viernes, 26 de enero de 2018

I HAD A BLOODY GOOD TIME AT HOUSE HARKER

La enésima consecuencia de “Zombies Party” —y de paso, de “Lo que hacemos en las sombras”— es una comedieta con transfondo terrorífico que intenta hilar fino con el humor mezclándolo con una buena cantidad de gore y un tema clásico con millones de adeptos como es el vampirismo. Sólo, que los protagonistas, Derek Haugen, Jacob Givens y Noel Carroll no son Simon Pegg ni Nick Frost, ni el director, Clayton Cogswell es Edgar Wright —no tampoco TaikaWaititi— y ya no es solo una cuestión de talento, sino también de carisma.
Sin embargo, como está todo mostrado en clave de cachondeo, es desenfadada y y cafre, da igual lo mala que sea la película; en festivaluchos de tercera tiene al público volcado con ella. Ese público tan maravilloso…
Por otro lado, la película es popular porque el equipo es un famoso grupo de Youtubers, Good Cop Productions, que se dedican a colgar sus gracietas en forma de corto o series en Internet. Pusieron en marcha este proyecto de manera independiente quedándose la producción sin dinero para completar la película,  por lo que se recurrió a una práctica  tan ruin como es el pedir pasta a los seguidores, o sea, el crowdfunding. Y no solo lograron el objetivo sino que, además, les quedó para una mariscada.
Lo que cuenta es confuso y está mal explicado, amén de que es tan rollo, tan antipática, que mientras la ves se te va el santo al cielo, pero el argumento parece coquetear con la realidad y la ficción, por eso, cuenta que tras matar a Drácula, Jonathan Harper huye a América para proseguir allí su vida, con la mala suerte de que en el trasiego, una extraña presencia le persigue. Esta presencia se aparece ante Harker, y de ahí se intercalan escenas ambientadas en entorno terrorífico con lo que está ocurriendo en realidad que es que esas escenas, las están representando nuestros protagonistas en los ensayos de una obra de teatro amateur que pretenden representar. Estos resultan ser los descendientes directos de Jonathan Harker, y como siempre han sido el hazmerreír del pueblo, deciden devolvérsela a todos ellos haciéndoles creer que un vampiro ha llegado  para destruirles a todos… con tan mala suerte que da la casualidad de que eso mismo es lo que está ocurriendo por otro lado, que por otro lado ha llegado un vampiro para joderles la vida a los Harker.
Por otro lado, también es popular en su nicho esta película, porque durante su rodaje cayó una tormenta polar que imposibilitó que muchos días el rodaje transcurriera con normalidad, ya que fue la nevada más grande y densa que había tenido lugar en la zona durante años.
Muy mala, muy tópica, con gags muy ineficaces, y actuaciones irritantes. No se me ocurre una película en que sus protagonistas, concebidos para que el público empatice con ellos, cigan mas gordos que estos: el del gorrito de lana y gafas es directamente para tirarle al río con una piedra al cuello.
Saciada la curiosidad que a priori pudiera provocar, trasciende poco. A los 10 minutos de haber sido visionada, se olvida uno de que existe.
Se estrenó en televisión con el título que encabeza la reseña, pero recientemente, la gente de Redrum la ha lanzado en DVD  y ha preferido hacerlo con el título original en Inglés: “I had a bloody good time at house Harker”.