Para hacer un símil que puede entender casi cualquiera,
Transmetropolitan tiene como protagonista a un Rorschach (Watchmen)
periodista puesto de anfetas, alucinógenos y drogas aun no inventadas, que
vomita la bilis que la sociedad le produce. Y lo hace contando la verdad, por
dura y horrible que sea, es más, si es horrible, mejor para él. Se llama Spider
Jerusalem, y su creador, Warren Ellis dice haberse basado en Hunter S. Thompson
para el protagonista de Transmetropolitan, y vaya que sí.
En un futuro no excesivamente lejano, donde las
modificaciones genéticas están a la orden del día y se pueden programar para
que te salgan aletas de tiburón, o donde todo el mundo tiene en casa unas
maquinas que les proveen de lo que necesiten, ya sea comida, ropa o drogas, e
incluso en este mundo donde una nueva religión se forma cada 20 minutos, es
donde se desarrolla el argumento. Spider Jerusalem es un periodista de éxito
gracias a su acoso y derribo de todo lo que ve y no le parece bien, y hasta lo
que le parece bien también es criticable por su parte. En el mayor momento de
su gloria y fama, Jerusalem decide irse al monte a vivir como un ermitaño. Con
lo que no contaba pasados 6 años desde su retiro voluntario, es que uno de sus
editores le llama para recordarle que le debe dos libros y que como no se ponga
las pilas le enterrara en papeleos de juzgado (sino le manda un par de matones
y listo) Así que no le queda otra que volver a la ciudad, conseguir su antiguo
empleo de periodista y empaparse de la nauseabunda realidad a la que escupir en
la cara desde su columna semanal titula “Odio todo esto”.
Los artículos que va escribiendo Spider le devuelven a la
cima de la popularidad, algo con lo que no está muy contento, pero que si
conlleva más dinero, mejor casa y disponer de una ayudante, aunque esta última
es impuesta por el editor. El columnista toca todos los palos, se mete con la
policía, con los deficientes servicios a la comunidad, como la asistencia a los
enfermos mentales o a los niños abandonados, pero donde realmente destaca es en
el periodismo político. En este futuro los políticos son aun mas cabrones que
los que tenemos ahora (algo difícil) y en los primeros números de la colección
Spider sacara los trapos sucios del actual presidente (con el que tiene cuentas
pendientes) y del candidato, el llamado el Sonriente, por aparecer siempre con
una sonrisa inmaculada. Spider quiere poner a la ciudadanía en contra del
actual presidente, al que apoda La Bestia, y que la gente vote al Sonriente. El
problema viene cuando al investigar al candidato, descubre que probablemente El
Sonriente sea peor que La Bestia.
Los primeros números pueden descolocar un poco al lector, sobre
todo por la sobrecarga de ver un mundo futuro con tantas y tantas tecnologías que
ahora parecen una locura pero que no lo serán tanto dentro de unos años. De
todas formas, os animo a que os leáis la serie completa. Si llegas al número 10
ya no querrás parar, y eso que la colección la componen 60 números, más dos
especiales que no son necesarios leer, pero que tampoco querrás perderte.
Warren Ellis se saca unos guiones magníficos y los dibujos
de Darick Robertson están completamente a la altura. Al igual que The Walking Dead se adapto en serie de TV, no estará nada mal que hiciera lo mismo con esta colección,
aunque sí que habría que exigir que se respetasen los guiones originales, y es
que este comic es como verse una serie de intrigas políticas pero con la mofa y
sarna con la que Ellis dota a sus creaciones. Además que Spider Jerusalem es un
personaje cojonudo y Jackie Earle Haley daría el pego perfectamente.