lunes, 28 de mayo de 2012

LOS PALOMOS

“Los Palomos”, vendría a ser en la cinematografía española, lo más parecido a las películas de crímenes al estilo “Un cadáver a los postres” o “Diez Negritos”, en las que todo se enreda mucho, el espectador se lía, pero forma parte activa de la trama haciendo de detective, por su cuenta y riesgo, durante el visionado.
Un matrimonio de alto copete, invita a cenar en su casa a uno de sus empleados, un zoquete, pelota y lameculos y a su santa esposa, con el fin de liar las cosas, y hacer cargar al matrimonio con un asesinato que ellos habían cometido. En clave de comedia, la madeja se liará, se liará y se liará.
Esta película existe por varios motivos; en primer lugar, la exitosísima obra de teatro en la que se basa, “Los Palomos” de Alfonso Paso. En segundo, el fulgurante éxito de la pareja protagonista que había dado vida a los papeles protagonistas en el teatro, que no son otros que José Luis López Vázquez y Gracita Morales, dando paso a lo que sería una triunfal etapa para ambos actores. Y en tercer lugar, la dirección de Fernando Fernán Gómez, que mientras solventaba los mil y un problemas que tuvo par estrenar “El extraño viaje”, esa obra maestra, y mientras esperaba a que se le diera luz verde al proyecto “Ninette y un señor de Murcia”, se aburría tanto que aceptó hacer esta película de encargo, pero sin que el tuviera mucho aprecio al material sobre el que se pondría a trabajar. Quizás se trataba de una película menor para un autor de tanta prepotencia, y quizás por eso le salió tan divertida.
“Los Palomos”, es una comedia, negra, negrísima, que pasa en un solo escenario, con muy poquitos actores y que se solventa, sobretodo, por la labor actoral de José Luis López Vázquez, que se enfrenta al texto con la eficacia y velocidad de una metralleta. Diálogos absolutamente tronchantes, tramas y subtramas brillantemente resueltas, todo ello concentrado en hora y veinte minutos de metraje, que pasan en un suspiro, gracias al arsenal de carcajadas que nos proporciona. Quizás demasiado teatral en algunos momentos, se le echan en falta algunos escenarios más. Por otro lado, y a pesar de ser una comedia muy española de los sesenta, destaca por encima de otras de mayor repercusión, por la mala leche que se gasta.
Geniales, también, el resto del reparto, Fernando Rey, Mabel Karr, Manuel Alexandre, Julia Caba Alba y Xan Das Bolas. Como detalle fricoso, decir que la banda sonora a base de ritmos jazzeros, la firma un tal Daniel J. White, seudónimo con el que firmaba sus partituras Jesús Franco. Cosa que no es de extrañar si tenemos en cuenta, que mientras que el tío Jess se hacía un huequecito en el mundo del cine y Fernán Gómez triunfaba por todo lo alto, ambos se corrían unas juergas muy gordas, cerraban bares y charlaban acerca de sus aficiones. Vamos, que eran mazo de colegas.
Muy divertida, malsana y recomendable.
Desde aquí quiero dar las gracias a mi amigo Wally Week, que me la descubrió, me la metió por los ojos, y finalmente, me la regaló en dvd para que la disfrute tantas veces como quiera.