Como fuere, en cierto modo si que estamos ante una propuesta
marginal para la España de 1970, más centrada en el cine de corte popular y con
una platea poco dada a propuestas antiacadémicas, críticas y de corte
surrealista –e intelectualoide- como la que nos propone Alfonso Ungría. Pero
tal y como lo veo yo, ese número de espectadores, si aceptamos pulpo como
animal de compañía, ínfimo para una película de los setenta adscrita al
Landismo, si que es una cifra como para que
para una película a los márgenes de la industria haya significado un éxito. Un
éxito dentro de lo que desde el momento de su concepción es un fracaso, sí,
pero un éxito al fin y al cabo.
Sin embargo, yo creo que el Underground no debería existir
con fines comerciales ni debe triunfar a mayor o menor escala; debe quedar
aislado, oculto. En ese sentido, si que la obra de Alfonso Ungría es genuinamente
Underground; después de su estreno, sus películas han sido absolutamente
ilocalizables. Ni editadas en formato domestico alguno, ni casi programadas en las televisiones, a no
ser en algún pase golfo sin previo aviso. Al menos hasta entrados los noventa.
Ha tenido que llegar la era de Internet, para que los curiosos podamos echarle
un ojo a esas obras, en ripeos provenientes de infectas copias Italianas con
subtítulos insertados.
“El Hombre Oculto”, su primer largometraje, quizás sea
también su mejor película. El argumento es escueto; Un individuo, decide
quedarse encerrado en su zulo después de la Guerra Civil, por miedo a lo que
pueda pasar. Esa premisa le sirve a Ungría para hacer un alarde visual hasta
entonces nunca visto en el cine Español, donde el abuso de una narrativa
confusa, el recrearse con los macros y un lenguaje tan cinematográfico que casi
prescinde de la historia para centrarse en el aspecto visua, son los elementos más destacables de esta cinta. Paneos locos y
sin sentido, ángulos imposibles y un trabajo de dirección innovador pasaron
inadvertidos incluso para los amantes de cine de arte, y sitúan a Alfonso
Ungría como uno de los directores malditos de la historia del cine español. Su
siguiente película “Tirarse al Monte” no pasó la censura y no llegó a
estrenarse, para luego buscarse las habichuelas en la televisión, y posteriormente volver
al cine esporádicamente en producciones mediocres y estándar, que no le llegan
ni a la suela del zapato a esta “El Hombre Oculto”. Es dura de ver, como casi
todo el cine experimental en el que al final lo interesante suele ser el
concepto, efectivamente, pero muy sugestiva y estimulante. Y muy surrealista.
Demasiado quizás. En cualquier caso, “El Hombre Oculto” sí me ha parecido una
película valiente, osada y rara para el tiempo y época en que fue concebida. Si
esta película se hubiera rodado en los ochenta, cuando ser Underground,
vanguardisa – y/o heroinómano- era algo “cool”, quizás ya le habrían editado a
Ungría un pack con su obra al completo por parte de Avalon o Cameo, como a sus
coetaneos Arrieta o Portabella. Pero hasta ese punto es maldito Ungría. Ni por
esas.
Como protagonistas, siendo todos semidesconocidos en aquél
momento, tenemos a Carlos Otero, Mario Gas, Luis Ciges y unas jovencitas y
guapas Julieta Serrano y Carmen Maura, cuando aún ni sabían en que se
convertirían a posteriori, y con un aspecto muy deprimente, obviamente, por
exigencias del extraño guion.
Para curiosos del cine y sus márgenes.