sábado, 4 de mayo de 2019

SESIÓN DOBLE : JEEPERS CREEPERS 3 + JIGSAW : EL JUEGO CONTINÚA

JEEPERS CREEPERS 3 : Pasados dieciséis largos años desde la segunda parte, no esperaba nada demasiado bueno de "Jeepers Creepers 3". Me había auto-convencido de que era una película a destiempo. También de que, probablemente, se habría facturado con muchos menos medios que sus predecesoras y con fines meramente mercantiles. Ahora que la he visto, puedo decir aquello de: Celebro haberme equivocado. Puede que esté hecha con menos medios, pero desde luego no se nota.
"Jeepers Creepers 3" se sitúa justo entre las dos primeras entregas. La ya icónica criatura alada se limita a ir cazando seres humanos que guarda en su destartalada furgoneta mientras los agentes de la ley, y un grupo de linchamiento, van tras su pista. Paralelamente tenemos a una mujer en cuyo jardín reposa enterrado cierto "objeto" que el monstruo reclama y el inevitable romance adolescente que, para variar, no molesta ni irrita.
Lo que más me sorprendió de esta tercera parte es que evita caer en lo acomodaticio y resulta hasta medianamente imprevisible. No es que sea lo más original del mundo, pero su director y guionista, Victor Salva, aporta ideas, giros y enfoques un poco distintos, desviándose de caminos trillados. Eso en lo narrativo, porque en lo visual también logra momentos
genuinamente potentes, destacando en especial el cara a cara del monstruo y el personaje armado con una potente ametralladora que interpreta Stan Shaw. Puro suspense. Y luego tenemos la furgoneta, que es casi como la versión diabólica de un automovil própio del James Bond de los buenos tiempos.
En resumen, no es que me haya hecho vibrar ni alucinar, pero sí reconozco que "Jeepers
Creepers 3" logró superar mis expectativas (que eran muy bajas) y prácticamente salvarme del aburrimiento, cosa esta que es lo que me suelen aportar últimamente casi todas las películas que veo, especialmente las de género fantástico.

JIGSAW:EL JUEGO CONTINÚA : Nueve años después del último título de la franquicia "Saw", y cuando ya la dábamos por enterrada, sale a la luz una octava entrega. ¿El motivo?, desconocido. Pero es evidente -y significativo- que ha sido confeccionada pensando en aquel público que no ha visto todas o ninguna de las previas, y aquel -en el que me incluyo- que las ha visto y, llegado cierto punto, se perdió completamente.
El escenario es familiar: Varias víctimas obligadas a jugar a uno de los mortales, ingeniosos y retorcidos juegos de Jigsaw, deben confesar crímenes ocultos o morirán de las formas más dolorosas imaginables. Paralelamente tenemos a los policías y forenses investigando e intentando localizar la guarida antes de que no quede nadie vivo. El tiempo corre y el suspense se acumula. Ambas tragedias se van entrecruzando, lo que le da al conjunto un ritmo imparable que se mantiene hasta el final y hace el visionado un rato entretenido.
La truculencia es algo más contenida que los dos títulos previos, pero sigue presente y reserva alguna "joya" como la brutal muerte que cierra el show. El elemento sorpresa propio de la saga -siempre discutible pero efectivo-  también está.
Dirigen los solventes Hermanos Spierig.