martes, 21 de agosto de 2018

POPSTAR

Aunque se haya hecho un nombre en la televisión yanqui merced a su prolongado vínculo con el mítico "Saturday Night Live", así como por protagonizar la excelente sitcom policíaca "Brooklyn Nine-Nine", el cómico Andy Samberg no acaba de cuajar en el medio cinematográfico, y eso a pesar de haber contado con tres padrinos de excepción como son Judd Apatow, Adam Sandler y Lorne Michaels. Ya en 2006 Samberg tuvo la oportunidad de estelarizar su propia peli tomando precisamente como modelo a ese Adam Sandler junto al que, unos años más tarde, coprotagonizaría "Desmadre de padre". Así, en "Flipado sobre ruedas", comedia gamberro-idiótica en la línea de otras producciones de Michaels como "Superstar" o "Tommy Boy", Samberg interpretaba a un personaje típica e inequívocamente sandleriano: esto es, al eterno adolescente pusilánime que, bordeando siempre el retraso mental, se caracteriza por su nula capacidad a la hora de interactuar socialmente y que trata de compensar a base de entusiasmo su evidente falta de inteligencia y talento.
A pesar de seguir escrupulosamente un modelo que ya se había demostrado exitoso con anterioridad, y de contar además con el apoyo de cómicos de probada valía como pudieran ser Bill Hader o Danny McBride, el debut del californiano en el largometraje resulta ser un merecido fracaso, tanto a nivel crítico como de taquilla (en España en concreto tan sólo la vieron 297 espectadores), no quedando más opción para Samberg que refugiarse a partir de entonces en cometidos secundarios en comedietas indies, además de continuar con su participación semanal en el SNL. En el veterano programa sí que llegaría a hacerse popular durante la década siguiente junto a Jarma Taccone y Akiva Schaffer, con los que empezó en el mundo del show business formando el grupo cómico-musical "The Lonely Island", escribiendo sketches para el lucimiento de estrellas del calibre de Justin Bieber, Natalie Portman o Justin Timberlake, al tiempo que conseguían con su disco de Hip Hop "Incredibad" auparse a los primeros puestos en las listas de los más vendidos.
Casi una década después de "Flipado sobre ruedas" Samberg y compañía deciden volver a probar suerte en el cine y, lógicamente, optan por trasladar a la gran pantalla esa parodia musical en la que parecían haberse especializado y con la que habían cosechado tanto éxito. Así, y recurriendo al formato del falso documental, "Popstar" nos cuenta la historia de los Style Boyz, una boy band en continuo peligro de desintegración debido al ego de su cabeza visible, Conner4real, suerte de sosias de Justin Bieber interpretado por el propio Samberg. Bajo la producción de Judd Apatow, y cambiando esta vez a Adam Sandler por Will Ferrell como principal modelo en el que mirarse, "Popstar" recurre básicamente al mismo tipo de humor y a idéntica estructura narrativa de las magníficas "Semi-pro", "Patinazo a la gloria" o "Pasado de vueltas", protagonizadas todas ellas por personajes que, debido a su comportamiento egocéntricamente mongólico, son dejados de lado por sus compañeros para reconciliarse hacia el final de la trama siempre con el objetivo de intentar superar un reto en común, ya sea una competición de patinaje, un partido de baloncesto, una competición automovilística o, en el caso de "Popstar", una actuación musical en una importante gala de premios. Sin embargo, y en esta ocasión, ni la película, ni Samberg - ni mucho menos los sosainas de Schaffer y Taccone - están cerca de poder compararse con la genialidad desplegada por Ferrell en los títulos antes mencionados. Así las cosas, esta "Popstar" es igual de mala - o incluso peor - que "Flipado sobre ruedas", aunque se vea beneficiada con respecto a aquella gracias a la avalancha de cameos de celebrities (un recurso de lo más habitual en las producciones de la factoría Apatow, aunque en esta ocasión esté más justificado que en otras), así como por el ritmo que consigue imprimirle a la narración el encadenado de secuencias musicales, las cuales, por desgracia, jamás llegan a estar a la altura de la brillantez del trabajo en televisión del tercerto protagonista. 
Aparte de poco graciosa, "Popstar" tampoco es que sea demasiado original que digamos, ya que dentro de las propias producciones Apatow ya existía un precedente de parodia, "Dewey Cox: una vida larga y dura", enfocada más hacia el biopic musical pero con la que coincide en más de un aspecto; de hecho, tan deudora es la una de la otra que aquí también podemos encontrarnos con un gag bastante gráfico protagonizado por una polla - no tan ofensivo como el de "Carta blanca", pero casi - en el que terminará por ser uno de los momentos más inspirados del film, sino el único. De hecho "Popstar" es tan previsible que también tendremos que sufrir los consabidos chistes sobre marihuanos, las coñas metidas con calzador a costa del amiguete James Franco, así como el típico mensaje moralista y/o pro-familia inherente a toda película con el sello del sobrevaloradísimo Apatow. Al menos, y en contra de lo que suele ser habitual en las interminables producciones del autor de "Hazme reír", “Popstar” cuenta con la ventaja de no llegar a la hora y media.
Resumiendo, y aunque sea tan mala que no te ríes ni por casualidad, la peli de tan inofensiva e intrascendente está hasta entretenida: además, algunos de los cameos (de Mariah Carey a Martin Sheen, pasando por Michael Bolton o Snoop Dogg) resultan como mínimo sorprendentes. Eso sí, para ver y olvidar antes incluso de que se acaben los títulos de crédito. Y es que aunque este subgénero haya dado en el pasado ejemplos tan memorables como "This is Spinal Tap" o "Un poderoso viento", "Popstar" no se encontraría precisamente entre ellos. Muy flojita.