Llevaba ya una larga temporada queriendo revisar esta pieza de cine zetoso. No la veía desde que en su momento la alquilara y tildara de regular en un fanzine llamado "Fangore" que editaba en 1987 ¿El motivo de tanto interés? Pues que sin llegar a ser oficialmente una producción "Beyond Infinity Films", poco, poquísimo le falta. Estéticamente guarda mucho parentesco con aquellas, además de tener entre sus responsables al normalmente director, aquí co-productor, Tim Kincaid, al gran Ed French en los efectos de maquillaje y tal (aunque pal caso no se luce tanto) y, apadrinando todo el pifostio, Charles Band desde su Empire.
La movida va de brujas. Concretamente de una que, por ahí el 1800 y pico, se carga a una virgen justo antes de que contraiga matrimonio. El novio escaldado, y el resto de pueblerinos, se la cepillan. Ella, como hacen todas las brujas en las películas de terror, antes jurará regresar para vengarse. Y sin saber exactamente por qué, procede en 1986 convertida en toda una seudo-gótica semi-punka. Buscará a los descendientes de aquellos que la mataron (que, mira tu cuan afortunada es la tipa, los pilla a todos juntitos) y comenzará a martirizarlos, hasta que se le reboten.
Nada nuevo. El aburrimiento esperado. Estética acartonada. Dirección sin la más mínima imaginación. Tsunami de diálogos. Pinceladas de truculencia (disfrutable, aunque escasa). Alguna risa involuntaria. Un maquetón cojonudo explotando al final. En fin...
De todo ello podríamos culpar -ni que sea en parte- a su director y guionista, Bruce Hickey, un menda que, previamente, había sido "Danny Zucko" en el "Grease" original de las tablas. Tras su experiencia con "Necropolis", se dedicó mucho al teatro, a parir cortos y películas pero en otra honda, haciendo dramones y tal. No, no me lo invento. Ni es una trola de Imdb. Hickey tiene página web con la respectiva información. Es evidente que no le hace demasiada gracia reconocer su paternidad respecto al film reseñado, lo evita cuanto puede... pero al final se siente obligado a incluirlo en su filmografía, aunque alterando el título a "Neeropolis" y fechándolo en 2016... ¿despiste o estratagema voluntaria para evitar ser localizado por posibles fans de la interfecta y el género en particular? ¿Huye Hickey de la "maldición geek", aquella que te condena a un momento en el tiempo del que no podrás escapar nunca jamás, visitando Con tras Con para poner cara de póquer en las fotos? Si es así, hace muy bien.
Sin duda, la escena más famosa de la película es aquella donde la bruja (interpretada por LeeAnne Baker, sacrificada moza con una filmo compuesta únicamente de películas firmadas por Tim Kincaid y Gorman Bechard. En breve podremos verla con canas y arrugas en el documental "Celluloid Wizards in the Video Wasteland: The Saga of Empire Pictures". Hoy se dedica a escribir) saca cuatro tetas de más para dar de mamar a su séquito de zombies. Tanto es así, que hace poco un decadente Charles Band se lanzó a producir una secuela en formato digital, dirigida por ese ególatra incontrolado de irritante aspecto llamado Chris Alexander, que llevaba por título "Necropolis: Legion" y exageraba la coña de las tetas múltiples hasta límites ridículos. Creo incluso que lanzaron algunos comics. En fin, ¿qué más dará?
Como nota curiosa, (ama)mentar que la banda sonora de "Necropolis" viene compuesta a base de retazos de otras producciones Empire como "Trancers", "Eliminators" o "El alquimista", además de la inevitable fanfarria de archivo firmada por el dúo Tom Milano y Don Great.
Creo que la pillé con tantas ganas que me ha parecido medianamente mejor, o más soportable, que cosas como "Holocausto Robot" o "Cazador de mutantes". Seguramente sea igual de aburrida y prescindible, aunque no se le puede negar cierto encanto.