viernes, 18 de agosto de 2023

THE MEATEATER

Genuina serie Z de finales de los setenta, desconcertante y rara a rabiar, que resulta inquietante tan solo por lo podrido de su factura y un ambiente malsano y enfermizo que en realidad es consecuencia de la muy mala iluminación, el celuloide rancio con la que se rodó y, por supuesto, un revelado barato. Lo justo para llenar programaciones atemporales de cines de segunda regional y autocines.
La cosa es bastante sencilla: Un individuo compra un antiguo y destartalado cine y se muda a la ciudad a atender su nuevo negocio. Lo que no sabe es que dentro habita un anciano desfigurado que come ratas y que asesinará al proyeccionista y a algún que otro despistado.
La incompetencia de su director hace que la puesta en escena de esta película sea de lo más impactante, con unos títulos de crédito que se suceden al mismo tiempo que en una pantalla se proyectan antiguas películas, dándole a todo un toque ligeramente experimental. Luego esto se ve interrumpido por la abrupta presencia del anciano anteriormente mencionado, que caza una rata gorda con sus propias manos e, in situ, la devora ante la estupefacta mirada del espectador. Luego entramos en materia aburriéndonos hasta la extenuación con una película que se desarrolla a base de interminables diálogos en los que se hace especial hincapié en el hecho de comer carne —ya sea hablando de comer perritos o hamburguesas ya sea haciendo alguna referencia al canibalismo— y secuencias que transcurren en el cine donde se esconde este “comedor de carne” del título, en el que los actores miran un documental de animales donde unos se zampan a otros. Todo muy lento, muy aburrido y desesperante, haciéndole a uno plantearse darle al stop en no pocas ocasiones. Y de vez en cuando, de manera nada gráfica, sin apenas sangre, alguien muere para justificar el hecho de que estamos ante una película de terror. La cosa no mejorará (no mucho más) hasta los minutos finales del film, donde aparece el malvado ser oculto entre las latas de celuloide y sí vemos algo de la carnaza que promete el título. Tampoco mucha, pero resultona.
“The Meateater” es una de esas películas que resultan fascinantes en fondo y forma, sórdidas y olorosas únicamente de lo pobres que son. Merece la pena verlas solo para saber lo que son, pero que de puro coñazo le hace a uno replantearse completamente su gusto por la serie Z. Al final, también, uno se da cuenta que de eso va un poco la cosa, de descubrir bazofias desesperantes y luego dar pataletas.
Eso sí, resulta terriblemente gracioso saber que esta película permaneció olvidada durante décadas hasta que, en los tiempos de Internet, el fandom la descubrió en costrosas cintas de VHS y comenzaron a hablar de ella. El film no tiene ningún culto, ningún prestigio ni seguimiento, tan solo malas reseñas de gente que la ha visto de rebote y apuntan que esto es una basura que no sirve ni para hacer trapos.
Al respecto, un día apareció su director, David Burton Morris, que para la ocasión firmó bajo el seudónimo de Derek Savage, y, todo ofuscado, se defendió  con una  reseña en IMDB diciendo a sus detractores que si se creían que esta película la había hecho enserio estaban listos. Dijo que por 300 dólares que ganó escribiéndola y dirigiéndola, quiso facturar la peor película posible, buscando a los peores actores que pudiera encontrar por 50 dólares la sesión, y que LA HIZO MAL APOSTA (cosa que no se cree ni él), que en realidad es un director independiente de la hostia que suele estrenar en Sundance, ganar premios en festivales y que esta mierda es una broma suya de los años 70. Semejante rabieta lo único que consigue en engrandecer un poco la película.
Y si consultamos la filmografía de David Burton Morris, veremos que es de lo más insulsa, cutre y chabacana, y que muy posiblemente sus películas serias, hechas con toda su energía, son tan aburridas y están tan mal paridas como esta de la que ahora reniega, que si no hicieron tanto ruido como “The Meateater” es porque son mediocridades que pasan inadvertidas entre otras miles en los festivales indies de los mundos de dios y no interesan a nadie; “The Meateater” sí porque es mala de cojones y se adscribe al terror, ergo, aunque solo sea por eso, perdura.
Habrá que echar un ojo a las películas de Sundance de Burton Morris, aunque solo sea por curiosidad.