lunes, 1 de mayo de 2023

FRAMED

“Framed”, del cortometrajista barcelonés Marc Martinez Jordán que debuta en el largo, pese a su póster a base de neón rosa que apesta a postmodernismo, que solo verlo hace que alguien tan rancio como yo odie la película sin tan siquiera haberla consumido —porque la intuye—, en realidad se prodiga como una pequeña sorpresa resultona. Una hora y cuarto de metraje llena de casquería, humor involuntario (cómo no) y actores desconocidos que ofrecen desaforadas interpretaciones, dando como resultado, finalmente, una cosa ciertamente entretenida. Porque es que, aún con la ausencia de medios, la iluminación a veces hiper-recargada y ciertos males comunes propios del cine de terror semi-profesional, lo cierto es que “Framed” es una buena idea (deudora de “Saw”) bien dirigida y con buenos efectos especiales artesanales. No es una mierda insoportable como suele ocurrir con la mayoría de películas “independientes” de terror españolas de los últimos años y, eso, a estas alturas, ya es mucho. Quizás por eso ha pasado con buena fortuna por diversos festivales de cine fantástico a lo largo y ancho del globo, así como ha podido ser exportada a varios países del mundo. Eso sí, al ser una cosa pequeña, su distribución se reduce a un rincón del ciberespacio en los huecos perdidos de las plataformas de streaming donde está alojada.
Nos cuenta la historia de Framed, una nueva aplicación que te permite emitir en streaming en directo y que ofrece grandes recompensas a los usuarios que consigan más visitas. De este modo vemos una fauna que usa la aplicación para hacer barbaridades que van desde retrasmitir como un individuo se come su propia mierda hasta terroristas que usan la aplicación para emitir sus atentados. En esta tesitura, tres jóvenes completamente enajenados se colarán en una casa donde torturarán y vejarán a sus habitantes con el fin de emitirlo en directo a través de Framed.
Sin más. “Framed” es una película simpática y que se deja ver, más allá de esa presentación y esas tipografías totalmente luminosas, posmodernas e irritantes puestas ahí para saciar los gustos del público actual (o bien los del propio director que, igual, también flipa con los neones y los colorinches). La película, sin ser una maravilla —como hay quien dice por ahí— está bastante por encima del resto de producciones de este tipo y al final es un pequeño festival de sangre y chicha, cuyo máximo valor es que, en resumidas cuentas, resulta una curiosidad como otra cualquiera.
Tras “Framed” Martínez Jordán ha rodado unos cuantos cortos en la misma línea. No deja de ser un cine de nicho y dudo bastante que lleguemos a ver algún día una película suya en plan mainstream, pero, dirige bastante bien, así que igual en algún momento nos sorprende de verdad…