viernes, 28 de noviembre de 2014

EL PRIMER TORERO PORNO

El cine de corte político de Antoni Ribas, siempre ha estado  camuflado, en su exposición al público, de comedia desmadrada. Sin ir más lejos, el título de esta película, así como su póster ilustrado y la temática que en un principio parece tocar, bien podría ser deudora del Almodóvar de los años ochenta o similares. O al menos me da la sensación de que se intentaba captar a ese público.
Y a mí, a priori, el cine español de los ochenta, me llama la atención. Y más en particular, cierta comedia catalana (Francesc Beltriu, Bellmunt, incluso el primer Ventura Pons por citar a los más famosos, Joan Minguell, Luis Martínez Cortés o Juan Bosch, los más ignotos y cuyas comedias a duras penas llegaban a la meseta) de corte populachero a la que se podría adscribir esta película.
Cuenta la historia de un profesor cuya verdadera vocación es la de torero. Se suele acostar con una actriz porno y como en Cataluña –ya en los ochenta- está muy mal visto lo de torear, le está costando un imperio trabajar de lo que le gusta, así que, la crisis, le obligará a trabajar en una sala de espectáculos haciendo un numerito pornográfico, para sustituir al compañero de su pareja, al que los problemas con la seguridad social del recinto para el que trabaja, le han obligado a dejar el trabajo. Mientras, un par de situaciones supuestamente divertidas, y un par de gags de corte político y socio-económico, y con la independencia de Cataluña como bandera.
Miren que me gusta el humor Catalán y la mera presencia del gran Joan Borrás –aunque aquí tiene un papel muy secundario-,  pero esta película, además de ser más pretenciosa de lo que debería (porque, además de que lo que nos vende es otra cosa, no llega a ser la película que trata de ser), no es del todo una comedia. Y los temas serios que trata, tampoco están tratados de manera suficientemente seria, con lo que, entre la política, que no me interesa y que no se trata de una película en exceso graciosa –no porque no se intente, sino porque no se llega-, al final, se queda sumida en la más chabacana mediocridad, no llegando a ser lo suficientemente buena, ni lo suficientemente mala como para tenerla en consideración siquiera. De hecho, he corrido a reseñarla tras verla, porque dentro de unas horas se me va a olvidar que existe.
Como ese torero que acaba haciendo porno tenemos a un tal Joan Vázquez, que solo protagonizó esta película, aunque luego tuvo un papelito muy pequeño en “Sinatra”. Junto a él, Emma Quer, vista con anterioridad en “Secta Siniestra” o en “El fascista, Doña pura y el follón de la escultura”, para acabar su carrera con Antoni Ribas en “Dalí”. Blanca Marsillach (“El rollode Septiembre”, “Los señores del acero”) o el anteriormente citado Joan Borrás, completan el reparto, entre otros.
Por culpa del título, en los videoclubes, la película era alquilada compulsivamente por los pajilleros, que creían que se trataba de una película porno. De hecho recuerdo de niño ver en las estanterías su carátula con un cartelito pegado en el que rezaba “Atención: esta película no es pornográfica”. Y una de sus ediciones, lo advertía directamente debajo del título: “Una sátira que no es porno” ponía, o algo así.
Flojita.
Como anécdota decir que nuestro Naxo Fiol trabajó para Antoni Ribas.