sábado, 20 de abril de 2019

SESIÓN DOBLE : ELLOS + THE DEAD ROOM

ELLOS : Lucas y Clementine se disponen a pasar un fin de semana relajado en su aislada casa de campo. Sin embargo, esa misma noche comenzarán a ser acosados por unos asaltantes que se ocultan entre las sombras y no traen buenas intenciones.
"Ellos" tiene el honor de encajar en esa escueta era dorada que el terror francés experimentó a mediados de los 2000. La diferencia con respecto a otras películas representativas del momento como "Alta Tensión", "Frontière(s)" y "À l'intérieur", es que en este caso se deja de lado la violencia y el gore desalmado y se apuesta por la atmósfera y el suspense.
La primera mitad se centra en la parte más inquietante y reposada. Con ruidos que despiertan a los protagonistas en plena madrugada y muchos recorridos por la casa. Mientras que la segunda tira de adrenalina, cuando comienza la persecución y ya no termina hasta el contundente desenlace. Dicho de otro modo, según cómo te pille, la mitad uno puede resultar un pelín plomiza. Por el
contrario, la segunda es siempre muy efectiva. Así pues la suma de todo ello da como resultado un film que, sin ser la repanocha, se deja visionar perfectamente.
Tras el éxito de "Ellos", sus directores, David Moreau y Xavier Palud, fueron fichados por Hollywood para encargarse del remake de "The Eye", cosa esta que se convirtió en
costumbre esos años, contratar cineasta franceses -como Alexandre Aja o Eric Valette- para firmar americanizaciones de films asiáticos de terror.
Justamente, durante un tiempo la compañía española "Nostromo Pictures" quiso llevar adelante un remake de "Ellos", pero la cosa no se materializó. Podemos considerarlo buenas noticias si tenemos en cuenta su insulsa versión de la ya mentada "À l'intérieur".


THE DEAD ROOM : Una cabaña y tres personajes.
Parece casi imposible que a estas alturas alguien sea capaz de sacarle jugo a tan parcos elementos y a una trama sobradamente trillada, la de los investigadores paranormales que acuden a un lugar encantado por espíritus donde las cosas se complicarán. Pues eso mismo ha conseguido Jason Stutter con "The Dead Room", una producción de Nueva Zelanda que se mueve entre esos mismos parámetros y sale totalmente airosa de la experiencia.
Atmósfera, momentos de sobrada inquietud, algún leve susto, cero sangre y una calidad técnica más que solvente hacen de ella un producto sencillo, honesto, casi minimalista, y que funciona de maravilla.
Atención al escalofriante plano final.