viernes, 22 de julio de 2022

GIZMO!

“Gizmo!” es una película construida a partir de material filmado entre los años 20 y 40, una colección de imágenes antiguas que, convenientemente montadas, dan forma a este documental que si bien se estrenó en pleno auge del género mondo —este lo sería, pero uno para todos los públicos— también se anticiparía a lo que vienen siendo subproductos como “Jackass” o “Dirty Sánchez” en los que individuos simplemente hacen tonterías ante la cámara porque les están filmando. Y es que “Gizmo!” nos muestra, sobre todo, imágenes de inventos imposibles que unas veces funcionan y otras no (desde avionetas hechas de cartón que alzan el vuelo unos segundos para luego estrellarse contra el suelo, hasta lanchas que se elevan hacia arriba gracias a unas hélices insertadas en medio, pasando por un artefacto que, en la cuna, detecta la orina del bebé y suena, avisando de esta forma a la madre para que le cambie el pañalito…), nos muestra extraños vehículos creados por el hombre (una rueda que gira sobre su propio eje desde el cual conduce el señor que lo ha inventado…), pero también nos muestra forzudos que impiden que avionetas despeguen sujetándolas con sus dientes, señoras que aguantan el peso de un señor que se lanza a su estomago desde una escalera, fornidos caballeros de mediana edad que soportan con su torso disparos de cañón y, también, curiosos individuos que se autolesionan con el fin de llamar la atención, como ocurría en “Jackass”, anteriormente mentada. Y en ese campo vemos, entre otros, tipos que se estampan la cabeza contra la pared con un casco de football supuestamente indestructible.
Son innumerables las chorradas seguidas que llegamos a ver en esta película. Muchas de esas imágenes las tenemos grabadas en nuestro cerebelo porque las hemos visto mil veces en No-dos, archivos y sobremesas, pero la gracia del mejunje que es “Gizmo!” consiste en como está servido; con voz en off explicativa, cuando no músicas setenteras —se montó en 1977— que ilustran a la perfección lo que nos enseñan e incluso secuencias mudas que han sido dobladas para la ocasión. Como eran  escenas sin ningún tipo de banda de sonido, la producción contrató lectores labiales para saber que decían esos personajes, concretamente en la que una zumbada se desliza desde un edificio unido a otro con un cable, usando una polea de la que colgará ¡con los dientes! Después agradecerá a los allí presentes y a todo Broadway por la atención prestada, en histriónica voz doblada.
Poco más, se trata de eso, de una selección de imágenes insólitas y muy antiguas (ya lo eran en el momento que se montó la película hace cuarenta años, imagínense ahora…) que, hiladas a un ritmo arrasador, hacen al espectador pasar un buen rato.
El ideólogo de este documental para el que apenas se filmó una escena (un tipo en ala delta al final) es Howard Smith, periodista y locutor de radio que cuando se lanza a rodar su primer documental, gana el Oscar. Lo haría con “Marjoe” un extraño documento sobre familias evangelistas. Después firmaría este “Gizmo!” y esa sería toda su carrera como director de cine. Para los más curiosos decir que Smith aparecía en un pequeño papel como comentarista de televisión en “Zombie / Dawn of the dead” de George A. Romero.
Sin más. Muy divertida y para ver en una tarde tontorrona y aburrida.