lunes, 25 de mayo de 2015

ESCALOFRÍO

Por fin he podido ver esta película de corte Satánico, de cuando en España se le daba al cine Satánico en consecuencia al éxito que muchas otras películas de esas mismas características provenientes de U.S.A, Inglaterra e incluso Italia, que propiciaba que los mercaderes del cine de género de nuestro país, las rodaran como churros.
No hace falta un percutor que estalle para que yo me ponga a ver una película de género española, pero tenía especial interés en ver esta por dos motivos. Uno, que de siempre he leído que se trata de una película muy mala y dos, que se trata de una producción de Juan Piquer Simón concebida para hacer pasta y es la responsable de que tanto director, Carlos Puerto, como  productor, no se pudieran ni ver en lo sucesivo. Famosas son las declaraciones de ambos. Por un lado, las de Piquer Simón diciendo que tuvo que dirigir muchas escenas el mismo, porque Puerto estaba haciendo una mierda, y por otro, Carlos Puerto diciendo que Piquer Simón le dejó ahí a su suerte con cuatro pesetas, y que se desentendió de la película hasta que la falta de presupuesto no hacía más que dificultar el correcto desarrollo del rodaje; Según esto, Piquer Simón no rodó ni un solo plano.
Sea como fuere, y teniendo en cuenta que toda esta gente del cine de género español mentía más que hablaba, no me creo las declaraciones de ninguno de los dos, y me pongo a ver esta película con fama de mierdosa: Quizás he visto yo demasiadas películas malas como para que mi criterio se vea alterado en según que casos o que yo no sepa ver la paja en ojo ajeno, pero tan, tan, tan mala, “Escalofrío” no es… Es aburrida, tonta, reiterativa y lenta, pero la verdad es que visualmente impacta, los efectos especiales no son tan cutres como he leído por ahí (claro, que quiero dejar bien claro que esta sea, posiblemente, la película rancia de género española por la que más les ha dado por escribir a hipsters, modernitos y soplapollas, que no tienen ni puta idea de nada e igual el baremo que tienen para medir la calidad de los F/X es el mismo que usan para medir la de una producción media de Hollywood… en ese caso, si, se quedaría corta, imbéciles) y lo cierto es que se resuelve la papeleta con cuatro pesetas, solo cinco o seis actores, un perro y, prácticamente, un solo escenario bastante bien. Vamos, que es un presupuesto bajo pero bien aprovechado. De hecho, me parece una película bastante más solvente que otras del mismo pelaje mejor consideradas como pueda ser “Los ritos sexuales del diablo” del sobrevalorado José Ramón Larraz, mucho más torpe y menos modesta.
Una parejita, tras salir de ver “La guerra de las galaxias” del Madrileño cine Roxy B (donde yo he trabajado mogollón de años y hoy, tristemente cerrado) y de tomarse unos piscolabis, cogen su cochecito y advierten que otro coche les sigue. Cuando se paran en los semáforos, ven como los pasajeros de ese otro coche, otra pareja, aunque inquietante,  les miran fijamente. En una de estas que les saludan efusivamente, les hacen bajarse del coche  para decirles que se conocen del colegio, que les da mucha alegría verles  y que les invitan a su casa a comer queso y beber vino. Aún con la desconfianza, nuestra pareja se ira con ellos hasta un gran caserón, donde a parte de tomar el vino y el queso, se ven inmiscuidos en una vorágine de sexo, magia negra, ouijas y descarnado sexo, que traerán consigo funestas consecuencias. Muñecas de porcelana que caminan, rituales Satánicos, sacrificios y mucho, mucho folleteo (y un par de tetas gordas, las de Sandra Alberti, muy apetecibles) harán el resto.
Si quitamos algunos momentos lentos a no poder más y un par de detallitos tontos, lo cierto es que la película está muy bien. La ambientación es la adecuada y entramos en situación fácilmente, amén de sentir algún que otro escalofrío cuando una muñeca de porcelana camina a sus anchas por la casa, además de contar con un final del todo sorprendente, que destrozan luego con un epílogo que, para no destripárselo, diré que es el equivalente al “Todo-a-sido-un-sueño”.
Y siendo la dirección bastante competente, yo no veo por ningún lado la mano de Juan Piquer Simón y si la de Carlos Puerto, que ya había dirigido, ese mismo año,  la que yo considero una de las mejores películas de Paul Naschy, que por otro lado se alejaría del terror, “El Francotirador”, por la que tanto actor y director, sufrieron amenazas de muerte por parte de la ultraderecha, al tratarse la película de un relojero al que un coche oficial le atropella a la hija y en consecuencia, decide matar a Franco.
Luego, sin prodigarse demasiado en la dirección, destacaría su faceta como guionista, trabajando en los libretos de películas tan afamadas como “Viaje al centro de la Tierra”, también de Piquer Simón,  Trauma (Violación Fatal)”, “El curso que amamos a Kim Novak” o “Morir de miedo”o algún que otro episodio de ese “Exploitation” de Espinete y Don Pimpón que era “Los mundos de Yupi”.
En el reparto tenemos las presencias de Ángel Aranda (“Terror en el espacio”, “De Dunkerke a la Víctoria”), Sandra Alberti ( “Niñas… al salón”, “Historia de S”), Marian Karr que se prodigó –y se prodiga- sobretodo en el terreno televisivo, José María Guillén (“Y altercer año… resucitó”, “Gay Club”) y presentándonos la película, a modo de “host” y advirtiéndonos de la realidad que suponen en nuestra sociedad las sectas satánicas el Iker Jiménez de los años setenta y ochenta, el Doctor Fernando Jiménez del Oso que estaba muy de moda en aquellos años (como hoy el Iker) y que, dicen, que su presencia al principio de la película, es la responsable del éxito que supuso en cines esta película, casi un millón de espectadores del año 1978.  También decir, que el propio productor de la cinta, Juanillo Piquer Simón, se monta un cameíto en la misma.
Con todo ese éxito, es una de las películas que permanece inédita en DVD en nuestro país, sin embargo, podemos hacernos con una copia  de importación de la excelente edición que de la misma sacó Pete Tombs en su sello “Mondo Macabro”.
No está mal del todo.