lunes, 23 de noviembre de 2020

LOS COMEDIANTES

La enésima vuelta al cine por parte de Jerry Lewis fue en los 90, en lo que podemos  calificar como uno de los mayores fiascos de la historia del cine. “Los Comediantes” dirigida en 1995 por Peter Chelson, cuyas mejores referencias dentro del trabajo de estudio sería “Serendipity” o “Hanna Montana-La película” o aquella película en la que Antonio Banderas baila, resultó ser un fracaso de órdago al recaudar, durante su vida comercial,  poco más de medio millón de dólares. Una cifra que para cualquier película es una absoluta nimiedad.
Al margen de esto, es un absoluto aburrimiento de intenciones pretenciosas que hace aguas por todos los lados. Un caos argumental en el cual, en ningún momento, el espectador sabe muy bien lo que está pasando, ni si somos testigos de si lo que vemos son flashbacks o que demonios pasa en la película.
Chelson, en referencia al fracaso,  trata de defender su cinta enfatizando el lado fantástico de la historia; no cuela, esto es como cuando Claudio Fragasso dice que  con “Troll 2” entregó una comedia intencionada y la distribuidora la tomó como una cinta de terror. Mentía, por supuesto, al igual que miente Chelson cuando nombra las pinceladas de fantástico a las que hace referencia, para justificar una inutilidad total a la hora de contar una historia. Y por supuesto, como su título español indica, la película está dedicada al humor, la comedia y la modalidad stand up. No contiene trazas de cine fantástico por ningún lado.
Cuando nos fijamos en su título original, “Funny Bones”, quedaremos un poco perplejos: “¡¿Huesos divertidos?!” nos preguntaremos. En Inglés “Funny Bones” es una manera de referirse a la gente con gracia innata, graciosos por naturaleza. Es como decir que “lo llevan en la sangre”, es decir, en este caso “lo llevan en los huesos”.
Cuenta como un cómico que ha llegado a medio triunfar en Las Vegas, se ve intimidado por su padre, mega-popular cómico conocido por todo el mundo (interpretado por Jerry Lewis), y gracias al cual ha llegado a tener su sitio en los escenarios de Las Vegas.
En una actuación, este, va a ser presentado por su padre y le entra el pánico escénico cuando durante la representación, su padre suelta un par de chistes de los que tiene él en su repertorio que hacen tambalear su actuación, máxime cuando estos han sido un autentico éxito en boca de su padre. Esto propicia que, al salir al escenario, en vez de ofrecer un buen show, todo se convierta en una amalgama de impertinencias que dan al traste con su actuación. Tras esto, el cómico decide volver al lugar de donde proviene, Blackpool, Inglaterra, con el fin de conseguir un comparsa cómico que pueda utilizar en sus actuaciones a modo de mofa con el fin de encontrar el éxito, y durante el estúpido viaje a una Inglaterra que parece sacada de otro tiempo y espacio, se irán desvelando secretos de familia que, la verdad, al espectador le importan un bledo.
Junto a Oliver Platt y Jerry Lewis, destaca en el reparto Oliver Reed en un papel  episódico y prescindible.
En cuanto a las películas que han dedicado la totalidad de sus fotogramas al stand up, o solo algunas partes de su argumento, “Los comediantes” sería la que se lleva la peor parte amén de ser la que peor nos muestra ese show, dando la sensación de que ni guionista, ni director, comprenden muy bien el mundo en el que se están adentrando.
Un puto coñazo.