Miguel Arteta, uno de los directores latinos más importantes del cine independiente, tiene como puntos álgidos en su carrera el poner a tener sexo en una película a la inmaculada Jennifer Aniston en “The Good Girl” o una descacharrante comedia de alta alcurnia, “Convención en Cedar Rapids”, con la que el espectador de cualquier tipo de cine, por fuerza, tiene que reírse a mandíbula batiente. Sucumbió al mainstream rodando la impersonal y de imposible título “Alexander y el día terrible, horrible, espantoso, horroroso”, nada menos que para Disney. En el transcurso, y basándose en la novela del mismo título de C.D. Payne, Arteta nos ofrece su particular visión del adolescente virgen, "nerd" y buscando continuamente sexo (y amor) en una película de corte indie, con todos los clichés que eso conlleva (contando con habituales del nivel de Steve Buscemi y Michael Cera, casi parece una parodia), sus tempos y formulas, para un argumento muy propio, por otro lado, de las "teen movies" estudiantiles.
Lejos de ofrecernos una cinta mínimamente original, Arteta se agarra a su condición independiente y, en su afán por ser visualmente interesante, prácticamente resulta un calco del Wes Anderson de la etapa intermedia. Y sus personajes, lejos de comportarse como adolescentes medios norteamericanos de clase media/baja, se comportan como esnobs cuyos intereses se centran en la cultura francesa con Jean Paul Belmondo y Serge Gainsbourg como estandartes. Sin embargo (y desconozco la intención), la película comienza con el joven protagonista haciéndose un pajote.
Al contrario que otras propuestas independientes que ahondan en la virginidad de los individuos, como la estupenda “Sex Ed”, “Rebelión adolescente” aboga por el cine de corte artístico para un público más de Sundance —o del Festival Internacional de Cine de Toronto, donde se estrenó— que de multisalas y, como tal, roza el aburrimiento en pro de la estética, convirtiéndose, hablando en plata, en un soberano y pretencioso coñazo. Y aunque le pese al director (si es que le pesa), “Rebelión adolescente” no deja de ser una "sex comedy" con ínfulas.
Durante unas vacaciones en caravana junto a su madre y el vago del novio de esta, Nick, un joven de 16 años con las hormonas a flor de piel, conoce a una chavala de su edad, amante de la cultura francesa, enamorándose perdidamente de ella. La moza comienza un jueguecito erótico con Nick que jamás culmina, dejándole acongojado por ello. Para vencer su timidez, el chaval se inventa un alter ego, Françoise, un individuo francés con bigotillo que le ayudará a ser más decidido a la hora de tomar decisiones. Mientras tiene que lidiar con sus problemas cotidianos y familiares, Françoise ayudará a Nick en su carrera hacia la pérdida de la virginidad.
Michael Cera se convirtió en estrella con “Supersalidos”, pero rápidamente pasó a ser una cara reconocible del cine independiente al ser fichado por Jason Reitman para "Juno", motivo por el cual le vemos en esta “Rebelión adolescente”, en la que, con 21 años, interpreta a un adolescente. Su carrera posterior deambula entre el mainstream y el indie con regularidad.
Junto a él, nombres reconocibles como los de Zach Galifianakis, Ray Liotta, Fred Willard o Justing Long. Que haya salido tan coñazo, desde luego, no es culpa de ninguno de ellos.
Con estrenos reducidos en las salas estadounidenses, a nuestro país llegó directamente en DVD en tiempos en los que es más sencillo que una película como esta pase inadvertida a convertirse en un éxito.