Fíjense en el póster. ¿Les llama la atención? A mi mucho. Y por eso me quedé enamorado de el. Y, después de haberla visto, también de la película.
He de reconocer que a mi estos productos me dan grima, asco y mal rollo. Pero, no se que es lo que tiene esta película, que me ha encantado. Y es que aquí donde me ven, yo también peco de algo de esnobismo.
La película, pepretada por una productora que se llama "Andergraun Film" (¿?), naturalmente es pretenciosa y claramente experimental… aunque también sencilla, osada, provocadora y bonita. Dicen los créditos que está inspirada en la obra de Cervantes. Pero olvídense de los molinos, los gigantes, los delirios del hidalgo, los libros de caballería y las bodas de Camacho. Albert Serra, máximo responsable, solamente ha llevado a la pantalla los momentos de descanso de Don Quijote y Sancho Panza. Momentos que parecen interminables, en los que caballero y escudero caminan por el campo. O se tumban a la bartola. O se bañan en un lago. Solo eso. No le busquen más, porque no hay. Si ambos personajes se sientan a rascarse la sobaquera diez minutos, pues eso es lo que va a durar el plano. Diez minutos con los protagonistas rascándose.
Apenas hay diálogos. Si acaso algunas frases sueltas que escupe el Quijote. Sancho Panza, apenas suelta prenda, como un autista o un borderline.
En cuanto a encuadres, reina el caos, pues tan pronto vemos uno súper cuidado, con una bonita puesta de sol al fondo, como otro en el que apenas se distingue nada. Al director gusta de sacar a sus actores casi siempre de espaldas, o con rastrojos delante de ellos. Si hay viento, este se oye y la cámara vibra por su culpa. No hay planificación, y si se graba con trípode y uno de los actores se sale del cuadro, la cámara lo sigue, con torpes movimientos, a trompicones. Casi oímos crujir el trípode. Todo con un tufillo deliciosamente amateur, aunque el director no lo sea.
Viéndola, llegas a la conclusión de que es una cinta súper realista y que si Don Quijote y Sancho hubieran existido, sus caminatas, hubieran sido exactamente así.
Lo que hace a esta aburrida película encantadora, es precisamente eso, que te aburres, igual que los personajes. Es mágica porque transmite esa sensación… es que parece que estés dentro de la película. Con ellos.
Lo dicho, que estoy maravillado con ella. No la recomiendo, porque luego seguramente me matéis, ya que tengo casi por seguro que no la percibiréis como la he percibido yo.
Lo triste es mi mente cuadriculada, que hace que me sienta culpable, e incluso me excuse, por haber disfrutado tanto de una película tan opuesta a todo mi mundo. O no tan opuesta… pues siempre me ha gustado el cine extraño, y a extraña no la gana nadie a "Honor de Cavallería". Además, no está subvencionada por el Ministerio de Cultura, lo que le otorga un plus. Y naturalmente, viene grabada en vídeo.
Gracias, Albert Serra.
Y ahora, me voy a ver "Rocky IV".