sábado, 12 de noviembre de 2022

BLUE JEAN COP

Lo que esputaré a continuación ya lo dije cuando publicamos el TRAILER de la película ahora reseñada. Pero nunca está de más refrescar sus escuetas memorias. Probablemente, "Blue Jean Cop" ("Shakedown" en los USA) sea el momento álgido, en cuanto a medios y reconocimiento mainstream, de la carrera del otrora exploiter James Glickenhaus, un caballero al que hemos dedicado mucho tiempo en este espacio. Todos le conocen como responsable de ese clásico imborrable del cine más grimoso titulado "El Exterminador". Pero, también, de cosas como "Ultimatum", "El Protector", "McBain" o los vehículos de lucimiento para su retoño, "El silencio de los inocentes" y "Time Master". Resumiendo, solo nos faltaba "Blue Jean Cop" para abarcar toda su obra... bueno, vale, y la primera, "The Astrologer", que nunca me ha llamado demasiado (aunque si tuviera acceso a ella, la vería y, probablemente, reseñaría)
En cualquier caso, "Blue Jean Cop" es una película generosamente presupuestada, y eso salta a la vista. Con un par de sólidos protagonistas (Peter Weller mega-fresco aún de "Robocop" -estrenada un año antes- y Sam Elliot), una fotografía totalmente acorde a lo que entonces podía esperarse de un film de esta categoría y un buen puñado de escenas espectaculares.
El argumento en esencia es sencillo. Un abogado descreído y un policía algo piojoso unen fuerzas y esfuerzos para detener la corrupción en el cuerpo. Uno mediante tribunales, el otro en las calles. Y juntos en un par de persecuciones bastante notables. Tanto como los dobles de los actores, que cantan un huevo de pato.
El guion era del propio Glickenhaus, pero fue retocado por el estudio para darle un poco más de humor, intentando así aproximarse al entonces recientísimo "hit" del cine de acción (en pareja) que fue "Arma Letal". Obviamente, la violencia es mucho menos encarnizada que lo habitual en el cine de su director, quien flipaba colores contando en las entrevistas el par o tres de noches que cortaron una céntrica calle en medio de Nueva York para rodar. Hablamos de la 42, The Duce, la famosa avenida repleta de cines "grindhouse" y antros porno. De esta guisa, el número de marquesinas con títulos bien llamativos y reconocibles para el fan medio es apabullante. Mientras veía el film, andaba tan centrado intentando descifrarlos que me perdía las mismas escenas de acción. Podría confeccionar una segunda entrega de "Marquesinas de refilón" con todo ello... pero solo si me da la neura (y me la dio, AQUÍ). De momento, centrémonos en un par cuya directa alusión a su director me permiten colárselas ya (al final del rollete). En un momento dado, presenciamos a Sam Elliot pegándose una buena siesta mientras en la pantalla de un cine se proyecta el mejor "stunt" de "Ultimatum" ("The Soldier" en v.o.), la segunda peli de Glickenhaus (eso de que el actor esté sopa, y la sala medio vacía, ¿es una auto-puya coñera?) Cuando despierta y sale, descubrimos -gracias a los carteles del vestíbulo y la marquesina en la calle- que dicho film se proyecta en doblete con "El Exterminador" itself. Toma ya (y si nos ponemos puñeteros, veremos que en la segunda marquesina del mismo cine figuran "Hidden" y "Pesadilla en Elm Street 3". Amigos, eso sí era una programación cojonuda)
Que base mi review más en estas pijadas pajilleras que el contenido de la peli, ¿es señal de que esta no mata? No, no, que va. Soy así de enfermo, pero lo cierto es que "Blue Jean Cop" mola. A ver, no es ninguna maravilla para recordar toda una vida. Y la trama eventualmente se lía un poco. Pero entretiene y, como decía, cuenta con puntuales momentos estupendos como la aparición de un negrazo asesino profesional que, en su capacidad destructiva, casi parece Terminator. Todos los "bums" y "catapums" imaginables (destacando el del final, situado en un avión mediante cantoso croma y que, por unos momentos, casi parece una premonición de lo que, años después, ocurrió cierto 11 de Septiembre) Incluso la subtrama de amoríos y desamoríos protagonizada por Peter Weller tiene su interés.
Como suele ocurrir en estos casos, el reparto de secundarios es sensacional, con un montón de rostros familiares para los adictos al cine de género -y más el de esas épocas- Comenzaremos con mi favorito: Larry Joshua, que, luciendo una mullet tremenda, interpreta al poli malo de rigor. Por su aspecto y condición física, es un actor al que le pegan los papeles de abusón, especialmente desde que diera vida a uno muy carismático en "La Quema". Le acompañan John C. McGinley, el típico rostro que has visto en mil películas, pero no sabes ponerle nombre. Antonio Fargas, otro que tal baila (se hizo popular gracias a su papel de Huggy Bear en la serie "Starsky & Hutch"). El gran Paul Bartel. David Proval, quien siempre se ha ido moviendo entre roles de poli o guardia de seguridad y esbirro o mafioso. El semi-underground Rockets Redglare. Buddy Van Horn, mano derecha de Clint Eastwood, "stunt" y director de "La lista negra". Y, por supuesto, que no falte Dick Boccelli, colega de Glickenhaus, especializado en mafiosos (lo hacían picadillo en "El Exterminador") y que, para salirse del canon, interpreta a un policía.
"Blue Jean Cop" es un producto solvente que les hará pasar un rato tonto y ameno si no son demasiado exigentes. No obstante, debió pegarlo flojo en taquilla porque James Glickenhaus no volvería a rozar el cielo. A partir de ahí la cosa fue en dirección descendiente. Lenta pero inexorablemente.
Como dato "friquista", mentar que el policía medio en la penumbra que asoma al pie del póster aquí representado, se parece sospechosamente al que figura en el cartel franchute de "Maniac Cop" (y que, by the way, no guardaba la menor similitud con el genuino poli maníaco del film), película producida por Glickenhaus. Extraño reciclaje este.