lunes, 30 de septiembre de 2013

LA MALDICIÓN DE CHUCKY

Quizás esta película sea una de las que más expectación estaba despertando en el fandom. Cuando más rumores sobre ella se filtraban en la red, y mas “fake trailers” montaban los fans, llega la noticia de que será lanzada directamente en DVD. Eso no hace presagiar nada bueno y es que, efectivamente, “La maldición de Chucky” es una de las peores de la saga. No ya por su condición video-clubera, ya que su factura final es similar a la de una película para cine (quizás se concibió con esa mentalidad) sino por puramente aburrida. De su hora cuarenta, cobra interés a la hora y veinte de metraje.
La película es una vuelta al Chucky más aterrador, al de las primeras entregas, y es seria a más no poder. En este caso, esta seriedad no funciona, porque si en las dos ultimas entregas de la serie me estáis vendiendo una comedia con “La novia de Chucky” y la infravalorada “La semilla de Chucky”, ahora lo que quiero ver son más aventuras, gracietas y chistes  de esta familia de muñecos que os habéis empeñado en formar… pero se nos quita cualquier atisbo de comedia en pro de una vuelta a lo que el personaje fue en los ochenta. Habrá quien lo agradezca, pero en mi caso, no.
Para justificarlo, Don Mancini, director y creador de la criatura, traslada la acción, cronológicamente, a justo después de la tercera parte.
Una muchacha en silla de ruedas recibe un paquete por correo. Dentro de él va un Good Guy que acaba cargándose a su madre de modo que parezca un suicidio. Para que Chucky tenga víctimas frescas, hacen que, tras esta muerte, venga toda la familia de la muchacha, con lo que el muñeco acabará siendo propiedad de la sobrinita de esta.
Chucky se los andará cargando de maneras más o menos ingeniosas, hasta que hacia el final la película se pone un poco interesante cuando se nos narra a modo de flash backs el por qué Chucky  está en esa casa, y se nos va preparando para que todo lo que ocurra en adelante tenga conexión con lo hechos acontecidos en “La novia de Chucky” y continuar con la saga, así que vemos que Tiffany (ternesca, pero aún muy apetecible Jennifer Tilly) se dedica a enviar a Chucky por correo a según qué personas. Contar más, sería hacer spoliers, pero sí que les diré que si quieren saber que pasó con el niño Andy tras su paso por el ejercito. En “Muñeco Diabólico 3” lo sabremos aquí, y que queda, al menos, una película más de la saga para que conecte con “La novia de Chucky”… Vamos, un lío que a los fans mas avanzados hará gracia, pero que descolocará a los nuevos, a los que se engancharon a la saga, precisamente, con la cuarta entrega, y que ni saben de la existencia de sus tres predecesoras de los ochenta y noventa.
Un batiburrillo de conceptos que se aprovecha de los elementos primordiales de la saga, y que a mí, tan fan como soy, me ha dejado muy indiferente. Incluso, si no fuera porque verdaderamente me esperaba muy poco, diría que me ha decepcionado, no ya porque no continúe con el humor de las dos anteriores, sino porque como película de terror, no funciona en absoluto, como sí lo hacía la primera de la saga a la cual pretende imitar.
Ergo, callo los rumores diciendo que, ni se trata de un remake de la primera, ni es una vuelta al viejo Chucky (porque a las primeras de cambio, vuelve al actual, como verán…), ni el diseño del muñeco es totalmente diferente… porque su nuevo aspecto (pelo largo, cara distinta, aunque más parecido al de las primeras entregas que al Chucky de Ronny Yu) resulta ser un disfraz a base de capas de látex que lleva puesto que, en un momento de la película, alguien le quita y vemos al Chucky de “La novia de Chucky” con sus cicatrices, y sus trozos de plástico arrancado del ojo, aunque, curiosamente, le faltan las grapas…
Don Mancini intenta todo para ganarse a los fans de ambas trilogías…. pero solo consigue que, según avanza la película, nos den ganas de darle al stop.
Los asesinatos  y el gore, sin ser un asco, no son nada del otro mundo, y en definitiva nada que ofrecer, ni a los fans de la saga, ni a los que no lo son.
En el reparto tenemos a la guapísima Fiona Douriff, que si son algo avispados sabrán de quien es hija, además de la anteriormente mentada Jennifer Tilly y Brad Douriff, una vez más “as the voice of Chucky”, volviendo a hacer acto de presencia en su forma humana como Charles Lee Ray, y de paso nos cuentan que es lo que este estaba haciendo cuando fue masacrado  por Chris Sarandon en la primera parte… ahí es nada.
El caso es que con todo esto, se podía haber hecho algo muy guapo, pero…

sábado, 28 de septiembre de 2013

MANIAC (2012)

Mi primera reacción al saber que el Frank Zito de este “Maniac (2012)” lo iba a interpretar  Elijah Wood, fue de llevarme las manos a la cabeza. Y la desconfianza me acompañó hasta que he podido ver la película y comprobar “in situ” que Wood es un mediocre Joe Spinell, pero un magnífico Frank Zito.
Ya conocen la historia, aquí convenientemente tuneada para que no chirríe con los tiempos que corren. Un fabricante de maniquíes tiene citas a través de webs de contactos en Internet, o a través de prostitutas. Bien, pues debido a un trauma que arrastra a raíz de contemplar de niño como su mamaíta se follaba a los tíos de dos en dos mientras se ponía turcia a oler cocaína, su misoginia es tal, que acaba matando a toda aquella que osa tocar su cama. Además, las arranca el cuero cabelludo y se lo pone en la cabeza a los maniquíes que fabrica.
Un buen día aparece en su vida una fotógrafa con la que parece tener varios puntos en común, además de cierta atracción sexual mutua.
Tanto Alexandre Aja, productor, como el director Franck Khalfoun, saben perfectamente lo que el fan medio piensa del aspecto del nuevo Zito, así que se ríe del aficionado, haciéndole decir a la primera víctima de este, en el primer encuentro: “Creí que serías gordo, con bigote, grasiento y con la cara picada”. Tras esto, descubrimos que Elijah Wood si no tiene el aspecto repugnante de Spinell, sí que consigue, al menos, llegar a ser tan desquiciadamente sórdido como él, lo que demuestra la gran composición actoril que ha ejecutado Frodo, que pequeño, con ojos azules, cara inocente y no excesivamente feo, llega a causar en el espectador la misma grima que un individuo que ya la causa únicamente con su físico, lo que es un logro muy grande. Y una garantía… Frank Zito debe dar asco, caer mal al espectador, o de lo contrario la película no funcionará en absoluto.
Además, “Maniac (2012)” es por un lado innovadora: Toda ella está rodada desde el punto de vista de Frank Zito, todo lo que ve el espectador lo ve a través de sus ojos, y solo vemos el cuerpo de Elijah Wood cuando este se mira en el espejo, o salvo contadas excepciones, en las que la cámara avanza y se coloca en tal ángulo que podamos ver el asesinato que se va a cometer, para luego volver al interior de Frank Zito. Seguramente hay referentes anteriores de esta forma de rodar, pero yo no los conozco y, por ende, la cosa funciona.
Por otro lado, la película es terriblemente respetuosa con la de William Lustig, Esto es, que si se han tomado ciertas licencias, siguen los mismos patrones que la original, con lo que las escenas más punteras, están ahí y seguimos con un argumento ínfimo, en pro de una sordidez que acabe desquiciando al espectador. Lo consigue.
Y sigue ganando puntos este remake, cuando su predecesora estaba rodada en 16 mm. con los hándicaps que supone este formato para beneficiar el look al darle, por si solo, una textura perturbadora… Aquí, con todos los avances de lo digital, con una estética del todo moderna que abusa de los quemados y de los desenfoques, el director, consciente de esto, se recrea tanto en las escenas sangrientas, estas son tan repugnantes, que no llegan a causarnos las sensaciones de mal cuerpo que nos causaba “Maniac”, pero casi.
Eso si la comparamos con la película que remakea, como película independiente, si no fuera un remake, que quieren que les diga; estamos ante una de las mejores películas de “Psycho Killers” de la última década y, por ende, ante una de las muestras de cine de terror-gore más efectivas y aterradoras de las que se pueden ver últimamente, únicamente lastrada por el hecho de soportar el peso que soporta, la película de William Lustig, que ya es mucho, y aún así sale airosa.
Añadan al conjunto, una banda sonora electrónica y turbadora, que consiguen que “Maniac (2012)” no salga de tu cabeza muchos minutos después de haber finalizado el visionado.
Así que, sí, me ha gustado mucho, y se agradece ver a estas alturas cosas tan serias, repugnantes y perturbadoras. Es un remake tan digno como lo fue el de “I Spit in your grave” o incluso más, que, inevitablemente, se ha visto claramente influenciado, en estilo, por todo el cine de terror francés de última hornada, lo que en este caso, gracias a dios, es bueno.
El guión, teniendo siempre presente el original de Joe Spinell, lo firman el propio Alexander Ajá y Grégory Levaseur como es habitual en sus producciones.
Y el director, Franck Khalfoun, además de actuar  en pequeños papeles en “Piraña 3-D” o “AltaTensión”, ha dirigido cositas como “Parking 2” o videoclubadas como “A un paso de la muerte”.
Me parece que los gabachos, acabarán alzándose.

viernes, 27 de septiembre de 2013

EL LADO OSCURO DE LA LUNA

Estamos en el futuro. Una nave encargada de reparar satélites armamentísticos tiene una serie de problemas y se dirige a la cara oculta de la luna. Allí descubren una antigua nave de la Nasa, una lanzadera de esas. Entran y encuentran un cadáver congelado y con el estómago abierto. Se lo llevan a su nave y cuando investigan descubren que fue abandonado por los tripulantes. Joder, que misterio más molón.
Pues sí, hasta aquí "El lado oscuro de la luna" está un rato bien. Puro suspense, arropado por una atsmósfera sombría, actores potables y efectos sencillos pero llevaderos (y todo maquetas!). El fallo que yo he tenido es que me la he puesto por la tarde, que es la hora que dedico a las pelis cutres, ignorables, que puedo ver con un ojo en la tele y otro en el ordenador. Y no le he hecho justicia, porque la verdad es que está bastante bien, bastante por encima de la media, de lo que suelen dar de si estas "modernas series B". Que sí, que recuerda a "Alien" -inevitable-, a "La cosa", a "Horizonte Final"... hey, un momento, ¡esa es posterior!, y guarda no pocos puntos en común con esta. Raro, raro.
El "problemilla" que le veo es que, una vez superada la parte de la trama arriba expuesta, la peli pierde un poquito el pedal. Por ahí aparecen el triángulo de las Bermudas y hasta una subtrama satanista, y dices "Ouch!"... pero si lo asumes sin mirar atrás, logras resituarte y sigues viéndola con notable interés. Te sorprende su comedida sobriedad, su estética... y que igual, en otras condiciones, hasta me podría haber resultado más o menos inquietante y todo. Las apariciones del "monstruo", que no es un extraterrestre, molan. Recuerdan un poco también a la posterior -y estupenda- "Sunshine", por los rollos filosóficos que suelta. Y ya van dos.
Vamos, que la recomiendo... y si la ven, no hagan como yo, pónganla por la noche y dedíquenle todas sus atenciones. La peli lo merece, concho.
Producida en 1990, "El lado ocuro de la luna" es la prueba de que los noventa, en general, fueron una peste porque ¡¿cómo es posible que una cosa así, toda digna ella, haya quedado tan olvidada e ignorada?!, y que su director, D.J.Webster, únicamente hiciera un video-clip después y desapareciera. No es justo.
Un caso muy distinto es el de sus guionistas, Chad y Carey Hayes, suyos son los libretos de "La casa de cera", "La cosecha" y... ¡ostras, pedrín!, ¡¡"Expediente Warren"!!... eso explica muchas cosas, amigos. Ahora esta reseña ya tiene sentido para mi.
En el reparto, algunos rostros de segunda reconocibles como los de John Diehl y Alan Blumenfeld (¡que delgao está ahora!), aunque el más popular tal vez sea el de Joe Turkel, el fabricante de replicantes en "Blade Runner" (aquí lleva las mismas gafas!) o el barman de "El resplandor".
Que sí, que mola bastante.

jueves, 26 de septiembre de 2013

EN EL OESTE SE PUEDE HACER... AMIGO

Conscientes ya del éxito que tenían tanto Terence como Bud juntos o por separado, y ya con el estilo característico de mamporros y humor, se explota aquí otra formula que sería exitosa dentro de las películas de estos dos; la de juntar a Spencer con un niño. En “Zapatones” o “El Sheriff y el pequeño extraterrestre” así fue o con un adolescente en “Aladino”, pero el precedente es esta divertidísima “En el Oeste se puede hacer… amigo”. Aquí, al niño repelente que va con Bud no le gana ningún otro. Renato Cestié, visto más de pequeño todavía en “Bahia de Sangre” de Mario Bava,  da vida a Chip, el joven que tras morir su tío es semi-adoptado por el  bueno de Coburn (Bud Spencer), cuando de casualidad estos le salvan la vida. Por otro lado tenemos a Sonny (inmenso Jack Palance), que convencido de que Coburn ha desvirgado a su hermana, le persigue por todo el Oeste con el fin de, primero, hacerle esposar con ella, y matarle por deshonrarla de segundas.
De mientras el Sheriff-Reverendo del pueblo (Paco Rabal, aún prestigioso, adscrito a los géneros hasta el fin de sus días), chantajea a Coburn y a Chip, porque quiere quedarse con las tierras del muchacho que, intuimos, valen más de lo que ofrece por ellas.
En co-producción con España –el magnífico guión es nada menos que de Rafael Azcona, firmando, no obstante, como “Raphael” Azcona-  nos enfrentamos a un muy divertidísimo “Spaghetti Western” donde la verborrea juega un papel vital en la trama, ya que, por el contrario a muchas producciones similares, su humor se aleja notablemente del “slapstick” habitual en favor de unos diálogos, contra todo pronóstico, brillantes, sin dejar de lado, por supuesto, las cada vez más famosas hostias del Spencer ( ¡¡Esa mano abierta!!).
Nunca Bud Spencer había estado tan bien en otra película, ni tan Bud Spencer (jamás, si exceptuamos alguna de sus películas de ultima hornada o aquellos telefilmes de “Big Man”, dejó de interpretar su propio estereotipo). Sin embargo, la presencia de un decadente y, sin embargo en estado de gracia –está graciosísimo- Jack Palance, le hace una sombra terrible, convirtiéndose Palance, sin duda, en lo mejor de la película.
Paco Rabal, con tremendo sentido del humor, haciendo de malo de la función y a la vez, de caricato, cumple mucho mejor que en sus películas prestigiosas, e incluso, llegas a partirte el culo con sus apariciones.
En definitiva, una de las mejores comedias del Oeste italianas de las que llevo vistas.
Dirige Mauricio Lucidi, quien, al igual que Jess Franco en España se encargó de montar “Don Quijote de Orson Welles”, él lo montó en su versión Italiana.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

DON QUIJOTE DE ORSON WELLES

Es curiosísimo el caso de “Don Quijote de Orson Welles” al que, sin duda, deberíamos llamar “Don Quijote de Jess Franco”.
Remontémonos a los años 50. Un canal de televisión encarga a Welles un mediometraje sobre el personaje creado por Miguel de Cervantes. El canal, con la cinta a medio rodar, decide que ese material es una mierda y aborta el proyecto, pero Orson Welles, sobrevalorado director clásico y excelente actor en  filmes europeos de serie B, obsesionado con España y su cultura popular, decide seguir con el proyecto, pese a que ningún estudio quiere respaldarlo y tiene que autofinanciarse él mismo.
Y aunque influyentes amigos como Frank Sinatra aportan cantidades para su financiación, Orson, como bien le contaba a Ed Wood en la fábula homónima de Tim Burton, cada dos por tres se quedaba sin un duro, con lo que paraba el rodaje.
La película, además, era del todo rara e inconexa… no había guión, los actores improvisaban y trasladaba a los protagonistas a la época contemporánea (es decir, los 50), por lo que la cosa parecía ser un alocado “spoof” en el que vemos al Quijote yendo al cine o atacando a una joven que va montada en una vespa.
Pasan los años,  y pese a que los actores van envejeciendo, Welles rueda los fines de semana material para su proyecto, sumando horas y horas de metraje, y acumulando película de 16 mm., 35 mm., gastando ingentes cantidades de dinero, para una obra que casi seguro jamás verá la luz. La obra de un loco.
En plenos ochenta, Welles no ha terminado la película y el material acumulado es un caos, y poco más que una porquería – a juzgar por el reciente visionado- que antes de fallecer queda en manos de la mujer de Welles.
Una vez muerto Orson Welles, entra en escena Jess Franco y hace con el material de este lo mismo que ha hecho Antonio Mayans con el material que Franco dejó filmado  antes de morir para “Revenge of the Alligator Ladies”: completarlo y estrenarlo.
Para ello, y con la ayuda de un productor, Franco compra el material que está en poder de la señora Welles. Como ahora le pertenece, decide montar el largometraje, obviando absolutamente  los anteriores montajes de Welles, lo que se traduce en mayor incoherencia y un uso de los filtros y las transiciones de video absolutamente demencial (y muy Franquiano), a la que añade imágenes clásicas del propio Welles, en sus estancias (misteriosas, raras y desperadas) en nuestro país.
Aprovechando que la prensa en este país la dominan una panda de ignorantes indocumentados, que existen porque de todo tiene que haber en este mundo, y sabiendo del amigo Franco, únicamente, que trabajó con Welles como segunda unidad en “Campanadas a medianoche”, se crean unas expectativas que no se cumplen y durante su estreno en el festival de Cannes la película sufre abucheos y silbidos, puesto que el académico público del festival no está acostumbrado a las extravagancias de Franco.
Bien, vista la película, he de decir que, efectivamente, he flipado con las transiciones de vídeo noventeras, los insertos y demás parafernalia, y el enloquecido y torpe montaje de Jess Franco (según los créditos, ejecutado por Lina Romay…), pero también, hay que decir que todo el material filmado por Orson Welles es una mierda.
El tío Jess se limita a montar con cierto orden y dotándolo todo de un ritmo frenético que, para nada, es propio de su cine, un montón de planos que junto a un doblaje no muy acertado en la sincronía y una voz en off que nos va explicando lo que no está rodado y no podemos ver, van construyendo una historia lo más parecida a la del Quijote que se pueda montar, teniendo en cuenta los anacronismos y el montón de filtros y gilipolladas que mete Franco, creo intuir, que porque a la vez que monta, experimenta con el  programa de edición.
Ergo, Jesús Franco, de manera siempre sui generis, lo que hace es coger una cinta muy añeja y dotarla de cierta modernidad. El resultado es una ful, pero porque lo que rodó Orson Welles también lo es, no por el montaje de Franco, que no es para nada ortodoxo, pero sí muy eficaz. Y desde luego, dejando en el revoltijo impronta de “auteur”, porque a pesar de las velocidades, efectivamente, se nota que tras ello está Jess Frank.
Bueno, una curiosidad y una buena muestra de la cara dura del tío Jess, que se lo debió pasar pipa montando aquello.
No pasa nada por echarle una ojeadilla.

martes, 24 de septiembre de 2013

SHARKNADO

En este blog ya sabéis que sufrimos las películas de The Asylum con una sonrisa en la boca, será que somos un poco masoquistas. También ayuda mucho que conociéramos de primera mano (el prologo de Malas pero Divertidas está escrito por Jack Perez, director de Megashark Vs Giant Octopus) como se confeccionan, el presupuesto que se gastan, y las fechas límite que tienen para rodar. Así que queráis que no, vemos estas cutre-películas con otros ojos.

Una de las características de The Asylum, que ya conoceréis si habéis visto el video de arriba o habéis leído alguna de nuestras reseñas o incluso si habéis llegado a ver alguna de sus películas, es meter a una “estrella” de capa caída en su producción como reclamo ante el público. Pues en Sharknado no hay una estrellita, ni dos ni tres, sino que casi todo su plantel de protagonistas son actores más o menos conocidos. Empezamos por el plato fuerte, el protagonista, es el rubito de Sensación de Vivir, Ian Ziering. La ex mujer de este es Tara Reid, a la que conocemos por American Pie. El amigo enrollado del prota es Jaason Simmons (el cual tienen un gran parecido con Vinnie Jones), cuyo trabajo más destacable fue ser uno de los vigilantes de la playa de David Hasselhoff. Y queda un actor cuya cara hemos visto mil veces haciendo de secundario, tanto en cine como en televisión, es John Heard. Vamos con el argumento:

Mientras empieza una tormenta que dará lugar a tres tornados que succionaran tiburones en alta mar y luego los irán lanzando por Los Ángeles, nos muestran la vida de Fin (Ian Ziering) un ex surfista profesional campeón del mundo que regenta un bar en el muelle. Allí tiene siempre sentados en dos taburetes a su amigo Baz (Jaason Simmons) y al señor mayor de turno, George (John Heard). La camarera que trabaja para Fin, tiene un trauma con los tiburones que más adelante de la película nos lo contara (aunque no tengamos ni el mas mínimo interés por conocerlo, pero oye, hay que rellenar metraje) Empieza la tormenta, y Fin, que debe de tener un sexto sentido del peligro, como el de Spiderman, o algo, sale rápidamente del local con sus amigos a buscar a su familia, y es que nuestro protagonista está divorciado y tiene dos hijos. Por el camino, Fin y su grupo se pararan a ayudar a otras personas y es que este Fin es un “buencha”.

Cuando la cosa parece más calmada, Fin idea un plan, acabar con los tronados para que los tiburones no puedan llegar más lejos y dañar a más gente, si es que lo dicho, este chico es más majo que las pesetas y no le importa poner su vida en peligro si es que puede ayudar a los demás. Se les ocurre tirar bombas caseras dentro de los tornados para que la diferencia de temperatura los pare, una chorrada enorme, pero oye, mejor eso a tener que aguantar más escenas de palique encerrados en un vehículo o una habitación. Y es que esa es otra, en esta película se mueven mucho, de aquí para allí, y de allí para allá. Y todos estos desplazamientos están rodados igual, los protagonistas en el vehículo  y unos cuantos técnicos mueven la carrocería para simular movimiento, pero que pasa, que queda fatal y se nota un huevo. Tabla de surf, moto de agua, coche y helicóptero. Método de transporte que sale, método de transporte con escena en quieto que ruedan, y es que no hay como irse a un desguace para tener vehículos en los que rodar.

Pero ¿Y qué tal esta la acción, hay “chicha”? Pues sí, y no. Las situaciones son muy absurdas, solo hay que ver el tráiler para ver el 75% de las escenas de acción de la película. El CGI es cutre, pero las he visto en Asylum mucho peores, aunque eso no significa nada, que mi compañero de clase saque un 1 en el examen no hace que mi 3 sea una buena nota, pues con estos efectos infograficos pasa lo mismo. Contiene unos errores garrafales, como que fuera de la casa de la ex de Fin, el agua no llegue ni a los 2 cm de altura, pero cuando entran el patio se ha llenado con casi un metro de agua. Vale, la tormenta trae mucha agua, pero luego es tanta agua que acaba entrando por las ventanas, con tiburón incluido. Cuando consiguen escapar y salir de la casa, en el patio el nivel del agua vuelve a ser de dos centímetros. Estos fallos de raccord son bastante comunes, en una escena en la que los protagonistas ayudan a salir a unos niños de un autobús escolar, lo hacen descolgándose desde el puente que pilla encima, pues bien, aunque hay una tormenta del cagarse, en el puente el suelo está perfectamente seco. Seguimos. ¿Frases lapidarias? Alguna hay, pero quedan tan mal que causan risa más que dejar al espectador con la boca abierta. ¿Tetillas? Pues no, en esta no hay. Entonces ¿Por qué tanto revuelo si películas como Sharknado hay ya muchas? Pues no se sabe, pero Twitter ha tenido mucho que ver. En los USA sobre todo se hizo una gran campaña de publicidad, y por lo que he leído por ahí, muchos actores de la serie A han dicho por twitter que la película les ha hecho mucha gracia y que ojala se haga una segunda parte, ¿Y saben qué? Que ya está anunciada. Ahora bien, como digo, en varios sitios se ha dicho eso de los actores de primera categoría sacándole la cara a esta producción de The Asylum, pero la cuestión es que no he visto ningún nombre acompañando esas declaraciones, así que todo podría ser una muy buena campaña de marketing bien de The Asylum o bien de SyFy Channel, la cuestión es que les ha funcionado porque en muchos diarios online de la prensa española se habla de Sharknado.

Lo mejor y lo peor que se puede decir de esta tv movie es que es una película más de The Asylum, y creo que con esto ya no hay nada más que decir.

lunes, 23 de septiembre de 2013

DIAMOND FLASH

A las películas que son una mierda les meto mucha caña. Pero no se crean que disfruto con ello, no soy tan malo (a veces si), es más, aunque siempre acabo haciéndolo, me lo pienso muchas veces antes de escribir una reseña destructiva. En primer lugar, porque como creador, sé como duele el que alguien destroce tu obra. Por eso tengo la máxima de no reseñar ninguna película que no tenga una vida comercial. En el momento que la tiene, por pequeña que esta sea (hablo de películas españolas), si hay que acribillarla, la acribillo (en el caso de merecérselo) por ser un producto público, porque lo estoy consumiendo, y por tanto en el momento que compro, eso es mío, y opino sobre ello lo que me sale de la polla. Y siempre tengo aquí, en  los comentarios, a los directores o a gente que tiene que ver con la película, protestando. Cuando eso ocurre, les mando a tomar por el culo, faltaría más, porque, además, en el caso de las producciones independientes (amateur en muchos casos, aún con ediciones en dvd), siempre me vienen con los mismos argumentos para justificar que son unos manazas, a saber: El poco presupuesto. Como si este tuviera que ver con el talento, que por otro lado, no suelen tener. El esfuerzo. Como si ya solo por lo que le ha costado al tío hacer la película, hubiera que valorarla… ni que “esfuerzo” fuera sinónimo de talento... Y quien dice esfuerzo, dice ilusión.  Otra cosa recurrente es acusarme de sentir envidia. No puedo decir que yo sienta envidia de nadie, honestamente. Y menos de los productos a los que acribillo…de todas formas, decir que todos los ataques  hacia obras de otros son producto de la envidia, se ha convertido en un tópico. No es envidia, señores, es que son ustedes unos manazas.
También me acusan de que les insulto… vale, culpable, ahí no hay excusa.
No obstante, menos veces, eso si, he reseñado peliculitas de estas baratas y las he dejado bien o incluso muy bien, ya que mi entusiasmo es el mismo, quizás exagerado, tanto cuando odio un producto, como cuando lo adoro… pero ahí nadie entra a protestar ni a rasgarse las vestiduras. Ni tan siquiera a agradecer la reseña (que yo sepa, tan solo lo ha hecho un director, y encima, extranjero), que tampoco hace falta en realidad, o sea que somos protestotes solo cuando nos conviene.
Así que, señores medio directores y demás equipo de peliculitas independientes españolas de mierda, CÓMANME  EL RABO.
Pero insisto, al acabar me siento terriblemente culpable, porque la mayoría de estos, de los cuales, en resumidas cuentas, he dicho que sus películas son una mierda, son unos pobres desgraciados a los que nadie hace caso, que intentan pasar su película amateur por cine profesional, acaban fracasando, y como en realidad no aman el cine, cuando ven que no consiguen ser mainstream, dejan de hacerlo. Eso si, mientras lo intentan, tildan su cine de “Independiente” o de “Underground”, insultando la tan cacareada y confusa etiqueta.
Como verán, esta parrafada, al igual que ellos se justifican de hacer una mierda, sirve para justificarme yo del degüello que a continuación viene de esto: “Diamond Flash”.
Porque, efectivamente, es una putada meterse con una peliculita de mierda a la que nadie hace caso, pero, ¿Y cuando se trata de una película de MIERDA, a cuyo director han comido la polla inmerecidamente, incluso llegando a decir que era la mejor película española del año cuando se rodó? (claro, que la otra mejor decían que era "Blancanieves", así que ustedes saquen sus conclusiones).
Tomo conciencia de que esta película existe en el momento que leyendo un libro dedicado al cine de culto, de manera muy forzada, y firmas pertenecientes a amistades del director, Carlos Vermut, comienzan a decir, poco menos,  que es una obra maestra. Que si es la polla, que si “Cómo juega el director con nuestra psique”, que si “Inclasificable” … ay, ay, ay, esto me huele a cuerno quemado. El libro en cuestión, todo el, parece una comida de polla a Vermút, parece que solo existiera para decir lo cojonuda que es esa película, más que un libro, parece un panfleto promocional. Se habla de muchas películas de culto en ese libro pero, cada dos por tres, referencias de los distintos autores a la mentada –y magistral- película. No me cuadra mucho y me imagino que, efectivamente, será un truño
Incluso, leo por ahí una  frase del Nacho Vigalondo de turno, diciendo que si es la mejor película de Súper Héroes que ha visto en su vida. Say no more.
Ente unas cosas y otras, veo que en la campaña viral de Internet, imperan las americanas con camiseta debajo, las gafas de pasta (discúlpenme ahora que yo las llevo… aunque sin más complementos snobs…) y sobretodo, el amiguismo. De hecho, la película se lleva no se que premio de no se que festival de poppies asquerosos y repugnantes, todos disfrazados de modernos, unos snobs de mierda que mezclan en su festival velocidad con tocino y que ven cine “Trash”, sin que me sepan decir ni diez películas adscritas al  sub-género… Vamos, hay un extra sobre el festival en el dvd, que no pude acabar de ver porque sentía vergüenza ajena. No voy ahí, ni aunque me pagasen.
Más adelante descubro que se estrena en una plataforma de cine on line de lo más conocida, y se convierte en la película más vista durante dos semanas (ahhh, esta es de esas películas cuya exhibición en cines no le beneficia… claro, claro…), y toda la prensa pone el grito en el cielo.
Vermút, es un respetado dibujante de cómics que tiene amigos influyentes en esos círculos, así que todo esto, tampoco es de extrañar. De hecho, me hablan de algún foro muy fuerte, en el que toda esta fauna se reúne.
En fin, que una película de la que solo leo virtudes y bondades, hay que verla, aunque solo sea para comprobar si es cierto lo que dicen de ella o no… (eso mismo pasaba con “Extraterrestre” del Vigalondo…) así que soy tan tonto que me la pillo en dvd. Un pack muy majo, eso si, acompañado con un libro con cómics e ilustraciones de lo más bonito (encima les hago publicidad…).
Pues me pongo la película…. Y no pasa nada… tías hablando, escenas inconexas unas con otras, un tío con una máscara, que supongo yo que será el tan cacareado Súper héroe,… vale, hasta ahí todo bien, soy un defensor de la anarrativa, si es que existe la palabra,  así que eso está bien. De hecho, yo tengo un largo con similar estructura, solo que consciente de su condición (“Lo-Fi Story 2”).
Pero es que, pasan los minutos, y la película no avanza, diálogos intrascendentes eternos, montaje básico ejecutado así, intuyo, voluntariamente (planos de conversaciones sin contraplano, por ejemplo) y lo que es peor ¡larga a más no poder! ¡coñazo absolutísimo!.
Dicen por ahí que es una película que asombra con sus giros, que empieza como un drama costumbrista, con la desaparición de una niña, y acaba con súper héroes (eso estaría por ver) asesinatos, sangre, y vuelta al drama… Bueno, no hay nada de eso, pero lo pretende. Pretende, efectivamente, ser la polla, pretende provocar, pero solo es una película amateur con ínfulas de profesionalidad, con actores profesionales no excesivamente horribles.
Y Carlos Vermút no es Leox Carax, ni Michael Haneke. Pero también lo pretende.
Y lo peor es ese tufillo que desprende a aspirante a película española.
Eso si, ¡que gran campaña publicitaria se han marcado los coleguis! Y la cosa no se queda tan solo en unas descargas en Filmin, un dvd maravillosamente editado y un puñado de buena prensa… No. Ahora le han dado medio millón de euros para que filme otro película, lo cual está muy bien, porque así podremos ver si lo de “Diamond Flash” era cosa del presupuesto.
¿Qué de que va? Yo resumo la película rápido: De unas tías que hablan. ¿Y de qué más? De más tías que hablan.
Una mierda.

sábado, 21 de septiembre de 2013

FILM

No solemos reseñar cortos en este blog, más que nada porque no nos gustan (salvo los nuestros, y no todos) pero esta pequeña pieza merece ser mencionada. Primero porque me la paso mi amigo Jorge Bermejo, y del criterio de Jorge me fio, y mucho. Segundo, porque el protagonista es Buster Keaton, un Buster Keaton muy viejo y ajado que moriría al año de rodar este corto (no fue su última aparición en cine, ese honor lo tiene Golfus de Roma) Y tercero, porque aunque el argumento gira en torno a la filosofía del ser humano y su percepción, tienen una atmosfera de terror en toda su duración (15 min.)

El guion del cortometraje es de Samuel Beckett, escritor, dramaturgo, poeta, premio Nobel de literatura…etc. Al principio Beckett había pensado en Charles Chaplin para el papel protagonista, pero por casualidades del destino acabo siendo Buster Keaton, que era el que estaba libre en ese momento. El argumento trata sobre la percepción, “Ser es ser percibido”. Es decir, que mientras existimos alguien nota nuestra presencia y si no es así, seremos nosotros mismos los que somos conscientes de nuestra existencia. No se crean que esto lo he deducido yo, buscando información del cortometraje me he encontrado este análisis que por lo visto es lo que Beckett quería contar. Aunque como digo al principio todo podría ser una historia de terror.  Les cuento (el corto entero) y ustedes deciden.

Un hombre mayor, anda a buena velocidad por la calle. Lleva la cara tapada por un pañuelo, para no ser visto, y para no perderse va pegado a la pared de la calle. Sin querer tropieza con una pareja que estaba parada, huye de ellos. Llega hasta un portal, entra dentro y cuando está dispuesto a subir las escaleras, nota que una vecina baja por las mismas, así que se esconde en el descansillo esperando a que pase para que la mujer no note su presencia. Esta cae fulminada muerta, no sabemos si por la presencia del protagonista o debido a su edad. El hombre sube rápido las escaleras, y momentáneamente se toma el pulso, se le ve nervioso, aunque de momento solo le hemos visto la espalda. Entra en su casa/habitación. El habitáculo solo cuenta con una cama desecha, una mecedora, un espejo colgado de una pared, un dibujo de una cara clavado en frente de la mecedora, y diversos animales. Allí tiene un perro, un gato, un loro y un pez. Lo primero que hace el hombre es cerrar las cortinas, no desea ser visto desde el exterior, luego tapa el espejo con un manta, no quiere verse a si mismo, y se le ve con miedo cuando hace estas acciones, pero como digo, solo viéndose su espalda, ya que cuando la cámara (en mano) intenta verle desde otro ángulo, el protagonista se mueve dándonos siempre la nuca. Tras haber tapado la ventana y el espejo echa de casa al perro y al gato, lo que le cuesta un par de intentos porque cuando echa a uno el otro vuelve a entrar. Posteriormente tapa al loro y al pez con un abrigo, no desea ser observado por ningún ojo, ya sea humano o animal. Durante todo momento el hombre está nervioso, como si alguien le siguiera u observase, esto hace que la atmosfera sea muy intrigante, de ahí que parezca una obra de terror. Una vez libre de miradas ajenas se sienta en su mecedora, pero no puede permitir que el dibujo clavado en la pared siga ahí, observándole, se levanta y lo rompe. Vuelve a su mecedora, y de un sobre saca unas viejas fotografías que resumen su vida, de pequeño con su madre, algo mas mayor, con su perro, en su graduación, con su hija (o hijo, no se distingue bien) en esta foto se para, acaricia al bebe y luego pasa a la siguiente, que es una foto de él en su estado actual, un hombre mayor y solo con un parche en el ojo. Al verse retratado, decide romper las fotografías, en una especie de metáfora de romper con todo su mundo. Ahora está completamente solo, no hay nadie que le pueda mirar y por lo tanto percibir. Este hombre quiere morirse. Pero entonces cuando la cámara por fin nos muestra su rostro, se ve a sí mismo delante mirándose. Es la auto percepción de uno mismo, de la que nunca podremos escapar, al menos mientras sigamos vivos.

Todo muy filosófico y tal. Hubiese preferido que el hombre hubiese sigo perseguido por un monstruo de mil ojos o así, pero oye tampoco está mal. Su blanco y negro, su casi ausencia de sonido y el nerviosismo que transmite Buster Keaton, podrían haber convertido este corto en una pequeña obra de terror, aunque quien dice que no es eso lo que el protagonista está viviendo.

viernes, 20 de septiembre de 2013

LA COLINA DE LAS BOTAS

El “Spagetti Western” no es un género del que sea gran conocedor. De hecho, no me ha llamado nunca la atención hasta hace poco a raíz de unos visionados casuales. Y gracias a dichos visionados, hoy este sub-género cobra un poco más de interés para mí. Y es que las similitudes con otro de mis sub-géneros favoritos, las pelis de Kung - Fu, son más que palpables. No en vano, a las películas de Kung- Fu se las conoce por ahí como “Soja Westerns”.
A lo que voy es que viendo películas de uno u otro género,  lo cierto es que ninguno de los dos acaba de entusiasmarme en su estado más puro. Es más, diría que me aburren bastante. No así cuando estos se adscriben a otro género mayor, en concreto, y en este caso, la comedia. Entonces la cosa me entusiasma y me vuelve loco. Ergo, no me gustan las películas de Kung –Fu, ni me gustan los “Spaghetti Western”; me gustan las comedias de Kung- Fu, y me gustan las comedias del Oeste. Claro, como todos ustedes saben, si hay cómicos representativos de las comedias del Oeste, estos son Bud Spencer y Terence Hill…. Pero hay un antes y un después en sus míticas películas del Oeste, las que rodaron antes de “Le llamaban Trinidad” en los años 60 y las que rodaron después.
Bueno, pues yo me las estoy viendo.
No se en qué momento se descubre que hay química entre ambos actores, que son graciosos y que su humor “slapstick” y a base de mamporros iba a ser la marca de la casa durante el resto de las carreras de ambos (yo creo que es a partir de la película “Los 4 Truhanes”), pero lo cierto es que (salvo el título mencionado antes) durante los sesenta sus películas son “Spaghetti Western” al uso, tirando a malos, en los que la comedia brilla por su ausencia. Es tras “Le llamaban Trinidad” que ese humor se hace consciente en posteriores películas y cuando se crea la pareja cómica tal y como la conocemos, aunque ese humor impregnara, irremediablemente, incluso los productos que protagonizaron por separado. Antes, tan solo existían cosas como esta “La colina de las botas”.
Dirigida por Giuseppe Colizzi, quien fue el primero que rodó películas con ambos actores juntos y que, probablemente, los descubriera como pareja cómica al ser, también, el primero que rodó con ellos un film ajeno al “Spaghetti Western”, “Mas fuerte, muchachos”, nos encontramos ante un folletin de interminable metraje, dentro de una duración estándar, para lucimiento de Terence Hill en solitario, pero con Bud Spencer en el reparto, que de mal montada y explicada, acabamos hasta los mismísimos cojones debido a la falta de acción y la casi ausencia de argumento. Este más o menos vendría a contarnos la historia de un individuo que está siendo perseguido por unos forajidos, y se esconde en las caravanas de un circo. Los trabajadores del circo se alían con el, en su aventura.
Bueno, es lo de menos porque si hay tiros, mamporros y demás, la diversión estará asegurada… pero es que no los hay.
Entoces, se trata de un “Spaghetti Western” muy mediocre, aburrido y soso, que solo destaca porque es el preludio de lo que vendría después, tanto con el binomio de “Trinidad”, como con las comedias fuera del sub-género de Hill/Spencer que ya son míticas. Pero el gen, desde luego, y lo que más se asemejaría a lo que ya conocemos, sería la anterior, como ya he dicho, “Los 4 Truhánes”. Esta es muy mala.

jueves, 19 de septiembre de 2013

HOUSE HUNTING

Hay en venta una casa en medio del bosque, dos familias acuden allí con la intención de quedársela, pero en el camino atropellan a una muchacha que, por el golpe, parece ser que se ha cortado la lengua. Tras un par de disputas, llegan a la casa y pronto tendrán problemas con unas latas de sopa y con el abandonar el domicilio, que no pueden puesto que la casa no les deja irse de allí. Está encantada, y esto afectará al comportamiento de nuestros protagonistas.
Una solemne mamarrachada, aburrida como una carta de ajuste, en la que te tienes que esperar  al final para que pase algo y cuando pasa, lo que pasa es una puta mierda.
Una de las más grandes basuras video cluberas que he tenido la desgracia, la vergüenza y la pena de echarme a los ojos, de la que lo único bueno que puedo decir, es que se trata de una película de terror seria, pero es que ni eso, porque se supone que es una película de terror sobre casa encantada… y  ese terror que se nos sirve tan crudo, no logra asustarnos jamás. Intenta ser un “Amytiville”, pero se queda solo en, eso, el intento… y que conste que la saga de “Amytiville” era también maluca la jodida.
Una película que tras verla, me quedo igual, no me dice absolutamente nada, y, para colmo, me he aburrido hasta la prohibición. Y aquí terminaría mi reseña.
Pero es que resulta que leo por ahí, y he aquí el motivo de mi tamaña indignación hoy, y también, el motivo por el que esta reseña existe: en un portal de enteradillos de esos que solo ven cine de terror y que, por consiguiente, no tienen ni puta idea de cine y mucho menos del único género que devoran, con lo cual no distinguen lo bueno de lo malo ni aunque sea tan obvio que como en este caso. Entonces, sus escritos, evidencian un retraso mental de nacimiento, que les hace decir chorradas solemnes, de pena de muerte, o al menos de polizón  con saña. Que estamos ante, creo que decía, “Un soplo de aire fresco” entre tanta basura que se hace ahora, decía y, básicamente, justificaba sus palabras alegando que la película no era un “found footage”. Y se queda tan ancho el pavo, diciendo que es una peli cojonuda… ¿ESTO? ¿HEMOS VISTO LA MISMA PELÍCULA? Está claro que si, pero la ignorancia (porque no creo que su cerebro llege al mínimo para querer ser snob) les hace, a estos personajillos, ver cosas donde no las hay. O quizás, directamente es que quieren llamar la atención y no saben como,o simplemente que el entusiasmo ante un producto de horror les ciegue, porque, no ya es solamente que esta película sea una absoluta basura, es que cualquier “Found Footage”, repito, cualquiera, es infinitamente mejor que este pedazo de mierda, que a priori se las promete engañosa, pero en definitiva es que es mala de cojones. Y en cuanto al que la puso bien justificando su buena crítica en que esto no es un “Found Footage”, con ese argumento lo único que justifica es que es un rematado gilipollas.
Para finalizar, decir que la película, al menos, tiene la gracia de contar con Marc Singer de protagonista,  en boga actualmente gracias a la relevancia de las series de televisión, y con Art LaFleur, secundario en películas mainstream, que le da a la serie B de vez en cuando en roles más importantes en cosas como “Dahmer Vs. Gacy  y similares.
El director Eric Hurt, debuta en el largo tras haber rodado unos cuantos cortos. Espero que deje las cámaras en paz, como espero que los retrasados mentales dejen de escribir reseñas.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

DIARIO DE UNA DESAPARICIÓN

El dibujante de manga vive estresado, desconozco si los dibujantes de comics europeos tienen esta misma presión. Conocía un poco esa prisa por entregar en fecha y las dificultadas por las que puede pasar un mangaka por lo que he leído y visto en el manga y anime de Bakuman, si estáis interesados en saber más profundamente en el tema, leeros/veros el manga/anime, porque trata sobre ello principalmente. Pero nunca creí que podría llegar a los límites a los que se vio empujado el autor del manga que pasare a reseñar, Hideo Azuma. Me viene a la mente un autor conocido mundialmente, bueno, más bien su creación más que el, que acabo suicidándose tirándose por un barranco. Me refiero a Yoshito Usui, autor de Shinchan. Cuando me entere de su fallecimiento me pareció extraño, un hombre que había llegado a la cima del éxito, que no necesitaba calentarse mucho la cabeza ya que su manga y sobre todo su anime se había convertido en un éxito de ventas mundial ¿Por qué se habría tirado ladera abajo? ¿Puede que por lo que empezó siendo un manga para adultos se acabo convirtiendo en un producto infantil? Por lo que pude saber, era soltero, y un poco asocial (desconozco si esto es cierto, pero es lo que se decía de él) Al ver Bakuman y tras leerme este manga, puedo llegar a entender que ser mangaka profesional puede llevar a la locura, y es que Usui no es el primer mangaka que se suicida pero si el caso mas mediático. Hideo Azuma por su parte no es conocido fuera de su país, o al menos yo no lo conocía, ni ha tenido un éxito tan arrollador como Shinchan, pero su historia es fascinante. Hay que darle la enhorabuena a la persona que le convenció para dibujar este manga autobiográfico, porque sencillamente es una historia genial, aunque este suavizada.

Hideo Azuma es un dibujante de manga profesional, trabaja para un par de revistas haciendo mangas cómicos, aunque a él lo que realmente le gustaría dibujar es Ciencia Ficción. Para su mala suerte solo se la permiten dibujar si mete comedia por medio. Hace algún que otro manga erótico y así va viviendo la vida. Pero un día, ya casado y con hijos, le da la ventolera y le dice a su mujer eso de “Voy a por tabaco “ (literalmente, lo cuenta en la entrevista que acompaña al manga) y como es de esperar no vuelve a casa. La primera semana la paso apalancado en casa de un amigo. Cuando se canso de gorronear volvió a casa, pero claro, los trabajos pendientes que tenían se habían ido al garete. Se pasaba el día bebiendo, hasta que un día decidió irse al bosque a morir. Borracho como una cuba intento ahorcarse aprovechando la pendiente de la montaña. Esto es, ato la cuerda a un árbol, luego se ato la cuerda al cuello y se tumbo en el suelo. Tuvo la suerte de que la pendiente no era muy pronunciada, y probablemente que al estar borracho cuando se intento suicidar no se dio cuenta de lo absurdo de su método. La cuestión es que con la borrachera se quedo dormido tirado en medio del bosque en una pendiente y con la soga al cuello, en fin, un desastre de suicidio. Al despertarse se dio cuenta de que eso era un error, pero tampoco quería volver a casa, así que decidió vivir su vida como un sintecho. En Japón a la gente sin hogar se les aparta de la sociedad, que era justo lo que Azuma quería. Así pues en la primera parte del manga nos cuenta sus aventuras y desventuras como “homeless”, que hacer para no morirte de frio, como racionarte la comida, donde se puede encontrar la mejor comida que hay en la basura y diversas técnicas de supervivencia urbanas, que con la crisis que tenemos no estaría de más que las impartieran en los institutos y universidades. Cuando se canso de no tener un miserable duro, busco trabajo, y finalmente consiguió uno en una empresa instaladora de Gas. Allí estuvo trabajando un tiempo, hasta que lo encontraron. Su familia estaba preocupada, así que pusieron una denuncia de desaparición. En una de estas la policía le encontró y se lo devolvieron a su esposa. Aunque había vuelto a casa seguía trabajando en la empresa del Gas, parecía feliz en ese trabajo, pero más adelante lo acabo dejando por no tener que ver la cara de un compañero al que critico delante del jefe. Volvió a dibujar manga, pero como no se encontraba a gusto con lo que le mandaban dibujar, se dio a la bebida. Se acabo convirtiendo en alcohólico, lo que le llevo a su segunda incursión en el mundo del vagabundo. Esta vez ni aviso con la frase “Voy a por tabaco”, simplemente se largo. Ese tiempo en la calle hizo mucho mal por su hígado, ya antes le había dado mucha mala vida a su órgano encargado de filtrar el alcohol, pero es que estando en la calle, lo tuvo mucho peor. Al final fue hospitalizado a petición de la familia porque tenía claros principios de cirrosis, y si continuaba bebiendo moriría. La segunda parte del manga trata sobre esa estancia en el hospital y su pertenencia en Alcohólicos Anónimos.

Su historia es jodida, muy jodida, pero la cuenta de una forma, y la dibuja de una manera, que la hace simpática, y entrañable. El propio autor lo comenta al principio del manga “Estoy dibujando este manga mirando la vida positivamente y procurando dejar fuera el realismo. Porque si lo dibujara realista, dibujar seria doloroso y me deprimiría” Y es que no solo el frio y el hambre son los enemigos del sin techo, les dan palizas, los insultan y son repudiados por la sociedad. Y aunque Azuma, no lo cuenta con pelos y señales, si que nos dice que las ha pasado putas. 

Háganse con él como sea, lo compran, lo leen en la biblioteca, lo roban, como sea, pero léanlo, está muy bien, y nunca se sabe cuándo tendremos que echar manos de las técnicas de Hideo Azuma para sobrevivir en las duras y frías calles de la ciudad. Yo por lo pronto ya sé cómo hacer una cocina provisional y a vivir unas horas sin internet (pero solo unas horas, ojo)

martes, 17 de septiembre de 2013

SOME GUY WHO KILLS PEOPLE

La última película, por ahora, de nuestro amigo Jack Perez, destaca al venir avalada por la revista “Fangoria” y estar producida por John Landis.
Incluso, para la ocasión, Perez prescinde de un seudónimo firmándola con su nombre real, por lo que todo hace pensar que estamos ante la película que hará pasar a nuestro  hombre al mainstream… aunque una vez vista yo creo que a Jack Perez aún le queda un poquito para eso. Aunque anda bien encaminado.
Técnicamente impecable, eso si, “Some guy who kills people” (cojonudo título que traducido vendría a ser algo así como “Algún tio que va matando gente”), tiene un problema muy grave de tempo. Es una historia cojonuda pero pero desarrollada de forma tremendamente aburrida, lo que es una lástima.
Quizás porque el guión no da demasiado de si, la película se alarga eternamente entre conversaciones interminables y ritmo telefilmesco. Pero es que las escenas con más chicha, las de los asesinatos que tendrían que ser la sal del asunto, aún bien rodadas, no impactan lo suficiente. Vamos, que te quedas igual.
Vendida como una comedia negra, que deambula por los parámetros del “Psycho Killer”, en realidad “Some guy who kills people” es una tragicomedia que, al igual que los telefilmes más puros, gasta mucho tiempo de su metraje en las relaciones sociales, siendo en esta ocasión entre padre e hija la telefilmesca premisa.
Un individuo del que, en el instituto, el equipo de baloncesto se mofaba, se toma la revancha cuando edita un cómic (tiene mucho talento para el dibujo) en el que ridiculiza a dicho equipo. Estos, humillados, deciden secuestrarle y reventarle. Esto hará que nuestro protagonista les tenga un odio atroz.
Pasan los años, y nuestro hombre trabaja en una heladería, y mientras se relaciona con su hija de once años en eternas charlas, liga con cuarentonas y vive como puede su miserable vida, un tipo encapuchado se va cargando a todos los miembros del equipo de baloncesto que pululan por la zona, y todo apunta a que el asesino es nuestro protagonista. Así pues, el sheriff comienza la investigación.
Me encanta este planteamiento, y me da mucha rabia que no se le haya sacado el máximo partido a favor del metraje de relleno, que en este caso es mucho.
Sin embrago, la película, flojita, no es tan mala como para aborrecerla, con lo que disfrutamos del visionado, y a otra cosa, mariposa. Una película de consumo, de ver y olvidar. No trasciende en absoluto.
Lo curioso es que, suponiéndose la película menos risible de Perez, a mí me ha gustado bastante menos que otras mas pequeñas, como “La cucaracha” e incluso “Juegos Salvajes 2”, y esto es solo porque, al contrario que esas, estamos ante una película lenta, lenta, lenta.
En el reparto, tenemos, haciendo un papel excelente, eso si, al eterno secundario Kevin Corrigan visto en cosas como “Uno de los nuestros”, la independiente “¡Hasta las narices!” o  “Supersalidos”.
Como el mejor amigo del prota, tenemos a Leo Fitzpatrick, al que vimos en  Cosas que no se olvidan”, pero que muchos recordarán porque interpretó a aquél repugnante adolescente que gustaba desvirgar jovencitas de 12 años mientras las contagiaba el sida en la , hoy ya desfasadísima, “Kids” de  Larry Clark.
Hecha una anciana, tenemos a la ya clásica -y recientemente fallecida- Karen Black, vista en “Easy Rider”, "La trama" o "La casa de los 1000 cadáveres".
Lo dicho, flojita… y sin embargo, simpática, muy, muy simpática.

viernes, 13 de septiembre de 2013

SILENT HILL REVELATION 3D

Por si alguno no lo sabe, Silent Hill es una saga de videojuegos de terror, que para el que escribe esto es la mejor en su género. Cierto, que como los dos primeros juegos no hay ninguno y que los que siguieron no son tan buenos, aunque la tercera parte, en la que se basa bastante esta película, tenía un buen pase y es de los Silent Hill menores, el más grande de ellos. El primer juego apareció en 1998 para la Playstation 1. Las limitaciones de la maquina hacían que los fondos aparecieran borrosos y una especie de niebla ocultase lo que estaba a unas decenas de metros del personaje que controlamos. En vez de volverse locos en arreglar la situación, los diseñadores decidieron aprovecharse de este “fallo” de la máquina para envolverlo todo de una gruesa niebla que no nos dejaba ver a los enemigos hasta que ya casi los tenemos encima, lo que provocaba tensión y acojone en el jugador. Esta situación junto a la maravillosa música compuesta por Akira Yamaoka, más un argumento de sectas, monstruos y pueblo fantasma, dotaron al juego de una identidad que se ha continuado manteniendo en las siguientes entregas. Un problema se convirtió en lo más reconocible del juego, bravo.

La competencia de Silent Hill fue Resident Evil, a estas alturas de las dos sagas, Silent Hill sigue siendo un juego más de atmosferas, y Resident Evil un juego más de sustos y en las últimas dos entregas de acción pura y dura. Como Resident Evil saco películas que no funcionaron nada mal en taquilla, a pesar de ser todas ellas basura (la ultima que vi fue la 3 y me sentí tan insultado en mi inteligencia que no he visto ninguna de las que le seguían) pues desde Konami, la productora de Silent Hill, se metieron en el fregado de pasar su juego al cine. La primera parte ya la reseñe aquí, y esta secuela parte directamente después del desenlace de su precuela.

Rose ha salvado a su hija adoptiva, Sharon, de las garras de la secta que controla Silent Hill. Ha descubierto una forma de escapar del pueblo maldito pero solo puede salir una persona. Asi que decide mandar a su hija al mundo exterior y quedarse ella atrapada allí. Christhopher, su marido se encuentra en la situación de tener que proteger a su hija, ya que varios miembros de la secta de Silent Hill están en el mundo real y pretenden secuestrar a Sharon. Así, padre e hija se mudan constantemente e incluso cambian sus nombres. Ahora se hacen llamar Harry Manson y Heather Manson (enlazando así con el primer juego, ya que el protagonista se llama Harry Manson, y con el tercero, cuya protagonista se llama Heather) Cuando Harry es secuestrado por la secta, Heather, junto con un compañero de la nueva escuela en la que ha empezado a estudiar, ponen rumbo al pueblo maldito. Allí Heather tendrá que esconderse de monstruos deformes, enfermeras no-muertas y un sinfín de bichos espeluznantes, entre los que el rey del cotarro es Cabeza de Pirámide, un tio inmenso con un casco enorme con forma de pirámide que porta un cuchillo de enormes dimensiones. Todo es enorme y gigantesco en Cabeza de Pirámide. Entre medias, la secta que quiere atrapar a Heather para “dar a luz” al nuevo dios, pero claro, a cambio de la vida de esta.

En esta secuela hay muchos guiños a otros personajes de la saga de juegos, que únicamente quien los jugara los encontrara, pero que tampoco molestan a los profanos, vamos que no vas a perderte nada por no haberlos jugado. La película se estreno en cines 3D y buena cuenta de ello dan las escenas en las que los cuchillos o trocitos de partes de monstruos se lanzan contra la pantalla. No son muchas, pero las hay, y es que había que aprovechar el tirón de las 3D mientras aun estaban de moda (algo que creo ya ha pasado) El maquillaje está bastante bien en las criaturas, pero no así en otros aspectos como los niños (los siempre imprescindibles niños del cine de terror) en el que parece que vayan pintados como un oso panda, y que les han hecho el maquillaje en un taller de pintar caritas, bien sean de animales, de Peppa Pig o de princesa Disney. Vamos que ese maquillaje más que aterrar, da un poquito de lastima y hace que la ambientación en ese momento baje muchos enteros. La película no es una serie B, pero hay momentos, sobre todos en los escenarios, que se ve como un pelín cutre, como que toda esa suciedad está muy calculada para que este ahí tirada, como si todo estuviera hecho para ser feo, pero “viéndose el cartón”. Esa ambientación estaba mucho mejor conseguida en la primera parte, aun así, no se puede decir que aquí sea del todo desastrosa. De los actores solo nombrare a Sean Bean, que repite el papel que hizo en la primera parte. Sobre Sean Bean pesa esa leyenda (y no tan leyenda) de que sus personajes siempre mueren en pantalla, pues bien en esta película….. la ves si quieres saberlo, juajuajua (risa malvada)

El punto fuerte del filme es, y por primera vez el titulo dice la verdad, en las revelaciones de todo. En esta secuela explican el origen de la maldición del pueblo, quien es Heather (Sharon) y lo dejan todo muy mascadito, no sea que alguien se vaya a perder. Por una vez esto es un acierto. Silent Hill, los videojuegos, siempre han jugado mucho con las metaforas, dejando a veces al jugador sin saber exactamente qué es lo que está haciendo realmente (aconsejo que os leáis en la wikipedia todo el análisis que se hace de la segunda parte del juego, ya que la mitad de las cosas yo no las pille al jugarlo, pero que tiene todo el sentido del mundo lo que ahí se dice)

En definitiva, Silent Hill Revelation 3D, es una secuela un pelín por debajo de su anterior filme, pero que cumple lo que promete, explicar y solucionar lo que ocurrió en la anterior película. Al igual que la primera parte, creo que lo que nos llego a los cines es una versión censurada, tipo el remake de Las colinas tienen ojos de Alexandre Aja, esto es cortar segundos de las escenas más truculentas, y me da que hasta la eliminación de una escena completa. Yo no esperaría la versión sin censura, porque a saber si llegan a lanzarla en DVD en algún momento, y menos por estos lares.

jueves, 12 de septiembre de 2013

VENGANZA DESNUDA

Carla Harris es una auténtica desgraciada. Actriz sin demasiado éxito locamente enamorada de su -acaudalado- maridito, una temible noche ve cómo, intentando defender a una dama, este es asesinado por un vicioso violador. Lógicamente afectada no solo por lo sucedido, sino también porque parece que la policía no va a lograr detener al culpable, se larga a su pueblo natal, a vivir una temporada con los padres. Da la puta casualidad que el mentado emplazamiento está un 90% habitado por hombres sexualmente insatisfechos y más salidos que un mono un Sábado por la noche y en menos de 24 horas recibe varias proposiciones indecentes. Naturalmente, Carla rechaza todas y cada una de ellas, e incluso va a la oficina del sheriff a denunciar los hechos, pero se la toman a pitorreo. Esa misma noche todos los machos a los que la mujer ha herido en su orgullo acuden a su casa y la agreden sexualmente. Desafortunadamente papá y mamá se presentan en plena vorágine y, claro, terminan acribillados a balazos por la pandilla que, para redondear, se ventilan a uno de los suyos, el único con remordimientos que trataba de escapar y, de paso, le cargan con la culpa. Carla ha sobrevivido y es internada en estado de shock en el hospital del pueblo. Claro que está fingiendo, y escapará dispuesta a vengarse del modo más crudo posible.
Aunque en la caratula del estupendo VHS editado por "Lightning Video" se cite a "Death Wish" como influencia (otorgándole el equivocado título español de "Yo soy la justicia", cuando este pertenecía como sabéis a "Death Wish 2"), en realidad "Venganza Desnuda" ("Naked Vengeance" en v.o., nada que objetar) debe infinitamente más a la absurdamente sobrevalorada "La violencia del sexo" (es decir, "I spit on your grave", con la que comparte muchas ideas, destacando una castración con cuchillo bajo el agua), incluso a "Perros de paja", antes que a las desventuras de "Paul Kersey". Sin embargo, y a pesar de su indiscutible mentalidad "exploitation", sorprende que, mientras en cuestiones de violencia la puta peli apunta alto (siempre dentro de lo razonable, tenemos coches aplastando entrepiernas, tipos metidos en máquinas de picar hielo o cuchillos clavados en primerísimo primer plano... aunque tampoco nada retorcidamente gráfico), en cuestiones sexuales es bastante mojigata. De hecho, a pesar de que inevitablemente entre de lleno en el grupo de las llamadas "rape & revenge" (violación y venganza), de forcejeo carnal hay mas bien poco... por no decir que no lo hay. No es que lo lamente, of course, pero me pareció curioso y más siendo un producto del año 1985 (claro que el hecho de que fuese distribuida por "Metro Goldwyn Meyer" podría aclarar el enigma). Básicamente la venganza no viene tanto motivada por el "rape" como por el asesinato de los padres de la víctima.
Sea como fuere hay que reconocerle un mérito al film... uno que, a la larga, casi se vuelve en su contra: no da tiempo a que nos aburramos, algo a lo que contribuyen los escasos 80 minutos que dura. ¿Y en qué es ello perjudicial?, en que todo pasa TAN rápido ante nuestros ojos que, básicamente, cuesta mucho creérnoslo. Vamos, que no dan tiempo a que lo hechos se sucedan con lógica. Los malos se encaprichan de la moza nomás verla (aspecto este también algo difícil de digerir si tenemos en cuenta que tampoco es que sea un bellezón, hablando claro), deciden atacarla pasados únicamente un par de días y a causa de un rechazo de lo más tontorrón... no hay ninguna posibilidad de crear vínculos con ningún personaje, bueno o malo, todos son clichés que llevan su sello identificatorio estampado en la frente y actuarán según el rol que les pertoca sin plantearse dudas ni nada por el estilo. ¿Es eso malo?, no, para nada, pero claro, contribuye a que a ratos "Venganza desnuda" resulte involuntariamente cómica, a pesar de su supuesta -que no- escabrosa trama. Es tal la velocidad, que los personajes se olvidan de las cosas fácilmente, como cuando el jefe del grupo de agresores esputa: "¡Borrad las huellas!", todos afirman, pero nadie lo hace y simplemente se largan de allí sin borrar nada de nada. En fin.
Chorradas aparte, como decía la peli se aguanta bien y entretiene dentro de lo razonable, pa ser lo que es y de quién es... ¿cómo que de quién?, ¡¡Cirio H. Santiago!!, el rey del "exploitation" Filipino-Americano de los 80 que tantos subproductos firmó para Roger Corman, sobre todo pseudo-"Rambos" y, of course, pseudo-"Mad Maxes 2", destacando ese mítico "Stryker", estrenado "Mad Max 3" en España (en el póster el nombre del director fue abreviado a Cirio H. Santiag, sin la o, por aquello de descastellanizarlo). Un jefe, un mito entrañable.
"Venganza desnuda" se puede disfrutar perfectamente con la actitud correcta... o incorrecta, según se mire.

martes, 10 de septiembre de 2013

JUSTICE LEAGUE: THE FLASHPOINT PARADOX

Siempre he sido mas de Marvel que de DC, por lo que habrá cosas que se me escapen de esta película de animación. Incluso creo que está basada en un gran evento de mismo nombre que se dio en los comics, pero como no estoy seguro al 100% no os lo puedo asegurar.  La estética del la película sigue los cánones de las incursiones en la animación de DC, es decir dibujos de líneas simples y rectas y poco detalle. Pero si las comparamos con las cintas anteriores, el arte de esta es mucho mejor, mas depurado, no tan de Cartoon Network, e incluso con modelos en CGI para algunos personajes en ciertas secuencias. Visualmente es bastante más agradecida  que los anteriores productos animados de esta factoría de comics.

El protagonista principal de la película es Barry Allen, Flash para los amigos, y probablemente junto con Batman y Superman, uno de mejores personajes de DC, al menos para mí, porque es que el resto…. bueno, al lio. En una primera secuencia vemos a Flash enfrentarse a varios de sus villanos, parece que lo tiene todo solucionado, pero finalmente necesitara la ayuda de sus amigos de La Liga de la Justicia para poder salir indemne del brete en el que se ha metido. Una vez acabada esta escena, vienen los créditos y lo siguiente que vemos es a Allen despertándose en su puesto de trabajo. Sale a la calle al ver un titular en su ordenador, Guerra Mundial (o algo así) Dispuesto a ayudar con sus poderes de velocista, sale a la calle, pero tropieza y cae al suelo al intentar correr a velocidad supersónica. La que le ayuda a levantarse es su madre, la cual había fallecido siendo él un crio. El mundo es distinto, Barry no tiene poderes, su madre está viva, no está casado (¿o es una novia?, es que como veis de DC no leo mucho) Superman no está en la tierra (o eso cree la opinión pública) y Aquaman y Wonder Woman luchan una terrible guerra que ha asolado Europa. 

Allen se da cuenta que algo ocurre, y echa las culpas de todos los cambios a su némesis, Zoom, un tio venido del futuro con sus mismos poderes pero que va vestido de amarillo en vez de rojo. La Liga de la Justicia tampoco existe, así que acude en la ayuda de Batman. Para su sorpresa Batman no es Bruce Wayne, sino Thomas Wayne. En el momento en que los padres de Bruce tendrían que haber muerto, en este nuevo mundo quien murió fue Bruce, convirtiéndose su padre en Batman y su madre en el Joker. Es una lástima que en la película no se desarrolle ese Joker, porque tiene mucho potencial, a la que si vemos es a la Harley Quinn de este mundo que aquí tiene otro nombre pero que ni me acuerdo ni pinta mucho para la historia.
Con la ayuda de este Batman, que es aun mas oscuro que el que todos conocemos (el tio le da a la bebida todo el rato y utiliza pistolas al más puro estilo Punisher, BIEN!) Barry recupera sus poderes, y aunque intenta volver a su mundo corriendo muy muy rápido, no puede porque la energía de la velocidad (¿what?) está siendo compartida con Zoom y no puede llegar a la velocidad necesaria. Finalmente decide ayudar en este mundo, encontrar a Zoom, al que cree responsable de todos estos cambios y acabar con la guerra entre las amazonas y los hombres submarinos.

En todas las reseñas, resúmenes, criticas y demás sitios donde se comenta la película, lo primero que te dicen es quien, como y porque se han causado estos cambios, y coño eso es como contar que Bruce Willis está muerto en El Sexto Sentido. Yo no lo hare, puede que a quien le interese la película ya haya leído los comics y por lo tanto ya sabe la historia, o simplemente ha leído algo por internet y ya le han destripado el secreto, pero coño, no es de recibo.

Es bastante entretenida, y es que los universos alternativos siempre son interesantes, y como decía al principio el dibujo gana muchos enteros con las anteriores producciones, así que si, la peli tiene un buen pase. Además al ser un universo alternativo vemos a superhéroes morir a tutiplén.

Como curiosidad, aparece Grifter. Sé que en algún momento paso de las páginas de Image a las de DC, pero me ha sorprendido un poco al verlo en el filme. Si, si, que lleva ya mucho tiempo en DC, pero coño, no deja de chocarme.

domingo, 8 de septiembre de 2013

PLAZO LÍMITE

Veamos qué nos cuenta "Plazo Límite" (o "Deadline" en su tierra): Steven Lessey es un escritor y guionista cinematográfico de gran éxito que se ha especializado en el género del terror, línea dura, por razones estrictamente e inadecuadamente intelectuales. Sin embargo, no es feliz. Está harto de teclear siempre sobre lo mismo y quiere hacer algo diferente. No le ayudan nada su agente, pidiéndole continuamente las páginas más sangrientas y truculentas imaginables con un único fin comercial, la cocainómana de su mujer, sus hijos que suplican por sus atenciones o el público, que le juzga y le llama enfermo cuando va a las universidades a dar conferencias. Un mal día, sus retoños ven una de sus películas emitidas en televisión y deciden imitar una escena de ahorcamiento, colgando del gaznate a la pequeña del clan (interpretada por la niña del "Cromosoma 3" Cronenbergiano). Ello desencadenará los infiernos. Nuestro prota es abandonado por su familia y entra en una espiral de caos y mal vivir (vamos, que bebe y se agencia una troupe de putas) que le llevará a un tan trágico como previsible y trillado desenlace.
Bien, leído así ¿dirían ustedes que "Plazo límite" es una de terror... o un melodrama casi de sobremesa de Domingo?. Yo apostaría por lo segundo. Entonces ¿por qué la meten en el saco de las de miedo?, básicamente porque como escritor y guionista de horrores que es su prota, a ratos nos salpican la vista con escuetos sketchs sin hilo argumental que, figura, son recreaciones en imágenes de las enfermizas ideas que cruzan por la sucia mente del escritor. Así pues, de esta guisa, encontramos: mujeres desnudas ahogadas en sangre, nietecitos que prenden fuego a su abuela, abortos dolorosos y hemoglobiníacos, monjas caníbales, una cabra con poderes mentales capaz de inducir a aparatosos y salvajes accidentes laborales (según los diálogos, momento perteneciente a "Anatomía de una puta", gran título) y lo mejor de lo mejor, un grupo de punk rock abiertamente nazi que se alía con el reverso tenebroso de los poderes fácticos para, a base de hondas de sonido coladas entre las notas de sus viles canciones, asesinar a la audiencia, logrando que pierdan el control de sus esfínteres y, seguidamente, hacerles estallar los estómagos en un colorido muestrario de tripas voladoras (nota: al grupo yo mas bien lo calificaría de new wave por sus ridículos atuendos, pero según los créditos del final, son punk).
Vale, hagamos repaso: escritor frustrado por el género que toca, es decir, el terror (en una escena concreta está tan quemado que directamente se refiere a ello como basura), todas las ideas que tiene resultan extremadamente desagradables, ofensivas y perturbadoras (entre las que destaca, no lo olvidemos, un grupo de rock and roll de ideas fascistas e intenciones criminales), sus hijos imitan su trabajo y uno de ellos muere, su agente solo quiere sangre para lucrarse indecentemente y, al final, el escritor paga por sus pecados. No sé qué pensarán ustedes, pero a mi esto me huele a moralina, a panfletismo... es decir, a mensaje anti-terror oculto en lo que, se supone, es una película de ese mismo género. Claro, ¿hay un modo más fácil de llegar al fan, de sermonearle, que hablándole en lo que, se supone, es su idioma?. Pueden llamarme paranoico si quieren, pero a mi no me la dan con queso. Lo triste y sorprendente es que aún haya aficionados que tienen a esta cosilla en buena consideración... y no lo digo únicamente por lo de sus hipócritas intenciones redentoras, también porque como película es un tochito considerable.
Si a "Plazo límite" le quitas las secuencias estrictamente de horror, que narrativamente podrían simplemente NO estar, obtienes un dramón de aúpa sin ningún lazo con el fantástico, o alguna de sus diferentes ramas. Ni tan siquiera esos momentos valen demasiado la pena, están facturados torpemente y tienen el inevitable sello del arrogante que cree estar entendiendo lo que hace, cree estar por encima del material que toca, pero que no tiene ni puta idea. Dicho sucio bastardo responde a un nombre de lo más chulo, Mario Azzopardi. En su poco distinguida carrera encontramos mucho producto televisivo y la que, seguramente, sea su peli más conocida, "La mujer de hierro", del 87.
Dato fricoso: En una secuencia concreta oímos como fondo sonoro un tema extraído de esas famosas cintas de efectos, cortesía de la BBC, de las que ya he hablado antes , perfectas para sonorizar tus cortometrajes caseros.
"Plazo límite" es del 1984 (otra más que demuestra que no todo el cine de género ochentero molaba), es Canadiense y es una gran cagarruta (y las imágenes de la caratula de la edición vhs española son todas falsas, ninguna sale en el film... aunque tampoco sea este un dato demasiado sorprendente a estas alturas).

sábado, 7 de septiembre de 2013

ESTOS ZORROS... LOCOS, LOCOS, LOCOS

Hoy hablaré de películas de esas que, siendo jovencito, se convierten en auténticas obsesiones. A inicios de los 80, y por alguna razón que no recuerdo, andaba yo totalmente fascinado por el personaje de "El Zorro". La providencia quiso que la coincidencia actuara a mi favor cuando en los cines de mi ciudad se estrenó "Estos Zorros... locos, locos, locos", una comedia con el justiciero espadachín de protagonista y un aliciente extra, la aparición de su hermano de tirón homosexual. Así pues, mi obsesión por el personaje clásico se amplió hasta incluir en el pack a su versión afeminada. Adoraba esta película, que fui a ver al cine con mi madre y, seguramente, alquilé luego varias veces en vídeo. Y recuerdo perfectamente que en el colegio dibujaba al "Zorro" mariquita con sus trajes morados o dorados que, ya que estamos, me flipaban. Siempre me han molado los colorines, ¿qué quieren que les diga?. Pero de todo eso hacía ya muchos muchos años. ¿Cómo me sentaría revisar "Estos Zorros... locos, locos, locos"?. Tras varias infructuosas búsquedas terminé localizándola y, evidentemente, consumiéndola.
A finales de los 70 el actor George Hamilton había logrado revitalizar su carrera interpretando una parodia de "Drácula" en "Amor al primer mordisco" que, aunque sosilla, por lo visto funcionó muy bien. Satisfecho, tras intervenir en algunos telefilms decidió repetir la jugada pero cambiando al vampiro por el "Zorro". La idea era la misma, pillar un personaje bien reconocible de la cultura popular con el que poder explotar su eterna imagen seductora pero en tono de guasa desmitificadora. Y qué más desmitificador y coñero para un especie de "sex symbol" de marujas que hacer de mariquilla loca. Así pues, "Estos Zorros... locos, locos, locos" (o, mucho más adecuadamente, "Zorro: the gay blade" en su versión original) nos narra la historia de Diego de la Vega, un vivales acaudalado que al volver a su pueblo natal recibe como regalo de su fallecido padre la indumentaria para convertirse en el temible justiciero enmascarado amigo de los oprimidos e inocentes. Tras triunfar en sus primeras apariciones, y ridiculizar al tirano del alcalde, tiene un accidente y se rompe la pierna. Desesperado ante la imposibilidad de actuar, un día recibe la visita de su hermano gemelo, quien decide heredar el papel del azote de villanos y malandrines. El "problema" es que es gay, de esos que pierden mucho aceite, lo que dará un toque distinto al "Zorro", comenzando por su modo de hablar y moverse hasta sus llamativos trajes. Sin embargo, ello no impide que el legendario enmascarado siga impartiendo justicia y, a la larga, y a pesar de varios equívocos, logre acabar con la tiranía del malo.
Pues sí, como decía "Estos Zorros... locos, locos, locos" es una comedia. Una parodia, pero bastante comedida. Quiero decir que, hasta cierto punto, puede pasar perfectamente por una de aventuras real, incluso una con el "Zorro" en su esplendor, salpicada por momentos muy concretos de humor... un humor bien lejano del "spoof" de un "Aterriza como puedas", por  ejemplo y, a la larga, bastante respetuoso con el personaje del que se ríe. Porque por mucho que George Hamilton ponga cara de bobo, se hagan coñas a costa de su nombre o su símbolo (Un aldeano confunde la "Z" por el número 2) y aparezca en versión casi "drag queen", el "Zorro" sigue siendo un héroe positivo que salva a los que le necesitan y no es torpe ni con la espada ni con el látigo (mientras el hermano hetero prefiere lo primero, al gay le va más lo segundo). De hecho, cuando más cafre se vuelve la peli -sin serlo nunca del todo- es con la aparición del hermano gayer, que hace gala de un homosexualismo muy típico de la comedia de entonces basado en la exageración y el rollo super-locaza que tanto hacía reír a los heteros y que hoy, tal vez, se consideraría políticamente incorrecto... aunque tampoco demasiado, ya que, en esencia, sigue siendo perfectamente heroico y las coñas al respecto no son demasiado irrespetuosas.
Por lo demás, pues sí, no es un dechado de ingenio y brillantez, ni mucho menos, pero tampoco falla en su cometido, no aburre y arranca sonrisas (que no carcajadas). Hay un buen puñado de escenas y momentos que recordaba lo mucho que me gustaban cuando era pequeñajo, destacando como una de las más simpáticas cuando todos los terratenientes atacados por el "Zorro" gay describen a un desesperado alcalde los distintos colores que aquel lucía para la ocasión en su vestuario. O la escena del baile de disfraces, donde todos los comensales deciden vestirse igual que el justiciero. O cuando el alcalde obliga al Hamilton hetero a comportarse como una loca para ver si es él quien se oculta tras el antifaz. También resultan graciosos los cambios efectuados por el doblaje español, sobre todo en algunos nombres, así pues el criado "Paco" pasa a llamarse "Abelindo". El hermano homosexual en versión original se llama "Bunny", y en castellano lo bautizan como "Florindo". El malo responde al nombre de "Captain Esteban" en la v.o., pero doblado se convierte en ¡"Giliberto"!, lo que da pie a muchos chistes.
Junto a un George Hamilton pluriempleado (y co-productor), ya que en realidad termina interpretando a seis personajes (los dos "Zorros", sus alter-egos públicos, un falso monje y una falsa mujer), encontramos algunos rostros medianamente reconocibles como los de Lauren Hutton, Brenda Vaccaro, Ron Leibman como el divertido villano, el siempre entrañable James Booth (haciendo de malo, claro) y Donovan Scott como rechoncho criado. Tras darle muchas vueltas a la cabeza (y consultar Imdb) por fin pude situarlo en mi universo cinematográfico personal, era uno de los cadetes en "Loca academia de policía". Uno, añado, que no regresó en ninguna de las secuelas posteriores.
De chaval también me flipaba la musiquilla que acompañaba a las apariciones del "Zorro", pero luego descubrí que era un tema clásico del cine de aventuras espadachines y que ya sonaba en una de Errol Flynn.
Hal Dresner, guionista, también firmó los libretos de "Ssssilbido de muerte" y el "Licencia para matar" con Clint Eastwood.
Al director, Peter Medak, todos deberíais conocerle, suyas son "Al final de la escalera" y "Species 2".
En fin, puedo decir, satisfecho, que aunque no salté de alegría recuperando "Estos Zorros... locos, locos, locos", tampoco me sentí defraudado. Es una peli sencillita y llevadera que no induce demasiado al bostezo indiscriminado y termina resultando de lo más simpática. 
Prueba superada.