¿Un documental sobre el auge y caída del cine "slasher"?, eso no puedo perdérmelo (y además, con subtítulos en castellano). Tras agenciármelo, esperé al momento propicio para verlo. Ahora que ya ha pasado tan señalado instante, puedo decir que, efectivamente, me ha encantado. Es previsible, lo sé, pero afirmar lo contrario sería mentir.
La película, que adapta un libro escrito por Adam Rockoff (de idéntica temática, of course), posee la maravillosa virtud de no centrarse únicamente en los de siempre e ignorar a los que vinieron después, inexorablemente relegados a la sombra. Efectivamente, tenemos a Carpenter, a Cunningham, a Craven, a Savini... pero también podremos gozar de entrevistas a Joseph Zito o Fred Walton, e incluso si me apuran por ahí también asoman elementos aún mucho más oscuros como Herb Freed, Armand Mastroianni o Paul Lynch, autores todos estos que, en algún momento de su carrera, se adentraron en el pantanoso, pero agradecido, terreno del "slasher", ya sean títulos más conocidos ("El asesino de Rosemary", "Prom Night") o cosas terriblemente ignotas ("El día de la graduación", "El día de los inocentes"). Además, aunque el film también repasa el resurgimiento del género en los 90 con "Scream" y todo lo que le siguió (incluidos Rob Zombie, "Hostel" o "Saw"), en realidad se centra en la gloriosa década de los 80 (de las pelis que no muestran imagen, al menos incluyen el poster, caso de "Madman", "No abrir hasta Navidad" o "The Prey") y los títulos que la precedieron y marcaron la pauta, siendo "Psicosis" la que se lleva la medalla.
"Going to pieces" posee un ritmo absolutamente endiablado, toca todos los palos propios del "slasher" (el tipo de asesino, su posible trauma, la clase de arma que usa, la heroína que resiste hasta el final, los emplazamientos típicos, los actores famosos que debutaron en esta tipo de producciones, etc, etc) y aledaños (la escuela Italiana, con especial mención al "Bahía de Sangre" de Mario Bava donde, por fin, se muestra con toda clase de lujos la escena del empalamiento que, poco después, plagiaría sin rubor el segundo "Viernes 13") a toda velocidad, y lo hace con imágenes a porrillo, centrándose casi única y exclusivamente en los crímenes más sangrientos de cada film comentado (¡incluso "Mil gritos tiene la noche"!).
Afortunadamente no se echa demasiada mano de justificaciones intelectualoides (alguna cae, sobre todo vía Wes Craven, pero nada que moleste demasiado), al contrario, todos los entrevistados se sueltan el pelo reconociendo que gozan viendo/creando los más atroces crímenes (especial mención merece Stan Winston, que abre el documental afirmando: "Cuando voy al cine, me encanta ver como decapitan a alguien", ¡ahí, ole tus huevos!) y la dosis de descojone la ponen secuencias en las que críticos almidonados (el cateto de Roger Ebert) o padres ofendidos (un puntazo toda la movida ocasionada por el trailer de "Noche de paz, noche de muerte") salen rajando de este cine que tanto nos gusta. Pero tienen las de perder, porque "Going to pieces" está de lado de los que nos molan los "slashers", de lado del fan del género... de hecho, toda la peli es un regalo para nuestros sentidos y viéndola, uno recuerda (por si tiene la desgracia de haberse olvidado) cuán gozoso y estupendísimo es pertenecer a la gran familia de adoradores del terror y, más especialmente, del cine de adolescentes troceados por asesinos enmascarados. Un diez.