Madre mía, madre mía, de lo que ayer noche fueron testigos mis ojos no tiene nombre. Pero más por el cómo que por el qué. Dejen explayarse a esta sucia boca.
Así de entrada, mirada por encima, "Policía de acero" no sería más que otra imitación de "Robocop" parida en plenos años 90, 1995 para ser exactos. Es decir, ocho después del clásico de Paul Verhoeven. ¿Por qué tan tarde?. Y digo "Robocop" a conciencia, pues no hay ninguno de los restantes referentes expoliados recurrentes en esta clase de subproductos. Es decir, ni "Terminator", ni "Mad Max 2", ni nada semejante. Aquí el hurto comienza y acaba con "Robocop", solo que yendo por la estrategia fácil, cambiemos a Peter Weller por una chica rubia de buen ver. El resto, casi idéntico, con escenas que incluso rozan la línea de lo legal cual un Bruno Mattei cualquiera.
Hay un grupo de moteros malvadísimos comandados por un sobreactuado Richard Grieco de "look" ultra macarra. Entre ellos se ha infiltrado una churri policía. La descubren y se la cepillan (sin hacerle demasiados desperfectos). Un científico convence a la alcaldesa que puede coger el cadáver y revivirlo mediante suero para convertirla en una super-policía. Proyecto "Lázaro" lo llama (¿no había un nombre menos trillado?). Así que proceden. La rubia sufre una crisis de identidad cuando descubre que ha vuelto de la muerte y, tras escenas de drama chusquero, se hace a la idea de que es una "superhéroa", se viste como tal, con mucho negro, incluso lleva una máscara que le cubre la mitad de la faz y, enga, a meter piruetas, matar malos a base de posturitas guapas y, por supuesto, vengarse de Don Grieco, que se hace tarde.
Por una vez los distribuidores patrios tuvieron suficiente ojo para rebautizar al film con fines clarificadores. En inglés se titula, muy farragosamente, "The Demolitionist" (difícil de mentar, "demolishionis", "La demoledora". Hay una escena en la que la califican de "Demo" y queda muy chanin, así tendrían que haber titulado la peli, o "Demo Cop" si me apuran), y en las Españas pues "Policía de acero", en evidentísima referencia a nuestro querido madero de hojalata.
Claro, tras leer todo esto pensarán "Menuda basurilla, ¿Quién osó hacer esto en los noventa? Wynorski, Corman, Band....?" pues no, y ahí radica realmente lo chocante del invento, y motivo por el que la consumí íntegra y sin avance rápido, a pesar de haber tenido un día duro: la gente que asoma por delante y detrás de la cámara son personajes de la farándula horrorífica / fantastique, bien conocidos y queridos por todos nosotros. Muchos con un pasado, y un posterior futuro, bastante más lúcido, impropio de gente a la que asociaríamos con un plagio barato de "Robocop".
La culpa total y absoluta de este desaguisado la tiene Robert Kurtzman, quien aquí debutaba en la dirección. Dos años después se ocupó de la más popular y lograda "Wishmaster" para, a partir de entonces, ir cayendo en picado a base de productos más bien olvidables como "The Rage" o "Enterrados Vivos". Cerraría el círculo en 2010 con una de acción, "Impacto Mortal". Conocen, o deberían, la otra ocupación del caballero, como técnico de efectos especiales en muchos títulos de solera, especialmente al lado de sus queridos Howard Berger y Greg Nicotero, con quienes formó la legendaria "KNB Group". Y sí, no solo estos firman los truquitos -tampoco muy abundantes- de "Policía de acero". En cuestión de cameos, Berger no quiso saber nada, pero Nicotero sí. Gracias a sus greñas y barbas, hace de motero malote.
Visto lo visto, Kurtzman tendría el caprichito de parir su propio "Robocop", deseo compartido con su señora esposa de entonces, que para algo ambos firman la historia (tampoco se esforzaron mucho). Luego, le pasaron el encargo de escribir el guion a un par de mindundis con nombre de mafioso y mucho currele televisivo a sus espaldas, Brian DiMuccio y Dino Vindeni. Lo siguiente fue tirar de lista de colegas, a los que liarían completamente. Me los imagino siendo conscientes de lo marciano de la operación, pensando "tío, esto en una copia de "Robocop"" pero callando like putas, ¿Cómo defraudar a un amigo?. Así que, enga, ponme en la peli, pero no me hagas hablar mucho, cuanto más se reduzca lo mío a cameo, mejor.
Y de esta guisa encontramos a Tom Savini como esbirro del villano (asoma en más planos que muchos de sus compañeros, pero nada excesivo, y apenas habla), Reggie Bannister (el calvito de la saga "Phantasma") como un alcaide visto y no visto, lo mismo que Jack "Cabeza Borradora" Nance en plan cura. A Joseph Pilato le toca lucirse un poquito más gracias a sus excesos interpretativos, le reconocerás como el malvado "Rhodes" de "El día de los muertos". El gran Dan Hicks, paleto en "Terroríficamente muertos" o encargado de supermercado en "Intruso en la noche", muriendo rápido. Sarah Douglas, la villana de "Superman 2", en un vivo ejemplo de cameo irreconocible, dando vida a una cirujana que, si no me falla la memoria, ni se quita la mascarilla. Nada menos que Heather Langenkamp, la prota de "Pesadilla en Elm Street", en un infame papelito de periodista / locutora. Y Derek Mears, futuro "Jason Voorhees" en la película del 2009. Aunque el cameo más curioso, porque ni tan siquiera sale acreditado, se lo debemos a Bruce Campbell en el recurrente rol de motero maloso.
Los papelotes destacados recaen, Grieco aparte, en Peter Jason como policía corrupto (lo has visto en chorrocientas películas de John Carpenter), Susan Tyrrell como alcaldesa (normalmente muy histriónica, desfasaba que daba gusto en "Cry-Baby" o "La zona prohibida / Forbidden Zone") y Bruce Abbott, el "Dan" de "Re-Animator", como el científico que inventa a la policía de acero, es decir, otra vez reviviendo cadáveres mediante suero. Este chico no aprende. Y, a todo esto, el insulso protagonismo de la función se lo lleva Nicole Eggert, vigilanta de la playa.
John Esposito, productor ejecutivo, tuvo la poco fortuna de coproducir ese aborto titulado "Abierto hasta el amanecer" y últimamente ha guionizado para la mediocre serie de tele inspirada en "Creepshow".
Y en una película como esta, con toda la peña mentada, no pueden faltar las citas descaradísimas a "Fangoria" y las "fricadas" a servicio del fan. Nada más comenzar, Richard Grieco y su socio esperan en la celda a que los ejecuten (luego escaparán y bla, bla), mientras ven una peli en plan "kaiju-eiga" por la tele (con un especie de pez espada gigante destruyendo casitas) y se parten de risa. El tipo sujeta un "Fangoria" entre las manos y, por si acaso no han pillado el guiño, tiene la pared de atrás embadurnada de más y más cubiertas. Sutilidad es mi segundo nombre, bro.
En cuanto a la sensación general que deja "Policía de acero" -que, obvio, concluye con una canción metalera de lo más pegadiza y macarra- es de estupor. Como decía, la soporté íntegra. Y me cayó en gracia a pesar de que los momentos dramáticos cortan el rollo. Pero, claro, estoy requeteseguro que fue gracias a la ristra de nombres. Era la mar de gracioso ir reconociéndolos. Como encontrarse con un viejo amigo al que ves haciendo algo de lo que, sabes, luego se avergonzará. Aunque, a tenor de los años transcurridos, no había motivo. Casi nadie parece saber de la existencia de esta película. Bien mirado, al final la fortuna les sonrió.