martes, 23 de julio de 2024

DE NATURALEZA VIOLENTA

Un título tan molón como “De naturaleza violenta” me hacía presagiar que escondía una película buena. Sin embargo, superó mis expectativas, porque esto es un slasher a priori de lo más trillado, una consecuencia por parte del director, Chris Nash —que debuta en el largometraje, aunque es un estupendo artesano de los efectos especiales proveniente del mundo del corto—, de recrear los visionados de su juventud concibiendo un psycho killer tan inspirado en Jason Voorhees que roza el plagio; retrasado mental, resucita en forma de cadáver putrefacto (como Jason a partir de la sexta entrega), de tamaño corpulencia y fuerza similar, e incluso vestimentas muy parecidas. Lo único que tiene nuevo para diferenciarlo es una máscara de bombero en lugar de una de hockey. Para evidenciar el homenaje, se cuenta en el reparto con la presencia de Lauren-Marie Taylor, una de las víctimas de Jason en “Viernes 13, 2ª Parte”. Y para hacerlo más clichoso, encima se trata de una producción canadiense, muy dada en su fuero a exportar tanto sex comedies como slashers. Entonces tenemos aquí una actualización del slasher ochentero en toda regla. Pasa también, que Chris Nash es, además, seguidor del cine arthouse y, más concretamente, del que muestra gente andando, de “Elephant” de Gus Van Sant y de los árboles filmados durante horas de Terrence Malick. Del cine contemplativo en definitiva. Y no se le ocurre otra cosa que adaptar las maneras de este al slasher, que por norma general está filmado y montado de manera clásica y ordenada ¿El resultado de semejante mezcla? Pues lo mejor de ambos mundos. Largos paseos por el bosque por parte del asesino se entremezclan con los asesinatos más cafres que he visto en una pantalla. Y como tienden a gustarme los paseos filmados y tiende a gustarme el slasher clásico, la combinación me ha resultado de lo más refrescante, casi tanto como desasosegante. Porque la sinopsis no tiene mucha ciencia: Unos campistas despiertan el cadáver de un individuo que se levantará de su tumba en busca de un medalloncito que, siendo niño, le regaló su padre. Decidido a recuperarlo, campará a sus anchas por el follaje, destrozando a todo aquel que se cruce en su camino, mayormente mastuerzos de vidas insulsas que en las hogueras de rigor contarán la historia de Johnny, nuestro protagonista, con el fin de asustar a las chicas. Lo realmente fascinante es que esos personajes que se instalan y divierten en el bosque, están en un segundo plano y solo somos testigos de sus historias cuando el asesino se topa con ellos, la mayoría de las veces a cierta distancia hasta que logra aproximarse. Porque solo son carnaza para ser asesinada y sus problemas de lesbianismo o arrogancia no nos importan ni a nosotros los espectadores, ni al asesino, y porque la cámara se mantiene siempre a las espaldas de este, captando tan solo su punto de vista, hasta que eventualmente se rompe ese ritmo instaurado para pasar a una narración estándar muy breve, que sirve para dar datos concretos sobre las víctimas al espectador. Cuando este ya los tiene asumidos, la cámara vuelve a su sitio, que es al lado del asesino.
A eso hay que sumarle una filmación al estilo documental, la ausencia de música incidental y un realismo atroz; cuando a uno le dan un hachazo en la cabeza, apenas si tiene tiempo para reaccionar. Eso es lo que pasa en los asesinatos que nos muestra “De naturaleza violenta”, estos son salvajes y muy, muy silenciosos, casi tanto como brutales.
Así pues, “De naturaleza violenta”, que despierta tantas pasiones como odios a lo largo y ancho del mundo —no es de extrañar porque no es una película fácil. Y por supuesto, no es divertida, ni mucho menos entretenida— se convirtió en la sensación de los pases golfos del festival de Sundance desde el que despegó, dando su salto a las salas comerciales, donde ha recaudado tres millones de dólares en su primera semana de exhibición, una pasta para una película de estas características.
Pronto llegará a las plataformas, de hecho lleva el logo de Shudder en sus créditos, pero de momento podemos disfrutarla en cine de nuestro país, donde casi es una anécdota que haya llegado a estrenarse.
Cruel, lenta, asalvajada y distinta a cualquier película de terror de las que pueblan ahora nuestras pantallas, por lo que a mí respecta “De naturaleza violenta” es la mejor en su género de lo que llevamos de año, y Chris Nash un director a tener a cuenta… si no se nos estropea como Eli Roth, como Ti West, como…
Muy recomendable, eso sí, para espectadores pacientes.