“La Violación”, se adscribe a este, y la violación a la que
hace referencia el título, no llegamos a verla en ningún momento, porque no
sucede tal cosa en la película… a no ser que esta hiciera acto de presencia en
alguno de los muchos momentos en los que me distraje pensando en mis cosas
durante el tedioso visionado, en cuyo caso, esa violación sería aún más
ridícula.
Cuenta la historia de un pianista de éxito que conoce a una
groupie y se la tira. Pero para más inri, resulta que este ya se estaba tirando
desde hace tiempo a la hermana de esta, lo que conllevará que el drama se
extienda hasta límites extremos, entre escenitas de cama rancias y situaciones
sonrojantes. Además del interminable bla, bla, bla, un guión estúpido y exagerado y la inevitable
comedia involuntaria, esta vez llevándose la medalla un secundario Antonio Mayans, al que le toca algo tan divertido como darle de hostias a su mujer… y
tiene excesivo cuidado a la hora de darle los guantazos.
Por lo demás… tentado estuve de quitarla un par de veces… y
cuando eso pasa, malo.
En el reparto, además del amigo de la casa, tenemos a Simón Andreu (como se le echa de menos en el
cine español, coño), Paca Gabaldón a.k.a. Mary Francis, Beatriz Rossat,
Emiliano Redondo o Manuel Alexandre.
Dirige el, por otro lado, interesante Germán Lorente,
director de cosas tan marcianas como
“Adolescencia” con Ramoncín, “¡Qué cosas tiene el amor!” para lucimiento de
Peret y con Pajares o “La vendedora de ropa interior”, contemporáneo (en su
momento) “Exploitation” del tipo de comedia
que tanto éxito tuvo y que
cultivaba Don Mariano Ozores.
Mala hasta decir basta.