viernes, 25 de septiembre de 2020

PELO SUELTO

Al igual que en España, en México, existe la tradición de promocionar a sus cantantes pop a través del cine, concibiendo películas a su medida que sirven a la vez de promoción para sus más reciente lanzamientos discográficos, y de negocio redondo con el que llenarse los bolsillos con poco esfuerzo. Por supuesto, Gloria Trevi era carne de película. Protagonizó tres, de entre las cuales, esta primera que hizo, “Pelo Suelto” fue un mega éxito que se posicionó en los primeros puestos de las películas más taquilleras de la historia de México. Otra constante en este tipo de películas es que suelen ser muy rentables, pero muy malas, films en los que los productores escamotean el presupuesto hasta límites insospechados. Total, el producto a vender, en este caso Gloria Trevi, están ya vendidos mucho antes de que se dé la primera voz de acción. En consecuencia, se genera una genuina y espantosa serie Z en la que la dejadez es una marca de identidad. Así, “Pelo Suelto”, además de ser una infamia, es una película que hace gala de un surrealismo técnico y un tercermundismo generalizado, que si bien es cierto que cuesta un imperio el enfrentarse a un visionado completo de la cinta, también es verdad que merece la pena echarle un ojo, eso sí, muy de pasada. Gloria Trevi se interpreta a sí misma en una película en la que se mezcla una trillada historia de ascenso a la fama, con una subtrama en la que un par de individuos de aspecto post apocalíptico (¡parecen sacados de “Mad Max 2”!) se dedican a secuestrar niños auspiciados por una organización llamada ¡Los Robachicos! —curiosamente, al mismo tiempo, Gloria Trevi y su representante/amante Sergio Andrade, en la vida real, secuestrarían chicas pre adolescentes para su uso y disfrute sexual, con lo que todo resulta tremendamente retorcido si se conoce el caso…—. Uno de los niños que iba a ser secuestrado, se escapa con un disquete informático en su poder, que contiene información sobre esta organización criminal. Durante el trasiego, se topa con Gloria Trevi, que mientras que intenta contactar con una discográfica que anda buscando grandes estrellas, ayudará al niño a encontrar a “Los Robachicos” y liberar a sus amiguitos. Por supuesto, todo saldrá bien y Gloria conseguirá contactar con los de la discográfica, la lanzarán al estrellato y, como colofón en un concierto final, interpretará la canción que da nombre a la película. Resulta muy curioso que una cantante que se caracteriza por ofrecer una importante carga sexual en el escenario, mostrando su ropa interior, su culo cada vez que puede, y que se destroza las medias como una salvaje, protagonice una película casi infantil, para niños, mientras nos muestra toda suerte de bikinis y modelitos que sugieren sexualidad por los cuatro costados. Menos chocante es la pobre factura técnica de la película, sin apenas producción, aprovechando conciertos reales de la cantante y rodada deprisa y de cualquier manera. Cutre, chabacana, mal contada y terriblemente aburrida, lo mejor es todo lo referente a “Los Robachicos” y su modus operandi que, de puro bizarro, al final tienes que descojonarte de la risa. Por supuesto, el éxito estaba asegurado y la Trevi continuaría haciendo películas después, que aunque exitosas, nunca superaron el número de espectadores que tuvo esta primera incursión en el cine. Por supuesto, una película de estas características tenía que contar en la dirección con un experimentado artesano del cine Mexicano, nada menos que Pedro Galindo III, que pone fin a una carrera llena de clásicos del cine trash, entre los que destacan el primero de la saga “Siete en la mira”, “Pánico en la montaña”, “Vacaciones de terror 2” y, por supuesto, ese extraño y chapucero exploit de “Pesadilla en Elm Street” que era “Trampa Infernal”. Al respecto del resto de films protagonizados por la Trevi, pues, probablemente, vayan apareciendo aquí reseñados en lo sucesivo si me da el punto. El clan Andrade-Trevi, se merece que sus películas sean, al menos, visionadas.