viernes, 31 de mayo de 2013

YO LA VI PRIMERO

Un niño de siete años tiene un accidente de bicicleta que lo dejará en coma durante veintitantos años. Un día, ya con 35, le cae en la cabeza un cuadro que le hará despertar de su letargo ante el asombro de sus padres. Su cuerpo ha crecido con los años, pero su cerebro no, por lo tanto, tenemos a un señor de 35 tacos con la mentalidad de un niño de 7 al que hay que reeducar.
Por otro lado, el muchacho toma contacto con su novia de cuando era un jovencito y de la que está muy enamorado, lo que le traerá muchos problemas con el marido de esta.
Todo se solucionará de la manera más extraña e inquietante.
Años llevaba yo queriendo volver a ver “Yo la vi primero”, hasta que, por fin, alguien la ha colgado en internet para regocijo de unos cuantos.
Y es que en plenos años 80, dieron un pase de la película por televisión, que marcó, y mucho, a todo jovenzuelo que la vio en su día. Naxo y servidor entre ellos. Y es que contiene una escena del todo aterradora, y más si la ves a tierna infancia: El protagonista, tiene un sueño. En el, vemos a la niña de la que está enamorado jugando en el parque. De repente, una mano surge de lo alto de un árbol, engancha a la cría y la sube a lo alto de la copa. Una vez arriba, y ante la mirada del protagonista, el señor de la mano misteriosa, que resulta ser el marido de la niña en versión adulta, ni corto ni perezoso le arranca el brazo y comienza a devorarlo con fruición. Esa escena nos marcó para siempre y durante todos estos años la hemos recordado como una de las cosas más aterradoras vistas en una pantalla… hasta que la volví a ver anoche. Obviamente, el mal rollo que causa sigue vigente, pero como en todo momento se nota que es un pedazo de muñeco lo que el señor se lleva al árbol, y que está todo hecho de manera muy cutre, ya da risa  más que otra cosa, pero ahí queda.
Por lo demás, se trata de una película muy setentera dirigida por Fernando Fernán Gómez, que se marca, no obstante, una historia rara de pelotas. Interpretando a este niño grande tenemos a un increíble Manuel Summers, que tiene todas las expresiones propias de un chaval de 7 años, y la verdad que lo hace muy bien.
Curiosamente, la historia y el guión son obra del humorista gráfico Chumy Chumez, y una vez sabido esto, le vemos hasta coherencia al extraño y “malalechero”argumento.
El reparto encabezado por Summers (más conocido como director que como actor), es también de lo más variopinto, contando con el director Leon Klimovsky como padre del niño, Emilio Fornet, Irene Gutierrez Caba o el propio Fernán Gómez.
Una película única en el cine español, que obviamente, traumatizará a todo niño que la vea, pero que a los adultos que la vimos siendo críos, nos provoca, al menos en mi caso, cierta incomodidad, a pesar de corroborar que, en realidad, lo del señor comiéndose a la niña no era para tanto.