lunes, 4 de julio de 2016

CARLITOS Y SNOOPY, LA PELÍCULA DE PEANUTS

Hay que ver lo arraigado que la creación de Schulz a la cultura popular. Además, en España se ha vivido de una manera distinta, supongo, a la del resto del mundo. Porque a parte de los cómics (que quizás se vieron poco en españa… yo recuerdo unas tiras en horizontal), los dibujos animados y el merchadising, y el hecho de que uno de cada 10 perros españoles se llamaban como el perteneciente a Charlie Brown,  en los 80, la figura del perro Snoopy era sinónimo de pijismo. Se ve que se puso de moda entre los niños y niñas bien de la alta sociedad de la época y se adueñaron del perrete, poniendo pegatinas del mismo en sus coches y motos (o en los esquís, que dirían el dúo Vaqueira). Y se popularizó una frase en tono despectivo para ridiculizar a los pijos que era “Te lo juro por Snoopy”, no se muy bien si porque ellos la empleaban, o si solo se llegó a usar como mofa. Y sin comerlo ni beberlo, un personaje tan entrañable como Snoopy, se convirtió en enemigo jurado de Heavys y Punks. En los 90, los pijos se identificaron con Fido Dido, y dejaron al pobre Snoopy tranquilo.
Por otro lado, mencionar la absurda asociación que se hacía con otro personaje del cómic (del que también se editaron tiras en horizontal en españa) argentino, en este caso la Mafalda de Quino, que llegó de ir de la mano del perro para la sociedad española de los ochenta, ninguneando al verdadero protagonista del universo Snoopy, que era Charlie Brown, o como se le conoció en España y Latino América, simplemente, Carlitos.
Con esta perorata nostálgica, solo quiero decir que ¿Cómo no voy a ver la última película de Snoopy, si desde que tengo uso de razón este personaje ha estado presente en mi memoria? Quiero decir, que efectivamente, este personaje me acompañó durante la infancia. No con los cómics, que no recuerdo haber leído Snoopy, pero si con el merchadising –muñequitos, tarjetas de cumpleaños, camisetas- y sobretodo, los largometrajes de animación. Recuerdo ver setecientas veces en beta  la ñoña “Snoopy vuelve a casa”, y tantas otras cuyos títulos la memoria no me alcanza a recordar.
Pero ahora ha tocado enfrentarse a la adaptación del cómic de Schulz de 2015, con animación generada por ordenador, en 3D y en los tiempos que corren.
Entonces, teniendo en cuenta que a mí la animación no me gusta nada –pero nada de nada- y que la película tiene pinta de estar concebida para niños muy pequeños, he de decir que “Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts”, me ha parecido horrorosa.
Por un lado, se cuenta el enamoramiento de Carlitos hacia su nueva vecina, una niña pelirroja, y las inseguridades que le asolan y no le dejan desenvolverse como a él le gustaría. Por otro lado, el perro Snoopy, lo flipa en el tejado de su caseta, imaginando que la pilota por los aires y se enfrenta al mismísimo Barón Rojo –no me refiero al grupo de heavy-.
Con estas dos tramas como base, los personajes secundarios, tan atractivos o más que Carlitos y Snoopy, quedan relegados a la mera presentación, para centrarnos en estas dos premisas, que resultan flojas a todas luces. Porque los papás, más o menos pueden fliparlo recordando su infancia, pero, realmente, la película está ideada para que los niños de hoy conozcan a los personajes –que no les gustarán por ñoños- y sin embargo nos los muestra como si todo el público ya tuviera que, por narices, conocerlos de sobra a todos. Pues no. Suspende.
Sin embargo, y aún pensado que una nueva adaptación de los personajes al cine, siempre va a ser mejor si usan animación tradicional, quiero romper una lanza a favor de la animación C.G.I. usada en la película, porque en lugar de hacer cutres readaptaciones al 3D, como pasó con algunos de los recientes largometrajes de Popeye, o de Grafield, se apuesta por un tipo de animación muy curioso, en el que el 3D intenta imitar la animación tradicional, dando una serie de esferas y texturas nunca vistas antes en una pantalla –o eso creo-. Entonces, no es que sea mejor que la animación tradicional, pero al menos veo a los personajes y los reconozco sin que chirrien. De hecho, los cuatro trazos que se usaron en la creación de los mismos años atrás, se respeta en esta nueva versión, siendo, también, cuatro trazos sobre las esferas en 3D que representan sus caras.
Por todo lo demás, un autentico coñazo que aburre a las vacas, salvando únicamente, algunos pasajes aéreos protagonizados por Snoopy, que no justifican el visionado completo de la película.
Realizada por la factoría de animación de la Fox, que ya hizo la saga de “Ice Age”, dirige el mismo que dirigió las otras, el tal Steve Martino.
Muy mala, pero véanla, igual les despierta la siempre bonita nostalgia.
752.000 espectadores. No corren buenos tiempos para el cine, en cualquiera de sus facetas.