lunes, 21 de septiembre de 2020

BABES IN THE WOODS

Primigenio nudie cutie de los años 60 cuyo principal atractivo reside en que los historiadores y expertos en este subgénero daban por completamente desaparecido. Por supuesto, en 2002, en algún sucio almacén de algún antiguo cine en algún recóndito lugar de la américa más profunda, aparecieron unas latas que contenían la película en su totalidad, por lo que la Independent International Pictures se quedó con las bobinas encontradas y la restauraron y transfirieron para que, por lo menos, quedara una constancia de la existencia de esta joya perdida. Por supuesto, hay que darle un interés histórico a todo esto, porque la película no es más que una pizpireta excusa para mostrarnos a una serie de señoritas que se desnudan y bailotean ante la cámara de manera desenfrenada. Sin embargo, tiene algo de encanto. Tres muchachitas muy descaradas se van de excursión al campo. Llegando a una gasolinera dejarán ojiplático al dependiente que las atenderá con una sonrisa en los labios (y una erección en el pantalón). Una de ellas se dará un largo baño de espuma en su bañera. Después, las muchachitas bailarán y se despelotarán en todas y cada una de las habitaciones de la casa de campo donde se alojarán, para luego seguir bailando en la discoteca (¿) o ponerse a cocinar sin más indumentaria que un mandil. Todo esto bajo la atenta mirada de la gerente de la casa, que no aprueba esas actitudes tan desprejuiciadas. Un poco más de lo mismo de siempre en el subgénero, pero combinando interiores en decorados con papel pintado con exteriores donde simplemente vemos el follaje del bosquecillo donde rodaron la película, eso sí, todo ello mudo, pero con una voz en off que nos va contando lo que hacen las señoritas y sus circunstancias, en esplendoroso blanco y negro de un celuloide que creo distinguir de 16 mm. Resultan simpáticos los títulos de crédito con divertidas animaciones que reproducen a las tres chicas conduciendo hacia su destino, combinando con los nombres del reparto y el equipo técnico escritos a mano en bonitas letras. Y ¡ya está! Eso es todo, no hay más que rascar. Por otro lado, del director de la cinta acreditado como A.A. Krovek, nunca más se supo, a no ser que fuera otro director usando un pseudónimo. Sin embargo, de las actrices se sabe algo más. Por un lado tenemos a Vickie Miles, también conocida como A. Louise Downe, que cuando no estaba en pelotas en sus películas le escribía los guiones a don Herschell Gordon Lewis (de quien era pareja). Suyos son los de “Blood Feast” (donde también tiene un papelito como actriz) y “The Gruesome Twosome”. Y cuando no estaba actuando o escribiendo, también se dedicaba al maquillaje, vestuario y asistencia de dirección de un buen puñado de películas zetosas durante la década de los 60. Las otras dos que completan el trío, Marge London y Karen Moor, hicieron poquita cosa más, y lo poco que hicieron también fue para Gordon Lewis. Cuando detecto una película de este tipo es casi una obligación verla, pero vamos, que es más por inquietud archivera y curiosidad, que por gusto. Aunque esta, no es tan, tan, tan, tan coñazo como tantas otras.