sábado, 30 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE : LA MALDICIÓN DE LOS BISHOP + LA TORRE DEL DIABLO

LA MALDICIÓN DE LOS BISHOP : Recién salida del sanatorio, Jessica, su marido y un amigo viven el sueño de los hippies instalándose en una vieja casa junto a un lago donde planean llevar una vida auto gestionada. Nada más llegar se encuentran con una okupa. Pero al ser joven, bella y de ojos azules, la invitan a quedarse. Pocos días después, un anticuario les explica a Jessica y su pareja que la casa estuvo habitada en el pasado por una dama que se ahogó en el lago y desde entonces corre el rumor de que es una vampira hambrienta rondando por los alrededores. Las cosas empeoran cuando Jessica localiza una fotografía muy antigua en la que posa la supuesta muerta y resulta guardar un parecido considerable con la okupa.
"La maldición de los Bishop" (el título original suena mucho mejor: "Vamos a asustar a Jessica hasta la muerte") es setentera hasta la médula, y aunque siempre ha permanecido un poco en la oscuridad, con los años se ha granjeado un culto y un respeto muy notables. Sobre todo porque, dicen, gasta una atmósfera notoria y da algo de acongoje. Por desgracia es esa una apreciación que nunca he compartido. Le puedo reconocer ciertos méritos, su ambientación, las estupendas interpretaciones, etc, pero no ha calado tanto en mí como para considerarla algo especial. Tal y como yo lo veo, "La maldición de los Bishop" guarda un soterrado encanto, pero no deja huella y se olvida con facilidad.

LA TORRE DEL DIABLO
: Un grupo de jovencitos aficionados a la fiesta y el jazz van a pasar la noche a un islote solitario con la noble intención de fornicar sin descanso en su abandonado faro. Pero veinticuatro horas después aparecen todos terriblemente mutilados, salvo una superviviente. Concretamente, un chico ha sido ensartado con una espada de oro fenicia, lo que hace pensar a unos arqueólogos que tal vez exista un tesoro con tres mil años de antigüedad en la zona, listo para descubrir. Irán a por él y, lógicamente, se las verán con quien masacró previamente a los jovenzuelos.
Producción británica del año 72 que, en cierto modo, se adelantó a muchas fórmulas posteriormente explotadas hasta al saciedad por el género, especialmente si hablamos de "slasher". Sorprenden las dosis de erotismo y violencia que gasta, incluido algo de gore y unos efectos especiales nada desdeñables. Además, chorrea atmósfera y tiene sus momentos inspirados, sobre todo cuando por las noches los visitantes oyen inquietantes lloriqueos o risas burlonas surgiendo de la oscuridad. Cosa que no les impide "ir a ver qué pasa" en lugar de salir huyendo, pero no se lo tendremos en cuenta por su condición semi pionera.
Como es de ley en esta clase de productos, a medida que la trama avanza el efectismo desaparece y el sopor se impone, aunque nunca llega a hacerlo del todo y podemos alcanzar el "The End" sin habernos aburrido en exceso.