La película adapta los relatos del Marqués de Sade cuando
este estaba encarcelado, a la vez que cuenta esa estancia entre rejas de una
forma muy curiosa; los actores llevan máscaras “animatroneadas” que representan
un animal de rasgos humanoides. Y esto es el gran acierto de la película,
porque si no, sería la enésima película sobre el marqués de Sade. Pero no es ya
el hecho de que lleven las máscaras, si no que estas han sido diseñadas para
ser lo más desagradable posible.
El otro aliciente, y que conforma lo que es el grueso de la
película, es el escuchar las conversaciones que el Marqués de Sade, con careta
de perro, tiene con su polla, una polla con ojos, nariz y boca, que al final es la que le dicta lo que tiene
que hacer en esa celda, ya sea encular al carcelero maricón con cabeza de rata,
o bien, penetrar la grieta que la pared
de la celda tiene, por puro capricho sexual, con el peligro que esto conlleva.
La película, obviamente, es oscurilla, sórdida y
desagradable, con un tufo teatral de cuidado –tampoco muy coñazo en ese
sentido- y, por ende, falta de ritmo. No obstante, el sentido del humor que
desprende y la manera en que está contada, hacen que el espectador pase un buen
ratillo, flipándolo con el sexo explícito entre muñecotes –memorable esa
felación que hace “la vaca” Justine a la polla ensangrentada del Marqués de
Sade- o las escenas más brutas, solucionadas, al ser parte de los relatos que
el Marqués en su celda escribe, con animaciones de plastilina. No obstante, y a
pesar de lo sórdido del tema, mucho me temo que esta película no deja de ser
una versión bastante light de lo que podía haber sido.
Dirigida por Henri Xhonneux, que ya era popular por hacer
una serie de televisión con personajes similares a los de esta película, en
realidad es un proyecto ideado por Roland Topor, Dibujante, ilustrador y
director, responsable de la famosísima “El planeta Salvaje” con el que co-escribió el guión, y acabó de pulir
el resultado final de la que nos ocupa.
Xhonneux, con “Marquis”, dirigió su última película, murió
en 1995, dejando una misteriosa y escueta filmografía.
“Marquis”, es una rayada tan bizarra y rara, como curiosa e
interesante.