padre, que le tira los tebeos a la basura, recibirá justa venganza cuando se agencie un muñeco vudú. Bien, esa es la base de este "Model Kid". Cambiamos al padre por el tío. Cambiamos al niño morenito por uno rubito (probablemente alter ego del Greg Nicotero infante). Y al muñeco vudú por una figurita de esas de la marca "Aurora" (no en balde es ese un nombre que sale varias veces a lo largo del capítulo). Se agradecen estas movidas de niños fans del terror marginados por adultos o matones en el colegio, y que se toman la revancha. Pero la verdad es que ya comienza a ser un recurso trillado y cansino. Al villano lo interpreta Kevin Dillon. El guionista, John Esposito, tiene una larga experiencia en el género, aunque tal vez su logro más peculiar sea esa cosa de nefasto recuerdo titulada "La sombra del faraón". En cualquier caso, aquí el efecto comparativo es TOTAL y, obviamente, muy dañino.
La siguiente historia, "Public Television of the Dead", debería fliparme porque es un absoluto tributo a "Evil Dead" (y un poco al Sr.Romero y su recurrente Pittsburgh). El mismo Ted Raimi -haciendo de Ted Raimi- acude a un programa de antigüedades a mostrar el "Necronomicón" (ya que, como aclara, pertenece a su familia desde hace muchos años, ¡¡juas!!). Lo leen en directo y se arma la marimorena. Uno de los encargados de poner orden será un relajado pintor televisivo visiblemente basado en otro real redescubierto y reivindicado recientemente -a través de la bufa, algo muy común hoy día-: Bob Ross. Viene aliñado con unas gotillas a lo Mr.Rogers, para quien Romero curró en su época. Precisamente, otro de los héroes de la función es un cámara y realizador regordete de nombre George. Todo muy familiar. Uno de lo momentos más graciosos consiste en el pintor recreando en un lienzo el escenario al completo de "Terroríficamente muertos". Lo demás, puro manual.
Bien, una característica común en la serie a partir de aquí (y que se extenderá a la tercera temporada) es su obsesión por comerle la polla indiscriminadamente al fan medio a base de guiños, homenajes, tributos y lameculadas. Y funciona, según he podido leer muchos pican. A mi me irrita bastante. Lo veo un modo muy ruin de parapetar la falta de buenas ideas propias. En otras palabras, no van a lograr cegarme por mucha rosca que hagan al fan nostálgico que hay en mí. No me vendo tan fácil.
Dirige ambos capítulos el mismo Greg Nicotero.
CAPÍTULO 2 - "Dead and Breakfast" / "Pesticide": "Dead and Breakfast" gira en torno a los nietos de una vieja asesina psicópata que se mueren por convertir la mansión que aquella usó para sus escabechinas como marco turístico. Y forrarse en el camino, claro. Pero el público la ignora, así que invitan a una youtuber especializada en crímenes reales para que pase allí unos días y la promocione. Lo malo es que la chavala comenzará a poner en duda la veracidad de todo ello. Este capítulo es tan entretenido como interesante. Los personajes gastan carisma, la youtuber es genuinamente odiosa y repugnante y, en fin, ¡sale C.Thomas Howell! (compartiendo protagonismo con Ali Larter, superviviente de algunas entregas de "Destino Final"). El desenlace no decepciona. Parte de ello se lo debemos a los guionistas Erik Sandoval y Michael Rousselet (que repetirán en la temporada 3) y a la señora directora, Axelle Carolyn, responsable de la reciente "La mansión", que no funciona tan bien como su aportación al "Creepshow" televisivo, pero se deja ver.
Por desgracia "Pesticide" no repite la hazaña. La idea de que un tipo contrate a un exterminador de plagas para acabar con unos vagabundos que okupan su fábrica está bien. Pero, a partir de ahí, la cosa se torna un caos, un delirio que no entiendo a donde va ni que pretende, a pesar de contar con unos notables efectos especiales. Lástima. Obviamente las referencias, sobre todo sonoras, a la famosa historia de las cucarachas del "Creepshow" original son unas cuantas. Entre el reparto destacan el Carpenteriano Keith David y Ashley ("Hellraiser") Laurence. Dirige Don Nicotero.
CAPÍTULO 3 - "The Right Snuff" / "Sibling Rivalry": "The right snuff" está un rato chula (aunque, eso sí, el "Creepshowismo" sigue brillando por su ausencia). Protagonizan el culebrón unos astronautas en pleno viaje experimental para probar una máquina capaz de juguetear con la gravedad. El inventor de esta recibe todos los laureles, mientras que el piloto vive acomplejado porque su padre, un astronauta famoso, le hace mucha sombra. Dicho complejo se acrecentará cuando les anuncien que han de entrar en contacto con vida alienígena por primera vez y el elegido sea el inventor. La envidia del otro estalla y, en fin, corre la sangre. Pues sí, para estar todo el episodio ambientado en una nave (a base de decorados y efectos bastante potables) y dos personajes, la cosa se aguanta bien gracias a lo interesante de la trama, científicamente (todo el tema de la gravedad artificial) y humanamente hablando (lo de las envidias y frustraciones. Algo que, viviendo como vivimos en este país, nos cae muy cerquita). El único pero que le pongo es el aspecto de los aliens, un poco chungo. Se agradece que estén hechos a mano y, supongo, gasten unas formas voluntariamente "camp", pero no creo que case bien con el tono del capítulo. Protagonizan Breckin Meyer de "Pesadilla final: La muerte de Freddy" y Ryan Kwanten de "Silencio desde el mal". El dire es el normalmente insufrible Joe Lynch.
La historia que sigue desciende unos peldaños. Arranca como una comedia "teen" de pijas histéricas, lo que justifica la presencia de Molly Ringwald como directora de un instituto a la que una adolescente lerda le cuenta que su hermano ha intentado matarla. Las cosas derivarán por derroteros vampíricos. Lo mejor lo tenemos cuando la adolescente comenta que sus únicas experiencias sexuales compartidas consisten en hacer pajas. Lo demás, extremadamente tontuno y olvidable. Guioniza una tipa. Dirige Rusty Cundieff de "Tales from the hood" o "Fear of a Black Hat".
CAPITULO 4 - "Pipe Screams" / "Within the Walls of Madness": Retomamos la movida del "monstruo usado como arma arrojadiza contra un ser humano detestable" -es decir, la historia del bicho de la caja en el "Creepshow" original- y lo hacemos de la mano de la entrañable Barbara Crampton, que pal caso da vida a una casera despiadada y racista (hay incluso un momento que aparece medio borracha con un vaso en la mano, igual que Adrienne Barbeau). La acompañan Eric Edelstein (uno de los nazis malotes de "Green Room") y un bicho no especialmente mal logrado a base de pelos y suciedad que se oculta en las tuberías. Una historia muy tonta, que no aporta nada, pero tampoco ofende. Dirige Joe Lynch.
Con "Within the Walls of Madness" me perdí un poco, resulta algo liosa, pero digamos que gira en torno a un tipo condenado a muerte por una serie de asesinatos que, dice él, fueron cometidos en realidad por un demonio surgido de una dimensión paralela gracias a los esfuerzos de una científica interpretada por Denise Crosby, de "El Cementerio Viviente". Sin más. Dirige todo un VIP del club "Creepshowiano", John Harrison.
Aprovecho el inciso para comentar que las transiciones animadas de esta segunda temporada molan bastante. Se alejan del tono realista de la anterior (y el film original), y evitan el look "flash" que veremos en la siguiente. Las que nos ocupan tiran de rollo caricaturesco y denotan mucho estilo. Un toque original de la serie que, por raro que suene, funciona.
CAPITULO 5 - "Night of the Living Late Show" : A modo de colofón, Nicotero y los suyos cierran la temporada con un capítulo especial de duración doble, donde retoman el "servicio oral para el fandom" pero, al menos, de un modo más inteligente, integrándolo en la trama sin que irrite excesivamente. Y pal caso, además del inevitable guiño con posterior moratón en el ojo al recurrente Señor Romero y sus zombies, tenemos una referencia constante y sangrante nada menos que a nuestra "Pánico en el Transiberiano". Se lo explico.
Justin Long -al que hemos visto en "Jeepers Creepers" o "Arrástrame al infierno"- da vida al inventor de la máquina de realidad virtual definitiva, una que permite al usuario formar parte de sus películas favoritas. En su caso se trata del clásico dirigido por Eugenio Martín. No solo lo disfruta, además anda enamorado del personaje que interpreta ¡¡¡Silvia Tortosa!!!. De esta manera el inventor huye de su mediocre realidad y, muy especialmente, su señora esposa, con la que se casó por dinero y que, obviamente, no luce tampoco muy apetecible (aunque ni mucho menos es el cayo que nos pretenden vender). La cornuda, harta de desprecios e infidelidades -virtuales-, usará la misma máquina para vengarse.
Lo cierto es que, llegado el momento, comencé a pensar aquello de "Me aburroooo", antes de descubrir que consumía un capítulo más extenso de lo habitual. Pero no está demasiado mal. Las escenas en las que Justin Long entra a formar parte de "Pánico en el Transiberiano" e interactúa con Christopher Lee, Peter Cushing o la misma Tortosa, tienen su gracejo, aunque tampoco es que estén estupendamente facturadas. Llama la atención que se busquen a una doble de la actriz catalana cuyo parecido resulta bastante discutible.
El guion corre a cargo de Dana Gould, todo un personaje mediático ligado a cosas tan distintas y curiosas como "Los Simpson", "Mystery Men" o esa rareza titulada "Me levanté temprano el día de mi muerte". Dirige Greg Nicotero.
sábado, 11 de agosto de 2007
PLANE DEAD

Evidentemente que es lo de siempre... cambia el avión por un supermercado, una base militar o una cabaña, y obtendrás lo que obtendrás, pero a pesar de ello, la peli sabe desarrollarse con ritmo y sin aburrir en exceso. Además, el origen de la plaga zombie es, dentro de lo que cabe, bastante original, no la contaré aquí pero digamos que tiene que ver con la criogenización. Los personajes son, hasta cierto punto, arquetípicos (en especial el poli esposado al delincuente simpático) y el film se permite un par o tres de momentos visualmente potentes, como cuando los zombies se abren paso por el suelo del compartimiento de los pasajeros (tal y como si surgieran de debajo de la tierra) o cierto ahorcamiento imprevisto. Estos son, cómo no, muertos revividos de la nueva era... es decir, corren como locos, chillan y hasta parecen pensar, al menos del mismo modo que lo haría un animal.
Lo que más sorprende de "Plane Dead" es que, uno, los no-muertos tardan en salir y, dos, la seriedad con la que la película va desarrollándose. Obviamente era todo una falsa alarma. Por lo visto los cineastas esperaban al último rollo para soltarse el pelo, recurriendo más que nunca al gore (hasta ese momento habíamos visto mucho líquido rojo pero pocas mutilaciones) y, por desgracia, al humor. Y es aquí donde uno se da cuenta de que, hasta cierto punto, Peter Jackson hizo bastante daño al subgenero zombie con su "Braindead", pues todavía hoy hay quien se empeña en emularle, homenajearle e incluso robarle gags, caso de este "Plane Dead" que se olvida de la seriedad y el respeto del que hasta el minuto 60 había hecho gala y comienza a descerebrarse con chistes graciosillos y gags visuales a costa de los cadáveres andantes (quienes sufren el 99% de las mutilaciones más gráficas de la peli... es curioso como ha cambiado el cine de muertos vivientes. Reventarle la cabeza a algo ya muerto que revive no es inmoral, pero sacarle las tripas a un ser vivo es impensable).
Toda esta parte final (y unos efectos visuales que de resultones pasan a mediocres cuando intentan currarse un desenlace espectacular) acaban por hundir lo que podría haber sido una muy potable peli de zombies. Ahora, sencillamente, se deja ver y poco más.
PD: Como véis, el cartel promocional y ciertas escenas relativas a cierta puertezuela en el suelo del avión, son un claro, clarísimo, homenaje a esa joya inmortal e imprescindible: "Evil Dead".
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