domingo, 7 de febrero de 2016

LOS FOTOCROMOS DE "LA VIOLENCIA DEL SEXO"

La violencia del sexo / El día de la mujer” (“I spit on your grave / Day of the woman”) es a día de hoy, como todos sabéis, un clásico de culto. La peli que ¿inauguró o popularizó? un polémico subgénero muy de su época, los 70, el “rape and revenge”, en el que mujeres sexualmente violentadas acometían luego truculenta venganza sobre sus agresores. Hubo algún idiota (o alguna idiota) que tildó tales películas de feministas. Sí, seguro. Eran productos de mentalidad ultra-exploitation cuyo único fin consistía en despertar el morbo de la platea masculina. Y a sus responsables los derechos de la mujer les importaban un pimiento. No lo critico, solo lo expongo. Igual que me parecen idiotas esos que pretenden encontrar en la saga de “Perros Callejeros” elementos de “crítica social” acordes al momento de su gestación. Nunca entenderé, ni soportaré, ni apoyaré, esa hipócrita intelectualización del cine de explotación. Esta clase de productos ni quieren ni merecen ninguna clase de respeto. Son morralla de baja estofa, y molan así, siéndolo.
Me parece especialmente cínico, e incluso preocupante, lo de la etiqueta feminista. Más cuando se hace desde una óptica abiertamente positiva (la solución para todo = cortar pollas!!). Eso sí, al macho bigotudo o legañoso que dispara sobre los agresores de su familia lo llamaremos fascista. Claaaaro. En mi país machismo y feminismo terminan en ismo, y los ismos, como los extremos que se tocan, significan lo mismo.
El caso es que “La violencia del sexo” generó, imitaciones aparte (como ese “Venganza Desnuda” de Cirio H. Santiago), una pseudo-secuela tardía de idéntica trama, con la misma protagonista y grabada en maravillosamente costroso vídeo de los 80 por el incapaz de Donald Farmer. Así como un remake decente que esputó sus propias secuelas. Todo eso está muy bien, pero a mí me la trae bien floja. Básicamente porque cuando en su época vi “La violencia del sexo” me pareció un rollazo de tomo y lomo. Además de que me decepcionó en cuanto a violencia se refiere. Esperaba bastante más, la verdad.
También es cierto que tal vez debería darle una segunda oportunidad. No la he vuelto a ver desde entonces y creo, solo creo, que me la zampé en versión original sin subtítulos. Y entonces dominaba menos el idioma de Peter Kramer.
El caso es que localizar los fotocromos de su estreno en España (concretamente en Sitges, en el Cine Retiro) fue toda una inesperada sorpresa, para mí y para Alex Gardés, que como siempre tuvo el detalle de prestármelos. Y aquí los tienen, en toda su crudeza y cutrismo. Destacan, como ya era un clásico en la época, esos cuadritos puestos ahí para censurar las vergüenzas de los cuerpos desnudos, que van de los pezones y el felpudo al ojete.
Tal vez el cuadrito se lo tendríamos que poner a su director, Meir Zarchi, por haber hecho "La violencia del sexo", ¿o no?.