viernes, 8 de octubre de 2021

LINDA LOVELACE CANDIDATA A PRESIDENTE

Tras el éxito de “Garganta Profunda” (la película porno más rentable de la historia), su protagonista femenina Linda Lovelace, vivió los momentos de mayor celebridad en su culebreante carrera, por ese motivo a su pareja de entonces, David Winters, famoso por haber realizado las coreografías de “West Side Story” -y futuro director y productor de numerosos zetismos-, se le ocurrió que podía sacar provecho del palmito y popularidad de Linda, concibiendo una película para su completo lucimiento que sirviera para introducirla en el cine no pornográfico. No era baladí, porque en esos años posteriores a la película de Gerard Damiano, la Lovelace había acumulado una importante base de fans que incluía estudiantes universitarios, intelectuales y  actores de Hollywood. Era, pues, el momento de presentarla al mundo convencional. Sin embargo, y dada que la popularidad de la actriz venía precedida de la pornografía, esta “Linda Lovelace candidata a presidente” se rodó en su versión para todos los públicos —que incluye un plano inicial de la actriz en pelota picada y alguna escena de corte erótico pero todo muy contenido— y  en otra versión X con material más fuerte para su público natural. No obstante, el boom Lovelace ya había pasado para cuando se estrenó y la película fracasó comercialmente en cualquiera de sus versiones. Al margen de si la actriz seguía o no de moda, la película no es que fuera especialmente divertida y, si bien la versión light de esta era bastante edulcorada y ramplona, la versión X no era lo suficientemente hard como para que los pajilleros fueran a los cines de El Deuce a hacerse sus pajillas.
En la cinta, Linda Lovelace se interpreta a sí misma, aparece representada como una diva del pueblo, todo gira en torno a la figura de la actriz y, al final, resulta todo un tanto ridículo. Se trata de una desmadrada comedia de presupuesto medio que incluso contó con estrellas en su reparto —por ejemplo, Scatman Crothers aparece un momentillo— y que, aunque comienza muy bien con una serie de gags encadenados de una incorrección política que a día de hoy indignarían al público contemporáneo más dado a ofenderse —con una especial fijación por los distintos tipos de indios (nativos, de la india o sudamericanos) que son mostrados aquí poco menos que como animales, o asesinos irracionales—, la cosa pierde fuelle a los pocos minutos convirtiéndose en un batiburrillo de escenas donde muchos personajes van para arriba y para abajo, donde la Lovelace se muestra encantadora en todo momento, y donde la influencia de los cartoons de la Warner brothers se deja ver en todo momento, con individuos poniendo dinamita en la carretera a la Coyote y Correcaminos, pero con muy poquita gracia. A la hora de visionado ya está uno cansado de tanto corre-ve-y-dile, y la sensación de cansancio acrecienta cuando comprobamos, para más inri, que la película es larguísima. Resumiendo: Es (o pretende ser) simpática, pero no funciona a pesar del ritmo desenfrenado que lleva y lo desmadrado que se las propone.
Una serie de líderes mundiales, sin saber muy bien por qué, se reúne con el fin de buscar un candidato a presidente de los Estados Unidos de América. Todo el mundo tiene muy presente la película “Garganta Profunda” y, en comité, se decide que la próxima candidata a presidente debe ser su protagonista, Linda Lovelace. Cuando se reúnen con ella para proponerle la candidatura, ella no está muy convencida, pero al final accede y forma un partido político con el que se irá de gira por el país con la finalidad de captar votantes. Sin embargo, en Washington no están muy por la labor de que una estrella porno opte a la presidencia de los Estados Unidos, motivo este por el que la oposición contrata a un asesino a sueldo con la intención de que se cargue a tan popular candidata. Mientras el asesino intenta cumplir con su cometido, nuestra candidata se verá en mil y una disparatadas situaciones.
Bastante mala.
Como la película fue un fracaso, en la era del vídeo no consiguió obtener distribución videográfica, sin embargo si circularon copias de la misma en el circuito de la piratería, y esas son las cintas que los fans se fueron pasando de mano en mano, hasta que hace no demasiado, su versión para todos los públicos se comercializó de manera legal en formato DVD. Es por eso que, siendo como fue durante décadas un producto ignoto y de difícil acceso, la película generó un culto entre los aficionados al cine oscurillo y/o raro, que se decepcionaron profundamente cuando comprobaron que “Linda Lovelace candidata a presidente” era en esencia como “Los caraduras” pero mucho más cutre y deslavazada.
Curiosamente, la película se estrenó en nuestros cines en el año 1977, en aquella época en que todas estas películas picantonas, pero de contenido no muy duro, conseguían distribución a los albores de la clasificación “S”, aunque, posteriormente, no me consta que tuviera una continuidad comercial en formato vídeo (cosa que no he podido confirmar).
Dirige la película el chileno Claudio Guzmán, curtido en la televisión desde los años 60 dirigiendo para espacios como “El Show de Dick Van Dyke”, rodó un par de películas para cine siendo la que nos ocupa una de ellas y, después, continuó haciendo televisión, siendo sus últimos trabajos destacables algunos capítulos para la serie “Starman”.
“Linda Lovelace candidata a presidente” es una mierdecilla, pero también un producto la mar de curioso.