Black Mirror es una serie de TV británica, al estilo de The
Twilight Zone, su titulo se refiere a una pantalla ya sea de ordenador, movil, tablet, television.... apagada. Sus episodios son mediometrajes independientes con una sola cosa
en común, el uso y abuso de la tecnología y las consecuencias que pueden tener
tanto en nuestras vidas personales como a nivel global y social. La primera
temporada consta de tres capítulos, primero contare un poco el argumento de los
mismos, y después y tras un mensaje que dejare bien clarito, me meteré en el
tema spoilers y demás. Recomiendo no leer la segunda parte de la reseña si no
has visto los episodios, ya que los destrozo y hablo de sus significados o lo
que me han transmitido, así que avisados están ustedes.
Primer episodio: El Himno Nacional
El primer ministro británico es despertado a primera hora de
la mañana. La princesa Susana, ha sido secuestrada. Un video subido a youtube
por parte del secuestrador, que se ha propagado rápidamente por toda la red,
hace llegar la noticia a todo el mundo. Como condición para la liberación de la
princesa, se exige una “performance” en directo ese mismo día a las 16:00 en
todas las cadenas de televisión del país. Al final del video se explican las
reglas que han de seguir para la grabación del “espectáculo” y que será el
primer ministro en persona quien deba realizarlo. Dicha “performance” es
indecorosa y humillante para el primer ministro (y para casi cualquiera) Así
que el episodio se debate todo el rato en la necesidad o no de realizarlo, sus
consecuencias y la búsqueda y captura de los secuestradores. Es un episodio que
cuando termina, al espectador se le queda muy mal cuerpo.
Segundo episodio: 15 Millones de meritos
En un futuro distópico, la población vive recluida en
pequeñas celdas de poco más de dos metros cuadrados. Las paredes de dicho
cuarto son pantallas de televisión gigantes que se controlan con el movimiento
de las manos y el cuerpo. Todo el mundo viste igual (la casta media) con unos
chandals grises y su unico cometido en la vida es dar pedales a una bici estática.
Mientras realizan su trabajo, pedalear para generar energía, tienen delante
otras pantallas de televisión donde se les muestran programas de telebasura. A
su vez una casta más baja, gente gorda, se encarga de la limpieza de las
instalaciones o son llevados a concursos televisivos donde son humillados para
deleite del público “normal”. La gente vive y pedalea para ganar meritos, la
moneda mundial, con estos meritos pagan los servicios y bienes que utilizan
durante el día, desde la pasta de dientes hasta la comida del mediodía. Incluso
saltarse anuncios les costaran meritos a los ciudadanos, y sino disponen de meritos suficientes, están obligados a ver
los anuncios, y que cierren los ojos no les va a servir de nada, ya que el sistema
lo detecta y dará paso a un fuerte pitido hasta que el usuario vuelva a
abrirlos y se trague el anuncio entero.
En este mundo vive Bing, el protagonista, un hombre que
heredo de su hermano recientemente fallecido 12 millones de logros. Bing esta
apático, no siente ninguna pasión por vivir, y cada día ver a su compañero de
bici le dan más ganas de matar (o de morirse) Un día escucha a una nueva
compañera cantar en el baño. Le encandila tanto su voz que le promete darle los
meritos necesarios para que ella se presente al “Operación Triunfo” del
momento, ya que si sale ganadora, podrá dejar la bici y ganarse la vida
cantando. Aunque Bing no lo sabe, este ofrecimiento y comprarle la entrada a su
amiga/interés amoroso, le dejara completamente sin meritos. El episodio más
largo de la temporada con 65 minutos, pero probablemente el que más me ha
gustado. Como ya se deja ver en el argumento, es una sátira a los programas de
tv y a los hobbies de ocio electrónico, así como el siempre conspiranoico tema
de El Gran Hermano.
Tercer episodio: Tu historia completa
En un futuro cercano la gente se implanta al nacer un chip
detrás de la oreja. Este chip graba todo lo que nuestros ojos ven, y en
cualquier momento, junto con un mando que todo el mundo guarda en sus bolsillos,
pueden acceder al video en cuestión y verlo en sus propios ojos o pasarlo a una
televisión para compartirlo con más gente.
Liam es un joven abogado que está bastante estresado. Acaba
de tener una entrevista de trabajo pero no ha salido nada convencido de allí. Como
vuelve antes de tiempo se pasa a recoger a su mujer de la fiesta de unos
amigos. Allí conoce a viejos amigos de su esposa, entre los que se encuentra el
típico ligón, Jonás. Liam, que es celoso por naturaleza, empieza a ver signos
de que su mujer le ha sido infiel con el ligón. Revisando sus recuerdos
anteriores y los de la noche de la fiesta llega a la conclusión de que su mujer
le ha puesto los cuernos. Aunque ella lo niega, Liam no acaba de aceptarlo, y
se sumirá en una espiral de depresión y violencia que le llevara hasta el
amargo final. Este episodio trata sobre el uso y abuso que hacemos de la
tecnología, y por cierto que sus derechos han sido comprados por Robert Downing
Jr. para hacer una película con este mismo argumento.
Si no has visto la serie, y lo que has leído hasta ahora te
ha llamado la atención o te ha picado el gusanillo, no lo pienses dos veces.
Consigue la serie y la ves del tirón (que como digo son episodios cortitos) Es
muy muy recomendable.
De este punto hacia abajo todo lo que se comenta son
SPOILERS y reflexiones sobre el mensaje del episodio, así que solo se
recomienda su lectura a quienes ya han visto la serie, sino te fastidiare su
visionado y no habrá ninguna sorpresa.
Primer episodio, como se que todos estáis deseando saber qué
es lo que el primer ministro tiene que hacer os lo digo ya, pero si no has
visto el capitulo, que sepas que te lo estropeas entero, que no se diga que no
he avisado. El primer ministro, frente a las cámaras, en todas las cadenas del
país y en las que emiten por satélite en Reino Unido, tiene que verse como se
folla a un cerdo, hasta el final, sin trampa ni cartón. Como es comprensible,
el primer ministro se niega en redondo, y piensa que todo es una broma, cuando
se le apunta de que de broma poco o nada, todos los esfuerzos se vuelcan en
encontrar al secuestrador. El episodio nos muestra la fuerza de las redes
sociales, y como estas y su presión pueden afectar a una carrera política. Si
bien es el episodio más cercano a nuestro tiempo y sociedad, y aunque se le de
excesiva importancia a estas redes sociales, sabemos que algo así no funcionaria
en la vida real. Change.org intenta cosas similares, sin llegar al delito, pero
poco consiguen, desgraciadamente. Finalmente el episodio también da un poco de
cera al mundo del arte, ya que el secuestrador, es un conocido artista que
realizando este secuestro y solicitando la participación del primer ministro, quiere
traer al mundo la primera obra de arte global, vista en todo el planeta en
directo. ¿Qué si eso es arte? ¿Qué es arte? No lo sé, pero follarse un cerco en
directo, no creo que lo sea. Otra cosa es que sea un acto revolucionario o a
saber, pero vamos….
Segundo episodio, el propio capitulo expone lo que denuncia,
la telebasura, bienes digitales no tangibles que nos cuestan dinero, nuestra
cara virtual en internet, y sobre todo un sistema totalitario. Cuando Bing le
paga a su amiga el billete, esta va al programa y aunque canta magníficamente,
los productores del programa de talentos, en vez de quererla como cantante la
quieren como actriz porno. Ella a regañadientes acaba aceptando la oferta, no
se sabe si por la droga “Confianza” que le han dado antes de entrar a la
actuación o si por su deseo de dejar la bicicleta. Entonces Bing continua con
su vida, solo que ahora sin un miserable merito. Es tan poco el dinero que
tiene que no puede permitirse ni pasar los anuncios, así que el día que emiten
el anuncio del debut porno de su amada, tiene que verlo quiera o no. Bing
intenta acabar con su vida, pero en ese instante se lo piensa mejor y decide
hacérselo pagar a los del programa de talentos. Día tras día, sin casi
descansar, el protagonista correrá en su bici, casi no comerá (las sobras de
sus compañeros) para poder reunir los 15 millones de meritos que cuesta la
entrada al programa. Cuando los consigue va al programa y espera que le
seleccionen. Una vez allí, hace ver que ya ha tomado la droga confianza, esa
que les dan antes de entrar en directo. Lo que empieza siendo un baile, acaba
con Bing agarrando un cristal que apunta a su cuello. El quiere decir su
verdad, y una vez que la haya dicho que hagan con él lo que quieran. Pero no
llevaba ningún discurso preparado, así que empieza a despotricar todo lo que
tiene dentro. Se pregunta qué sentido tiene su vida y la de todos los que están
allí, para que pedalean, para que generan energía, cuestiona el status quo, lo
que podría significar su muerte, pero en vez de eso le ofrecen un programa. Un
programa televisivo donde Bing suelte sus soflamas contra el sistema, siempre
con el cristal en el cuello y haciendo ver que en cualquier momento se puede
suicidar por lo horroroso del mundo donde viven. Finalmente el más
revolucionario de todos ha sido engullido por el mismo sistema que tanto odiaba
y que ahora le da derecho a no tener que pedalear y a tener una celda más
grande. Creo que no hay mucho más que explicar, si sois mínimamente conscientes
de la sociedad en la que vivimos, veréis las similitudes.
Tercer episodio, es probablemente el más flojo de los tres. Teníamos
a Liam, el abogado estresado que además es un celoso recalcitrante. Pues bien,
con la mosca detrás de la oreja, Liam se pone toda la noche a revisar los
momentos que vio de la fiesta, allí deduce que su mujer le ha engañado en algún
momento con el amigo ligón, cuyo nombre es Jonás. Acaba encontrando ciertas
pautas en su mujer que así lo indican, y con una fuerte borrachera va hacerle
una visita Jonás y a exigirle que borre toda su memoria, aunque lo que realmente
le interesa es que no pueda volver a ver cuando se acostó con su mujer, ya que
ella le confiesa que de jóvenes, antes de conocer ella y Liam, tuvo un romance
con Jonás. Las mentiras van deshilachándose, y no fue una semana la que paso
con Jonás ni un mes como le dice después, sino seis meses. Y lo peor de todo,
la hija que tuvieron hace 18 meses coincide justo con una bronca que tuvo la
pareja y en la que Liam estuvo cinco días fuera de casa. Liam acaba encontrando
pruebas de que su mujer se acostó con Jonás hace 18 meses y que esta no tomo
medidas anticonceptivas, por lo que aunque la esposa le asegura que le ama a él,
y no a Jonás, el descubrir los secretos de su mujer acaba con su relación.
Ahora Liam, solo y deprimido se pasa el día reviviendo su vida con su esposa.
Mirando estos recuerdos se da cuenta que su mujer le ha querido siempre, y que
aquella aventura con Jonás no fue más que eso, una aventura. Finalmente Liam
decide arrancarse el chip de detrás de la oreja, ya que en este caso el no
recordar, o lo que es lo mismo, ser ignorante, le hubiese dado la felicidad. No
creo que haya que explicar nada, ya que se explica por sí solo.
De media, la primera temporada de Black Mirror es notable,
la segunda que justo la termine de ver ayer, es más floja, pero estos tres
primeros episodios merecen mucho la pena. Cojonuda.