En el caso de "Examen Final" se trata de su asesino. Lo que más llama la atención de este, aparte de un aspecto de lo más anodino y normal (además, no lleva máscara y aunque en general se mueve entre sombras, podemos llegar a verle bastante bien), es el cómo y el por qué de sus actos. Básicamente, no los hay. El psycho-killer de "Examen Final" aparece de la nada, comienza a matar sin motivación alguna (al menos no nos la explican) y muere de un modo bastante poco llamativo y sin demasiadas complicaciones. Y fin.
Otro dato curioso, la peli arranca con el prototípico asesinato de la parejita que se lo monta en el coche. Ok. Y hasta la siguiente muerte, tendremos que esperar 40 o 50 minutos en los que únicamente presenciaremos gamberradas estudiantiles (como disfrazarse de terroristas y presentarse en el campus con metralletas, disparando a amigos compinchados que fallecen repletos de sangre falsa... lo normal, vamos), novatadas (atar a un árbol a un pobre tio en calzoncillos, helado durante toda la tarde y toda la noche) y diálogos y situaciones completamente chorras y sin sentido aparente (mi frase favorita: "Gozaremos de la voloptuosidad de la noche"). Vamos, que no hay historia.
Así, llegados a la hora de un film que, básicamente, era una comedia universitaria no demasiado desmadrada (con sus personajes mega-estereotipados. Por cierto, llama la atención que el empollón tiene la habitación repleta de posters de cine exploitation, destacando los de "The toolbox murders" y "The corpse grinders"), entramos en terreno propiamente "slasher", eso si, a lo largo únicamente de los 30 minutos finales. Todos los crímenes restantes, persecuciones, sustos y "suspenses" se suceden a todo gas y del modo más tontorrón al no tener ni la más mínima base para su desarrollo... incluída la cacareada "final girl", a la que no le dan tiempo para despertar empatía alguna ni nada que se le parezca. Y como todos los "slashers" más primigenios, las dósis de sangre y sexo son muy moderadas.
El director, Jimmy Huston, no ha hecho nada demasiado destacable en su escueta carrera. Tras "Examen Final" lo siguiente así curioso que hizo es "El vampiro adolescente".
Aburrida, tonta, sin sentido... pero es lo que es, de la época que es y, en fin, eso la hace única y disfrutable, aunque sea a su manera.
Y de regalo, ahí tenéis la mítica caratula del VHS patrio: