sábado, 23 de julio de 2022

FILTHY McNASTIEST: APOCALYPSE FUCK (o EL SEAVER NO OCUPA LUGAR - 1ª PARTE)

Tras facturar los consabidos fan-films sobre "Viernes 13" o consortes con la cámara de vídeo familiar, Chris Seaver descubrió a Troma y decidió cambiar de tercio aplicando las tácticas de la factoría de Lloyd Kaufman (y Michael Herz), es decir: humor cafre, escatología y el habitual tono ultra-desmadrado presente en títulos como "El vengador Tóxico", "Viva la juerga" o "Mutantes en la universidad". De su cosecha "geek" añadió guiños a la cultura popular y los inevitables clásicos del terror moderno. Todo ello cocinado bajo el nombre de "Low Budget Pictures". Armado con sendos dvd´s bajo el brazo, y dispuesto a llamar la atención, se convirtió en una presencia constante en las Cons de media Norteamérica, lo que comenzó a granjearle cierta reputación. Sus películas se vendían muy bien, esputando todo un séquito de admiradores (e imitadores, en breve hablaré de uno de los más "destacados"). Consciente de ello, J.R.Bookwalter comenzó a editarle cualquier cosa que pariera a través de su flamante sello "Tempe Video". Seaver llegó a ganarse la vida con sus video-costras, por lo que, inevitablemente, se veía en la tesitura de grabar sin descanso (hasta cinco en un año), pero también sin ganas ni ilusión, meramente por sacarse unos reales. Podemos hablar incluso de un "seaververse", con personajes propios (como Deathbone, Bonejack, Teenape, Mulva, Puggly, entre muchos otros) apareciendo continuamente en las películas para mayor algarabía de los incondicionales.
A estos, y la cada vez más notoria fama de Chris Seaver, había que sumar los que le detestaban con pasión y aborrecían su estilo de comedia inmadura, propia de un niñato adolescente que se ríe de su propios pedos. Hubo quien le calificó como "el peor filmmaker de la historia". Y, lo crean o no, esa mala fama le pasaría algo de factura con los años. No suele figurar en las enciclopedias del SOV reciente. Y en su actual faceta de YouTuber de la cultura pop ochentera, tampoco es que atraiga multitudes, lo que viniendo de él, y de esa parte del globo terráqueo, es muy raro.
Lo narrado ocurrió a lo largo de los dosmiles. Y puesto que todo aquello que comienza debe acabar, la debacle vino cuando, irónicamente, Chris Seaver logró, por fin, su preciado sueño: entrar a formar parte del imperio Troma. Lloyd Kaufman le fichó legal y oficialmente (llegando a mentarle como director de una secuela de "Sgt. Kabukiman N.Y.P.D." -supuestamente titulada “Sgt. Kabukiman and the Lesbians of Bonejack High”- jamás materializada). Más feliz que una perdiz, comenzó con su película tromática. Sin embargo, contra todo pronóstico, las cosas fueron como el culo y una historia sórdida, nunca del todo aclarada, rompió la relación (aunque la asociación sí dio sus frutos: "Teen Ape Vs. The Monster Nazi Apocalypse", distribuida tiempo después un poco de tapadillo). Tremendamente decepcionado, Seaver se alejó de Troma, chapó "Low Budget Pictures" y comenzó de cero con un proyecto no totalmente distinto, pero más ambicioso y, por tanto, carente de la frescura casera de las películas previas.
Tras muchos años interesado en las costras del chaval, llegué a pillarme un dvd recopilatorio con varios títulos. El problema es que venían en versión original. Y resulta que el 90% de la gracia de su "obra" reside en unos diálogos que, al contrario de las apariencias, están perfectamente escritos, pensados y, en ocasiones, resultan altamente floridos... a pesar de ir cargados de referencias sexuales y tacos. Así pues, dado mi limitado entendimiento del inglés hablado, no disfruté mucho de aquel dvd. Sin embargo, hace poco tuve acceso a varias películas seaverianas con subtítulos en británico y así la cosa cambia (se me da muchísimo mejor leído). Me vi unas cuantas y, lógicamente, no pude reprimir el deseo de dedicarles espacio en este santo ciber-lugar, comenzando por la que consumí primero y, por tanto, más me impactó: "Filthy McNastiest: Apocalypse Fuck", del 2005.
La elegí a modo de desvirgue por la curiosa aparición como actor del "underground horror auteur" Andy Copp (amigo y defensor de Seaver). Resulta que, como en toda subcomunidad que se precie, muchos de los nombres habituales del SOV-ismo yanki colaboran los unos con los otros. Y, parece tonto, pero es algo que me hace bastante gracia. De hecho, sorprende también encontrar en la lista final de agradecimientos a Andrew Shearer, capitoste del colectivo "Gonzoriffic".
La movida gira en torno a un negro gordo con la polla tan pequeña que su super-tetuda novia le abandona. Desesperado, acude al demonio del sexo, D’artagnan (??), quien le concede una buena tranca pero, a su vez, comienza a perpetrar toda clase de fechorías. Entre las perlas tenemos un delirante aborto practicado "in situ" y la recreación / parodia del ridículo baile de Crispin Glover en el cuarto "Viernes 13".
A medida que veía "Filthy McNastiest: Apocalypse fuck" me percataba de que me estaba... er... ¡¡gustando!! Y no solo eso, además ¡¡me reía con su comedia voluntaria (porque de la otra, ni pizca)!! Pero lo más delirante y asombroso es que no me aburrí durante los agradecidos 50 minutos que duró. Costaba creérselo.
Ya estaba claro a santo de qué Chris Seaver había logrado éxito y cierto estatus en su momento. Contrariamente a casi todo el SOV producido en tierras norteamericanas (y, me atrevo a decir, mundiales), aquello no era un puto coñazo previsible, lento y desavorío. Desde luego quedaba lejos de ser perfecto, pero hacía gala de mucho dinamismo, frescura, chispa y, sobre todo, un agradable sentido de la diversión. Que se lo pasaron bien grabando salta a la vista y, sobre todo, se transmite. Seaver, tío listo, sabía cuales eran los males del SOVismo y no estaba dispuesto a replicarlos. ¿Cómo? evitando excederse con la duración y tomarse en serio a sí mismo y su labor. No querer aparentar más. Ni pretender lograr un "look" cinematográfico. Asume lo que hay y lo explota como parte del chiste, grabando con lo puesto, sin elementos extras, sin florituras, cámara de vídeo en mano, dotando de cierto brío a las imágenes.
También comprendía por qué Seaver decía detestar la serie Z. No hay pizca de esta en "Filthy McNastiest...". No es esa su influencia, y canta a la legua. Un poco como le pasaba a "Mal Gusto" de Peter Jackson (que para algo es una de las pelis de cabecera de Seaver) Comparten estéticas y costrosidades con el cine "trash" puro, pero no pertenecen a la misma familia.
Cuando terminó, y aturdido por la sensación positiva que me recorría el espinazo, una duda asaltó mi mente "¿Serán el resto de sus películas igual, o es que, por pura casualidad he ido a pillar una de las mejores?" Tal vez haya sido cosa de la novedad. I don´t know.
Vuelvan la semana que viene al mismo seavercanal, a la misma seaverhora, y descúbranlo.