lunes, 1 de noviembre de 2021

AMOR ASESINO

“Amor asesino”, que fue editada en vídeo en nuestro país en la era dorada del video de manera más o menos discreta, sería uno de los títulos destacados de Beyond Infinity Films, la subdivisión de la Empire que se dedicaba a facturar títulos más chusqueros que los que todos conocemos y en la que se forjaron individuos tan icónicos para la serie B/Z como puedan ser Tim Kincaid o David DeCoteau, está dirigida por otro tipo, quizás con menos nombre que sus compañeros de sello, pero que resulta igualmente interesante, Gorman Bechard.  Bechard, acabó un poco hasta la polla de todo el mamoneo este del cine y, siempre de manera independiente, ha estado dejando y volviendo al medio intermitentemente desde los años 80 (aquí pueden informarse más al respecto). A parte, ha escrito novelas y guiones para infinidad de producciones y, en los últimos años, estila un tipo de cine deudor del indie americano de toda la vida que en ocasiones roza lo amateur, al tiempo que ha facturado toda suerte de documentales, siendo los dedicados a las bandas de rock los más prestigiosos dentro de los ínfimos círculos en los que se mueve, y los de perritos, animales estos que adora (mos), los más extraños y personales (tiene uno sobre el bienestar de los canes y otro sobre perros mayores, que no me importaría ver algún día) de su filmografía. Y ahí sigue el hombre, haciendo cosas muy singulares.
Por supuesto, “Amor asesino”, sería una de sus películas más populares gracias a pertenecer al catálogo de Beyond Infinity. Se trata de una comedia muy curiosa que el director rodó durante los fines de semana, usando su propia casa como escenario y, aun habiendo un guion, haciendo improvisar a sus actores hasta casi rozar el esperpento.
Un asesino en serie, cuya característica principal es que odia las uvas, se dedica a dar matarile a cuanta muchacha ligerita de cascos se le pone a tiro, hasta que un buen día conoce a otra muchacha con la que tiene cierta afinidad y se enamora. La gracia está en que esta tía también es asesina en serie y, para más inri, también odia las uvas. Así, la relación sentimental se va desarrollando felizmente a la par que su rutina de asesinar, tías él, tíos ella, hasta que un día otros asesinos en serie se inmiscuirán en la vida de ambos para hacerles la vida imposible, en concreto, un fontanero que además de asesino en serie, es caníbal.
Verdaderamente la película es una chorrada inofensiva repleta de escenas sangrientas, con un par de toquecitos propios del humor spoof,  que por un lado tiene cierta gracia, pero por otro puede llegar a irritar al espectador  dada su condición de comedia gore para solaz del fan más embrutecido. Sin embargo se ve cierta mano en la forma de dirigir de Bechard que la hace atractiva.
Bechard, además, es un loco de Alfred Hitchcock que tiene bien estudiado al director, entonces se permite el lujo de recrear aquí la escena de la ducha de “Psicosis” con todo lujo de detalles, con muchos menos planos si acaso, no sin cierto cachondeo y además la cosa le sale bastante decentemente. Al margen de esta escena/homenaje, los guiños al director son constantes. Asimismo, la película está rodada en un maravilloso 16 mm cuyo grano y colores son sensacionales en la copia restaurada de Blu-Ray que recientemente editó la gente de Vinegard Syndrome; la estética que consigue, entre lo cutre y lo solvente, me resulta muy bonita, muy personal. Como la película tiene estructura de falso documental durante gran parte del film, Bechard rueda las entrevistas en las que los personajes se dirigen a cámara en un blanco y negro muy agradecido —la escena de la ducha por el contrario es a todo color— que combinado con iluminación donde imperan los tonos rojizos, rosas y verdes, le dan al conjunto un toque muy chulo y moderno (para la época en la que se rodó, los 80). Otro punto a favor sería su banda sonora, cutre y chabacana, pero divertida, compuesta directamente con un órgano Casio del tres al cuarto cuyas melodías no nos podemos quitar de la cabeza una vez ha terminado la película.
¿Qué le ocurre de malo? Que según va avanzando la trama esta se vuelve más y más tonta, más y más aburrida, y al final estamos deseando que esto se acabe por puro coñazo. No obstante, me ha sorprendido ver que Bechard ha cosechado una carrera posterior después de sus inicios con Beyond Infinity/Charles Band (con quien acabó fatal, por cierto) y, viendo los derroteros que ha tomado, me llama poderosamente la atención, así que, si nada lo impide, procuraré dejarles por aquí mis impresiones sobre sus títulos más recientes… si consigo hacerme con copias.