sábado, 27 de noviembre de 2021

COP, CON LA LEY O SIN ELLA

Un asesino psicópata anda suelto. Sus víctimas favoritas son mujeres tímidas e inocentes. Un policía tremendamente obsesivo, y casi tan loco como aquel, será quien se dedique en cuerpo y alma a pararle los pies.... aunque para ello tenga que cabrear a todo su departamento.
"Cop, con la ley o sin ella" es un thriller policíaco la mar de solvente. Bastante entretenido, con notables interpretaciones, unas agradecidas dosis de violencia y sexo, una trama que, aunque a priori parece más vista que el tebeo, no se conforma con tirar por derroteros trillados y del todo predecibles. Vamos, una película perfectamente recomendable. Pero, honestamente, no me habría parado a escribir estas letras si no fuese por tres elementos.
El primero es evidente, James Woods. Hoy está de moda odiarle y decir que es una mierda (tras erigirse como fan y defensor de la causa Trump), pero eso no quita que sea un actorazo al que le van como un guante los personajes ambiguos y tremendamente sórdidos, como es el caso. Sería fácil dejarse llevar por comparaciones con "Harry, el sucio". Sí, existen ciertas similitudes. Sin embargo, la gran diferencia es que "Harry Callahan" es un héroe, mientras que el poli al que da vida Woods, no. Es un cabrón. Ni siquiera en plan "Teniente Corrupto". Este es un cabrón sin quererlo, que casi lo hace peor. Y ahí es donde entra el segundo punto a favor del film: su tendencia a lo políticamente incorrecto, sin postmodernismos autoconscientes, ni provocaciones desesperadas por llamar la atención. De modo totalmente transparente. Ayuda que se produjera a finales de los ochenta, por supuesto. Pero, aún así, tiene tela. Especialmente porque el personaje menos "correcto" del pack es, justamente, su protagonista. El poli bueno, que no tiene problema en matar a un sospechoso y, seguidamente, flirtear con la acompañante femenina de aquel, aún en shock. Además, se lleva fatal con su esposa y, en general, gasta un tono misógino de lo más refrescante. No solo él, sino toda la peli. Sin ir más lejos, nos presentan a una poetisa feminista, que pintan como medio demente, reprimida, y justifican su inclinación ideológica porque fue violada siendo adolescente. En un momento dado, Woods quiere ligársela, solo porque le apetece follar, sin más, y le sigue el rollo. Ella habla y habla, cuenta sus trifulcas espirituales, él se agobia, se rasca la oreja, mira el reloj con el rabillo del ojo y se muestra totalmente insensible a lo que la mujer relata. Para rematarlo, el hombre no tiene ningún reparo en lanzar continuas proclamas homofóbicas, con toda naturalidad. Un verdadero gusto, amigos.
Y así llegamos al tercer punto. Que no desvelaré pero que resumiré en que "Cop, con la ley o sin ella" gasta uno de los finales más secos, contundentes, vibrantes y PERFECTOS de la historia del cine. Casi vale la pena ver toda la peli por ese cierre magnífico.
Basada en una novela del célebre escritor James Ellroy (calificada de sádica y violenta), dirige James B. Harris, con pocos títulos en su haber pero una carrera llamativa en funciones de productor, puedes ver su nombre estampado en las primeras películas de Stanley Kubrick, nada menos.
Acompañan a James Woods nombres tan solventes como el gran Charles Durning o una Lesley Ann Warren un pelín menos sobreactuada que de costumbre.
Ya en su época se consideraba "Cop, con la ley o sin ella" una peli diferente al tipo de cine que se hacía entonces. Hoy, directamente, asciende a perro verde.