sábado, 27 de mayo de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "FREDDY CONTRA JASON"

Tras muchos años de espera, y mucho cacareo, el proyecto de enfrentar en una misma peli a Freddy Krueger y Jason Voorhees (entonces ya propiedad de New Line) finalmente se materializó bajo la tutela de Ronny Yu.
Al parecer fue todo un éxito. Pero digo yo que no lo sería tanto si nunca generó ni la secuela rumoreada, ni tampoco ese extraño delirio en el que iban a incluir al Ash de "Evil Dead" en el petate. De hecho, comenzó a oírse también que había ideas para un "Pinhead versus Michael Myers" pero, afortunadamente, no llegaron a cuajar.
Lo que sí llegó, y fue a las pantallas, es este "Freddy contra Jason" precedido por una encuesta en la red que daba la oportunidad a los fans de votar quién querían que ganase. Yo voté a Jason. Estaba claro que no iba a ganar ninguno, porque ahí fuera había demasiado dinero, er, digo, demasiado público encariñado con ambos como para arriesgarse a perderlo. Pero al final, de alguna manera, digamos que el amigo Voorhees acabó alzándose victorioso. 
Tiene sentido. A fin de cuentas, Freddy solo había sido una moda pasajera ya algo olvidada para cuando se lanzó "Freddy contra Jason", por lo que su voto no pudo contar con el respaldo de la masa que, años atrás, había acudido a los cines, limitándose a los fans, menos que los del de la máscara de hockey. Por una sencilla razón, este último llevaba más años currándoselo, nunca había sido un personaje masificado y su cantera de adoradores era más fiel y apasionada que la de Krueger. La magia de ser una figura de culto. Además, este era un niño deforme marginado en continua venganza contra guapos y folladores, mientras que el otro, el de las garras, era un irritante asesino de críos.
Fui a ver "Freddy contra Jason" en su estreno y no sabría decirles qué sensación me dejó. Así que decidí volver a verla hace poco, justo con el fin de escribir algo coherente que acompañara a sus incompletos fotocromos, y me quedé igual. No sé qué decir. Ni me gustó, ni me disgustó. Tiene sus cosas buenas, como el generoso gore, alguna idea suelta (Jason en llamas matando pseudo ravers o la cabaña en medio de un lago donde vive y guarda los cadáveres de sus víctimas, que Freddy adquiera un aspecto más demoníaco cuando se enfada...) y que es una chorrada más o menos entretenida.
Igual que con el remake oficial de "Viernes 13", hubo bulla porque no se fichó a Kane Hodder para encarnar al tío de la máscara, pero joder, seamos prácticos, ¡¿qué cojones importa?!. Robert Englund sí había hecho suyo a Freddy desde buen principio. ¿Pero Hodder?. Además, en cuanto a físico y fiereza, prefiero los Jasons de las tercera y cuarta partes. El de la peli que nos ocupa, independientemente de quien lo interpretara, ya mola, ahí todo gigantón y de piel grisácea. Nada que objetar.
Al final lo mejor de la función es Monica Keena, que, a pesar de estar recauchutada, me la comería con pan y cebolla. Claro que no dejó mucha huella, porque su carrera posterior quedó estancada en las "cloacas" del cine olvidable, y encima pasó otra vez por quirófano para acabar de jorobar más su aspecto, lástima.
En fin, no sé, supongo que "Freddy contra Jason" era una ocurrencia demasiado obtusa para que diera como resultado una peli excelente y generara algo más allá del chiste que en el fondo era y sigue siendo.